Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

Púrpura Chess

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miércoles, 10 de febrero de 2016

UFO. “Love to love”.



Hablar de UFO supone referirse a uno de los grupos que atesoran más calidad en su música, una de esas bandas que todo el mundo conoce y aprecia; o ¿acaso hay alguien por ahí que no conozca o haya escuchado alguna vez el famosísimo “Doctor doctor”? Pues eso.


Sin embargo no nos vamos a detener esta vez en el clásico por excelencia del grupo del cantante Phil Mogg. Estos encantadores borrachines británicos se puede decir que tienen una de las discografías más sólidas y prolíficas de cuantos grupos musicales surcan los océanos musicales. UFO han conocido a lo largo de sus más de cuarenta y cinco años de existencia numerosas formaciones, una ingente cantidad de músicos, la mayoría de ellos de primerísima fila, han estado incluidos en algunas de sus múltiples formaciones. Actualmente el grupo está compuesto por el vocalista Phil Mogg, único superviviente que ha liderado al grupo durante toda su carrera; el excepcional guitarrista Vinnie Moore, que lleva con ellos la friolera de trece años; Andy Parker a la batería, otro miembro de la formación original pero que ha estado varios periodos fuera del grupo; el guitarra rítmico y bajista Paul Raymond, que también acompaña al grupo desde los años setenta aunque a su vez haya entrado y salido varias veces de la banda; la última incorporación es Rob de Luca como bajista, sustituyendo al clásico Pete Way, recientemente recuperado de sus problemas de salud. No obstante, la formación que todo el mundo considera como clásica, la de los años de mayores glorias y éxitos de la banda es la compuesta por Phil Mogg, Michael Schenker a la guitarra, Pete Way al bajo, Payl Raymond a la guitarra-teclados y Andy Parker en la batería. Esta formación facturó algunos de sus discos más conocidos de los años setenta y culminó publicando el clásico directo de 1979 titulado “Strangers In The Night”. Poco después la inestabilidad de un siempre volátil Michael Schenker, los genios suelen ser difíciles e imprevisibles para el resto de los mortales, y los roces internos de tipos con personalidades tan fuertes como Phil Mogg o Pete Way hizo que esta formación mágica se disolviera. Aunque antes nos dejaron un ramillete de canciones imperecederas, de esas más grandes que la vida.


Uno de esos temas es “Love to love”, el tema lento por excelencia de estos británicos. Conviene comentar que UFO se ha caracterizado siempre por sus grandes melodías, la personalísima voz de Phil Mogg y su toque tan especial y reconocible a la hora de entonar sus textos nos ha regalado unas canciones llenas de pasión ejecutadas con un gusto exquisito. Curiosamente UFO nunca ha sido reconocido especialmente por sus temas lentos, aunque lo cierto es que posee una colección de canciones de estas características que bien se merecen ese éxito y reconocimiento. Así como otros grupo coetáneos -los Scorpions por poner un ejemplo- han sabido rentabilizar esa especial habilidad para componer baladas dulces y tiernas sin caer en las ñoñerías y topicazos, la banda de Schenker y Mogg nunca han querido o sabido explotar esa habilidad innata que tienen para crear este tipo de canciones; nunca han sacado al mercado, como sí han sabido hacer muy bien los alemanes, ningún recopilatorio que contenga canciones del calibre de “Space child”, “Belladona”, “On with the action”, “Try me”, “Born to lose”, “The only ones”, “Drink too much”, el propio “Love to love”, la delicada preciosidad de “Profession of violence” y otras tantas más que me dejo en el tintero. Definitivamente habrá que retomar este tema en otro momento.

                                                 UFO con Michael Schenker.

                                                  UFO con Paul Chapman.

“Love to love” es uno de esos temas por el que cualquier grupo mataría para tener en su discografía. Resume perfectamente el arquetipo de la música de UFO, todas sus características distintivas y su personal singularidad se encuentra contenida en esta canción. Pese a ser un tema lento, con un mágico inicio de teclado, en ningún momento resulta ñoña o excesivamente edulcorada. Pese a ser una canción de amor, en ningún momento recurre a burdos estereotipos o manidos clichés que parecen satisfacer a esa amplia mayoría que deglute compulsivamente la música del dial cuál cadena de McDonald’s. Pese a ser un tema lento, sobre todo al principio, resulta desgarrador en su desarrollo intermedio caminando hacia el crescendo musical  con una perfecta instrumentación liderada por otro solo brutal de Michael Schenker.


Hemos escogido la versión del disco “Strangers in the night” pero podíamos haber elegido cualquier otra. El sonido obtenido en este disco en directo es realmente bueno, todo un elogio para la producción que llevó a cabo Ron Nevison. Sin embargo, reconozco que cuando escucho este tema inmediatamente me traslado hasta la grabación en vivo que realizaron para la cadena de televisión alemana WDR y su maravilloso programa Rockpalast el año 1980 con motivo de la publicación del disco “No place to run”, el primero que grabaron tras la huída de Schenker. El momento de la actuación en la que Phil Mogg entona aquello de “misty green and blue” y los focos que inciden en su cara cambian a tonos verdes y azules sencillamente me parece mágico. Como UFO.

                                           UFO: "Love to love". Del directo "Strangers In The Night".


                                               UFO: "Love to love". Directo Rockpalast. WDR 1980.


miércoles, 3 de febrero de 2016

A vueltas con Black Sabbath. Geezer Butler – Bill Ward. II.



La banda de Iommi, Ozzy y compañía vuelve a estar de plena actualidad, el problema es que no solo por motivos musicales. Su nueva gira de despedida, anunciada bajo el sugerente nombre de “The End”, apenas acaba de empezar y los nuevos roces, cruces de declaraciones y demás sinergias del entramado Sabbath vuelven a brotar cual florecillas en primavera. Las noticias de sus componentes y sus ex generan un cúmulo de despropósitos tan inverosímiles como ridículos que consiguen darle una nueva vuelta de tuerca a esta familia musical tan encantadoramente disfuncional. Definitivamente habrá que plantearse realizar una entrega de artículos por fascículos para cubrir las esperpénticas trifulcas de estos angelitos.


Después de que los miembros originales Tony Iommi, Geezer Butler y Ozzy Osbourne anunciasen por enésima vez su gira de despedida, el batería original Bill Ward, que no fue de la partida en un movimiento de dudosa ética, volvió a la carga con nuevas declaraciones en las que se entristecía por no ofrecer al público una última gira con la formación original al completo. Hasta aquí todo normal: pataleta del bueno de Ward por quedarse sin ninguna parte del pastel. Sin embargo, el asunto cogió grados cuando el bajista Geezer Butler se descolgó con unas sorprendentes declaraciones en las que aseguraba que a Bill Ward se le ofreció participar en un concierto especial de despedida y que éste no lo aceptó, devolviéndole la pelota de las culpas sentimentaloides para no ofrecer una actuación final de los componentes habituales. Lo cachondo del asunto es que… jamás le ofrecieron ese show a Bill Ward!
Nuestro entrañable Bill inmediatamente reaccionó con otro comunicado en el que aseguraba no haber recibido esa invitación de la que hablaba Butler. El affair se zanjó con el entrañable Geezer emitiendo un comunicado en el que comentaba que había sido un error por su parte y lanzando una tibia disculpa redactada con un escueto y endemoniado “sorry Bill Ward”, palabras textuales.

                                                       Geezer Butler y Bill Ward.

El management que lleva a Black Sabbath debe ser lo más parecido al camarote de los hermanos Marx. Toda esa unión por conveniencia de abogados, representantes, músicos con sus parejas y demás alimañas llenas de rencor acumulado pero condenados a entenderse para ganar pasta debe estar tan abocada al caos continuo porque solo así se puede explicar que aparezca uno de los músicos originales realizando unas declaraciones públicas sobre un tema tan delicado sin tener ni la más remota idea de lo que habla. Si querían publicidad gratuita para alimentar el morbo de las actuaciones en directo de esta supuesta última gira lo han vuelto a conseguir. El entorno de Ozzy Osbourne lleva años generando y alimentando las más variadas y esperpénticas polémicas para obtener una publicidad que les siga manteniendo en el candelabro, el problema es que llevan tanto tiempo arrastrando su credibilidad por el fango que cada vez se acercan más a una triste parodia de ellos mismos. Y es triste, porque la música de Sabbath y Ozzy es lo suficientemente buena y valiosa para permitir que hable por sí misma. Desgraciadamente parece que lo que aquí importa es la cantidad de ceros que sumemos al pasar por caja y, si para llamar la atención del gran público hay que grabarse meando en un bote, se graba uno y listos.


En cuanto a la gira mundial, veremos qué tal. Se va a comercializar un nuevo Cd compuesto por cuatro temas de las sesiones del disco “13” que no aparecieron en dicho álbum más el añadido de las tomas en directo de otros cuatro temas. Al menos para este nuevo tour mundial no han tenido la desfachatez de hablar directamente de los supuestos problemas físicos de Bill Ward para aguantar una gira mundial de dieciséis meses como hicieron la vez anterior. Recordamos que esa gira mundial de 2013 -14 supuso un total de cuarenta y seis conciertos –la mayoría de los grupos realizan esas actuaciones en un par de meses, tres a lo sumo-. Para este nuevo tour de 2016 se han anunciado las siguientes fechas:

   - Norteamérica. 1ª parte: Dieciocho conciertos.
   - Australia: Siete conciertos.
   - Europa: Quince conciertos.
   - Norteamérica. 2ª parte: Dieciocho conciertos.

Esta vez tenemos programados un total de cincuenta y ocho actuaciones, del uno de Enero al veintiuno de Septiembre de 2016. El tour acaba de empezar y desgraciadamente ya han tenido que suspender dos conciertos debido a unos problemas de salud de Ozzy, el comunicado oficial explica que ha padecido una sinusitis. No le deseo mal a nadie, y mucho menos al entrañable Ozzy, pero tal vez empieza a sobrar la excusa del estado de salud de Bill Ward cuando son ellos mismos los que, con muy buen criterio, están programando una gira con conciertos espaciados para poder llevarla a cabo en las mejores condiciones posibles. Son señores con sesenta y muchos años, conviene tenerlo en cuenta. El problema es que el estado vocal de Ozzy lleva años rozando lo patético y resulta triste la inquina con la que se expresa, tanto él como el resto del grupo, con respecto a la situación física de Bill Ward. El agravio comparativo resulta grande e injusto. Puede ser que Bill Ward no se encuentre en la mejor de las condiciones para un tour de cincuenta conciertos, pero desde luego Ozzy no está mejor que él. Además conviene recordar que Bill siempre defendió a Ozzy todos los años que el Madman estuvo fuera de Sabbath. La puñalada trapera que le asestó el encantador Osbourne con motivo de esta última reunión de Black Sabbath todavía deber estar supurando en la espalda de Ward.

                                                       Ozzy Osbourne y Bill Ward.

De cualquier modo habrá que estar atento al maravillosamente amorfo universo Sabbath en esta última gira mundial que les acercará a casi todos los rincones del globo; menos a España, claro. El set list sigue estando a la altura de su leyenda y siempre es un placer disfrutar de Tony Iommi encima de un escenario. 



                                                          Black Sabbath: "Cry all night".




jueves, 21 de enero de 2016

La canción más triste de la Historia.




El arte es un invento del hombre que nos permite expresar emociones mediante distintos y variados lenguajes. Es deliciosamente subjetivo, por lo que no existen unos límites claros  que lo delimiten. Esto no deja de suponer un problema porque muchas veces resulta complicado entender o apreciar el valor artístico de determinadas obras, se puede llegar al extremo de que lo que para una persona sea arte resulte incomprensible para otra; ahí tenemos al bueno de Piero Manzoni y su “peculiar” manera de entender este mundo tan insondable como esperpéntico. Nuestro querido Piero crea a partir de sus propios excrementos; sí, como lo leéis, Manzoni introduce el fruto de sus intestinos en potes, les pone nombre y los vende alcanzando cifras astronómicas en algunas ocasiones. Lo más cachondo del asunto no es que haya personas interesadas en adquirir estas obras, que las hay, sino que los botecitos en cuestión sean opacos, por lo que es imposible observar su contenido. Supongo que si alguien paga por poseer un pedazo de mierda, lo mínimo es que lo pueda ver. En fin, el singular mundo del arte, capaz de trascender más allá del ser humano.

De cualquier modo, como indicamos en la entrada del blog, muchos de nosotros valoramos las distintas formas de arte pero consideramos que la música constituye su mayor expresión. A lomos de la música cabalgan las emociones del ser humano y de esto trata la siguiente sucesión de letras. Nos vamos a detener en las canciones que mejor reflejan la tristeza como estado de ánimo.

Bien sabido es que estilos como el Blues basan sus letras principalmente en las relaciones humanas que se rompen, pero no es el único, ¿quién no ha escuchado alguna canción que hable sobre el desamor o la pérdida de algún ser querido? Sin embargo la música no se detiene ahí, por sí sola es capaz de llegar hasta los sentimientos más difíciles y delicados de la propia naturaleza humana. Ahora vamos a señalar una pequeña selección de canciones que reflejan perfectamente la tristeza. Los parámetros para escoger los distintos temas son maravillosamente subjetivos, por lo que no todos estarán de acuerdo con el resultado y siempre faltarán o sobrarán canciones según cada lector; no importa, cualquiera puede realizar su propia selección, incluso os animo a que la compartáis con los demás en este foro. Para todos aquellos que no estén de acuerdo con estas apreciaciones, no hay problema, siempre pueden obviarnos y comprar cualquiera de las obras de Piero Manzoni. Empezamos:


Zakk Wylde: “Too numb to cry”.


El guitarrista descubierto por nuestro encantador Ozzy Osbourne, o por sus mánagers, lleva un montón de años compaginando su grupo en solitario, Black Label Society, con las idas y venidas en la banda del Madman. La música de Wylde es agresiva, directa y tosca casi en su totalidad, pero, bajo esa imagen de bruto cervecero, nos encontramos con un artista capaz de idear delicadas piezas para piano y cuerdas. El tema que hemos escogido se encuentra en su único disco en solitario. Bajo la denominación de Zakk Wylde publicó en 1994 un álbum con el inspirado nombre de “Book of Shadows”. La canción en cuestión es una pequeña delicadeza en la que demuestra el talento que atesora. Por momentos me recuerda parte de la esencia del Rock Sureño, representada por todos esos tipos nobles y duros, músicos con una marcada escala de valores vital que defienden a capa y espada pero que tienen, a su vez, la habilidad necesaria para crear delicadas melodías llenas de dulzura . La letra  refleja la pérdida total de esperanza, es algo así como una oración en la que pides explicaciones a un ser superior sobre la desgracia o pérdida que te atormenta. Realmente interesante.
 

 

Aerosmith: “Dream on”.


La piedra de toque del grupo de Steven Tyler y compañía. Apareció en su primer disco, editado allá por 1974. Es una composición del propio Tyler anterior a la formación de la banda. Parece ser que el guitarrista Joe Perry no quería grabarla porque no le gustaba demasiado, afortunadamente ya desde esos tiernos inicios se intuía quién iba a mandar en el grupo.
El tema es uno de los clásicos de la cultura musical moderna. Es un medio tiempo denso y contenido, la tensión va aumentando según avanza el minutaje hasta llegar al estribillo final, para luego descender desapareciendo lentamente hasta el final. La letra también resulta sorprendentemente madura para un jovencito Tyler; nos habla sobre el devenir de la vida y sus momentos, las oportunidades perdidas y el camino recorrido que, con todos nuestros fallos y aciertos, nos va otorgando conocimiento. Steven Tallarico, nombre real del autor, realiza una impresionante demostración de talento en su tarjeta de presentación. Parece mentira que el creador de obras tan emblemáticas como “Janie’s got a gun”, “You see me crying”, “Amazing”, “Lord of the things” o “Rag doll” sea la misma persona que actualmente nos agobia con baratas composiciones sensibleras repletas de manidos clichés y sin ninguna chispa creativa como la plastosa balada de Armageddon, “Girls of summer” o cosas así. En fin, quedémonos con los Aerosmith de toda la vida, esos que se acercaban a la tienda de instrumentos más cercana al estudio de grabación y escogían los más raros para incluirlos en pasajes de sus temas,  y con sus impresionantes directos.




Black Sabbath: “Over and over”.


La mítica banda de Tommy Iommi siempre se ha caracterizado por retratar el lado oscuro de la vida, por lo que no podía faltar en este artículo. La formación clásica con Ozzy representó el ángulo más crudo de su música, pero con la inclusión de Ronnie James Dio en el grupo llegó el lirismo y la melodía. La comunión de estos dos aspectos permitió alcanzar unas nuevas cotas de creatividad que, en mi humilde opinión, suponen el punto álgido de su producción artística.
La canción que nos ocupa puede ser una de las joyas más escondidas del fondo de catálogo de los discos de Sabbath con Dio, pero que no haya sido reivindicada por las siguientes generaciones no solo no es un problema, sino que aumenta todavía más el misticismo que la rodea. Es un tema denso, que se mueve poco a poco, pero que te envuelve dentro de su quietud hasta que te atrapa por completo casi sin que te des cuenta; puede que contenga una de las melodías más tristes e inspiradas de toda la carrera discográfica de Ronnie James Dio. Se produce una comunión perfecta entre la intensidad contenida de la música y una letra acertadísima; referencias al débil y desvalido, a los estados de ánimo y al final de las cosas. No encontrará aquí el oyente nada de: “mi amor me dejó”, “te echo de menos, baby”, ni nada por el estilo. Los paralelismos entre las emociones humanas y metáforas referidas a la luz, la oscuridad o la lluvia nos demuestran una vez más que estamos ante textos de primera categoría, compactados perfectamente en la música con unas melodías que elevan el resultado final a la categoría de lo sublime. Caviar del bueno.




Wofgang Amadeus Mozart: “Requiem en re menor”: “Dies Irae” y “Lacrimosa Dies Illa”.


Se trata de la última obra que escribió uno de los más grandes genios que seguro ha conocido el género humano. Esta misa dividida en siete actos representa una de las grandes obras de Mozart. Murió antes de acabar de componerla, por lo que el encargado de completarla fue su discípulo Fraz Sussmayr.
La vida de Mozart fue dura y difícil. Genio reconocido desde muy pequeño, se pasó gran parte de su corta vida viajando con su padre en condiciones penosas la mayoría de las veces hasta que fue contratado por la corte de Salzburgo. Un talento tan desbordante como el suyo tuvo que vivir rodeado de la envidia e inquina del resto de los mortales, infinitamente inferiores frente a su capacidad y a su don para la creación. Murió a los treinta y cinco años fruto de su vida desordenada y sus continuos problemas médicos.
Está documentado que el “Requiem” lo empezó a componer por encargo tan solo unos meses antes de su prematura muerte. Un siniestro personaje desconocido, vestido de negro, se presentó una noche en su casa con el encargo de dicho “Requiem”. Después se supo que este personaje había sido enviado por el conde Franz Von Walsegg, músico aficionado que quería dedicar esa obra al funeral de su mujer y presentarla como una composición propia. Ni que decir tiene que Mozart interpretó este acontecimiento como una premonición de su propia muerte, por lo que parece ser que compuso la pieza pensado en él mismo.
Toda la obra es pura poesía, recomiendo al lector la escucha en su totalidad; sin embargo, se han seleccionado dos fragmentos de la tercera parte del réquiem. Por un lado nos referimos a “Dies Irae”, que contiene la secuencia del famoso poema de mismo nombre que aborda el Juicio Final. Además hemos seleccionado “Lacrimosa Dies Illa”, contenida también dentro de este tercer momento de la obra. Ambas piezas representan el contrapunto entre el sufrimiento y la paz interna de aquel que muere y va a ser juzgado. Sencillamente impresionante.

                             "Introitus", "Dies Irae", "Rex tremendae majestatis", "Confutatis" y "Lacrimosa".



Kingdom Come. “Friends”


El grupo de Lenny Wolf pasará a la historia como un plagio de Led Zeppelin y es bastante injusto. Es cierto que sus dos primeros discos tomaban elementos de la banda de Jimmy Page, pero toda su discografía posterior ahondó en una línea musical y compositiva que se ha convertido en algo personal y claramente reconocible; incluso esos dos primeros discos contenían material de primera categoría –“Stargazer”, “Living out of touch”, “Now forever after”, “Do you like it”, “Overrated” y otras tantas– que no tenían absolutamente nada que ver con los Zeppelin, pero ya sabemos que como algún iluminado te ponga la vitola ya no podrás quitártela jamás.
Nos vamos a detener en “Friends”, tema que apareció en su cuarto disco “Bad Image”, aunque nos vamos a centrar en la versión acústica que publicaron en su primer directo: “Live & Unplugged”. La canción empieza con una guitarra acústica y la subyugante voz de Lenny que te lleva a su terreno inmediatamente. Toda una preciosidad ideal para escuchar un día lluvioso de invierno con una taza de café caliente en la mano mientras miras por la ventana de tu salón.




Extreme: “Last hour”.


Canción lenta con una interesantísima cadencia que va entrando en tu cerebro poco a poco pero que luego no eres capaz de sacar. Adornada con la inmejorable voz de Gary Cherone, uno de los cantantes más ninguneados del panorama musical pese a poseer un gran registro. La letra acompaña perfectamente, toda una oda al amor que va a desaparecer.




Pet Shop Boys: “Rent”.


Nada es sencillo ni gratuito en el universo de Tennant y Lowe. Nuestros protagonistas llevan la friolera de treinta años ofreciendo su Pop electrónico a todo el que quiera escucharles y si aguantan tan bien el paso de los años seguro que es porque algo están haciendo bien. Con este grupo casi no hay término medio: los quieres o los detestas. Resulta cómico que desde siempre hayan sido grupo non grato para el público Rock cuando la intensidad de su música está muy cercana a lo que ofrecen muchas de las bandas rockeras que todos conocemos, sin ir más lejos grupos como Blind Guardian han hecho versiones de temas como “It’s a sin”, otra de esas canciones que todo el mundo conoce.
El tema que nos ocupa representa una perfecta muestra de su habilidad para desarrollar melodías ganadoras adornadas con ese halo de tristeza e intensidad que acompaña a mucha de su producción discográfica.
 

 

Dio: “Magica - Reprise”.


Aunque practicamente casi toda la obra musical de Dio presenta conexiones entre sí, podemos decir que “Magica” fue el único disco conceptual que aparece en su discografía. Este corto pero esencial tema supone el cierre de lo que iba a ser la primera parte de la trilogía dedicada a la historia de Magica, desgraciadamente la prematura muerte del artista nos privó de lo que seguro que serían otras dos obras musicales de alta graduación. La canción vuelve a poner sobre la mesa la dualidad humana y divina entre el bien y el mal que tanto y tan bien mostró Ronnie a través de su faceta artística. De la mano de una de las melodías más simples, emotivas y conmovedoras que haya escuchado jamás, nos refleja la condición humana demostrando de paso que es un letrista como una catedral.




Scorpions: “A moment in a million years”.


No podían faltar en esta reunión. La habilidad de Schenker y Meine para componer canciones imperecederas resulta obvia en cuanto las escuchas. Aquí Klaus Meine comparte con nosotros una lenta y delicada canción con base de piano y voz de sencilla y elegante factura. También encontramos una perfecta comunión entre letra y música. El tema nos habla de las despedidas pero enfocadas en el propio grupo y su público, la idea de capturar un instante en el tiempo para luego desaparecer y continuar cada uno por su camino. Tristeza y nostalgia surcan el cielo de la mano sobre el piano y la especial voz de Meine.




Joan Báez: “Diamonds and rust”.


Una canción estremecedora. La cantante Joan Báez puede incluirse perfectamente en la categoría de cantautor, con la sutil diferencia de que este tema es una preciosidad y se encuentra en una galaxia diferente a la mayor parte de la producción musical de este estilo ligado a sesudos planteamientos fabricados para que los deguste una estirada y selecta minoría que llega a autoconvencerse de ello sin ser capaz de ver que muchas veces no se atreven ni con la afinación de sus instrumentos musicales.
Este tema habla del amor imposible o difícilmente correspondido. Joan aseguró en su momento que la compuso para su marido aunque parece que estaba dedicada a Bob Dylan. Es tan buena que muchos artistas han realizado versiones de ella. Normal. Definitivamente habrá que dedicarle una entrada en el futuro.




Saratoga: “Si amaneciera”.


Interesante la presencia de composiciones patrias en esta lista. Saratoga nos presentó, dentro del disco “El Clan De La Lucha”, este sentido tema. Nos habla de la dura espera en el dolor y desesperación ante la ausencia de un ser querido. No estamos hablando de que te deja tu chico o tu chica, la letra aborda el delicado mundo de la enfermedad y la angustiosa desesperación del que acompaña y aguarda.
La producción está cuidada al máximo, cosa que se agradece, encontrándonos el contrapunto entre lo acústico y lo eléctrico cuando rompe el tema; el estribillo con la entrada a pelo de la guitarra eléctrica es sencillamente especial. Como anécdota podemos comentar que el guitarrista Jerónimo Ramiro al abandonar el grupo le permitió a Nico del Hierro seguir usando las composiciones pero le pidió que no volvieran a tocar este tema en sus directos por resultar especial. Completamente comprensible; ante un tema especial es preciso una consideración especial.




Gary Moore: “Parisienne walkways”.


Uno de los guitarristas bendecidos con la innata capacidad de tocar con una belleza y fluidez que los distingue del resto. Una balada nostálgica que recuerda el encuentro fugaz de los amantes. La dura vida y difícil personalidad de este genio de las seis cuerdas supongo que explica en parte todos esos matices que impregnan su obra, su actitud renegada hacia el Rock duro que tanto reconocimiento le dio, su tempestuosa relación con otro mito que también nos dejó y que responde al nombre de Phil Lynnot o sus problemas con la drogas, el alcohol y las relaciones humanas no hacen más que agrandar el mito de su figura. La misma persona que tuvo los cojones de adueñarse del concierto homenaje póstumo a Phil Lynnot, impidiendo a John Sykes su participación o colando temas de su repertorio en solitario que no podían tener cabida en un homenaje de esas características, es capaz de descolgarse con composiciones tan emotivas y sensibles como la que nos ocupa o “The Loner” entre otras.
“Parisienne walways” es una oda al desamor. Está compuesta por Moore y Phil Lynnot a partir del “Blue Bossa” de Kenny Dorham y apareció en su disco en solitario “Back On The Streets”. Sin embargo, la versión que más me impacta es la que aparece en el disco en directo “Blues Alive”, con un Gary Moore en estado de gracia que se marca un pedazo de solo final de órdago. El sostenido de la guitarra como solista antes del segundo estribillo es impresionante.




Goran Bregovic: “Wedding”.


Una delicada pieza en la que Goran Bregovíc se adentra en la cultura de los Balcanes. Investiga en la tradición de los gitanos rumanos y sus influencias orientales. Esta versión está tomada del concierto que ofreció en la ciudad griega de Tesalónica en 1997, formando parte de los festejos que la enmarcaban como capital europea de la cultura durante ese año. De extrema sugerencia y sutileza.





Lacrimosa: “Halt mich”.


Lo de Lacrimosa resulta curioso. Es un grupo completamente anti comercial, cantan en alemán y sus composiciones son extensas, difíciles, enrevesadas y con un marcado componente clásico; no obstante, el grupo se ha consolidado como una de las principales referencias dentro del estilo Gótico. Presentan una personalísima propuesta musical donde el dramatismo y la oscuridad constituyen los pilares fundamentales. Esta mezcla de elementos roqueros y clásicos se acompaña de dos voces, el tono grave del creador y compositor Tilo Wolf y la femenina voz de Anne Nurmi. Y resulta. Podríamos haber escogido casi cualquier tema de su discografía porque en todos aparece ese toque melancólico que llevan por bandera.
Recuerdo que la primera vez que me topé con Lacrimosa fue en una tienda de discos a finales de los noventa, no sabía nada del grupo pero me impactó muchísimo la portada. Tenía pasta en el bolsillo y me lo compré a la aventura, algo así como un presentimiento. En cuanto lo puse me sorprendió y me atrapó.  Pero lo más gracioso ocurrió cuando me enteré a los pocos meses después de que iban a tocar en directo en una conocida sala madrileña. Supuse que lo conocerían cuatro gatos de los raros y me acerqué esa misma tarde dando un paseo para comprar mi entrada. Cuál fue mi sorpresa al comprobar que había una cola en los aledaños de la sala formada por cientos de seres ataviados con extraños ropajes negros y sus caras maquilladas de color blanco, supongo que habían decidido salir de las profundidades de sus respectivos avernos, arriesgándose a exponerse a la luz solar, para asistir a ese cónclave musical que se iba a celebrar. No bromeo, la cola daba la vuelta a la calle. Ni que decir tiene que me quedé sin la preciada entrada. Tuve que esperar varios años para disfrutar de su propuesta artística en directo pero mereció la pena.




Guns n’ Roses: “This I love”.


El universo de Axl Rose y, por extensión, el de Guns n’Roses nunca han sido sencillos. Nuestro querido vocalista, en su búsqueda a tumba abierta de la correcta inspiración artística para el grupo, ha ido acabando poco a poco con la paciencia de todos los que le han rodeado. El caso de los Guns es realmente curioso. Lo tenían todo para haberse convertido en el grupo más importante de la historia: cualidades, aptitud y actitud, publicidad, gancho comercial y, sobre todo, grandes canciones. En 1992 el mundo estaba rendido ante sus pies, eso es un hecho. Sin embargo, las decisiones tan imposibles de un tipo como Axl Rose, talento creador poseedor de un prisma artístico y personal con muchísimas caras y aristas, fue dando, uno tras otro, pasos inexplicables para conseguir destruir todo aquello por lo que había luchado. Imagino que a una personalidad tan desbordante y peculiar como la suya no le vino nada bien todo el dinero, éxito, fama y endiosamiento al que se vio sometido durante esos años dorados de los gunners. Así como Izzy Stradlin, guitarrista original del grupo, se desmarcó del entramado mastodóntico y caprichoso en el que se había convertido el grupo, nuestro encantador W.A.R. decidió meterse en él de cabeza.
En 1993 publicaron el disco “The Spaguetti Incident” y el siguiente disco de estudio con nuevas composiciones se publicó… quince años después!... y con otra formación completamente distinta excepto el cantante. Tela.
Hubo una época en la que parecía imposible que Axl y su compleja personalidad fuesen a ser capaces de publicar el dichoso disco. A la poderosa multinacional Geffen Records le costó la broma la friolera de 13 millones de dólares. Finalmente “Chinese democracy” se publicó en Noviembre de 2008, exactamente quince años después del último disco de estudio. Hay una anécdota bastante cachonda al respecto porque, durante esos años anteriores a la publicación del famoso disco fantasma, este era objeto de mofas y burlas por parte de determinados sectores de la industria musical de Norteamérica. La marca de bebidas Dr Pepper había prometido una lata gratis para cada estadounidense si Guns n’ Roses publicaban su disco en 2008 y, finalmente, el cachondo de Axl Rose lo publicó ese mes de Noviembre. Por lo visto la empresa no cumplió su promesa, lo que encolerizó a Rose; incluso mandó a sus abogados a hablar con dicha empresa.  En fin, el universo de anécdotas y excentricidades de GNR daría para varios libros.
Obviamente el disco no cumplió con las expectativas tan elevadas que se habían creado, aunque incluye esta pequeña joya titulada “This I love”. El inicio del tema con ese piano melancólico y la voz de Axl ya merecen por sí mismos la compra del cd. La canción rebosa drama, dolor y ternura a partes iguales. Le pese a quién le pese Axl Rose lo volvió a hacer una vez más y se salió con la suya.
 
 


Queen: “Don’t try so hard”.


El testamento de Freddy Mercury se encuentra en ese maravilloso disco titulado “Innuendo”, del que este tema forma parte. Un artista rebosante de talento enfrentándose a una muerte lenta y anunciada ante la posibilidad de grabar un último disco con su grupo mientras todavía le quedase energía. Las composiciones del disco aparecen firmadas por todo el grupo, pero estoy seguro de que sus compañeros le dejaron el timón a Freddy para que dejase su impronta como mejor sabía hacerlo: con música. Toda la incertidumbre, sufrimiento, desgaste mental, incredulidad, reconocimiento del dolor y otros estados de ánimo por los que tuvo que pasar Mercury se reflejan a lo largo del disco. Aunque se debe escuchar el disco en su totalidad, en esta canción aparece la resignación y el drama latente cuando lo has intentado todo y no has conseguido nada. Tema que entremezcla ese sabor amargo del desengaño con la tranquilidad de la espera admirando todo aquello a lo que quizás nunca le diste importancia pero que sigue estando presente ante tus ojos. Definitivamente habrá que detenerse por aquí con “Innuendo” en otro momento.




Eddie Van Halen: “Catherine”.


El guitarrista más influyente de la historia de la música junto con Jimi Hendrix. Eddie Van Halen es un tipo de esos de uno entre un millón. Hijo de un músico holandés, empezó de niño tocando la batería para pasarse al poco a la guitarra; también toca el piano aunque reconoce que nunca ha aprendido solfeo, por lo que encima resulta que toca de oído. Tócate.
Eddie siempre ha tenido una relación difícil con los cantantes de su grupo. A finales de los años noventa pasó una época dura debido a un cáncer de lengua y a sus propios demonios personales. Conviene comentar que desde muy joven, debido a su precocidad musical, acompañó a su padre en las actuaciones de directo. El propio Eddie recuerda que empezó a beber casi antes de llegar a la adolescencia porque siempre fue muy tímido y, a la hora de actuar en directo, su padre le daba un chupito de alcohol para que se relajase.
La canción que hemos escogido es instrumental, Van Halen no necesita texto para transmitir emociones. La guitarra de Eddie llega, literalmente, a ahogarse en su propio llanto. Este tema no aparece en ningún disco del grupo. Pertenece a la ingente cantidad de material musical que el propio Eddie dice tener en sus estudios musicales, llamados 5150 (código que se les da a los trastornados mentales en EEUU). Este tema se publicó como parte de la banda sonora de una película porno en el año 2005. El vídeo se puso en circulación por You tube y refleja a la perfección el drama y el desconcierto interno de un artista roto por dentro. En aquella época Eddie tenía problemas con la bebida, su mujer de toda la vida le había dejado, prácticamente vivía encerrado en su estudio y casi no hacía apariciones públicas -queda para la posteridad la triste aparición en un evento de una conocida marca de guitarras a la que asistió en claro estado de embriaguez-. Su grupo estaba parado y sin contrato discográfico ni management, imagino que por su propio y autodestructivo estilo de vida. La canción destila dolor y drama vital por todos sus surcos. El vídeo clip también. Afortunadamente encarriló su vida de nuevo, se casó… con la publicista de la peli porno en cuestión y actualmente hasta su propia imagen física desprende felicidad. Me alegro.




Rainbow: “Vielleicht das Nachste Mal (Mayde next time)”.


Ritchie Blackmore es otro de esos músicos que han abanderado a toda una generación y que siguen siendo referencia fundamental para muchos de nosotros. El tema que nos ocupa es una delicada pieza instrumental que grabó para el disco “Difficult To Cure”, el primer álbum de Rainbow con Joe Lynn Turner a la voz. La característica principal de la canción, además de la excelente inspiración de la melodía principal, es el personalísimo uso del slide con su guitarra. La mayoría de guitarristas que usan esta técnica la desarrollan en el contexto de solos de guitarra sobre temas de Blues; sin embargo, Blackmore siempre se ha caracterizado por usarla para ofrecer un toque de sensibilidad distintivo y personal en los temas más densos y melancólicos. Incluso agarra el tubo para deslizarlo por el mástil de manera distinta al resto, la mayoría lo introduce en uno de sus dedos mientras que Ritchie directamente lo agarra con toda la mano. Una simple curiosidad.
Los arreglos corren a cargo de Don Airey, otro de los músicos más inspirados y prolíficos que nos podemos encontrar por estos andurriales musicales. Adorna y orquesta un tema perfecto para convertirlo en inalcanzable.
El título está en alemán. No es ningún secreto que Blackmore, pese a ser inglés, se siente en Alemania como en su casa; de hecho piensa que en una de sus reencarnaciones fue algo así como un trovador germano. Está subtitulado en inglés con lo que viene a ser la traducción de la expresión alemana. Lo gracioso del asunto es que la expresión alemana es incorrecta, no sabemos si hecho  a propósito o no; con Blackmore nunca se sabe. Lo que queda claro es que en el universo de Ritchie las oportunidades se producen solo una vez, si no es posible siempre queda el consuelo de pensar que igual puede haber suerte la próxima vez que los caminos se encuentren.




Seal: “Kiss from a rose”.


Una preciosidad de canción. Parece ser que el tema llevaba rondando por la cabeza de Seal desde años atrás, incluso tenía maquetas del mismo, pero no se publicó hasta que encajaron todas las piezas del puzle. Este tema apareció en su segundo disco pero no obtuvo el éxito y reconocimiento hasta que no se publicó dentro de la banda sonora de la película “Batman”, a partir de ese momento alcanzó los primeros puestos de las listas de éxitos y llegó a vender millones de copias.
La canción destaca por una aparente sencillez que esconde un laborioso trabajo de producción y unos arreglos inmejorables. En el tema y en el disco colaboró el guitarrista Jeff Beck, lo que explica parte de esa belleza tan singular como extraordinaria. 
Tengo muy presente la primera vez que escuché esta canción. Era una mañana soleada de Julio de 1994 y me encontraba en el interior de una tienda de souvenirs, estaba ojeando entre los mostradores por pura inercia hasta que algo empezó a sonar por el hilo musical de la tienda. Inmediatamente me quedé enganchado por la exquisitez de la voz y la instrumentación. Además de los impresionantes arreglos en los juegos corales lo que más me sigue impactando de esta canción es el interesante uso que hace de los silencios, la mayoría de músicos se obcecan en interpretar la mayor cantidad de notas musicales posibles por segundo mientras que solo unos pocos saben jugar con la quietud y la intensidad de los silencios; en esto Jeff Beck es un maestro. En fin, todas las rosas quedan redimidas gracias a esta composición musical de Seal tan especial.




Uli Jon Roth: “Until the end of time”. 


Estamos ante palabras mayores. Nuestro especialísimo genio Uli Roth lleva más de veinte años trabajando en un Requiem para honrar la memoria de Monika Danemann, su anterior compañera sentimental tristemente fallecida. Nuestro hombre ha publicado varios fragmentos de esta obra inconclusa hasta la fecha. Editó hace veinte años un prólogo de sus obras clásicas que estaba formado por supuestos fragmento de esta obra y otras de su producción dentro de este género musical. Una de ellas era este “Until the end of time” que, como su propio nombre indica, es una declaración de amor. No penséis que Uli coge el camino fácil, nunca lo hace. Roth presenta en esta composición un sentido homenaje hacia el ser querido que ha desaparecido y se ubica en el justo momento en que la otra parte siente la pérdida. Rememora sus sentimientos puros y directos hacia el ser querido mientras tiene la seguridad de que sus almas se volverán a encontrar para compartir el resto de sus existencias juntos, toda la eternidad, aunque el momento que toca vivir en ese instante es el del dolor y el velo por la pérdida. Usa un lenguaje poético conciso, inspirado y sobrecogedor. En cuanto a la música solo podemos decir que constituye un ejercicio perfecto entre la trágica intensidad de la pérdida y la dolorosa ternura de la espera en la esperanza.
Monika Danemann fue la última novia que tuvo Jimi Hendrix en vida. Un espíritu libre que expresó su arte principalmente mediante la pintura. Si juntamos eso a la admiración que siempre ha tenido Uli por Hendrix, era normal que Ulrich Roth se acabase enamorando de ella. Recuerda Rudolf Schenker la noche en la que se conocieron Uli y Monika. Parece ser que se encontraban en plena gira inglesa con Scorpions, presentando “Virgin Killer”. Uli y él estaban en un pub, tras un concierto, tomando algo y de repente Roth observó que Monika también estaba por ahí. Un tímido y nervioso Uli fue animado por el propio Rudi para que se acercase a charlar con ella y el resto es historia. Monika se suicidó en 1996, acusada desde hacía años por otra ex novia de Hendrix con respecto a la muerte del guitarrista. Danemann no pudo soportar esa presión y se quitó la vida dentro de su coche.




Annie Lennox: “Love song for a vampire”.


La perfección hecha canción. Annie nos presentó a principios de 1993 este tema que apareció en la banda sonora de la película “Drácula’s Bram Stoker”. La canción está inspirada en la tormentosa historia de amor entre el conde Drácula y Mina, la novia del abogado que viaja hasta su castillo para verle. El tema refleja perfectamente la elegancia y caballerosidad de un conde Drácula enigmático e irresistible que intenta recuperar a su esposa, muerta hace cuatrocientos años, conquistando a Mina, que es exactamente igual a ella.
La canción se desarrolla a través de un canon simple y agridulce, realizado con el teclado, que va creciendo en intensidad con una maestría impecable. Sobre esta instrumentación Lennox desgrana una de las melodías más enigmáticas y oscuras que he escuchado jamás. La letra trata sobre la pérdida del ser amado y lo hace con una belleza desbordante; como el amante entregado e indefenso ante sus sentimientos y la fatalidad del destino que, sin embargo, tiene claro que su amor perdurará toda la eternidad. La canción más triste que he escuchado en toda mi vida.