Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

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domingo, 9 de junio de 2019

LA CULTURA EN EL ROCK.


Una sección de nuestro colaborador “Thomas Anderson”. 

Santelmo: “Ana y el verdugo”


Yo creo que a estas alturas a casi nadie se le escapa que si hay alguien en este país relacionado con el mundo del Rock al que le apasiona la Historia, ese es Jerónimo Ramiro. Nos lo viene desmostrando a lo largo de los años a  través de muchas de las composiciones ofrecidas desde el buen número de bandas en las que ha militado desde finales de los ´70.

El bueno de Jero, que en la actualidad cuenta con 59 añitos de nada, aprendió a tocar la guitarra desde muy joven y no mucho tiempo después, tras grabar con Ñu lo que para mí es su obra más extraordinaria titulada “Fuego”, ya se le podía reconocer como uno de los instrumentistas más sólidos y virtuosos de la esfera estatal. Pero es que además de un guitarrista espectacular, siempre ha sido un notable compositor y un letrista como pocos. De este afán por crear buenas letras y de su amor por la Historia es de donde salen algunas de sus mayores obras maestras.


Hoy tan solo nos vamos a centrar en el tema “Ana y el Verdugo”, que vio la luz en 2012 como segundo corte del segundo álbum de Santelmo, El Alma del Verdugo”. Aunque para extraer todo el partido a la canción resulta imprescindible escucharlo junto a su introducción, “A. B.”, sin duda las siglas de la protagonista del corte: Ana Bolena.

La susodicha A. B. no fue otra que la segunda esposa de Enrique VIII, el rey tan controvertido como desalmado que capitaneó los destinos de Inglaterra desde 1509 hasta 1547, año en el que falleció.

La bien merecida fama de nuestra protagonista se basa principalmente en el hecho de haber sido alguien de enorme influencia para la historia de su país en aquellos años, cosa poco común en una mujer, por desgracia. Pero es que además, el hecho de haber sido decapitada en público por unas acusaciones falseadas y sin consistencia ninguna, hacen de ella una especie de heroína mártir a quien admirar por su valentía y empaque.


El tema en sí es una maravilla de principio a fin, cagado de fuerza y melodía, al mejor estilo Jero. Nos narra el momento de la ejecución de Ana, pero desde el punto de vista más interesante que un momento tan cargado de tragedia puede poseer, el de aquel que se encargará de dar muerte a la condenada: el verdugo.

ANA Y EL VERDUGO

La reina entre las reinas, la amada amante esposa,
su nombre en letras de oro queda escrito en la eternidad.
Pasiones desatadas, vientos de vino y rosas.
El rey enamorado, ¿cuánto durará?

Rebelde, conquistó la cima del poder.
¿Detuvo su aguijón? ¡No!
El odio fue creciendo a su alrededor,
la trampa se cerró.
Y acusada de traición, su fin se acerca.

Suenan campanas, se rompe el silencio,
la espada dio el golpe final.
Ana sonríe y perdona,
su cuerpo sin vida ahora no tiembla ya.
Ella aún le mira a sus ojos
y mira al verdugo, quisiera llorar.
Lágrimas sobre el cadalso manchado de sangre.
Sangre de reina, de madre de reina,
sangre inocente maldice su suerte.

La nieve en los tejados, el viento entre las ramas.
Cumplió con su deber y el verdugo no puede dormir.
Vagando por las calles un alma atormentada.
La sigue contemplando, no la olvidará

La torre, su figura se alza fantasmal.
Su último hogar, su cárcel.
Cautiva, pobre Ana no sabe llorar,
valiente hasta el final.

Y el patíbulo ya está, el cielo espera.

Suenan campanas, se rompe el silencio,
la espada dio el golpe final.
Ana sonríe y perdona,
su cuerpo sin vida ahora no tiembla ya.
Ella aún le mira a sus ojos
y mira al verdugo, quisiera llorar.
Lágrimas sobre el cadalso manchado de sangre.
Sangre de reina, de madre de reina,
sangre inocente maldice su suerte.
¡No!



Es el verdugo quien nos describe a Ana Bolena, quien nos manifiesta la admiración que sentía por ella, quien demuestra el profundo dolor que le causa tener que cortarle la cabeza; quien nos deja ver también los remordimientos con los que tiene que vivir a partir de entonces...

Sensacional, sencillamente sensacional.

Os dejo con el tema esperando que lo disfrutéis a tope.

Si queréis documentaros mejor sobre Ana Bolena y su historia: 







 

domingo, 2 de junio de 2019

REFLEXIONES METÁLICAS.


Pintas heavy en desuso.


De un tiempo a esta parte cada vez observo menos gente con lo que se entendía como “pintas heavy”. No sé si será una impresión equivocada o es algo real. Pero este fenómeno parece darse tanto en la calle como en garitos o conciertos y puede obedecer a varios factores.
Por un lado, el grueso de la masa de los seguidores de este estilo de música ya hace varias décadas que dejaron atrás los 18, una edad en la que sí es más propicio lucir este tipo de imagen. Por otro, que no se ha producido un relevo generacional de la misma cantidad o al menos del mismo tipo (porque hay que reconocer que el momento de las tribus urbanas ya pasó hace tiempo, mucho tiempo y todos son y somos más eclécticos que entonces).


Comentando este tema con un amigo, éste afirmaba que “el Heavy había perdido la calle”, con esto se refería a que en su época seguir está música y esta estética se consideraba como algo subversivo, tenía un halo de rebeldía que lo hacía atractivo para un adolescente que no quería alinearse con la mayoría. Sin embargo, con los años, esto ha cambiado. El Heavy ha dejado de ser vanguardia de lo diferente y puede que quizás por ello su imagen, su música y sus letras se hayan dulcificado para el resto de la sociedad. Siendo sustituido por otras corrientes más reivindicativas y, por ende, más atractivas para los más jóvenes.
De todas maneras, algunos o bastantes pensarán que esto no dejan de ser más que chorradas que no conducen a nada, qué más da si lo único importante es la música. A mí me gustaría pensar que es, por supuesto, música pero también algo más.

Metálico.



miércoles, 29 de mayo de 2019

Pete Way: Vuelta a los escenarios y nuevo disco "Walking On The Edge".


El próximo cinco de Junio Pete Way tiene anunciado un concierto en la localidad inglesa de Gravesend, tan solo tres días antes de la actuación de la Pete Way Band en el prestigioso festival Sweden Rock. El emblemático bajista de UFO vuelve a los escenarios para ofrecer una gira de conciertos completos con su nueva banda tras una década de inactividad y habiendo superado unos serios problemas de salud. Nos alegramos enormemente por ello y le deseamos desde aquí lo mejor al bueno de Pete.
Son de sobras conocidos los graves problemas de salud con los que ha lidiado Way durante estos últimos años, él mismo nunca se ha escondido de ellos y los ha comentado públicamente en la autobiografía que publicó hace unos años. Este libro, además de resultar de lectura tan intensa cono entretenida, supone un auténtico manual de estrella del Rock n Roll y constituye una lectura obligada para cualquiera que sienta algo en su interior con canciones como "Lights out" o "Rock bottom".


Pete Way ha vivido una intensa relación amor/odio con sus demonios personales, lo que le llevó a tener que abandonar UFO en el año 2007 por sus problemas con las drogas y el alcohol; el propio Pete se describe en su libro a sí mismo con una crudeza y sinceridad sobrecogedoras. Cuando la diversión desapareció y comenzaron los serios problemas con su hígado empezó su particular cruzada contra la enfermedad. Se tuvo que someter a un duro y delicado tratamiento, de esos en los que una gran mayoría de la gente se muere, que le hizo dejar la música en activo y retirarse de la vida pública... pero lo superó. Sobrevivió. Poco duró la alegría en casa del pobre. Casi inmediatamente después le diagnosticaron un cáncer de próstata, curiosamente se lo detectaron a tiempo gracias a uno de los chequeos a los que debía someterse por las dolencias contra las que se estaba tratando. Durante todo este largo recorrido mantuvo informada a la opinión pública a través de sus redes sociales, camino que también escogió el tristemente malogrado Jose Antonio Manzano aunque con suerte dispar; una manera de hacer frente a la enfermedad tan digna y valiente como cualquier otra. Y ahora parece que Pete se encuentra recuperado y con fuerzas suficientes para retomar una de sus grandes pasiones: interpretar música en directo con un grupo de música. En toda esta historia de superación personal y de coraje que sirve de apoyo a todo aquel que se encuentre ante una situación de dificultad extrema en la vida, lo único que me entristece ha sido la postura pública de su compañero musical de toda la vida Phil Mogg. El cantante de UFO, con el que el propio Way dio vida a finales de los sesenta a uno de los mejores grupos de música que hayan poblado este planeta, no se ha caracterizado por mostrar una especial empatía ante la situación de su ex colega. Bien es cierto que lo que ocurre entre bambalinas en las relaciones humanas de las bandas famosas solo lo acaban sabiendo los propios interesados y también es conocido el carácter complicado del vocalista de UFO, además de su talento innato para fabricar melodías tan personales como imperecederas, pero parece que la relación entre ambos es tibia, muy tibia; incluso el propio Way ha sido preguntado recientemente por una supuesta vuelta a la nave nodriza una vez superados sus problemas de salud y su respuesta ha venido a ser que era improbable que Mogg le llamase. En fin.


Ahora parece que tiene preparado su nuevo disco, titulado como no podía ser de otro modo "Walking On The Edge" y auspiciado bajo el nombre de Pete Way Band. Ni UFO ni Waysted. Por lo visto el disco estaba compuesto desde antes de que detectasen el cáncer. Cuenta con la producción del prestigioso Mike Clink (Guns n' Roses) y con colaboraciones de gente como Nikki Sixx o Slash. No puedo ocultar que llevo un montón de tiempo deseando escucharlo, es cierto que lo anunció hace ya algunos años, y espero ese Rock n' Roll que tan buen sabor te dejaban sus discos con el grupo del platillo o con sus Waysted. Así que estamos ante la vuelta a las arenas de un tipo que ha vivido diez vidas en una, ha caminado por todos los filos y se ha convertido en auténtico superviviente. Noticias felices.





domingo, 19 de mayo de 2019

John Sykes/Blue Murder: “I’m on fire”.


Mira que llevo tiempo queriendo dedicarle un artículo a este excepcional guitarrista. Le hemos mencionado por aquí en múltiples ocasiones, pero todavía no había tenido una entrada propiamente dicha. Ahora vuelve a estar de actualidad porque parece que tiene preparado un nuevo disco en solitario bajo el posible nombre de "A Brand New Day", el primero desde el espectacular directo que sacó en 2004 titulado "Bad Boy Live" y el último álbum de estudio que publicó en el año 2000 bajo el nombre de "Nuclear Cowboy". Los tiempos con John Sykes siempre han sido de esta manera. No hay problema, cualquier momento es bueno para recuperar al tipo que dio forma al álbum de la saga Purple que más ventas ha tenido de la historia. Porque sí, “1987” ostenta el record de ser el disco que mas millones de copias ha despachado si nos referimos al particular universo de Deep Purple... y de otros grupos míticos también que nunca han alcanzado las cotas de ventas del carismático álbum de la Serpiente Blanca. El disco que dividió a muchos de los seguidores clásicos de Whitesnake y que supuso la entrada en el Olimpo de la popularidad para su líder David Coverdale. Fue la grabación que le abrió las puertas del codiciado mercado norteamericano y, por extensión, el del resto del globo. De hecho el genuino vocalista se ha venido apoyando en este disco que tiene más de treinta de vida para sus repertorios de directo desde entonces y hasta el día de hoy. 

                                                              Whitesnake: "1987".

Cualquier seguidor familiarizado con la música de Coverdale, Thin Lizzy o con el Hard Rock de los años setenta/ochenta no tiene más que pegarle una escucha al disco para caer en seguida en la cuenta de que esas composiciones son responsabilidad directa de John Sykes. Y mira que David Coverdale tiene talento, capacidad para la melodía y una voz privilegiada, pero la inspirada música que nos muestra dicho álbum no había sonado en ninguno de los surcos de las anteriores obras de Whitesnake. El combo de Coverdale no tenía en su poder todavía ningún “Bad Boys”, con esa entrada salvaje comandada con un riff de guitarra asesino cortesía de Sykes, ningún medio tiempo que destilase la elegancia de los arreglos de “Is This Love”, ningún tema con un deje tan marcado de la escuela de Lynott como “Straight for the heart” o ningún tema como “Dont turn away”, dotado de una majestuosidad idonea para cerrar cualquier disco con clase. En definitiva, la herencia de Thin Lizzy que tan bien había mamado John Sykes dirigía y campaba a sus anchas por todos los rincones del disco. Desde luego que el buen hacer de Coverdale también sumaba, pero el acicate definitivo se fraguó con la explosión musical que Sykes aportó a esta peculiar mezcla compositiva. El álbum tardó en salir, pero fue un éxito superventas. Lamentablemente eso no hizo borrar el rosario de la aurora en el que se convirtió el devenir de la formación que dio a luz semejante obra musical. Por resumir un poco: David Coverdale deshizo el grupo y contrato a músicos nuevos. Las malas lenguas decían que la madre de Coverdale le aconsejó expulsar a Sykes porque su imagen le restaba protagonismo al propio David. Seguro que aquí hay muchos matices y puntos de vista que se nos escapan y que solo conocen los propios implicados, pero una cosa esta clara: está muy feo expulsar de tu grupo al guitarrista que te ha compuesto tu disco y eso fue lo que Coverdale hizo con Sykes.

                                      Blue Murder 89: Tony Franklin, John Sykes, Carmine Appice.

John Sykes no se durmió en los laureles y puso en marcha Blue Murder. Se trataba de un super grupo junto al batería Carmine Appice, el bajista Tony Franklin y el propio Sykes en guitarra y voces. Sacaron un soberbio primer disco denominado como el propio grupo que sorprendentemente no obtuvo el éxito esperado y el grupo se desbandó. No se volvió a saber nada de ellos hasta la publicación del segundo álbum cuatro años después. Sin problema. En el universo de John Sykes nunca han existido las prisas y se mueve a un ritmo distinto. Nada que objetar si la música que nos ofrece tiene los quilates habituales. Siguió adelante con su idea y recluto al batería Tommy O’Steen y al bajista Marco Mendoza. Como curiosidad debemos decir que el propio Coverdale se apropió del bajista para sus Whitesnake unos pocos años después. Esto de estar atento a la escena musical y ofrecerle un puesto en su grupo a los músicos que despuntan con otros artistas es algo que el bueno de David Coverdale lleva haciendo desde siempre y que seguro tiene tanto de bueno como de malo. En fin.


Pero volvamos a Blue Murder. Ese segundo disco se titulo “Nothin’ But Trouble” y, haciendo honor a un titulo tan acertado, mostraba una foto de un niño pequeño, que juraría que es su propio hijo, reinando en el salón de una casa en plan travieso salvaje. Nada más que problemas es su traducción y conjuga el doble sentido de su reciente paternidad de entonces con los numerosos problemas que seguro tuvo que afrontar con la primera formación de Blue Murder.
Aunque la formación es otra, se usaron algunas cosas grabadas con Appice y Franklin, sin embargo no he sido capaz de averiguar en qué canciones concretas tocan ambos, por lo que si alguien conoce este dato le ruego lo comparta con nosotros. En los créditos del disco solo se especifica que Appice y Franklin colaboran, pero nada más.
Lo que es seguro es que el disco es un cañón, Hard Rock de primera categoría, unas bases rítmicas sin concesiones y las guitarras de Sykes comandándolo todo con una clase desbordante. Nos hemos acordado de la canción “I’m on fire” pero podíamos haberlo hecho de cualquiera del disco, puesto que todo el álbum es de diez. El problema es que salió en 1993 y en esos años cualquier cosa que oliese mínimamente a Hard Rock era tratada casi con desprecio. Aunque las labores vocales de Blue Murder y de sus posteriores discos en solitario las ha asumido siempre John, para este tema invito a Kelly Keeling. A modo de curiosidad podemos comentar que en una encarnación muy inicial de Blue Murder el rubio guitarrista contó con Ray Gillen, otro cantante como una catedral, pero al final la cosa no llegó a buen puerto y finalmente fue Sykes el que asumió las labores vocales. Circula por ahí alguna maqueta de esos primeros Blue Murder con Gillen a la voz y que te pone firme, pero la cosa no pasó de ahí.

                            Blue Murder 93: Tommy O'Steen, Kelly Keeling, John Sykes, Marco Mendoza.

En cuanto a Kelly Keeling solo podemos comentar que puede que sea uno de los cantantes injustamente más desconocidos para el gran público y no lo entiendo, tiene una voz descomunal, un gusto cantando que tira de espaldas y puede alcanzar unos registros estratosféricos… pero el gran público apenas le conoce. Para todos aquellos que no hayan prestado atención a este vocalista que colabora y compone en los “Guitar Zeus” de Carmine Appice, les recomiendo encarecidamente la escucha de la versión del tema “Speed King” de Deep Purple que apareció en uno de los primeros discos tributo que solo unos pocos años después inundaron las tiendas y descargas musicales. El disco se llama “Smoke On The Water: A Tribute To Deep Purple”, salió en el año 1994 y se inicia con este tema interpretado por Yngwie Malmsteem y Kelly Keeling. Aquello es una barbaridad que puede mirar de tú a tú al Gillan de los setenta y que al de hoy día haría sonrojar.
Pues John Sykes invitó a Kelly para colaborar en “Nothin’ But Trouble” de Blue Murder. Hace coros y se canta solista este “I’m on fire”. Y solo podemos decir que hace honor a su título, empiezas a escuchar la canción y te enciendes hasta quemarte, tu adrenalina se activa y el corazón se te sale de su sitio en cada salvaje compás de la canción. Es una canción rápida, pero con una interesantísima y muy currada batería; nada del cien por hora plano y lineal al que parece que nos vemos abocados si queremos escuchar algo de tralla. Si la totalidad del tema no tiene desperdicio, el puente y el estribillo te tiran de espaldas; la agresiva guitarra de Sykes adorna y comanda los interesantes cambios de la base rítmica, mientras que la voz de Keeling se desgarra dándolo todo. El solo de guitarra es marca de la casa del rubio guitarrista y el final de la canción vuelve a recuperar el potente estribillo mientras el vocalista se deja el alma intercalándose con los brutales sostenidos de John Sykes. Puto Rock n’ Roll de la cabeza a los pies.



                                                          Blue Murder: "I'm on fire".