Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

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jueves, 2 de enero de 2020

SCORPIONS 50 ANIVERSARIO: Lugares emblemáticos y anecdóticos de su recorrido musical (Francia y Japón). IV.


Aunque hace ya tres años de la celebración de los cincuenta años de la idea que surgió del cerebro de Rudolph Schenker y que contribuyó a dar color a nuestro apasionante universo musical, resulta tentador seguir visitando esos lugares tan entrañables, representativos y/o excéntricos que han formado parte del devenir del grupo durante todos estos años. Ahora que el irreductible grupo de Rudolf Schenker y Klaus Meine anuncia que está preparando un nuevo trabajo discográfico y bajo los albores del nuevo año que se nos viene, volvemos a rescatar este recorrido por esos lugares tan entrañables como surrealistas mientras valoramos seriamente elevar estas informaciones a la categoría de sección propia. En esta entrega le toca el turno a Francia y al país del sol naciente. Igual dentro de poco abrimos además una subsección con las andanzas de Stingers, el grupo sevillano tributo a Scorpions que no hace más que darnos alegrías con su música y sus pasos dentro de este negocio tan peculiar.


           FRANCIA.

   Centre Culturel American. París. 34 Avenue New York. 75116.

Lugar de uno de los primeros conciertos en Francia del grupo alemán, si no el primero. Aunque Scorpions no aterrizaron en España hasta principios de los ochenta, en otras partes de Europa -además de Alemania, obvio- alcanzaron repercusión pronto. Francia ha sido y es uno de los lugares en los que más quieren al combo teutón. El primer show que Scorpions ofreció en París tuvo lugar en esta sala a la ribera del río Sena y cerca de la Torre Eiffel. El motivo fue la presentación de esa oscura gema del catálogo discográfico del grupo, hablamos del álbum "Fly To The Rainbow", y el concierto debió ser tan espectacular e imprevisible como solían hacerlo nuestros intrépidos germanos en aquella añorada época de experimentación con Uli Jon Roth. Se desconoce la fecha exacta de la actuación, pero la podemos datar a principios de Febrero 75 y figura entre los registros rescatados del grupo a día de hoy como la segunda actuación que ofrecieron en tierras francesas, siendo la primera en la localidad de Wattrelos. Como curiosidad podemos comentar que en la actualidad el lugar ha pasado a denominarse Mona Bismarck Center y, aunque de su verja cuelgue un cartel que anuncia representaciones y otras cuestiones de tipo artístico, no tengo nada claro que siga siendo un centro cultural. Lo cierto es que nuestra visita se produjo en un día de diario y aquello estaba cerrado a cal y canto. Por otro lado la zona estaba bastante sucia, lo que no es nada habitual en las zonas culturales de la capital francesa. Poco importa toparte con meadas y cacas de perro mientras paseas con el "Drifting sun" en tu cabeza y agobias a tu acompañante que te quiere y respeta, pero no entiende un carajo la necesidad de fotografiar la fachada de un edificio en medio de la nada.



   Palais Omnisports Bercy. 8 Boulevard de Bercy. 75012.

Este imponente recinto con capacidad para albergar eventos del más variado pelaje se encuentra ubicado en el distrito de Bercy, dentro de la capital francesa. Es uno de los lugares más emblemáticos de París y todo gran grupo que se precie de serlo ha actuado en él. Curiosamente su construcción actual es relativamente reciente, se inauguró el veinte de Febrero de 1984; apenas tiene treinta y cinco años de edad, lo que para este tipo de construcciones es como decir que se encuentra en su más tierna adolescencia. Pues resulta que Scorpions fue el primer grupo que actuó tras su inauguración: ocurrió el veintinueve de Febrero del mismo año, apenas nueve días después de su inauguración. Este concierto se enmarcó dentro de su majestuosa gira para promocionar el superventas "Love At First Sting", un álbum que todo aquel que sienta algo cuando escuche una guitarra eléctrica debe tener en su casa. En los siguientes años, tanto Scorpions como infinidad de grupos han expuesto su música al respetable entre las paredes del recinto, pero no deja de ser una curiosa coincidencia que Klaus Meine fuese el primer vocalista que exhibiese sus capacidades vocales allí.



   Helmut Newton. Vogue Studios.  68 Champs Elysees.

Este prestigioso fotógrafo fue el encargado de crear la que hasta la fecha puede que sea la mejor portada de Scorpions. Nuestro querido grupo, además de tener grandes discos y canciones, se ha caracterizado a lo largo de su historia por presentarnos unas portadas que directamente parecen haber salido de la cabeza de un chimpancé. Incluso hablando del tema con Uli Jon Roth este nos comentaba que algunas de las portadas de la época en la que estuvo dentro del grupo no había por dónde cogerlas y que normalmente eran decisiones de gente relacionada con la compañía de discos. Conviene tener en mente cositas como la portada de “Fly To The Rainbow” y la especie de aviador marciano que surcaba los cielos… y que encima en la contraportada mostraba los nombres de los músicos impresos en su culo. Un tema de dudoso gusto solo superado por la portada original de “Virgin Killer”, que mostraba una foto real de una niña pequeña desnuda con una especie de corte de cristal que apenas tapaba su sexo. La típica portada que hoy día le costaría al autor una ristra de denuncias por machismo, abuso y exposición de menores y no sé cuántas cosas más –y con toda la razón–; pero hablamos de los años setenta y todo era más relajado por entonces. La defensa del grupo ante estas cuestiones era que eran jóvenes, no pensaban mucho las cosas y buscaban provocar; bueno, pues a buen seguro que lo lograron. Recuerdo incluso en una firma de discos hace unos cuantos años en una antigua tienda de discos madrileña hoy desaparecida –como todas– que mi amigo le llevó a Klaus Meine, Rudolf Schenker y Matthias Jabs una copia de ese disco con su portada original –preciado objeto de coleccionismo– y la cara que se le puso a Meine fue de esas que no se pueden transcribir en palabras. Lo más cachondo del asunto es que la idea fue de uno de la discográfica y la de la foto… era su propia hija!!!. Poco después se impuso la cordura y se cambió la portada por otra con la foto del grupo. En fin, que entre estas portadas y las de la teta de chicle, “Lovedrive”,  o la del chucho felador, “Animal Magnetism”, conseguían que nuestros encantadores germanos se fuesen superando. Todo esto cambió cuando presentaron “Love At First Sting”, una portada classy y elegante que presentaba una combinación de significados sugeridos con mucho estilo. Semejante obra maestra surgió del estudio de Helmut Newton, ubicado por aquel entonces en pleno centro de París, concretamente en la avenida de los Campos Elíseos. En la actualidad es el enclave de una de esas pedantes, horteras y ridículas galerías con tiendas de moda en las que un tipo de gente tan pedante e insoportable como las mismas tiendas decide que es cool ir allí a gastarse ingentes cantidades de pasta. En fin, ni siquiera estas menudencias pueden impedir que disfrutes de un pequeño rato imaginándote a los Scorpions de mediados de los ochenta saliendo de sus limusinas y ataviados con sus ropajes de directo para ir a hacerse unas cuantas fotos al estudio del artista. De este modo resulta especialmente gratificante pasearte por los aledaños y hacerle fotos a la fachada embutido en tus pantalones desgastados mientras irritas a las dependientas que te mandan miradas para que te sientas persona non grata por sus dominios y los seguratas de turno piensan que les vas a robar o algo por el estilo.



   Cínema Rex. Tours. 5 Rue Nayionale.

En este recinto de esta bonita localidad francesa se celebró el que sería el último show del guitarrista Michael Schenker con Scorpions dentro de lo que fue su fugaz regreso al combo alemán para grabar y empezar a promocionar su disco “Lovedrive”. El evento tuvo lugar el tres de Abril de 1979 y tras este concierto el rubio guitarrista alemán y el grupo de su hermano separaron sus caminos; incluso no está del todo claro si se llegó a suspender la actuación, lo que sí es seguro es que estaba programada dentro de la gira y, tras este show, se volvió a incorporar Matthias Jabs de manera definitiva. Michael ha seguido estando ligado a Scorpions, actuando de invitado especial en algunas de sus giras y cobijándose bajo el ala de su hermano mayor cuando en su vida pintaban bastos debido a sus propios demonios personales. Ahora resulta muy chocante para todos los que sabemos cómo ha sido la relación Michael Schenker/Scorpions los continuos desplantes y descalificaciones que lleva realizando Michael hacia la persona de su hermano Rudolf y hacia los propios Scorpions. No estaba tan indignado cuando no tenía ni un duro y era su hermano Rudi el que le proporcionaba la pasta y las actuaciones; cría cuervos y te sacarán los ojos, deberá de pensar en la actualidad el mayor de los Schenker cada vez que lea en la prensa las estupideces que sobre su persona suelta su hermanísimo pequeño. No me voy a detener mucho en este affair, puesto que ya se documentó bastante en su momento por aquí en esta entrada.
Este antiguo Cinema Rex en la actualidad ha desaparecido, solo queda alguna antigua construcción y lo que seguro se convertirá en viviendas, un parque o un centro comercial; de hecho cuando lo visitamos estaba en obras… y, sí, una vez más me miraban con cara de incredulidad mientras contemplaban con resignación a este humilde marciano viajando 2000 kilómetros para fotografiar unas obras y un pequeño parque. Sin problema, esos restos fueron testigos mudos de esa actuación y del paso definitivo de Matthias Jabs a formar parte íntegra de Scorpions. Con él alcanzaron el deseado éxito en los EEUU; no con Michael, como él mismo se quiere auto convencer… pero eso ya es otra historia.



   Palais D’Hiver. Lyon. Boulevard Pommerol. Boulevard Stalingrad. Villeurbanne.

Y aquí es donde continúa la historia de Scorpions durante este periodo tan convulso de cambios de guitarrista y tan poco documentado durante todos estos años. En el Palais se llevó a cabo la primera actuación de Matthias Jabs con Scorpions como miembro definitivo. Justo al día siguiente del concierto antes comentado del Cinema Rex. Estos meses fueron cruciales en el devenir del grupo de Schenker/Meine y resultan interesantísimos. Esperemos que vayan conociéndose más datos y detalles de esta etapa. Uli Jon Roth dejó el grupo, contactaron con Matthias Jabs, luego Rudi y Michael hablaron para que se incluyera al menor de los hermanos de nuevo en la banda; esto provocó que echasen a Matthias al poco de haberle contratado. Michael tuvo problemas y aquello no funcionaba; volvieron a reclutar a Matthias, para lo que tuvieron que localizarle de un día para otro con un helicóptero puesto que estaba en una campiña recóndita sin comunicaciones… en fin, una historia apasionante que necesita ser documentada en profundidad.
El Palais D’Hiver era el recinto musical más grande de Europa desde su construcción en 1963 hasta su desaparición en 1988. En la actualidad es una especie de edificio de oficinas. Y os podéis imaginar, más del cachondeíto del extraterrestre ese haciéndole fotos a cosas que no son monumentos importantes… ¿o sí?



   Villa Sant Pecaire. St Jacques. Grasse.

En esta pequeña localidad francesa que recibe el nombre de St Jacques y que se encuentra en la región de Grasse, muy cercana a la Costa Azul aunque en el interior, se vinieron los Scorpions a grabar el mítico álbum “Blackout”. El mánager les buscó una de las mansiones dentro de este idílico enclave de naturaleza y aire puro para que el grupo se relajase en busca de los hados de la inspiración. Hasta allí se desplazaron con el estudio móvil del productor Dieter Dierks y todos los aperos necesarios para las grabaciones. En aquellos momentos Klaus Meine venía de perder la voz, la peor pesadilla para cualquier cantante; sin duda. Todos los especialistas y doctores le dijeron que jamás iba a poder volver a cantar, pero la determinación de Rudolf Schenker, decidido a  esperar a que su compañero de viaje le acompañase de nuevo al micro, acabó de envalentonar a Klaus en su determinación a salir victorioso de esta dura prueba que le ponía la vida. Acabó encontrando a un doctor en Viena -cuya clínica habrá que visitar cuando viaje a la ciudad de Beethoven, por supuesto- que consiguió hacerle volver a cantar. Fue un duro y tortuoso proceso de recuperación en el que, entre otras cosas, Klaus tenía que aplicarse unas ondas eléctricas directamente en su garganta; el propio cantante comentó después que el aparato usado para programar esas frecuencias eléctricas llegó a ser su compañero inseparable y era normal verle viajar con el cacharro en cuestión a todos lados.
El soleado y apacible sur francés, enclave en el que se ubica la Villa St Pecaire, fue el lugar de residencia y trabajo del grupo entre los meses de Noviembre de 1981 y Enero de 1982. Y no debió de irles mal del todo, porque registraron uno de los discos clásicos más representativos de la Historia del Hard Rock.

                                              Klaus y su cacharro para la voz en Villa St Pecaire 82.


           JAPÓN.

   Cruce de Shibuya. Tokyo.

Sabido es de todos  que Japón es otro mundo en sí mismo y los japoneses son unos seres superdesarrollados que van a la cabeza de la evolución humana. Esto no ofrece discusión y todo aquel incrédulo no tiene más que poner sus pies en el país del Sol Naciente para comprobarlo con sus propios ojos. Dentro de su cosmopolita capital, Tokyo, uno puede encontrarse prácticamente con cualquier cosa que sea capaz de elucubrar el cerebro humano. Ciudad de contrastes apasionante y lugar muy significativo en todo lo que se refiere a memorabilia musical.
El famoso cruce de Shibuya, una de las arterias principales de la capital, es un lugar en el que confluyen hasta cinco grandes avenidas a la vez, hiperpobladas de vehículos y humanos las veinticuatro horas del día. Tienen un peculiar sistema de semáforos para que aquel galimatías encuentre un orden -en eso los japos son expertos- que te permita acceder a todos los puntos de dicho cruce. Desde luego es digno de ser visto, no en vano este cruce es una de las atracciones turísticas de la ciudad y un buen número de curiosos, cámara en mano, se agolpan para cruzar un semáforo mientras se hacen fotos. Definitivamente Japón es otro mundo.
Nuestros queridos músicos tampoco se han sustraído a tan peculiar cruce y lo han usado para fotos promocionales de la más variada enjundia. Y nuestros queridos Scorpions aprovecharon su primera visita a Japón durante el famoso tour que vio nacer al mítico doble en directo “Tokyo Tapes” para fotografiarse cruzando uno de sus semáforos. Esta foto acabó en el art work interior de dicho disco y con los años ha acabado pasando el test del tiempo entre los seguidores del grupo.



   Nakano Sun Plaza. 4 Chome 1-1 Nakano City.

Volvemos a la época dorada de “Tokyo Tapes”, el recinto que alberga el imponente Nakano Sun Plaza fue el lugar escogido para realizar las actuaciones en las que se registraron este histórico doble álbum en directo. El edificio que podemos contemplar en la actualidad se reformó hace apenas unos pocos años, de hecho el propio Uli Jon Roth llevó a cabo la actuación conmemorativa de su participación en el citado “Tokyo Tapes” tan solo unos meses antes de su remodelación, a principios del año 2016. Hablamos del triple directo de Uli Roth titulado “Tokyo Tapes Revisited” y es una especie de homenaje con el que Uli y su espectacular grupo cerraron el homenaje que tributó el guitarrista alemán durante su estancia en Scorpions y que le llevó a recorrer el mundo entero entre los años 2013/2016 presentando un repertorio matador de casi tres horas íntegras de repertorio constituido por canciones de la mítica banda alemana de esos años. Para los conciertos de la gira japonesa en los que se registraron las grabaciones además contó con la presencia como cantante solista de Nathan James, cantante de Inglorious y poseedor de una estupenda voz ideal para recrear los pasajes que salieron de la cabeza de Klaus Meine. Un sueño hecho realidad para algunos de nosotros.
Pasear por la curiosa fachada de este edificio y recorrer sus pasillos interiores mientras evocas algunas de las canciones de esa etapa setentas tan especial del grupo es una experiencia sobrecogedora. Como curiosidad podemos comentar que el propio Uli Roth ha reconocido en entrevistas posteriores que de las noches japonesas de esa gira del año 1978 la mejor para él sin duda fue la primera en Tokyo. Pero lamentablemente no la grabaron… por ahorrar. Dieter Dierks pensó en su momento que en el primer show  seguro que se podían cometer fallos y decidió no registrarlo; los dichosos dineros, que lo joden todo casi siempre. No importa, para algo están las grabaciones piratas. Emplear tu dinero en el bootleg de ese primer show en Tokyo, si consigues encontrarlo, será sin duda una de las mejores inversiones de tu vida. Palabra.



   Nihon Budokan.. 2-3 Kitanomaruloen. Chiyoda City.

Si hay un recinto mítico en todo Japón relacionado de manera directa con la música Rock, ese es el Budokan. Se trata de un recinto para conciertos y demás eventos artísticos en el que todo gran grupo que se precie de serlo ha actuado en directo. Sus paredes albergaron los shows que dieron forma al emblemático "Made In Japan" de Deep Purple, por citar algún ejemplo clarificador. Si nos remitimos a la familia Scorpions, nos encontramos con que el doble directo por excelencia que registró a principios de los ochenta Michael Schenker con su MSG (Michael Schenker Group) se grabó ahí mismo. Bajo el nombre de "On Night At Budokan", el menor de los Schenker legó a la humanidad uno de esos discos de obligada escucha y posterior posesión. Acompañado por una banda de lujo, entre otros contaba con Cozy Powell a la batería, nos regala aquí Michael la receta o manual perfecto para fabricar el doble disco en directo definitivo. Nunca sonaron tan bien temas como "But I want more" y su inicio escalofriante, "Cry for the nations", "On and on" y así hasta completar la totalidad de semejante obra de arte. Recomendación: escúchese "Let sleeping dogs lie" a poder ser a toda pastilla y déjese llevar por el solo de guitarra del final del tema, en el que una vez más Michael Schenker demuestra porqué ha venido de otro plante. Especialmente recomendado si eres guitarrista o aspiras a serlo.

                                   Detalle del libreto del disco "One Night At Budokan" de MSG.


   Hotel Four Seasons. Chiyoda-ku. Marunouchi 1 Chome-11.  

Este lujoso hotel de la capital japonesa fue el lugar de descanso escogido por Rudi Schenker, para su compañero y amigo Klaus Meine tras perder la voz.este último durante las sesiones de grabación del disco “Blackout”. El guitarrista de Scorpions le organizó unas pequeñas vacaciones a Klaus por Tailandia y Japón para que el cantante pudiese relajarse durante ese duro año 1982 en el que Meine tuvo que luchar contra todo ese proceso de pérdida de voz en el que todo se le puso en contra y cuesta arriba. Desde luego que si te pasas por las inmediaciones del hotel te das cuenta enseguida de que los Scorpions no son unos tipos de gustos baratos y sencillos precisamente; no en vano tienen como costumbre, entre otras cosas, solicitar en sus contratos para las actuaciones de directo una limusina que les lleve desde el lugar en el que se encuentren hospedados  hasta el recinto del concierto de turno.
Todo estaba a favor para que Scorpions hubiesen cambiado de cantante, seguido con la planificación de grabación y todo eso que tan claro tiene la industria del disco, incluso el propio Klaus presentó su renuncia al ver la complejidad de su proceso de voz. Pero Rudi esperó, en su cabeza y en sus sensaciones eso no era negociable; o era con Klaus Meine o no era. De este modo, este lujoso hotel fue uno de los testigos mudos de cómo hay personas que pueden llegar a anteponer una relación de amistad a todos los negocios, dineros y logística de mánagers o discográficas… y además demostrar que tenían razón.




   Hiroshima. Prefecture Industrial Promotion Hall y Museo.

Aquí el protagonista pasa a ser nuestro querido Uli Jon Roth. El guitarrista alemán grabó una de sus canciones más emblemáticas a modo de homenaje a esta ciudad y la terrible barbarie humana que protagonizó durante la Segunda Guerra Mundial. Este tema lleva por título precisamente “Enola Gay (Hiroshima today)” y apareció en el segundo disco de Electric Sun, el grupo en solitario que montó una vez dejado a Scorpions a finales de los setenta. Ese disco se llama “Fire Wind” y es una obra maestra de principio a fin. “Hiroshima” es un corte épico que sirve para cerrar este álbum, durante sus más de diez minutos de duración y su estructura en cuatro partes uno puede sumergirse a la perfección en todo el horror, dolor y melancolía que de un modo tan lírico y artístico interpreta Uli en su propia lectura musical de este desastre humano. Y todas esas sensaciones son las que recorren tu espina dorsal mientras paseas por el paseo conmemorativo que la propia ciudad ha levantado en memoria a este trágico suceso fruto de la capacidad humana para destruir. Es difícil plasmar lo que uno siente cuando pasea entre los restos de una basílica tras el paso de la bomba atómica, distintas esculturas a cuál más sobrecogedora o el museo de Hiroshima dedicado a este desastre. Nunca una colección de restos humanos, distintos objetos, fotografías o un sobrio montaje en 3D de lo ocurrido puede hacerte sentir tanto dolor.












domingo, 22 de diciembre de 2019

Los Discos de Navidad. V.


Llega la Navidad; bueno, llega todo eso que nos ciega los sentidos, nos satura con sus contradicciones e hipocresías, nos intenta reconfortar con mensajes de autocomplacencia tan vacíos como impostados y nos manda directamente a consumir sin descanso, pero que nada tiene que ver con el sentimiento y espíritu real de esta celebración. Un año más lucharemos por apartar toda la hojarasca del camino y disfrutar de este momento tan especial, con la música una vez más ayudando a guiar dicho camino. Este año resulta especial, puesto que Steve Perry -ese artista por el que aquí se siente extremo respeto y debilidad- ha decidido publicar música de motivos navideños para acompañar estas fiestas y hacernos un poquito más felices a muchos de nosotros; nuestro admirado ex vocalista de Journey ha puesto a disposición del público un maxi single de tres temas navideños que, entre muchas otras cosas, sirve de perfecta justificación para este artículo. Este año nos vamos a detener en las grabaciones de canciones de temática navideña que han sido publicadas por cantantes solistas -incluso rescataremos a algunos cantautores- para aportar algo de color y calor a este momento que cada año pone colofón al año en la mayor parte del mundo. De la mano de la espectacular voz de Steve Perry pasamos a recordar a un puñado de solistas que, por una amplia y variada gama de motivos, en algún momento de su carrera musical decidieron que era oportuno registrar un disco de canciones navideñas.



Rob Halford: “Celestial”. 2019.


El Metal God repite este año con un nuevo disco navideño, el segundo detrás del anterior “Halford III”” publicado hace diez años. Un nuevo redondo compuesto por varias adaptaciones de temas clásicos y composiciones nuevas; bueno, en realidad contiene un par de canciones nuevas y el añadido de un outro de apenas un par de minutos junto a una intro ambiental que no es más que un coda de ese cierre del álbum. Es curioso, lo habitual en estos casos es que la revisión instrumental de otro tema aparezca con posterioridad en el disco. Con Rob Halford las cosas siempre funcionan de otra manera. Dicha introducción, muy acertada y sugerente por otro lado, juega con la melodía del cierre del disco.
El disco se presenta como Rob Halford acompañado de familia y amigos, algo así como un guiño al rollo del espíritu familiar navideño y esas cosas, supongo; porque con Halford nunca se sabe. El cantante de Judas Priest e icono del Metal es una de las personalidades más misteriosas, controvertidas y descolocantes de la escena rockera, nunca sabes por dónde te va a venir y tal vez en eso resida parte de su encanto. Ignoro lo que el bueno de Rob piensa de la Navidad, su sentido real y toda la parafernalia basura en la que cada año la convertimos, pero si cada cierto tiempo se decide a regalarnos un disco basado en estos presupuestos y además es tan bueno como el que nos ocupa, bienvenido sea.
Curiosamente el disco comienza, una vez pasada la introducción, con uno de los dos temas propios que además ha servido para promocionar al álbum. Esta canción titulada “Donner and blitzen” bien podría haber formado parte de cualquier disco de Judas, pero no me acaba de convencer dentro del enclave de disco navideño; prefiero sin duda la otra composición propia: “Morning star”, con un rollo mucho más cercano al resto de temas del cd.


El disco no tiene desperdicio. Mezcla a la perfección el propósito de villancico navideño con el Heavy de los Judas sin que salte ninguna chispa y eso ya tiene mucho mérito de por sí. Las versiones escogidas suenan muy bien en líneas generales, en especial “Away in a manger”, que se convierte en un tema denso y evocador en el que la voz de Halford borda una interpretación perfecta. Otro momento de enjundia es el que conforman el final de una cañera “Joy to the world” con el inicio superpuesto de “O little town of Bethlehem” que lleva un arreglo muy original y que hace que la versión gane bastantes enteros. En la parte más afilada nos encontramos con una versión de “Deck the halls” que es puro Heavy Metal y que les ha quedado a Halford y familiares muy lograda.
En definitiva esta obra sigue una línea similar a la de su anterior disco de esta temática y permite la escucha de ambas piezas de modo consecutivo de tal manera que las puedes usar como banda sonora para decorar el árbol navideño de tu casa a ritmo de Metal mientras sirve de disgusto/disfrute de los allegados que tengan la suerte/desgracia de compartir tu mismo espacio vital.

                                           Rob Halford: "Donner and blitzen". Vídeo oficial.



Donna Summer: “Christmas Spirit”. 1994.


No podía faltar por aquí el disco de motivos navideños que grabó a mediados de los noventa la tristemente fallecida Donna Summer. Esta exuberante intérprete se descolgó con un disco excepcional, pletórico de buen Soul y lleno de matices que te transportan de manera inevitable al espíritu navideño; un álbum classy, sobrio, y elegante que acierta de lleno en su propósito navideño. Debo reconocer que este disco tardó bastante en llegar a mis oídos; Donna y su majestuosa voz han sido una de mis debilidades, pero ha sido muy recientemente cuando este disco entró en mi casa. Una mujer que durante muchos años hizo gala de una faceta artística tan arrolladora, atrevida y provocadora como controvertida, no parecía el arquetipo de artista que lanzase al mercado un producto de Navidad. Sin embargo el disco de Donna Summer rezuma entre sus surcos ese carácter tierno y reconfortante que, sin impostar nada, te subyuga y te sumerge de tal manera que hasta puedes levitar sin mayor problema si lo escuchas en las condiciones correctas; vamos, una delicia para el alma.
Se combinan en el disco canciones tradicionales navideñas, versiones y temas propios que no desentonan en absoluto con la idea global de la obra. Todo bajo un tamiz Soul adornado de Góspel, de ese que la cantante mamó desde su infancia. Las canciones están tratadas con una instrumentación sobria y muy acertada, acompañando a una voz principal de Donna que brilla en primer plano y con luz propia. En particular “O come all ye faithful” rebosa pasión y te hace vislumbrar por unos instantes el sentido auténtico de la Navidad. El medley que realiza con los clásicos “What child is this?”, “Do you hear what I hear” y “Joy to the world” es de categoría superior, con unos arreglos como el enlace entre el final de “Do you hear what I hear” y el inicio de “Joy to the world” que te vuelan la cabeza de lo buenos que son. El final del disco también es de traca. “Breath to heaven”, compuesta por Amy Grant, es una delicadeza, “O holy night” tiene una fuerza Góspel que te desarma y la última canción titulada “Lamb of god” es el broche de oro perfecto para una obra de estas características; el minuto final es una especie de oración con piano de fondo que, pese a que tiene mucho que ver con el rollo autoayuda de los pastores norteamericanos, es capaz de convertir a la Fe al más ateo de todos. Un disco que desde ahora no va a faltar en todas mis navidades.

                            Donna Summer: "What child is this/Do you hear what I hear/Joy to the world".



Frank Sinatra: “Christmas Song”. 1948.


Si hablamos de cantantes solistas y de discos de Navidad no podía dejar de asomar por aquí el intrépido Frank Sinatra. El disco que nos ocupa se publicó en 1947 y supuso el tercer lanzamiento discográfico en formato Lp del bueno de Frank. Se publicó primero en formato de cuatro singles durante mediados de los cuarenta y se lanzó poco después recopilando las ocho canciones en un álbum completo. Ya desde estos primeros momentos destaca la seguridad que Sinatra tenía en sí  mismo y su arrollador carisma. Es un disco de crooner con acompañamiento de músicos en el que se busca de manera principal el protagonismo de la voz. Sinatra y su voz de barítono reinan a lo largo de todas las interpretaciones del disco.
Las canciones escogidas para la ocasión son algunos de esos clásicos navideños que todos tenemos en mente, el álbum tiene un sonido muy bueno para su época y está diseñado para realzar a la auténtica protagonista del mismo: la voz de Sinatra. Seguro que sirvió de influencia para muchos discos de solistas que vieron la luz en los años posteriores. En particular suena especialmente bien la canción perteneciente el primero de los singles recopilados, “Silent night”, en la que la voz de Sinatra consigue evocar una sensación de paz y sosiego navideño que hasta casi te hace creer que este tipo de verdad podía sentir algo por lo que significan estas fechas. Seamos claros, si hay alguien que se encuentre en las antípodas del mensaje navideño ese es el bueno de Frank. Este angelito demostró durante toda su vida que la lucha por el débil y la justicia entre nuestros semejantes no entraban entre sus propósitos de vida más inmediatos. Todo buen conocedor de la vida de La Voz sabe de sobra que a esta encantadora alma caritativa le iba más la fama, el dinero, el poder y todos los valores que practicaba el Hollywood de los años cincuenta. Es más fácil imaginar a Sinatra persiguiendo a Ava Gardner por medio mundo con la sana intención de acabar en su alcoba que verle liderando una causa mundial a favor de los desfavorecidos. Junto a Dean Martin y Sammy Davis Jr formaron el núcleo duro del conocido como Rat Pack, que no era más que un selecto grupo de amigos que se juntaban para ir de fiesta, beber y follar; eso sí, siempre con estilo. Estos tipos eran demasiado sofisticados para juntarse con la chusma del resto de curritos mortales.... y además también tienen en el mercado un disco navideño conjunto! Seguro que para otras navidades lo rescatamos.

                                                    Dino, Sammy & Frank: The Rat Pack.



Sammy Hagar: “Santa’s Going South For Christmas”. 2019.


Uno de los tipos más auténticos de este negocio, además de uno de los que mejor ha sabido aprovechar el éxito e implementarlo dentro de su propio estilo de vida. Seguro que ser capaz de realizarse personal, familiar y artísticamente a través de tu propuesta artística, aunándolo en un todo y haciendo de ello una fiesta le va a permitir vivir en plena forma durante muchos años. El músico que lleva la bandera del sol, la playa, la fiesta y hacer lo que te dé la gana desde su envidiado Cabo Wabo -que sirve para ilustrar este humilde blog y al que este humilde escriba espera acabar pudiendo ir algún octubre a los conciertos de su Birthday Bash anual de una puñetera vez- también tiene su propio tema navideño. Por supuesto no es ninguna versión ni nada por el estilo, Sammy Hagar no está interesado en el árbol de Navidad, el frío invierno y en todas las clásicas connotaciones que tiene este tema. Desde la soleada playa de su Cabo Wabo, sentado en una hamaca y viendo las olas pasar mientras atardece, nos regala una composición que habla precisamente de disfrutar de unas navidades a pleno sol y fiesta; de hecho la letra explicita con claridad este mensaje. Acompañado de sus Waboritas nos regala un tema caribeño y muy positivo, lleno de ritmo y sabor. Lleva interpretando esta canción desde hace unos años -la primera vez que la tocó en directo fue en el año 2010- y en este 2019 la vuelve a editar con motivo del día del disco añadiendo una versión en vivo desde su propia cantina y otra toma en directo del estupendo "Eagles fly". Poco más se puede decir Sammy Hagar: un tipo con suerte.

                                           Sammy Hagar desde Cabo, un tipo que sabe vivir la vida.

                                       Sammy Hagar: "Santa's going south for Christmas". 11.12.10.



Johnny Cash: “The Christmas Spirit”. 1963.




El álbum que nos ocupa a continuación fue el primero de los discos sobre temática navideña que nos legó el tristemente fallecido Johnny Cash. Es una obra oscura, triste y densa, muy en la línea del añorado intérprete y compositor. Cash explota su personal faceta crooner mientras desgrana con una tensión contenida uno a uno los distintos clásicos navideños junto con composiciones propias que no hacen más que abundar en esa sensación que permite al oyente empatizar con la particular atmósfera cruda y a la vez delicada que Johnny ha tenido la habilidad de recrear. Comienza el disco con Johnny hablando con su voz rasgada y triste sobre un tenue fondo musical como el que recita un poema musicado; con un inicio así ya te rápidamente a su terreno. Nuestro entrañable Man In Black brilla con luz propia en el disco, conviene recordar que, aunque Ritchie Blackmore se apropió de este apelativo, es Cash el genuino poseedor del mismo y que incluso publicó un  álbum titulado “Man In Black” a principios de los setenta.
Su versión de “White Christmas” es puro caviar, mientras que en composiciones propias como “Christmas as I knew it” saca a relucir una tristeza y tristeza que convierten al tema en una genialidad. Por su parte “The Little drummer boy” presenta un original arreglo que le otorga al tema otra dimensión. En fin, imagino que los seguidores de Johnny Cash disfrutarán de lo lindo escuchando el disco en esta época en la que los mensajes tan contradictorios que nos inundan no tienen nada que ver con fijarte en el desvalido, que precisamente es de lo que va la Fe Crsitiana…y sobre lo que cantó durante toda su vida el bueno de Johnny. Y hasta la portada es una preciosidad.


                                                    Johnny Cash: "Christmas as I knew".



Pat Boone: “White Christmas”. 1959.


Otro tipo muy peculiar. Nuestro querido Pat se hizo famoso en los años cincuenta gracias a las versiones que robaba a gente como Little Richard y publicaba bajo su propio nombre. Estamos hablando de la época final de conflictos por segregación racial en EEUU y de los años en los que unos cuantos genios crearon esa pequeña y loca cosa llamada Rock n’Roll. Mientras tipos como Chuck Berry, Richard o James Brown fabricaban obras de arte en forma de hits unos detrás de otros, la puritana y exquisita sociedad americana exhibía su exasperante doble moral con el cinismo que la caracterizaba en aquellos años. Solo de este modo se entiende que tipos de la calaña de Pat Boone triunfasen en un mercado orientado hacia los blancos. El amigo Boone puede que sea uno de los tipos más sosos y descafeinados que me haya llevado a los oídos; y ahí le tenías, triunfando con versiones de mierda de canciones compuestas por Richard & Co. Treinta años más tarde de redimió con el estupendo disco de versiones estilo Big Band de temas clásicos del Hard Rock, pero eso es otra historia.


El asunto es que con el paso del tiempo incluso se le coge cariño al tipo, hasta Ronnie James Dio -no olvidemos que Ronnie sacó al mercado su primer single en el año 1957- hablaba de modo correcto de él a finales de los noventa. Y aquí le tenemos, con su disco navideño de cantante solista. La verdad es que el álbum es del todo olvidable, presenta la misma pólvora mojada que toda su producción clásica. Un tipo inofensivo que pobló los hogares  norteamericanos de los años cincuenta y sesenta.



Paul Anka: “It’s Christmas Everywhere”. 1960.


El cantante de la voz aterciopelada también tiene en su haber un disco de temática navideña, al igual que la mayoría de sus coetáneos de esos años cincuenta y sesenta tan especiales. Nuestro intérprete de “Lonely boy” nos presenta un disco que comienza con un recordatorio sobre los típicos buenos deseos de estas fechas para a continuación desgranar un puñado de clásicos a ritmo de Big Bang de las de antes. Merece especial mención la rendición que hace del clásico “White Christmas” en el que Anka y sus músicos pergeñan una versión lenta y solemne que queda realmente bien. El álbum cuenta también con una composición propia, el tema “It’s Christmas everywhere” es una composición propia que además de servir de título del disco es una canción idónea para cerrar esta obra navideña. Un disco muy de la época, pensado y hecho para ser consumido por la masa de la sociedad americana; sin riesgos, Paul Anka vuelve a ser el invitado ideal para la cena navideña de cualquier hogar de los de entonces…y puede que también el sueño húmedo de algunos de los inquilinos de dichos hogares.

                                               Paul Anka: "It's Christmas everywhere".



Annie Lennox: “A Christmas Cornucopia”. 2010.


Esta apasionante e inquieta mujer también tiene en su discografía un disco dedicado a la temática navideña; normal, alguien tan ecléctico y tan interesado en caminar distintos caminos musicales debía pasar por esta puerta. Este de los discos de Navidad es un terreno en el que es muy complicado innovar; quiero decir, muchas de las canciones son tradicionales con varios cientos de años de edad y está ya todo inventado. Sin embargo, nuestra querida Annie, igual que con casi todo el resto de su discografía, se las ha apañado para presentar un producto que puede que sea de lo más novedoso y sorprendente que uno se pueda echar a la mesa dentro de este apartado. Ya el propio título nos deja ver que Annie Lennox no tiene intención de presentar un refrito navideño de los manidos clasicazos de siempre, como pueda hacer el bueno de Pat Boone sin ir más lejos; “A Christmas Cornucopia” es un título que te llama la atención desde el minuto uno, novedoso, certero y nada habitual. Y en cuanto empiezas a escucharlo te das cuenta de que la cosa va en serio.


Lennox hace un interesante esfuerzo por revisitar algunos de los clásicos de siempre e intercalarlos con otros cortes de esencia navideña, pero que ya no son tan habituales o conocidos. Tiene la genial idea de incluir un tradicional original francés cantado en su propio idioma, “Il es en divin infant”, que rebosa pasión y delicadeza a partes iguales. El disco se abre de manera exquisita con “Angels from the realms of glory”, otro de esos tradicionales que la gente no suele tener tan en cuenta cuando se habla de discos de esta temática. Tal vez la palabra delicadeza sea la más acertada a la hora de intentar definir este pedazo de obra maestra. “See Amid the winter’s snow” o “In the bleak midwinter” son otros dos ejemplos de canciones menos conocidas y llevadas al terreno de Annie con una maestría casi insultante, versiones que consiguen hacer que te inunden unas sensaciones de tranquilidad y sosiego que tan necesarias resultan dentro de nuestro caótico y loco mundo actual. Comenta Annie en las notas del libreto que a la hora de realizar esta obra y escoger las canciones se basó en algunos de los temas que había escuchado desde pequeña y que le tocaban la fibra sensible, aunque no fuesen necesariamente canciones navideñas al cien por cien. Desde luego que dio en el clavo. Alguien como Annie ha demostrado a lo largo de todos estos años tener una sensibilidad especial para acercarse a canciones de esas que te erizan la piel y te encogen el alma. Suya es la composición “Love song for a vampire”, de la banda sonora del Dracula de Coppola, una de las composiciones más estremecedoras que haya escuchado en toda mi vida. Pero esto es marginal. Cierra el disco Annie con una composición propia bajo el título de “Universal child”, igual de tierna y seductora que el resto del álbum.

                                      Annie Lennox: "Universal chiuld". Washington. Diciembre 2010.



Mariah Carey: “Merry Christmas”. 1994.


Que aparezca por aquí una artista tan en las antípodas de lo puede querer abarcar este blog no hace sino reivindicar el carácter transversal del mismo. No tengo ningún interés en la carrera mainstream de Mariah y, desde luego, detesto todo de lo que se nutre dicha carrera, pero no se le puede negar a esta mujer la poderosa voz que posee; la única pega es que esta cantante equivocó el sentido de su recorrido musical, si se hubiese dedicado a cantar Hard Rock seguro que no tendría tanta pasta, pero la música que nos apasiona a muchos de nosotros hubiera ganado quién sabe si a uno de sus principales exponentes. Estas aseveraciones no son nada gratuitas, uno no tiene más que darle una escucha al estupendo disco navideño que esta mujer grabó hace unos años para darse cuenta. Un disco en clave de Pop, pero lleno de matices Soul, Rock o Góspel que harán las delicias de cualquiera que lo ponga en su equipo musical.
El disco fue controvertido desde su gestación, se publicó dentro de una época en la que esta mujer pegaba fuerte en las listas y más de uno criticó que se descolgara anunciando la grabación de un disco navideño. Lo que pocos se podían imaginar es que iba a registrar una obra con tamaña exhibición de fuerza y estilo. Desde el comienzo de “Silent night”, con su delicadeza vocal, instrumental y de arreglos, hasta el tema final “Jesus oh what a wonderful child” nos ofrece un ramillete de temas, tradicionales y propios, que no tienen desperdicio y que rebosan calidad y buen rollo por todos sus surcos. El disco no es nada ñoño, ni poppy inofensivo; aquí nos encontramos con una interesante combinación de elementos Soul, coros y voces Góspel que harían levantar a un muerto o elementos Rock que tanto Walter Afanasieff como la propia Mariah supieron combinar con un Pop de primera calidad en una producción de calidad superior. El disco lleva vendidas la friolera de quince millones de copias desde su año de publicación y su single de lanzamiento “All I want for Christmas is you” es uno de los singles más vendidos de la historia; ahí es nada. No es de extrañar, este tema compuesto por la pareja Carey/Afanasieff consigue recrear a la perfección el ambiente navideño dentro de una canción Pop plena de ritmo que hace que hace que no puedas de moverte. Las otras dos canciones propias tampoco desentonan, “Miss you most” es un tema suave y “Jesus born on this day” tiene un aire reverencial y unos bonitos coros que pueden pasar a la perfección por un tema clásico navideño si nadie te dice que está compuesto por esta pareja. 


En “Oh holy night” Mariah demuestra la gran voz que tiene y lleva a cabo una interpretación soberbia. Así mismo bordan la versión de “Christmas (Baby please come home) original de Spector, Barry y Greenwich que apareció en el también imprescindible disco navideño que publicó Phil Spector y del que hemos hablado por aquí con anterioridad. Las influencias Góspel se notan a lo largo de las voces de casi todo el disco, con un tratamiento en la producción exquisito. “Santa Claus is coming to town” es un claro ejemplo, con un piano que es puro Rock n’ Roll. Y para el final dejo esa delicia que lleva por título “Jesus oh what a wonderful child”. La canción se grabó en una Iglesia con un montón de coros de voces y todo eso. Sin embargo tiene un inicio que recuerda a un piano en el tugurio más recóndito, con más humo y menos recomendable de la ciudad. Luego se convierte en una canción dinámica, llena de ritmo y juegos de voces que desembocan en un trepidante final Góspel de esos de la negra dando gritos hasta que se cae el escenario. Sobrenatural.
Como tema extra final tiene un arreglo a capella del clásico “God rest ye merry gentlemen” que no hace más que ser el coda perfecto.
Ante semejante despliegue de talento uno no tiene más remedio que ir corriendo a la tienda y hacerse con el “Deluxe Anniversary Edition” que lleva el añadido de un segundo disco con tomas de directo grabadas en la Catedral de San Juan El Divino de Nueva York y que, como os podéis imaginar, constituye otra pequeña joya que complementa a la perfección el disco original. Atención a la toma de “Joy to the world” del directo de la catedral.

                                              Mariah Carey: "Jesus oh what a wonderful child".



Bob Dylan: “Christmas In The Heart”. 2009.


Este reconocidísimo músico decidió publicar hace unos años un disco navideño. En su momento resultó curioso que un tipo como Bob Dylan, de familia judía, acabase sacando a la venta un disco de villancicos. Bob se ha convertido al Cristianismo y, pese a mantener una relación fría con la religión en sí misma, ha acabado teniendo hasta audiencia con el Papa. En fin. De cualquier modo, supongo que esa ambigüedad que tan bien ha sabido explotar durante toda su carrera nuestro ínclito amigo no podía faltar en su disco de canciones tradicionales de temática navideñas.
El disco en sí mismo es un compendio de temas tradicionales, la elección comprende la mayoría de esas canciones de tradición anglosajona que acompañan a este periodo del año. Tal vez lo más curioso sea la inclusión de “Christmas island” y sobre todo del tema “The Christmas Blues”, que es de lo mejorcito del álbum sin duda alguna; se trata de una pieza lenta, a ritmo de Blues tranquilo pero efectivo y con un poso a lo Tom Waits que hace que nuestro amigo Bob salga de su habitual interpretación, sublime para algunos por aburrida y lineal para otros. Debo reconocer que no conecto en absoluto con el señor Dylan, su música me aburre sobremanera y siempre me ha parecido un músico mediocre y peor cantante aún, pero la gente lo adora. Donde el público ve genialidades, reconocimientos y premios -nobel incluido-, algunos solo vemos composiciones sencillas, sobrevaloradas y muy bien trabajadas por distintas campañas de marketing; pero bueno, será que nuestro escaso intelecto no nos llega para degustar las complejidades de un músico que apenas es capaz de entonar cuando abre la boca.




Willie Nelson: “Christmas With Willie Nelson”. 1994.


El bueno de Willie Nelson también grabó su pertinente disco navideño hace unos cuantos años. Reconozco que Nelson y su voz nasal  al estilo Dylan me dicen poco o menos que el resto de la pléyade de cantautores que pueblan nuestros campos cuales siete plagas de Egipto; aunque debo reconocer que le tengo un especial cariño, imagino que por la habilidad que ha tenido durante su longeva carrera musical para rodearse de gente más que interesante. Eso es algo que no está al alcance de cualquiera y hay que reconocerle el mérito a nuestro ínclito protagonista; si hasta ha colaborado con Julio Iglesias, otro tipo que no tiene en absoluto nada que ver con el Rock, pero que si nos olvidamos de su carrera musical y nos fijamos en toda la gente del star system con la que se ha codeado seguro que tiene un pedazo de entrevista, en el caso de que algún día estuviese dispuesto a darla.
El disco, pues lo que uno puede esperar de un disco de Willie Nelson: se basta de una acústica, un piano y poco más para desnudar un puñado de temas de ambiente navideño y llevarlos a su terreno. Si te gusta la tranquilidad y un hilo musical tan relajado como lineal, este es uno de tus discos; seguro. A destacar “It came upon a midnight clear”, con un aire suave aunque resultón bastante logrado. También le queda muy sugerente “Silent night” y su introducción con un piano desnudo. El tema final, titulado “Pretty paper”, tiene un aroma entre Folk y Blues que la verdad es que deja un buen sabor de boca como cierre del álbum.

                                                        Willie Nelson: "Pretty paper".



Mike Love: “Reason For The Season”. 2018.


Un tipo muy peculiar, este Mike Love. Nada prolífico en su carrera en solitario y muy acomodado en su rol de exprimir la gallina Beach Boys hasta sus últimas consecuencias, se ha desmarcado en estos dos últimos años con dos discos en solitario bastante interesantes. El primero de ellos  y el que nos va a ocupar a continuación es un cd navideño al más puro estilo de los que facturó el grupo de los chicos de la playa en los años sesenta. Temas tradicionales de Navidad acompañados por alguna composición específica para completar una obra bastante interesante. Aparece el sempiterno “Little St Nick”, que ya usaron en su día tanto los Beach Boys como Brian Wilson en su disco navideño en solitario. Mike Love se acompaña para esta grabación de parte de su familia  y de otros invitados especiales, entre los que figura la participación de Hanson en la canción “Finally it’s Christmas”. Llama la atención el tema que titula el álbum, “Reason for the season” es una bonita canción que auna el sentimiento navideño y el rollo musical de nuestro intrépido Beach Boy en solitario.

                                                     Mike Love: "Reason for the season".



Jonathan Cain: “Wonder Of Wonders”. 2017.


No podía faltar en esta cena navideña el single del teclista de Journey. Jonathan Cain ha publicado recientemente un disco religioso titulado “Unsung Noel” que todavía no tengo en mi poder, pero que no tardará, y un single de carácter navideño. “Wonder Of Wonders” es su particular homenaje a estas fechas tan significativas. La pieza es una composición propia que tiene las señas de identidad típicas del grupo madre y que además aborda el tema de la celebración navideña. AOR de primera categoría para acompañar mientras brindamos con nuestros seres queridos.

                                           Jonathan Cain: Wonder of wonders". Vídeo oficial.



Steve Perry: “Silver Bells”. 2019.


El motivo principal de este escrito. Nuestro cantante favorito ha estado un montón de años alejado de la vida pública y sin publicar música hasta que hace tan solo un par de años se descolgó con esa cosa tan bonita y delicada que lleva por título “Traces” y que supuso su vuelta discográfica. Pues este año ha lanzado un nuevo single de motivos navideños. Ha puesto en internet a disposición del público una revisión del clásico “Silver bells”. Este conocidísimo tema navideño cobra de la mano de Steve Perry y su tremenda voz un nuevo sentido. El vocalista nos lo entrega con una visión en clave de Soul y de eso que algunos entendidos llaman easy listening. La canción lleva una sencilla pero delicada instrumentación con una bonita línea de piano, la base rítmica y unos acertados coros aquí y allá; todo esto sirve de acompañamiento a la principal protagonista: la sobrenatural voz de Steve. Se desenvuelve a lo largo del tema con una soltura y naturalidad propias de alguien con su impresionante capacidad para interpretar; recorre la línea melódica jugando con ella, parando, recuperando y deslizando su voz tan llena de matices como solo él sabe y tantos cantantes posteriores se han inspirado o directamente han copiado de su personal estilo. Si tener una voz tan espectacular ya es difícil, que además tengas tan bien amueblada la cabeza a la hora de construir melodías solo puede tener como resultado una combinación única en su especie.
El single/maxi contiene dos versiones del villancico, un edit y la versión normal que no es más que la toma corta con el añadido al principio de unas estrofas de voz casi a capella acompañadas de un suave piano y un sutil toque de coros que, como os podéis imaginar, realzan la poderosa voz de Perry. Vamos, una delicia. De hecho hace apenas unos días el propio Steve ha colgado de las redes sociales un vídeo clip animado para promocionar la canción.  La obra se completa con un remix de una versión acotada del también clásico “Have yourself a merry Little Christmas” que ya había registrado con anterioridad y que es igual de especial que el resto del single. Unas navidades distintas y especiales de la mano de la aterciopelada a la vez que potente voz de uno de los cantantes más grandes que la vida. Se recomienda completar su escucha con los Eps también navideños de Neal Schon y de Arnel Pineda. Todo queda en la familia Journey. Caviar. 

                                                  Steve Perry: "Silver bells". Vídeo oficial.