El arte es un invento del hombre que nos permite expresar emociones
mediante distintos y variados lenguajes. Es deliciosamente subjetivo, por lo
que no existen unos límites claros que
lo delimiten. Esto no deja de suponer un problema porque muchas veces resulta
complicado entender o apreciar el valor artístico de determinadas obras, se
puede llegar al extremo de que lo que para una persona sea arte resulte
incomprensible para otra; ahí tenemos al bueno de Piero Manzoni y su “peculiar” manera de entender este mundo tan
insondable como esperpéntico. Nuestro querido Piero crea a partir de sus propios excrementos; sí, como lo leéis, Manzoni introduce el fruto de sus intestinos
en potes, les pone nombre y los vende alcanzando cifras astronómicas en algunas
ocasiones. Lo más cachondo del asunto no es que haya personas interesadas en
adquirir estas obras, que las hay, sino que los botecitos en cuestión sean
opacos, por lo que es imposible observar su contenido. Supongo que si alguien paga
por poseer un pedazo de mierda, lo mínimo es que lo pueda ver. En fin, el
singular mundo del arte, capaz de trascender más allá del ser humano.
De cualquier modo, como indicamos en la entrada del blog, muchos de
nosotros valoramos las distintas formas de arte pero consideramos que la música
constituye su mayor expresión. A lomos de la música cabalgan las emociones del
ser humano y de esto trata la siguiente sucesión de letras. Nos vamos a detener
en las canciones que mejor reflejan la tristeza como estado de ánimo.
Bien sabido es que estilos como el Blues basan sus letras principalmente en las relaciones humanas que
se rompen, pero no es el único, ¿quién no ha escuchado alguna canción que hable
sobre el desamor o la pérdida de algún ser querido? Sin embargo la música no se
detiene ahí, por sí sola es capaz de llegar hasta los sentimientos más
difíciles y delicados de la propia naturaleza humana. Ahora vamos a señalar una
pequeña selección de canciones que reflejan perfectamente la tristeza. Los
parámetros para escoger los distintos temas son maravillosamente subjetivos,
por lo que no todos estarán de acuerdo con el resultado y siempre faltarán o
sobrarán canciones según cada lector; no importa, cualquiera puede realizar su
propia selección, incluso os animo a que la compartáis con los demás en este
foro. Para todos aquellos que no estén de acuerdo con estas apreciaciones, no
hay problema, siempre pueden obviarnos y comprar cualquiera de las obras de Piero Manzoni. Empezamos:
Zakk Wylde: “Too numb to cry”.
El guitarrista descubierto
por nuestro encantador Ozzy Osbourne,
o por sus mánagers, lleva un montón de años compaginando su grupo en solitario,
Black Label Society, con las idas y
venidas en la banda del Madman. La
música de Wylde es agresiva, directa
y tosca casi en su totalidad, pero, bajo esa imagen de bruto cervecero, nos
encontramos con un artista capaz de idear delicadas piezas para piano y
cuerdas. El tema que hemos escogido se encuentra en su único disco en
solitario. Bajo la denominación de Zakk
Wylde publicó en 1994 un álbum con el inspirado nombre de “Book of Shadows”. La canción en
cuestión es una pequeña delicadeza en la que demuestra el talento que atesora.
Por momentos me recuerda parte de la esencia del Rock Sureño, representada por todos esos tipos nobles y duros,
músicos con una marcada escala de valores vital que defienden a capa y espada
pero que tienen, a su vez, la habilidad necesaria para crear delicadas melodías
llenas de dulzura . La letra refleja la
pérdida total de esperanza, es algo así como una oración en la que pides
explicaciones a un ser superior sobre la desgracia o pérdida que te atormenta.
Realmente interesante.
Aerosmith: “Dream on”.
La piedra de toque del grupo
de Steven Tyler y compañía. Apareció
en su primer disco, editado allá por 1974. Es una composición del propio Tyler anterior a la formación de la
banda. Parece ser que el guitarrista Joe
Perry no quería grabarla porque no le gustaba demasiado, afortunadamente ya
desde esos tiernos inicios se intuía quién iba a mandar en el grupo.
El tema es uno de los
clásicos de la cultura musical moderna. Es un medio tiempo denso y contenido,
la tensión va aumentando según avanza el minutaje hasta llegar al estribillo
final, para luego descender desapareciendo lentamente hasta el final. La letra
también resulta sorprendentemente madura para un jovencito Tyler; nos habla sobre el devenir de la vida y sus momentos, las
oportunidades perdidas y el camino recorrido que, con todos nuestros fallos y
aciertos, nos va otorgando conocimiento. Steven
Tallarico, nombre real del autor, realiza una impresionante demostración de
talento en su tarjeta de presentación. Parece mentira que el creador de obras
tan emblemáticas como “Janie’s got a
gun”, “You see me crying”, “Amazing”, “Lord of the things” o “Rag doll” sea la misma persona que
actualmente nos agobia con baratas composiciones sensibleras repletas de
manidos clichés y sin ninguna chispa creativa como la plastosa balada de Armageddon, “Girls of summer” o cosas
así. En fin, quedémonos con los Aerosmith
de toda la vida, esos que se acercaban a la tienda de instrumentos más cercana
al estudio de grabación y escogían los más raros para incluirlos en pasajes de
sus temas, y con sus impresionantes
directos.
Black Sabbath: “Over and over”.
La mítica banda de Tommy Iommi siempre se ha caracterizado
por retratar el lado oscuro de la vida, por lo que no podía faltar en este
artículo. La formación clásica con Ozzy
representó el ángulo más crudo de su música, pero con la inclusión de Ronnie James Dio en el grupo llegó el
lirismo y la melodía. La comunión de estos dos aspectos permitió alcanzar unas
nuevas cotas de creatividad que, en mi humilde opinión, suponen el punto álgido
de su producción artística.
La canción que nos ocupa
puede ser una de las joyas más escondidas del fondo de catálogo de los discos
de Sabbath con Dio, pero que no haya sido reivindicada por las siguientes
generaciones no solo no es un problema, sino que aumenta todavía más el
misticismo que la rodea. Es un tema denso, que se mueve poco a poco, pero que
te envuelve dentro de su quietud hasta que te atrapa por completo casi sin que
te des cuenta; puede que contenga una de las melodías más tristes e inspiradas
de toda la carrera discográfica de Ronnie
James Dio. Se produce una comunión perfecta entre la intensidad contenida
de la música y una letra acertadísima; referencias al débil y desvalido, a los
estados de ánimo y al final de las cosas. No encontrará aquí el oyente nada de:
“mi amor me dejó”, “te echo de menos,
baby”, ni nada por el estilo. Los paralelismos entre las emociones humanas
y metáforas referidas a la luz, la oscuridad o la lluvia nos demuestran una vez
más que estamos ante textos de primera categoría, compactados perfectamente en
la música con unas melodías que elevan el resultado final a la categoría de lo
sublime. Caviar del bueno.
Wofgang Amadeus Mozart: “Requiem en re menor”:
“Dies Irae” y “Lacrimosa Dies Illa”.
Se trata de la última obra
que escribió uno de los más grandes genios que seguro ha conocido el género
humano. Esta misa dividida en siete actos representa una de las grandes obras
de Mozart. Murió antes de acabar de
componerla, por lo que el encargado de completarla fue su discípulo Fraz Sussmayr.
La vida de Mozart fue dura y difícil. Genio
reconocido desde muy pequeño, se pasó gran parte de su corta vida viajando con
su padre en condiciones penosas la mayoría de las veces hasta que fue
contratado por la corte de Salzburgo. Un talento tan desbordante como el suyo
tuvo que vivir rodeado de la envidia e inquina del resto de los mortales,
infinitamente inferiores frente a su capacidad y a su don para la creación.
Murió a los treinta y cinco años fruto de su vida desordenada y sus continuos
problemas médicos.
Está documentado que el “Requiem” lo empezó a componer por
encargo tan solo unos meses antes de su prematura muerte. Un siniestro
personaje desconocido, vestido de negro, se presentó una noche en su casa con
el encargo de dicho “Requiem”.
Después se supo que este personaje había sido enviado por el conde Franz Von Walsegg, músico aficionado
que quería dedicar esa obra al funeral de su mujer y presentarla como una
composición propia. Ni que decir tiene que Mozart
interpretó este acontecimiento como una premonición de su propia muerte,
por lo que parece ser que compuso la pieza pensado en él mismo.
Toda la obra es pura poesía,
recomiendo al lector la escucha en su totalidad; sin embargo, se han seleccionado
dos fragmentos de la tercera parte del réquiem. Por un lado nos referimos a “Dies Irae”, que contiene la secuencia
del famoso poema de mismo nombre que aborda el Juicio Final. Además hemos
seleccionado “Lacrimosa Dies Illa”,
contenida también dentro de este tercer momento de la obra. Ambas piezas
representan el contrapunto entre el sufrimiento y la paz interna de aquel que
muere y va a ser juzgado. Sencillamente impresionante.
"Introitus", "Dies Irae", "Rex tremendae majestatis", "Confutatis" y "Lacrimosa".
Kingdom Come. “Friends”.
El grupo de Lenny Wolf pasará a la historia como un
plagio de Led Zeppelin y es bastante
injusto. Es cierto que sus dos primeros discos tomaban elementos de la banda de
Jimmy Page, pero toda su discografía
posterior ahondó en una línea musical y compositiva que se ha convertido en
algo personal y claramente reconocible; incluso esos dos primeros discos
contenían material de primera categoría –“Stargazer”,
“Living out of touch”, “Now forever after”, “Do you like it”, “Overrated” y
otras tantas– que no tenían absolutamente nada que ver con los Zeppelin, pero ya sabemos que como
algún iluminado te ponga la vitola ya no podrás quitártela jamás.
Nos vamos a detener en “Friends”, tema que apareció en su
cuarto disco “Bad Image”, aunque nos
vamos a centrar en la versión acústica que publicaron en su primer directo: “Live & Unplugged”. La canción
empieza con una guitarra acústica y la subyugante voz de Lenny que te lleva a su terreno inmediatamente. Toda una
preciosidad ideal para escuchar un día lluvioso de invierno con una taza de
café caliente en la mano mientras miras por la ventana de tu salón.
Extreme: “Last hour”.
Canción lenta con una
interesantísima cadencia que va entrando en tu cerebro poco a poco pero que
luego no eres capaz de sacar. Adornada con la inmejorable voz de Gary Cherone, uno de los cantantes más
ninguneados del panorama musical pese a poseer un gran registro. La letra
acompaña perfectamente, toda una oda al amor que va a desaparecer.
Pet Shop Boys: “Rent”.
Nada es sencillo ni gratuito
en el universo de Tennant y Lowe. Nuestros protagonistas llevan la
friolera de treinta años ofreciendo su Pop
electrónico a todo el que quiera escucharles y si aguantan tan bien el paso
de los años seguro que es porque algo están haciendo bien. Con este grupo casi
no hay término medio: los quieres o los detestas. Resulta cómico que desde
siempre hayan sido grupo non grato
para el público Rock cuando la
intensidad de su música está muy cercana a lo que ofrecen muchas de las bandas
rockeras que todos conocemos, sin ir más lejos grupos como Blind Guardian han hecho versiones de temas como “It’s a sin”, otra de esas canciones
que todo el mundo conoce.
El tema que nos ocupa
representa una perfecta muestra de su habilidad para desarrollar melodías
ganadoras adornadas con ese halo de tristeza e intensidad que acompaña a mucha
de su producción discográfica.
Dio: “Magica - Reprise”.
Aunque practicamente casi toda
la obra musical de Dio presenta
conexiones entre sí, podemos decir que “Magica”
fue el único disco conceptual que aparece en su discografía. Este corto pero
esencial tema supone el cierre de lo que iba a ser la primera parte de la
trilogía dedicada a la historia de Magica,
desgraciadamente la prematura muerte del artista nos privó de lo que seguro que
serían otras dos obras musicales de alta graduación. La canción vuelve a poner sobre la mesa la dualidad humana y divina entre el bien y el mal que
tanto y tan bien mostró Ronnie a
través de su faceta artística. De la mano de una de las melodías más simples,
emotivas y conmovedoras que haya escuchado jamás, nos refleja la condición
humana demostrando de paso que es un letrista como una catedral.
Scorpions: “A moment in a
million years”.
No podían faltar en esta
reunión. La habilidad de Schenker y Meine para componer canciones
imperecederas resulta obvia en cuanto las escuchas. Aquí Klaus Meine comparte con nosotros una lenta y delicada canción con
base de piano y voz de sencilla y elegante factura. También encontramos una
perfecta comunión entre letra y música. El tema nos habla de las despedidas
pero enfocadas en el propio grupo y su público, la idea de capturar un instante
en el tiempo para luego desaparecer y continuar cada uno por su camino.
Tristeza y nostalgia surcan el cielo de la mano sobre el piano y la especial
voz de Meine.
Joan Báez: “Diamonds and
rust”.
Una canción estremecedora. La
cantante Joan Báez puede incluirse
perfectamente en la categoría de cantautor, con la sutil diferencia de que este
tema es una preciosidad y se encuentra en una galaxia diferente a la mayor
parte de la producción musical de este estilo ligado a sesudos planteamientos
fabricados para que los deguste una estirada y selecta minoría que llega a
autoconvencerse de ello sin ser capaz de ver que muchas veces no se atreven ni
con la afinación de sus instrumentos musicales.
Este tema habla del amor
imposible o difícilmente correspondido. Joan
aseguró en su momento que la compuso para su marido aunque parece que estaba
dedicada a Bob Dylan. Es tan buena
que muchos artistas han realizado versiones de ella. Normal. Definitivamente
habrá que dedicarle una entrada en el futuro.
Saratoga: “Si amaneciera”.
Interesante la presencia de
composiciones patrias en esta lista. Saratoga
nos presentó, dentro del disco “El Clan
De La Lucha”, este sentido tema. Nos habla de la dura espera en el dolor y
desesperación ante la ausencia de un ser querido. No estamos hablando de que te
deja tu chico o tu chica, la letra aborda el delicado mundo de la enfermedad y
la angustiosa desesperación del que acompaña y aguarda.
La producción está cuidada al
máximo, cosa que se agradece, encontrándonos el contrapunto entre lo acústico y
lo eléctrico cuando rompe el tema; el estribillo con la entrada a pelo de la
guitarra eléctrica es sencillamente especial. Como anécdota podemos comentar
que el guitarrista Jerónimo Ramiro
al abandonar el grupo le permitió a Nico
del Hierro seguir usando las composiciones pero le pidió que no volvieran a
tocar este tema en sus directos por resultar especial. Completamente
comprensible; ante un tema especial es preciso una consideración especial.
Gary Moore: “Parisienne walkways”.
Uno de los guitarristas
bendecidos con la innata capacidad de tocar con una belleza y fluidez que los
distingue del resto. Una balada nostálgica que recuerda el encuentro fugaz de
los amantes. La dura vida y difícil personalidad de este genio de las seis
cuerdas supongo que explica en parte todos esos matices que impregnan su obra,
su actitud renegada hacia el Rock
duro que tanto reconocimiento le dio, su tempestuosa relación con otro mito que
también nos dejó y que responde al nombre de Phil Lynnot o sus problemas con la drogas, el alcohol y las relaciones
humanas no hacen más que agrandar el mito de su figura. La misma persona que
tuvo los cojones de adueñarse del concierto homenaje póstumo a Phil Lynnot, impidiendo a John Sykes su participación o colando
temas de su repertorio en solitario que no podían tener cabida en un homenaje
de esas características, es capaz de descolgarse con composiciones tan emotivas
y sensibles como la que nos ocupa o “The
Loner” entre otras.
“Parisienne walways” es una oda al desamor. Está compuesta por Moore y Phil Lynnot a
partir del “Blue Bossa” de Kenny Dorham y apareció en su disco en
solitario “Back On The Streets”. Sin
embargo, la versión que más me impacta es la que aparece en el disco en directo
“Blues Alive”, con un Gary Moore en estado de gracia que se
marca un pedazo de solo final de órdago. El sostenido de la guitarra como solista
antes del segundo estribillo es impresionante.
Goran Bregovic: “Wedding”.
Una delicada pieza en la que Goran Bregovíc se adentra en la cultura
de los Balcanes. Investiga en la tradición de los gitanos rumanos y sus
influencias orientales. Esta versión está tomada del concierto que ofreció en
la ciudad griega de Tesalónica en 1997, formando parte de los festejos que la
enmarcaban como capital europea de la cultura durante ese año. De extrema
sugerencia y sutileza.
Lacrimosa: “Halt mich”.
Lo de Lacrimosa resulta curioso. Es un grupo completamente anti
comercial, cantan en alemán y sus composiciones son extensas, difíciles, enrevesadas y con un marcado componente clásico; no obstante, el grupo se ha
consolidado como una de las principales referencias dentro del estilo Gótico. Presentan una personalísima
propuesta musical donde el dramatismo y la oscuridad constituyen los pilares
fundamentales. Esta mezcla de elementos roqueros y clásicos se acompaña de dos
voces, el tono grave del creador y compositor Tilo Wolf y la femenina voz de Anne
Nurmi. Y resulta. Podríamos haber escogido casi cualquier tema de su
discografía porque en todos aparece ese toque melancólico que llevan por
bandera.
Recuerdo que la primera vez
que me topé con Lacrimosa fue en una
tienda de discos a finales de los noventa, no sabía nada del grupo pero me
impactó muchísimo la portada. Tenía pasta en el bolsillo y me lo compré a la
aventura, algo así como un presentimiento. En cuanto lo puse me sorprendió y me
atrapó. Pero lo más gracioso ocurrió
cuando me enteré a los pocos meses después de que iban a tocar en directo en
una conocida sala madrileña. Supuse que lo conocerían cuatro gatos de los raros
y me acerqué esa misma tarde dando un paseo para comprar mi entrada. Cuál fue
mi sorpresa al comprobar que había una cola en los aledaños de la sala formada por cientos de seres ataviados con extraños ropajes negros y sus caras
maquilladas de color blanco, supongo que habían decidido salir de las
profundidades de sus respectivos avernos, arriesgándose a exponerse a la luz
solar, para asistir a ese cónclave musical que se iba a celebrar. No bromeo, la
cola daba la vuelta a la calle. Ni que decir tiene que me quedé sin la preciada
entrada. Tuve que esperar varios años para disfrutar de su propuesta artística
en directo pero mereció la pena.
Guns n’ Roses: “This I love”.
El universo de Axl Rose y, por extensión, el de Guns n’Roses nunca han sido sencillos.
Nuestro querido vocalista, en su búsqueda a tumba abierta de la correcta
inspiración artística para el grupo, ha ido acabando poco a poco con la paciencia
de todos los que le han rodeado. El caso de los Guns es realmente curioso. Lo tenían todo para haberse convertido
en el grupo más importante de la historia: cualidades, aptitud y actitud,
publicidad, gancho comercial y, sobre todo, grandes canciones. En 1992 el mundo
estaba rendido ante sus pies, eso es un hecho. Sin embargo, las decisiones tan
imposibles de un tipo como Axl Rose,
talento creador poseedor de un prisma artístico y personal con muchísimas caras
y aristas, fue dando, uno tras otro, pasos inexplicables para conseguir
destruir todo aquello por lo que había luchado. Imagino que a una personalidad
tan desbordante y peculiar como la suya no le vino nada bien todo el dinero,
éxito, fama y endiosamiento al que se vio sometido durante esos años dorados de
los gunners. Así como Izzy Stradlin, guitarrista original del
grupo, se desmarcó del entramado mastodóntico y caprichoso en el que se había
convertido el grupo, nuestro encantador W.A.R.
decidió meterse en él de cabeza.
En 1993 publicaron el disco “The Spaguetti Incident” y el siguiente
disco de estudio con nuevas composiciones se publicó… quince años después!... y
con otra formación completamente distinta excepto el cantante. Tela.
Hubo una época en la que
parecía imposible que Axl y su
compleja personalidad fuesen a ser capaces de publicar el dichoso disco. A la
poderosa multinacional Geffen Records
le costó la broma la friolera de 13 millones de dólares. Finalmente “Chinese democracy” se publicó en
Noviembre de 2008, exactamente quince años después del último disco de estudio.
Hay una anécdota bastante cachonda al respecto porque, durante esos años
anteriores a la publicación del famoso disco fantasma, este era objeto de mofas
y burlas por parte de determinados sectores de la industria musical de
Norteamérica. La marca de bebidas Dr
Pepper había prometido una lata gratis para cada estadounidense si Guns n’ Roses publicaban su disco en
2008 y, finalmente, el cachondo de Axl
Rose lo publicó ese mes de Noviembre. Por lo visto la empresa no cumplió su
promesa, lo que encolerizó a Rose;
incluso mandó a sus abogados a hablar con dicha empresa. En fin, el universo de anécdotas y excentricidades
de GNR daría para varios libros.
Obviamente el disco no
cumplió con las expectativas tan elevadas que se habían creado, aunque incluye
esta pequeña joya titulada “This I love”.
El inicio del tema con ese piano melancólico y la voz de Axl ya merecen por sí mismos la compra del cd. La canción rebosa
drama, dolor y ternura a partes iguales. Le pese a quién le pese Axl Rose lo volvió a hacer una vez más
y se salió con la suya.
Queen: “Don’t try so hard”.
El testamento de Freddy Mercury se encuentra en ese
maravilloso disco titulado “Innuendo”,
del que este tema forma parte. Un artista rebosante de talento enfrentándose a
una muerte lenta y anunciada ante la posibilidad de grabar un último disco con
su grupo mientras todavía le quedase energía. Las composiciones del disco
aparecen firmadas por todo el grupo, pero estoy seguro de que sus compañeros le
dejaron el timón a Freddy para que
dejase su impronta como mejor sabía hacerlo: con música. Toda la incertidumbre,
sufrimiento, desgaste mental, incredulidad, reconocimiento del dolor y otros
estados de ánimo por los que tuvo que pasar Mercury se reflejan a lo largo del disco. Aunque se debe escuchar
el disco en su totalidad, en esta canción aparece la resignación y el drama
latente cuando lo has intentado todo y no has conseguido nada. Tema que
entremezcla ese sabor amargo del desengaño con la tranquilidad de la espera
admirando todo aquello a lo que quizás nunca le diste importancia pero que
sigue estando presente ante tus ojos. Definitivamente habrá que detenerse por
aquí con “Innuendo” en otro momento.
Eddie Van Halen: “Catherine”.
El guitarrista más influyente
de la historia de la música junto con Jimi
Hendrix. Eddie Van Halen es un tipo de esos de uno entre un millón. Hijo de
un músico holandés, empezó de niño tocando la batería para pasarse al poco a la
guitarra; también toca el piano aunque reconoce que nunca ha aprendido solfeo,
por lo que encima resulta que toca de oído. Tócate.
Eddie
siempre ha tenido una relación difícil con los cantantes de su grupo. A finales
de los años noventa pasó una época dura debido a un cáncer de lengua y a sus
propios demonios personales. Conviene comentar que desde muy joven, debido a su
precocidad musical, acompañó a su padre en las actuaciones de directo. El
propio Eddie recuerda que empezó a
beber casi antes de llegar a la adolescencia porque siempre fue muy tímido y, a
la hora de actuar en directo, su padre le daba un chupito de alcohol para que
se relajase.
La canción que hemos escogido
es instrumental, Van Halen no
necesita texto para transmitir emociones. La guitarra de Eddie llega, literalmente, a ahogarse en su propio llanto. Este
tema no aparece en ningún disco del grupo. Pertenece a la ingente cantidad de
material musical que el propio Eddie
dice tener en sus estudios musicales, llamados 5150 (código que se les da a los
trastornados mentales en EEUU). Este tema se publicó como parte de la banda
sonora de una película porno en el año 2005. El vídeo se puso en circulación
por You tube y refleja a la perfección el drama y el desconcierto interno de un
artista roto por dentro. En aquella época Eddie
tenía problemas con la bebida, su mujer de toda la vida le había dejado,
prácticamente vivía encerrado en su estudio y casi no hacía apariciones
públicas -queda para la posteridad la triste aparición en un evento de una
conocida marca de guitarras a la que asistió en claro estado de embriaguez-. Su
grupo estaba parado y sin contrato discográfico ni management, imagino que por
su propio y autodestructivo estilo de vida. La canción destila dolor y drama
vital por todos sus surcos. El vídeo clip también. Afortunadamente encarriló su
vida de nuevo, se casó… con la publicista de la peli porno en cuestión y
actualmente hasta su propia imagen física desprende felicidad. Me alegro.
Rainbow: “Vielleicht das
Nachste Mal (Mayde next time)”.
Ritchie Blackmore es otro de esos músicos que han abanderado a toda una generación y que
siguen siendo referencia fundamental para muchos de nosotros. El tema que nos
ocupa es una delicada pieza instrumental que grabó para el disco “Difficult To Cure”, el primer álbum de
Rainbow con Joe Lynn Turner a la voz. La característica principal de la
canción, además de la excelente inspiración de la melodía principal, es el
personalísimo uso del slide con su
guitarra. La mayoría de guitarristas que usan esta técnica la desarrollan en el
contexto de solos de guitarra sobre temas de Blues; sin embargo, Blackmore
siempre se ha caracterizado por usarla para ofrecer un toque de sensibilidad
distintivo y personal en los temas más densos y melancólicos. Incluso agarra el
tubo para deslizarlo por el mástil de manera distinta al resto, la mayoría lo
introduce en uno de sus dedos mientras que Ritchie
directamente lo agarra con toda la mano. Una simple curiosidad.
Los arreglos corren a cargo
de Don Airey, otro de los músicos
más inspirados y prolíficos que nos podemos encontrar por estos andurriales
musicales. Adorna y orquesta un tema perfecto para convertirlo en inalcanzable.
El título está en alemán. No
es ningún secreto que Blackmore,
pese a ser inglés, se siente en Alemania como en su casa; de hecho piensa que
en una de sus reencarnaciones fue algo así como un trovador germano. Está
subtitulado en inglés con lo que viene a ser la traducción de la expresión
alemana. Lo gracioso del asunto es que la expresión alemana es incorrecta, no
sabemos si hecho a propósito o no; con Blackmore nunca se sabe. Lo que queda
claro es que en el universo de Ritchie
las oportunidades se producen solo una vez, si no es posible siempre queda el
consuelo de pensar que igual puede haber suerte la próxima vez que los caminos
se encuentren.
Seal: “Kiss from a rose”.
Una preciosidad de canción.
Parece ser que el tema llevaba rondando por la cabeza de Seal desde años atrás, incluso tenía maquetas del mismo, pero no se
publicó hasta que encajaron todas las piezas del puzle. Este tema apareció en
su segundo disco pero no obtuvo el éxito y reconocimiento hasta que no se
publicó dentro de la banda sonora de la película “Batman”, a partir de ese momento alcanzó los primeros puestos de
las listas de éxitos y llegó a vender millones de copias.
La canción destaca por una
aparente sencillez que esconde un laborioso trabajo de producción y unos
arreglos inmejorables. En el tema y en el disco colaboró el guitarrista Jeff Beck, lo que explica parte de esa
belleza tan singular como extraordinaria.
Tengo muy presente la primera vez que escuché esta canción. Era una mañana soleada de Julio de 1994 y me encontraba en el interior de una tienda de souvenirs, estaba ojeando entre los mostradores por pura inercia hasta que algo empezó a sonar por el hilo musical de la tienda. Inmediatamente me quedé enganchado por la exquisitez de la voz y la instrumentación. Además de los impresionantes arreglos en los juegos corales lo que más me sigue impactando de esta canción es el interesante uso que hace de los silencios, la mayoría de músicos se obcecan en interpretar la mayor cantidad de notas musicales posibles por segundo mientras que solo unos pocos saben jugar con la quietud y la intensidad de los silencios; en esto Jeff Beck es un maestro. En fin, todas las rosas quedan redimidas gracias a esta composición musical de Seal tan especial.
Tengo muy presente la primera vez que escuché esta canción. Era una mañana soleada de Julio de 1994 y me encontraba en el interior de una tienda de souvenirs, estaba ojeando entre los mostradores por pura inercia hasta que algo empezó a sonar por el hilo musical de la tienda. Inmediatamente me quedé enganchado por la exquisitez de la voz y la instrumentación. Además de los impresionantes arreglos en los juegos corales lo que más me sigue impactando de esta canción es el interesante uso que hace de los silencios, la mayoría de músicos se obcecan en interpretar la mayor cantidad de notas musicales posibles por segundo mientras que solo unos pocos saben jugar con la quietud y la intensidad de los silencios; en esto Jeff Beck es un maestro. En fin, todas las rosas quedan redimidas gracias a esta composición musical de Seal tan especial.
Uli Jon Roth: “Until the end
of time”.
Estamos ante palabras
mayores. Nuestro especialísimo genio Uli
Roth lleva más de veinte años trabajando en un Requiem para honrar la memoria de Monika Danemann, su anterior compañera sentimental tristemente
fallecida. Nuestro hombre ha publicado varios fragmentos de esta obra
inconclusa hasta la fecha. Editó hace veinte años un prólogo de sus obras
clásicas que estaba formado por supuestos fragmento de esta obra y otras de su
producción dentro de este género musical. Una de ellas era este “Until the end of time” que, como su
propio nombre indica, es una declaración de amor. No penséis que Uli coge el camino fácil, nunca lo
hace. Roth presenta en esta
composición un sentido homenaje hacia el ser querido que ha desaparecido y se
ubica en el justo momento en que la otra parte siente la pérdida. Rememora sus
sentimientos puros y directos hacia el ser querido mientras tiene la seguridad
de que sus almas se volverán a encontrar para compartir el resto de sus
existencias juntos, toda la eternidad, aunque el momento que toca vivir en ese
instante es el del dolor y el velo por la pérdida. Usa un lenguaje poético
conciso, inspirado y sobrecogedor. En cuanto a la música solo podemos decir que
constituye un ejercicio perfecto entre la trágica intensidad de la pérdida y la
dolorosa ternura de la espera en la esperanza.
Monika Danemann
fue la última novia que tuvo Jimi
Hendrix en vida. Un espíritu libre que expresó su arte principalmente
mediante la pintura. Si juntamos eso a la admiración que siempre ha tenido Uli por Hendrix, era normal que Ulrich
Roth se acabase enamorando de ella. Recuerda Rudolf Schenker la noche en la que se conocieron Uli y Monika. Parece ser que se encontraban en plena gira inglesa con Scorpions, presentando “Virgin Killer”. Uli y él estaban en un pub, tras un concierto, tomando algo y de
repente Roth observó que Monika también estaba por ahí. Un
tímido y nervioso Uli fue animado
por el propio Rudi para que se
acercase a charlar con ella y el resto es historia. Monika se suicidó en 1996, acusada desde hacía años por otra ex
novia de Hendrix con respecto a la
muerte del guitarrista. Danemann no
pudo soportar esa presión y se quitó la vida dentro de su coche.
Annie Lennox: “Love song for a
vampire”.
La perfección hecha canción. Annie nos presentó a principios de 1993
este tema que apareció en la banda sonora de la película “Drácula’s Bram Stoker”. La canción está inspirada en la tormentosa
historia de amor entre el conde Drácula y Mina, la novia del abogado que viaja
hasta su castillo para verle. El tema refleja perfectamente la elegancia y
caballerosidad de un conde Drácula
enigmático e irresistible que intenta recuperar a su esposa, muerta hace
cuatrocientos años, conquistando a Mina,
que es exactamente igual a ella.
La canción se desarrolla a
través de un canon simple y agridulce, realizado con el teclado, que va
creciendo en intensidad con una maestría impecable. Sobre esta instrumentación Lennox desgrana una de las melodías más
enigmáticas y oscuras que he escuchado jamás. La letra trata sobre la pérdida
del ser amado y lo hace con una belleza desbordante; como el amante entregado e
indefenso ante sus sentimientos y la fatalidad del destino que, sin embargo,
tiene claro que su amor perdurará toda la eternidad. La canción más triste que
he escuchado en toda mi vida.