Encuentros HUSH.
Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
Clube de Adictos a Deep Purple
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Púrpura Chess
This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.
Ya que seguimos inmersos hasta las trancas en el recorrido anual por la discografía de Ian Gillan y nos referimos en la entrada anterior de vuestro humilde, antiguo y trasnochado blog a algunas de las versiones que aparecieron en el disco en directo "Nobody's Perfect" que publicaron en el ya lejano año ochenta y ocho, es el momento perfecto para recuperar este pedazo de versión que se marcaron de uno de los clásicos de toda la vida de este insigne grupo y que responde al título de "Lazy".
Esta canción puede que sea una de las piezas más inspiradas, eclécticas y personales de los Purple. Todo en "Lazy" es maestría: su composición, instrumentación, melodías, arreglos e impresionante ejecución sirven de vehículo para demostrar que los músicos de este grupo se mueven sin problemas en la categoría de genios desde el primer segundo hasta el apoteósico y salvaje final del tema.
"Lazy" es una de esas composiciones que definen por sí misma el especial talento de sus creadores. Es tan buena que es sencillamente inclasificable: es un Blues sin ser solo Blues, es Hard sin ser solo Hard, es Jazz sin ser solo Jazz, es Folk sin ser solo Folk, es Soul sin ser solo Soul, es Big Band sin ser solo Big Band, tiene una actitud propia del Punk sin ser Punk y, sobre todo, es un puto Rock' n' Roll.
Disfruten de esta irreverente y salvaje versión ofrecida en el directo "Nobody's Perfect", seguro que los fans que asistieron el 30 de Mayo de 1987 a la actuación ofrecida en el Veterans Memorial Coliseum de Phoenix, ciudad americana del estado de Arizona, disfrutaron de un concierto de esos que no se olvidan.
Al abrigo de estos primeros días
de Noviembre en los que se vienen noticias de un próximo nuevo disco de estudio
de Purple y su consiguiente gira mundial, que volverá a recalar en
nuestro país, volvemos a recuperar esta especie de sección sobre los discos y
grabaciones que Ian Gillan ha ido dejando a su paso durante su ya
dilatada carrera musical. El mítico vocalista de Deep Purple lleva
cantando en activo cerca de sesenta y cinco años, toda una vida. A sus ya cumplidas
ochenta primaveras sigue con una inusitada vitalidad que le lleva a seguir
componiendo música, visitando estudios de grabación y programando actuaciones
en directo por medio mundo. Toda una vida siendo un vivo ejemplo del auténtico
estilo de vida del Rock'n'Roll para las posteriores generaciones que han
seguido y continúan disfrutando de su voz, de su talento y de su presencia escénica.
Una fuerza de la naturaleza que lleva miles de kilómetros recorridos cantando Rock encima de cualquier escenario que le reclame, regando con alcohol a su sufrido hígado
toda la vida y que cada día se empeña en seguir desafiando a todas esas cosas que
nos dicen los profesionales de la salud que debemos hacer para poder durar unos
pocos años más.
De voz la cosa ya va más
justita; hace bastantes años que esto es así, pero tampoco es que sea un drama.
Nuestro querido Garganta de Plata fue bendecido con un
desmesurado torrente de voz, pero a la vez con un tono precioso y personal que
nos hace poderle disfrutar igual mientras está gritando arriba como cuando te
regala cualquier bella melodía interpretada con la pasión y el buen gusto que
atesora. Esto de los cantantes en general como los de Rock en particular
da para muchas consideraciones. Dentro del peculiar mundo de los oyentes,
tenemos desde los que no perdonan que el vocalista de turno a los setenta años
baje media octava en su registro hasta los que ni se enteran de que hay alguien ahí cantando
las canciones que escuchan. El que esto escribe lo tiene meridianamente claro:
siempre distinguir y valorar a esas grandes voces que fueron tocadas con el
dedo divino, pero disfrutando también de las mismas cuando van perdiendo sus
estratosféricos límites mientras sigan sonando bonitas. Que alguien le pida a
gente como Gillan, Sammy Hagar, Klaus Meine o cualquier otro que siga
cantando arriba a los setenta y pico años es ridículo, que se mueva en el
escenario como si fuese un chaval es ridículo... y si no lo hace ya no me gusta
es estúpido. Mientras mantengan la voz y saquen adelante un concierto te pueden
seguir brindando felicidad, aunque ya no hagan nunca más los gritos de "Child
in time" ni lleguen a los agudos de “Space truckin”. Un
cantante no tiene que dar saltitos o carreras en escena, un cantante no tiene
que ser resultón o guapete. Un cantante debe cantar, bien y bonito, esa es la máxima
para algunos de nosotros; pero esto es marginal.
Ian Gillan, uno de los frontman definitivos del RnR.
En fin, no nos desviemos
demasiado. El caso es que volvemos a recuperar otro de los momentos del
recorrido musical de Ian Gillan para comentar algunas de las grabaciones
que, pese a llevarse a cabo, nunca han visto la luz del sol musical. Nos vamos a
retrotraer al año 1988. Gillan estaba al frente del micro en Deep
Purple; la formación clásica el grupo, el MARK II, se había reunido
a finales de 1984 para grabar el afamado disco "Perfect Strangers"
que les devolvió al éxito total con su pertinente gira mundial de presentación.
Todo parecía funcionar entre las difíciles y conflictivas personalidades del
guitarrista y principal compositor Ritchie Blackmore y la del propio Ian
Gillan; recordemos que llevan toda la vida detestándose y ese agrio odio
permanece intacto hasta el día de hoy. En 1987 salió a la venta su sucesor, el
disco "The House Of Blue Light", otro discazo para este
humilde escriba. Por desgracia no tuvo la misma aceptación entre el público;
además, las tensiones Blackmore/Gillan volvieron a aparecer, una vez más.
Consiguieron acabar la gira de presentación y con algunas de esas actuaciones
dieron forma al disco doble en directo titulado "Nobody's
Perfect", aparecido al año siguiente. La prensa criticó duramente este
directo, que para vuestro humilde servidor pasa por ser uno de los mejores de
toda la carrera del grupo; brillantes, inspiradas y salvajes interpretaciones
de una banda que sonaba como un jodido cañón, no tienes más que ponerte cosas
de este disco como "Lazy", "Perfect Strangers",
"Strangers kind of woman", "Dead or alive", "Space
truckin" o "Woman from Tokyo", por citar unos cuantos
ejemplos rápidos. Redondearon el asunto volviendo a regrabar el clásico del
grupo "Hush", versión que apareció en el primer disco de Purple
en 1968 con Rod Evans a la voz. La nueva toma de "Hush" que
acompañó al directo suena que te cagas, de hecho Gillan comentó en su día
que fue grabada en una sola toma. Los que son buenos son buenos.
Por entonces el grupo estaba prácticamente
roto. Blackmore ya no soportaba a Gillan y la gota que colmó el
vaso fue un ensayo al que no acudió el vocalista. Acabaron por echarlo del
grupo y, tras probar a unos cuantos cantantes como Jimi Jamison, Jimmy
Barnes, Terry Brock, John Farnham o Brian Howe entre otros, fue Joe
Lynn Turner el elegido para sujetar el micro. Gillan por su parte
retomó la actividad de su grupo en solitario de principios de los ochenta y
tras una gira inglesa por salas de pequeño aforo -en la que por por primera vez
en su vida no interpretó ningún tema de Purple- publicó el estupendo "Naked
Thunder". Hasta aquí lo que cualquier seguidor de la saga Purple conoce
de siempre.
Gillan & Blackmore.
Lo que apenas está
documentado es que antes de la expulsión de Gillan a principios de 1989
el grupo al completo grabó alguna cosa más además de la versión de "Hush"
que apareció en "Nobody's Perfect". Parece ser que las
sesiones de grabación se llevaron a cabo en los Hook Manor Studios de Oxfordshire a
principios del año 1988, de hecho el doble directo se publicó a finales de
Junio de ese mismo año. Por lo visto se registró también una nueva versión
actualizada del clásico “Black night” del grupo, lo que pasa es que
finalmente no vio la luz del sol discográfico. No está claro el objetivo de
esta nueva grabación, podría haber acompañado como segunda toma de estudio al “Hush”
que sí se publicó como final del directo, también podría haber salido como
single o como cara b para promocionar dicho doble en vivo; no hay mucho más
documentado al respecto. No obstante, tiene sentido que escogiesen ese tema
para volver a grabarlo; “Black night” pasa por ser una de las canciones
más exitosas y reconocidas de unos Purple a los que les abrió el mercado
británico durante aquel lejano 1970 en el que redefinieron el concepto del Rock’n’Roll
cuando asombraron a todos con esa auténtica obra maestra del Hard Rock
llamada “In Rock”. Palabras mayores. Tal vez otro día hablemos de la
capital relevancia y trascendencia de este disco en el devenir de la música Rock
desde ese 1970 hasta el día de hoy. Un disco que ni sonaba ni se parecía a nada
-y cuando digo nada, es nada- que hubiese sonado antes… ni Hendrix, ni Sabbath,
ni Zeppelin ni ninguno. Un auténtico puñetazo sobre la mesa de Blackmore,
Gillan, Lord& Co que mostró casi sin quererlo el camino a
seguir a millones de músicos y seguidores de esa potente, poderosa, pequeña y
loca cosa llamada Rock. Pero esto es marginal.
Pero sigamos. En este
par de años -1987 y 1988- tan convulsos dentro de la historia de un grupo
repleto de los mismos, tanto Ian Gillan como Roger Glover encontraron
algo de tiempo para trabajar en un disco a dúo. Bajo el epígrafe de Gillan
& Glover salió al mercado en febrero de 1988 el álbum “Accidentally
On Purpose”. Una obra pletórica de finura, eclecticismo y Rock’nRoll,
alejada casi por completo del Hard Rock característico de Purple.
Por aquel entonces Blackmore todavía no había echado a Gillan de Deep
Purple, aunque seguro que la idea rondaba su cabeza de manera intensa, y el
vocalista utilizó el tiempo de composición en compañía de su amigo y también
compañero en Purple Roger Glover para expulsar toda su frustración
acumulada en el devenir del último año dentro del seno de la Púrpura
Profunda. Gillan le debía ala compañía de discos Virgin un disco de estudio y encontró en “Accidentally
On Purpose” la manera perfecta de pasar unos días en los AIR
estudios de la caribeña isla de Monserrat... además de irritar a un ya de por
sí fácilmente irascible Ritchie Blackmore.
Gillan & Glover.
En lo que respecta a Deep
Purple, además de “Hush” y “Black night” ’88 Hook Manor studios,
otro dato muy revelador trascendió por entonces. En unas declaraciones de la
época el tristemente fallecido Jon Lord comentó que estaba muy excitado
con la idea de volver a entrar en el estudio con el grupo, ya que tenían nuevas
canciones en las que la formación estaba trabajando. Concretamente Lord
explicó que tenían unos seis nuevos temas casi completados y otros seis en los
que estaban probando cosas. Esto viene a ser algo así como disponer de las bases de
un nuevo disco de estudio al completo en el que seguir jugando con
composiciones, melodías y arreglos. Y si nos atenemos al momento de las
declaraciones, se trataría de composiciones en las que estaría colaborando el
grupo al completo, incluido Ian Gillan a la voz, ya que por entonces
seguía en el seno de la formación.
La sola idea de la existencia
de maquetas con unos doce nuevos temas inéditos del MARK II -Blackmore,
Gillan, Lord, Glover y Paice- datadas a principios del año 1988 es algo que
ya hace que muchos de nosotros salivemos con inusitada y vigorosa intensidad.
Por desgracia nada más se supo de estas grabaciones. Ignoramos si algunas
acabaron convertidas en canciones del siguiente disco que publicó el grupo en
el año 1991 -“Slaves & Masters”, ya con Joe Lynn Turner a la
voz-, si se recuperaron para el posterior “The Battle Rages On” que
editaron en 1993 coincidiendo con el regreso a la formación de Gillan, o
sencillamente acabaron cogiendo polvo en cualquier baúl de esos que
milagrosamente recuperan las compañías de discos cuando buscan sacar dinero
fácil publicando demos o rarezas de las bandas que tienen contratadas. Sea como
fuere, nos volvemos a encontrar a un Ian Gillan poniendo sus voces y
melodías a un puñado de canciones de las que volvemos a no poder escuchar con
certeza su resultado final.
El final del pasado Abril nos sorprendió con la grata nueva del estreno de la nueva canción de Deep Purple. La mítica banda británica nos ofrece este "Portable Door", primera nueva composición de estudio del grupo desde el año 2020 en el que publicó ese gran disco titulado "Whoosh!". Esta nueva entrega de Purple sigue presentando tras los controles al renombrado productor Bob Ezrin, el hombre que parece haberles dado una nueva vida discográfica al grupo de Gillan& Co. Él es la persona que ha producido la última trilogía de estudio de Deep Purple, "Now What?!", "Infinite" y el antes mencionado. Con estos tres discos Purple ha conseguido lograr un interesantísimo equilibrio y una nueva madurez compositiva como se ha visto en pocos grupos con una carrera tan dilatada como la suya.
Recordemos que el guitarrista Steve Morse tuvo que abandonar la nave Púrpura por motivos familiares, hace ya dos años que los dejó para cuidar de su mujer por motivos de salud. Tristemente Janine, su esposa, fallecía el pasado ocho de Febrero de este año. Deep Purple invitaron a Simon McBride, guitarra del grupo en solitario de Don Airey, y creo que no ha podido resultar una decisión más acertada. Un fino músico con un toque solista tan fluido como del Rock'n'Roll clásico de ese del de toda la vida.
Ahora nos ofrecen su primer fruto de estudio. "Portable Door" presenta de nuevo el toque de Ezrin tras los controles, ese regusto Progresivo pero directo, junto con un riff de inicio que te trae a la cabeza de inmediato la entrada de "Pictures of home" sin resultar una copia. Pasado, presente y futuro en su nueva canción, una vez más en la diana. Y con la voz de Gillan aprovechando sus actuales recursos para ofrecer una bonitas líneas vocales que enseguida hacen que cualquier seguidor de Purple de toda la vida se sienta en terreno conocido.
Ahora a esperar al diecinueve de Julio para degustar del disco en su totalidad y a mediados de Junio para verlos de nuevo en directo en territorio español. Deep Purple: una leyenda que se resiste a vivir de las rentas y que sigue ofreciendo nueva música de calidad y sin complejos.
Por increíble que parezca, este humilde blog ya tiene cuenta de instagram. Por si quieres echar un vistazo:
Por fortuna Deep Purple han podido poner en funcionamiento la gira mundial de presentación de sus dos últimos discos; "Whoosh!" y "Turning To Crime". El primero en estudio con canciones inéditas publicado en el año dos mil veinte y el segundo de versiones aparecido al año siguiente. Dos excelentes obras que dejan claro que estos tipos siguen sabiendo muy bien de qué va esto de componer y tocar Rock n' Roll; en particular "Whoosh!" me tuvo bastante obsesionado cuando salió, uno de los mejores trabajos que haya sacado el grupo de Gillan & Co en su longeva carrera discográfica. Por desgracia aparecieron en plena pandemia y no ha sido posible salir de gira para presentarlos hasta hace apenas unos meses; como practicamente todo el mundo en este mundillo, vaya.
Primero se anunció una fecha en España, más concretamente en el festival Icónica de Sevilla. Perfecto. Pero el notición para este humilde escriba se produjo a primeros de este caluroso Julio, resulta que Purple habían sido contratados para actuar en el majestuoso Teatro Romano de Mérida; amigo, eso ya son palabras mayores. El teatro emeritense, ubicado en la que fuera capital ibérica hace más de dos mil años del Imperio Romano, es uno de los lugares más especiales que puede pisar cualquier persona que sienta mínimamente el arte... y que tenga sangre dentro de sus venas. De hecho lleva celebrándose en el mismo el Festival Internacional de Teatro Clásico -la de este año es su edición número sesenta y ocho-, que no deja de ser una de las principales referencias a nivel nacional e internacional de este país tan genuinamente cochambroso en lo que a los asuntos artísticos de refiere. Es una cita obligada para el que esto suscribe cada verano desde hace ya bastantes años... y los que me quedan. Imposible sustraerse a la posibilidad de pasar una noche mágica en este mágico entorno dejándote atrapar por su mítica esencia mientras te asas de calor en las tórridas noches emeritenses de verano. Cualquiera que haya asistido al festival sabe de lo que hablo.
Poco importa la obra a presenciar -bueno, si es buena y de enjundia entonces aquello cobra otra dimensión-; de hecho este año tuve que aguantar estoicamente las insoportables y nada inspiradas ínfulas de grandeza de una especie de cantautora que no era capaz de entonar, ni de tocar, ni de ná de ná, sumergidos en una agobiante nube de Electro Pop barato y chapucero mientras se ¿contaba? una especie de historia que no había por dónde cogerla. Y resulta que eso era arte. Será que mis humildes entendederas no alcanzan a degustar esas mieles tan sofisticadas, petulantes y exclusivas. En fin.
Pero no nos desviemos del asunto. Resulta que Deep Purple han anunciado una actuación en este enclave tan especial para el próximo veintitrés de Septiembre. Ni que decir tiene que en cuanto me enteré me hice con las entradas y allí estaré, Dios mediante, contemplando morir al sol frente a la luna... y si me acompaña "Anya" de fondo, mejor que mejor. Disfrutar de los Purple actuales con el solvente guitarrista Simon McBride si sigue sustituyendo a Steve Morse, recordando a un Ritchie Blackmore que se habría vuelto loco ante semejante emplazamiento y brindando por el tristemente desaparecido Jon Lord. Todo en uno.
Deep Purple es un grupo
universal, de eso no cabe duda y menos para nosotros que somos miembros de su club
de fans oficial en España. Su música ayudó a cambiar el modo de entender el Rock n Roll en el mundo entero a
finales de los años sesenta y a día de hoy, más de cincuenta años después,
todavía siguen vigentes y sacando discos originales de estudio como el último “Whoosh!” en el que vuelven a
dermostrar lo buenos que siguen siendo y la buena música que aún atesoran en
sus entrañas. Sin embargo no vamos a hablar de su estupendo último álbum de
estudio, nos vamos a retrotraer a finales de los ochenta para recordar una sus
canciones tal vez más injustamente denostadas perteneciente a uno de sus discos
más injustamente denostados. Por increíble que parezca, Deep Purple puede que sea uno de los grupos que cuente con los seguidores más inconformistas del planeta. Tampoco es algo demasiado extraño, cuando el nivel de tu música y de tus músicos es tan elevado los seguidores siempre te van a exigir la perfección. Por citar un ejemplo, cuando Joe Lynn Turner entró en la banda a principios de los noventa incluso desde el propio club de fans oficial inglés casi que repudiaron al que fuera cantante de la última reencarnación de los Rainbow de los ochenta. Así está el patio.
Purple sacaron en 1987 el álbum “The
House Of Blue Light”. Un disco que, pese a ser uno de los más apreciados de
su discografía por el que esto firma, recibió una tibia acogida por parte de
los medios en su momento. Conviene comentar que fue publicado después del
aclamado “Perfect Strangers”, el
disco de reunión de la formación clásica que resultó un pelotazo en el mundo
entero. Era muy difícil superar las amplias expectativas creadas tras su
reunión del 84/85. Supongo que lo más sencillo hubiera sido sacar un siguiente
disco en la onda del propio “Perfect
Strangers” para volver a hacer caja. Pero no. Los Purple nunca han buscado
el camino fácil. Se les puede criticar muchas cosas, pero lo que nadie les
puede negar es que nunca han vendido su culo por ninguna moda o por salir en
las radios y los programas punteros para vender un puñado de discos más; bien
lo saben tanto sus compañías de discos como Bruce Payne, su mánager de siempre. Deep Purple siempre han sido íntegros con su propuesta musical y a
día de hoy es uno de los poquísimos grupos –y digo poquísimos- que han conseguido
tener un sonido propio identificable y nunca han grabado dos discos ni iguales
ni parecidos. Este “The House Of Blue
Light”, pese a ser uno de los que con el paso de los años más ha sido
criticado tanto desde fuera como desde dentro del propio grupo –supongo que el
propio grupo no guarda buen recuerdo del mismo ya que su formación estaba en
fase de ruptura-, no deja de ser un pedazo de artefacto perfectamente diseñado que
te vuela la cabeza desde su grandilocuente, contundente y elegante inicio con “Bad attitude” hasta su frenético final
a toda caña con “Dead or alive”;
pero esto es marginal. Otro día hablaremos de este disco en profundidad. Además
de por la calidad que atesora, le tengo un cariño especial puesto que de la
gira de presentación se grabó el doble directo “Nobody’s Perfect” que fue lo primero que escuché de Deep Purple cuando salió a mediados de
1988. Lo mismo, la gente criticó mucho el disco porque el repertorio era muy
similar al clásico “Made In Japan”;
ya ves tu qué gilipollez. Además, el directo contenía hasta cinco canciones
distintas del directo mítico de Japón; pero estas cuestiones debían ser muy
complicadas de entender para los periodistas de la época, que lo acribillaron
sin compasión... igual la compañía de discos no les dio las prebendas
necesarias. Recuerdo que me llamó la atención en un primer momento por el tema “Strange kind of woman” y el
espeluznante interludio que incluíandel
“Jesus Christ Superstar” que interpretó el propio Gillan en el original de los setenta. Bueno, el caso es que llegué
a Purple por Gillan en solitario. Sí, por increíble que parezca primero entró en
mi adolescente habitación el “Mr.
Universe” del grupo de Gillan.
Mi cabeza se destrozó de inmediato y me vi abocado a descubrir toda la
discografía de esta maravillosa familia musical, pero eso sí que es otra
historia.
Ian Gillan & Ritchie Blackmore.
El caso es que hoy queremos recordar y reivindicar la canción “Call of the wild”. Este tema, perfecto
para sonar en las emisoras de radio del mundo entero durante aquellos dorados
años ochenta, fue la apuesta como single que el grupo realizó al publicar el
disco. Incluso llegaron a publicar un vídeo clip cuyo argumento principal era
una burla que el propio grupo hacía hacia los propios vídeo clips en general
que tan de moda empezaban a estar en esos años. La realidad es que las ventas
no acompañaron y eso, unido a la aparición de nuevo de sus míticas disputas
internas, acabó por fragmentar al grupo con la expulsión de Ian Gillan bajo órdenes estrictas de Ritchie Blackmore tan solo un par de
años después. Sin problema, nada de esto empaña una composición soberbia en la
que una vez más Gillan demuestra que
tiene la cabeza amueblada de una manera especial para crear melodías
imperecederas.
Como curiosidad podemos decir que en este disco aparecen referencias
obvias al gran Little Richard, uno
de los ídolos de siempre del propio Ian
Gillan y de millones de nosotros. Sin ir más lejos, el título del disco
está sacado de una estrofa del mítico “Good
Golly Miss Molly” de Richard. Y
si nos fijamos solo un poquito en el inicio de la letra del propio “Call of the wild”, podemos comprobar
que se inicia con Gillan diciendo: Operator, I’m looking for a girl. Esto
es sin duda alguna un guiño de nuestro querido Garganta de Plata al más
grande vocalista que ha existido jamás. Tan solo un año antes de la publicación
de “The House Of Blue Light” nuestro
añorado Little Richard volvió a la
vida musical activa por la puerta grande con el excepcional disco “Lifetime Friend”, que contenía entre
sus canciones la titulada “Operator”.
Que Ian Gillan siempre ha admirado a
Little Richard no es ningún secreto
y está bien así, no se me ocurren mejores referencias para alguien que se
quiera dedicar a esto del Rock n Roll.
Así que les invito a que, si pueden, le pregunten al propio Gillan si tenía en mente ese disco del
maestro Richard cuando compuso la
letra de “Call of the wild” y, si no
pueden contactar con nuestro genuino Garganta de Plata, siempre pueden
degustar este temazo de Deep Purple y descojonarse con su irreverente y punzante vídeo que volvemos a recuperar de nuevo.
Deep Purple han lanzado hace apenas unos pocos días un nuevo vídeo clip para deleite de sus seguidores y para irritar a sus detractores, seguro. La canción escogida es "Nothing at all" y les sirve para promocionar su estupendo nuevo disco bautizado como "Whoosh!", otro imposible título que seguro habrá salido de la cabeza y del corrosivo sentido del humor tan inglés que atesora nuestro querido Ian Gillan. Este es ya el tercer vídeo que publican los Purple desde que su reluciente nuevo redondo vio la luz a primeros de este pasado mes de Agosto. La canción es una preciosista muestra de todo lo que todavía tienen para ofrecernos musicalmente este puñado de brillantes músicos. Aunque resulte difícil de creer para cualquier seguidor que se quedase en la discografía de los años dorados de este mítico grupo, Deep Purple han seguido componiendo, grabando y publicando nueva música de elevado estándar en lo que a calidad se refiere durante todos estos años. Conviene recordar que Steve Morse lleva con ellos la friolera de veinticinco años y que la formación actual completada por el teclista Don Airey lleva en activo desde el año 2002; casi na.
Con este nuevo disco han conseguido dar una vuelta de tuerca más a su personalísimo sonido. Han logrado compactar en su particular crisol todas las pinceladas musicales con las que les gusta jugar a Gillan & Co. Hard Rock de pata negra con esos toques Blues, Progresivos, Jazzyy50's que consiguen combinar con una maestría insultante, como si les saliese natural en un par de tardes que se han juntado los cinco para tocar algo en el local. Todo ello empastado con unas líneas vocales de un Ian Gillan sin prejuicios que a estas alturas no tiene que demostrar nada a nadie y que lleva las melodías a un terreno en el que se mueve como pez en el agua, sin forzar nada... y sonando a Rock n' Roll... del genuino e imperecedero... del que nos enseñó Little Richard, pero esto es marginal. La producción de Bob Ezrin también ha jugado un papel importante en el resultado final que te llevas a la oreja. Desde luego de lo mejorcito que este humilde escriba ha escuchado de la banda madre desde los ya lejanos "Purpendicular" y "Bananas". Esto es una labor de amor de todo el grupo, pero no cabe duda de que los dos grandes artífices de todo esto son Steve Morse y Don Airey. Estos dos tipos, además de ser dos musicazos como la copa de un pino, han insuflado a la nave Purple el suficiente talento y carisma para que nos sigan enamorando cincuenta y dos años después.
Steve Morse.
Don Airey.
No es mi intención hacer una crítica del disco. Tam solo os dejo con el nuevo vídeo clip del grupo para que juzguéis por vosotros mismos. La letra aparentemente aborda el problemático tema de los residuos y en lo que está conviertiendo el ser humano nuestro bonito planeta; esta es la respuesta politicamente corecta, pero ya se sabe que con Gillan empuñando el lápiz los dobles entidos están a la orden del día. De cualquier manera una gran canción. Mucho bueno ahí metido, con enjundia y talento, sin calzador ni forzando, músicos que saben donde están, hacia donde quieren ir y lo que se traen entre manos.
Volvemos a recuperar este entrañable apartado y a este paso vamos a
tener que empezar a considerar elevarlo a la categoría de sección. Al abrigo
del estupendo nuevo disco en directo que Ian Gillan acaba de publicar
hace apenas unos meses –ese “Lazy”
de fábula lleno de piques teclado/violín/guitarra estratosféricos–, volvemos a
bucear en el fascinante baúl de los proyectos y grabaciones del genuino
vocalista que nunca llegaron de ver la luz del día o que lo acabaron haciendo
muchos años después de quedarse aparcados por una casuística de motivos tan
amplia como la vida misma.
El afamado Garganta de Plata, vocalista clásico de Deep
Purple se descolgó hace cinco años con una gira en solitario, secundado por
la banda de acompañamiento de Don Airey, el propio teclista y una
orquesta de cada país por el que pasaban con su gira europea. Como resultado de
estas actuaciones se han publicado este año unas más que recomendables
grabaciones en directo. E Ian lo ha hecho a lo grande y por todo lo
alto: lo ha publicado en tres formatos distintos –cd, blu ray y vinilo– y con
el sorprendente añadido de incluir una grabación distinta en cada uno de los
tres formatos; el resultado final es un compendio de tres majestuosos
conciertos de la gira con unas calidades de sonido y definición de primera,
testigos documentales de lo que los afortunados fans de Europa del este
tuvieron la fortuna de vivir. Un formato de triple lanzamiento que hasta ahora
no se lo he visto a mucha gente; si acaso al reciente triple lanzamiento del “Tokyo
Tapes Revisited” de Uli Jon Roth, tres dobles directos de tres
fechas distintas de la gira que hace unos años realizó nuestro zíngaro
preferido rememorando la famosa grabación en vivo de Scorpions de los
setenta. Volviendo al triple directo de Gillan;
por ponerle alguna pega, podemos indicar que escogieron en el repertorio
demasiados temas de Deep Purple y dejaron bastantes canciones de sus
discos en solitario en el tintero. En fin, aún así cabe reseñar que la mayoría
de temas Purple eran novedosos y que las interpretaciones son soberbias
prácticamente en la totalidad del set list. De tal modo este humilde
servidor no se ha podido resistir y he acabado adquiriendo las tres diferentes
grabaciones de IG que ahora reposan en un lugar privilegiado de la
estantería.
Sin embargo no vamos a detenernos en esta nueva publicación de Gillan.
El espíritu de estos escritos tiene como propósito rebuscar en todos esos
proyectos que en un momento determinado Ian comenzó, pero no acabaron
completándose. En esta ocasión hemos añadido al título la palabra “grabaciones”
puesto que hace relativamente poco tiempo hemos tenido conocimiento de unas
sesiones en las que Gillan tocó con otro grande de la música, Glenn
Hughes. Como curiosidad podemos comentar que, si Gillan tiene
proyectos escondidos que al final dejó sin completar, Hughes no solo no
le va a la zaga sino que puede que acumule todavía más que Ian; otro día
nos ponemos a la faena con toda la producción musical de Glenn que no
acabó de fraguar.
El asunto es que, por increíble que parezca ahora que resulta que la
relación Gillan/Hughes es tan mala como inexistente, hubo un tiempo en
el que todo eran sonrisas y camaradería entre los dos vocalistas de la Púrpura
Profunda. Conviene aclarar que la relación de Ian Gillan con
cualquier otro cantante de Purple suele ser tibia y que con Glenn
Hughes en particular todo se torció desde el momento en el que este último
intentó reactivar una reunión del Deep Purple MARK III. Todo esto
desembocó en una inducción de los Purple en la ceremonia del Hall Of
Fame de hace unos tres años tan surrealista y penosa como cachonda; no me
voy a detener en comentar esto ya que está documentado, tanto en esta entrada como en otra anterior. El caso es que, si Gillan siempre se ha referido a su relación con
Purple como la de un marido con su ex mujer, Glenn Hughes se
lleva el dudoso título de ex pareja a la que dejas por cuernos severos y a las
malas.
Gillan & Hughes en la ceremonia del Rock n Roll Hall Of Fame.
Pero no siempre esto fue así. A principios de los noventa un Ian
Gillan se dejaba ver y fotografiar con Glenn Hughes, asistiendo
incluso a conciertos de este último. Por su parte Glenn también se dejó
ver en alguno de los conciertos de reunión del PurpleMARK II en
el año 1993. Hace relativamente poco tiempo el escritor Jerry Bloom hizo
públicas unas informaciones que le comentó Glenn Hughes al respecto de
su relación con Ian Gillan. Según el autor, Hughes y Gillan
coincidieron bastante desde el año 1990 hasta tres o cuatro años después.
Recordemos que esos años supusieron la reactivación de la carrera en solitario
de Gillan después de ser sumarísimamente expulsado de Deep Purple
en 1988. Durante ese tiempo nuestra querida Garganta De Plata
puso en el mercado el excepcional “Naked Thunder”, tal vez el mejor de
sus discos en solitario, y “Toolbox”. La nueva Gillan Band,
bautizada para la ocasión con el simple apelativo de Gillan en claro
recuerdo a sus etapa de los ochenta, se pasó esos años actuando en directo en
plazas de pequeño/mediano aforo y, pese a la calidad tanto de sus discos como
de sus actuaciones en vivo, su situación financiera estaba de capa caída. Todo
esto se solucionó cuando sus ex camaradas de Purple le volvieron a solicitar –bueno; Blackmore no quería, pero acabó semi aceptando- para la celebracióndel veinticinco aniversario del grupo en lo
que supuso la segunda reunión del famoso MARK
II en el año 1993. Los acontecimientos que acontecieron en esta fugaz
reagrupación del Deep Purple de Blackmore/Gillan/Lord/Glover/Paice
desde Septiembre de 1992 hasta el amargo final con el último show del tour
europeo el 13 de Noviembre de 1993 son tan descolocantes como fascinantes… pero
eso es otra historia.
Garganta De Plata.
El caso es que Glenn Hughes
asistió a los conciertos que Purple
dieron en Estocolmo y en Oslo durante esa gira, concretamente el 13 y 15 de
Noviembre, y fue visto y fotografiado departiendo en el backstage con Gillan, Glover
y Paice. Tras el show de Oslo,
un promotor local contrató a Glenn
Hughes para realizar una actuaciónen el club Elm Street una vez
acabada la de Purple y tanto Gillan como Glover asistieron formando parte del público para ver en vivo a Glenn. Algunos medios de prensa
especializada se hicieron eco de un posible proyecto en el que llevaban un par
de años trabajando Ian Gillan y Glenn Hughes. Glenn le comentó al propio Jerry
Bloom en 1994 que Gillan no se
sentía temeroso de cantar junto a él como le pasaba a la mayoría de cantantes
con los que se había cruzado; normal, a ver quién tiene los cojones de subirse
a un mismo escenario con Glenn Hughes
y cantar a su lado. Ademásle comentó
que sus voces no sonaban igual y que podía tener su punto cantar juntos cada
uno en su estilo. TambiénHughes le dijo a Bloom que en el año 1991 habían estado tocando algo juntos en la
casa del propio Glenn junto a un
amigo. Hughes tocaba algo y Gillan
inmediatamente comenzaba a improvisar una línea vocal a la par. Ian se mostró muy interesado en
componer algo juntos y el propio Glenn
le comentó que desde el primer momento observó que Gillan tenía un don particular para escribir letras e interpretar
melodías. Concluye Hughes diciendo
que no era consciente del gran talento que atesoraba Gillan y que llegaron a ser grandes amigos durante esos primeros
años de los noventa; incluso el propio Ian
le dijo a Glenn que era el mejor
cantante de Soul británico que había
escuchado nunca, todo un cumplido viniendo de nuestro adorable Garganta
de Plata. En fin, otros tiempos. Nada que ver con el velado odio que
destila Gillan hacia Hughes en la actualidad.
Desgraciadamente no hay documentada ninguna grabación de estas
sesiones Gillan/Hughes, ni en el
mercado oficial ni en el pirata. Imagino que si hay algo grabado, el amigo de Glenn que estaba de privilegiado
testigo en su casa lo tendrá como oro en paño en algún rincón privilegiado de
su casa. Por las fechas nos podemos mover un poco antes de la grabación “Repo Depo” que hizo Gillan con su grupo poco antes de
disgregarlo para volverse a juntar con Purple.
Curiosamente no hay ni una sola referencia al asunto en la autobiografía que
publicó Ian Gillan, ni en su
reedición del 2016 ni en la original que data del año 1994. Un libro titulado “Child In Time”, como no podía ser de
otro modo, de lectura obligada para todo aquel que sienta algo por el Rock n Roll; y, sí, tengo las dos ediciones
casi idénticas en mi casa… cosas de fan descerebrado que le encanta leer. Por
otro lado en la autobiografía que también publicó Glenn Hughes en 2011, titulada “The
Autobiography” y de lectura tan obligada como la de Gillan, tampoco se hace mención alguna a estas sesiones.
Lo cierto es que si se trataba de ideas musicales que ya tenía medio
pergeñadas Glenn Hughes, puede ser
que este le tocase a Ian Gillan alguno
de los temas de su fallido disco en solitario de regreso de finales de los ochenta cuando la todopoderosa Warner
Bros le ofreció un contrato solista que acabó en cenizas debido al kamikaze
estilo de vida que por entonces llevaba Glenn.
Esas maquetas de Hughes sí han visto
la luz del sol y lo cierto es que hay cosas realmente buenas ahí, no me quiero
ni imaginar lo que podría haber aportado Gillan
a este material. También adjuntamos a continuación otra demo de las sesiones del disco en solitario de Glenn de principios de los noventa titulado "From Now On...", que finalmente no apareció en dicho álbum. Sea como fuere, una cosa está clara: hubiera dado lo que fuera
por haber estado junto al amigo de marras presenciando el trabajo histórico de
estos dos colosos.
G.Hughes: "Loving you". Demo del disco sin finalizar de la Warner. 1989/90.