Este es el verano de Van Halen,
sin duda. El grupo norteamericano por excelencia, con David Lee Roth al frente, ha publicado el esperadísimo doble álbum
en directo que nos debían a todos sus seguidores desde siempre. Sin embargo, no
contentos con eso, se han embarcado en uno de sus macro tours veraniegos por
EEUU – Europa y España ni de broma, claro -. Verano y Van Halen: el binomio perfecto.
El tour se inició a primeros de Julio y tiene conciertos programados
hasta Octubre, aunque la fecha final no está cerrada todavía. Hace menos de una
semana nuestro grupo preferido visitó uno de sus principales fortines: Nueva
York. El cuarteto actuó dos días en el Nikon
At Jones Beach Theater, registrando llenos casi totales en ambos
conciertos. El enclave de la playa de Jones Beach, ubicada en la neoyorkina
localidad de Long Island, resulta incomparable y de ensueño, desde luego. Un
auditorio al aire libre con capacidad para quince mil asistentes situado en
plena playa; no es broma, el recinto está construido literalmente dentro del
agua. La sensación al contemplar el atardecer rodeado de gaviotas, la suave
brisa del Océano Atlántico y los Van
Halen dando estopa de la buena no tiene precio. Los norteamericanos tienen
muchos defectos, eso seguro, pero entienden como nadie los conceptos de
entretenimiento y espectáculo.
Nikon At Jones Beach Theater. Concierto del 13.8.15.
El artista invitado para la ocasión era el guitarrista Kenny Wayne Shepherd que, acompañado de
una solvente banda y un interesante vocalista, nos demostró lo bien que puede
sonar el Blues interpretado por alguien que tenga un buen abanico de recursos y
habilidades a la hora de tocar la guitarra. Cerró con “Voodoo chile” de Hendrix.
Gusto y técnica a raudales. Totalmente recomendable.
Kenny Wayne Shepherd.
En lo que respecta a Van Halen
podemos decir que fue un concierto como Dios manda. El sonido resultó impoluto
y espectacular, nada que ver con los bochornosos esperpentos sónicos que nos
azotan en la mayoría de los recintos madrileños (in)habilitados para conciertos como La Cubierta o la Plaza de
Toros de Vista Alegre – imborrable el vergonzoso recuerdo de la mierda de
acústica del concierto de Iron Maiden
en su presentación del disco “Dance Of
Death” – por citar algunos ejemplos.
El repertorio fue sorprendente y sensacional, durante dos horas nos
desgranaron sus canciones más conocidas y cayeron unas cuantas gemas que nunca
habían tocado en directo como la sugerente “Drop
dead legs” y su groove asesino, “Dirty movies” y su frenética cadencia,
la melodía de “Feel your love tonight”
que no sale de tu cabeza, el sorpresón de “In
a simple rhyme” con ese inicio acústico y el final a toda máquina como
aparece en el disco “Women And Children First”
o el trepidante e inesperado inicio con “Light
up the sky”; nunca un setlist de Van
Halen había ofrecido tal cantidad de novedades y con tamaña calidad y
enjundia. Obviamente también tocaron los clásicos que todos queremos escuchar,
temas como “Running with the devil”, “Hot
for teacher”, “Everybody wants some” o
“Somebody get me a doctor” entre otros.
Van Halen: "Hot for teacher". Vídeo oficial.
El batería Alex Van Halen y el bajista Wolfgang Van Halen, hijo del guitarrista Eddie, ejecutaron su función como base rítmica con muchos enteros. Es imposible olvidar el sitio del bajista clásico Michael Anthony pero hay que reconocer que, a nivel de sonido, el tío y el sobrino sonaron como un cañón. Por su parte, Eddie Van Halen fue una vez más ese guitarrista innovador y revolucionario en cuyo espejo se siguen mirando miles de músicos. Sonó con mucha claridad y nos hizo disfrutar con sus armonías y escalas a los allí presentes; su interpretación del “Hot for teacher”, entre otros, fue para quitar el hipo.
Alex Van Halen. Wolfgang Van Halen - David Lee Roth.
Eddie Van Halen. David Lee Roth.
David Lee Roth ejerció de
perfecto maestro de ceremonias, en una impresionante forma física a sus sesenta
y un años no paró de moverse por todo el escenario con sus zapatos de bailarín
sin dejar de saltar, bailar y entretener al personal como solo él sabe hacerlo.
Me gustó mucho su voz, con ese toque bluesy
y profundo que le dan una nueva dimensión a piezas como “Little guitars”, “Dance the night away”, “Beautiful girls” o “Ill wait”. Al contrario que a otros
cantantes, sus agudos parece que han mejorado con el paso de los años aunque se
sigue apoyando en los coros de Wolfie,
el bajista, para determinados pasajes de algunos temas. Definitivamente lo que
canta lo hace con mucha clase. Y de su puesta en escena lo único que podemos
decir es que resulta espectacular, Roth
destila la idiosincrasia de NYC por todos los poros de su piel, desde su
vestuario, puesta en escena y comentarios, todo es espectáculo. Se metió al
público en el bolsillo de su elástico desde el primer instante que abrió la
boca para saludar y agradecernos nuestra asistencia a su show, bailó al más
puro estilo del tristemente fallecido Padrino
del Soul encima del suelo deslizante que le colocaron en el centro del
escenario, nos recordó sus primeros días como chaval la primera vez que visitó
Nueva York, desplegó todo su arsenal de movimientos de artes marciales, bromeó
con las señoritas de las primeras filas mientras se tocaba la entrepierna con
tal gracia que consiguió no parecer soez en ningún momento e incluso fue capaz
de lucir con estilo una ridícula gorra que se calzó en la parte final de la
actuación. La mezcla definitiva entre James
Brown, Errol Flynn, Frank Sinatra y
Bugs Bunny.
La parte final del concierto fue de traca, empezó con el propio David solo en el escenario con una
armónica y una guitarra acústica interpretando el tema “Medicine man”, de su último disco en solitario “Diamond Dave”, que sirvió de intro
para una abrumadora versión del clásico “Ice
cream man” así como de unos incendiarios “Unchained” y “Ain’t talkin’
bout love”. Acto seguido Eddie Van Halen interpreto “Eruption”, su famoso solo guitarra,
intercalando fraseos y punteos de otros temas del grupo que derivaron en “You really got me”, la versión de los Kinks que les puso en el mapa allá por 1978;
para cuando aquello ya resultaba imparable nos regalaron un “Panama” a piñón fijo y finalizaron con
su archiconocido éxito “Jump” ante
quince mil personas en pie, saltando y coreando el estribillo del tema. Muy
grande.
Van Halen: "Unchained"-"Ain't talkin' bout love". Nikon. No oficial.
Al finalizar el show volvimos a la insuficiente, caótica y chapucera
infraestructura del transporte neoyorkino, eran simplemente las 10:45 pm y
ningún servicio que conectase desde Jones Beach hasta el tren de turno de
Manhattan, siendo los coches particulares y los taxis los únicos recursos
disponibles para el desplazamiento. En fin. Nos quedamos en nuestras cabezas
con los ecos de la distorsión de la guitarra de Eddie y la hiperactividad de Roth
mientras rezamos para que se decidan a venir a Europa de una puñetera vez.
Van Halen: Nikon At Beach. Concierto del 15.8.15.No oficial.