Encuentros HUSH.
Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
Clube de Adictos a Deep Purple
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Púrpura Chess
This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.
De un tiempo a esta
parte cada vez observo menos gente con lo que se entendía como “pintas heavy”. No
sé si será una impresión equivocada o es algo real. Pero este fenómeno parece
darse tanto en la calle como en garitos o conciertos y puede obedecer a varios
factores.
Por
un lado, el grueso de la masa de los seguidores de este estilo de música ya
hace varias décadas que dejaron atrás los 18, una edad en la que sí es más
propicio lucir este tipo de imagen. Por otro, que no se ha producido un relevo
generacional de la misma cantidad o al menos del mismo tipo (porque hay que
reconocer que el momento de las tribus urbanas ya pasó hace tiempo, mucho
tiempo y todos son y somos más eclécticos que entonces).
Comentando
este tema con un amigo, éste afirmaba que “el Heavy había perdido la calle”, con esto se refería a que en su
época seguir está música y esta estética se consideraba como algo subversivo,
tenía un halo de rebeldía que lo hacía atractivo para un adolescente que no
quería alinearse con la mayoría. Sin embargo, con los años, esto ha cambiado.
El Heavy ha dejado de ser vanguardia
de lo diferente y puede que quizás por ello su imagen, su música y sus letras
se hayan dulcificado para el resto de la sociedad. Siendo sustituido por otras
corrientes más reivindicativas y, por ende, más atractivas para los más
jóvenes.
De
todas maneras, algunos o bastantes pensarán que esto no dejan de ser más que
chorradas que no conducen a nada, qué más da si lo único importante es la
música. A mí me gustaría pensar que es, por supuesto, música pero también algo
más.
El próximo cinco de Junio Pete Way tiene anunciado un concierto en la localidad inglesa de Gravesend, tan solo tres días antes de la actuación de la Pete Way Band en el prestigioso festival Sweden Rock. El emblemático bajista de UFO vuelve a los escenarios para ofrecer una gira de conciertos completos con su nueva banda tras una década de inactividad y habiendo superado unos serios problemas de salud. Nos alegramos enormemente por ello y le deseamos desde aquí lo mejor al bueno de Pete.
Son de sobras conocidos los graves problemas de salud con los que ha lidiado Way durante estos últimos años, él mismo nunca se ha escondido de ellos y los ha comentado públicamente en la autobiografía que publicó hace unos años. Este libro, además de resultar de lectura tan intensa cono entretenida, supone un auténtico manual de estrella del Rock n Roll y constituye una lectura obligada para cualquiera que sienta algo en su interior con canciones como "Lights out" o "Rock bottom".
Pete Way ha vivido una intensa relación amor/odio con sus demonios personales, lo que le llevó a tener que abandonar UFO en el año 2007 por sus problemas con las drogas y el alcohol; el propio Pete se describe en su libro a sí mismo con una crudeza y sinceridad sobrecogedoras. Cuando la diversión desapareció y comenzaron los serios problemas con su hígado empezó su particular cruzada contra la enfermedad. Se tuvo que someter a un duro y delicado tratamiento, de esos en los que una gran mayoría de la gente se muere, que le hizo dejar la música en activo y retirarse de la vida pública... pero lo superó. Sobrevivió. Poco duró la alegría en casa del pobre. Casi inmediatamente después le diagnosticaron un cáncer de próstata, curiosamente se lo detectaron a tiempo gracias a uno de los chequeos a los que debía someterse por las dolencias contra las que se estaba tratando. Durante todo este largo recorrido mantuvo informada a la opinión pública a través de sus redes sociales, camino que también escogió el tristemente malogrado Jose Antonio Manzano aunque con suerte dispar; una manera de hacer frente a la enfermedad tan digna y valiente como cualquier otra. Y ahora parece que Pete se encuentra recuperado y con fuerzas suficientes para retomar una de sus grandes pasiones: interpretar música en directo con un grupo de música. En toda esta historia de superación personal y de coraje que sirve de apoyo a todo aquel que se encuentre ante una situación de dificultad extrema en la vida, lo único que me entristece ha sido la postura pública de su compañero musical de toda la vida Phil Mogg. El cantante de UFO, con el que el propio Way dio vida a finales de los sesenta a uno de los mejores grupos de música que hayan poblado este planeta, no se ha caracterizado por mostrar una especial empatía ante la situación de su ex colega. Bien es cierto que lo que ocurre entre bambalinas en las relaciones humanas de las bandas famosas solo lo acaban sabiendo los propios interesados y también es conocido el carácter complicado del vocalista de UFO, además de su talento innato para fabricar melodías tan personales como imperecederas, pero parece que la relación entre ambos es tibia, muy tibia; incluso el propio Way ha sido preguntado recientemente por una supuesta vuelta a la nave nodriza una vez superados sus problemas de salud y su respuesta ha venido a ser que era improbable que Mogg le llamase. En fin.
Ahora parece que tiene preparado su nuevo disco, titulado como no podía ser de otro modo "Walking On The Edge" y auspiciado bajo el nombre de Pete Way Band. Ni UFO ni Waysted. Por lo visto el disco estaba compuesto desde antes de que detectasen el cáncer. Cuenta con la producción del prestigioso Mike Clink (Guns n' Roses) y con colaboraciones de gente como Nikki Sixx o Slash. No puedo ocultar que llevo un montón de tiempo deseando escucharlo, es cierto que lo anunció hace ya algunos años, y espero ese Rock n' Roll que tan buen sabor te dejaban sus discos con el grupo del platillo o con sus Waysted. Así que estamos ante la vuelta a las arenas de un tipo que ha vivido diez vidas en una, ha caminado por todos los filos y se ha convertido en auténtico superviviente. Noticias felices.
Mira que llevo tiempo queriendo dedicarle un artículo a este
excepcional guitarrista. Le hemos mencionado por aquí en múltiples ocasiones,
pero todavía no había tenido una entrada propiamente dicha. Ahora vuelve a estar de actualidad porque parece que tiene preparado un nuevo disco en solitario bajo el posible nombre de "A Brand New Day", el primero desde el espectacular directo que sacó en 2004 titulado "Bad Boy Live" y el último álbum de estudio que publicó en el año 2000 bajo el nombre de "Nuclear Cowboy". Los tiempos con John Sykes siempre han sido de esta manera. No hay problema,
cualquier momento es bueno para recuperar al tipo que dio forma al álbum de la
saga Purple que más ventas ha tenido
de la historia. Porque sí, “1987”
ostenta el record de ser el disco que mas millones de copias ha despachado si
nos referimos al particular universo de Deep
Purple... y de otros grupos míticos también que nunca han alcanzado las
cotas de ventas del carismático álbum de la Serpiente Blanca. El
disco que dividió a muchos de los seguidores clásicos de Whitesnake y que supuso la entrada en el Olimpo de la popularidad
para su líder David Coverdale. Fue
la grabación que le abrió las puertas del codiciado mercado norteamericano y,
por extensión, el del resto del globo. De hecho el genuino vocalista se ha
venido apoyando en este disco que tiene más de treinta de vida para sus
repertorios de directo desde entonces y hasta el día de hoy.
Whitesnake: "1987".
Cualquier seguidor familiarizado con la música de Coverdale, Thin Lizzy o con el Hard
Rock de los años setenta/ochenta no tiene más que pegarle una escucha al
disco para caer en seguida en la cuenta de que esas composiciones son
responsabilidad directa de John Sykes.
Y mira que David Coverdale tiene
talento, capacidad para la melodía y una voz privilegiada, pero la inspirada
música que nos muestra dicho álbum no había sonado en ninguno de los surcos de
las anteriores obras de Whitesnake.
El combo de Coverdale no tenía en su
poder todavía ningún “Bad Boys”, con
esa entrada salvaje comandada con un riff
de guitarra asesino cortesía de Sykes,
ningún medio tiempo que destilase la elegancia de los arreglos de “Is This Love”, ningún tema con un deje tan marcado de la escuela de Lynott como “Straight for the heart” o ningún tema como “Dont turn away”, dotado de una majestuosidad idonea para cerrar
cualquier disco con clase. En definitiva, la herencia de Thin Lizzy que tan bien había mamado John Sykes dirigía y campaba a sus anchas por todos los rincones
del disco. Desde luego que el buen hacer de Coverdale también sumaba, pero el acicate definitivo se fraguó con
la explosión musical que Sykes aportó
a esta peculiar mezcla compositiva. El álbum tardó en salir, pero fue un éxito
superventas. Lamentablemente eso no hizo borrar el rosario de la aurora en el
que se convirtió el devenir de la formación que dio a luz semejante obra
musical. Por resumir un poco: David
Coverdale deshizo el grupo y contrato a músicos nuevos. Las malas lenguas
decían que la madre de Coverdale le
aconsejó expulsar a Sykes porque su
imagen le restaba protagonismo al propio David. Seguro que aquí hay muchos
matices y puntos de vista que se nos escapan y que solo conocen los propios
implicados, pero una cosa esta clara: está muy feo expulsar de tu grupo al
guitarrista que te ha compuesto tu disco y eso fue lo que Coverdale hizo con Sykes.
Blue Murder 89: Tony Franklin, John Sykes, Carmine Appice.
John Sykes no se durmió
en los laureles y puso en marcha Blue
Murder. Se trataba de un super grupo junto al batería Carmine Appice, el bajista Tony
Franklin y el propio Sykes en
guitarra y voces. Sacaron un soberbio primer disco denominado como el propio
grupo que sorprendentemente no obtuvo el éxito esperado y el grupo se desbandó.
No se volvió a saber nada de ellos hasta la publicación del segundo álbum
cuatro años después. Sin problema. En el universo de John Sykes nunca han existido las prisas y se mueve a un ritmo
distinto. Nada que objetar si la música que nos ofrece tiene los quilates
habituales. Siguió adelante con su idea y recluto al batería Tommy O’Steen y al bajista Marco Mendoza. Como curiosidad debemos
decir que el propio Coverdale se
apropió del bajista para sus Whitesnake
unos pocos años después. Esto de estar atento a la escena musical y ofrecerle
un puesto en su grupo a los músicos que despuntan con otros artistas es algo
que el bueno de David Coverdale
lleva haciendo desde siempre y que seguro tiene tanto de bueno como de malo. En
fin.
Pero volvamos a Blue Murder.
Ese segundo disco se titulo “Nothin’ But
Trouble” y, haciendo honor a un titulo tan acertado, mostraba una foto de un
niño pequeño, que juraría que es su propio hijo, reinando en el salón de una
casa en plan travieso salvaje. Nada más
que problemas es su traducción y conjuga el doble sentido de su reciente
paternidad de entonces con los numerosos problemas que seguro tuvo que afrontar
con la primera formación de Blue Murder.
Aunque la formación es otra, se usaron algunas cosas grabadas con Appice y Franklin, sin embargo no he sido capaz de averiguar en qué
canciones concretas tocan ambos, por lo que si alguien conoce este dato le
ruego lo comparta con nosotros. En los créditos del disco solo se especifica
que Appice y Franklin colaboran, pero nada más.
Lo que es seguro es que el disco es un cañón, Hard Rock de primera categoría, unas bases rítmicas sin concesiones
y las guitarras de Sykes comandándolo
todo con una clase desbordante. Nos hemos acordado de la canción “I’m on fire” pero podíamos haberlo
hecho de cualquiera del disco, puesto que todo el álbum es de diez. El problema
es que salió en 1993 y en esos años cualquier cosa que oliese mínimamente a Hard Rock era tratada casi con
desprecio. Aunque las labores vocales de Blue
Murder y de sus posteriores discos en solitario las ha asumido siempre John, para este tema invito a Kelly Keeling. A modo de curiosidad
podemos comentar que en una encarnación muy inicial de Blue Murder el rubio guitarrista contó con Ray Gillen, otro cantante como una catedral, pero al final la cosa
no llegó a buen puerto y finalmente fue Sykes
el que asumió las labores vocales. Circula por ahí alguna maqueta de esos
primeros Blue Murder con Gillen a la voz y que te pone firme,
pero la cosa no pasó de ahí.
Blue Murder 93: Tommy O'Steen, Kelly Keeling, John Sykes, Marco Mendoza.
En cuanto a Kelly Keeling
solo podemos comentar que puede que sea uno de los cantantes injustamente más
desconocidos para el gran público y no lo entiendo, tiene una voz descomunal,
un gusto cantando que tira de espaldas y puede alcanzar unos registros
estratosféricos… pero el gran público apenas le conoce. Para todos aquellos que
no hayan prestado atención a este vocalista que colabora y compone en los “Guitar Zeus” de Carmine Appice, les recomiendo encarecidamente la escucha de la
versión del tema “Speed King” de Deep Purple que apareció en uno de los
primeros discos tributo que solo unos pocos años después inundaron las tiendas
y descargas musicales. El disco se llama “Smoke
On The Water: A Tribute To Deep Purple”, salió en el año 1994 y se inicia
con este tema interpretado por Yngwie
Malmsteem y Kelly Keeling.
Aquello es una barbaridad que puede mirar de tú a tú al Gillan de los
setenta y que al de hoy día haría sonrojar.
Pues John Sykes invitó a Kelly para colaborar en “Nothin’ But Trouble” de Blue Murder. Hace coros y se canta
solista este “I’m on fire”. Y solo
podemos decir que hace honor a su título, empiezas a escuchar la canción y te
enciendes hasta quemarte, tu adrenalina se activa y el corazón se te sale de su
sitio en cada salvaje compás de la canción. Es una canción rápida, pero con una
interesantísima y muy currada batería; nada del cien por hora plano y lineal al
que parece que nos vemos abocados si queremos escuchar algo de tralla. Si la
totalidad del tema no tiene desperdicio, el puente y el estribillo te tiran de
espaldas; la agresiva guitarra de Sykes
adorna y comanda los interesantes cambios de la base rítmica, mientras que la
voz de Keeling se desgarra dándolo
todo. El solo de guitarra es marca de la
casa del rubio guitarrista y el final de la canción vuelve a recuperar el
potente estribillo mientras el vocalista se deja el alma intercalándose con los
brutales sostenidos de John Sykes. Puto Rock n’ Roll de la cabeza a los pies.
Hoy se cumplen nueve años de la triste pérdida de la persona de Ronnie James Dio para todos nosotros. Y todavía duele. Su talento, su visión y su particular manera de llegar a todos los que en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido tocados por su mágica manera de entender la música siguen presentes y seguirán cada vez que de nuestros labios salga una palabra sobre él o suene alguna de sus inmortales composiciones. Y todavía duele.
En
esta sección hemos reflexionado en varias
ocasiones sobre distintos aspectos de las actuaciones en vivo, desde el tipo y
tamaño del recinto donde se celebran hasta las diferentes localidades o
ubicaciones donde presenciarlos o incluso la forma en la que cada uno decide
vivir cada descarga musical. Y es que es evidente que el disfrutar de la música
en directo para cualquier melómano, y en particular para un amante del rock, es
algo más que primordial.
En esta ocasión quiero entrar
a valorar los conciertos según el objetivo musical tanto del grupo como del
público. En concreto que es lo que se prefiere en un espectáculo musical si que
las canciones suenen tal y como han sido grabadas en estudio, o si por el
contrario se espera que los músicos desarrollen sus diferentes temas partiendo
de la versión de estudio pero que la singularicen en cada directo.
La primera opción permite que
la audiencia verifique que realmente el grupo suena como en el estudio, que no
hay trampa ni cartón y que se puede confiar en una banda que muestra su buen
hacer y su calidad interpretativa siendo capaz de reproducir las canciones en
concierto tal y como suenan en sus grabaciones.
Sin embargo, la otra
alternativa también permite comprobar la virtuosismo que atesora la banda en
cuestión, aunque es verdad que se valoran otras cuestiones pues lo relevante es
ahora comprobar cómo el grupo improvisa y desarrolla unas adaptaciones de sus
propias canciones logrando unos temas singulares que dependiendo de su calidad
pueden ser realmente geniales. Creo que este tipo de conciertos entrañan una
mayor dificultad para el grupo, pues tienen que ser capaces de encandilar al
público con su improvisación y sus desarrollos.
La primera opción es, tanto
como para la banda como para su audiencia, es ir un pocoa lo seguro,pues es algo que posiblemente ya se haya demostrado que se puede hacer,
y así el público sabe lo que va a encontrarse y sabe seguro que va a disfrutar
con unas canciones que serán tocadas como las conoce. Por su parte, la otra
opción, tanto para el grupo como para el público, introduce elementos de
sorpresa pues realmente no sabe si esas canciones así interpretadas conseguirán
tocar la fibra y hacer vibrar. Confiere un mayor porcentaje de riesgo, pero si
la apuesta es positiva se desarrollara una atmósfera especial que le permitirá
presenciar un espectáculo único y sublime