Hoy es 2 de julio de 2013. Es un día tan bueno como cualquier otro para recordar la figura de Ronald Padavona (Ronnie James Dio), trístemente fallecido el pasado 16 de mayo de 2010. Cuando anunció su enfermedad escribí unas líneas sobre él que ahora quiero volver a compartir con vosotros. Tened en cuenta que está escrito antes de su fallecimiento.
La verdad es que no se me ocurre una mejor manera de comenzar este blog. Saludos.
ALCANZANDO EL ARCO IRIS
Desde
el momento en el que sueñas
Accedes a la llave
Con
la que se abre la puerta
Que
te permite ser libre.
Preciosas palabras, que permiten hacernos una idea del universo en
el que nos introducimos cuando hablamos de Ronald James Padavona, artísticamente
conocido bajo el seudónimo de Ronnie James Dio.
R.J.Dio es uno de esos
genios creadores de los de uno entre un millón. Este hombre es un artista
total, de la vieja escuela renacentista, apasionado de Leonardo da Vinci y
seguidor de la novela fantástica de escritores como H.P. Lovecraft, Arthur
Clarke o H.G. Wells entre otros. Es actor, intérprete, doblador, psicólogo,
escritor, compositor y músico –domina la teoría musical, toca la trompeta, el
piano, el bajo y la guitarra–; incluso empezó a estudiar farmacia. Sin embargo, sobre
todo y ante todo, nuestro hombre es narrador de historias, un cuentacuentos o
trovador medieval que emerge desde la oscuridad del bosque de hojas muertas
para enternecernos y atormentarnos con sus bellas historias de dragones, elfos,
damas y princesas de mangas verdes salvadas por caballeros de templos sagrados
que en el fondo no son más que representaciones oníricas de los deseos y los
miedos de los extraños caminos de nuestro psique humano.
Siempre envuelto en un aura de misterio, RJD ha cantado a la magia desde su más tierna adolescencia. Su juego con ese misterio o con las dobles interpretaciones está presente desde su misma fecha de nacimiento, hábilmente escondida a la opinión pública. Lo que digo no es broma, pese a ser un artista conocido mundialmente hasta hace muy poco no se ha sabido con exactitud el día que vino al mundo, a este mundo. Se barajaron distintas hipótesis, incluso se rebuscaron en sus archivos universitarios, pero las fechas no coincidían. Su primera referencia artística registrada en la sociedad de autores americana data de… 1957!!!
Desde luego su obra es prolífica y su personalidad compleja y
apasionante, aunque nosotros nos vamos a centrar esencialmente en ese aspecto
mágico que imprime a su obra.
Dentro de su personal mundo
fantástico las referencias a los sueños o las estrellas son frecuentes, siendo
la magia uno de los puntos de referencia en los que se asientan sus historias. Sin embargo el pilar básico que sostiene su particular concepción
de la vida es la existencia del bien y el mal y su particular interacción.
Este es el nexo de unión entre realidad y fantasía, lo divino y lo
humano, lo vulgar y la excepcionalidad.
A través de ese conflicto entre lo bueno y lo maldito, inherente al
hombre, a la naturaleza y a la divinidad, nos sumerge poco a poco hacia su
subyugante y profundo abismo; casi sin darnos cuenta abandonamos nuestro ser y
nos difuminamos en sombras, perpetuándonos en metáforas oníricas de lobos aullando a la luna o experimentando en
nuestra propia piel la desesperación del loco buscando un arco iris en la
oscuridad. Me estoy desviando. Es el efecto de su prosa, intensa y dramática.
En fin.
Esta lucha interna entre el bien y el mal que todos, afortunada o
desafortunadamente, experimentamos desde que nacemos, es el caldo de cultivo en
el que se van pergeñando sus fantasías. Los protagonistas suelen ser los
débiles. Dio se fija en los pobres, los desheredados y despreciados. Ahonda en
sus virtudes y defectos -cual psicólogo vital- y los reviste de alma e ilusión,
dando un nuevo enfoque, escribiendo un nuevo camino que conduce a la luz
positiva y cegadora del final del túnel.
En sus historias hay un
fuerte arraigo a la espiritualidad y al ocultismo, siempre se ha sentido atraído
por los espíritus y las reencarnaciones en vidas pasadas, pero se ha acercado a
esta realidad desde una perspectiva positiva y realista, muy alejada de los
efectismos triviales y fáciles de las ciencias ocultas mal entendidas y de su
propia inercia ramplona. El mensaje de Dio siempre es positivo y de superación, de creencia
en las capacidades de cada ser humano para discernir entre el bien y el mal en
esa aventura continua que es la propia existencia.
RJD es un hábil
hipnotizador, no hay más que echar un vistazo fugaz a la profundidad de sus
ojos para darse cuenta de que esa mirada ha sido bendecida con un don. Ha
trascendido que hipnotizó entre otros a dos miembros de sus grupos de vuelta a
sus reencarnaciones. Sin embargo, no ha conseguido llevar a nadie hasta la
época medieval, una de sus preferidas. A uno de sus pianistas lo llevó hasta su
nacimiento y a otra vida anterior, pero las visiones siempre se cortaban cuando
llegaba a “esas hermosas arenas blancas,
ahí se acababa todo”. A otro de los miembros de su banda lo llevó a los tiempos de
Jesucristo, en uno de sus sermones de la montaña, ofreciendo a la gente los
panes y los peces. El no aprendió mucho, excepto que ese aparente Jesús se
parecía más a un criminal y que no era atendido por sus espectadores de una
forma particularmente especial.
Además de la capacidad para introducirse en la mente del personal,
nuestro encantador elfo tiene algunas cuantas conexiones más con el mundo de lo
desconocido, aunque esto es algo que vamos a dejar para otro momento.
Volvamos a los sueños. Para Dio los sueños son algo así como
baterías de opciones y situaciones que se ponen en frente de nosotros para que
nos vayamos posicionando e interactuando ante ellas. Pero por encima de esto,
los sueños nos acaban convirtiendo en mejores personas. Sin sueños seríamos
máquinas y gracias a ellos nos sentimos vivos. Filosofía vital para RJD.
En uno de sus escritos más escondidos y relevantes se puede leer
una sentencia en latín que viene a decir lo siguiente: “Comes the end by sleep.
I will prepare for you
the Sacred Heart wich is the magic that opens upon the altar”. Toda una declaración de principios, intuimos que a través del
sueño nos posicionamos para adentrarnos en un mundo mágico y desconocido que
nos puede hacer alcanzar una nueva dimensión. Todo esto entendido dentro del
contexto de la obra en la que se incluye esta inscripción.
Y los juegos a pesar de todo continúan
Con una advertencia al
alfil del peón
Nadie ve
un ángel
Hasta que no se estrella con el suelo
Cuando lo ven se alejan
Dejándolo ahí tirado
Nadie
llega al cielo
Hasta
que no vivido un tiempo en el infierno
Y aún así me resulta extraño
Que acabes yendo allí.
Además de sus escritos,
para introducirnos en sus historias RJD se sirve de todos los lenguajes
posibles. La dramatización y las ilustraciones son otras de las formas de
comunicación que el protagonista de nuestro artículo domina a la perfección.
Las ilustraciones que usa
nuestro artista preferido pueden ser dibujos, fotografías o montajes.
Normalmente buscan el objetivo de acentuar determinadas visiones fantásticas en
las que se pueden representar dragones –que es uno de sus iconos más
recurrentes–, muñecas, niños, castillos, caballeros, figuras sagradas y
diabólicas, animales como los lobos o los zorros, monstruos, princesas,
paisajes o máquinas.
Este tipo de cuadros representan en ocasiones sensaciones de
tranquilidad, tristeza o dramatismo. Usa colores muy vivos, sobrecargando a
veces el conjunto para crear esa sensación de tensión que enfatiza el momento o
pasaje de la historia que el propio dibujo representa. El abanico de
ilustraciones es bastante variado. En los últimos tiempos ha declarado sentirse
muy interesado en los diseños por ordenador; parece ser que le gustaría mucho crear algo
así como una especie de videojuego interactivo con su propia historia y
contenido musical alusivo al mismo, aunque hasta ahora esto no es más que un
proyecto en ciernes.
Lo cierto es que el autor busca la sensación de intensidad en sus
creaciones, creando en el que lo contempla una especie de tensa tranquilidad
que, unida a la invitación que provoca en el propio espectador, hace que te
emociones sacudiendo tus sensaciones en un delirante y dramático crescendo
similar al de la tormenta. Empezando por una fina lluvia que aumenta hasta
que se desencadena en toda su terrible majestuosidad destrozándolo todo como un
huracán incontrolable que sacude brutal y apasionadamente todo lo que encuentra
a su paso. Luego la calma.
Tengo delante de mí en estos momentos la ilustración de una de sus
obras. Si nos paramos un momento, al hilo de la narración, a observar y
degustarla, empezamos a darnos cuenta de la cantidad de matices a los que me
estoy refiriendo. Pero esto es marginal.
Que RJD es un actor es una verdad como un templo. Tal vez el hombre no se dedique a esto profesionalmente, pero no hay más que verle encima de un escenario –incluso en una fotografía– para darse cuenta de lo importante que es la dramatización para él, además del talento natural que posee para la misma. Desde el momento que clava su mirada en el objetivo o en nosotros nos adentra en su submundo de colores y matices. Cada gesto, cada movimiento nos habla, nos cuenta y nos invita a su festival.
Gran dominador del lenguaje corporal, lo usa también como recurso
para enfatizar cada detalle de la historia que va a interpretar. Incluso
podemos apreciar como lo usa el mismo para colocar su mente en la situación
adecuada. Directo a nuestros corazones.
Sabe posar, sabe qué hacer con sus piernas, con sus brazos y
manos, con su cara, hasta con sus cejas. Si contemplamos cualquier fotografía
promocional apreciamos que está actuando, representando un papel, nos está
hablando, diciendo cosas a través de esa foto.
Su ambigüedad y hálito misterioso también se reflejan cuando
concede una entrevista o al realizar una actuación. Definitivamente es un
actor, se mete en su personaje y la persona desaparece ante nuestros ojos…o ¿acaso
no actúa ? es la magia del buen ilusionista, que hace que nos lo creamos.
RJD tiene, desde luego, un
estilo muy marcado a la hora de interpretar delante del público. Su puesta en
escena nos permite verle casi siempre como el narrador que nos hace testigos de
excepción de su particular mundo. Esto es algo que se agradece mucho, pues
resulta como una bocanada de aire fresco dentro de un género en el que la gran mayoría de artistas adoptan
una puesta en escena que directamente consiste en hacer el payaso -en el
sentido peyorativo de la palabra-. Él no. Él usa su cuerpo para introducirnos
en la historia, cual trovador del medievo, laúd en mano, presto a sacarnos una
sonrisa, una emoción.
Es un apasionado de la Historia, aunque es la
época medieval la que llama poderosamente la atención de nuestro pequeño gran
hombre. Un mundo de caballeros y princesas, torneos, duelos y honor. Héroes y
villanos. Grandes y ostentosos vestidos llevados con solemnidad por damas y
caballeros de alta sociedad que departen con fruición sobre enigmas
sobrenaturales mientras la mugre chorrea por sus sucias piernas debajo de sus
espléndidos ropajes. Toda la iconografía medieval y renacentista apasiona a Dio
y le pone en situación a la hora de imaginar.
Su pasión por esta época -y su cuenta bancaria- le ha llevado a
coleccionar objetos antiguos, desde armaduras medievales hasta muebles
victorianos. Su casa es su santuario y alguna vez ha permitido a los
periodistas hacer algún reportaje ocasional sobre él, su pareja, sus perros y
sus gatos, en el que nos ha mostrado alguna de sus adquisiciones. Cuando ha grabado algún vídeo promocional gusta de charlar con el
entrevistador en uno de los salones de su mansión, cómodamente sentado en su
sofá isabelino, con una copa de vino en la mesa y bajo el calor que desprende
la leña quemada de su chimenea. Pare él es esencial encontrarse en un entorno cómodo y acogedor, que
le ayude a poner en marcha el proceso creativo.
Como buen artista su vida
es una búsqueda continua del hada de la inspiración. Incluso en este extremo su
forma de ser resulta interesante. Dio ha declarado que le gusta estar siempre
“alerta” por si aparece la inspiración. Cualquier momento del día es bueno si
aparece esa chispa, esa idea que le permita emprender el camino de la creación
una vez más. Come poco y duerme lo necesario, por lo que cuenta, con cinco o
seis horas al día ya se encuentra descansado y preparado para la
acción-creación. De sus palabras se desprende que realmente es una persona
feliz a la que le encanta su ocupación, pasando a ser vocación, que tiene
presente en todos los momentos de su día a día. Muchas veces ha dicho que se siente
afortunado por poder ganarse la vida haciendo lo que hace, ya que le apasiona…
y que no tiene pensado jubilarse en unos cuantos años.
A la hora de componer le encanta sentarse delante del televisor y
ver deporte de cualquier tipo con el volumen apagado -aspecto en el que coincido
plenamente con él-, mientras tiene a mano una libreta en la que va dejando que
fluyan sus ideas. Ideas que nos han colmado de felicidad e ilusión y que,
incluso, han contribuido a mostrar el camino a seguir en la vida de más de uno,
entre los que me incluyo.
Debo decir que esta es la
primera vez que escribo sobre uno de mis ídolos de siempre (supongo que se nota). Quiero que estas
palabras mal pensadas y peor redactadas sirvan de pequeño homenaje a todo lo
que esta persona supone en mi vida. Y más ahora que se encuentra recibiendo
quimioterapia en un hospital de Houston
por ese asqueroso y jodido germen humano que es el cáncer. El pasado mes de Noviembre iba a comenzar una nueva gira por Europa que tuvo que suspender dos
días antes de empezar –casi nunca ha suspendido una actuación en sus más de
cuarenta años de artista– por unos dolores de estómago que han desembocado en
uno de los mayores demonios del ser humano. Desde aquí mis mejores deseos y mis
mayores ánimos para superar esta nueva batalla contra este dragón.
Who cares what
came before
We were ony
starlight
One day, then
nevermore
Because we´re whispers
in the Wind
Once upon
a time
The World was
never blind
Like
we are
Right now
it seems
You´re only dreams and shadows
If wishes could be
eagles how you´d fly
This is
your life
This is
your time
What if the flame
won´t last forever
This is
your here
This is
your now
Let it be magical
La magia está en su música.
Anda, mira qué bien te ha venío. Por cierto, siempre me he preguntado de dónde has extraído tanta información y tan buena.
ResponderEliminarSiempre Ronnie en el corazón!!
El más grande entre los grandes. Muy bonito y sentido texto de alguien que se nota que apreciaba la figura artística y humana de este gran hombre. Me ha gustado mucho el tratamiento del artículo, además de exponer detalles de la vida de Ronnie que desconocía (y que me imagino que estarán contrastados, porque son bastante reveladores).
ResponderEliminarLucas.
No pas un solo día sin que me acuerde de Ronnie y su magnífico legao, solo al alcance de unos pocos elegidos. Magnífico artículo que, sin tocar directamente su música, llega a calar hondo para cualquiera que lo lea. Dio era y es un genio.
ResponderEliminarLarga vida al rock n roll...larga vida a Ronnie James Dio.
Ramón.
Conmovedoras palabras que se nota que salen del corazón. Un texto reivindicando la faceta de artista total de RJD, que desprende cariño, pasión y dolor. Me uno a su recuerdo. El más grande. Susana.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus comentarios, Susana. Cariño, pasión y dolor; eso es exactamente lo que siento por Ronnie Dio. Me alegro de que a alguien le haya podido transmitir esa misma sensación.
EliminarUn saludo.
Dio era un artista total, más allá del músico. Gente especial e irrepetible.
ResponderEliminarPensar que se suele valorar y homenajear a algo (o a alguien en este caso) cuando se a perdido para siempre y ya no está con nosotros.
ResponderEliminarCreo que el hecho de que este texto se haya redactado antes de la perdida de Dio es lo que le da más valor y merito al artículo.
Esto es un ejemplo para abrir los ojos y darle valía a todo lo bueno y positivo que hay en la vida.
Excelente nota y tributo al artista Ronnie James Dio.
Saludos desde México.