Deep Purple
es uno de los grupos que serán incluidos este año en el prestigioso Salón de la Fama del Rock and Roll. La ceremonia se llevará
a cabo el próximo ocho de Abril en el Barclays
Center de Brooklyn, en Nueva York. Esta condecoración es una de las más
prestigiosas que existen actualmente dentro del negocio musical aunque, como en
la mayoría de estos casos, está demasiado condicionada por soterrados intereses
comerciales que poco o nada tienen que ver con la calidad musical, creativa y
artística de los artistas que nominan. Dicha ceremonia se realiza cada año,
primero se seleccionan una serie de candidatos y durante unos meses todo el que
quiera puede votarlos. Los que obtienen más votos son condecorados con este
reconocimiento y se dispone una fastuosa ceremonia en la que recogen su trofeo
y tocan en directo un pequeño set. Los problemas vienen a la hora de escarbar
un poco en los criterios y jurados que se encargan de dichas pre selecciones
amén de los medios para que el público vote por los nominados. El jurado suele
ser siempre deliciosamente parcial, escogido por el propio Salón de la Fama y entre sus criterios para elegir a los grupos suelen
aparecer premisas como que tengan una antigüedad de más de veinticinco años o que
hayan obtenido algún single de éxito en las listas, como si para hacer buena
música tuvieras que haber logrado meter un single en las listas de éxitos –los
amantes del Rock Progresivo pueden
salir de sus cavernas a la luz y montar en cólera con toda la razón del mundo-.
Pero, aparte de este procedimiento de dudosa enjundia, todos los nominados
pueden ser votados por la gente. Para poder hacerlo te tienes que meter en un
enlace de internet de la también deliciosamente parcial y anti Rock n’ Roll revista Rolling Stone, así que nos encontramos
con que el ingenuo seguidor de su grupo favorito se tiene que meter en esta
repulsivamente mainstream publicación
que, pese a llamarse como uno de los más reconocidos grupos de Rock n’ Roll, tiene menos Rock en sus venas que un botijo. Pero
bueno, esto sí es Hollywood y la mayoría de bandas que despotrican contra esta
asquerosa representación de toda la deliciosa superficialidad del show business en realidad resulta que
pierden el culo por aparecer nominados; la adorable e imposible dualidad vital
del mundo del arte.
Museo del Rock n' Roll Hall Of Fame y su interior.
Pero si alguien sabe de
espectáculo y entretenimiento esa es Norteamérica, de eso no hay duda. Otra de
las cuestiones con las que suelen jugar los responsables del Salón de la Fama es el número de
músicos a los que galardonan. Normalmente los grupos exitosos con más de
veinticinco años han discutido entre sus integrantes doscientas mil veces, han
cambiado formaciones, despotricado entre ellos y hecho las paces otras
doscientas mil y, como consecuencia, pueden haber pasado por el grupo múltiples
músicos. Lo lógico y normal sería galardonar a todos los integrantes; pero no,
el Salón de la Fama selecciona solo
a unos cuantos que ellos consideran esenciales, imagino que usando los mismos
criterios de mierda que utilizan para las pre selecciones iniciales. El
resultado suele ser que no todos están incluidos por lo que suelen aparecen las
fricciones, diferencias de criterio y peleas dialécticas vía medios digitales
de comunicación que generan más morbo y expectación de cara a la propia
ceremonia. Vamos, pura carnaza que, reconozcámoslo, tiene su punto cachondo.
Ritchie Blackmore. David Coverdale. Rod Evans.
Ian Gillan. Roger Glover. Glenn Hughes.
Jon Lord. Ian Paice.
Este año no es una excepción
y, en lo que respecta a Deep Purple,
no se han incluido a todos los miembros sino solo a unos cuantos que la Academia ha considerado
merecedores de tal galardón. Los músicos de Purple galardonados han sido Ritchie
Blackmore, David Coverdale, Rod Evans, Ian Gillan, Roger Glover, Glenn Hughes,
Jon Lord e Ian Paice. Una
selección tan atómicamente subjetiva como inexplicable desde ningún
posicionamiento. Han seleccionado a todos los miembros pertenecientes al
llamado MARK II -el de los discos
clásicos y el directo “Made In Japan”-
y del MARK III -obviando al
fallecido Tommy Bolin en lo que
representa una evidente falta de tacto-, pero es que han seleccionado
aleatoriamente a Rod Evans del MARK I o primera formación sin contar con el bajista Nick Simper, perteneciente también a esa primera etapa. O todos o
ninguno, pero no a medias. Supongo que han seleccionado a Rod Evans porque lleva en paradero desconocido desde los primeros
años ochenta y supone nuevamente un morbo extra saber si asistirá a la
ceremonia o no. La guinda a este estrepitoso pastel de inducciones supone el
hecho de que no galardonen a Steve Morse
y a Don Airey, miembros actuales
del grupo que llevan más de veinte y diez años en la banda respectivamente. Una
triste falta de tacto más que vuelve a dejar en un difícil lugar a los miembros
de esta peculiar Academia. Aunque lo realmente alucinante son las supuestas
explicaciones del propio Salón de la
Fama para estas nominaciones, parece ser que han seleccionado al MARK II y MARK III por ser las más conocidas y exitosas, de la ausencia del
tristemente fallecido Tommy Bolin no
han dicho nada, de la inclusión de Rod Evans
pero no de Nick Simper del MARK I han filtrado que era más
significativa la presencia del vocalista y en cuanto a la exclusión de Morse y Airey -miembros actuales, no olvidemos- aducen que no han sido
representativos de los discos más exitosos del grupo. Vaya tela.
Steve Morse. Don Airey. Tommy Bolin.
Todas estas nominaciones se
hicieron públicas a mediados del pasado Diciembre como en años anteriores y,
por supuesto, las declaraciones de los afectados no tardaron en ver la luz a
través de las redes sociales. En general, con mayor o menor dosis de educación
y buenas formas, han venido a criticar todo este entramado que tiene montado el
susodicho Salón de la Fama. Conviene
recordar que Deep Purple ya fueron
preseleccionados en anteriores ocasiones pero no ha sido hasta este año que
finalmente fueron escogidos. La escalada de declaraciones de unos y otros se ha
ido desarrollando en estos meses y, como podéis imaginar, no tienen desperdicio
por lo que vamos a pasar a comentarlas; los del Hall of Fame han vuelto a conseguir el ruido mediático que siempre
buscan.
Nuestro querido batería Ian Paice comentó un par de días antes
de hacerse público el resultado de las votaciones que le parecería muy complejo
que saliesen Purple, comentaba que
no veía claro a quién se induciría de todos los músicos que han formado parte
de una de las sagas más numerosas y prolíficas de la Historia de la música.
Nuestro querido y contumaz batería también explicaba que, pese a que él no
tiene ningún tipo de problema a nivel personal con antiguos músicos del grupo
como Glenn Hughes, David Coverdale o el propio Ritchie Blackmore, había que tener
mucho cuidado con las sensibilidades de los propios músicos porque es bien
sabido por todos de los roces y enemistades que existen entre muchos de ellos;
de cualquier forma comenta que coincide con Glenn Hughes de vez en cuando y que, aunque hace tiempo que no
habla con Coverdale o Blackmore –al que le desea que
disfrute con lo que hace en la actualidad-, no hay ningún tipo de inconveniente
con ellos. Además entendía que los miembros actuales Steve Morse, Don Airey y
otros pasados como Tommy Bolin o Joe Lynn Turner también deberían ser
galardonados. Comenta que toda la mierda que se vertió en el pasado no es más
que eso: una cuestión del pasado. Sentencia finalmente que si se realiza alguna
actuación en directo dentro del desarrollo de la gala, debe de ser con el
acuerdo de todos los miembros involucrados en la historia del grupo.
Ian Paice.
Por otro lado Roger Glover, con sus comentarios siempre sensatos y mesurados, comentaba que
tenía sentimientos contrapuestos frente al tinglado de las inducciones al Hall Of Fame. Entiende primero que no
deja de ser más que un invento que poco o nada tiene que ver con la música y
que no le importa especialmente formar parte de ello aunque, no obstante,
reconoce que se siente halagado por cualquier tipo de reconocimiento y que
sería muy desconsiderado para sus fans realizar cualquier tipo de desprecio
ante ellos por lo que no puede desligarse completamente y pasar de estas
nominaciones. Además argumenta, también con criterio sensato, que le resulta
ridículo que nominen a Deep Purple
como un grupo meritorio de este reconocimiento solo por tener algún hit single.
¿Acaso se mide el talento y la repercusión de los grupos por sus singles en las
listas de éxitos? Completamente de acuerdo.
Roger Glover.
Interesantes también resultan
las declaraciones de Nick Simper. El
bajista de las primera formación del grupo es otro de los especialmente
ninguneados por su no inclusión entre el elenco de homenajeados. El amigo Simper reconoce haber sido muy ingenuo
pensando que si galardonaban a los músicos del MARK I -están todos menos él- también habrían contado con su
presencia, sin embargo está seguro de que la decisión no ha tenido nada que ver
con los miembros del grupo; eso seguro. Una maniobra nada elegante por parte de
los mandamases del Hall of Fame, que
demuestran una vez más que la música les interesa un pimiento.
Nick Simper.
Por lo que respecta a Rod Evans, el cantante de la primera formación del grupo, su presencia en la gala todavía es una incógnita y me imagino que no se resolverá hasta el inico del propio evento. Como hemos comentado antes, tiene un morbo especial el hecho de saber si aparecerá por allí o no. Recordemos que lleva en paradero desconocido desde principios de los ochenta por el escabroso asunto de las actuaciones bajo el nombre de Deep Purple sin tener mingún tipo de licencia legal para realizarlas. Para quien no sepa nada de la historia se puede resumir de modo sencillo, conviene recordar que durante los primeros años ochenta el grupo se encontraba disuelto. En esos años Rod se encontraba fuera del negocio musical y un mánager sin escrúpulos parece ser que le convenció para actuar bajo el nombre de Deep Purple reclutando a unos músicos desconocidos. Evans aceptó y se anunciaron unos cuantos conciertos en suelo americano bajo la denominación de Deep Purple y con el reclamo de interpretar los clásicos del grupo, para nada se especificaba que no participaba en esa reunión ninguno de los músicos de la formación clásica. El resultado fue que el público asistente, ilusionado al creer que Gillan, Blackmore, Lord y compañía se habían vuelto a juntar, se llevó un chasco tremendo. Los miembros de la formación clásica -el llamado MARK II- se enteraron de las andanzas de Evans y puso a trabajar a toda su corte de abogados. El asunto es que el mánager de Rod le había hecho responsable a efectos legales al propio Evans, parece que sin él mismo lo supiese, y a nuestro querido vocalista le cayó una sentencia judicial de órdago. Por lo visto, a partir de ese momento desapareció de la vida pública, de hecho continúa en paradero desconocido. A partir de toda esta historia de los falsos Purple -o Bogus Deep Purple, como se les conoce comunmente- se redactaron las bases para la propiedad del nombre del grupo; para poder usarlo se debe contar al menos con la presencia de tres miembros de la formación clásica. Lo dicho, otra intriga más para que se froten las manos los organizadores.
Rod Evans.
Mención aparte merecen los comentarios que Ian Gillan ha ido filtrando durante estos meses a este respecto mediante entrevistas o comunicados en las redes sociales. Desde un primer momento ha dejado claro que no siente ningún respeto por una organización que, según él, no tiene la menor idea de lo que se cuece en el mundo de la música y no son capaces de ver más allá de sus propias narices. Los compara con el tipo de gente que después de ver el film “A Hard Day’s Night” decidió que el grupo The Monkees debería ser el equivalente a The Beatles en América; esto es un dardo envenenado y lo demás son tonterías. Ni que decir tiene que suscribo completamente dicha afirmación.
Rod Evans.
Mención aparte merecen los comentarios que Ian Gillan ha ido filtrando durante estos meses a este respecto mediante entrevistas o comunicados en las redes sociales. Desde un primer momento ha dejado claro que no siente ningún respeto por una organización que, según él, no tiene la menor idea de lo que se cuece en el mundo de la música y no son capaces de ver más allá de sus propias narices. Los compara con el tipo de gente que después de ver el film “A Hard Day’s Night” decidió que el grupo The Monkees debería ser el equivalente a The Beatles en América; esto es un dardo envenenado y lo demás son tonterías. Ni que decir tiene que suscribo completamente dicha afirmación.
Gillan define
a los representantes del Hall Of Fame
como “groseros y arrogantes”; palabras textuales. No entiende que se haya nominado
a la formación actual al completo, dejando fuera de los premios al guitarrista Steve Morse y al teclista Don Airey, músicos completamente
integrados en la formación y que llevan más de veinte años con ellos. Considera
una evidente falta de tacto esta nominación. Por otro lado asegura no entender
en absoluto los criterios que han llevado al jurado a dilucidar a los
escogidos. Parece ser que alguien cercano al comité de selección le comentó que
los dos requisitos previos que tenían en cuenta para nominar serían por un lado
que el grupo hubiese publicado música hace más de veinticinco años y por otro
que hubiesen obtenido algún single de éxito en las listas de ventas. A Ian le parece ridículo que para medir
el éxito y la repercusión de un grupo este deba haber obtenido un single de
éxito. Se pregunta nuestro cantante favorito en un interesante ejercicio de mordaz ironía cuál será esa
canción exitosa de Purple que les
haya permitido pasar a ser elegibles: “Hush”,
“Kentucky woman”, “Black night”, “Strange kind of woman”, “Child in time”, “Perfect
strangers”, “Knocking at your back door” o quizás “Smoke on the water”; huelga todo comentario.
Además comenta que tiene
sentimientos contrapuestos porque no le otorga ninguna credibilidad a esta
asociación pero entiende que la familia, el público y los fans seguro que se
sentirán honrados y orgullosos con la nominación y no quiere ser irrespetuoso
con ellos. Nos recuerda que en su día compuso el tema “No laughing in heaven”, cuya letra versaba sobre el deseo de no ir
al cielo por el tipo de gente con la que te tocaría convivir; para Ian el Rock n’ Roll Hall Of Fame representa la misma idea, exceptuando
algunas excepciones. Le parece todo bastante ridículo, por lo que su respuesta
a la Academia es muy simple: muchas gracias.
Acaba nuestra querida Garganta
de Plata contando una anécdota. Nos dice que esa misma mañana recibió
una invitación para la boda de unos antiguos amigos, desafortunadamente el
resto de su familia no estaba invitada y le informaron de que tendría que
sentarse al lado de su ex mujer –de la que se divorció hace unas décadas- en el
banquete. Un cachondo Gillan nos
comenta que sus amigos se sorprendieron mucho cuando les agradeció la
invitación pero les informó de que no asistiría. Definitivamente este hombre,
si no hubiera sido bendecido con ese deslumbrante chorro de voz, se podría
haber dedicado perfectamente al mundo de la comedia como humorista sarcástico.
Ian Gillan.
Tampoco hay que perder onda
de los comentarios que ha dejado caer Ritchie
Blackmore con motivo de su nominación. Nuestro amigable Man
In Black, que siempre se ha
caracterizado por desacreditar y burlarse públicamente de todo este entramado
de premios y negocios de la industria musical, en un primer momento se descolgó
con un agradecimiento hacia la Academia por el galardón a la vez que comentaba
que no tenía claro lo que haría con respecto a su presencia en la ceremonia,
unas declaraciones curiosas cuanto menos y que nos volvían a descolocar; algo a
lo que Ritchie nos ha acostumbrado
desde siempre y aspecto en el que ni si quiera los años parecen haberle
relajado. Todo sea por hacerle la puñeta al bueno de Gillan, claro.
Ritchie Blackmore.
Pero la tormenta estaba a
punto de desatarse. A mediados de Febrero pronunció unas declaraciones en las
que acusaba a Bruce Payne, mánager
de Deep Purple, de no permitirle asistir
a la ceremonia de entrega de los premios del Hall Of Fame; toma ya. Según Blackmore
el propio presidente del Hall Of Fame
le habría informado de que el mánager de los “Deep Purple touring band”
–una manera algo despectiva de referirse a la actual formación de Purple, un término anglosajón con el
que suele restar credibilidad a los grupos de música que tienen miembros que no
son los clásicos u originales- no permitía la presencia del adorable
guitarrista en la ceremonia. Un sentido Ritchie
comentaba que, pese a estar valorando positivamente asistir, ante estas
informaciones decidió no presentarse a la entrega de los premios del próximo 8
de Abril. Agradecía a los fans por sus votaciones y lamentaba que no se le
permitiese asistir. Blackmore en su
estado más irónico, cáustico y puro, en un par de frases es capaz de encabronar
a los Purple con Gillan a la cabeza, a su mánager e
incluso al presidente del Hall Of Fame;
delirante. De cualquier modo, la reciente operación de mano debido a la artritis que padece el guitarrista y que se le realizó el pasado mes parece otro argumento más que válido para que el entrañable Man In Black excuse su asitencia al acto. Veremos.
Bruce Payne y Roger Glover.
El propio presidente del Hall Of Fame, Joel Peresman, hizo pública una nota el día siguiente a las
declaraciones de Blackmore en la que
negaba que nadie le hubiese impedido a Ritchie
asistir al evento del próximo 8 de Abril, por lo que esperaba que el rebelde
guitarrista asistiera y disfrutara de su homenaje y galardón. Explicaba Peresman que ningún mánager tiene
potestad para impedir a ningún galardonado su asistencia al evento. Comentaba
en su comunicado que habló con Payne
para posibilitar la reunión de la
formación clásica durante la actuación de la ceremonia, a lo que el mánager de Purple le informó de que el grupo
solamente tocaría con su formación actual; lo único que buscaba era allanar los
caminos para celebrar una ceremonia que incluyese a todos los nominados con esa
actuación especial y única en directo que supondría la reunión de la formación
clásica de Deep Purple, una
formación que no sube junta a un escenario desde el 17 de Noviembre de 1993. El
presidente del Hall Of Fame, que
debe tener muy poco de tonto, aprovechó esta situación para devolver la pelota de
la presencia y actuación en el evento a los campamentos de Gillan y Blackmore
respectivamente.
Joel Peresman.
Pero no pensemos que la cosa
acabó aquí. Si hay algo claro desde que se rumoreó que Deep Purple serían introducidos en el Salón de la Fama es que no nos íbamos a aburrir en los meses
posteriores a dicha nominación. Ese mismo día Ian Gillan emitió otro comunicado en el que comentaba que desde el
grupo no tenían ningún deseo de disgustar ni ofender a nadie y por el respeto que
tienen a sus fans habían asumido el compromiso de asistir a la ceremonia,
recoger su premio y actuar en directo, pero la actuación la llevarían a cabo con
la actual formación de la banda porque de cualquier otro modo lo hubiesen
considerado una falta de respeto hacia Steve
Morse y Don Airey, actuales
miembros y que no fueron nominados a los galardones. Ian comentó que lo había hablado con David Coverdale y que este comprendía su postura, el propio Gillan agradece a David su comprensión en dicho comunicado, refiriéndose a él como un
caballero. Aunque poco después, en una imposible nueva vuelta de tuerca para
ver hasta dónde se puede estirar este asunto, comentó que lo habían valorado y
que no tendrían ningún problema en contar con todos los demás ex miembros
galardonados para interpretar todos juntos encima del escenario su
archiconocido tema “Smoke on the water”
en un bis. Aquí aparece de nuevo ese Gillan
retorcidamente brillante y sarcástico devolviéndole la pelota a Ritchie Blackmore. Recuerdo las
declaraciones que hicieron ambos músicos hace apenas un par de años en las que
aseguraban enterrar el hacha de guerra y en las que se reconocían admiración y
respeto mutuos, asegurando estar cansados de tanta animadversión ya entrados en
sus setenta años respectivamente. No me creo nada, aquí no ha olvidado ni enterrado
nada nadie. Resulta entretenido y cachondo el mordaz, punzante e irónico modo
que tienen nuestros queridos protagonistas de seguir a la gresca, tantos años
después. Reconozco que resulta curioso y divertido presenciar hoy en día, con
todo lujo de detalles gracias a internet, los ingeniosos pasos que dan dentro
de sus particulares arenas movedizas, tal vez solo por esto merezca la pena el
penoso e impostado tinglado que tiene montado el circo del Salón de la Fama a su alrededor.
Ian Gillan y Ritchie Blackmore.
Tampoco podemos olvidar las
declaraciones de todo un habitual en estos mentideros virtuales. No podía
faltar en este aquelarre la opinión de Joe
Lynn Turner. No olvidemos que Turner
también formó parte de Deep Purple
poniendo su gran voz en el estupendo disco “Slaves
And Masters” y también tiene su opinión al respecto. Comenta el anterior
vocalista de Rainbow –herido por no
participar en la anunciada reunión de Ritchie
y opinando de una manera bastante descalificativa y gratuita al respecto sobre
la actual formación que ha anunciado Blackmore
para sus tres conciertos veraniegos de vuelta al Rock- que el Hall Of Fame
se ha convertido en algo tan estúpido como los Grammys, que es solo negocio y espectáculo, que no tiene nada que
ver con el artista y que si fueran serios un grupo como Deep Purple debería haber recibido su condecoración hace más de
veinticinco años. Para Joe Lynn está
claro que si Ritchie asiste a la
ceremonia Gillan y los suyos no
aparecerán y viceversa. Piensa que actúan como críos y que no han sido capaces
de crecer, madurar y chocar las manos más allá de sus diferencias en lo
musical. Definitivamente las opiniones de Turner
a este respecto y sobre la reunión de Rainbow
bien merecen otra entrada por aquí.
Joe Lynn Turner.
Y para rematar tenemos
también las opiniones de Glenn Hughes
sobre todo este tinglado. El cantante poseedor de esa voz tan sobrenatural ha
venido a comentar que agradece el reconocimiento de los medios, prensa y
público por este galardón. Nos dice que ha hablado con David Coverdale y está al corriente del affair Gillan - Blackmore
en cuanto a la presencia y posterior actuación en directo de los galardonados.
Le resulta extraño que entre las nominaciones no se encuentre el tristemente
fallecido guitarrista Tommy Bolin u
otros ex miembros como Nick Simper.
De cualquier modo entiende que él se encuentra nominado porque participó en el
álbum “Burn” uno de los más exitosos
y vendidos de la historia del grupo. Con respecto a la posición de Gillan y el resto del grupo en cuanto a
la actuación en directo solo de la formación actual, Glenn solo viene a comentar que no tiene nada que ver con eso, que
le gustaría y espera que le inviten a subirse al escenario, dejando los egos
fuera para ofrecer un merecido homenaje a todos los fans. En otras palabras,
que si por él es se sube a cantar y quien tenga cojones, que le acompañe.
Glenn Hughes.
Por su parte Lars Ulrich, batería de los famosos Metallica, ha vuelto a hacer pública
una vez más su pasión por Deep Purple.
Lars ya pidió públicamente el voto
para Purple cuando se formalizaron
las nominaciones y no perdido ocasión para reconocer todo lo que le ha marcado la
música de estos tipos. Recuerda que durante su adolescencia existían tres
grupos grandes dentro del Hard Rock:
Deep Purple, Led Zeppelin y Black Sabbath. Sabbath representaban la vertiente más dura, Zeppelin tenían un rollo más Blues
y de reconocimiento en Norteamérica pero, según Ulrich, no había otro grupo como Deep Purple. La capacidad musical e interpretativa de sus miembros,
las composiciones o los directos llenos de energía y de improvisaciones, que
podían convertir canciones de cinco minutos en temas de más de veinte y que
permitían que cada show fuera completamente distinto al anterior, les otorgaban
un aura única y especial. No soy un gran seguidor de Metallica, pero no puedo estar más que de acuerdo con las opiniones
del díscolo batería. Se postula como uno de los presentadores de la gala, sin
duda.
Lars Ulrich.
Con este panorama hay que
reconocer que esta última semana promete bastante. Todavía no se sabe cómo
acabará este embrollo, pero nadie puede negar que el tema está que arde. Ayer mismo publicaba Ritchie Blackmore en su página oficial un enlace a una web alemana
en la que ofrecía una entrevista; en alemán, claro, no podíamos esperar otra
cosa de nuestro querido Ritchie. En
la conversación comenta algún que otro detalle sobre la gala del próximo 8 de Abril
y aprovecha para ironizar e irritar un poquito más a sus queridos Gillan, Turner y compañía. Lo que tengo
muy claro es que no me despego de la pantalla la madrugada del próximo finde.
Gillan y Blackmore no bajan el pistón jamás, siguen a la gresca, contemporizando por la edad pero a la gresca. Habrá que ver quienes van a la gala finalmente.
ResponderEliminarLo del salón de la fama es como el gran hermano español, no hay más que postureo y no tiene nada que ver con la música o los artistas. Esto lo tengo claro.
ResponderEliminarAhora, tambien es cierto que nos puede permitir que veamos a Gillan y a Blackmore contra las cuerdas con el tema de la reunión de Purple, eso si que es curioso. Aquí es donde se nota que todavía no se pueden ver ni en pintura. Fran
Eso de que los criterios sean lo de tener un single de éxito es una tontería. hay grandes grupos que tienen una discografía muy sólida aunque no hayan tenido nunca una canción en las listas de ventas (no falta que les ha hecho). No es más que una americanada más. coincido con fran en que solo sirve para el morbillo de ver juntos a músicos que se odian, por el factor nostálgico prinicpalmente.
ResponderEliminarEdu G.
Todos estos piques Blackmore/resto de Purple tienen su punto morboso, aunque a mí lo que me intriga de veras es la posibilidad de que aparezca por ahí Rod Evans... cosa que no creo que pase, pero sería un puntazo. Ginés.
ResponderEliminarEvidentemente esto va a superar con creces la inducción de Van Halen, que ya fue vergonzosa en grado extremo.
ResponderEliminarLo que podían hacer Blackmore y Gillan sería apartar el hacha de guerra de una vez por todas y realizar un concierto homenaje a Jon Lord como Dios manda actuando todas las distintas formaciones sin egos ni otras estupideces impropias de señores de setenta años y más normales en chavales de quince.
ResponderEliminarLuque
Como bien dicen por aquí más les hubiese valido juntarse para homenajear a su difunto teclista que prestarse a este circo americano en el que sólo falta Buffalo Bill tiroteando indios.
ResponderEliminarLo único que me consuela es el gran post que nos dejará Paulino analizando como sólo él sabe cada momento del esperpento, eso si que no me lo pierdo.
Saludos.
Alberto de Burgos.
Coincido con lo que se comenta pro aquí. es una pena que artistas tan consagrados y que deberían estar a estas alturas por encima de disputas y tonterías más propias de niños se lleven a al gresca de este modo. De todos modos esto le pasa a infinidad de grupos más, con recordar las pasadas inducciones de Black Sabbath, Kiss, Guns n' Roses o Van Halen nos sirven de ejemplos.
ResponderEliminarlo que sí que está claro es que es una americanada que no tiene nada que ver con la música.
Esta gente lleva de broncas toda la vida, se soportan solo por la pasta que genera el grupo (bueno, tal vez Gillan y Glover no). Pero coincido con Ángel, esto pasa en infinidad de grupos famosos y con carreras longevas; sino mira a los Rolling, Jagger y Richards no se soportan; o Aerosmith, Tyler y Perry no se pueden ni ver. Forma parte por desgracia del negocio de la música de éxito, y sin ese éxito y esa pasta igual no teníamos unos Rolling, unos Aerosmith o unos Purple. THE TWIN
ResponderEliminarTodo forma parte del espectáculo, todo es muy circense. Lo que me extraña es que Blackmore, que siempre ha pasado de todos estos fregados y publicidades, se haya mostrado receptivo a lo de su nominación. Puede que la edad le haya relajado en ese aspecto.
ResponderEliminarPaso de todo el tinglado ese de la fama. Me quedo tranquilamente en mi sofá, tomando una copa de vino a la luz de las velas y escuchando You keep on moving con mi chica.
ResponderEliminarGran artículo. Jose.
Sin sorpresas en la gala. No fueron Blackmore ni Evans y solo actruaron en directo los Purple actuales. Lo mejor: el discurso de Lars Ulrich.
ResponderEliminarLuque.
La tensión en la gala se palpaba entre los músicos. Está clro que Gillan no puede ver ni en pintura al resto de ex componentes de Purple. Y me pareció muy injusto que Coverdale y Hughes no cantasen.
ResponderEliminarLuis G.
Casi me alegro de que Ritchie Blackmore no formase parte de esta pantomima que nada tiene que ver con la música.
ResponderEliminarBlackmore siempre se ha mostrado esquivo ante todo el tema publicitario y de figurar ante los medios en su carrera musical. por eso resultaba extraño que al principio mostrase su interés por asistir a la gala. Ahora bien, la excusa ha sido de niño de parvulario.
ResponderEliminarLucas.
Desde luego que la excusa para no asistir ha sido de quinta... y encima el propio director de la academia del hallof Fame salió diciendo que era mentira.
EliminarGillan tendrá muchas cosas pero es claro y no se anda por las ramas ni con segundas ni mareando la perdiz. A.L.P.
¿Para cuando una reunión del MARK III? Aunque solo sea para un concierto, please. Nico.
ResponderEliminarYa se intentó pero no quiere Gillan. Gran músico, muy venido a menos en estos últimos años. No entiendo porqué narices no puede hacerse algún tipo de concierto homenaje o festival en el que actuen otras encarnaciones de Purple. No se trata de suplantar al grupo que sigue funcionando en activo, solo de realizar un homenaje o concierto especial. Incluso el propio grupo le vendría bien la publicidad. Hughes y Coverdale hace tiempo que han dejado claro que quieren. El problema es la actituv veleta de Blackmore y la intransigencia de Gillan. Beto.
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