Casi todos los grandes músicos y grupos tienen grabadas canciones, demos o incluso discos completos que no han visto la luz. Muchas veces las rupturas internas, las presiones y los contratos de las casas de discos, la propia inercia del mercado musical o terribles cúmulos de desafortunadas casualidades y circunstancias de lo más variopintas pueden hacer que un disco practicamente terminado quede condenado al ostracismo en el último oscuro baúl del sótano de cualquier discográfica.
Hay
grandes ejemplos de discos fantasma, el que primero viene a mi mente es el
famoso “Smile” de Beach Boys, superproyecto nunca acabado
de Brian Wilson, devorado por sus
visiones y locuras propias de genio único en su especie, y que por fin vio la
luz el pasado año; pero hay muchos más, cuanto más longevo es el artista más
fácil es que en algún momento de su carrera haya tenido que archivar un puñado
de canciones que, quien sabe, igual de haber sido publicadas hubieran sido su
pasaporte a la fama mundial y a la quintaesencia del arte.
Ian Gillan tiene varios “discos” de estas
características. Tras el éxito mundial que obtuvo en Deep Purple en los primeros años setenta, las presiones propias de
la fama y de la juventud hicieron que un triste veintinueve de Junio del año
setenta y tres dejara al grupo y se alejara conscientemente de la música
asqueado por el negocio. Volvió a publicar un álbum en el año setenta y seis,
pero ese periodo de tres años de su vida fuera de la música me resulta
fascinante.
Tras
dejar Purple, Gillan decidió invertir su dinero en otros negocios, compró y
habilitó un hotel cerca de Oxford, dotándole de excentricidades como una
piscina exterior con forma de guitarra. Fue un fracaso. Después intentó un
proyecto con una cadena de motocicletas, en esos años se produjo un colapso en
la industria británica de motos. Otro fracaso. Lo siguiente que se le ocurrió
fue adquirir y reformar unos estudios de grabación, los Kingway Recorders, donde grabaron nuestros queridos Barón Rojo o el propio Gillan sus discos en solitario
posteriores. Pero lo importante ocurrió cuando su amigo Roger Glover le invitó a cantar en la presentación en directo de su
disco en solitario “The Butterfly Ball”.
Tras escuchar la estruendosa e intensa ovación que el público le ofreció en
cuanto pisó el proscenio ese dieciséis de Octubre del año setenta y cuatro se
dio cuenta por fin de que su misión en la vida era cantar encima de un
escenario. No lo ha vuelto a dejar desde entonces.
El
disco que nos ocupa es un proyecto que estaba en la mente de Ian Gillan desde finales del año
sesenta y nueve. Por entonces cantaba en el grupo Episode Six junto a su amigo Roger
Glover, el grupo hacía una especie de Pop
británico de la época (nada que ver con el insulso Brit Pop actual). En sus inicios Ian era reacio a componer, siempre se vio como un actor que tenía
buena voz pero, una vez más, su amigo Glover
le instó a que compusiera un tema para el grupo y, desde ese momento, en su
cabeza empezó a tomar forma Cher Kazoo.
Sin embargo no comentó nada a la prensa hasta mediados del año setenta y uno.
En
palabras del propio Gillan este
proyecto era una “fantasía musical,
animal y espacial”. Se trataba de una especie de película animada para
niños, por lo visto ya tenía escritos los personajes, situaciones y diálogos.
En el momento de la entrevista comentó que se encontraba trabajando en la
música, ayudado por Roger Glover
(como no), y que su agente estaba buscando ofertas de productoras
cinematográficas para publicarlo. Pasaron los años y Gillan nunca más volvió a hacer ningún comentario sobre este
proyecto. No sabemos qué habría de cierto y de vacilada en estas afirmaciones a
la prensa, Ian siempre se ha
caracterizado por ser una persona difícil para entrevistar y su ácido humor
inglés es legendario, pero lo que está claro es que la música estaba ahí, como
pudimos comprobar años más tarde.
El caso
es que Chez Kazoo, la fonética
francesa era deliberada, estaba compuesto y grabado. Constaba de once
canciones:
-Overture (Instrumental)
-Cherkazoo
-What’s new Finnegan (Sin Gillan a las voces)
-Gentle Meadow (Instrumental)
-Hotwash
-The Bull of Birantis
-Driving me wild
-Monsters in Paradise
-Donkey Ride Dream
-Fight Scene (Instrumental)
-Lady Fair (con voces orquestales)
Parece ser que en las demos rescatadas aparecen otros tres
temas: “Meadowland”, “Brother of mine” y
“High & mighty woman”. No está claro que formaran parte de este
proyecto y no canta Ian Gillan en
ellos.
Parece ser que la mayoría de los temas se grabaron en demos
en Septiembre del setenta y dos. Por lo visto existe un acetato con las
canciones, suponemos que usado para moverlo entre las distintas compañías
discográficas. Entre los músicos participantes nos encontramos, además de con
el propio Ian Gillan, con Roger Glover tocando la guitarra
acústica y los bajos, Jon Lord
tocando algunos fragmentos de piano, Pete
York en la batería y posiblemente colaboraran también algunos miembros de
la ELO en algunos arreglos de
cuerda. Incluso se comenta que Mark
Bolan grabó las guitarras, extremo que no podría asegurar ni el propio Bolan, porque en esa época grabó muchas
sesiones de estudio.
La música resulta bastante interesante, muy alejada del
concepto Purple, cosa que se
agradece por su variedad. Las melodías son bonitas y brillantes, perfectas para
un público infantil, pero con enjundia. Hay un cierto regustillo a temas de los
Beatles de la época de Sgt. Pepper’s o a los propios Episode Six. En general la escucha
resulta muy cinematográfica, con unos arreglos dulces e ingeniosos que hacen
sospechar la presencia entre bambalinas de Roger
Glover ayudando aquí y allá en la estructuración de los temas. De hecho
sospecho que alguno de los temas instrumentales los pudiera haber usado para su
disco en solitario “The Butterfly Ball”,
con temática y ambientación similar (también era una historia para niños); un
disco que, dicho sea de paso, es una obra maestra que demuestra el inmenso
talento compositivo que Glover
atesora. En este álbum aparece una de las mejores canciones que haya escuchado
jamás, “Sitting in a Dream”. Es que
es mágico hasta el título.
Si tengo que destacar algún tema me quedo con la delicada línea
melódica de la canción título, “Cherkazoo”,
la lírica de “Mosters in Paradise” o
“Donkey ride dream” y su toque
country. Aunque todo lo que he escuchado me parece interesante y arriesgado.
Desgraciadamente las maquetas al completo no han visto aún la luz, tenemos que
conformarnos con unas cuantas canciones que salieron en el disco “Gillan: Cherkazoo and other stories”.
Además, sorprendentemente, alguno de los temas instrumentales del disco en
solitario de Roger Glover casan
perfectamente con la línea y secuencia de las demos que tenemos en nuestro
poder.
En lo que sí que tengo mis serias dudas es en lo referente al
aspecto letrístico. La música me parece perfecta para entretener a pequeños y
mayores, sin embargo no tengo del todo claro que nuestro querido Ian Gillan vaya a facturar unas letras
aptas para todos los públicos. El hombre es un genio y un portento, desde
luego, pero también es un cachondo total. En el tema título se presenta
cantando como el “Professor pig”,
profesor cerdo en español, una denominación con un delicioso doble sentido al
que nos tiene tan acostumbrados nuestro vocalista preferido. “High & mighty woman” no está claro que formara parte de la
obra, pero si así fuera encontraría ciertamente difícil encajar una canción con
semejante título en una representación para niños. Seamos sinceros, hablamos de
Gillan, un hombre que parece haberse
pasado media vida buscando cuidadoras para sus vástagos. Aquí le tenemos,
enternecido y preocupado por la educación de los infantes y preparado para
guiarlos por el buen camino. Supongo que algo de ironía habría en todo esto,
aunque con Ian nunca se sabe. Solo
nos queda disfrutar de los temas que tenemos esperando que algún día los astros
se coloquen para que el resto de las grabaciones vean la luz.
Se rumoreaba que el Butterfly ball llevaba alguna de las composiciones del Cherkazoo de Gillan, que no eran otras sino composiciones de Roger Glover.
ResponderEliminarRoger Glover es uno de los grandes compositores "escondidos" de Deep Purple. Su disco Butterfly Ball es buenísimo.
ResponderEliminarGerardo.