La festividad de la Virgen del Pilar fue testigo,
entre otras cosas, de la gira española de Glenn
Hughes con su banda en solitario. La Voz
del Rock actuó en Bilbao, Madrid y Barcelona durante este mágico puente del
territorio español. El concierto madrileño tuvo lugar en la conocida Sala Arena, en pleno centro de la
capital. Había ganas de volver a ver al amigo Glenn en Madrid, puesto que su última vez por la capital se produjo
allá por 2008, si exceptuamos el concierto que ofreció para Radio 3 en 2009. Más de siete años es
mucho tiempo sin uno de los mejores cantantes de la Historia y eso se notó en
la afluencia de público, que llenó practicamente la sala haciendo casi
imposible disfrutar del espectáculo en unas condiciones mínimas.
Pontus Engborj, Glenn Hughes y Doug Aldrich.
Glenn Hughes venía con una
formación a trío: Pontus Engborj en
la batería y Doug Aldrich haciéndose
cargo de las guitarras. Una de las dudas a prori consistía en averiguar la
capacidad del grupo para sonar a trío, no es nada sencillo sonar nítido y a la
vez compacto cuando llevas bajo, batería, una guitarra y nada más. Esta
cuestión quedó resuelta con la primera canción, en la que Pontus se puso a repartir cera mientras que Glenn jugaba con las líneas de su bajo y Doug Aldrich nos demostraba que es uno de los mejores guitarristas
de la actualidad.
Del
telonero Jared James Nichols no
podemos decir mucho porque entramos en la sala durante la recta final de su
actuación, lo único que se puede comentar tras una breve escucha es que sonaban
bastante bien y nos dejaron con las ganas de haber presenciado su show íntegro.
Quedan apuntados para la próxima ocasión. A
las nueve en punto comenzaba el concierto de Glenn Hughes. El reducido escenario de la sala resultaba perfecto
para que los tres músicos ofrecieran su propuesta musical, echando toda la
carne en el asador desde el primer momento. El tema de arranque fue “Stormbringer”, la primera referencia
al catálogo Purple de esa noche.
Sonó fuerte y cruda, con un Doug Aldrich
llevando la voz cantante con su guitarra mientras que dejaba el espacio
necesario para que la voz de Hughes
se luciese con todo su esplendor. Empalmaron con “Orion”, una de las pocas referencias a la discografía en solitario
de Glenn, que resaltó la base
rítmica formada por Pontus y Hughes; un tema con ese groove tan marca de la casa. Hay que
decir que el sonido fue bastante aceptable durante casi toda la actuación, una
de las ventajas de llevar solo tres instrumentos y la voz.
Siguieron
dos temas de su etapa en Trapeze,
esa pequeña delicadeza de grupo con una propuesta de Rock tan ecléctico que siempre mereció mejor suerte. Durante la
presentación Glenn -que estuvo muy
locuaz durante todo el show, gastando bromas y contando anécdotas de su
interesantísima trayectoria vital… en inglés, claro- tuvo el detallazo de
acordarse del tristemente fallecido Mel
Galley, amigo y compañero de esos primeros años de Trapeze, mientras nos deleitaban con “Way back to the bone” y “Touch
my life” sacando a relucir esa faceta Funk
que tanto le gusta al propio Hughes
y que tan bien sabe interpretar; dos canciones llenas de pasión y emociones
encontradas.
Después
le tocó el turno a “First step of love”,
la única referencia a su proyecto de los ochenta junto al guitarrista Pat Thrall. Una versión brillantemente
ejecutada desde ese inicio lento e inquietante hasta que el tema rompe camino
del estribillo. Acto seguido Aldrich introduce
un tema que lleva ese regusto de los Purple
Mark III, por un momento pensé que estábamos ante la intro de “Mistreated”, pero al final resultó ser
la agradable sorpresa de la canción llamada “Sail away”, también de Purple.
En la actual era internet es practicamente imposible que un músico sorprenda
con el setlist, puesto que está colgado en la red desde el minuto uno. Generalmente
tengo la costumbre de no consultar las canciones que el artista va a
interpretar, asunto que a veces resulta algo complicado, porque me gusta que el
grupo me sorprenda con su directo y eso fue exactamente lo que pasó. La bonita
canción de Deep Purple sonó con
profundidad y pasión, comandada por un Glenn
que cantó como nos tiene acostumbrados. Parece mentira que un señor de sesenta
y cuatro años mantenga semejante capacidad y poderío vocal. En este concierto
volvió a demostrar que es el mejor cantante del mundo. Cantó modulando,
susurrando o gritando cuando lo pedía cada momento, sin abusar de ningún
recurso en concreto pero usándolos todos cuando era oportuno. No solo es capaz
de cantar lo que quiera de la manera que quiera, sino que sabe cómo hacerlo en
cada momento. Grande.
Al
presentar a Doug Aldrich se acordó
del también tristemente fallecido Ronnie
James Dio, al que recordó como el Rey
del Rock, enfatizando que todavía seguía siéndolo, pese a haber muerto. Un
bonito recuerdo que contrasta con la imagen huraña e injusta que mostró Ritchie Blackmore en unas recientes
declaraciones cuando, al anunciar su vuelta al Rock para cuatro conciertos, ni siquiera tuvo el detalle de
referirse explícitamente a él a la hora de recordar a algunos músicos con los que
había trabajado; un Blackmore que
sabe perfectamente todo lo que le debe al pequeño gran hombre. En fin, muy
triste. El caso es que Hughes
recordó la anécdota del día que conoció a Doug
Aldrich, al que le presentó el propio Ronnie
un día que invitó a Glenn a su casa
y coincidieron los tres. Este preámbulo dio paso al tema “Good to be bad” del disco homónimo de Whitesnake y en el que colaboró en su composición el propio Doug. Pedazo versión se marcaron a una
guitarra y con la voz sobrenatural de Hughes;
para mandársela a David Coverdale.
Tras
este recordatorio a la estancia de Aldrich
en la Serpiente Blanca llegó el
turno de un nuevo solo del guitarrista, otra vez jugando con esa esencia Purple de la etapa de “Burn”. Estábamos ante la intro del
famoso tema “Mistreated”, canción
abanderada de los shows de Hughes en
solitario. Este es uno de los momentos en los que Glenn aprovecha para echar el resto en lo que a su interpretación
vocal se refiere y en esta ocasión no iba a ser menos. En el recuerdo de algunos
de nosotros estaba el show del año 2007 en esta misma sala en la que a Glenn le dio una bajada de tensión tras
interpretar este tema y tuvo que retirarse a los camerinos cancelando el resto
de la actuación. En aquel momento la prensa musical especializada fue
especialmente injusta con él por el hecho re retirarse. Como casi siempre, no
se enteraron de nada. Glenn ofreció
en ese tema una interpretación vocal tan intensa y excepcional, de esas que no
vas a escuchar jamás en boca de ningún otro cantante, que no pudo continuar, se
vació completamente para unos cientos de afortunados que tuvimos la ocasión de
presenciar eso. Cuando ocurrió este momento llevaban setenta minutos de
actuación, pero esto no fue suficiente para librarse de las críticas, algunas tan
injustas como infundadas, que recibió. La noche del sábado de 2015 Glenn y su grupo comenzaron a
interpretar “Mistreated” ante un
público entregado que se volcó con este tema, cantando las líneas de voz del
estribillo ante un Glenn que paró al
grupo para que el público cantase mientras no podía disimular su asombro y
emoción. Un momento realmente bonito. En la parte final del tema nos volvió a
ofrecer una improvisación vocal acompañándose solo de algunos suaves acordes de
la guitarra de Doug que le servían
de tenue colchón para regalarnos esas melodías en las que jugaba con sus
distintos tonos vocales como solo él sabe y puede hasta alcanzar el clímax
final con unos gritos estratosféricos y todo el grupo sumándose en el
apoteósico final; veinticinco minutos de “Mistreated”
para todo aquel aficionado que recuerda con nostalgia aquellos tiempos en los
que los grupos alargaban y modificaban
las canciones en directo cada noche. Conviene comentar que esta vez he
visto a un Glenn Hughes que ha
jugado mucho más con la voz que en ocasiones anteriores, ofreciendo una gama de
registros apabullante y moviéndose en terrenos Rock, Funk y Soul con
una deliciosa y total libertad. Se nota que le gusta mucho Stevie Wonder y no se me ocurre mejor maestro para alguien que quiera
cantar. Me vienen a la memoria los recientes comentarios de Ian Gillan comentando con esa mala
intención suya habitual que Hughes
es una copia de Wonder. Me parece
que Glenn no copia a Stevie Wonder en ningún momento, sino
que lo usa como una de sus muchas influencias; para hacer algo bien primero
tienes que haber mamado de los mejores y Glenn
en esto es un maestro. Innecesarias declaraciones de un Ian Gillan que, pese a ser uno de mis favoritos de toda la vida y
seguir siéndolo, tal vez debería mirarse al espejo o escucharse en directo
antes de hablar.
Continuó
el concierto con el solo de batería de Pontus,
acompañado de Doug a la guitarra,
demostrando lo bueno que es y lo bien que le viene a este trío. Esperemos que
esta formación perdure, aunque con Hughes
ya se sabe. Tras esto le tocó el turno a Black
Country Communion, el penúltimo proyecto de Glenn que grabó tres grandes discos y que terminó como el Rosario
de la Aurora. Sonó “One last soul”,
que fue el primer tema que el grupo dio a conocer en su día y que además es una
de sus mejores canciones. Finalizó el show con “Soul
mover” otro de sus temas en solitario en el que vuelven a rezumar con
fuerza esas raíces Funk que tanto le
gustas a Hughes. La principal pega que le encuentro a los directos de Hughes en
la actualidad es que apenas recupera discos de su carrera en solitario, que los
tiene y muy buenos. Entiendo que hay temas clásicos que todo el mundo quiere
escuchar, pero también tiene una carrera en solitario llena de canciones
brillantes. Especialmente doloroso resulta que no recupere nada de
discos como “From Now On”, “Feel”,
“Addiction”, “The Way It Is” o “Songs
In The Key Of Rock” entre otros.
Para
el bis irrumpen con un “Black country”
cargado de rabia y mala leche, seguido de “Burn”
como punto y final. La intensidad y energia con la que Glenn arremetió “Black
country” me vuelven a hacer pensar en que este señor nació hace sesenta y
cuatro años. Desgraciadamente el sonido al final, sobre todo con “Burn”, empezó a saturar en ese
ridículo empeño de subir el volumen por parte de los técnicos, o de quién sea,
pensando que así consiguen aumentar la intensidad del evento. Acabó el
concierto dejándonos encantados y con ganas de más. Glenn prometió volver el año que viene; como no. Veremos.
Agradecimientos a Raúl Elvira y a sus grandes fotos.
Glenn es el más grande, no suele aparcecer en las listas de los mejores vocalistas pero es de los mejores sino el mejor y el que más en forma está. El concierto del otro día fue antológico, y a trio sonó de PM. Jorge.
ResponderEliminarYo vi a BBC en el Azkena hace unos años y fue la polla con cebolla, así sin más.
ResponderEliminarSaludos.
Alberto de Burgos.
Fue una pena que se rompiera la asociación Hughes - Bonamassa. Los discos de Black Country Communion eran la leche (sobre todo el segundo), y el dvd en directo una pasada. Qué envidia los que lo pudisteis ver en directo.
ResponderEliminarCarlos.
Glenn Hughes está en una estado de forma vocal admirable, está cantando como los ángeles, mucho mejor que hace treinta años cuando tenía los problemas con las drogas. Que siga así otros treinta. S.D.
ResponderEliminarGlenn Hughes es el mejor vocalista de la actualidad. No tiene ningún sentido quer Gillan haga los comentarios que hizo respecto a Hughes, ¡si el que lleva 20 años para los tigres es él mismo!. Lo que hay qoe oir.
ResponderEliminarLuque.
Es un fuera de derie, qué duda cabe. De las etapas que conozco suyas, me quedo con la de HTP
ResponderEliminarEs un fuera de derie, qué duda cabe. De las etapas que conozco suyas, me quedo con la de HTP
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