El
auténtico y genuino “arquitecto del
R’n’R” ha anunciado hace unos días que está pensando seriamente abandonar
definitivamente las actuaciones en directo. Estas declaraciones las hizo para
la popular pero cochambrosa publicación “Rolling
Stone”. Viene a decir que no se siente con fuerzas para seguir dando conciertos,
que acumula prácticamente toda una vida dedicada al entretenimiento y que considera que ya ha llegado su momento de bajarse de los escenarios. Recordemos que lleva años padeciendo serios problemas de cadera y ciática que
hace que en sus últimas actuaciones se tenga que ayudar por una silla. Desde la revista Ultimate Classic Rock se hacen eco de esta noticia que sin duda nos ha conmocionado a millones de sus seguidores repartidos a lo largo y ancho del globo terráqueo.
Little Richard nació en Macon, Georgia, el 5 de Diciembre
de 1932 -sí, ochenta años-, siendo el tercero de doce hermanos. Desde pequeño
sintió la necesidad de cantar, pasando del Gospel evangélico hasta el Rhythm
& Blues, siempre con un gusto y feeling que fluía natural de su
prodigiosa garganta.
En 1955
grabó una canción que cambió la historia de la música: “Tutti Frutti”. Conviene recalcar que hasta esa momento nadie -y repito: NADIE; ni Elvis, ni Chuck Berry, ni Jerry Lee por citar algunos- sonaba así;
evolucionó el R&B hacia unos
sonidos salvajes que te hacían bailar y perder el control. Basicamente inventó
el Rock’n’Roll. La expresión awop-bop-a-loo-mop-alop-bam-boom,
cuya letra se refería a una especie de eufemismo sobre una felación, pasó a la
historia como una de las estrofas más reconocidas en el mundo de la música;
incluso en España se castellanizó como a-uam-ba-buluba-balam-bambú y se llegó a usar como nombre para un programa musical de los años ochenta. Tamaña fue la aceptación y la importancia de dicha canción que hasta en nuestro querido país se usaba a principios de esos locos ochenta la expresión tutifruti de manera coloquial y casi peyorativa cuando, durante una discusión, te metías con tu interlocutor o le mandabas a la mierda; el claro ejemplo de una canción con la capcidad de trascender a otros ámbitos de la vida de las personas.
Su
personalidad siempre fue arrolladora y su carisma enorme. Bendecido con una voz
fuera de lo normal que acabó definiendo un género y un estilo de vida sin el
que puede que no hubieran existido muchos músicos y grupos que hoy día figuran
como referentes musicales a nivel mundial. Otro de los pocos músicos de los
que todos los demás artistas hablan con respeto y admiración, reconociéndole
como influencia importante en sus respectivas carreras musicales (Elvis, Deep Purple, Led Zeppelin, Rolling,
Elton John, Jimi Hendrix, Bowie, Sam Cooke, Ry Cooder, Paul Simon, Beatles…).
Para Ian Gillan siempre fue un
referente musical. De hecho el disco “The
House of blue light” de Deep Purple
coge su título de una estrofa del tema “Good
Golly Miss Molly” del propio Richard y la canción “Call of the wild”, del
mismo disco de Purple, comienza con
la palabra “Operator” que da título
a otro tema de Little Richard.
Su vida
está llena de interesantísimas anécdotas. Cuando abandonó a Los Upsetters -uno de sus primeros
grupos antes de alcanzar el estrellato- le sustituyeron nada menos que por… James Brown... suplantandóle en las primeras actuaciones como si siguiera siendo el
propio Richard quién estaba tras el micro; de la vida, obra y milagros del Godfather Of Soul habrá que hablar también en otro momento, que tiene mucha miga. Otra curiosidad fue su pequeña alianza
con Esquerita (S.Q. Reeder), que enseñó a Richard sus trucos escénicos a cambio de
perfeccionar sus conocimientos al piano. Tampoco hay que olvidar su llegada al estrellato dentro de una
sociedad americana en plena segregación racial, rompiendo barreras. Su aspecto
extravagante y provocador, usando pelucas, maquillaje y todo tipo de atuendos
para llamar la atención. Sus dudas entre el bien y el mal, que le llevaron a
retirarse varias veces de la música Rock
convirtiéndose en ministro de la Iglesia
Evangélica (y grabando estupendas canciones de Gospel). Sus excesos con las drogas y el sexo, propios de una
personalidad tan excesiva como la suya. La naturalidad con la que imponía sus
propias normas; pese a ser uno de los músicos peor tratados dentro del negocio,
cantantes blancos como Pat Boone que se apropiaban de sus canciones y las
convertían en hits -triunfando con ellas pese a ser grabaciones mediocres-. La
explotación que sufrió a todos los niveles por la industria musical, mientras
mantenía unos valores de amistad y fidelidad para con los suyos dignos de
elogio. En fin, con Little Richard empiezas a comentar y te puedes pasar toda la noche charlando de su fascinante personalidad y sobre cómo logró cambiar las reglas del juego con su imparable talento y carisma.
Mi
primera vez con Little Richard fue
en Chippenham, una pequeña ciudad en el culo del mundo al
oeste de Londres, el 25 de
Septiembre de 2004, dentro del “Eddie
Cochran Rock’n’Roll Festival”. Todavía se me eriza el vello cuando lo
recuerdo, más de mil personas que parecía que habían salido del túnel del
tiempo de los años cincuenta; rockers con sus tupés y sus elegantes trajes,
mujeres con faldas de flecos bailando Twist
mientras en el escenario una banda de unos doce músicos tocaba como si no
hubiera un mañana. De pronto salió Richard
envuelto en una solemne capa, saludó con cortesía, se sentó al piano, abrió la
boca y nos dio a todos una arrebatadora lección de clase y carisma
interpretando y respirando Rock.
Entre los invitados Vip de aquel evento podías ver al borde del escenario a un Robert Plant fascinado y que no habría estado mal que hubiese tomado alguna nota sobre cómo envejecer con talento, estilo y siguiendo fiel al Rock n Roll. Luego volví a verlo en el festival “Crossroad”
de Gijón, la primera y única de vez
que Richard ha actuado en suelo
español. Recuerdos mágicos de esos pequeños momentos que sabes que solo ocurren una vez en la vida, de los que te puedes sentir orgulloso por haber sido testigo de los mismos y que te llevas a la tumba sin remedio.
En
estos últimos dos años se ha sometido a una operación de cadera, además de
varias intervenciones de cirugía estética -para Richard es esencial sentirse bello-, y apenas ha actuado en un puñado
de conciertos; cuatro bolos en 2012 y una única actuación en marzo del pasado
año en el “Orleans Hotel & Casino”
de Las Vegas.
Hoy es un día triste, uno de los grandes decide dar la razón a la naturaleza y debemos respetarlo. Aunque siempre tendremos la esperanza de que en cualquier momento Little Richard decida cambiar de opinión una vez más y vuelve a sentarse al piano para demostrarnos quien es el que manda y enseñarnos de nuevo en qué consiste esto del Rock n Roll. Si alguien puede hacerlo sin duda es él.
"Tutti Frutti". Del film "The Girl Can't Help It". 1956.
"Good Golly Miss Molly". Peace Festival. Toronto 1969.
"London Rock n Roll Show". TV Report. Londres. Estadio Wembley 5.8.72. Contiene parte del final del show, con Little Richard tocando "Jenny Jenny" y dándolo todo.
La canción que le devolvió a las listas en 1984, "Great Ghost A Mighty", del concierto Legends of Rock.
Little Richard en 2006. "Celebrity Duets".
Su último concierto como tal hasta la fecha. “Orleans Hotel & Casino” Las Vegas. 30.3.13.
Uno de los temas favoritos de Ian Gillan: "Lucille".
No me puedo resitir a incluir en este pequeño recordatorio a la figura del Arquitecto del Rock n Roll unas cuantas tomas de uno de sus alumnos aventajados. Todo un Ian Gillan no ha tenido reparos durante todo su recorrido musical en declarar abiertamente la admiración que profesa a Little Richard y la inspiración que ha supuesto para él siempre que le han puesto un micro delante. Igual que antes nos referíamos a un Robert Plant que no habría estado mal que hubiese tomado la referencia del maestro a la hora de enfocar una carrera en solitario que por momentos estoy seguro que no la entiende ni él mismo, tenemos en el extremo contrario a Ian Gillan y su absoluta personificación del Rock n Roll a lo largo de toda una trayectoria musical entregada a la filosofía de vida que en su día le enseñaron personajes absolutamente imprescindibles como Little Richard.
La salvaje versión de "Lucille" por parte de Gillan y su banda en 1980. Promo oficial.
Otra versión de Gillan del mismo tema en 1990. "Live In Nottingham".
Por último, "Lucille" interpretado por Deep Purple. 1972.
Ya ha anunciado varias veces que se retira. Tiene una edad, desde luego, veremos que pasa.
ResponderEliminarLittle Richard, Jerry Lee Lewis y Chuck Berry. Los tres mosqueteros.
EliminarThe Quasar of Rock'n'Roll
EliminarImagínense en 1960 ver bajar de una limusina blanca todo enjoyado a un homosexual negro que viene a cantar Tutti frutti. Un monstruo.
ResponderEliminarAlberto.
Y con una voz prodigiosa. El disco Lifetime Friend, de su vuelta a los escenarios de mediados de los ochenta, es muy recomendable (la canción Operator de la que habla el artículo es de ese disco). Y Great ghost a' mighty es todo un rock n roll clásico escrito en 1983.
ResponderEliminarJulián.
Bonito recordatorio a L.Richard. Los días de reclusión en casa dan para rebuscar en la red más de la cuenta, y a veces uno se encuentra con cosas que te llaman l aatención como esta. Little Richard. Chuck Berry y Jerry Lee Lewis, vaya trío de ases. Un saludo de Adolfo Tovales.
ResponderEliminarJoder!! que bestia el Gillan y su versión de Lucille. Eso es tralla y lo demás son tonterias, jajajj
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