Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

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miércoles, 29 de mayo de 2019

Pete Way: Vuelta a los escenarios y nuevo disco "Walking On The Edge".


El próximo cinco de Junio Pete Way tiene anunciado un concierto en la localidad inglesa de Gravesend, tan solo tres días antes de la actuación de la Pete Way Band en el prestigioso festival Sweden Rock. El emblemático bajista de UFO vuelve a los escenarios para ofrecer una gira de conciertos completos con su nueva banda tras una década de inactividad y habiendo superado unos serios problemas de salud. Nos alegramos enormemente por ello y le deseamos desde aquí lo mejor al bueno de Pete.
Son de sobras conocidos los graves problemas de salud con los que ha lidiado Way durante estos últimos años, él mismo nunca se ha escondido de ellos y los ha comentado públicamente en la autobiografía que publicó hace unos años. Este libro, además de resultar de lectura tan intensa cono entretenida, supone un auténtico manual de estrella del Rock n Roll y constituye una lectura obligada para cualquiera que sienta algo en su interior con canciones como "Lights out" o "Rock bottom".


Pete Way ha vivido una intensa relación amor/odio con sus demonios personales, lo que le llevó a tener que abandonar UFO en el año 2007 por sus problemas con las drogas y el alcohol; el propio Pete se describe en su libro a sí mismo con una crudeza y sinceridad sobrecogedoras. Cuando la diversión desapareció y comenzaron los serios problemas con su hígado empezó su particular cruzada contra la enfermedad. Se tuvo que someter a un duro y delicado tratamiento, de esos en los que una gran mayoría de la gente se muere, que le hizo dejar la música en activo y retirarse de la vida pública... pero lo superó. Sobrevivió. Poco duró la alegría en casa del pobre. Casi inmediatamente después le diagnosticaron un cáncer de próstata, curiosamente se lo detectaron a tiempo gracias a uno de los chequeos a los que debía someterse por las dolencias contra las que se estaba tratando. Durante todo este largo recorrido mantuvo informada a la opinión pública a través de sus redes sociales, camino que también escogió el tristemente malogrado Jose Antonio Manzano aunque con suerte dispar; una manera de hacer frente a la enfermedad tan digna y valiente como cualquier otra. Y ahora parece que Pete se encuentra recuperado y con fuerzas suficientes para retomar una de sus grandes pasiones: interpretar música en directo con un grupo de música. En toda esta historia de superación personal y de coraje que sirve de apoyo a todo aquel que se encuentre ante una situación de dificultad extrema en la vida, lo único que me entristece ha sido la postura pública de su compañero musical de toda la vida Phil Mogg. El cantante de UFO, con el que el propio Way dio vida a finales de los sesenta a uno de los mejores grupos de música que hayan poblado este planeta, no se ha caracterizado por mostrar una especial empatía ante la situación de su ex colega. Bien es cierto que lo que ocurre entre bambalinas en las relaciones humanas de las bandas famosas solo lo acaban sabiendo los propios interesados y también es conocido el carácter complicado del vocalista de UFO, además de su talento innato para fabricar melodías tan personales como imperecederas, pero parece que la relación entre ambos es tibia, muy tibia; incluso el propio Way ha sido preguntado recientemente por una supuesta vuelta a la nave nodriza una vez superados sus problemas de salud y su respuesta ha venido a ser que era improbable que Mogg le llamase. En fin.


Ahora parece que tiene preparado su nuevo disco, titulado como no podía ser de otro modo "Walking On The Edge" y auspiciado bajo el nombre de Pete Way Band. Ni UFO ni Waysted. Por lo visto el disco estaba compuesto desde antes de que detectasen el cáncer. Cuenta con la producción del prestigioso Mike Clink (Guns n' Roses) y con colaboraciones de gente como Nikki Sixx o Slash. No puedo ocultar que llevo un montón de tiempo deseando escucharlo, es cierto que lo anunció hace ya algunos años, y espero ese Rock n' Roll que tan buen sabor te dejaban sus discos con el grupo del platillo o con sus Waysted. Así que estamos ante la vuelta a las arenas de un tipo que ha vivido diez vidas en una, ha caminado por todos los filos y se ha convertido en auténtico superviviente. Noticias felices.





domingo, 19 de mayo de 2019

John Sykes/Blue Murder: “I’m on fire”.


Mira que llevo tiempo queriendo dedicarle un artículo a este excepcional guitarrista. Le hemos mencionado por aquí en múltiples ocasiones, pero todavía no había tenido una entrada propiamente dicha. Ahora vuelve a estar de actualidad porque parece que tiene preparado un nuevo disco en solitario bajo el posible nombre de "A Brand New Day", el primero desde el espectacular directo que sacó en 2004 titulado "Bad Boy Live" y el último álbum de estudio que publicó en el año 2000 bajo el nombre de "Nuclear Cowboy". Los tiempos con John Sykes siempre han sido de esta manera. No hay problema, cualquier momento es bueno para recuperar al tipo que dio forma al álbum de la saga Purple que más ventas ha tenido de la historia. Porque sí, “1987” ostenta el record de ser el disco que mas millones de copias ha despachado si nos referimos al particular universo de Deep Purple... y de otros grupos míticos también que nunca han alcanzado las cotas de ventas del carismático álbum de la Serpiente Blanca. El disco que dividió a muchos de los seguidores clásicos de Whitesnake y que supuso la entrada en el Olimpo de la popularidad para su líder David Coverdale. Fue la grabación que le abrió las puertas del codiciado mercado norteamericano y, por extensión, el del resto del globo. De hecho el genuino vocalista se ha venido apoyando en este disco que tiene más de treinta de vida para sus repertorios de directo desde entonces y hasta el día de hoy. 

                                                              Whitesnake: "1987".

Cualquier seguidor familiarizado con la música de Coverdale, Thin Lizzy o con el Hard Rock de los años setenta/ochenta no tiene más que pegarle una escucha al disco para caer en seguida en la cuenta de que esas composiciones son responsabilidad directa de John Sykes. Y mira que David Coverdale tiene talento, capacidad para la melodía y una voz privilegiada, pero la inspirada música que nos muestra dicho álbum no había sonado en ninguno de los surcos de las anteriores obras de Whitesnake. El combo de Coverdale no tenía en su poder todavía ningún “Bad Boys”, con esa entrada salvaje comandada con un riff de guitarra asesino cortesía de Sykes, ningún medio tiempo que destilase la elegancia de los arreglos de “Is This Love”, ningún tema con un deje tan marcado de la escuela de Lynott como “Straight for the heart” o ningún tema como “Dont turn away”, dotado de una majestuosidad idonea para cerrar cualquier disco con clase. En definitiva, la herencia de Thin Lizzy que tan bien había mamado John Sykes dirigía y campaba a sus anchas por todos los rincones del disco. Desde luego que el buen hacer de Coverdale también sumaba, pero el acicate definitivo se fraguó con la explosión musical que Sykes aportó a esta peculiar mezcla compositiva. El álbum tardó en salir, pero fue un éxito superventas. Lamentablemente eso no hizo borrar el rosario de la aurora en el que se convirtió el devenir de la formación que dio a luz semejante obra musical. Por resumir un poco: David Coverdale deshizo el grupo y contrato a músicos nuevos. Las malas lenguas decían que la madre de Coverdale le aconsejó expulsar a Sykes porque su imagen le restaba protagonismo al propio David. Seguro que aquí hay muchos matices y puntos de vista que se nos escapan y que solo conocen los propios implicados, pero una cosa esta clara: está muy feo expulsar de tu grupo al guitarrista que te ha compuesto tu disco y eso fue lo que Coverdale hizo con Sykes.

                                      Blue Murder 89: Tony Franklin, John Sykes, Carmine Appice.

John Sykes no se durmió en los laureles y puso en marcha Blue Murder. Se trataba de un super grupo junto al batería Carmine Appice, el bajista Tony Franklin y el propio Sykes en guitarra y voces. Sacaron un soberbio primer disco denominado como el propio grupo que sorprendentemente no obtuvo el éxito esperado y el grupo se desbandó. No se volvió a saber nada de ellos hasta la publicación del segundo álbum cuatro años después. Sin problema. En el universo de John Sykes nunca han existido las prisas y se mueve a un ritmo distinto. Nada que objetar si la música que nos ofrece tiene los quilates habituales. Siguió adelante con su idea y recluto al batería Tommy O’Steen y al bajista Marco Mendoza. Como curiosidad debemos decir que el propio Coverdale se apropió del bajista para sus Whitesnake unos pocos años después. Esto de estar atento a la escena musical y ofrecerle un puesto en su grupo a los músicos que despuntan con otros artistas es algo que el bueno de David Coverdale lleva haciendo desde siempre y que seguro tiene tanto de bueno como de malo. En fin.


Pero volvamos a Blue Murder. Ese segundo disco se titulo “Nothin’ But Trouble” y, haciendo honor a un titulo tan acertado, mostraba una foto de un niño pequeño, que juraría que es su propio hijo, reinando en el salón de una casa en plan travieso salvaje. Nada más que problemas es su traducción y conjuga el doble sentido de su reciente paternidad de entonces con los numerosos problemas que seguro tuvo que afrontar con la primera formación de Blue Murder.
Aunque la formación es otra, se usaron algunas cosas grabadas con Appice y Franklin, sin embargo no he sido capaz de averiguar en qué canciones concretas tocan ambos, por lo que si alguien conoce este dato le ruego lo comparta con nosotros. En los créditos del disco solo se especifica que Appice y Franklin colaboran, pero nada más.
Lo que es seguro es que el disco es un cañón, Hard Rock de primera categoría, unas bases rítmicas sin concesiones y las guitarras de Sykes comandándolo todo con una clase desbordante. Nos hemos acordado de la canción “I’m on fire” pero podíamos haberlo hecho de cualquiera del disco, puesto que todo el álbum es de diez. El problema es que salió en 1993 y en esos años cualquier cosa que oliese mínimamente a Hard Rock era tratada casi con desprecio. Aunque las labores vocales de Blue Murder y de sus posteriores discos en solitario las ha asumido siempre John, para este tema invito a Kelly Keeling. A modo de curiosidad podemos comentar que en una encarnación muy inicial de Blue Murder el rubio guitarrista contó con Ray Gillen, otro cantante como una catedral, pero al final la cosa no llegó a buen puerto y finalmente fue Sykes el que asumió las labores vocales. Circula por ahí alguna maqueta de esos primeros Blue Murder con Gillen a la voz y que te pone firme, pero la cosa no pasó de ahí.

                            Blue Murder 93: Tommy O'Steen, Kelly Keeling, John Sykes, Marco Mendoza.

En cuanto a Kelly Keeling solo podemos comentar que puede que sea uno de los cantantes injustamente más desconocidos para el gran público y no lo entiendo, tiene una voz descomunal, un gusto cantando que tira de espaldas y puede alcanzar unos registros estratosféricos… pero el gran público apenas le conoce. Para todos aquellos que no hayan prestado atención a este vocalista que colabora y compone en los “Guitar Zeus” de Carmine Appice, les recomiendo encarecidamente la escucha de la versión del tema “Speed King” de Deep Purple que apareció en uno de los primeros discos tributo que solo unos pocos años después inundaron las tiendas y descargas musicales. El disco se llama “Smoke On The Water: A Tribute To Deep Purple”, salió en el año 1994 y se inicia con este tema interpretado por Yngwie Malmsteem y Kelly Keeling. Aquello es una barbaridad que puede mirar de tú a tú al Gillan de los setenta y que al de hoy día haría sonrojar.
Pues John Sykes invitó a Kelly para colaborar en “Nothin’ But Trouble” de Blue Murder. Hace coros y se canta solista este “I’m on fire”. Y solo podemos decir que hace honor a su título, empiezas a escuchar la canción y te enciendes hasta quemarte, tu adrenalina se activa y el corazón se te sale de su sitio en cada salvaje compás de la canción. Es una canción rápida, pero con una interesantísima y muy currada batería; nada del cien por hora plano y lineal al que parece que nos vemos abocados si queremos escuchar algo de tralla. Si la totalidad del tema no tiene desperdicio, el puente y el estribillo te tiran de espaldas; la agresiva guitarra de Sykes adorna y comanda los interesantes cambios de la base rítmica, mientras que la voz de Keeling se desgarra dándolo todo. El solo de guitarra es marca de la casa del rubio guitarrista y el final de la canción vuelve a recuperar el potente estribillo mientras el vocalista se deja el alma intercalándose con los brutales sostenidos de John Sykes. Puto Rock n’ Roll de la cabeza a los pies.



                                                          Blue Murder: "I'm on fire".



jueves, 16 de mayo de 2019

Ronnie James Dio. 16.5.10. Nueve años de su muerte.


Hoy se cumplen nueve años de la triste pérdida de la persona de Ronnie James Dio para todos nosotros. Y todavía duele. Su talento, su visión y su particular manera de llegar a todos los que en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido tocados por su mágica manera de entender la música siguen presentes y seguirán cada vez que de nuestros labios salga una palabra sobre él o suene alguna de sus inmortales composiciones. Y todavía duele.

Descanse en paz.






jueves, 9 de mayo de 2019

REFLEXIONES METÁLICAS.


Como siempre o improvisa.

En esta sección hemos reflexionado en varias ocasiones sobre distintos aspectos de las actuaciones en vivo, desde el tipo y tamaño del recinto donde se celebran hasta las diferentes localidades o ubicaciones donde presenciarlos o incluso la forma en la que cada uno decide vivir cada descarga musical. Y es que es evidente que el disfrutar de la música en directo para cualquier melómano, y en particular para un amante del rock, es algo más que primordial.
En esta ocasión quiero entrar a valorar los conciertos según el objetivo musical tanto del grupo como del público. En concreto que es lo que se prefiere en un espectáculo musical si que las canciones suenen tal y como han sido grabadas en estudio, o si por el contrario se espera que los músicos desarrollen sus diferentes temas partiendo de la versión de estudio pero que la singularicen en cada directo.
La primera opción permite que la audiencia verifique que realmente el grupo suena como en el estudio, que no hay trampa ni cartón y que se puede confiar en una banda que muestra su buen hacer y su calidad interpretativa siendo capaz de reproducir las canciones en concierto tal y como suenan en sus grabaciones.
Sin embargo, la otra alternativa también permite comprobar la virtuosismo que atesora la banda en cuestión, aunque es verdad que se valoran otras cuestiones pues lo relevante es ahora comprobar cómo el grupo improvisa y desarrolla unas adaptaciones de sus propias canciones logrando unos temas singulares que dependiendo de su calidad pueden ser realmente geniales. Creo que este tipo de conciertos entrañan una mayor dificultad para el grupo, pues tienen que ser capaces de encandilar al público con su improvisación y sus desarrollos. 


La primera opción es, tanto como para la banda como para su audiencia, es ir un poco  a lo seguro,  pues es algo que posiblemente ya se haya demostrado que se puede hacer, y así el público sabe lo que va a encontrarse y sabe seguro que va a disfrutar con unas canciones que serán tocadas como las conoce. Por su parte, la otra opción, tanto para el grupo como para el público, introduce elementos de sorpresa pues realmente no sabe si esas canciones así interpretadas conseguirán tocar la fibra y hacer vibrar. Confiere un mayor porcentaje de riesgo, pero si la apuesta es positiva se desarrollara una atmósfera especial que le permitirá presenciar un espectáculo único y sublime

Metálico.


sábado, 4 de mayo de 2019

Bárbara Black – Monterrey - The Grassland Sinners. Concierto en la sala We Rock. Una noche de buen Hard Rock en el foro.


El pasado viernes veintiséis de Abril tuvo lugar en la conocida sala We Rock un concierto con claro sabor a Blues, Sureño y, en definitiva, a buen Hard Rock clásico; ese tipo de música que tanto nos gusta y tan importante resulta para algunos de nosotros. We Rock abrió sus puertas para todos aquellos que quisieron degustar un triple cartel formado por tres grupos cuyas propuestas musicales, pese a gozar de personalidad y sonido propios, se encuadraban a la perfección dentro de los parámetros musicales que acabamos de comentar. Lamentablemente la sala ha anunciado recientemente su intención de cerrar cuando llegue el verano, imagino que debido al hecho de no haber encontrado el suficiente y necesario apoyo del público. Esto es para que todos los que disfrutamos de este tipo de expresión artística y musical nos lo hagamos mirar.
Pero volvamos al concierto. Una triple propuesta que colmó con creces los paladares musicales más exquisitos y que desde aquí animamos a que se repita. La verdad es que los tres grupos rayaron a gran nivel en lo que a calidad musical, sonido y puesta en escena se refiere. Imagino que poner en marcha un evento de estas características no debe resultar sencillo y se supedita muchas veces a la respuesta por parte del público, por lo que uno no puede más que animar a la gente que siente algo por el Rock n Roll que se anote bien el nombre de estas tres bandas y que asista a alguno de sus conciertos cuando tenga la oportunidad. Seguro que no se arrepiente.

                                                               The Grassland Sinners.

Pasados escasos minutos de las nueve de la noche salieron a escena The Grassland Sinners, un grupo de Barcelona que la mayoría no conocíamos pero que seguro que a partir de ahora vamos a marcar en nuestra agenda. Se presentaban en la capital para presentar su disco titulado “Let It Ride” y la verdad es que no defraudaron en absoluto, incluso me atrevería a decir que esa noche se ganaron un buen puñado de nuevos adeptos. Su propuesta musical de claras raíces setentas, junto con la habilidad musical de sus integrantes, nos llevaron al rollo de aquellos años en los que los grupos hacían que las canciones cobrasen vida cuando las interpretaban en vivo. La música llevaba un rollo muy Zeppelin, Purple o incluso Black Crowes, junto con su excepcional cantante que llevaba hasta una imagen que te daba ese regusto; todo ello aderezado con unos toques Funk y unos desarrollos instrumentales que seguro dejaron a más de uno descolocado. Me gustó la manera de acompañar del teclista Ferrán Bruach, adornando y haciendo que los temas ganasen profundidad; aunque el resto de los músicos no se quedaron atrás. Hubo momentos para los lucimientos personales, pero siempre dentro del sentido de cada canción, permitiendo que los distintos desarrollos instrumentales sonasen naturales y para nada forzados. También me llamó la atención el cantante Jacin Castrillo, que hizo gala de una gran voz, un tono de esos que resbalan cuando suben y que supo modular con mucho criterio. El grupo se marcó una versión de uno de los temas menos conocidos del MARK III de Deep Purple, hablamos de “Lay down stay down” que les quedó cojonudo y, en definitiva, nos dejó a los allí presentes con muy buen sabor de boca y ganas de más después de su show de aproximadamente una hora de duración.

                                                               Bárbara Black.

Tras unos cuantos ajustes en el escenario se subió el grupo de Bárbara Black para presentar el concierto que suponía el final de la gira que han llevado a cabo por distintos lugares de la geografía española presentando su más que recomendable “Ad Libitum”. El talento, la profesionalidad y la honestidad de Bárbara es algo que se palpa en cuanto te acercas a ella, escuchas su música o la ves en directo. Junto al batería Nitro, el guitarra Javier Peláez y el resto del grupo han conseguido darle una vuelta de rosca a su propuesta musical y nos están ofreciendo algo muy personal, de gran calidad y que no se estila mucho en nuestro país; por desgracia. Sin embargo, su Hard Rock con toques Sureños empastaba a la perfección con el sabor que tenía este concierto. Ante una sala llena comenzaron su actuación con una intro y con el tema “Southern soul”, recuerdo al anterior Ep de Bárbara llamado "Spìritual Rock". Ya desde el primer minuto se podía notar que estaban echando toda la carne en el asador, con el grupo a por todas comandado por la pegada brutal a la batería de Nitro. Parece que han endurecido algo su sonido, desde luego el doble pedal que nos ofreció el batería durante gran parte de la actuación así lo demuestra. En fin, espero que encuentren el equilibrio necesario entre este endurecimiento y la lírica melódica tan característica de la voz de Bárbara. Siguieron con “The bible or the gun”, versión de Blues Saraceno no incluida en “Ad libitum” pero que presentaron en las redes hace ya algún tiempo. Luego fue el momento para “Nice to meet me”, una canción de esas que te engancha a la primera y para la que grabaron un vídeo clip en su momento; un gran tema muy efectivo en directo, poseedor de un estribillo que es puro Rock n Roll. Continuaron con “The hill”, bonito tema que abre “Ad libitum” y que sonó muy bien. Bárbara cantó con su habitual torrente de voz, jugando con los matices, suavizando o subiendo según lo pidiese cada momento de la actuación. Toda una lección de lo que significa cantar sobre un escenario. Esta canción nos llevó a la interpretación a modo de medley que hacen del tema “Seven nation army” de White Sripes y en el que incluyen un fragmento del clásico de Eurythmics titulado “Sweet dreams”, una idea efectiva y que llevan presentando en la gira. Tras este denso momento Bárbara paró la actuación para presentarnos a dos de sus invitados. Se subieron al escenario el vocalista Narciso Tenorio, profesor en el pasado de Bárbara y cantante de Júpiter, y el guitarrista Javier Mira. Ambos venían del exitoso concierto de reunión que ofreció Júpiter en La Riviera el pasado Febrero. Se unieron al grupo para interpretar una estremecedora versión de “Shiva” que les quedó de fábula con las dos voces solista y el bonito solo que se marcó Javier Mira.

                                              Narciso Tenorio, Bárbara Black y Javier Mira.

La actuación siguió con “Stardust”, tema en el que se volvió a mostrar la solvencia de los músicos que están embarcados en este proyecto. Poco después Bárbara invitó a subir al siguiente invitado, se trataba de Óscar Sancho, vocalista de Lujuria. Ambos interpretaron “Ghost”, otra canción del disco que han presentado en esta gira que acaba y que rebosa calidad por los cuatro costados. Óscar hizo los graves en una versión que quedó soberbia y que me recordó al anterior concierto de Bárbara Black en la capital el año pasado, en el que justamente presentaban el vídeo clip de “Nice to meet me” y en el que invitaron a Diva Satanica para cantar a dúo la canción “Black snakes”. A ver si a alguien se le ocurre juntar a ambas vocalistas para algo en conjunto. El concierto prosiguió con la versión “Are you gonna be my girl”, un tema muy de directo pero que por lo que sea no me acabó de llegar, y con la presentación de la nueva pieza del grupo; la canción en cuestión se titula “Tyger tamer” y nos da una ligera medida de la dirección hacia la que apunta el grupo. El concierto llegaba a la hora de duración, fue un bonito detalle el hecho de que la duración de las tres actuaciones fuese similar, cuando nos pilló por sorpresa la presentación del último tema de su show. Bárbara presentó “Hush” y el grupo empezó a interpretar los primeros compases del tema de Joe South que popularizó Deep Purple. Vaya pedazo de versión, sin desmontarla demasiado consiguieron darle un aire completamente distinto. Lo que hicieron con el estribillo en particular me pareció una genialidad, añadiéndole sensualidad a una canción que ya de por sí es de esas que te hacen mover los pies de manera inconsciente. Fin de actuación por todo lo alto con todo el grupo dándolo todo.

                                                               Monterrey.

El último grupo de la velada fue Monterrey. El grupo del cantante Julio Dávila y los guitarristas José de Benito y Manolo Arias nos presentaba su nuevo disco. Este primer larga duración, puesto que hace un par de años sacaron un Ep con el nombre del grupo, se llama “Al Final Del Camino” y es del todo recomendable para todo el que disfrute el buen Hard Rock clásico. Tras la introducción abrieron con el tema que también inicia el disco. “Viejos tiempos” sonó como un cañón, destapando esas esencias clásicas, Sureñas y Whitesnake de las que tan bien han sabido beber para dar forma a su propuesta musical. La canción es ideal para iniciar cualquier cosa, con una cadencia rítmica infecciosa y una letra de esas que hacen que se te caiga la lagrimilla. Siguieron con “Encadenado a tu piel”, perteneciente al Ep anterior y “Me haces sentir bien” del último disco que no hicieron más que acentuar la buena sensación que nos estaban dejando a los allí congregados. Volvieron a recuperar el Ep de la mano del tema “Me olvidé de ti”, con una melodía que se te mete en la cabeza para no salir. El sonido, al igual que con los grupos anteriores, fue muy bueno; algún que otro altibajo, pero muy bueno en líneas generales. Esto es algo básico si quieres que tu música le llegue al público y fue muy de agradecer los cuidados que a buen seguro tuvieron los músicos y técnicos para que aquello sonase tan bien. La actuación siguió de la mano de “No necesito más”, uno de los temas que más me llegaron de su actuación. Además de la bonita parte intermedia algo más relajada, se marcaron un final de temas compaginando solos de guitarra hasta llegar a un final de bastante enjundia. El combo sonó de manera compacta durante toda la actuación. Si el grupo es bueno, está compactado y acompaña el sonido de la sala, nos podemos encontrar con cosas como las que presenciamos durante la actuación de Monterrey. Manolo Arias y José de Benito se intercambiaron las labores solistas, rítmicas y ligados, demostrando su solvencia y buen hacer durante toda la actuación. Tras esto nos presentaron el tema que titula su nuevo disco y que se llama “Al final del camino”, una de las composiciones que más me han llamado la atención de su nueva obra. La labor del vocalista Julio Dávila también rayó a gran nivel, cantando con un gusto exquisito y muy buen hacer. Presentaron “Tensión” del último y “Perro fiel” del Ep con una gran interpretación del propio Julio, que bromeaba al final diciendo que era la última del show. Siguió el concierto con el tema de presentación de su nuevo disco, titulado “Donde el río suena”, otra canción de ese rollo setentas con unas líneas vocales realmente inspiradas. Es que el nuevo disco del grupo me ha resultado un agradable soplo de aire fresco. La actuación iba tocando a su fin cuando abordaron “La vieja estación”, otro tema potente que fue el último para el que esto escribe. Las dichosas prisas y horarios que nos esclavizan y atormentan demasiado a menudo me hicieron abandonar la sala. No obstante el sabor de boca que se te queda es muy positivo, el de haber tenido la oportunidad de haber disfrutado de un gran concierto por parte de tres grupos de primera categoría.