Seguimos con la familia Sabbath. Lee Kerslake, conocido
batería de grupos como Uriah Heep, Ozzy
Osbourne o Living Loud entre
otros, acaba de recibir sendos discos de platino que conmemoran su
participación en las grabaciones y composición de los primeros discos de Ozzy en solitario: hablamos de “Blizzard
Of Ozz” y “Diary Of A Madman”,
un par de obras maestras de la música que deberían estar en las estanterías de
cualquier apasionado del Hard Rock.
El propio Ozzy Osbourne se los ha
enviado hace un par de días.
Conviene recordar que Kerslake
está aquejado de un peligroso cáncer en estado terminal y que los médicos le
han diagnosticado apenas unos cuantos meses de vida. El entrañable músico, al
igual que otros artistas como es el caso de José Antonio Manzano en nuestro país, decidió hacer pública su
batalla contra la temible enfermedad compartiendo con sus seguidores algunos de
los datos de su estado de salud y recibiendo todo el apoyo de los mismos a
través de las redes sociales; imagino que al final algo bueno deben de tener
las nuevas tecnologías, permitiendo llevar no solo la mierda, el odio y las
miserias humanas a través de la conexión de internet, sino también mensajes
positivos y de esperanza. Desde aquí le deseamos todo lo mejor al entrañable Lee, que disfrute de su tiempo y que
los médicos se equivoquen en sus estimaciones; no sería el primer caso que
estira sus tiempos en este mundo que conocemos.
Esto de la creación y grabación de los primeros dos discos de Ozzy Osbourne lleva trayendo cola desde
hace unos cuantos años, por lo que resulta interesante ponerse en situación.
Cuando los Black Sabbath echaron a Osbourne, imagino que hartos de lidiar
con los demonios del vocalista, Sharon
Arden –actual mujer de Ozzy, más
conocida como Sharon Osbourne– cogió
a Ozzy bajo su regazo y se puso
manos a la obra para montarle una carrera en solitario al díscolo vocalista de
la banda oscura por excelencia. Como curiosidad se puede decir que Sharon era hija del famoso
representante Don Arden, que para
más inri era el mánager de Sabbath
durante aquellos años; cuentan las malas lenguas que el padre no se tomó nada
bien la decisión de su hija de acercarse a Osbourne,
causando que padre e hija dejasen de hablarse. En cualquier caso formaron un grupo en torno al
genial y tristemente malogrado guitarrista Randy
Rhoads, un gran músico al que su prematura muerte convirtió en leyenda.
Para el tándem Rhoads/Ozzy se
reclutó la base rítmica compuesta por Bob
Daisley al bajo y Lee Kerslake a
la batería, grandes músicos de contrastada calidad y con habilidades
compositivas. Randy venía de tocar
con Quiet Riot, un grupo que en los
años setenta funcionaba en el circuito americano de clubes a un nivel similar
al de Van Halen y que llegó a
publicar dos discos de estudio con el rubio guitarrista que antes de la era
internet eran objeto preciado de coleccionismo, pero que tras la oferta de Ozzy se fracturó y se dislovió. Daisley y Kerslake
habían estado prestando sus servicios en Rainbow
y Uriah Heep respectivamente,
por lo que estaba claro que sabían de qué iba esto de tocar Rock. Bob Daisley fue contratado en primera instancia y Kerslake se unió al equipo tras haber
probado eventualmente con un par de baterías antes. De este modo Ozzy se rodeaba de un equipo de
categoría especial y exponencialmente creativo; no olvidemos que las
habilidades compositivas de Osbourne
aún están por descubrir, en el improbable caso de que las posea, puesto que
hasta en Black Sabbath era Geezer Butler el que se ocupaba de
componer la mayoría de letras y líneas vocales. Con todo la banda en solitario
de Ozzy empezó a rodar y sacaron al
mercado un pedazo de disco titulado “Blizzard
Of Ozz” que a día de hoy es un clásico indiscutible del Rock duro… un disco compuesto por Rhoads-Daisley, con la colaboración de Kerslake en un tema, puesto que se
incorporó al equipo a última hora, y en el que se incluía a Ozzy en los créditos por contrato; algo
normal: era su grupo. El siguiente “Diary
Of A Madman” ya iba compuesto por el equipo Rhoads-Daisley-Kerslake.
Ozzy Osbourne: Bob Daisley, Lee Kerslake, Ozzy y Randy Rhoads.
Poco después de grabar el segundo disco decidieron prescindir de los servicios
de Kerslake y Daisley. Hasta ahí, nada que objetar. Es tu negocio, contratas a
tus empleados y si estimas oportuno, respetando la legalidad de los contratos,
prescindes de los mismos. Lo que dice mucho y nada bueno del asunto es que
además decidieron borrar a Daisley y Kerslake de los créditos de dicho
disco, sustituyéndolos por Rudy Sarzo
y Tommy Aldridge; otros dos músicos
como una catedral, pero que no tocan en el disco. El propio Aldridge comentó en su día al respecto
que cualquiera que escuchase esas baterías del disco se daría cuenta que no las
había tocado él. En cuanto a las composiciones, imagino que ese asunto es más
complejo, puesto que cuando compones algo lo registras y eso ya no se mueve tan
fácilmente; de hecho muchos nos sorprenderíamos si pudiésemos ver cómo se
registran esas autorías, ya que no es solo la referencia que aparece en el
disco en cuanto a la composición general de la canción. Muchas veces se pueden
llegar a registrar hasta fragmentos, una línea vocal en particular o un riff bajo la credencial de diferentes
autores, aunque en el libreto del disco la autoría de la canción aparezca bajo
un solo nombre. A este respecto enseguida te viene a la cabeza el episodio del
teclista David Rosenthal cuando
colaboró en la composición de una de las canciones del disco “Bent Out Of Shape” de Rainbow, pero ese es otro tema.
Daisley & Kerslake.
Desconozco los entresijos de las desavenencias entre el campamento Osbourne y Kerslake/Daisley, habría que escuchar todas las versiones, pero la
realidad es que se borraron del disco todas las referencias posibles de estos
dos músicos. Y, si esto ya es bastante feo de por sí, las cosas no fueron a
mejor con el paso de los años. En 2002 la entrañable pareja Sharon/Ozzy realizaron un nuevo gesto
todavía más feo que lo antes comentado, si es que es posible hacerlo peor. No
conviene olvidar que Sharon es una
persona de armas tomar y lo ha demostrado en innumerables ocasiones, no en vano
Lemmy Kilmister –un tipo al que
tampoco se le tosía así como así– llegó a comentar que lo más inteligente era
no meterse con la mujer de Ozzy
porque tenía las pelotas muy bien puestas. El caso es que para una de las reediciones
de esos dos primeros discos de Ozzy
Osbourne la siempre amigable Sharon
decidió borrar las pistas de audio de la base rítmica y sustituirlas por nuevas
grabaciones que corrieron a cargo de Robert
Trujillo y Mike Bordin; en fin,
¿quién sino Sharon para darle una
nueva vuelta de tuerca a lo que ya parecía imposible de superar? Un gesto tan
rastrero como deleznable que dice mucho más de este personaje que todas las
letras que uno decida juntar sobre una hoja en blanco. Parece ser que todo
viene por las demandas que interpusieron Kerslake
y Daisley ante Ozzy por impago de royalties. En su día fue un asunto muy comentado y criticado en la
prensa musical mundial; normal. Todo esto para que Bob Daisley y Lee Kerslake
no recibieran los merecidos beneficios de unos discos… que ellos mismos
habían ayudado a componer y a grabar. Demencial. En un mundo justo el autor de
una obra de arte debería ser el principal beneficiario de lo producido por lo
que él mismo ha creado, pero parece ser que las coordenadas cerebrales de Sharon Osbourne se estructuran de
manera distinta. Imposible la defensa de algo que aparece y va firmado por el
sello de Ozzy Osbourne, por lo que
no conviene olvidar que nuestro adorable Prince Of Darkness no deja de ser el
último responsable. A cada cual lo suyo.
Sharon & Ozzy.
Tras años y años de batallas legales que no favorecieron a Kerslake/Daisley, es de suponer que una
persona tan fría y calculadora como demuestra ser Sharon Osbourne ató y consideró todos los aspectos legales de su
jugarreta, nuestros protagonistas no tuvieron más remedio que aceptar la
injusticia de la situación. Gracias a esto pusieron en marcha el estupendo
proyecto llamado Living Loud,
acompañados por Jimmy Barnes, Steve
Morse y Jon Lord, para revisar y
volver a regrabar algunos de los
clásicos que aparecieron en esos discos de Ozzy
y que ellos mismos compusieron. Nos legaron un disco de estudio y un directo
que son oro en paño.
La vida siguió y ambos músicos siguieron trabajando en lo que mejor
saben hacer. Un día triste saltaba la noticia en los medios sobre los serios
problemas de salud de Lee Kerslake,
dejaba a Uriah Heep y bajaba el
pistón en lo que a actuar se refiere. Recuerdo que la última vez que me crucé
en el camino del entrañable Kerslake fue
en la convención de fans de Uriah Heep
que se celebró en Granada hace unos años y de la que ya hablé en su momento en
este mismo foro. Un fin de semana mágico en el que Kerslake nos reconfortó con su habilidad musical, su simpatía y su
terrible sentido del humor. Este pedazo de músico, gran batería y cantante excepcional -metía los agudos en Uriah Heep cuando se marchó David Byron-, ha participado en un buen número de los discos de cabecera de muchos de nosotros. Hace poco declaró que nada le haría más ilusión que
tener en su salón los discos de platino que representan el éxito en ventas de los
trabajos que compuso y grabó en el grupo de Ozzy Osbourne, que sería un bonito gesto por parte del campamento Osbourne mientras todavía esté con vida
en nuestro mismo plano. No sé cómo de ennegrecidos estarán los corazones de Sharon/Ozzy, ni es asunto mío, pero con
esta donación al menos uno siente que la injusticia de esta historia pesa un
poquito menos. Nuestras oraciones y un brindis por Lee Kerslake en estos momentos difíciles.
Lee Kerslake orgulloso con lo que le pertenece por méritos propios.
Ozzy: "Diary of a madman".