Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

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martes, 9 de mayo de 2023

Una canción inédita de Ronnie James Dio se publicará el próximo año.

Opino que todo el mundo del Rock echa de menos a la persona y figura de Ronnie James Dio. Un músico irrepetible. Justo en una semana se cumplen trece años desde que abandonó este mundo y nos dejó huérfanos de su presencia y su talento. Bendecido con una voz extraordinaria y con un talento arrollador, desarrolló un estilo cuya estela e inspiración todavía siguen muchos de los que se dedican a esto de la música. Al menos para el que esto escribe no hay día que no lo tenga en mi pensamiento. El tiempo pasa, no cura nada aunque lo acostumbra casi todo, y el recuerdo de Ronnie sigue ahí. En cada melodía que te viene a la cabeza de manera inesperada, en cada momento evocador de las rutinas del día a día, en cada pequeño detalle que te transporta a ese momento irrepetible que le tenía como protagonista, en cada decisión de tu vida que te acompañó con su música. Sabes que ya nada nunca será igual y tratas de volver a normalizar. Como perder a ese ser querido y tener que aprender a seguir viviendo. Pero esto es marginal.

Y vuelve la noticia de nueva música suya que quedó grabada antes de que falleciese. Claro que ha quedado música grabada, por supuesto. Seguro que hay bastante cinta esculpida con canciones o fragmentos de las mismas que lleven su voz. Igual que con cualquier otro músico que nos deje. Otra cosa es que tengan la suficiente calidad o que las batallas de derechos legales permitan que al final vean la luz.

Ya hace unos años Doug Aldrich, guitarrista que tocó con Dio en el disco de estudio "Killing The Dragon" y en los directos "Evil Or Divine. Live In New York City" y "Holy Diver Live" sustituyendo a Craig Goldy, anunció en los medios que había alguna grabación incompleta de Ronnie en la que le había solicitado sus servicios a la guitarra. Recordemos que Ronnie James Dio dejó incompleta la trilogía que anunció años antes de su muerte de su disco "Magica". Un fantástico álbum conceptual que publicó en el año 2000 y con el que volvió a demostrar una vez más su desbordante talento. Pues parece que por fin se está preparando para una futura publicación. Según comenta la propia Wendy Dio, gestora oficial del legado de Ronnie y ex mujer del músico, han aparecido en un baúl -como siempre- las cintas de esa colaboración de la que Aldrich habló el pasado año. Esto de la música escondida en los dichosos baúles es todo un clásico. Por muy famoso que sea un músico cuando fallece y por muy claro que tenga todo el que entienda un mínimo de música que los responsables de comercializar su legado artístico saben a la perfección el material que les queda por mercantilizar, siempre nos vendrán con la dichosa cantinela del baúl desconocido y polvoriento con el que por casualidad se han topado en lo más profundo de un abandonado desván mientras hacían limpieza... y con el que podrán sacar un cd que les de unas cuantas monedas más. Si han pasado tantos años, todo lo que esté en el jodido y mugriento baúl estará destrozado, pero... ya se sabe.

Ronnie Dio & Doug Aldrich. Foto: Jan Dahle.

Bueno. Pues nuestra querida y nada interesada Wendy nos comenta de la existencia de esta canción. Esa abnegada ex pareja que apenas al mes de la muerte de Ronnie Dio ya nos vendía camisetas conmemorativas de su fallecimiento... y una semana después en packs de descuento. Estas cosas a algunos no se nos olvidan. Dejaremos para otro día la reflexión que se desprende de toda esta gente que sin haber compuesto una sola canción de pronto se encuentra con la potestad de manejar a su antojo catálogos musicales que son más grandes que la vida y nos centraremos en lo que nos interesa: las canciones grabadas por Ronnie Dio que todavía no han visto la luz.

Habla Wendy de tres temas. Entendemos que todos se encuentran en el ámbito creativo de los discos "Magica II" y "Magica III", que por desgracia se quedaron en la mente de Dio para siempre. Uno de ellos es al que nos remitimos en este texto. Parece ser que Ronnie le mandó a Doug Aldrich una demo para que le pusiera guitarras y un solo. El resto de la música estaba tocada por el propio Ronnie Dio y la batería se había generado con una caja de ritmos. Comenta Aldrich que cuando le mandó de vuelta el tema a Dio, este lo relegó a un segundo plano para centrarse en el tema "Electra", adelanto de lo que sería "Magica II" y última grabación publicada de nuestro pequeño gran elfo antes de morir. Así que suponemos que hay que colocarse en esos años 2009/10 que es de cuando data esta última canción, publicada en el recopilatorio "Tournado Box Set". Porqué no está Craig Goldy a la guitarra -miembro oficial de Dio, no nos olvidemos- nos plantea algún que otro interesantísimo interrogante, pero dudo mucho que pueda ser resuelto en su totalidad.

Una segunda canción estaba siendo trabajada entre Ronnie Dio y su antiguo bajista Jimmy Bain, también fuera de Dio desde la etapa de "Killing The Dragon" por sus problemas con el alcohol. Sería igual de intrigante saber si poco antes de la muerte del propio Dio retomó el contacto con su antiguo amigo Jimmy. Recordemos que Bain y Dio se conocieron cuando ambos formaron parte de Rainbow a mediados de los setenta en esa primera era irrepetible del grupo del Arco Iris.

Y por último Wendy se refiere a un tercer tema en el que Dio estaría trabajando codo con codo junto a Craig Goldy, el guitarrista oficial de su grupo hasta que tristemente falleció. Todo esto se engloba dentro del que parece que será un futuro lanzamiento póstumo de Ronnie James Dio con canciones inéditas y grabaciones de esas escondidas que el gran público desconoce. Toda una delicatessen para nuestros desnutridos paladares, siempre ávidos de nueva música de nuestro añorado Ronnie.

Jimmy Bain & Ronnie Dio.

Ronnie Dio & Craig Goldy.

A todo esto habría que sumar otras maquetas de cuya existencia ha hablado el que también fuera guitarrista de Dio, Rowan Robertson. El bueno de Rowan, que tocó en el infravalorado "Lock Up The Wolves" de 1990 con apenas dieciocho añitos -pedazo discazo- ha comentado en los medios musicales recientemente que hay demos de canciones con Ronnie que nunca se han publicado. Incluso parece ser que se las mandó a Wendy, pero ésta decidió que no atesoraban la calidad suficiente ¿? Parece ser que tras ese primer disco Dio/Robertson, comenzaron a trabajar en las demos de su sucesor, pero todo se truncó cuando Ronnie escuchó los cánticos de sirena que le mandaba Gezzer Butler y decidió embarcarse en la reunión con Black Sabbath que acabó de esa manera tan agria en el infame concierto de Costa Mesa sin el propio Ronnie y con Rob Halford al micro; todo cortesía de nuestro querido Ozzy Osbourne y con la connivencia implícita de Iommi & Butler. Ya comentamos esa historia en profundidad aquí.

Vamos, que material hay, eso es seguro. Otra cosa es que quién tenga potestad se decida a publicarlo. Por nuestra parte, a esperar a ese anunciado recopilatorio de temas inéditos y oscuros del repertorio de Ronnie James Dio.












domingo, 20 de febrero de 2022

Ronnie James Dio: "Rainbow In The Dark". La autobiografía.

En esta mañana de frío invierno castellano leonés acabo de finalizar la apasionante lectura de la autobiografía de Ronnie James Dio. Sentado en la mesa de una anónima cafetería y frente a los restos de una taza de buen, cargado y humeante café, de esos que tienes que degustar sorbo a sorbo ya que está ardiendo y apenas puedes mojar tus labios para que tu paladar disfrute con cuidado lo que viene a ser un manjar de los dioses, llego al final de otro electrizante viaje de esos que proporcionan un montón de letras juntas con sentido. Sobre la mesa el libro de Dio, el amanecer, la música adecuada de fondo en los cascos -en este caso el maravilloso cassette "Sacred Heart", infravaloradísimo tercer disco de Dio y el que le abrió la puerta de la Magia a este humilde escriba en aquel lejano ya 1987- y la inevitable taza de café. Un café potente, negro, fuerte y cargado como Dios manda, no esa mierda de agua sucia que algunos aprendices de camarero te ponen en sus lujosos y horteras garitos sin tener ni puta idea de lo que es un café largo y cargado ni de cómo se debe de hacer en la máquina cuyo funcionamiento supuestamente deberían conocer; pero eso es otra historia.

Esta biografía de nuestro pequeño gran hombre se lleva anunciando desde hace un buen puñado de años. El propio Ronnie James Dio comenzó a escribirla cuando todavía estaba en vida y su idea original era que quedase con un final abierto, por desgracia su prematura muerte le impidió finalizar el proyecto por sí mismo; otro de tantos que una mente tan maravillosa como la suya dejó huérfanos o inacabados. Entre lo que dejó escrito de su puño y letra podemos leer lo que aconteció desde sus primeros años hasta la etapa de Rainbow. Luego llegó la enfermedad y el dolor.

Wendy Dio, su mánager y pareja, para bien o para mal recibió el encargo del propio Ronnie en su lecho de muerte para manejar el impresionante legado musical del artista y eso es exactamente lo que lleva haciendo esta mujer desde entonces. Ya anunció en su día el deseo de concluir la biografía y, con la ayuda del reputado periodista Mick Wall, se puso manos a la obra a partir de los manuscritos inconclusos que había dejado Ronnie. Un Dio al que le gustaba de escribir con papel y pluma, tan especial era para esto como para el resto de las cosas. Que nadie puede escribir como Ronnie James Dio es algo que no se le escapa a todo aquel que haya seguido su trayectoria artística; fue un hombre bendecido con un don para contar historias además de sus talentos obvios, pero desde luego que la siguiente persona que mejor conocía la vida y recorrido de Ronnie es Wendy. Por otro lado de Mick Wall casi todo lo que se pueda decir es bueno, por lo que no se me ocurre mejor manera de concluir lo inconcluso que la que se pergeñó en la cabeza de la poderosa ex mujer de Ronnie.

Tras años de impaciente espera, el libro finalmente vio la luz del sol el pasado 2021. La propia Wendy comentó que la idea original era la de publicar el libro cuanto antes, pero que los recuerdos y el dolor por la pérdida todavía estaban muy recientes y no estaba preparada para esta empresa. Ni que decir tiene que un ejemplar llegó a mi casa el mismo minuto uno de su publicación. Sin embargo no fue hasta ahora que me decidí a leerlo. Entiendo que en nuestro día a día habitual lo lógico sería leer un libro que te interese en cuanto pases a poseerlo. Lo que ocurre es que cuando se trata de Ronnie James Dio la lógica funciona de otra manera. Es básico que se den los condicionantes adecuados para comenzar una lectura tan especial como esta, siendo necesario rendir el homenaje que se merece a este hombre que cambió con su arte la vida de muchos de nosotros. No pretendo resultar petulante, pero tampoco sería honesto tirar de una ridícula falsa modestia para ocultar el hecho de que prácticamente ya conozco los avatares que se vayan a narrar sobre la vida y obra de uno de mis ídolos de siempre, desde su primer single con Ronnie & The Red Caps de 1958 en el que solo tocaba el bajo hasta la última vez que le vi sobre un escenario meses antes de su triste fallecimiento; qué coño, si hasta conozco datos sobre su vida que casi nadie sabe de manera pública y de los que no sería nada elegante citar sus fuentes. Es por ello que esta lectura para mí tenía sobre todo el sentido de homenajear su figura y para esto necesitaba juntar un par de días en los que sumergirme por completo en la fascinante aventura de sus memorias.


                                 Ronnie James Dio.                                                   Dio & Wendy.

Al final la ocasión se cruzó en mi camino y durante estos últimos días me decidí a abrir la puerta del libro. A poco que te guste el noble arte de la lectura te lo puedes devorar en un día sin problemas, en lo que a mí respecta lo estuve dosificando por momentos y partes siempre acompañándolo de la inevitable música de fondo, por lo que ha sido un placer volver a revisar -una vez más- su soberbia discografía... justo hasta la mitad de su recorrido musical. Sí, a nuestra indómita Wendy se le ocurrió la irritante idea de publicar lo que viene a ser la primera parte de las memorias de Ronnie James Dio abarcando este primer libro hasta el año 1986 con el disco "Sacred Heart" y su mastodóntica gira promocional como protagonistas. En fin, mejor esto que nada. Como la propia Wendy explica parece que Dio y ella llegaron a la conclusión de que este primer libro debería llegar hasta el primer show que Ronnie James Dio ofreció con su propio grupo en el mítico Madison Square Garden neoyorquino. El bueno de Frank Sinatra dijo una vez que si lograbas tocar en el MSG como cabeza de cartel, significaba que habías alcanzado el éxito y ya podías actuar en cualquier arena del mundo... y si lo dice Frank, habrá que hacerle caso.

En este libro de ágil y amena lectura Ronnie aprovecha para aclarar con su punto de vista algunos affaires que le han acompañado a lo largo de su recorrido musical. Interesantes resultan sus palabras y las de Wendy al respecto de la abrupta salida del grupo que tuvo Vivian Campbell y de la que tantos ríos de tinta se han vertido desde entonces. Por supuesto que tengo consolidada mi opinión desde hace tiempo, ya que es una de las trifulcas sobre las que más datos y mierdas se han aireado públicamente durante todo este tiempo. Para el que esto escribe Campbell es un gran guitarrista, pero un miserable desagradecido para con aquel que hizo de mentor suyo y le puso en el tablero de ajedrez musical del éxito. Igual que hizo Ritchie Blackmore con el propio Ronnie cuando le dio la oportunidad en Rainbow. Con la pequeña diferencia de que pese a que Ritchie le trató a él mil veces peor que Dio a Campbell, nuestro añorado Ronnie jamás tuvo una mala palabra hacia Blackmore; y eso que The Man In Black se portó con él como solía hacer con todo Dios, así lo relata en el libro. Y mientras, el pesetero de Campbell pidiendo más pasta y llorando cuando le largaron. Por cierto, solo unas palabras que aclara Wendy a este respecto y que desconocía, resulta que al acabar la primera parte de la gira de “Sacred Heart” Vivian contrató a un abogado que le dio un ultimátum a Wendy & Dio: o le subían el sueldo y además le daban una parte de TODOS los beneficios que generaba Dio como grupo en cinco días o abandonaba la banda. Quede claro que recibía su salario acordado por ambas partes y todos los royalties correspondientes por los créditos como compositor. A los cinco días el abogado volvió a contactar con Wendy, que le informó de que ya le habían buscado sustituto en el grupo. Enuff said.

Por supuesto que si tuviera la oportunidad de entrevistar a Vivian Campbell aceptaría al instante, pero imagino que la entrevista se acabaría a la segunda pregunta. Tengo muy clara esa charla. Primero le preguntaría por su opinión sobre Ronnie James Dio como artista y persona. La segunda pregunta sería si piensa que actuó con él como un pesetero desagradecido y miserable; imagino que la charla acabaría en ese mismo instante… y solo Dios sabe que pocas veces he tenido más claro lo que le preguntaría a un músico si se presentase la oportunidad.

Así que aquí nos quedamos, esperando que se confirme la segunda parte de la biografía de una vida tan intensa y pletórica como apasionante. Ronnie James Dio, un tipo de esos irrepetibles al que todavía se le sigue echando mucho de menos. Un tipo que se dejaba la piel, la garganta y el alma en cada concierto; daba igual ante veinte que ante veinte mil personas. Un tipo que transmitía con su profunda mirada y su enorme carisma que se metía dentro de la canción en cuanto se ponía frente a un micrófono. Un tipo que forzaba su voz al máximo una y otra vez en cada canción para deleite de sus seguidores, vaciándose del todo en cada actuación. Un pequeño y doloroso agujero que se nos ha quedado en el corazón a muchos de nosotros desde aquel triste 16 de Mayo de 2010. 

Como el latido de un corazón.

 

 

                                        Dio: "Like the beat of a heart". Super Rock Japan Fest 1985.

 

 


 

domingo, 21 de enero de 2018

Dio Returns y Dio Disciples: Ronnie Dio vuelve a los escenarios de la mano de la tecnología. Concierto en Escenario Santander. 15.12.17


Dio vuelve a actuar en directo; bueno, en realidad lo hace como una figura generada por ordenador. El asunto en cuestión recibe la denominación de holograma y, como os podéis imaginar, suscita un abultado número de opiniones y prejuicios. El estreno de esta peculiar idea se produjo hace poco más de un año en el famoso festival de Wacken. Ante la imponente presencia de unas ochenta mil almas en el fastuoso escenario alemán volvió a reinar la inmortal música de nuestro músico favorito. Parece ser que la descabellada idea ha seguido adelante y ahora se lanzan a la aventura de una gira que promete ser mundial. Veremos.

                                                Dio Disciples en el Wacken con el holograma.

Parir una ocurrencia de semejante calibre solo podía ser el resultado de las elucubraciones de una cabeza como la de Wendy Galaxiola -aka Wendy Dio-. La intrépida ex viuda del añorado Ronnie, en una nueva vuelta de rosca a la gallina de los huevos de oro, ha decidido ser la primera mánager que es capaz de resucitar a un artista fallecido y llevarle de gira por los escenarios de todo el mundo. Sobre esta mujer se pueden decir muchas cosas, pero lo que está claro es que en muchos aspectos otra mujer de armas tomar como es Sharon Osbourne se convierte en una dulce hermanita de la caridad a su lado. La figura de Wendy resulta controvertida en cuanto escarbas un poco en la superficie, no necesitas profundizar mucho. Fue esposa y mánager de Ronnie durante prácticamente toda su carrera, se separaron hace unos años aunque siguieron ligados profesionalmente y ahora es ella la encargada de hacer llegar el legado musical de Dio a todos los mortales, por deseo expreso de éste. Que Wendy es una mujer con las pelotas bien puestas no lo duda nadie en este negocio, hay muchas situaciones y anécdotas que acreditan sobradamente tal afirmación. Fue la que contestó públicamente al llorón de Vivian Campbell cuando este tuvo la nada elegante ocurrencia de quejarse treinta años después de que Dio no le quiso subir el sueldo cuando militaba en sus filas y que por eso acabó fuera del grupo, un gesto muy feo por parte de un tipo que le debe mucho a Ronnie y que se pasó esos treinta años poniéndole a parir –bueno, hemos documentado suficientemente bien todo este affair en reseñas anteriores–; nuestra querida heroína no tuvo problema alguno en asumir públicamente la responsabilidad del despido de este elemento, tranquilamente declaró a los medios que no fue Ronnie Dio quién despidió a Campbell sino ella misma y que el motivo principal fue que el propio Vivian exigió un aumento de sueldo. Con dos pelotas. Del triste e irritante perfil pesetero de Vivian Campbell no vamos a volver a hablar ahora –no hay más que echar un vistazo a su recorrido musical posterior a su estancia en Dio para darse cuenta por uno mismo–, pero hay algo que tengo muy claro: si no estás contento con las condiciones laborales que previamente acuerdas cuando te contratan, no tienes más que hablarlo con tu jefe y si éste no te sube el sueldo lo más digno es que dejes ese trabajo y te busques otro, en lugar de ir por ahí lloriqueando y echando mierda en cuanto te ponen un micrófono delante.


Aunque no todo es oscuro en el universo Wendy. Es de justicia tener presente que la gestión que está realizando hasta ahora del legado artístico de Ronnie James Dio se puede definir con una sola palabra: perfecta. Es de todos sabido que, cuando se muere un artista, el mercado se inunda con doscientos millones de recopilatorios y demás artefactos musicales de dudosísima enjundia. El caso de Dio está siendo una excepción hasta ahora, toda la música que ha salido al mercado desde que falleció hasta el día de hoy es de primerísima calidad e interés; los directos publicados abarcan distintas grabaciones y etapas del artista que no habían tenido representación en su discografía oficial, amén de haber sabido dosificar dichas publicaciones para no saturar el mercado. De este modo el resultado final es que todos los que apreciamos la música del difunto Ronnie James Dio y que hemos quemado de tanto escuchar los distintos piratas durante todos estos años ahora podemos disponer de algunas de estas grabaciones con una producción y sonido adecuados… y está por llegar la joya de la corona: las supuestas ideas que dejó pergeñadas Dio de lo que iba a ser la segunda y tercera parte de la trilogía “Magica”. Estas ya son palabras mayores y, en un alto porcentaje, se lo debemos a Wendy; sí, la misma que al mes del fallecimiento de su ex pareja ya estaba vendiendo camisetas conmemorativas de su muerte. De cualquier modo el tema Wendy da para una entrada que tarde o temprano abordaremos en estas páginas.

                                                                  Wendy Dio.

El caso es que nuestra encantadora dama ha sido la cabeza pensante que se esconde detrás del dichoso holograma. Con este invento se pone a la cabeza de todas las variadas y múltiples triquiñuelas que se les han ido ocurriendo a todas aquellas mentes pensantes del mundo del Rock que han dirigido sus esfuerzos a intentar llevárselo crudo. Ahí tenemos a nuestros queridísimos Kiss, que llevan varios años intentando colarles a los fans una nueva formación del grupo original formada por cuatro contratados que se vistan y pinten como ellos mientras la dupla Simmons/Stanley se queden al calor de las chimeneas de sus respectivos hogares contando los ceros que suman las ganancias de las giras de dichos contratados; todavía no han logrado convencer a sus seguidores para que acepten a unos Kiss formados por sustitutos, pero todo se andará. Curiosamente se les ha adelantado Rick Medlocke. El magnífico guitarrista y cantante de los Blackfoot y actualmente comandando Lynyrd Skynyrd, cansado de no obtener el reconocimiento y el éxito que en justicia le correspondería con su buenísimo grupo, tras años después de disolver a la formación, consiguió llevar esa idea a la práctica hace apenas unos pocos años: hizo un casting, escogió a cuatro tipos jóvenes que tocan que te cagas y volvió a reformar sus Blackfoot … sin estar él mismo en la nueva banda…y no le ha salido mal del todo. Pero esto es otro tema que habrá que abordar en otro momento. De cualquier modo, el caso es que con esta jugada del holograma nuestra angelical Wendy pasa a colocarse a la cabeza en esta peculiar clasificación del despropósito.

                                      Blackfoot 2017: Rick Medlocke en la foto, pero no toca con ellos.

La idea de una gira de Dio con una imagen animada suya programada por ordenador mientras suena su voz en playback acompañando a una banda con músicos reales que interpretan sus canciones en directo es, qué queréis que os diga, algo bizarro. Tras la lógica desazón inicial de semejante despropósito, si conseguimos hacer un ejercicio de abstracción propio de un monje tibetano cum laude podemos observar distintas consideraciones. Lo cierto es que todo lo demás está cuidado al detalle y orquestado con un evidente mimo y cariño hacia la figura de Ronnie. Se ha contado con tres de los miembros de la última formación original que acompañó al cantante en sus últimos años y que tras la muerte de éste prosiguieron con el grupo tributo llamado Dio Disciples –otro debate para otro momento–; el combo cuenta entre su filas con el batería Simon Wright, el teclista Scott Warren y el guitarra Craig Goldy, todos ellos ex miembros de Dio. Para cantar han tenido la consideración de buscar, además de la voz enlatada de Ronnie, a los vocalistas Ripper Owens y Oni Logan; un detalle muy importante y que dice mucho de la importancia de abarcar la abultada gama vocal de la que hacía gala nuestro pequeño y añorado elfo. En lo que respecta al repertorio se ha tenido especial cuidado a la hora de seleccionar el setlist, un músico con la dilatada carrera de Dio tiene en su haber un gran número de temas míticos y memorables, por lo que seleccionar entre todos ellos es una cuestión de naturaleza delicada. Podían haber cogido el camino fácil, lo que suelen hacer casi la totalidad de los grupos tributo y currarse todos los grandes éxitos; pero no, tanto Dio Disciples como la gira del holograma han sido capaces de confeccionar un repertorio en el que están la mayoría de los clásicos que todo el mundo quiere escuchar, mezclado con otros temas menos famosos aunque igual de buenos o más que los clásicos. Y si a todo esto le añadimos una puesta en escena cuidada con una pantalla proyectando imágenes alusivas a momentos y vivencias de cada una de las canciones, la cosa tiene su aquel. Debo decir que había algunas de las fotografías que se proyectaban que ni yo mismo conocía y, os lo puedo asegurar, he visto muchas, pero que muchas fotos de nuestro pequeño gran hombre. Todo este conglomerado de sensaciones te lo pone muy difícil a la hora de formarte una opinión final sobre este esperpento. Una cosa tenía clara: si tocaban en directo en España, no me lo perdía. Siempre conviene conocer al enemigo.


Con estas que un frío viernes del pasado Diciembre me monté en el coche y pusimos rumbo a Santander para ver esta gira en vivo, en directo y en primera persona –que mucha gente piensa que por ver una mierda de grabación en youtube ya se ha enterado del directo de cualquier grupo-. Por otro lado la actuación estaba programada en la sala Escenario Santander, probablemente la mejor sala de conciertos de España; probablemente. El cruce de cables fue total, como cabía imaginarse. Asistir a un show de estas características ya iba a ser algo poco habitual de por sí, por lo que había que estar preparado para lo peor. Lo primero que me llamó la atención es que, pese a ser una de las tres actuaciones programadas en nuestro país, había bastante público; la música de Dio sigue teniendo tirón, de lo que me alegro. Sonó la intro grabada que habían extraído para la ocasión de la etapa de “Sacred Heart”, uno de esos detalles cuidados con celo a los que me refería antes. Salieron los músicos ocupando la batería y el teclista los laterales del escenario, dejando al bajista Bjorm Englen y a Goldy en esos mismos laterales por delante y reservando el centro de la escena a una pantalla destinada a proyectar el holograma de Ronnie. Tras la intro sonó “King of Rock n’Roll” como un cañón bajo la voz omnipresente pero grabada de Dio. Acto seguido nos invadió otra intro, en este caso “E5150”, la misma que daba paso a ese temazo de Black Sabbath que se llama “The Mob Rules” y que cantó con su vozarrón habitual el vocalista Ripper Owens; normal que Judas Priest contratasen los servicios de este tipo para suplir a Rob Halford en los noventa, el amigo tiene una potencia y un chorro vocal excepcional. Recuerdo cuando asistí al concierto de Judas con Ripper en La Cubierta de Leganés hace ya un porrón de años, Owens nos dejó con la boca abierta y los tímpanos descolocados a los que allí asistimos mientras que todos sus detractores se quedaron en sus respectivas casas perdiéndose semejante barbaridad. Pero volvamos al show de Dio holograma, solo llevábamos unos escasos diez minutos de actuación y esta gente nos estaba dejando claro que sabían de qué iba el asunto que se traían entre manos. Comenzaron con el propio holograma interpretando “King of Rock n’Roll”, que hacía que no la tocaba el propio Dio mil años, y le siguió algo así como otro inicio con otra intro y “Mob rules” presentando a la voz a Ripper Owens. El holograma como tal apareció en tres de las canciones del repertorio; bueno, en realidad fueron cinco puesto que “The Last In Line” se presentó a modo de medley junto a “Holy diver” y “Heaven & Hell” incluyó en su parte intermedia el clásico “Man on the silver mountian”. Esto de mezclar canciones e intercalar fragmentos de las mismas era otra de las señas de identidad que solían tener los conciertos del propio Dio. Por otro lado el holograma en sí me resultó curioso, muy curioso. Todo lo que se ha hablado del susodicho, toda la polémica generada, todos los adelantos informáticos y virtuales que tenemos hoy en día…y el holograma en cuestión me pareció un poco chapucero. Vamos a ver, se notaba que se habían dejado la pasta en el invento, la pantalla era prácticamente a tamaño de persona normal, se movía y todo eso. El asunto es que la figura parecía como de juguete, como una especie de dibujo; no sé, uno está acostumbrado a ver en las pelis todas esas imágenes generadas de manera virtual y, después de tanta polémica generada por resucitar para los escenarios al artista, lo que te esperas es poder ver una imagen de máxima calidad de dicho músico. En fin, no iba a cambiar mucho mi opinión si hubiese aparecido un holograma de alguien que fuese como Dio en vida, pero es cierto que me esperaba más calidad o nitidez; algo así como los efectos de 3D o una cosa por el estilo.


Sigamos con el concierto. Tras “Mob rules” siguió Ripper en el escenario para volvernos locos con “Straight through the heart”, otra canción de diez y que se marcó el amigo Owens de manera sobrada. Al acabar el tema nos presentó a Oni Logan, el ya ex cantante de Lynch Mob –otra vez– en un casi perfecto castellano anunció otra canción de Sabbath, concretamente “I”. Los dos vocalistas demostraron sus perfectas facultades, cada uno en su terreno: Logan con un matiz más clásico y melódico, mientras que Ripper nos ponía los pelos de punta con el poderoso chorro de su afilada voz. Desaparecieron ambos cantantes y de nuevo apareció el cutre-holograma y la emotiva voz en off de Ronnie James Dio para interpretar “The last in line” mezclado con “Holy diver”. Aquí conviene reseñar otro punto a favor de la producción de este espectáculo, no penséis que extrajeron la voz de Dio de sus clásicos de estudio y a piñón fijo; nada de eso. No sé si la idea surgió de Wendy o del guitarra Craig Goldy –un tipo que siempre ha mostrado admiración y respeto hacia Ronnie, al que se suele referir como su maestro y del que jamás ha salido una crítica, ni cuando había vacas gordas o flacas–, pero el caso es que se trabajaron las líneas vocales pregrabadas de Dio para esta gira. La intro del concierto estaba tomada de la que el grupo usó en la gira de presentación de “Sacred Heart”, la toma de “King of Rock n’Roll” y del medley “Last in line”/”Holy diver” la extrajeron del directo “Live In Philly 1986”. Esta grabación corresponde al directo del Spectrum de Philadelphia que editaron en VHS por aquellos años y que no vio la luz en audio hasta que en 2013 Wendy la publicó en Cd. Recuerdo que en aquella gira del año 1985/86 presentaron el disco “Sacred Heart” y Dio estaba en un momento de popularidad álgido. Quisieron publicar el doble disco en directo que todos los grandes grupos tienen en su haber, pero parece ser que la compañía no lo acabó de ver claro y nos privaron de documentar esos años dorados de la trilogía “Holy Diver”, “The Last In Line” y “Sacred heart” con el doble en vivo que pedían a gritos. En su lugar publicaron el mini Lp “Intermission” que también es una pasada, pero nos perdimos toda la grandeza y majestuosidad de aquella gira y su repertorio con temas de hasta un cuarto de hora de duración. Esto lo solucionó Wendy Dio publicando de manera póstuma este doble cd en vivo. El caso es que de aquí tomaron las líneas vocales de estos dos clásicos imperecederos del queridísimo Ronnie, además respetando el interludio que une “Last in line” con “Holy diver” y que lleva una delicada e inspiradísima línea vocal del tema “Children of the sea”. En serio, pago gustoso para disfrutar en un concierto de este momento; incluso prefiero que no haya ninguna marioneta artificial y que simplemente el grupo interprete la música con la voz de Dio en primera persona.

                                                          Tim "Ripper" Owens.

                                                                  Oni Logan.

El concierto sigue con “Egypt”, otra pieza absolutamente única y especial. Lamentablemente solo Ronnie era capaz de imprimirle ese empaque cuando declamaba su melodía casi como si estuviese llorando. La versión de la gira fue algo más corta y en la interpretación de Oni Logan se perdió por completo la magia del final, hay cosas que no pueden ser y no pueden ser. Le siguió inmediatamente “Tarot woman” con un Ripper Owens que abrió la boca y nos volvió locos a todos, otra sorpresa con un intenso solo de Scott Warren. Cuando metes en un concierto canciones como ésta automáticamente te sales del establishment de los tributos y das un salto cualitativo. El solo de guitarra de Craig Goldy me gustó bastante, es un músico que ha mejorado en intensidad y en carácter musical mucho, en cuanto aparcó la moda ochentera de correr por el mástil con escalas interminables y le añadió más cuerpo e intensidad a su técnica también dio su propio salto de calidad. El solo desembocó en “Catch the rainbow”, la belleza personificada, que a su vez nos llevó a “Stargazer”, la intensidad personificada. Ambas canciones de Rainbow, la primera la interpretó Logan con solvencia, mientras que en “Stargazer” fue Ripper Owens el que dejó el pabellón una vez más bien alto cuando encaró las notas más difíciles dejando los coros y algún que otro fraseo a Oni Logan. Después de una bonita entrada de teclado ambos cantantes siguieron con “Mystery”, un tema pegadizo que probablemente sea lo más comercial que haya hecho Dio en su vida y que supuso otra agradable sorpresa en un repertorio elaborado con mucho criterio. Pienso que la voz de esa canción le pegaba más a Oni, así como la de “Stargazer” a Ripper, pero aun así no estuvo nada mal.


Tras esto nos empezamos a acercar a la parte final del concierto. Comenzaron a sonar los primeros acordes de “Heaven & Hell” y de nuevo volvió la voz grabada del maestro así como el cochambroso holograma. Esta versión incluyó el solo de batería de Simon Wright, que me pareció igual de simple e insulso que siempre pese a seguir incluyendo el “Overture 1812” que inmortalizó Cozy Powell (DEP), y el interludio de “Man on the silver mountain”. Dos de las canciones más significativas de toda la carrera de Dio que se juntaban y nos recordaban de nuevo lo grande que fue este hombre. Aquí le echas especialmente en falta cuando interpretaba en directo con sus evidentes dotes de actor la tentación del Bien y el Mal que se representaba en la parte casi final del tema, ese momento en el que la canción frenaba y te llevaba con delicadeza ante la duda titubeante, suavemente, constituyendo el clímax del propio tema antes de desembocar en el trepidante final. Pero esto es marginal. También se han estrujado la materia gris a la hora de seleccionar las líneas vocales y la estructura escogida para llevar este “Heaven & Hell” al directo. En Santander, y supongo que al igual que en el resto de la gira, el grupo montó una versión en la que encabezaba precisamente esa lucha interna con el Bien y el Mal que tan genuinamente llevaba al directo nuestro querido Ronnie; en este caso se decantaron por el fragmento del “evil”, para acto seguido comenzar con el estribillo y seguir con el inicio del tema original. Intercalaron “Man on the silver mountain”, una de las canciones que no debería faltar jamás en un homenaje a Dio o a Rainbow, y retomaron con la parte final de H&H suprimiendo la parte rápida que solían interpretar los Sabbath en los directos. Para seleccionar las voces de Ronnie en este medley no se limitaron a coger una sola toma de voz, se nota que se han tomado la molestia de seleccionar entre un compendio de discos y conciertos que dice mucho y bueno del deseo de presentar al respetable un producto final elaborado y que se salga de lo previsible. Lo dicho, más allá de que pongamos el grito en el cielo con la idea, hay que reconocer el esfuerzo por la ingente labor de realización musical que hay detrás.


La música cesa, los músicos se dirigen al centro del escenario y saludan al público. Vuelven de nuevo a asir sus instrumentos y finaliza el show con “Rainbow in the dark”. Los tres vocalistas y el dichoso holograma hacen acto de presencia y, cuando finaliza la canción, finaliza el concierto. Setenta y tres minutos de actuación. Craig Goldy abandona inmediatamente la escena y se marcha hacia los camerinos, mientras que Oni Logan y Ripper Owens se quedan unos minutos saludando al público en la propia platea del recinto. El público da por hecho que el grupo volverá a salir, pero la interpretación de “Rainbow in the dark” tiene visos de haber sido el último tema tocado. Se encienden las luces y el respetable empieza a quejarse por la corta duración del evento. Como tengo la costumbre de hacer todo lo posible por no conocer el repertorio del grupo que vaya a ver antes de la actuación, no puedo saber si es que han acortado el setlist; pero tiene pinta de que esto es lo que tienen preparado para la gira. En los días sucesivos confirmo estas sensaciones. Nunca he entendido esto de las quejas si un concierto dura menos de 80 o 90 minutos, ¿en qué parte de la entrada se especifica lo que va a durar el espectáculo? Está claro que la panacea es que un concierto sea muy bueno y muy largo, pero tengo muy claro que prefiero mil veces antes un concierto corto e intenso que otro largo aunque mediocre. Que un show sea algo memorable tiene que ver con muchos factores, pero la duración nunca está en los primeros lugares de esa lista; al menos así lo veo.

                                                             Craig Goldy y el holograma.

Le tengo mucho respeto a Craig Goldy, es un tipo que ha demostrado a lo largo de todos estos años ser un amigo fiel de Ronnie James Dio –de hecho le sigue reconociendo como su mentor y sus palabras siempre son de agradecimiento y respeto hacia el maestro- , es por eso que me sobraban las justificaciones que adujo en los días previos a la gira. En esas recientes declaraciones a los medios comentaba que hacían esto principalmente por y para los fans, como un homenaje a su figura, una celebración de su música para todos las fans que presenciaron en directo a Dio en su día y como un regalo para aquellos que nunca pudieron disfrutar de él en directo. Incluso se ofreció a responder personalmente a un enfurecido fan por todo este asunto del holograma vía facebook, le expuso sus razones con un talante tan sincero y conciliador que el propio fan iracundo supo reconocer el mérito de Goldy pese a afirmar que su opinión hacia el holograma no había variado. De cualquier modo seguro que las palabras de Craig Goldy son sinceras, pero no dejan de ser justificaciones para poder montar una gira mundial que de otro modo no creo que hubiesen podido hacer realidad. 


Me quedo con el final. Cuando bajó el telón de Santander y mientras el público mostraba su disgusto por la duración del concierto, sonaba por el equipo de ambiente la música enlatada de “This is your life”. Ese sí que fue el final perfecto para esta aventura.


                                                           Dio: "This is your life".

lunes, 14 de abril de 2014

Disco Tributo a Dio. This is your life.




Hace unos días se puso a la venta el tan anunciado tributo a Dio. El disco ha alcanzado el Top 20 en Billboard, la lista oficial de ventas de Estados Unidos tras su primera semana, vendiendo la nada despreciable cifra de quince mil unidades en esos siete primeros días. Interesante dato en estos tiempos actuales que corren. Me alegro.

Este tributo está auspiciado bajo la figura de Wendy Dio, ex pareja de nuestro añorado Ronnie. Sí, la misma mujer que justo un mes después de la muerte de Dio vendía sus camisetas conmemorativas en la propia web del cantante. Un mes después de su muerte. A mí, que jamás le conocí en persona aunque ha sido y seguirá siendo esencial en mi vida, me costó casi tres meses volver a hablar de él o escuchar su música. No podía. Es como cuando desaparece un amigo íntimo, que ves una o dos veces al año, pero con el que siempre has tenido esa conexión especial que hace innecesaria la simple presencia física para sentirte íntimamente ligado a él y, de repente, un buen día te enteras de que falta. La sensación de vacío resulta tan incómoda como agobiante, y, desde una extraña serenidad, le deseas lo mejor con una sinceridad interior tan gratuita que no necesita ni tan siquiera ser comentada en público. Mientras, su ex mujer se dedica a vender ofertas de packs de camisetas. Para rememorar… ¿qué? En fin.

                                        Ronnie James Dio & Wendy                                                    Wendy  ¿caracterizada?

Cuestiones delicadas aparte, lo cierto es que a la labor musical que viene desarrollando Wendy no se le puede poner pega. Desde la muerte de Ronnie James Dio ella ha sido, por el deseo expreso del vocalista, la encargada de gestionar su legado. Y debemos reconocer que lo está llevando a cabo con bastante coherencia. Los pocos lanzamientos dicográficos que ha patrocinado han sido bastante acertados y con muy buen criterio, nada de masificar el mercado con quinientos mil recopilatorios sin sentido. Publicó los imprescindibles directos de Donnington 1983 y, sobre todo, de 1987, con un Dio que, literalmente, se comía el escenario; documentó una época en directo que, hasta ese momento, no tenía la discografía de nuestro cantante preferido. También ha sacado reediciones de lujo de otros discos del pequeño elfo, destacando la del disco conceptual “Mágica”, con abundantes temas extras dentro de una selección muy cuidada.

                                                       "Mágica": Portada y contraportada.

Y ahora le toca el turno al disco póstumo homenaje a Dio. El elenco de músicos participantes tira de espaldas, sobre todo por contar con nombres ilustres que normalmente no colaboran en ningún disco de estas características, lo que hace aún más entrañable y respetuosa la edición del mismo. Contar en un mismo Cd con personajes del calibre de Rob Halford, Scorpions, Metallica, Glenn Hughes, Motorhead, Biff Bifford, Anthrax, Doro, Stryper o Doug Aldrich no está al alcance prácticamente de ningún disco de estas características. Debemos dar gracias de que no aparezca por aquí Ozzy intentando ladrar ninguna melodía.



Las versiones abarcan una interesante variedad estilística, dentro del Rock duro desde luego, ofreciendo distintas perspectivas a cada uno de los temas, cosa que se agradece; uno de los principales problemas de los discos tributo es que calcan totalmente al original, cosa que en este caso se ha intentado evitar, siempre con dispares resultados.

                                              Rob Halford (Judas Priest) hablando en la gala de presentación.

Desde el inicio poderoso con el tema “Neon Knights” interpretado por Anthrax, siguiendo con una interesante versión del clásico “The Last in Line” a cargo del dúo cómico Tenacious D, con solo de flauta incluido. Debemos recordar que estos cómicos han sido admirados por el propio Ronnie desde hace años y que hicieron un breve cameo en el vídeo clip que editó Dio en el año dos mil dos para su tema “Push”, por lo que resulta un bonito detalle haber contado con su colaboración.


Otra cosa muy importante y representativa de este disco tributo es que cuenta con colaboraciones de artistas que han representado algo significativo en la vida y carrera musical de Dio. Casi todos los músicos participantes han tenido una relación directa con Ronnie, y esto es algo a agradecer puesto que en la mayoría de tributos las colaboraciones son impersonales, estando realizados por parte de artistas que poco a nada tienen que ver con el homenajeado y que lo único que buscan es la pasta.

La siguiente canción es el clásico de Sabbath “The Mob Rules”, interpretado brutalmente por ese pedazo de grupo llamado Adrenaline Mob y sus fantásticos músicos de la mano de Russell Allen que, además de admirar a Ronnie, demuestra que tiene una banda como una catedral.

                                  Adrenaline Mob: "The Mob Rules". Live "The Hiro Ballroom" New York

Aceptables las versiones de las canciones “Rainbow in the Black” y “Straight Through the Heart”, a cargo de Corey Taylor y Halestorm. Supongo que buscando llegar a esas nuevas generaciones inexistentes. Junto con la versión del tema “Holy Diver”, por parte del grupo Killswitch Engage, de lo más prescindible del álbum.

Seguimos con el tema “Starstruck” de su etapa en Rainbow, interpretado nada menos que por Motorhead - viejo compañero de mil batallas, Lemmy - y con la voz del cantante de Saxon, Biff Byford. Lo cierto es que suena bastante bien. Debemos tener en cuenta que Motorhead y Biff no han participado prácticamente nunca en otros tributos, lo que honra el hecho de querer dejar su impronta en este.

                                                   Ronnie Dio en una de sus últimas apariciones públicas.

Seguimos con dos de las joyas del disco. La primera de ellas es el delicado tema “The Temple of the King”, una de las canciones más bonitas que haya escuchado jamás, interpretada muy acertadamente por Scorpions, respetando su esencia original pero acercándola al terreno musical del conocido grupo alemán. Y la otra es la revisión que hace años hizo la cantante Doro Pesch de la personalísima canción “Egypt (The Chains are on)” y que han recuperado para esta nueva publicación. Aquí se observa ese deseo de añadir al tema ese toque distinto y personal sin desvirtuar en absoluto a la versión original. Muchos quilates.

                                
                                                                Scorpions: "The Temple of the King"


                                                       Doro: "Egypt (The Chains are on)"

Seguimos con otro de los puntos álgidos de este producto. La versión que se marca el pletórico cantante Glenn Hughes de la canción “Catch the Rainbow”. Lirismo puro con el acompañamiento de Simon Wright, Craig Goldie, Rudy Sarzo y Scott Warren o, lo que es lo mismo, los músicos que llevaba Ronnie en su grupo Dio durante los últimos años de su carrera. 

            Simon Wright, Scott Warren, Craig Goldie, Ronnie Dio, Rudy Sarzo.        Glenn Hughes con Ronnie Dio.

Resulta todo un acierto seleccionar distintas formaciones del grupo Dio para tratar cada uno de los temas. Este es un mérito atribuible a Wendy y que muchos fans valoramos en su justa medida, aquí se demuestra el cariño y esmero puesto en la preparación del disco. Y, como guinda a la canción, comprobamos que en el inicio del tema, el guitarra Craig Goldie interpreta unos acordes de otra preciosa canción del disco “Mágica” titulada “As Long as it’s not about Love”. Seminal y para paladares muy exigentes y exquisitos. Supongo que nadie se dará cuenta de detalles como estos.

                                                Glenn Hughes cantando "Catch the Rainbow".

Volvemos a la furia de su etapa en Black Sabbath con la versión de “I”, interpretada por el cantante Oni Logan, con Jimmy Bain al bajo y con la guitarra de Rowan Roberston, que perteneció a la banda Dio durante la edición de su buenísimo e infravalorado disco “Lock up the Wolves”. Otro detallazo de clase.

                                          Ronnie con Jimmy Bain.                                          Ronnie con Rowan Roberston.

A este tema le sigue una muy buena versión del clásico de Rainbow “Man on the silver Mountain”, por parte del todopoderoso cantante de Judas Priest, nuestro querido Rob Halford, otro que no suele participar en discos tributos… pero sí en este. Le acompañan en la sección muscial Vinnie Appice, Doug Aldrich, Jeff Pilson y Scott Warren; vamos, otra de las formaciones que ayudaron a Dio a crear sus mágicas canciones.

                     Vinnie Appice, Tracy G, Ronnie Dio, Jeff Pilson                                  Doug Aldrich con Ronnie Dio

Seguimos con otro de los sentidos tributos de una de las bandas de Rock duro más famosas de los últimos veinte años, hablamos de Metallica y su particular “Ronnie Rising Medley” que consiste, ni más ni menos, en fragmentos de temas míticos del grupo Rainbow como “Light in the Black”, “Tarot Woman”, “Stargazer” y “Kill the King”. Casi ná. Lo entrañable del asunto es que estos temas corresponden al mismo medley que interpretó el propio Dio en su repertorio cuando fue invitado especial de los Metallica en sus conciertos europeos de los años noventa, en plena época de promoción del álbum de Dio llamado “Lock up the Wolves”. Otro bonito guiño de un grupo que siempre se ha declarado ferviente admirador de nuestro venerado maestro. Y es que, aunque en esos momentos la popularidad de Dio no tuviese nada que hacer frente a unas mega estrellas como Metallica, estos siempre le demostraron su admiración y cariño.

                                                       Ronnie Dio con James Hetfield (Metallica).

En el disco hay tres temas extras, según el tipo de edición que te compres. Hay que ganar dinero.  Dos temas más de su etapa en Black Sabbath, las canciones “Heaven & Hell” editada en su momento por Stryper y rescatada de nuevo para este disco, y el trallazo llamado “Buried Alive”, tema áspero y corrosivo como pocos, interpretado por Jasta; el tercer tema es una directa versión del clásico “Stand up and Shout” a cargo de Dio Disciples, grupo tributo oficial de Ronnie formado por los propios miembros de su grupo y bendecido por la propia Wendy, con la poderosa voz de Ripper Owens.

                                                        Dio Disciples con Ripper Owens.

Cierra el disco una canción interpretada por el propio Ronnie James Dio. Una de las joyas más escondidas de su carrera, tal vez el tema más bonito, delicado y doloroso que haya interpretado nunca. Hablo de  “This is your Life”, incluida en el disco maldito “Angry Machines”. Canción compuesta por Ronnie y el gran ausente en este tributo, de forma totalmente injustificable e inmerecida, el genial e incomprendido guitarra Tracy G. Esta canción justifica por sí sola toda una vida y una carrera dedicada a la música. Muchos grandes grupos con fama, reputación y decenas de discos a sus espaldas jamás podrán aspirar a componer algo de una belleza tan espiritual, única y rebuscada. Aunando lo mejor y lo peor del ser humano, la hermosura y lo grotesco, esa continua y eterna lucha entre el bien y el mal.

                                                      Ronnie James Dio: "This is your Life"