Aquí estamos de vuelta. Al abrigo de uno de los inicios de Noviembre más desapacibles y fríos que uno recuerda, Ian Gillan vuelve a ser el máximo protagonista musical en la vida de muchos de nosotros. Inmerso en una nueva gira mundial que le volverá a traer a nuestro bendito país al frente del micro de los míticos Deep Purple el próximo verano, a sus setenta y ocho años parece que nuestro adorable Garganta de Planta tiene cuerda para rato.
El mes que cada año tiñe la Naturaleza con su preciosa gama de colores otoñales nos vuelve a servir de excusa para abordar un nuevo capítulo de la apasionante carrera musical de uno de los vocalistas definitivos del Hard Rock. No me cansaré de repetirlo: la vida, la carrera y la figura de Ian Gillan personifican a la perfección la idiosincrasia y el mito del Rock' n' Roll. Un tipo que ha vivido mil vidas en una, ha marcado escuela en esto de hacer Rock, ha triunfado, se ha arruinado y ha vuelto a triunfar unas cuantas veces, se ha metido en miles de líos y ha acabado saliendo de ellos sin renunciar a ninguno de sus principios. Nunca nada de cara a la galería o por la publicidad, como muchos de sus coetáneos. Nada de imposturas o ridículos movimientos guiados por equipos de management del tres al cuarto que al final no tienen ni puta idea de RnR, de hecho ha tomado decisiones artísticas del todo suicidas en su ya dilatada carrera musical. Alguien tan natural que jamás se ha sometido a ninguna operación de estética, implante capilar ni nada de eso que han hecho prácticamente todos los artistas de su generación y posteriores que han tenido la pasta suficiente para permitírselo. En fin, lo que ves es lo que hay. Muy poca gente, en la industria musical o en cualquier otro ámbito de la vida, puede presumir de afirmar esto.
Fruto de este recorrido vital sucede que Gillan ha ido dejando un buen número de proyectos musicales, sesiones de grabación y/o colaboraciones que al final no han visto la luz o que lo hicieron de un modo muy limitado. Desde estas humildes páginas hemos ido teniendo el placer durante cada mes de Noviembre de los últimos años de ir repasando estas apasionantes grabaciones que vienen a constituir algo así como una especie de carrera discográfica paralela. Y el caso es que todavía sigue existiendo material para abordarla. Es lo que tiene cantar tan bonito, tan único y tan potente... que todo Dios quiere un pedazo de ti.
Hoy nos vanos a volver a detener en Episode Six. En este grupo de mediados de los años sesenta se conocieron y tocaron juntos Ian Gillan y Roger Glover, cantante y bajista respectivamente de Deep Purple. Desde entonces se fraguó una fuerte y sincera amistad que ha superado discusiones, expulsiones de grupos y demás peliagudas hierbas del turbio negocio musical hasta llegar al día de hoy.
Episode Six era el proyecto de los hermanos Carter: Graham a la guitarra y Shelia como vocalista. Un jovencito Ian Gillan fue reclutado como segunda voz para el grupo y allí coincidió con el también jovenzuelo Roger Glover, bajista y con unas inquietudes a nivel de composición, producción y arreglos musicales que explotarían unos pocos años después ayudando a llevar a Deep Purple al estrellato y reconocimiento mundial.
En el seno de Episode Six grabaron unos cuantos singles y tuvieron un moderado reconocimiento en el mercado británico, pero no pasaron de ser un grupo de Pop -por entonces se llamaba Pop a lo que hoy conocemos como Rock, pero eso es otra historia- como otros tantos con apenas repercusión. Su música, amalgama entre Beach Boys, The Doors, la psicodelia y el Rock cincuentas que tan en boga estaba en esos años, pese a tener mucha calidad, no llegó a triunfar en ningún momento. Ya hablamos en su día en esta especie de sección del intento de registrar un disco completo, pero que al final no llegó a buen puerto. De hecho en ese mismo artículo comentamos de manera somera el disco que protagoniza lo que ahora estás leyendo.
Episode Six realizaron un buen número de grabaciones, muchas de ellas han ido apareciendo a lo largo de estos años debido al interés que suscita la figura de Ian Gillan. Otras están esperando todavía a ver la luz del sol discográfico. Una de estas grabaciones fue el tema que acabó dentro del score de una película de esas destinadas a acabar en el olvido. El film titulado "Les Bicyclettes De Belsize" es una peli inglesa de finales de los sesenta. Aparecida en el año 1968, contó con lo que podríamos denominar como banda sonora con una de las grabaciones de Episode Six. No se trataba de una BSO al uso como las que estamos acostumbrados a consumir hoy en día. Se trataba más bien de la sucesión de canciones que sonaban en la propia película y que acabaron recibiendo una humilde publicación discográfica ese año. El disco salió junto con el score de otra película igual de olvidable que esta que nos ocupa. Una pequeña, local y limitadísima tirada hacen de este artefacto un delicado objeto de coleccionismo una vez que muchos años después se descubrió que el famoso Ian Gillan ponía su voz en uno de los temas.
La película.
Debido a la falta de éxito de Episode Six, la formación sufrió múltiples cambios de integrantes y hasta de denominaciones. Los músicos que grabaron este tema eran Sheila Carter e Ian Gillan a las voces, Graham Carter y Tony Lander en las guitarras, Roger Glover al bajo y Mick Underwood tras la batería. Underwood es otro de los músicos conocidos de la saga Purple, tocó en algunos de los grupos y proyectos en solitario de Ian Gillan y Ritchie Blackmore, además de contribuir con sus tambores en otras formaciones de esta gran familia que conforma Deep Purple.
La canción en particular que se usó en el film responde al título de "Gentleman in the park" y tiene como curiosidad que no se había publicado como single antes, por lo que no dejaba de ser un tema inédito del grupo. “Les Bicyclettes De Belsize” estaba dirigida por Douglas Hickox y protagonizada por Judy Huxtable y Anthony May. Como hemos comentado antes, se trataba de una película musical que duraba una escasa media hora y apenas tenía diálogos, usando las propias canciones que formaron después la banda sonora como el elemento sonoro de fondo que acompañaba a la trama. Esta especie de corto se estrenó en Reino Unido como apoyo a otro controvertido film de terror titulado "Twisted Nerve", también de ese mismo año. En 1969 la compañía discográfica Polydor publicó una banda sonora en vinilo de edición muy limitada que no era más que la recopilación de la música que aparecía en los dos metrajes, apareciendo en la cara A la de "Twisted Nerve" y en la segunda cara las canciones de "Les Bicyclettes De Belsize". Un disparatado artefacto, como podéis comprobar, casi tan atómico como los dos mini filmes musicales. Como curiosidad se puede decir que el tema título de la peli que nos ocupa acabó entrando en listas de éxito tanto en USA como en UK con sendas versiones de los artistas Engelbert Humperdinck y Mireille Mathieu. El éxito de Gillan & Glover tardó un poco más en llegar, pero cuando lo hizo con Deep Purple superó todas las espectativas con creces.
Esta peli y su banda sonora han estado descatalogadas y han sido dificilísimas de conseguir durante un montón de años. Sin embargo, gracias a la exitosa carrera musical posterior de Ian Gillan y al auge de internet, lleva tiempo disponible para todo aquel que conozca la existencia y la historia de esta grabación. Así mismo el film se puede visionar por canales como youtube, pero sigue siendo infumable de todas formas. Sin problema, otra grabación de esas escondidas de la discografía de Ian Gillan que tanto disfrutamos rebuscando muchos de nosotros. Eso sí, su portentoso chorro de voz está ahí, para todo paladar exquisito que lo quiera degustar.