Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

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miércoles, 22 de marzo de 2017

Ted Neeley & The Little Big Band: “Gethsemane” 2013.


Nuestro querido Ted Neeley, Jesús en la versión cinematográfica del afamado “Jesus Christ Superstar”, llevando a cabo lo que debió hacer hace un montón de años: montar un grupo y lanzarse a la carretera a cantar. Alcanzó la fama gracias a su interpretación de Jesucristo y ese estigma le ha acompañado durante el resto de su carrera. Es verdad que Neeley ha intentado montar algunos proyectos musicales a lo largo de todos estos años, lo que ocurre es que la fama de la Ópera prima de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice le ha condicionado hasta el punto de correr el riesgo de ser devorado por su personaje.


Resulta obvio reconocer que una obra de arte tan mayúscula como esta te pueda marcar de por vida, la canción “Gethsemane” es una obsesión recurrente y dicha banda sonora la tengo muy presente en mi vida; es lo que tiene la buena música, una vez que te atrapa no te abandona jamás. Ya abordamos este tema en otra de las entradas de este pequeño rinconcito. Pese a que el original lo cantó Ian Gillan, fue Neeley el que consiguió enfocar su interpretación hacia el desgarrado dramatismo que demandaba su personaje. Solo igualada por la versión con la que Camilo Sesto deslumbró a propios y extraños en nuestra España de los setenta, abordando la adaptación de la obra original con el dinero de su propio bolsillo y demostrando a todos que su intuición era la acertada. Siempre voy a ser de Gillan y de Camilo –no puede ser de otro modo, su música y su impronta han ayudado a hacer de mí la persona que hoy soy– pero reconozco el talento y capacidad de Neeley.


Resulta especialmente gratificante descubrir esta grabación del año 2013 en la que Ted Neeley, acompañado de su propio grupo, regala a los afortunados asistentes del Delaware Theatre Company de Wilmington una versión de dicha canción que sigue quitando el hipo. Conviene  comentar que Ted vino al mundo un 20 de Septiembre de 1943, por lo que tenía sesenta y nueve años y seis meses cuando cantó en dicho show. Pocos, muy pocos, pueden presumir de conservar la voz que demuestra Neeley es esta grabación. Con casi setenta y regalando su voz de barítono para dejarnos sentados, con la sencillez y naturalidad del que se sabe seguro de poder hacerlo. Me alegro mucho por él.

                        Ted Neeley & The Little Big Band: "Gethsemane". Delaware Theatre Company.


viernes, 13 de febrero de 2015

Rafa Blas - Camilo Sesto - Ian Gillan - Ted Neeley: “Getsemaní”.




Rafa Blas acaba de publicar nuevo disco, titulado “Sin mirar atrás”. El que fuera cantante del grupo Nocturnia y ganador de uno de los cutre-concursos de cantantes que tanto proliferan por nuestra triste televisión, publica su segundo cd bajo el auspicio de la compañía Maldito Records.


El disco no tiene desperdicio, al igual que en su álbum de debut llamado “Mi Voz”, presenta un alto nivel musical, compositivo y de ejecución. Más allá de todo el ruido montado alrededor del primer cd, grabado como premio con la poderosa multinacional Universal Music, nos encontramos a unos músicos que presentan una propuesta muy interesante. Se apuesta por canciones propias y versiones, muy acertadas en mi opinión, de clásicos de los setenta y ochenta grabados en la memoria del colectivo hispano; una música potente con melodías que permiten perfectamente que el disco suene en las radios nacionales sin tener que vender su alma al diablo de los 40 principales y similares hierbas.


Pese a lo interesante del disco en su totalidad, nos vamos a detener en una canción en particular. Rafa ha tenido la genial idea de grabar una versión del clásico tema “Getsemaní”, del musical “Jesucristo Superstar”. La obra original se compuso en la cabeza de Andrew Lloyd Webber, otro genio que seguro merecerá que hablemos de él en otra entrada. Lloyd Webber, junto con el letrista Tim Rice, compuso un álbum conceptual sobre la figura de Jesucristo que resultó ser uno de los mayores éxitos de la historia de la Música. La canción “Gethsemane” constituye uno de los temas centrales, de corte épico y dramático, en el que se narra la oración de Jesús en el huerto del Monte de los Olivos justo antes de ser traicionado por Judas. La obra original contó con la voz principal de Ian Gillan interpretando a Jesús de Nazareth. Supuso un éxito casi inmediato, realizándose una película y numerosas adaptaciones a lo largo y ancho del mundo; seguro que ahora mismo en algún lugar se encuentran un grupo de músicos ensayando o interpretando esta Ópera Rock.

                                                             Versión original.

Desgraciadamente la interpretación de Gillan en la versión original no le hace justicia a la grandeza de la canción. Que Ian Gillan es un cantante excepcional y fuera de lo común no se discute, es así; sin embargo grabó unas líneas vocales sin ninguna emoción, se limitó a cantar las letras que le pasó Tim Rice. Desgraciadamente no se enteró de nada, de hecho el propio Ian ha comentado en entrevistas posteriores que solo se dio cuenta de la trascendencia de lo que estaba grabando cuando cantó el tema “The Crucifixion”, última canción del disco. Tuvo que ser Ted Neeley, protagonista de la versión cinematográfica, el que le diera ese enfoque tan característico y desgarrado que ha pasado a la historia. No obstante el disco original tuvo un gran éxito y repercusión, por eso les ofrecieron realizar la adaptación al cine. Como curiosidad podemos comentar que los productores le ofrecieron el papel de Jesús a Gillan, pero este lo rechazó amablemente porque le pagaban menos de lo que ganaba con Deep Purple; fue en ese momento cuando entró en escena Neeley para encarnar el papel de protagonista en la película. Estamos hablando de 1971, poco antes de la publicación del famoso directo “Made in Japan”. Si nos paramos a pensar durante unos segundos lo que podría haber pasado si Ian Gillan se hubiera convertido en una estrella de cine – que era su idea original, Gillan siempre dijo que quiso ser actor y que empezó a cantar para hacerse famoso y poder llegar al mundo del cine – la historia se podría haber contado de otro modo. De cualquier manera es una lástima que Gillan no se hubiera empleado a fondo, considerando que tiene mejor voz que Neeley, nos podría haber dejado una versión para el recuerdo. No quiero ser malinterpretado, la grabación de Ian es técnicamente perfecta, nada que objetar. El asunto es que Neeley, además de registrar un pedazo de interpretación, le puso alma.
  
                                   Ian Gillan.                                                               Ted Neeley.

                                                            Ian Gillan. "Gethsemane".

                                                   Ted Neeley: "Gethsemane". Film original.

Mientras, en nuestra querida España de finales del franquismo, a Camilo Sesto se le ocurrió la idea de adaptar esta obra. Ni corto ni perezoso se puso a la tarea traduciendo las letras y realizando los arreglos necesarios, tanto a nivel musical como escénico, para presentar su versión por los escenarios españoles. Hay que señalar que los productores musicales de la época – en un alarde de visión musical similar a la que tienen los de hoy en día – no creyeron en la viabilidad y solvencia económica del proyecto, por lo que el propio Camilo tuvo que cubrir con los gastos de producción. El ímpetu de Camilo Sesto tiró de la idea y el resto es historia. Uno de los musicales pioneros y más exitosos en España.

                 Versión española. Camilo Sesto.                                              Film original. Ted Neeley.

En esta versión Camilo demostró su abrumadora capacidad vocal. En aquellos años se encontraba en la cima de su popularidad y facturó una interpretación sin fisuras, llena de dramatismo e intensidad. Supo captar el hondo y desgarrador sentido de la canción y se dejó literalmente al alma interpretándola, jugando con distintos rangos en la tonalidad según requería cada pasaje del tema, susurrando con una suavidad aterciopelada, subiendo en intensidad cuando el crescendo de la melodía lo pedía… y gritando, por supuesto. Consigue usar su grito con una de las mejores modulaciones que he escuchado jamás, todo en su sitio, sonando de manera nítida, potente y cristalina, y desgarrando la voz al finalizar. Todo un abanico de matices que consiguen asombrar al oyente. Está claro que Camilo Sesto malgastó parte de su vida artística, este hombre debería haber sustituido a Ian Gillan en Deep Purple cuando este último se marchó en 1973 y dejarse de historias. Pero esto es marginal.


                                                        Camilo Sesto: "Getsemaní".

Camilo Sesto tuvo bastantes años de éxito, nuestro hombre llegó a llenar el prestigioso Madison Square Garden neoyorquino, aunque desde finales de los ochenta su carrera empezó a descender hasta su anunciada retirada de los escenarios el pasado año 2010; a finales del 2014 volvió a ofrecer unos conciertos en Sudamérica. A día de hoy Camilo sigue conservando toda su aureola intacta, sigue manteniendo a miles de fans merecidamente, aunque ha sido víctima de la asquerosa prensa rosa que ha lanzado toda su inquina una y otra vez contra él para conseguir rastreramente esas cotas de audiencia por las que suelen estar acostumbrados a vender a sus madres sin despeinarse si es preciso. Nuestro particular creador de Melina tiene en la actualidad 68 años; obviamente ha perdido voz, como todos, y el que se atreva que tire la primera piedra. Sin embargo nuestros entrañables buitres carroñeros de la prensa rosa no han tenido reparos en ir a por él siempre que han tenido la oportunidad. Recuerdo especialmente su aparición en uno de esos detestables programas - ¡que siguen emitiéndose en horario infantil! -, la conocida periodista que le entrevistó se comportó de manera especialmente deleznable. No daré su nombre porque no quiero que me vengan a agobiar a mí, ya que esta gente vive de este tipo de demandas, pero es una habitual de estos programas y tertulias que viven de remover las basuras de los personajillos intrascendentes que ellos mismos fabrican. El caso es que invitaron a Camilo - el hombre me imagino que suele acceder a asistir a estas emboscadas porque no le vendrá mal el dinero - y nuestra encantadora juntaletras actuó como una ruin rata almizclera. No contenta con comportarse con una chabacana impertinencia, en un momento determinado de la ¿entrevista? empezó a tatarear la conocidísima canción “Vivir así es morir de amor”, pidiendo a Camilo que interpretase allí a capella la estrofa alta del estribillo. No solo demostró una absoluta falta de respeto hacia el artista – que recordemos que iba a hablar, no a cantar – sino que hizo gala de una falta de elegancia que se le presupone a cualquier persona que entrevista a un artista en público. Igual habría que haberle explicado a esta inútil que un cantante necesita calentar antes de interpretar, que nadie nunca se encuentra al cien por cien en todos los momentos del día, que un señor de más de sesenta años no puede cantar igual que cuarenta años antes… pero a esta petarda lo único que le importaba era intentar ridiculizar al artista para subir puntos de share. Afortunadamente Camilo Sesto salió airoso de esta situación devolviéndola una sonrisa que probablemente disgustó a nuestra intrépida reportera. En fin, déle Dios mal galardón.


Y en estas que nos encontramos con la versión que acaba de publicar Rafa Blas. La instrumentación está muy cuidada y, desde luego, se nota que se han trillado la versión de Camilo Sesto. Rafa canta muy bien y con mucho criterio, no consigue alcanzar las cotas interpretativas de Camilo, ni su gama de matices, pero lleva a cabo una gran versión. Aunque el asunto llega cuando le toca subir en el estribillo… ¡qué barbaridad!, el amigo se pone a tirar y nos regala unos agudos espeluznantes, de los que te dejan sentado en el sitio. Desde el mismo momento en el que lo escuché por primera vez sentí el irrefrenable deseo de echar para atrás mi reproductor para volver a escuchar esos cuarenta segundos de nuevo, y no pude evitar repetir esta operación varias veces. Impresionante. Ardo en deseos de verle defender esta voz y esta canción en directo, pasa a ser una de mis prioridades musicales.

                                                          Rafa Blas: "Getsemaní".