Encuentros HUSH.
Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
Clube de Adictos a Deep Purple
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This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.
Como bien comentaba con
anterioridad, tengo muy claro en mi cabeza cómo daría forma a ese imposible
concierto especial homenaje a la figura de Eddie Van Halen... y si de
esta humilde pluma dependiera, seguro que sería todavía más imposible. Quiero
que quede claro que el concierto ideal abarcaría los doce discos de estudio más
los temas inéditos de los dos recopilatorios enteritos, eso que vaya por
delante; sin embargo, en un esfuerzo por parecer medio normal hemos realizado
una suerte de selección que recorre toda la carrera discográfica de nuestro
grupo favorito. A lo largo de unas cincuenta canciones y durante unas cuatro
horas hemos dado forma a esta especie de sueño de fan enfermizo. Tres partes
diferenciadas con cada uno de los tres vocalistas que se pusieron frente al
exigente micro de Van Halen, con el peso específico que este humilde
escriba opina que debe tener cada uno según su paso e impronta en la banda, y
una parte final dedicada a los bises. Se subirían al escenario el batería Alex Van Halen, Wolfgang Van Halen a la guitarra, los vocalistas David Lee Roth, Sammy Hagar y Gary Cherone y el bajista Michael Anthony; todos los miembros que han pasado por las diferentes encarnaciones de Van Halen. Además se invitaría al bajista Billy Sheehan y a los guitarras Joe Satriani y Steve Vai. Sheehan y Vai formaron parte del grupo de David Lee Roth en solitario y Satriani formó con Hagar en el grupo Chickenfoot. En cada sección del show especificamos a
los músicos que participarían y darían forma al concierto que nunca verán
nuestros ojos. Soñar es gratis. Dreams.
-Parte
I: 20 min.
Gary Cherone: voz, Wofgang
Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.
Intro: Loss of control
Fire in the hole
Ballot or the bullet
Once/Whitout you
-Parte II: 75 min.
Sammy Hagar: voz, Joe
Satriani: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.
Hello baby/AFU
The seventh seal
Poundcake
Why can't this be love
When it's love
Learning to see
Don't tell me
Not enough
Can't stop loving you
Feels so good
Mexico (del disco “Livin' It Up” de Sammy Hagar).
Best of both worlds
Summer nights
Finish what you started
Source of infection
In and out
Big fat money
Feeling
-Parte III: 90 min.
David Lee Roth: voz, Steve Vai: guit, Billy Sheehan: bajo y Alex Van
Halen: bat.
Unchained
I'm the one
You really got me
Running with the devil
Dance the night away
Tattoo
Mean street
Drop dead legs
So this is love
Little guitars
I'll wait
Can't get this stuff no more
Everybody wants some
Somebody get me a doctor
Romeo delight
Girl gone bad
Could this be magic
Stay frosty
California girls (del disco “Crazy From The Heat” de DLR).
Ice cream man
The full bug
-Bis I: 10 min.
Gary Cherone: voz, Wolfgang Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y
Alex Van Halen: bat.
Distance
From afar
-Bis II: 15 min.
Sammy Hagar: voz, Wolfgang
Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.
Right now
Dreams
-Bis III: 15 min
David Lee Roth: voz,
Wolfgang Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.
Eruption
Ain't talkin' bout love
Panama
-Bis IV: 15 min
David Lee Roth: voz,
Wolfgang Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.
Estamos en el verano, un nuevo verano, un verano distinto. No se trata
solo de que sigamos azotados por una pandemia de la que sinceramente deseamos
no estar empezando a salir antes de tiempo. Este verano tiene un sabor
agridulce para algunos de nosotros también por otro motivo: el triste
fallecimiento del genial músico y compositor Edward Van Halen. Eddie nos
dejó el seis de Octubre del año pasado -ya ves, hace apenas unos ocho meses- y
su figura se sigue echando de menos, mucho de menos. Todos los que amamos el Rock
n Roll en particular y la Música en general nos sentimos un poco
huérfanos del innato talento y de la apabullante capacidad de este irrepetible
genio del que tuvimos la suerte de ser coetáneos. Su legado y figura se irán
haciendo cada vez más grandes según vayan pasando los años, eso seguro.
Justo unos ocho meses es el tiempo que llevo sin poder escuchar su
música. No sé, demasiados sentimientos encontrados para alguien que le tiene
tanto aprecio a su figura y para el que su música es algo tan importante y
especial. Supongo que este tiempo de voluntaria carestía musical del universo Van
Halen ha debido ser algo así como el necesario periodo de duelo por la pérdida
de algo/alguien querido que sabes que nunca más volverá. En serio ¿quién puede
escuchar algo tan lleno de vida como “1984” o “OU812” cuando su
creador ha fallecido?, ¿quién puede pinchar cualquiera de los discos de un
grupo que representa las esencias del entretenimiento y buen rollo?, ¿quién
puede hacer sonar canciones tan positivas como “Dreams” o “Unchained”
mientras todavía está caliente el desgarrador dolor por la prematura pérdida?
Precisamente éstas dos últimas han sido las escogidas para volver a retomar a
este grupo dentro de la saludable dieta musical que cualquier seguidor del buen
Hard Rock debe tener en su día a día.
“Dreams” supone una de las piezas cumbre de la discografía
de Van Halen y sin duda una de las composiciones más afortunadas de la
segunda formación del mítico grupo, con Sammy Hagar a las voces
sustituyendo al insustituible David Lee Roth. Una de las composiciones
más llenas de vida y seguro mejores que este humilde escriba haya escuchado en
toda su vida. Un tema que desde que comienza con su intro de teclado te
eriza la piel. Una canción que contiene todos los elementos que definen el
sonido de Van Halen y que encierra en su aparente sencillez toda la
complejidad del talento de Eddie en cuanto a su construcción, instrumentación,
melodías, arreglos y sonido. Fue una de las primeras cosas que crearon juntos Eddie
Van Halen, Sammy Hagar, el productor Andy Johns y el ingeniero de
sonido DonnLandee como equipo.
Ni que decir tiene que es una preciosidad de canción. Aunque todos los que
hacen que suene están de diez, no quiero dejar de acordarme de la voz de Sammy
Hagar. El bueno de Sammy demuestra en este tema -en todos, en
realidad- que es un cantante como una catedral. Desde que comienza a entonar su
primera estrofa te das cuenta de que estás ante algo especial. Está arriba desde
la primera nota de la primera línea de voz y sigue así durante toda la canción,
rompiendo la voz como solo él sabe, desgarrándola y haciendo una demostración de
poderío que sinceramente está al alcance de un reducido puñado de vocalistas
escogidos. Incluso el propio Sammy declaró hace no mucho que ni él mismo
entendía cómo había podido componer unas líneas vocales tan difíciles de cantar
y estar abocado a presentarlas en directo cada noche. Caviar.
Van Halen: "Dreams". Vídeo oficial.
Y pocas cosas se pueden escribir con letras que hagan justicia a una
canción como “Unchained”. La inmediatez y frescura que transmite no
esconden la elaborada y certera composición que representa. Si alguna vez
alguien te pregunta qué música es y qué representa Van Halen no tienes
más que ponerle esta canción y la música hablará por sí sola; Let the
music do the takin’, que dirían los Aerosmith. Y si te coges la
versión que apareció en el último directo del grupo, titulado “Tokyo Dome
Live In Concert”, pues ya te vuelves loco. El inicio de actuación perfecto,
un grupo engrasado, preparado para la acción y que en cuanto enchufa sus
instrumentos y sale al escenario sabes que te va a volar la cabeza.
Van Halen: "Unchained". "Live Tokyo Dome". Audio oficial sincronizado con imagen del propio concierto.
Nunca un evento me produjo sensaciones tan encontradas, descolocantes y desconcertantes. Sammy Hagar acaba de celebrar su septuagésimo tercer cumpleaños y para ello ha realizado un concierto en directo en el idílico paraje de la playa Two Harbors, en la californiana Isla Catalina; durante dicha actuación tuvo un intenso momento de recuerdo para la figura del tristemente malogrado Eddie Van Halen. Recordemos que Sammy fue el vocalista de Van Halen desde 1985 a 1995 y regresó para una gira en 2004. Acompañó a este recordatorio un breve mensaje que grabaron Michael
Anthony, bajista original del grupo de Eddie, y el propio Hagar
recordando la figura de malogrado guitarrista. Un bonito y sincero detalle que les honra en estas horas tan bajas que vivimos todos los aficionados a la música en general y al fallecido genio de las seis cuerdasen particular.
Como lleva haciendo en los últimos treinta años, el rubio cantante/guitarrista ha celebrado su fiesta de cumpleaños con unos conciertos especiales en directo. Hasta ahora los había venido festejando en su cantina Cabo Wabo, pero por los motivos obvios que nos llevan azotando durante este triste año ha tenido que trasladar esta edición a la playa californiana anteriormente citada. El mágico enclave de Cabo Wabo lo descubrió a finales de los ochenta cuando militaba en las filas de Van Halen. Sintió un flechazo inmediato con ese paradisiaco lugar, un pequeño pueblo al borde del océano que poco o nada tenía que ver con el complejo híper turístico en el que se ha acabado convirtiendo parte de su localización. Un lugar de ensueño que te permitía disfrutar de la veraniega temperatura del trópico paseando descalzo por sus vírgenes playas mientras bebías un trago de mezcal. Incluso le dedicó la canción que lleva por título "Cabo Wabo" y que aparecía en el estupendo "OU812" de los propios Van Halen.
Se compró un local cochambroso, lo reformó y puso en marcha una cantina con escenario en la que se ofrecían comidas, ambiente de pub nocturno y sala de conciertos... y consiguió hacerse de oro. Abrazó toda la idiosincrasia mejicana del entretenimiento y desde entonces ha conseguido ofrecer a su público todo un particular universo de diversión de la mano de la música que hizo con Van Halen y en solitario a ritmo de su propia marca de tequila: Cabo Wabo. Lo que en principio parecía una rareza típica de millonario se acabó convirtiendo en un negocio de elaboración de tequila tan redondo que hace unos años vendió parte de las acciones de su empresa de producción de dicha bebida espirituosa a la poderosa marca Campari por un pastizal que le asegura el título de multimillonario hasta el resto de su vida. Un pelotazo en toda regla.
Sammy lleva celebrando su fiesta de cumpleaños -birthday bash- desde el año 1990. Incluso los Van Halen con Eddie a la cabeza han actuado allí mismo en varias ocasiones. Ha conseguido recrear un mundo mágico de música, diversión y buen rollo que ha seducido a medio mundo, este humilde escriba incluido. Lo que empezó siendo una especie de fiesta para amigos y gente con pasta que se podía permitir el capricho de viajar hasta la última playa de la Baja California se ha acabado convirtiendo en una cita obligada para todos los amantes de la música de Hagar & Van Halen durante la segunda semana de cada mes de Octubre, fecha en la que Sammy celebra su natalicio. Las cerca de dos mil localidades de aforo que se ponen a la venta vuelan de tal manera que no les queda más remedio que ofertarlas por sorteo. No es broma, se anuncian en su web a principios de Agosto y si quieres acceder a comprar un ticket, que por otro lado es de todo menos barato, te debes registrar en un sorteo por internet en el que ya solo para participar debes dar tus datos bancarios, por lo que el asunto va en serio. Una vez realizado este paso tienes que esperar a que te comuniquen a tu correo si has tenido suerte y puedes acceder a pagar tus entradas. Por lo visto cada año reciben millones de peticiones... y lo sé porque llevo años intentando pujar por un par de esos malditos tickets, pero hasta ahora no ha habido suerte.
No sé muy bien los motivos, pero llevo gran parte de mi vida soñando con visitar Cabo Wabo y su dichosa cantina -supongo que es una de las muchas heridas de guerra que conlleva ser un seguidor sin remedio del universo Van Halen- y qué mejor momento que cuando Sammy Hagar actúe en el garito. Tengo unas cuantas batallas cachondas de fan descerebrado a este respecto que cualquier día comentaré para todo el que las quiera leer. Imagínate la logística de volar a la otra parte del mundo en un sitio al que llegan pocos vuelos comerciales, buscar un alojamiento cuanto más cutre y del rollo Tarantino mejor, haciendo malabares para encontrar permiso en un trabajo en el que no puedes elegir las fechas de tus vacaciones... y todo eso pendiente del sorteo de marras de mediados de Agosto. En fin. Me temo que va a ser otra de esas tantas cosas que acabarán por no poderse hacer, pero siempre hay que llevar la Esperanza por bandera en tu vida. En otro momento habrá que detenerse en el peculiar universo del Sammy Hagar Birthday Bash.
Este año el concierto de Sammy Hagar y sus The Circle se grabó en vídeo para emitirlo de pago para todos los que quieran formar parte de este birthday bash del amigo Sammy, imagino que es lo más cercano que ha encontrado para poder recrear su cumpleaños con su querida audiencia como lleva haciendo durante estos últimos treinta años. Ha compartido por las redes un fragmento de dicha actuación, en concreto la interpretación del clásico "Right now" de nuestros amados Van Halen. Lo ha hecho como sentido homenaje al tristemente fallecido Eddie y guardando veinte segundos de silencio en plena actuación justo antes de comenzar a interpretarlo. No sé cómo suena esta versión porque sencillamente no soy capaz de escuchar la música de Van Halen en estos momentos, por lo que no sé cómo está tocado ni qué sensaciones te producen. No obstante me parece de justicia compartirlo puesto que tal vez sea uno de los mejores homenajes que se le puede tributar a un músico: interpretar su música desde la sinceridad y el reconocimiento.
The Circle: "Right now". Two Harbors. Santa Catlina. CA. 8.10.20.
La verdad es que después de
recibir esta triste noticia uno se queda sin palabras. El pasado seis de
octubre Edward Van Halen perdía
definitivamente la batalla que llevaba librando contra el asqueroso demonio del
cáncer. Recordemos que desde el año dos mil se llevaba tratando contra esta
enfermedad. Primero se le desarrolló en la lengua, de hecho el médico iraní que
le trataba tuvo que cortarle una parte de la misma. Tras un par de años parece
que consiguió mantenerlo a raya y continuó con su vida, con su música y con
nuestros amados Van Halen. Por
desgracia en los primeros meses del pasado dos mil diecinueve saltaron todas
las alarmas. Circulaban fuertes rumores sobre una posible gira de reunión de la
formación original al completo -esto es: Eddie
Van Halen, David Lee Roth, Alex Van Halen y Michael Anthony-, incluso David Lee Roth llegó a afirmarlo con meridiana claridad en algún medio de
comunicación americano, pero súbitamente todo se voló en mil pedazos. Como la
maquinaria Van Halen siempre llevó a
cabo sus pasos con un mutismo casi mayor que unos AC/DC, toda la prensa se tuvo que remitir a las señales que se
producían desde sus entornos cercanos. Se sabe que Michael Anthony había reservado unas fechas en blanco de su gira
programada con The Circle
precisamente coincidiendo con las posibles fechas del tour veraniego que
supuestamente Van Halen iba a
realizar durante ese verano de 2019, pero incluso el propio bajista no dio
explicaciones sobre la situación que en esos momentos se cernía sobre el grupo.
Seguro que ni siquiera podían hacer declaraciones en público por obligación contractual,
así se las gastaban habitualmente en el universo Van Halen… nada nuevo bajo el sol. Más tarde, cuando se fue
descubriendo parte del pastel, el propio Anthony
reconoció que había estado en conversaciones con el entorno de Van Halen para esa supuesta gira de
reunión.
La realidad es que todo
indica que los planes del tour del grupo se pararon en seco debido a esa
recaída en la enfermedad de Eddie.
En su momento se especuló mucho con el tema y ahora parece que esto era del
todo cierto. Los medios de comunicación del mundo entero se hacían eco de los supuestos viajes del guitarrista para tratarse con su equipo de doctores en Alemania,
los tabloides se cebaron con toda la carroña que pudieron sacar de la salud del
bueno de Eddie mostrando una falta
de escrúpulos tan indignante como habitual en este tipo de “medios de
información”; incluso una mujer anónima publicó una foto que se hizo al toparse
casualmente con el propio Eddie Van
Halen. Más del triste y típico vodevil americano, supongo. De todos modos imagino que
la asquerosa pandemia que nos lleva azotando durante todo este 2020 tampoco
ayudó al tratamiento que debió estar siguiendo Eddie Van Halen a raíz de la recaída en su enfermedad. Poco después
su hijo Wolfgang publicó en las
redes una foto suya asistiendo con su padre a un evento deportivo. Lo cierto es
que Eddie mostraba muy buen aspecto
y permitía alejar los miedos y fantasmas a todos sus seguidores… pero la dura realidad era que el
problema seguía ahí.
Mucho más preocupantes fueron
las declaraciones de David Lee Roth
tan solo unos meses después. Al finalizar el verano del tour fallido de Van Halen, Diamond Dave comentó en una
entrevista que Van Halen se habían
acabado y que era el momento de quedarse con los grandes recuerdos y emprender
una nueva etapa. Recuerdo que estas afirmaciones me dejaron por completo
noqueado. Nuestro querido Diamond Dave
anunciaba que estaba preparando su vuelta en solitario, anunciando que iba a
montar un espectáculo más allá de los típicos shows rockeros. Si obviamos la habitual locuacidad de Roth, buscando generar interés cada vez que realiza una declaración
pública, lo inquietante del asunto es que parecía que al final se había cansado
de esperar a que Eddie pusiera en
marcha de nuevo la maquinaria Van Halen;
o eso pensamos muchos, en un alarde de incredulidad. La realidad es que seguro
que había decidido dar ese paso por los problemas de salud que se cebaban en el
guitarrista. De sobra es conocida la rivalidad entre Roth y Eddie, parece ser
que viene existiendo incluso desde los primerísimos inicios del grupo; normal
por otro lado, dos personalidades tan fuertes e irrepetibles estaban destinadas
a chocar si o sí. Y cuando alcanzaron el mega estrellato con mayor motivo.
Conviene recordar que se han pasado años y años despotricando el uno del otro,
dando a la prensa mundial titulares y carnaza durante bastante tiempo.
Finalmente consiguieron contemporizar sus diferencias -estoy seguro de que se
seguían detestando como el primer día- y se volvieron a juntar en 2007 para
llenarnos de felicidad y buena música a sus millones de seguidores repartidos
por el mundo entero.
Conviene comentar que su archiamigo/enemigoDavid Lee
Roth ha demostrado mucha clase en este difícil año para Eddie Van Halen. Imagino que no estaría
presente en la habitación del hospital de Santa Mónica en la que falleció el
músico, pero ha sido muy elegante al no alimentar conjeturas en ningún momento.
Y aunque estoy seguro de que estaría al tanto de la gravedad del estado de
salud de Eddie, sus tristes
declaraciones sobre el posible final de Van
Halen y el retorno a su carrera en solitario estuvieron en todo momento en
su sitio, dejando a la familia con su dolor y no alimentando una sola conjetura
para que los buitres carroñeros de determinada prensa se lanzasen a por su
anhelada carnaza.
Su última gira se llevó a
cabo en el año 2015 -solo en Norte América, claro- y, si no tuviste oportunidad
de verlos entonces, me temo que ya no podrás hacerlo jamás. Recuerdo con enorme
cariño e intensa emoción el concierto que ofrecieron en Nueva York ese verano
de 2015 y al que tuve el privilegio de asistir en la primera de sus dos noches; unos
Van Halen en estado puro que nos
volaron la cabeza a los asistentes desde el sorprendente inicio con “Light up the sky” hasta el cierre con
su mítico “Jump”. Podéis leer un
artículo sobre este show aquí. Un bonito recuerdo de lo que Eddie y sus chicos eran capaces de
hacer sobre un escenario y que a mí personalmente me transportó de manera instantánea
al cielo desde el mismo instante en el que se subieron a las tablas.
Me resulta difícil escribir
esto, todavía no consigo asimilar el fallecimiento de Eddie Van Halen. No somos familia, ni amigos, ni conocidos, ni nada
de nada; nunca llegué a hablar con él ni nada por el estilo… pero toda mi vida le
he sentido como alguien cercano, alguien que me ha aportado vitalidad y buen
rollo desde el mismo instante en el que escuché por primera vez su música.
Recuerdo muy bien ese momento. Era sábado por la tarde noche de un frío otoño y
estaba solo en mi casa, apenas tenía catorce años y mis progenitores habían
abandonado nuestra residencia supongo que para visitar esa tarde a unos
familiares. Me encontraba escuchando la radio; era cuando buscaba en el dial
programas musicales, aunque reconozco que perdí rápido el interés por la radio y hace
mil años que no la escucho. Ni siquiera recuerdo el nombre del programa en
cuestión, solo sé que no era especializado en Hard Rock ni Heavy. El
locutor de turno anunció al grupo y de pronto entró el riff de inicio del “You
really got me”. Me voló la cabeza, el sonido nítido y áspero a la vez, la
personalísima voz de Roth, el
dinamismo que desprendía y que hacía que se metiese su ritmo dentro de mí sin
remedio… y esa guitarra que cabalgaba sobre los trastes haciendo que lo
complicado sonase fácil y fluido. Me enamoré del grupo al instante. Justo
cuando acabó de sonar el locutor anunció un concurso y abrió el teléfono, por
lo que me decidí a llamar. Imagino la cara que se le pondría al comentarista cuando
un mocoso llamó a su programa no para contestar al concurso, sino para pedir de
nuevo que pinchase la canción de Van Halen porque era la primera vez que la
escuchaba. El locutor tuvo la amabilidad de volverla a radiar casi de inmediato
comentando en antena que un chavalín acababa de llamar porque era la
primera vez que escuchaba al grupo y que le había encantado. Hay pasiones que
están condenadas a encontrarse.
En la segunda mitad de los ochenta
en Madrid no era sencillo para un chico de barrio obrero al que le gustase el Rock defender la música de Van Halen. Seamos realistas: fue la
época del Heavy Metal y del mal
llamado Rock Urbano de letras
reivindicativas contra el poder y la opresión. Van Halen no encuadraban en esos esquemas. Ellos eran distintos, Eddie era distinto. Tenía demasiado
talento e innovación en su interior como para seguir las modas o los dictados
de nadie. Seguro que en los próximos días seremos testigos de muchas
reivindicaciones sobre la figura del malogrado guitarrista, subiéndole al
pedestal que se merece por derecho. Me gustaría saber dónde estaban esas
personas a finales de los ochenta y porqué no se escuchaban entonces esas proclamas, pero esto es marginal.
Esto va a ser duro. Ni me
quiero imaginar el dolor y el luto por el que estarán pasando su familia y
seres queridos. Todas las condolencias y mejores deseos de mi parte. No consigo
asimilarlo. En lo que a mí respecta Eddie
Van Halen es una de esas personas más grandes que la vida y que piensas que
van a estar ahí siempre. Intenté poner algo de su música para homenajearle en
silencio, pero me di cuenta de que era incapaz de escuchar nada de su
discografía, sencillamente no estoy preparado. No puedo hacer sonar algo tan
positivo y lleno de vida como “Dreams”, “Unchained” o "Once" en estos momentos. Verano
tras verano desde que soy un tierno adolescente los discos de Van Halen y su saga han iluminado,
acompañado e incluso dirigido mi camino por la vida; no bromeo, algunas de las
decisiones más importantes de mi existencia las he tomado aconsejado por Van Halen. Han sido la banda sonora, la
fotografía en la sombra de mi discurrir y seguro que del de muchos de sus
seguidores a lo largo de este ancho mundo. Ahora el creador de todo esto ya no
está y por momentos todo se desmorona, nada tiene sentido. Tan solo me viene a
la cabeza su canción “Catherine”, de
la banda sonora de una peli para adultos que grabó en 2006, justo cuando estaba
atravesando unos duros momentos en el plano personal. Por aquel entonces se
acababa de divorciar de su mujer de toda la vida, la actriz Valerie Bertinelli, y había vuelto a
abusar del alcohol. “Catherine” es
una de las canciones más tristes que este humilde escriba ha escuchado en toda
su vida, incluso su vídeo clip con Eddie
en el estudio rodeado de cables y sudor representa a la perfección todos los
demonios personales de un artista obsesionado con alcanzar la perfección en su
instrumento, su música y su sonido.
Afortunadamente Eddie encontró la estabilidad emocional
de la mano de su actual pareja, la ahora viuda Jamie Liszewski. Es el guitarrista que cambió el rumbo de la guitarra
eléctrica en la Historia al publicar en su primer disco el solo “Eruption”. Curiosamente fue el propio
productor Ted Templeman el que
escuchó un día en el estudio a Eddie
ejecutando ese solo como una especie de calentamiento, de inmediato lo grabó,
le comentó al músico que debía ir en el disco y el resto es historia. Su figura
está destinada a convertirse en la de uno de esos pocos genios cuya obra perdurará
en el tiempo a través de las distintas generaciones venideras. Un tipo con una
personalidad tan compleja que buscaba que sus compañeros de grupo fuesen a la
vez amigos, pero a los que se veía abocado a imponer su superior visión
musical. Alguien con una capacidad tan abrumadora como la suya lo tiene
complicado si se quiere mezclar con el resto de los pobres mortales. Es simple:
Eddie Van Halen seguro que percibía
la realidad de un modo distinto y superior al de sus compañeros de especie.
Solo nos queda dar gracias por haber podido compartir espacio vital y temporal
con semejante genio. Dios le
bendiga.