Encuentros HUSH.
Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
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This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.
Ayer mismo veía la luz en las redes una nueva canción de Ozzy Osbourne titulada "Nothing feels right". Este tema, perteneciente al nuevo disco de inminente salida que lleva por título "Patient Number 9", cuenta con la guitarra de Zakk Wylde. En apenas un puñado de días podremos llevarnos a las orejas el nuevo redondo de nuestro entrañable Madman. Para este disco el elenco de guitarristas invitados tira de espaldas, puesto que prestan sus servicios a las seis cuerdas auténticas leyendas como Eric Clapton, Jeff Beck o Tony Iommi; de hecho su compañero durante tantos años en Black Sabbath resulta que esta es la primera vez que colabora en un disco en solitario del propio Ozzy. Conviene recordar que Osbourne ya hizo lo propio en el disco en solitario que el guitarrista sacó en el final de esos inciertos años noventa bajo el simple título de "Iommi", siendo "Who's fooling who" el tema escogido para tal fin.
Pero lo que resulta especialmente de enjundia -sin menospreciar el talento de estos grandes músicos, por Dios- es el hecho de que nuestro querido Zakk Wylde vuelva a prestar sus servicios, sus cuerdas, su talento y brutalidad innata en este nuevo disco de nuestro Ozzmanpreferido. Que Ozzy Osbourne no es nada sin los músicos de primera categoría que le rodean es algo que saben desde su propia mujer/mánager Sharon hasta el propio Osbourne... así como todo aquel que conozca mínimamente el recorrido musical de nuestro entrañable esnifador de hormigas. Y dentro de esta línea vital que le marcan sus colaboradores podemos subrayar la importancia de dos músicos por encima del resto: el trístemente malogrado Randy Rhoads y Zakk Wylde. El bueno de Randy modernizó la propuesta musical de Ozzy cuando Sabbath hacían aguas por todos lados y le puso en el mapa, llegando a alcanzar un éxito incluso superior al grupo de Tony Iommi & Co. Tras el trágico accidente que segó la vida de este genial guitarrista otros muchos han ocupado su puesto, pero nadie ha alcanzado las cotas de calidad y carisma que va derrochando por la vida Zakk Wylde. Recuerdo cómo gran parte de la prensa musical poco menos que se burlaba de él cuando salió el disco "No Rest For The Wicked", primero de Wylde con Ozzy y que siempre me ha parecido un discazo. Que si no punteaba y solo tocaba riffs, que si no tenía personalidad, que si no sabía actuar en directo y un sinfín de patochadas más, impropias de gente que si se dedica a escribir profesionalmente sobre esto debería demostrar tener un poco más de idea sobre el asunto... pero así está el patio, o al menos así estaba en nuestros adorados años ochenta/noventa. Sin problema; a golpe de guitarrazos, actitud y talento, Zakky fue poniendo a todos los bocazas en su sitio y haciendo que se fueran introduciendo todos y cada uno de sus comentarios por sus respectivos rectos. Y por si fuera poco, cuando tuvo que dejar a Ozzy por primera vez en 1994 se sacó de la manga el grupo Pride & Glory y un pedazo de disco llamado con el mismo nombre que es una verdadera obra de arte, además de toda una declaración de principios. La perfecta comunión entre el Rock Sureño y el Hard Rock potente y tocado con pelotas, pero esto es marginal. Hoy en día es uno de los guitarristas de Hard Rock más reputados y resulta interesante escuchar como esas mismas voces tan "entendidas" que antes le ponían a parir ahora se deshacen en elogios hacia su figura. Lo de siempre.
El caso es que para este humilde escriba sigue siendo el guitarrista ideal para acompañar al Príncipe de las Tinieblas, tanto en disco como en directo. Su puesta en escena es tan salvaje como sincera y efectiva. Todavía recuerdo la última vez que visitó Madrid en el 2018 acompañando a Ozzy y se marcó una actuación de bandera, con un pedazo de solo tras el clásico "War pigs" de esos que no se acaban nunca y en el que incluía extractos de canciones como "Miracle man", "Perry Mason", "Crazy babies" o "Desire", demostrando lo bueno que es y lo bien que empasta en el grupo de Osbourne. Es por esto que este nuevo disco tiene ese aliciente extra. Esta nueva canción es de corte lento y con alguna pincelada épica. Me recuerda una barbaridad a las composiciones del disco "Ozzmosis", cosas como "Denial", "Ghost behind my eyes" o "My little man", por citar algún ejemplo rápido. Eso son buenas noticias.
Así que, nada, con ganas de escuchar la nueva obra de Ozzy Osbourne acompañado de Zakk Wylde. Y con más ganas aún de verlos en directo junto a Judas Priest, por supuesto.
Seguimos con la familia Sabbath. Lee Kerslake, conocido
batería de grupos como Uriah Heep, Ozzy
Osbourne o Living Loud entre
otros, acaba de recibir sendos discos de platino que conmemoran su
participación en las grabaciones y composición de los primeros discos de Ozzy en solitario: hablamos de “Blizzard
Of Ozz” y “Diary Of A Madman”,
un par de obras maestras de la música que deberían estar en las estanterías de
cualquier apasionado del Hard Rock.
El propio Ozzy Osbourne se los ha
enviado hace un par de días.
Conviene recordar que Kerslake
está aquejado de un peligroso cáncer en estado terminal y que los médicos le
han diagnosticado apenas unos cuantos meses de vida. El entrañable músico, al
igual que otros artistas como es el caso de José Antonio Manzano en nuestro país, decidió hacer pública su
batalla contra la temible enfermedad compartiendo con sus seguidores algunos de
los datos de su estado de salud y recibiendo todo el apoyo de los mismos a
través de las redes sociales; imagino que al final algo bueno deben de tener
las nuevas tecnologías, permitiendo llevar no solo la mierda, el odio y las
miserias humanas a través de la conexión de internet, sino también mensajes
positivos y de esperanza. Desde aquí le deseamos todo lo mejor al entrañable Lee, que disfrute de su tiempo y que
los médicos se equivoquen en sus estimaciones; no sería el primer caso que
estira sus tiempos en este mundo que conocemos.
Esto de la creación y grabación de los primeros dos discos de Ozzy Osbourne lleva trayendo cola desde
hace unos cuantos años, por lo que resulta interesante ponerse en situación.
Cuando los Black Sabbath echaron a Osbourne, imagino que hartos de lidiar
con los demonios del vocalista, Sharon
Arden –actual mujer de Ozzy, más
conocida como Sharon Osbourne– cogió
a Ozzy bajo su regazo y se puso
manos a la obra para montarle una carrera en solitario al díscolo vocalista de
la banda oscura por excelencia. Como curiosidad se puede decir que Sharon era hija del famoso
representante Don Arden, que para
más inri era el mánager de Sabbath
durante aquellos años; cuentan las malas lenguas que el padre no se tomó nada
bien la decisión de su hija de acercarse a Osbourne,
causando que padre e hija dejasen de hablarse. En cualquier caso formaron un grupo en torno al
genial y tristemente malogrado guitarrista Randy
Rhoads, un gran músico al que su prematura muerte convirtió en leyenda.
Para el tándem Rhoads/Ozzy se
reclutó la base rítmica compuesta por Bob
Daisley al bajo y Lee Kerslake a
la batería, grandes músicos de contrastada calidad y con habilidades
compositivas. Randy venía de tocar
con Quiet Riot, un grupo que en los
años setenta funcionaba en el circuito americano de clubes a un nivel similar
al de Van Halen y que llegó a
publicar dos discos de estudio con el rubio guitarrista que antes de la era
internet eran objeto preciado de coleccionismo, pero que tras la oferta de Ozzy se fracturó y se dislovió. Daisley y Kerslake
habían estado prestando sus servicios en Rainbow
y Uriah Heep respectivamente,
por lo que estaba claro que sabían de qué iba esto de tocar Rock. Bob Daisley fue contratado en primera instancia y Kerslake se unió al equipo tras haber
probado eventualmente con un par de baterías antes. De este modo Ozzy se rodeaba de un equipo de
categoría especial y exponencialmente creativo; no olvidemos que las
habilidades compositivas de Osbourne
aún están por descubrir, en el improbable caso de que las posea, puesto que
hasta en Black Sabbath era Geezer Butler el que se ocupaba de
componer la mayoría de letras y líneas vocales. Con todo la banda en solitario
de Ozzy empezó a rodar y sacaron al
mercado un pedazo de disco titulado “Blizzard
Of Ozz” que a día de hoy es un clásico indiscutible del Rock duro… un disco compuesto por Rhoads-Daisley, con la colaboración de Kerslake en un tema, puesto que se
incorporó al equipo a última hora, y en el que se incluía a Ozzy en los créditos por contrato; algo
normal: era su grupo. El siguiente “Diary
Of A Madman” ya iba compuesto por el equipo Rhoads-Daisley-Kerslake.
Ozzy Osbourne: Bob Daisley, Lee Kerslake, Ozzy y Randy Rhoads.
Poco después de grabar el segundo disco decidieron prescindir de los servicios
de Kerslake y Daisley. Hasta ahí, nada que objetar. Es tu negocio, contratas a
tus empleados y si estimas oportuno, respetando la legalidad de los contratos,
prescindes de los mismos. Lo que dice mucho y nada bueno del asunto es que
además decidieron borrar a Daisley y Kerslake de los créditos de dicho
disco, sustituyéndolos por Rudy Sarzo
y Tommy Aldridge; otros dos músicos
como una catedral, pero que no tocan en el disco. El propio Aldridge comentó en su día al respecto
que cualquiera que escuchase esas baterías del disco se daría cuenta que no las
había tocado él. En cuanto a las composiciones, imagino que ese asunto es más
complejo, puesto que cuando compones algo lo registras y eso ya no se mueve tan
fácilmente; de hecho muchos nos sorprenderíamos si pudiésemos ver cómo se
registran esas autorías, ya que no es solo la referencia que aparece en el
disco en cuanto a la composición general de la canción. Muchas veces se pueden
llegar a registrar hasta fragmentos, una línea vocal en particular o un riff bajo la credencial de diferentes
autores, aunque en el libreto del disco la autoría de la canción aparezca bajo
un solo nombre. A este respecto enseguida te viene a la cabeza el episodio del
teclista David Rosenthal cuando
colaboró en la composición de una de las canciones del disco “Bent Out Of Shape” de Rainbow, pero ese es otro tema.
Daisley & Kerslake.
Desconozco los entresijos de las desavenencias entre el campamento Osbourne y Kerslake/Daisley, habría que escuchar todas las versiones, pero la
realidad es que se borraron del disco todas las referencias posibles de estos
dos músicos. Y, si esto ya es bastante feo de por sí, las cosas no fueron a
mejor con el paso de los años. En 2002 la entrañable pareja Sharon/Ozzy realizaron un nuevo gesto
todavía más feo que lo antes comentado, si es que es posible hacerlo peor. No
conviene olvidar que Sharon es una
persona de armas tomar y lo ha demostrado en innumerables ocasiones, no en vano
Lemmy Kilmister –un tipo al que
tampoco se le tosía así como así– llegó a comentar que lo más inteligente era
no meterse con la mujer de Ozzy
porque tenía las pelotas muy bien puestas. El caso es que para una de las reediciones
de esos dos primeros discos de Ozzy
Osbourne la siempre amigable Sharon
decidió borrar las pistas de audio de la base rítmica y sustituirlas por nuevas
grabaciones que corrieron a cargo de Robert
Trujillo y Mike Bordin; en fin,
¿quién sino Sharon para darle una
nueva vuelta de tuerca a lo que ya parecía imposible de superar? Un gesto tan
rastrero como deleznable que dice mucho más de este personaje que todas las
letras que uno decida juntar sobre una hoja en blanco. Parece ser que todo
viene por las demandas que interpusieron Kerslake
y Daisley ante Ozzy por impago de royalties. En su día fue un asunto muy comentado y criticado en la
prensa musical mundial; normal. Todo esto para que Bob Daisley y Lee Kerslake
no recibieran los merecidos beneficios de unos discos… que ellos mismos
habían ayudado a componer y a grabar. Demencial. En un mundo justo el autor de
una obra de arte debería ser el principal beneficiario de lo producido por lo
que él mismo ha creado, pero parece ser que las coordenadas cerebrales de Sharon Osbourne se estructuran de
manera distinta. Imposible la defensa de algo que aparece y va firmado por el
sello de Ozzy Osbourne, por lo que
no conviene olvidar que nuestro adorable Prince Of Darkness no deja de ser el
último responsable. A cada cual lo suyo.
Sharon & Ozzy.
Tras años y años de batallas legales que no favorecieron a Kerslake/Daisley, es de suponer que una
persona tan fría y calculadora como demuestra ser Sharon Osbourne ató y consideró todos los aspectos legales de su
jugarreta, nuestros protagonistas no tuvieron más remedio que aceptar la
injusticia de la situación. Gracias a esto pusieron en marcha el estupendo
proyecto llamado Living Loud,
acompañados por Jimmy Barnes, Steve
Morse y Jon Lord, para revisar y
volver a regrabar algunos de los
clásicos que aparecieron en esos discos de Ozzy
y que ellos mismos compusieron. Nos legaron un disco de estudio y un directo
que son oro en paño.
La vida siguió y ambos músicos siguieron trabajando en lo que mejor
saben hacer. Un día triste saltaba la noticia en los medios sobre los serios
problemas de salud de Lee Kerslake,
dejaba a Uriah Heep y bajaba el
pistón en lo que a actuar se refiere. Recuerdo que la última vez que me crucé
en el camino del entrañable Kerslake fue
en la convención de fans de Uriah Heep
que se celebró en Granada hace unos años y de la que ya hablé en su momento en
este mismo foro. Un fin de semana mágico en el que Kerslake nos reconfortó con su habilidad musical, su simpatía y su
terrible sentido del humor. Este pedazo de músico, gran batería y cantante excepcional -metía los agudos en Uriah Heep cuando se marchó David Byron-, ha participado en un buen número de los discos de cabecera de muchos de nosotros. Hace poco declaró que nada le haría más ilusión que
tener en su salón los discos de platino que representan el éxito en ventas de los
trabajos que compuso y grabó en el grupo de Ozzy Osbourne, que sería un bonito gesto por parte del campamento Osbourne mientras todavía esté con vida
en nuestro mismo plano. No sé cómo de ennegrecidos estarán los corazones de Sharon/Ozzy, ni es asunto mío, pero con
esta donación al menos uno siente que la injusticia de esta historia pesa un
poquito menos. Nuestras oraciones y un brindis por Lee Kerslake en estos momentos difíciles.
Lee Kerslake orgulloso con lo que le pertenece por méritos propios.
La banda de Iommi, Ozzy y compañía vuelve a estar
de plena actualidad, el problema es que no solo por motivos musicales. Su nueva
gira de despedida, anunciada bajo el sugerente nombre de “The End”, apenas acaba de empezar y los nuevos roces, cruces de
declaraciones y demás sinergias del entramado Sabbath vuelven a brotar cual florecillas en primavera. Las
noticias de sus componentes y sus ex generan un cúmulo de despropósitos tan
inverosímiles como ridículos que consiguen darle una nueva vuelta de tuerca a
esta familia musical tan encantadoramente disfuncional. Definitivamente habrá
que plantearse realizar una entrega de artículos por fascículos para cubrir las
esperpénticas trifulcas de estos angelitos.
Después de que los miembros
originales Tony Iommi, Geezer Butler y Ozzy Osbourne anunciasen por enésima
vez su gira de despedida, el batería original Bill Ward, que no fue de la partida en un movimiento de dudosa
ética, volvió a la carga con nuevas declaraciones en las que se entristecía por
no ofrecer al público una última gira con la formación original al completo.
Hasta aquí todo normal: pataleta del bueno de Ward por quedarse sin ninguna parte del pastel. Sin embargo, el
asunto cogió grados cuando el bajista Geezer
Butler se descolgó con unas sorprendentes declaraciones en las que
aseguraba que a Bill Ward se le
ofreció participar en un concierto especial de despedida y que éste no lo
aceptó, devolviéndole la pelota de las culpas sentimentaloides para no ofrecer una actuación final de los
componentes habituales. Lo cachondo del asunto es que… jamás le ofrecieron ese
show a Bill Ward!
Nuestro entrañable Bill inmediatamente reaccionó con otro
comunicado en el que aseguraba no haber recibido esa invitación de la que
hablaba Butler. El affair se zanjó
con el entrañable Geezer emitiendo
un comunicado en el que comentaba que había sido un error por su parte y
lanzando una tibia disculpa redactada con un escueto y endemoniado “sorry Bill Ward”, palabras textuales.
Geezer Butler y Bill Ward.
El management que lleva a Black Sabbath debe ser lo más parecido
al camarote de los hermanos Marx.
Toda esa unión por conveniencia de abogados, representantes, músicos con sus
parejas y demás alimañas llenas de rencor acumulado pero condenados a
entenderse para ganar pasta debe estar tan abocada al caos continuo porque solo
así se puede explicar que aparezca uno de los músicos originales realizando
unas declaraciones públicas sobre un tema tan delicado sin tener ni la más
remota idea de lo que habla. Si querían publicidad gratuita para alimentar el
morbo de las actuaciones en directo de esta supuesta última gira lo han vuelto
a conseguir. El entorno de Ozzy Osbourne
lleva años generando y alimentando las más variadas y esperpénticas polémicas
para obtener una publicidad que les siga manteniendo en el candelabro, el problema es que llevan tanto tiempo arrastrando su
credibilidad por el fango que cada vez se acercan más a una triste parodia de
ellos mismos. Y es triste, porque la música de Sabbath y Ozzy es lo
suficientemente buena y valiosa para permitir que hable por sí misma.
Desgraciadamente parece que lo que aquí importa es la cantidad de ceros que
sumemos al pasar por caja y, si para llamar la atención del gran público hay
que grabarse meando en un bote, se graba uno y listos.
En cuanto a la gira mundial,
veremos qué tal. Se va a comercializar un nuevo Cd compuesto por cuatro temas de
las sesiones del disco “13” que no
aparecieron en dicho álbum más el añadido de las tomas en directo de otros
cuatro temas. Al menos para este nuevo tour mundial no han tenido la
desfachatez de hablar directamente de los supuestos problemas físicos de Bill Ward para aguantar una gira
mundial de dieciséis meses como hicieron la vez anterior. Recordamos que esa gira
mundial de 2013 -14 supuso un total de cuarenta y seis conciertos –la mayoría
de los grupos realizan esas actuaciones en un par de meses, tres a lo sumo-.
Para este nuevo tour de 2016 se han anunciado las siguientes fechas:
- Norteamérica. 1ª parte: Dieciocho
conciertos.
- Australia: Siete conciertos.
- Europa: Quince conciertos.
- Norteamérica. 2ª parte: Dieciocho
conciertos.
Esta vez tenemos programados
un total de cincuenta y ocho actuaciones, del uno de Enero al veintiuno de
Septiembre de 2016. El tour acaba de empezar y desgraciadamente ya han tenido
que suspender dos conciertos debido a unos problemas de salud de Ozzy, el comunicado oficial explica que
ha padecido una sinusitis. No le deseo mal a nadie, y mucho menos al entrañable
Ozzy, pero tal vez empieza a sobrar
la excusa del estado de salud de Bill
Ward cuando son ellos mismos los que, con muy buen criterio, están
programando una gira con conciertos espaciados para poder llevarla a cabo en
las mejores condiciones posibles. Son señores con sesenta y muchos años,
conviene tenerlo en cuenta. El problema es que el estado vocal de Ozzy lleva años rozando lo patético y
resulta triste la inquina con la que se expresa, tanto él como el resto del
grupo, con respecto a la situación física de Bill Ward. El agravio comparativo resulta grande e injusto. Puede
ser que Bill Ward no se encuentre en
la mejor de las condiciones para un tour de cincuenta conciertos, pero desde
luego Ozzy no está mejor que él.
Además conviene recordar que Bill siempre
defendió a Ozzy todos los años que
el Madman estuvo fuera de Sabbath.
La puñalada trapera que le asestó el encantador Osbourne con motivo de esta última reunión de Black Sabbath todavía deber estar supurando en la espalda de Ward.
Ozzy Osbourne y Bill Ward.
De cualquier modo habrá que
estar atento al maravillosamente amorfo universo Sabbath en esta última gira mundial que les acercará a casi todos
los rincones del globo; menos a España, claro. El set list sigue estando a la
altura de su leyenda y siempre es un placer disfrutar de Tony Iommi encima de un escenario.
En estos últimos días se han producido una serie de comunicados entre Bill Ward y Ozzy Osbourne en torno a la última fallida reunión de los cuatro
miembros originales de Black Sabbath
del pasado año 2011 y que dio como fruto el disco en estudio “13” y su consiguiente gira mundial
(España no incluida, claro). Los agrios comentarios vertidos por nuestros
protagonistas tres años después superan el nivel de tensión que se alcanzó
cuando se destapó la polémica de la no inclusión del batería Bill Ward en la cacareada reunión de
los de Birmingham.
La bomba la lanzó hace unos días el propio Ward cuando, en una carta abierta en internet, le pedía a Ozzy que se disculpara por todo el affair que desembocó en su no
participación en la reunión y que Ward considera,
básicamente, una falta de respeto; el propio Bill asume que no habrá vuelta atrás y que no podrá volver a ver a Ozzy como un amigo. Todo el asunto
consistió en que el mánager de Ozzy
– su esposa Sharon Osbourne – le
ofreció a Bill Ward un contrato
económico menor que el de los otros tres miembros originales además de buscarle
un sustituto para que no realizase los conciertos completos. El asunto terminó
con el rechazo de Ward ante
semejante contrato y con la contratación de dos baterías sustitutos – Brad Wilk y Tommy Clufetos - para grabar el disco y realizar la gira.
Al día siguiente Sharon,
por boca de Ozzy, contestó a Bill a través de facebook. En el
comunicado Ozzy no solo no le pide
disculpas a Ward, sino que se
reitera en lo dicho en su día; bueno, digamos que exagerando un poquito. Ozzy comenta que le hubiera haber
zanjado esto de modo personal pero que el paso de Ward le obliga a responder así. Nuestro querido Madman
le pide a Ward que deje de hacerse
la víctima y que reconozca la verdad. En su comunicado le dice a Ward que no se encontraba físicamente
en condiciones de afrontar una gira de dieciséis meses con actuaciones de dos
horas de duración y solos de batería incluidos. También le espeta que deje de
marear con el supuesto contrato – sin aclarar nada del mismo, eso sí – y que
pare todo este asunto de una vez. ¿Gira de dieciséis meses? Desde luego que
este Ozzy es un cachondo, no deja de
sorprenderme.
Veinticuatro horas después hemos podido leer la réplica de Bill Ward a este duro comunicado
vertido desde el campamento Osbourne.
En su nueva réplica pone firme a Ozzy
y por extensión a Sharon Osbourne.
Lo primero que hace es recordar a Ozzy que,
pese a no querer tratar el tema en público, el propio Osbourne lo comentó en las entrevistas que realizó para la prensa
en la primera mitad del año 2012 y que nada de esto hubiera salido a la luz si
se hubiese dirigido primero a él personalmente. Comenta con un sabor agridulce
que, respecto a lo de los conciertos de dos horas y la gira de dieciséis meses,
es la primera vez que lo escucha. Se pregunta Bill si no se lo podían haber comentado cuando se vieron varias
veces para ensayar desde finales de 2011 hasta principios de 2012; nadie le
dijo nada. Con respecto a sus problemas de salud y sobrepeso responde que no
era nada que le permitiese llevar a cabo el tour, de hecho una de sus cirugías
era menor y la llevó a cabo al encontrarse laboralmente desocupado; con
respecto a sus otros ingresos respondían a cuestiones de salud inesperadas y
que no se podían presagiar meses antes. Le vuelve a recordar el contrato que,
dicho sea de paso, nadie del entorno de Ozzy
ha desmentido y de paso le lanza un dardo envenenado a Sharon Osbourne. Sentencia Bill
finalmente que lo siente por todo el pasado que les une pero que, pese a
desearle lo mejor, corta el vínculo que tenía con Ozzy.
La tormenta está desatada, por lo que conviene estar atento a las
nuevas perlas que escupirá el pobreOzzy de la mano de Sharon, su mujer. Conviene retroceder un
poco en el tiempo para hacerse una idea más completa de todo este entramado de dimes y diretes. Desde que Tony Iommi y Geezer Butler se volvieron a aliar con el tristemente desaparecido
Ronnie James Dio para reinventarse y
triunfar con Heaven & Hell, Ozzy se empeñó por activa y por pasiva
en cerrar todas las puertas a cualquier posible reunión con Sabbath. Curiosamente Ozzy y Ward han sido los dos miembros de Sabbath que más unidos han estado a lo largo de todos estos años,
lo que se ha traducido siempre en impedimentos para que otros vocalistas se
pusieran al frente del micro de Black
Sabbath, especialmente para Ronnie
Dio. De todos es conocida la antipatía que ha sentido Ozzy por Dio desde que
el segundo le sustituyó al frente de su banda madre en 1980, consiguiendo hacer
resurgir de sus propias cenizas a un grupo defenestrado; de hecho fue el propio
Bill Ward el que se echó atrás a
última hora antes de la publicación de “Heaven
& Hell”. La historia se volvió a repetir cuando se volvieron a reunir
en el 2006 con motivo de la publicación de un nuevo recopilatorio de Black Sabbath, nuestro querido batería
estuvo mareando la perdiz hasta que se desvinculó del proyecto, por lo que Iommi volvió a recurrir a Vinny Appice; en las dos ocasiones Bill Ward comentó que no veía a unos Black Sabbath sin Ozzy, poco podía presagiar la puñalada trapera que le clavaría
nuestro ladrador favorito. Todo eran sonrisas y alegrías entre Iommi – Butler – Dio, nadie se acordaba
de Ozzy o comentaban que era
imposible volver a reunir a Sabbath
con él. Falleció Dio el 16.05.2010 y
el 11.11.2011 se anunciaba la reunión de la formación original con Ozzy. Huelga todo comentario.
Heaven & Hell (Black Sabbath con Dio).
Black Sabbath. Reunión 2011.
La sorpresa llegaba cuando, durante los primeros meses de 2012, se
hacía público que Bill Ward no
llegaba a un acuerdo con los otros Black
Sabbath para formar parte de la reunión. Parece ser que a Ward le ofrecieron un contrato
económico menor que a los otros tres miembros, además ha trascendido que no se
fiaban del estado físico de Bill
para afrontar la grabación y la gira mundial que tenía previsto realizar el
grupo. Cuando hablamos de los mánagers conviene aclarar que nos referimos a Sharon Osbourne, la dura esposa de Ozzy que guía todos sus pasos y de la
que incluso hasta el mismísimo Lemmy
Kilmister comentó en una ocasión que tiene más pelotas que cualquiera y que
con ella no se bromea…y Lemmy
tampoco bromea.
Sharon Osbourne.
Hubo un duro toma y daca entre Sharon
Osbourne y Bill Ward hasta que
el batería publicó un comunicado en el que reconocía que estaba fuera de la
reunión debido a las injustas condiciones que la esposa de nuestro lanzador de
cubos de agua favorito le imponía. A todo esto Iommi y Butler
calladitos, no sea que se les jodiera la reunión. Desgraciadamente Tony Iommi bastante tenía con su lucha
contra el cáncer de linfoma que acababa de hacer público también a principios
de 2012 y que a día de hoy, afortunadamente, parece tener bajo control. Desde
aquí le deseamos todo lo mejor. Finalmente el disco de reunión, titulado “13”, se publicó en junio de 2013.
Tony Iommi.
Entre todas las tonterías que salieron de la boca de Ozzy para justificar la decisión de no
contar con Bill Ward, hay algunas
realmente cachondas. El propio Ward
se sorprende cuando se habla de la gira de dieciséis meses prevista para
promocionar el disco de reunión, nadie le comunicó nada de eso en su momento.
Finalmente la gira que se realizó tuvo cuatro tramos:
20 Abril – 12 Mayo de 2013: Australia y Japón. 9 conciertos.
25 Julio – 1 Septiembre de 2013: EEUU. 19 conciertos.
4 Octubre – 26 Octubre de 2013: Latinoamérica. 9 conciertos.
1 Junio – 27 Junio de 2014: Europa.9 conciertos.
En total fueron cuarenta y seis conciertos y algo más de tres meses y
medio de gira, repartidos en un año y dos meses. Tras cada show estaba
programado al menos un día de descanso y, a veces, más de dos o tres. Habrá que
preguntarle a Sharon qué tipo de
cuentas efectuó para que le salieran dieciséis meses de gira.
Ozzy y Bill Ward.
Es cierto que la enfermedad del guitarrista Tony Iommi trastocó las actuaciones y la planificación de la gira,
pero también es verdad que Ozzy Osbourne
lleva haciendo estas “pseudo giras mundiales” con pocas actuaciones y
conciertos de poco más de una hora de duración desde hace treinta años. El
estado de forma de Ozzy lleva
bastantes años siendo precario, y de su voz mejor ni hablamos porque se lleva
arrastrando por los escenarios ofreciendo interpretaciones vocales sonrojantes
desde hace años. Por este motivo sus declaraciones vetando a Bill Ward por estar gordo o por no
encontrarse en forma rayan el cinismo. Pero bueno, qué podemos esperar de un
señor que, según reveló hace tiempo su hija Kelly Osbourne, cuando fue a hablar con su profesora se quedó
dormido y empezó a tirarse pedos durante la entrevista debido a su peculiar
estado de salud. Desde ese momento el entrañable Madman tiene vetado su
acceso a dicho centro de estudios. Eso sí que es “School’s out” y no lo de Alice
Cooper. Impagable momento. De hecho el anecdotario de payasadas que ha
llevado en público nuestro hombre daría para un libro, supongo que habrá que
dedicarle una entrada por aquí en el futuro.
Ozzy en su salsa.
Pero es que si nos detenemos a pensar durante unos segundos, el motivo
que impedía a Bill Ward ser tratado
como un igual por sus compañeros de grupo no parecía ser válido para los
problemas de salud de Tony Iommi.
Parece ser que a Iommi sí se le
podía esperar pero a Ward no. Es que
no hay por dónde cogerlo.
Incluso en un puro ejercicio de hipocresía el propio Ozzy le dice a Ward que deje de ir de víctima y que no mienta al público…y lo dice
un señor que no ha presentado ni una sola prueba de todas las acusaciones que
realiza sobre Bill Ward y que en
muchas de sus declaraciones a la prensa no sabes si tomártelo en serio o como la
caricatura de pantomima con la que solía ridiculizarse sin el más mínimo rubor para
entretener al público norteamericano en aquel despropósito televisivo en forma
de reality chapucero que respondía al nombre de “The Osbournes”; como daba dinero, sin problemas. Imagino que el
hecho de lanzar esta serie de comunicados puede buscar además una triste
publicidad para sus próximos proyectos artísticos. Desgraciadamente, a veces,
todo vale.
Ozzy en acción. Ozzy con Justin Bieber. Ozzy y Sharon.
En fin, un desafortunado episodio más destinado a ensombrecer ese
fantástico legado musical que supone la discografía de Black Sabbath. Quedémonos escuchando esa joya que produjo y
ensambló Rick Rubin bajo el nombre
de “13” e intentemos olvidar estas
esperpénticas trifulcas más propias de los tristes personajillos de nuestra
telebasura hispana.