Encuentros HUSH.
Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
Clube de Adictos a Deep Purple
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Púrpura Chess
This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.
Que Uriah Heep es uno de los mejores y más originales grupos
que ha dado nuestro bendito Rock n’ Roll es algo que no duda cualquiera
que esté familiarizado con nuestra música favorita. El combo formado por el
guitarrista Mick Box, único miembro fundador que ha estado presente en todas
las formaciones del grupo, que acabó comandado por el irrepetible e innato
talento compositivo e interpretativo de Ken Hensley se ha ganado a pulso
dejar para siempre su nombre con letras de oro en la Historia de la Música;
poco importa que lleven años sin estar en el candelabro, ya sabemos que para
estas consideraciones el éxito o las ventas pesan mucho menos que el talento y
de esto último iba sobrado el grupo de nombre impronunciable.
Aprovechando que hoy se cumple el segundo aniversario de la triste
desaparición del entreñable Lee Kerslake, queremos recordar a todos los
miembros del grupo que ya se fueron y que en algún momento de sus vidas fueron
de la partida de esta maravillosa familia que puso color en la vida de millones
de nosotros y nos la hizo un poco más bonita. Y no se me ocurre mejor manera
que recordando la emblemática canción que salió de la intuición y del intelecto
superior de Ken Hensley. “Sunrise”, en su imprescindible versión
del mítico directo del grupo titulado “Uriah Heep Live” y que se publicó
en el lejano 1973, fue la primera canción que escuché de ellos. De inmediato
sentí la imperiosa necesidad de ir a la tienda de discos y hacerme con su discografía
al completo. Cosas que solo pasan con los mejores. No se me ocurre mejor manera
de dejar que Uriah Heep entre en tu vida para no abandonarte jamás. Alzo
mi copa por ellos.
Gary Thain: 8.12.1975.
Bajista. Falleció por un fallo respiratio debido a una sobredosis de
heroína, tenía 27 años.
David Byron: 28.2.1985.
Vocalista. Falleció en su casa por una enfermedd de hígado derivada de
sus excesos con el alcohol. Tenía 38 años.
Trevor Bolder: 21.5.2013.
Bajista. Falleció por cáncer de páncreas, unos meses después de
haberse sometido a una operación del mismo. Tenía 62 años.
John Wetton: 31.1.2017.
Cantante y bajista. Falleció en el hospital por complicaciones de
cáncer de colon. Arrastró problemas con el alcohol durante bastantes años.
Tenía 67 años.
Lee Kerslake: 19.9.2020.
Batería. Falleció por cáncer de próstata. Los médicos le dieron ocho
meses de vida y estuvo entre nosotros cuatro años más antes de partir. Tenía 73
años.
Ken Hensley: 4.11.2020.
Compositor, arreglista, teclista, guitarrista, cantante… en fin,
multiinstrumentista. Falleció tras una corta enfermedad sobre la que no se han
hecho públicos más detalles. Tenía 75 años.
John Lawton: 29.6.2021.
Cantante. No se han hecho públicas las causas de su muerte, parece ser
que falleció de manera súbita. Tenía 74 años.
Hace ya algo más de un par de meses que tristemente nos dejó
el vocalista John Lawton, más en concreto el pasado 29 de Junio
fallecióde manera inesperada a la edad
de setenta y cuatro años; joven, muy joven. Pasó a unirse a los que también
fueron sus compañeros en este entrañable, genuino y excepcional grupo conocido
como Uriah Heep. Si nos situamos en la formación a la que hacemos
referencia en este artículo, observamos con tristeza y dolor que también nos han dejado el bajista Trevor Bolder el 21 de Mayo de 2013 a los 62 años, el
batería Lee Kerslake el 19 de Septiembre de 2020 a los 73 años y el
teclista/guitarra/cantante/compositor/genio Ken Hensley el 4 de Noviembre
del pasado 2020 a sus 75. Todos músicos irrepetibles y que nos han llenado de
ilusión y placer a los millones de seguidores que tienen repartidos por este
mundo loco. Actualmente tan solo el guitarrista Mick Box continúa entre
nosotros y al frente del mítico grupo.
"Fallen Angel". Portada desplegable abierta.
Esta formación nos regaló a mediados de los setenta una
trilogía de discos de esas difícilmente superables. Tanto “Firefly” como
“Innocent Victim” y por último “Fallen Angel” siguieron
manteniendo el elevado listón creativo que siempre caracterizó a los Uriah.
Rescatamos hoy de manera totalmente gratuita y como sentido homenaje a todos
los que faltan este exuberante “I’m alive”. Este pedazo de canción
apareció en el álbum “Fallen Angel”, último de la trilogía de este line
up. Imposible olvidar la fotografía del interior del libreto en la que aparecía todo el grupo sentado en un sofá frente a una niña pequeña que les miraba de espaldas a la cámara, te hechizaba en cuanto la veías. Resulta curioso que en su día la crítica se les echó encima -bueno;
siempre se les ha echado encima a lo largo de su dilatada historia y ahí siguen, demostrando que su camino es el correcto- aduciendo
que el disco era demasiado comercial y que se habían alejado de sus raíces
progresivas. Una soberana gilipollez, otra de tantas que los sufridos
seguidores debíamos leer de cualquier chupatintas estreñido de turno de
esos que iban de gurús musicales y que no eran más que esbirros
acomplejados al servicio de La Voz de su Amo.
Esta canción es todo un canto a la superación y a las ganas
de vivir. Es una composición de John Lawton, por lo que también nos
sirve para recordar y reconocer una vez más su talento, ahora que todavía
siguen frescas las heridas por su pérdida. Ken Hensley, Lee Kerslake, Trevor
Bolder y John Lawton, Dios les bendiga y descansen en paz.
Seguimos con la familia Sabbath. Lee Kerslake, conocido
batería de grupos como Uriah Heep, Ozzy
Osbourne o Living Loud entre
otros, acaba de recibir sendos discos de platino que conmemoran su
participación en las grabaciones y composición de los primeros discos de Ozzy en solitario: hablamos de “Blizzard
Of Ozz” y “Diary Of A Madman”,
un par de obras maestras de la música que deberían estar en las estanterías de
cualquier apasionado del Hard Rock.
El propio Ozzy Osbourne se los ha
enviado hace un par de días.
Conviene recordar que Kerslake
está aquejado de un peligroso cáncer en estado terminal y que los médicos le
han diagnosticado apenas unos cuantos meses de vida. El entrañable músico, al
igual que otros artistas como es el caso de José Antonio Manzano en nuestro país, decidió hacer pública su
batalla contra la temible enfermedad compartiendo con sus seguidores algunos de
los datos de su estado de salud y recibiendo todo el apoyo de los mismos a
través de las redes sociales; imagino que al final algo bueno deben de tener
las nuevas tecnologías, permitiendo llevar no solo la mierda, el odio y las
miserias humanas a través de la conexión de internet, sino también mensajes
positivos y de esperanza. Desde aquí le deseamos todo lo mejor al entrañable Lee, que disfrute de su tiempo y que
los médicos se equivoquen en sus estimaciones; no sería el primer caso que
estira sus tiempos en este mundo que conocemos.
Esto de la creación y grabación de los primeros dos discos de Ozzy Osbourne lleva trayendo cola desde
hace unos cuantos años, por lo que resulta interesante ponerse en situación.
Cuando los Black Sabbath echaron a Osbourne, imagino que hartos de lidiar
con los demonios del vocalista, Sharon
Arden –actual mujer de Ozzy, más
conocida como Sharon Osbourne– cogió
a Ozzy bajo su regazo y se puso
manos a la obra para montarle una carrera en solitario al díscolo vocalista de
la banda oscura por excelencia. Como curiosidad se puede decir que Sharon era hija del famoso
representante Don Arden, que para
más inri era el mánager de Sabbath
durante aquellos años; cuentan las malas lenguas que el padre no se tomó nada
bien la decisión de su hija de acercarse a Osbourne,
causando que padre e hija dejasen de hablarse. En cualquier caso formaron un grupo en torno al
genial y tristemente malogrado guitarrista Randy
Rhoads, un gran músico al que su prematura muerte convirtió en leyenda.
Para el tándem Rhoads/Ozzy se
reclutó la base rítmica compuesta por Bob
Daisley al bajo y Lee Kerslake a
la batería, grandes músicos de contrastada calidad y con habilidades
compositivas. Randy venía de tocar
con Quiet Riot, un grupo que en los
años setenta funcionaba en el circuito americano de clubes a un nivel similar
al de Van Halen y que llegó a
publicar dos discos de estudio con el rubio guitarrista que antes de la era
internet eran objeto preciado de coleccionismo, pero que tras la oferta de Ozzy se fracturó y se dislovió. Daisley y Kerslake
habían estado prestando sus servicios en Rainbow
y Uriah Heep respectivamente,
por lo que estaba claro que sabían de qué iba esto de tocar Rock. Bob Daisley fue contratado en primera instancia y Kerslake se unió al equipo tras haber
probado eventualmente con un par de baterías antes. De este modo Ozzy se rodeaba de un equipo de
categoría especial y exponencialmente creativo; no olvidemos que las
habilidades compositivas de Osbourne
aún están por descubrir, en el improbable caso de que las posea, puesto que
hasta en Black Sabbath era Geezer Butler el que se ocupaba de
componer la mayoría de letras y líneas vocales. Con todo la banda en solitario
de Ozzy empezó a rodar y sacaron al
mercado un pedazo de disco titulado “Blizzard
Of Ozz” que a día de hoy es un clásico indiscutible del Rock duro… un disco compuesto por Rhoads-Daisley, con la colaboración de Kerslake en un tema, puesto que se
incorporó al equipo a última hora, y en el que se incluía a Ozzy en los créditos por contrato; algo
normal: era su grupo. El siguiente “Diary
Of A Madman” ya iba compuesto por el equipo Rhoads-Daisley-Kerslake.
Ozzy Osbourne: Bob Daisley, Lee Kerslake, Ozzy y Randy Rhoads.
Poco después de grabar el segundo disco decidieron prescindir de los servicios
de Kerslake y Daisley. Hasta ahí, nada que objetar. Es tu negocio, contratas a
tus empleados y si estimas oportuno, respetando la legalidad de los contratos,
prescindes de los mismos. Lo que dice mucho y nada bueno del asunto es que
además decidieron borrar a Daisley y Kerslake de los créditos de dicho
disco, sustituyéndolos por Rudy Sarzo
y Tommy Aldridge; otros dos músicos
como una catedral, pero que no tocan en el disco. El propio Aldridge comentó en su día al respecto
que cualquiera que escuchase esas baterías del disco se daría cuenta que no las
había tocado él. En cuanto a las composiciones, imagino que ese asunto es más
complejo, puesto que cuando compones algo lo registras y eso ya no se mueve tan
fácilmente; de hecho muchos nos sorprenderíamos si pudiésemos ver cómo se
registran esas autorías, ya que no es solo la referencia que aparece en el
disco en cuanto a la composición general de la canción. Muchas veces se pueden
llegar a registrar hasta fragmentos, una línea vocal en particular o un riff bajo la credencial de diferentes
autores, aunque en el libreto del disco la autoría de la canción aparezca bajo
un solo nombre. A este respecto enseguida te viene a la cabeza el episodio del
teclista David Rosenthal cuando
colaboró en la composición de una de las canciones del disco “Bent Out Of Shape” de Rainbow, pero ese es otro tema.
Daisley & Kerslake.
Desconozco los entresijos de las desavenencias entre el campamento Osbourne y Kerslake/Daisley, habría que escuchar todas las versiones, pero la
realidad es que se borraron del disco todas las referencias posibles de estos
dos músicos. Y, si esto ya es bastante feo de por sí, las cosas no fueron a
mejor con el paso de los años. En 2002 la entrañable pareja Sharon/Ozzy realizaron un nuevo gesto
todavía más feo que lo antes comentado, si es que es posible hacerlo peor. No
conviene olvidar que Sharon es una
persona de armas tomar y lo ha demostrado en innumerables ocasiones, no en vano
Lemmy Kilmister –un tipo al que
tampoco se le tosía así como así– llegó a comentar que lo más inteligente era
no meterse con la mujer de Ozzy
porque tenía las pelotas muy bien puestas. El caso es que para una de las reediciones
de esos dos primeros discos de Ozzy
Osbourne la siempre amigable Sharon
decidió borrar las pistas de audio de la base rítmica y sustituirlas por nuevas
grabaciones que corrieron a cargo de Robert
Trujillo y Mike Bordin; en fin,
¿quién sino Sharon para darle una
nueva vuelta de tuerca a lo que ya parecía imposible de superar? Un gesto tan
rastrero como deleznable que dice mucho más de este personaje que todas las
letras que uno decida juntar sobre una hoja en blanco. Parece ser que todo
viene por las demandas que interpusieron Kerslake
y Daisley ante Ozzy por impago de royalties. En su día fue un asunto muy comentado y criticado en la
prensa musical mundial; normal. Todo esto para que Bob Daisley y Lee Kerslake
no recibieran los merecidos beneficios de unos discos… que ellos mismos
habían ayudado a componer y a grabar. Demencial. En un mundo justo el autor de
una obra de arte debería ser el principal beneficiario de lo producido por lo
que él mismo ha creado, pero parece ser que las coordenadas cerebrales de Sharon Osbourne se estructuran de
manera distinta. Imposible la defensa de algo que aparece y va firmado por el
sello de Ozzy Osbourne, por lo que
no conviene olvidar que nuestro adorable Prince Of Darkness no deja de ser el
último responsable. A cada cual lo suyo.
Sharon & Ozzy.
Tras años y años de batallas legales que no favorecieron a Kerslake/Daisley, es de suponer que una
persona tan fría y calculadora como demuestra ser Sharon Osbourne ató y consideró todos los aspectos legales de su
jugarreta, nuestros protagonistas no tuvieron más remedio que aceptar la
injusticia de la situación. Gracias a esto pusieron en marcha el estupendo
proyecto llamado Living Loud,
acompañados por Jimmy Barnes, Steve
Morse y Jon Lord, para revisar y
volver a regrabar algunos de los
clásicos que aparecieron en esos discos de Ozzy
y que ellos mismos compusieron. Nos legaron un disco de estudio y un directo
que son oro en paño.
La vida siguió y ambos músicos siguieron trabajando en lo que mejor
saben hacer. Un día triste saltaba la noticia en los medios sobre los serios
problemas de salud de Lee Kerslake,
dejaba a Uriah Heep y bajaba el
pistón en lo que a actuar se refiere. Recuerdo que la última vez que me crucé
en el camino del entrañable Kerslake fue
en la convención de fans de Uriah Heep
que se celebró en Granada hace unos años y de la que ya hablé en su momento en
este mismo foro. Un fin de semana mágico en el que Kerslake nos reconfortó con su habilidad musical, su simpatía y su
terrible sentido del humor. Este pedazo de músico, gran batería y cantante excepcional -metía los agudos en Uriah Heep cuando se marchó David Byron-, ha participado en un buen número de los discos de cabecera de muchos de nosotros. Hace poco declaró que nada le haría más ilusión que
tener en su salón los discos de platino que representan el éxito en ventas de los
trabajos que compuso y grabó en el grupo de Ozzy Osbourne, que sería un bonito gesto por parte del campamento Osbourne mientras todavía esté con vida
en nuestro mismo plano. No sé cómo de ennegrecidos estarán los corazones de Sharon/Ozzy, ni es asunto mío, pero con
esta donación al menos uno siente que la injusticia de esta historia pesa un
poquito menos. Nuestras oraciones y un brindis por Lee Kerslake en estos momentos difíciles.
Lee Kerslake orgulloso con lo que le pertenece por méritos propios.
Este mes de Septiembre se cumplen diez años de la celebración de la
primera Heepvention en territorio español, la granadina localidad de Huétor-Tájar
acogió durante un fin de semana de Septiembre del año 2008 la convención de
fans y seguidores de Uriah Heep. Este asunto de las convenciones y los
encuentros de seguidores de grupos musicales no es una cuestión baladí, si se
dan las circunstancias adecuadas te puedes encontrar en lo más parecido al
cielo al asistir a un encuentro temático de estas características sobre tu
grupo favorito. En estos días en los que la inmortal banda del guitarrista Mick
Box publica su nuevo disco, que atiende al sugerente título de “Living
The Dream” y que suena como un cañón desde su inicio con el primer tema “Grazed
by heaven”, resulta entretenido recordar esta primera convención de heepsters
-sí, nada que ver con la moda de estos tipos que se dejan barba y todo eso- que
se celebró en tierras andaluzas. Me resulta curioso que, pese a que Uriah Heep
es uno de esos grupos absolutamente especiales y uno de mis favoritos de
siempre, apenas haya escrito nada sobre ellos en este foro; asunto que vamos a
solucionar de inmediato.
La iniciativa de esta convención corrió a cargo del vocalista John
Lawton, músico que formó parte de Uriah Heep y que puso su
excepcional voz a los clásicos “Firefly”, “Innocent Victim” y “Fallen
Angel”; menuda trilogía, pocos músicos pueden presumir de tener en su haber
una triada de discos de esta categoría publicados de manera consecutiva. Lawton abandonó
la nave Heep, aunque participó en la mágica reunión del grupo con
algunos de sus antiguos componentes en aquel concierto que tuvo lugar en la
mítica sala Shepherd’s Bush Empire de Londres a finales del 2001 y que
se presentó como el “Magician’s Birthday Party”. Volver a ver juntos sobre un
mismo escenario a la formación del grupo compuesta en ese momento por Mick
Box a la guitarra, Lee Kerslake a la batería, Trevor Bolder (R.I.P.)
al bajo, Phil Lanzon al teclado y Bernie Shaw a la voz,
acompañados para ese exclusivo concierto por John Lawton, Thijs Van Leer y
Ken Hensley -teclista, guitarrista, cantante y principal compositor de las
canciones más emblemáticas del grupo que no había vuelto a tocar con su grupo
desde que los dejó en el año 1981- supuso uno de los momentos más mágicos e
intensos de mi vida, tanto a nivel musical como vital.
Uriah Heep Londres 2001: Mick Box, Bernie Shaw, Lee Kerslake, Phil Lanzon, Trevor Bolder y Ken Hensley.
Esto de las convenciones, reuniones y conciertos de caridad -no
confundir con el significado estricto del término- es algo muy habitual en
Reino Unido y nuestro querido John Lawton decidió organizar un encuentro
de estas características para fans del grupo. Realizó unas cuantas llamadas y
pudo contar para un fin de semana de finales de Septiembre con la presencia
como invitados de algunos ex miembros de Uriah Heep: el batería Lee
Kerslake, el bajista Paul Newton y el teclista/guitarra/cantante Ken
Hensley. Hace años que Lawton reside en la costa Mediterránea
española, al igual que Hensley, y supongo que no debió ser demasiado
difícil llegar a acuerdos y cuadrar agendas.El resultado es a todas luces espectacular: nos encontramos con la
inédita reunión de cuatro ex componentes de Uriah Heep que, ayudados por
el guitarrista Jan Dumée, interpretarían un show único y exclusivo con
el repertorio del grupo. Para cualquier lector que no esté familiarizado con el
universo Heep esto puede resultar un asunto trivial, pero para los
seguidores de esta particular familia -casi, casi tan importante y enjundiosa
como la saga Purple- la decisión de que Hensley/Lawton/Kerslake/Newton
se suban juntos a un escenario para interpretar en directo material
discográfico de su grupo madre es algo que solo pasa una vez en la vida. Y
encima en España.
Heepvention Huétor-Tájar 08.
Así pues nos liamos la manta a la cabeza, nos montamos en el coche y
pusimos rumbo a Huétor-Tájar aquel final de verano 08 con la idea fija en la
cabeza de ver en acción a estos cinco músicos. Una vez más lo que vimos allí
fue descolocante, resulta que en un pequeño pueblo de la Andalucía profunda habían
decidido reunirse un puñado de músicos acostumbrados a pisar los más
importantes escenarios mundiales. Así mismo, hasta allí se habían desplazado
seguidores del grupo desde todos los rincones del mundo, aportando un colorido
a todas luces diferente de lo que los lugareños tenían acostumbrado a ver.
Llegabas al pueblo, te acercabas a la puerta del garito de la convención y en
el momento en el que ponías tus pies dentro del edificio era como si
atravesases la puerta de otra galaxia. De repente nadie hablaba español, te
encontrabas referencias discográficas y fotográficas al universo Heep,
alternabas con fans venidos de cualquier parte del globo terráqueo o departías
con el propio John Lawton mientras te tomabas una cerveza con una tapa
que inmediatamente te volvía a recordar que estabas en suelo hispano; me
resultó muy gracioso que en la publicidad del evento -en inglés, por supuesto-
se especificara que con cada consumición te obsequiaban con un “snack”, que
sería algo así como la traducción a lo cutre del concepto de “tapa”, algo
característico de nuestro país y de las poquísimas cosas en las que le llevamos
ventaja al resto del mundo. Recuerdo quela convención se extendía a lo largo de todo el fin de semana, aunque
nosotros solo habíamos comprado la entrada del día del concierto; el caso es
que nos acercamos el primer día a la puerta del recinto, con la mera intención
de saber dónde se ubicaba para el día siguiente, y acabamos dentro de las
instalaciones charlando con un Lawton y su mujer que parecían encontrarse
en su salsa dentro de su papel de organizadores.
John Lawton.
El día siguiente era el importante: el de la actuación en directo.
Resultaba curioso que durante las horas previas te pudieras dar un paseo por
las instalaciones y encontrarte con Lee Kerslake, John Lawton o el
propio Ken Hensley charlando amablemente con la gente de su entorno y
los fans allí congregados. En el caso de Hensley se encontraba con su
gente de confianza en un rinconcito de la planta alta del edificio. Pese a ser
muy mitómano en algunos aspectos del asunto musical, nunca he sido de agobiar a
los músicos, de pedirles autógrafos ni de solicitarles fotografías conmigo; al
artista le pido que me haga feliz compartiendo con nosotros su creación y todo
lo demás me resulta superfluo y casi innecesario. Pero lo que está claro es que
si había un momento y lugar para hacer ese tipo de cuestiones tan de fans, era
ese. Recuerdo que aproveché para charlar con la pareja del propio Hensley,
española y también mánager del artista, comentándole que pertenecíamos al Club
Oficial Español de Deep Purple y que estaríamos interesados en una
entrevista con Ken. Por aquel entonces todavía no me había lanzado al
fascinante ruedo de entrevistar a artistas y mis procedimientos fueron tan torpes
como patéticos, aunque siempre con el respeto hacia la persona y al músico como
bandera. Su encantadora mujer imagino que no nos acabó de tomar en serio y nos
dijo aquello de que ya se pondría en contacto con nosotros, lo que en este
argot viene a ser lo mismo que decir que no están interesados; si es que ni
siquiera llevaba el carnet de socio, una revista o cualquier otra referencia
que atestiguase mi afirmación. De cualquier modo este fue el germen de lo que
poco más tarde se acabaría convirtiendo en otra de mis pasiones: hacer
entrevistas.
Lawton & Kerslake charlando con el personal.
Hace ya diez años de este evento y mi memoria flaquea a la hora de
recordar el orden cronológico de las distintas fases o momentos de esta
convención. Me resultó muy curiosa una especie de subasta que se encargó de
llevar a cabo el propio Lawton, encantado de su papel de anfitrión
encargado de subastar los diversos objetos que allí hacían su aparición. Te
podías encontrar desde pequeños fetiches relacionados con las grabaciones de
esa trilogía mágica de discos de los Heep con su voz hasta artilugios
que poco a nada tenían que ver con el universo de Uriah Heep, pero que
pertenecían a la colección personal de John Lawton. Reconozco que lo que
más me sorprendió fue que… la gente pujase por ellos. Imagino que todo tiene su
propia lógica. Si cruzas medio mundo para acercarte hasta el dichoso
Huétor-Tájar en búsqueda de una reunión de die hard fans de Uriah
Heep, lo mínimo que vas a hacer es comprar algún tipo de souvenir
que te sirva como recordatorio del momento, aunque sea una lámpara de la mesita
de noche de Lawton.
Finalmente llegó el momento que la mayoría de asistentes esperábamos:
el concierto en directo de reunión. Sobre un sobrio escenario aparecieron Paul
Newton, Lee Kerslake, John Lawton y Ken Hensley; o sea, cuatro
partes sobre cinco de la formación total de Uriah Heep -aunque, como
comentamos antes, esta era la primera vez que los cuatro coincidían tocando un
repertorio Heep-. Les acompañaba para la ocasión el guitarrista Jan
Dumée, un músico que ha tocado con Thijs Van Leer en algunos discos
de los recomendables Focus y con el propio Lawton en un proyecto
llamado On The Rocks. El show comenzó con “The hanging tree” y
aquello fue, no sé cómo explicarlo, inexplicable. Poder contemplar en el año
2008 un show de esos músicos comenzando con la canción que abre el maravilloso
disco “Firefly” hacía que te transportases súbitamente a un plano astral
distinto. Después sonó “Stealin”, un clásico de Uriah que nunca
me dijo demasiado. El grupo sonaba empastado y el sonido era más que correcto.
En especial me gustó poder escuchar a Lee Kerslake, que poco tiempo
antes había tenido que dejar al grupo por sus problemas de salud; fue un placer
volver a verle sentado tras sus tambores. La siguiente en sonar fue “Sympathy”
y aquello se vino abajo. Este tema es una de las canciones que más me han
llegado desde siempre cuando hablamos de este grupo y el torrente de emociones
que provocó su interpretación en vivo con un John Lawton comandando a lo
grande es algo que no se presencia todos los días. La voz de Lawton rayó
a gran nivel en todo momento, pero es que aquí echó el resto. Caviar del bueno.
Tras “The wizard” le tocó el turno a la preciosa y delicada “Come
back to me”, todo un regalo para nuestros rendidos oídos.
Uriah Heep: "Sympathy".
El show estaba siendo espectacular, nada que ver con los repertorios
típicos -aunque también excelentes, ojo- que puedan ofrecer los propios Uriah
Heep y esto era algo que el público agradecía sobremanera. El asunto
continuó con “Free me”, también de la época de Lawton en el
grupo. Después interpretaron “Paying my dues to the Blues”, una canción
en solitario de John Lawton y que no desmereció en absoluto con lo que
todos los asistentes estábamos escuchando. Este tema aparece en el disco en
solitario de Lawton titulado “Still Payin’ My Dyes...” y es del
todo recomendable.
Lee Kerslake y John Lawton.
Tras unos momentos de silencio Ken Hensley hace que suenen unas
notas de su teclado y todo el público irrumpe con un aplauso: se trata del
inicio de “July morning”, supongo que lo más conocido y famoso de Uriah
Heep junto a “Easy livin” y “Lady in black”. Estamos ante una
de las creaciones más intensas de Hensley, otra muestra más que
comprehende todas las explicaciones que le colocan en la categoría de genio. El
“Child in time” particular de Uriah Heep, como muchos dijeron en
su día. Una canción llena de contrastes, plena de belleza, de quietud, de
sensualidad y a la vez portadora de la tormenta, de la furia contenida.
Imposible que no venga a la cabeza el tristemente malogrado David Byron,
vocalista original e irrepetible de esos primeros y clásicos Uriah Heep,
cada vez que suena esta canción. Para esta versión Kerslake se volvió a
hacer cargo de los agudos del final del tema, como lo hacía en la época que
coincidió en los Heep con el propio Lawton. A partir de ahí a
piñón fijo con “Gypsy” y “Easy livin” para llegar al gran final
tocando el clásico “Lady in black”. Setenta y cinco minutos irrepetibles
de una formación inédita de Uriah Heep. Un único día y un único
concierto.
Paul Newton y Ken Hensley.
Tras acabar la actuación allí nos congregamos unos cuantos de nosotros
frente a un chaval que estaba en la mesa de sonido. Todos, cada uno en nuestra
lengua de origen, nos apresuramos a solicitar al improvisado jefe de la mesa de
mezclas una copia de lo que acababa de suceder en ese lugar. Nuestro
improvisado amigo lo debía estar flipando, mientras nosotros le ofrecíamos
direcciones de email, teléfonos y demás formas de contacto de manera
compulsiva. Llegó un momento en el que el ínclito nos dijo amablemente que en
cuanto tuviera una copia del máster nos la enviaría; igual que la mujer de Ken
Hensley. Todavía no habíamos llegado al punto de disparate con los
dispositivos móviles de hoy en día y el personal no disponía de los útiles
necesarios para registrar la actuación y guardarla para la posteridad. Fue en
ese mismo instante cuando resolví que necesitaba una buena grabadora de audio
casi como el respirar.
Tengo guardado en un rinconcito de mi memoria este
entrañable finde tan atípico como especial. Recuerdo que charlé de
manera amena con un seguidor de Uriah Heep que venía desde Finlandia,
mayor que yo y con bastantes experiencia musicales que contar, y del que,
debido a mi incapacidad y hastío para mantener relaciones humanas
exclusivamente por escrito, no volví a saber nada. Lo que no se paga con dinero
es la posibilidad de vivir la experiencia de sumergirte durante un fin de
semana en un enfermizo mundo paralelo rodeado de seres diferentes y unidos por
la desquiciada pasión hacia una familia musical, acompañados por algunos de sus
propios músicos.
Fotografías de Esa Ahola y Conny Dittrich donde se indica.