Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

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martes, 11 de enero de 2022

Phenomena con Ray Gillen: “Stop”. 1987.

Un frío uno de Diciembre de 1993 fallecía el excepcional vocalista Ray Gillen debido a complicaciones derivadas del virus VIH. Apenas tenía treina y cuatro años. Muy joven. Demasiado. En aquellos primeros noventa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida –también conocido como SIDA- causó estragos en el mundo entero. Era una enfermedad relativamente reciente por aquel entonces y casi todo el que la pillaba sabía que acababa de firmar su sentencia de muerte. Parece ser que conoció el contagio unos tres años antes de su muerte. Perdimos a uno de esos vocalistas tocados con el dedo divino, alguien con una voz y unas capacidades para el asunto de cantar de esos de uno entre un millón.

En 1987 participó en el segundo disco de Phenomena. Esto era un proyecto que salió de la cabeza de Tom Galley, hermano de Mel Galley -conocido guitarrista que tocó con Whitesnake y Trapeze entre otros grupos- y que también falleció tristemente en el año 2008. Tom contó con la ayuda de su hermano Mel para idear, componer, grabar, producir y publicar el primer disco de este proyecto, titulado simplemente “Phenomena”, en el año 1985. Nuestro inquieto compositor, productor, arreglista, escritor y músico parió un discazo de esos que no necesitan carta de presentación. Lo que comenzó siendo un simple Lp se acabó convirtiendo en un proyecto que nos ha regalado seis discos. Poseedor de unas señas de identidad claras y personalizadas, ha superado el test del paso del tiempo con matrícula. Su personal mezcla de Hard Rock intenso con toques melódicos, siniestros y comerciales hizo que practicamente toda la industria de la época se rindiese a sus pies. Y con merecida razón.

El recorrido y la historia de Phenomena es tan apasionante y descolocante como sus dos primeros discos. Concebida como una especie de obra conceptual sobre una historia de Ciencia Ficción, ha pasado por un tortuoso camino íntimamente ligado al de su creador Tom Galley. Han colaborado un abultado elenco de artistas de esos de primera categoría como Glenn Hughes, Cozy Powell, Neil Murray, John Wetton, Brian May, Tony Martin, Tommy Denander, Ralf Scheepers, Robin Beck, Steve Overland o Terry Brock, por citar unos cuantos; así, de golpe. El propio Galley tuvo que vender los derechos en su día por problemas económicos, estuvieron a punto de llevarlo al directo con algunos de sus músicos más representativos, se programaron varias secuelas que al final no llegaron a ver la luz... lo último que se publicó fue la idea de grabar “Phenomena: Project 2020”, pero solo se colgó un sampler por internet; esto fue antes de la pandemia que nos lleva persiguiendo desde hace un par de años. En fin, una historia apasionante, llena de vaivenes, que seguro en otro momento abordaremos en profundidad.

Ray Gillen.                                               Tom Galley.

Ahora nos paramos a degustar este pequeño aperitivo en forma de canción. “Stop” constituía el inicio del segundo disco, titulado “Phenomena II. Dream Runner”. Es un pedazo de tema de esos que te pone firme en cuanto lo escuchas. Una canción agresiva y elegante, comandada por el pedazo de voz de Ray Gillen. Esta fue la primera vez que escuché a este tipo y me volvió loco por completo. Aquí no había sitio para las medias tintas ni para prelavados varios. En cuanto abre la boca, Gillen sale a matar. Y por Dios que lo consigue. Una voz personal, bonita, desgarradora, llena de matices y capaz de llegar a cualquier sitio. Me enamoré de esa voz de inmediato y me vi abocado a profundizar en su escasa discografía. Normal que Tony Iommi le llamase para suitituir a Glenn Hughes cuando la espantada de este al incio de la gira de presentación del disco de Black Sabbath titulado “Seventh Star” y que en realidad era un disco en solitario de Iommi al que la compañía le forzó a sacar bajo el apelativo de Sabbath –y que es una completa obra maestra; mil veces mejor que los discos con Ozzy, que también son buenos, por cierto-. Phenomena y Ray Gillen: la combinación perfecta.