Hoy
es un día perfecto para dedicarle unas cuantas líneas a ese irrepetible
cantante que ha puesto su voz al servicio de algunas de las canciones más
representativas de la música de los últimos cuarenta años y que responde al
nombre de Graham Bonnet. Nuestro
querido vocalista lleva un tiempo anunciando la publicación de su autobiografía
y parece que finalmente va a ver la luz en breve. A su vez está a punto de
publicar un nuevo disco en estudio con su actual grupo llamado “The Book”, un título que encaja
perfectamente con su esperado manuscrito personal. Pocas personas tienen más
cosas que contar que un Graham Bonnet
que ha tenido la suerte de codearse con músicos del panorama artístico tan
ilustres como Steve Vai, Michael
Schenker, Yngwie Malmsteen, Bee Gees, Cozy Powell, Don Airey, Roger Glover, Ray Fenwick,
Micky Moody, Jon Lord o Ritchie
Blackmore; casi na. La lista de
anécdotas y situaciones curiosas debe ser atómica. Y por si fuera poco en breve
volverá a visitar nuestro país para promocionar el lanzamiento de este nuevo
disco.
Graham Bonnet es un tipo con
una voz privilegiada, de esas de una entre un millón. Empezó su carrera a finales de los sesenta grabando diversos singles de clásicos y otras
canciones bajo el estilo propio que se llevaba en aquellos años; era la época
de los grupos vocales con melodías edulcoradas que triunfaban en las listas de
éxitos. El bueno de Graham incluso
consiguió colocar la canción “Only one
woman” en el número cinco de las listas inglesas en 1968 de la mano del
grupo The Marbles, un combo vocal que lideraba junto a su primo Trevor Gordon. Dicho tema fue compuesto
por los Bee Gees, con los que Graham siguió trabajando
posteriormente. Por aquel entonces la relación de Bonnet con el Rock duro
era nula. Todo esto cambió allá por 1978 cuando Ritchie Blackmore, que buscaba vocalista para sustituir a Ronnie Dio en su arcoíris, escuchó la
portentosa voz de Graham en uno de
los singles de The Marbles. Lo fichó
para el grupo, grabaron “Down To Earth”
y el resto es historia. Incluso nuestro querido Bonnet tuvo que escucharse los discos del grupo porque no había
escuchado nada de Rainbow antes.
The Marbles: Graham Bonnet y Trevor Gordon.
Rainbow: Ritchie Blackmore, Cozy Powell, Roger Glover, Graham Bonnet y Don Airey.
Aunque
Graham Bonnet había llevado el pelo
algo largo años atrás, su imagen con pelo corto y chaqueta americana no casaba
en absoluto con la estética tan agobiantemente marcada del Hard Rock y Heavy Metal
de esos años. Sin problemas. En cuanto Bonnet
abrió la boca para cantar se disiparon todas las dudas. El chorro de voz que Graham posee es algo muy poco común
dentro del variado universo de la especie de los cantantes. Bonnet, además de disfrutar de un
increíble torrente vocal, es capaz de cantar en unos tonos muy elevados sin
apenas forzar el falsete; simplemente su voz empieza ahí arriba. El resultado
es un rango vocal fuera de serie junto con una potencia que asemeja a un fuerte
chorro de agua que sale a borbotones del manantial. En su día se comentó que Ronnie James Dio constituía el lirismo
y la fuerza de Rainbow mientras que Graham Bonnet representaba la potencia
desbocada. El propio Blackmore,
cuando le preguntaron por qué habían fichado a alguien que no venía del mundo
del Hard Rock como Bonnet, se limitó a responder que el
motivo era que podía cantar en mi agudo.
El problema de tener este rango vocal tan inhumano es que si pones el listón
demasiado alto desde el principio siempre te van a exigir más que a nadie. De
cantantes como Bob Dylan o Robert Plant seguro que nadie se queja
especialmente en la actualidad por sus capacidades vocales, mientras que
tenemos que estar aguantando siempre comparaciones y comentarios –a veces
incluso despectivos- de vocalistas como Rob
Halford, Ian Gillan o David
Coverdale. Me gustaría que Plant o Dylan tuviesen que cantar cosas como “Assault attack”, “Hiroshima mon alour” o “Love’s no friend”, veríamos qué
pasaba. Pero esto es marginal.
Pocos
músicos pueden presumir de haber grabado una trilogía como la que atesora Bonnet. Nuestro querido Graham puso la voz en el disco “Down To Earth” de Rainbow, “Assault Attack” de
MSG y “No Parole From Rock n Roll” de Alcatrazz. Hablamos de tres de los
discos más importantes del Rock de
los últimos cuarenta años y esto no es una cuestión baladí.
Actualmente ya se han superado muchos estereotipos
rancios en cuanto a la imagen y la vestimenta de los músicos de Rock duro, pero hubo un tiempo pasado
en el que este asunto era considerado casi como una religión y salirse de los
cánones de las vestimentas heavys se podía considerar anatema.
En este sentido el look de Graham Bonnet
rompía completamente los moldes –como su voz-. Graham vestía camisas de botones con corbata y americana pero sobre
todo… llevaba el pelo corto; esto ya eran palabras mayores para los heavys
ochenteros, los auténticos y genuinos con sus pantalones ajustados, su chupa
vaquera llena de parches y sus melenas al viento. Aquellos añorados años. La
imagen de Bonnet tenía mucha
relación con la de otro icono cinematográfico: el tristemente malogrado James Dean. Lo cierto es que Graham se identificaba bastante con esa
imagen de espíritu libre y rebelde de Dean,
de hecho le compuso la canción “Will you
be home tonight”, del disco “Disturbing
The Peace” de Alcatrazz, en su
honor y memoria.
Graham Bonnet. James Dean.
La cantidad de anécdotas que sufrió el bueno de Bonnet a este respecto seguro que tiene
algún apartado en su esperada autobiografía. Comenta Blackmore que cuando le ficharon para Rainbow le comentaron que su público esperaba de ellos una imagen
determinada y que el pelo largo era uno de los principales referentes. Parce
ser que Graham rehusó dejarse crecer
el pelo y siempre buscaba cualquier excusa peregrina para acudir al peluquero.
Una vez, según cuenta el propio Ritchie,
su personal intentó que Bonnet no se
cortase el pelo, por lo que no le dejaban nunca solo. Ante esta situación
nuestro querido Graham, en cualquier
hotel en medio de la gira, se metió en un momento dado dentro del baño mientras
sus compañeros le esperaban fuera. Al ver que no salía uno de ellos decidió ir a
buscarle y su sorpresa fue mayúscula cuando comprobó que Bonnet se había escapado por la ventana para ir a cortarse el dichoso
pelo que tanto debía agobiarle. Y lo más cachondo del asunto es que Graham Bonnet llevaba el pelo largo en sus inicios. Qué haríamos sin las estrafalarias historias de
nuestro querido Ritchie Blackmore.
El
anecdotario de Graham Bonnet al
respecto de los grupos y músicos con los que ha compartido escenarios es bastante
amplio. Son muy conocidos los problemas que tuvo en el pasado con el consumo de
alcohol. Durante el primer concierto que hizo con el grupo de Michael Schenker en Sheffield parece
ser que salió a escena en condiciones difíciles. El propio Bonnet recuerda que había estado bebiendo durante todo el día y
tuvo una fuerte disputa con Michael
antes del show. Por otro lado tenía unos apuntes de las letras de los temas en
el escenario y desaparecieron tras la primera canción. Pero no fue ese el peor
problema, en un momento determinado de la actuación se rompió la bragueta de su
pantalón y el bueno de Graham –que comenta
que no suele llevar ropa interior- le enseñó a las sorprendidas primeras filas
del público de Sheffield una parte de su anatomía bastante íntima; difícil
superar esto en tu primer día de trabajo frente a tu jefe. Tras estos incidentes
tuvo otra fuerte discusión al finalizar el concierto con el propio Michael –otro angelito- y fue expulsado del grupo, volviendo
nuevamente a la banda Gary Barden para
el concierto del Festival de Reading
que tenían tan solo un par de días después.
MSG: Chris Glenn. Graham Bonnet, Michael Schenker y Ted McKenna.
Roger Glover solía bromear
con Blackmore comentando que Dios le
había dado un gran don a Graham Bonnet
–refiriéndose a su voz-, pero le había quitado todo lo demás. Muy cachondos
estos Rainbow. El propio Bonnet recuerda que las relaciones
personales dentro de Rainbow estaban
salpicadas de constantes bromas a cuál más pesada. Siempre se llevó
especialmente bien con Cozy Powell,
otro espíritu indómito como el suyo. Recuerda Bonnet que Cozy solía
correr mucho con los coches que conducía –desgraciadamente murió en un
accidente de tráfico al salirse de la mediana por exceso de velocidad en un
fatídico día de lluvia- y siempre que quería llegar pronto a un sitio sabía que
había que montarse en el coche del bueno de Cozy. De hecho uno de los motivos de su marcha de Rainbow fue que se desbandó esa
formación con la que estaba tan cómodo. El propio Ritchie, en uno de sus innumerables gestos angelicales, parece ser
que les fue diciendo a su entorno musical y de la industria discográfica que Graham Bonnet no era más que un
borracho y que no se podía trabajar con él. Imagino que Blackmore no fue capaz de asumir que se acababa de separar de un
cantante irremplazable.
Michael Schenker, Graham Bonnet y Cozy Powell.
Otras
anécdotas de las que ha hablado en estos años le han ocurrido con Yngwie Malmsteen. Recordemos que Malmsteen fue reclutado por Alcatrazz, el nuevo grupo que había
formado Bonnet tras su espantada de Michael Schenker, cuando Yngwie apenas era un tierno adolescente
que se había mudado a América a probar fortuna como guitarrista. Malmsteen duró un año escaso en la
banda, tiempo suficiente para grabar esa joya llamada “No Parole From Rock n Roll” y cimentar el propio legado de Alcatrazz. Lo cierto es que han pasado
un montón de años sin que vuelvan a colaborar juntos, imagino que será
complicado sobre todo por el tema de los egos con Malmsteen. Lo gracioso es que Bonnet
ha comentado en alguna ocasión que Yngwie
tiene el teléfono de Graham y le ha
llamado alguna vez a altas horas de la madrugada para preguntarle qué estaba
haciendo, a lo que nuestro querido Bonnet
le respondió que dormir. Grande Graham
Bonnet. Desde luego que va a resultar una lectura interesante todo lo que
decida contarnos Graham sobre su
dilatada carrera musical.
Alcatrazz: Yngwie Malmsteen, Jan Uvena, Jimmy Waldo, Graham Bonnet y Gary Shea.
El
recorrido musical de Graham Bonnet
ha sido de lo más variopinto durante todos estos largos años. Lo que está claro
es que siempre se ha rodeado de músicos, colaboradores y proyectos que han
asegurado un nivel de calidad muy elevado. Todavía recuerdo cuando se anunció
el super grupo Blackthorne –Bob Kulick, Graham Bonnet, Frankie Banali,
Chuck Wright y Jimmy Waldo- y
salió al mercado ese pedazo de trallazo titulado “Afterlife”, capaz de sacar a un muerto de su tumba. Ese proyecto
siempre me obsesionó: música con una base rítmica brutal, guitarras Hard Rock clásicas y poderosas, caña y
rabia por los cuatro costados mezcladas con acertadísimas melodías… y la voz desgarrada
de Graham Bonnet ofreciendo una
lección tras otra. No entiendo qué demonios pintaba por ahí un teclista –que hasta
salía en la foto promocional del grupo- porque no había ningún teclado en todo
el disco, si me apuras los primeros segundos de la intro y final del tema “Afterlife”, un pedazo de canción que
tiene ese sabor épico a lo “Stargazer” de Rainbow pero lleno de furia. Desgraciadamente
este proyecto duró medio telediario en un ejemplo más de lo injusta que es la
industria musical. El grupo parece ser que ofreció dos o tres conciertos
solamente, aunque en estos días inesperadamente acaba de salir un doble cd que contiene
las demos de lo que podría haber sido el segundo disco del grupo y que acabó en
algunos de los cortes del disco “Murderer’s
Row”, nuevo grupo que formó el incansable Bob Kulick junto con el vocalista David Glen Eisley tras la desbandada de Bonnet. Definitivamente habrá que volver a hablar de la historia de
este grupo en otro momento.
Blackthorne: "Afterlife".
De
cualquier modo siempre me quedaré con la interpretación que hizo del tema “Will you still love me tomorrow”,
aparecido en su primer disco en solitario y en el que demuestra que tiene una
voz única y bendecida por la gracia divina. De hecho a Blackmore le gustaba interpretar este tema en sus conciertos de Rainbow cuando Graham estaba a las voces. Una voz bonita, melódica, elevada, desgarrada
e irrepetible, tocada directamente por el dedo de Dios.
Graham Bonnet: "Will you still love me tomorrow". Atentos al minuto 2,03-2,16