Hace apenas un mes que Tom
Keifer re editó su primer disco en solitario con una edición especial. El
disco original, que apareció bajo el sugerente título de “The Way Life Goes”, fue publicado en Abril de 2013. Esta obra
constituía el primer trabajo en solitario del alma mater de Cinderella, así la primera publicación
completa de estudio que este músico editaba desde aquel lejano “Still Climbing” de los añorados Cinderella allá por 1994.
Tom Keifer percibe la
vida bajo su propio tempo. Nuestro querido vocalista/guitarrista siempre ha
seguido su propio camino, más allá de modas o tendencias, más allá de
estrategias comerciales y de listas de éxitos. Poseedor de siete discos de
platino en su haber sin realizar ninguna concesión en su música, decidió
pasarse casi veinte años hasta publicar su primer disco en solitario. En un
momento en el que los cds hacía tiempo que dejaron de venderse, las radios
pinchaban el mismo tipo de canción cantadas por sujetos impersonales cortados
por el mismo patrón y la juventud consumía (y consume) canciones-basura de youtube y demás plataformas digitales,
nuestro entrañable cantante se desmarcó con un disco repleto de Blues, Folk y Country publicado por un
sello independiente subsidiario de Warner
Records. Canciones como “Cold day in
hell” inmediatamente conseguían engancharte con su delicada sencillez y
belleza.
Keifer se lanzó en solitario debido en parte a los problemas internos que existían y todavía existen en Cinderella. En su día no era público, pero hace relativamente poco tiempo el propio Jeff LaBar admitía que sus problemas con el alcohol impedían que Tom reformase de nuevo el grupo. Nótese que todo esto lo comentó el propio LaBar, de la boca de Tom Keifer no salió ni una sílaba descalificando a Jeff; vamos, todo un caballero. Para mi recuerdo quedan esos magníficos shows que ofrecieron en la madrileña sala La Riviera a principios de verano de los años 2010 y 2011. Además de estas tensiones internas del grupo, parece ser que Tom había ido acumulando a lo largo de los años material musical que podía tener sentido para un disco en solitario del propio músico. Todo acabó confluyendo y así vio la luz “The Way Life Goes”.
Jeff LaBar y Tom Keifer. Tom Keifer.
Pero Keifer no se contentó con lanzar un disco en solitario, tenía claro que quería montarse en un autocar de gira y recorrer Norte América presentando sus canciones al público. Poco más tarde, siempre respetando sus propios tiempos, se acercó a Europa con su espectáculo. Incluso llego a tocar en España, concretamente pisó los escenarios de Barcelona y, una vez más debido a las distancias y a las fechas, me quedé con un palmo de narices sin poder presenciar la puesta en escena de su grupo. Han pasado cuatro años desde la publicación de su disco solista y se ha decidido a publicar una versión extendida del mismo, una estrategia que hoy en día utilizan muchos artistas para intentar rentabilizar algo más las obras que publican y que siembra de dudas su honestidad de cara al oyente que se rasca el bolsillo para comprar un cd que unos cuantos meses más adelante se volverá a publicar con el añadido de un par de canciones más. En el caso de Keifer, una vez más, han tenido que pasar cuatro años para que vea la luz esta versión deluxe que consta del añadido de tres temas más un dvd con tomas de directo, vídeo clips y otros menesteres de la vida en carretera del grupo.
Los tres temas extra que
presenta el disco son versiones, para más inri. El clásico “With a little help from my friends” y dos versiones del famoso
tema “Nobody’s fool” que apareció en
el primer disco de Cinderella, una
de ellas presentando un dueto con Lizzy
Hale, cantante de Halestorm, y
la otra en una versión especial para piano. Vamos, que cuando ves la
información lo primero que puedes pensar es: “vaya morro”. Ahora bien; cuando
escuchas las canciones, en especial las dos versiones de “Nobody’s fool”, te das cuenta de que Tom Keifer tiene toda la razón. Una vez más. Dios mío, qué cosa más
buena. La versión original de Cinderella
es mágica, de esos temas que en cuanto los escuchas te trasladan inmediatamente
a un lugar determinado, concretamente al invierno de 1987 y a todas esas
vivencias de tierna adolescencia tan especiales. Y resulta que el amigo Tom es capaz de darle dos vueltas de
rosca a esa canción y aportar dos nuevas versiones que complementan esa visión
y añaden nuevos matices donde parecía imposible mejorar y muy sencillo
estropear. Algo al alcance de muy pocos.
Aconsejo encarecidamente escuchar estas versiones. Si te gustaba el “Nobody’s fool” original, sus dos
hermanas te van a cautivar. En especial la versión cruda y desnuda del piano me
lleva acompañando desde el día que la escuché y me tiene obsesionado. Con un
nivel como este, sean bienvenidas todas las nuevas ediciones especiales, bonus,
deluxes, remixes y demás estúpidas
denominaciones que se le pasen a Tom
Keifer por esa bendita cabeza.
Tom Keifer (Feat Lizzy Hale): "Nobody's fool".
Cinderella: "Nobody's fool". Vídeo oficial.
Tom Keifer: "Nobody's fool (Piano version)".