Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

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miércoles, 18 de diciembre de 2024

Las canciones de Navidad. X.

Llega la Navidad. Vuelve cada vez con menos frío y nieve, pero vuelve… que no es poco. El ciclo de la vida; las Cuatro Estaciones, como diría el irrepetible maestro Antonio Vivaldi de una manera tan artística que resulta imposible igualar.

Y aquí volvemos nosotros, como cada año, para compartir con todo el que guste de leer estas sucesiones de letras que en el caso que nos ocupa tienen como protagonista la época del nacimiento de Jesús. Estas fechas tan señaladas, tan especiales, tan amadas y deseadas como odiadas y estigmatizadas para muchos de nosotros sirven de pretexto perfecto para abordar una nueva cuestión de naturaleza musical. En serio, pocos momentos del año generan sentimientos tan dispares y encontrados como el asunto navideño. Para hacérnoslo mirar, supongo.

Este Diciembre nos vamos a detener durante un ratito con canciones que sugieren la Navidad. En esta ocasión vamos a dejar de lado el lado más obvio del asunto, como casi siempre. A continuación vamos a proponer una serie de canciones que evocan este momento navideño, pero que no tienen relación directa con esta celebración pascual; vamos, que no son villancicos ni temas con letra navideña al uso… aunque, por el extraño motivo que sea, resulta que marinan a la perfección con el sentir de este momento del año. Como un buen Rioja con un jamón ibérico de esos bien cortado y sudado.

Por supuesto esta pequeña e imposible clasificación es tan subjetiva como cualquier otra que nuestros queridos lectores puedan esperar; para qué vamos a cambiar a estas alturas ¿no?. Habrá gente que no consiga establecer la conexión navideña, otros la experimentarán al instante y unos cuantos la criticarán… aunque incluso el propio músico compositor lo afirme, por supuesto; contamos con todo el abanico de posibilidades habituales de nuestro anónimo y putrefacto nuevo mundo virtual. De cualquier modo, con las siguientes letras solo buscamos que pasen un rato de lectura distinto, agradable y enriquecedor. Les proponemos la siguiente docena de canciones para tal efecto. Hemos dejado unos cuantos temas musicales más fuera del saco de este año, ya que han aparecido en los artículos de esta ¿sección? en años anteriores y no se trata de repetir.

Si quieren alzar su copa de vino con todos nosotros mientras suena alguna de esas canciones que nos hacen un poquito más felices, perfecto. Si no, también. Feliz Navidad.


Desmond Child: “Obsession”.

Preciosa y delicada pieza que estaba contenida en el primer álbum en solitario del artista “Discipline”, publicado en el año 1991. Desmond Child se descolgó ese año con un pedazo de discazo en solitario. Lo tenía todo para triunfar en las listas, pero no ocurrió. El hombre conocido como la máquina de generar hit singles para los artistas con los que colaboraba no logró esa repercusión en su propio álbum. No pasa nada, un día más en la vida de Desmond. La canción está cantada por el propio Child y Maria Vidal. La que fuese novia de Desmond Child acompaña con su bella y sugestiva voz haciendo que la canción adquiera una nueva dimensión. Desmond Child y Maria Vidal junto con otras dos vocalistas femeninas montaron el grupo Rouge a mediados de los setenta. Un combo que grabó dos discos de música comercial/disco setentas que tanto se llevaba por aquellos años. No llegaron a nada, aunque son dos obras recomendables si te gusta ese tipo de música. “Obsession” fue compuesta con la colaboración de Burt Bacharach. Lo dicho: toda una delicia para tus oídos.


 

Kiss: “We are one”.

Del disco de reunión de 1998 titulado “Psycho Circus”. Kiss y la Navidad, increíble pero cierto. Un binomio que sorprendentemente funciona. Es el tema ideal para escuchar antes de quedar con tus familiares/amigos/semejantes con intereses comunes a tomar algo antes de cenar en esos días típicamente navideños. La letra es lo más simple que te puedas echar a la cara y la melodía es tan dulce que se te atraganta; vamos, lo que en los ochenta cualquier heavy consideraba un pastel… pero, lo dicho: funciona.

  


Pink Floyd: “Learning to fly”.

Incluida en el disco “A Momentary Lapse Of Reason” de 1987. Fue el primer single del esperado disco de regreso de Pink Floyd. No habla de Navidad, no tiene nada que ver con ningún villancico ni nada por el estilo… pero en cuanto acaba Diciembre uno siente la imperiosa necesidad de revisar este bonito tema mientras pasea cualquier fría mañana por cualquier parque con las hojas de sus árboles adornando el suelo de arena sumergido en el peculiar y apasionante mundo paralelo que nos ofrece este grupo tan especial.


 

 

Eisley/Goldy: “Lies I can live with”.

Obra maestra de la joya que lleva por título “Blood Guts And Games” y que vio la luz del sol en 2017. Para los seguidores que pululen por ahí de un grupo tan especial como poco afortunado y que responde al nombre de Giuffria, si es que alguno queda, esto es lo más parecido al caviar del bueno. La formación que puso en marcha el teclista Gregg Giuffria y que grabó dos estupendos discos en los ochenta, contó con las voces de David Glen Eisley y las guitarras de Craig Goldy. Estos dos últimos volvieron a resucitar brevemente Giuffria, sin Gregg, hace unos años. La cosa no debió funcionar y acabaron publicando un disco bajo el epígrafe Eisley/Goldy. Este cd perfectamente lo podemos considerar, tanto por su música como por sus músicos, el genuino sucesor discográfico de Giuffria. Un trabajo de categoría y deleite que, por desgracia, se quedó en una publicación puntual. Cosas que pasan.

Dentro de este “Blood Guts And Bullets” nos encontramos joyas como este “Lies I can live with”. Esta pequeña delicadeza es la sutileza hecha canción. Un medio tiempo tan sutil como poderoso que a través de su inspirada melodía y unos arreglos exquisitos consigue emocionarte mientras te sumerge en un paisaje de melancolía y tristeza; además, por si fuera poco, la letra es buenísima. Habla de la desesperanza y se puede aplicar a cualquier relación humana, de pareja, amistad o familiar, cuando un desengaño descoloca tu mundo por completo. Literaria, con buen gusto y sin tirar de los chichés típicos y clasicazos del my baby left me o chorradas similares. 


 

 

Cinderella/Tom Keyfer: “Nobody’s fool”.

Tema original del primer disco de Cinderella, “Night Songs” del año 1986, que volvió a regrabar su líder Tom Keyfer para la reedición en 2017 de su primer disco en solitario titulado “The Way Life Goes” y que salió originalmente en el año 2013. Cinderella pasa por ser uno de esos grupos que vieron la luz y el éxito a finales de los ochenta en plena fiebre del Hard Rock angelino macarra y con toques glammys, pero que en realidad tiene poco que ver con ese estilo musical. Se les metió en el mismo saco por una cuestión de imagen y por coincidir en el tiempo, pero su propuesta musical bebe directamente del Blues y del Rock sesenta/setenta.  Triunfaron de la mano de su guitarra/cantante/líder Tom Keyfer gracias a su talento natural y a que eran muy buenos.

Esta canción es la balada de su primer disco. Un tema comercial, pero a la vez denso, triste y oscuro; poca gente tiene el talento para mezclar estos ingredientes de manera certera. “Nobody’s fool” posee la característica de que te traslada a un momento, situación y lugar determinados en cuanto escuchas sus primeras estrofas. Una delicia ideal para ser degustada en plena época navideña, entre el frío, la nieve, una chimenea con fuego, una copa de vino del bueno y la compañía adecuada.



 

WWIII: “When god turned away”.

Aparecida el año 2003 en el segundo disco del grupo WWIII bajo el mismo título. Aquí desde luego puede resultar casi imposible percibir la conexión del tema con la cuestión navideña. Si por algo se puede caracterizar la cortísima andadura de WWII, solo un par de discos y sin formación estable, es que tiene de todo menos ambientación de paz, amor, buenos deseos y todas esas características del espíritu navideño cristiano. De hecho, WWIII son las siglas de Tercera Guerra Mundial si lo traducimos al castellano. Incluso el título de la canción que nos ocupa sería algo así como: “Cuando Dios se dio la vuelta”. Resulta bastante evidente que Mandy Lion, vocalista y fundador del grupo, no busca con sus letras la llamada de Santa. Y si nos vamos a la música, la cosa no pinta mucho mejor; de corte áspero, crudo y bastante cañero. Incluso pese a que este tema tiene un inicio en acústico lento, nos lleva por un sendero siniestro y desafiante alejado por completo de los temas navideños más al uso... pero, qué puedo decir. Conecta. Su escucha encaja a la perfección con cualquier paseo nocturno por las luces, ruidos y bullicios navideños de la gran ciudad cualquier noche de Diciembre. Una afirmación que no tiene defensa objetiva posible por ningún lado y que no comprenderá la mayoría de la gente bien. No hay problema, estamos acostumbrados a esto.

Pero para todos aquellos que sean capaces de sentir la vida con la emoción de la que entre líneas llevamos hablando a lo largo de todo este epígrafe, esta canción te puede ofrecer la llave para esa puerta tras la cual se esconde ese lugar en el que nunca has estado, pero al que siempre has anhelado ir.


 

 

Poison: “Cry tough”.

Canción que abría el primer disco del grupo titulado “Look What The Cat Dragged In” en aquel lejano y especial año 1986. Ya hemos hablado por aquí de Poison varias veces, no son ni los más técnicos, ni los más innovadores, ni los más nada, pero tienen una estupenda discografía trufada de grandes composiciones de esas que de dan buen rollo inmediato y ponen una sonrisa en tu cara de felicidad tan ridícula como necesaria. Esta canción no tiene una letra navideña, ni una música navideña ni nada de eso; sin embargo, te traslada al frío, las pocas horas de luz, las luces y las celebraciones por excelencia. Llega a tal punto esta subjetiva e incomprensible cuestión que, por motivos que me resulta imposible explicar desde una perspectiva lógica, la Navidad no es del todo Navidad si no suena esta canción y este disco en algún momento de Diciembre.


 

 

Martika: “I feel the earth move”.

Versión del clásico de Carole King que alguien tuvo la brillante idea de versionar para el primer disco de esta cantante tan especial, titulado como su propio nombre y aparecido en 1988. Una mujer poseedora de una gran voz y que triunfó en todo el mundo a finales de los ochenta. Prince fue uno de los muchos que se enamoraron de la voz y el talento de esta mujer, de hecho colaboró en algunas de sus canciones. Sacó dos discos que fueron éxitos de ventas… y ya está. Por el motivo que fuese, su carrera musical no acabó de cuajar. Aquí os proponemos la escucha de este “I feel the earth move”, que en cuanto suena no puedes dejar de moverte a su ritmo. Te transporta de inmediato al espíritu festivo navideño, de juntarse a charlar, festejar, celebrar y compartir con tu gente.


 

 

Manowar: “Kingdom come”.

Del disco “Kings Of Metal”, del ochenta y ocho. El sucesor de “Fighting The World”, que pudo ser el que les puso en el mapa. Una formación como Manowar personaliza a la perfección la relación amor/odio que el público siente por determinados grupos musicales. Con Manowar no hay término medio posible: los amas o los detestas. Caracterizados por personificar muchos de los clichés más casposos e irreverentes del mundo del Heavy Metal, en estos días son muchas veces denostados y blanco de burlas pueriles por parte de estas nuevas generaciones de ofendiditos/as/es/xs por todo y por todos que no sean ellos mismos, enfangando bastantes veces un falso discurso feminista tras el que se encuentran hembristas recalcitrantes que no hacen más que desvirtuar el profundo significado de esta palabra tan en boga hoy en día. Pero esto es marginal.

De cualquier manera, y pese a que Manowar nunca fueron una de mis bandas de cabecera, ahí continúan, inasequibles al desaliento mientras proclaman sus trasnochadas proclamas de defensores del Metal verdadero… apoyados en buenos discos y buena música, que es de lo que se trata en el fondo. “Kingdom come” es una canción a medio tiempo característica de este grupo. Tiene una melodía entre épica, entrañable y sobrecogedora. Casa a la perfección con el hilo musical de carácter entrañable y acogedor de estas fechas navideñas; aunque de villancico, nada. Eso, en Manowar, jamás.


 

Kingdom Come: “What love can be”.

Uno de los principales éxitos de siempre de este grupo que se registró en el primer álbum homónimo de la banda y apareció en el año 1988. Es una canción lenta, densa, profunda, nostálgica y triste, muy triste. Una auténtica maravilla. Ideal para tomarse un buen café de esos negros, cargados, humeantes y espesos, cualquier tarde/noche de Diciembre en la intimidad del garito más oscuro, cutre y solitario que podamos encontrar.

Este primer disco del grupo del vocalista Lenny Wolf resultó un superventas que fue criticado por mucho purista de pacotilla que vio en el mismo una copia descarada de Led Zeppelin. Sigo esperando a que esos iluminados de turno me expliquen dónde se encuentran esas copias tan evidentes en la música. Se pueden apreciar detalles aquí y allá, como en cientos de grupos, pero de ahí a la anterior afirmación media un abismo. Lo dicho: a ver dónde están los “Now forever after”, “Shout it out” o “Living out of touch” que compusieron Zeppelin para compararlos con estos tres temazos de Kingdom Come. La peña, que raja y critica sin tener ni puta idea muchas veces.


 

 

Little Richard/The Beach Boys: “Happy endings”.

Una de las grandes canciones que grabó el más grande. Hemos pretendido no volver a traer composiciones que ya han aparecido en esta especie de sección años anteriores, pero es que resulta imposible sustraerse al toque mágico que desborda la interpretación de Little Richard a lo largo de toda esta canción. Este single apareció en 1987, interpretado a medias con los Beach Boys. Todas las características de la impresionante voz de Richard están presentes a lo largo de los pocos minutos de metraje de este tema. Su sentido de la melodía, del ritmo, su toque sensual, tierno y poderoso a la vez, sus innumerables matices y sobre todo ese tono y timbre sobrenaturales que han servido de referentes a millones de cantantes, músicos y aficionados a esta cosita llamada Música.


 

 

Gillan: “No more cane on the brazos”.

Aparecida en el disco “Naked Thunder” de 1990 y en el directo “Contractual Obligations” de 2019. Esta canción es un antiguo tradicional que por lo visto cantaban los presos de la América sureña profunda. Parece ser que los prisioneros destinados a trabajos forzados en las cárceles de Texas tenían la costumbre de entonar esta melodía mientras recolectaban caña de azúcar a las orillas del río Brazos. A lo largo de este río se ubicaban muchas de las granjas penitenciarias de dicho estado a finales del siglo XIX y principios del XX.

La composición de este tema se le suele atribuir al conocido cantante de Blues y Folk apodado Lead Belly. Sin embargo, la canción pasa por ser de esas oscuras o poco conocidas; de hecho no aparece en ninguna referencia discográfica de este gran cantante. Por supuesto, más músicos se han acordado de este tradicional y lo han interpretado dándole su propia visión; artistas desde Alan Lomax, Lonnie Donegan o el mismísimo Bob Dylan han revisado esta entrañable canción con mayor o menor fortuna.

Esta adaptación de Ian Gillan cerraba el disco en solitario que sacó tras ser expulsado sumarísimamente de Deep Purple a finales de los ochenta. Junto a la colaboración de Roger Glover, le añadieron unos interesantes arreglos a esta composición que le daba el broche de oro perfecto a esa maravilla en forma de disco que lleva por título “Naked Thunder”. Esta versión tiene un toque denso y solemne, un Blues lento, nostálgico, triste y evocador que explota en la parte final aderezado con una pizca de Folk aquí y allá. Una obra de arte.

Años más tarde Gillan la recuperó para la gira en directo con orquesta que ofreció en el año 2016 y de la que se publicaron oficialmente tres actuaciones en cd, dvd y vinilo respectivamente tres años más tarde. Bajo el cachondo título de “Contractual Obligations”, Ian Gillan, Don Airey, su grupo y una orquesta nos ofrecieron magia durante las casi dos horas de duración de cada una de las actuaciones. Aquí la orquesta añade unos arreglos grandilocuentes que ensalzan todavía más esta canción, creando un atmósfera que te lleva a cualquier día de invierno, sentado en la chimenea encendida mientras contemplas embelesado el árbol de Navidad y mojas tus labios con una copa de esa bebida para las ocasiones que tienes en casa y tanto te gusta. Ian Gillan te desea Feliz Navidad.


 

 

 

 


 

 

sábado, 24 de agosto de 2024

Jon Bon Jovi: "Santa Fe".

Seguimos con Santa Fe en la cabeza. Esta evocadora localidad mexicana nos sirve de pretexto para recordar la canción que hace un montón de años le dedicó Jon Bon Jovi. De hecho resulta curioso que, siendo Bon Jovi un grupo más que apreciado por este humilde escriba, todavía no se le haya dedicado una entrada propiamente dicha en este pequeño y desfasado rincón virtual; asunto que vamos a proceder a solucionar de inmediato. Nos vamos a buscar aquellos primeros años en los que el músico cimentó su estatus de mega estrella, dejamos para otro momento el debate siempre abierto sobre el rumbo actual de la música de su grupo y de su estado vocal.

Jon Bon Jovi registró su primer álbum en solitario en el ya lejano año 1990. Bajo el título de "Blaze Of Glory. Young Guns II" nos presentó una interesante colección de temas que en su mayoría estaban inspirados y de hecho servían como banda sonora original de la peli sobre Billy el Niño en la que actuó Emilio Estevez por aquel entonces. Del film, titulado "Young Guns II", poco podemos aportar. Otra súper producción de Hollywood que no quita ni el sueño ni el hipo. Como curiosidad podemos comentar que Jon Bon Jovi se hizo cargo de la banda sonora a raíz de una petición personal que le hizo el propio Estevez, interesado en incluir en el film el clásico tema de Bon Jovi titulado "Wanted dead or alive".

La canción que nos ocupa contiene todas las características de la música de Bon Jovi y atesora unas melodías de gran calidad, todo ello aderezado con unos arreglos de cuerda estupendos cortesía de Alan Silvestri. Como durante todo este verano este humilde plumilla no ha podido quitarse de la cabeza el "Santa Fe" de Dokken, que ha servido de banda sonora ideal para recorrerse las polvorientas y asfixiantes carreteras durante los meses de Julio y Agosto, ha tenido sentido volver a recuperar una vez más el estupendo "Blaze Of Glory" de Jon Bon Jovi... en el que hasta el mismísimo Little Richard toca y canta en una de sus canciones. Imposible criticar a un músico que solicita los servicios de uno de los reyes y creadores definitivos de esta loca, preciosa y peligrosa cosita llamada Rock'n'Roll. Punto, juego y partido para Jon Bon Jovi.


Por increíble que parezca, este humilde blog ya tiene cuenta de instagram. Por si quieres echar un vistazo:




lunes, 7 de agosto de 2023

"I ain't never". La última grabación de estudio publicada por Little Richard.

Hace algo más de tres años que nos dejó una de las más grandes voces que ha conocido nuestra historia. Little Richard, uno de los creadores de esta pequeña y loca cosa llamada Rock'n'Roll, nos dejó un triste nueve de Mayo del pasado año dos mil veinte. Sin embargo su legado, su invento musical, sus grandes canciones y su recuerdo seguirán sin duda mientras nuestra peculiar especie humana siga disponiendo de oídos y de corazón.

Hoy nos detenemos en la que fue su última grabación publicada de manera oficial. Este "I ain't never" fue grabado en el año dos mil ocho. Parece que un año después colaboró en otra grabación de Gospel para un disco tributo a la leyenda americana Dottie Rambo -por supuesto aquí en España seguro que no la conoce ni Dios-, pero lo cierto es que a día de hoy todavía no se ha publicado.

"I ain't never" formó parte del disco benéfico que coordinó Don Imus, un conocido locutor de radio, para ayudar a niños con enfermedades. Little Richard desde siempre y sobre todo en la segunda etapa de su vida mostró un interés y preocupación especial por los niños. De hecho colaboró y grabó música para diversos proyectos relacionados con nuestros queridos infantes. No se me va de la cabeza el disco que sacó bajo el auspicio de la factoría Disney llamado "Shake It All About". Este delicioso engendro contaba con adaptaciones tradicionales y de algunos de sus clásicos para los más pequeños de la casa.

Pero sigamos con la canción objeto de este artículo. Richard la grabó seis años antes de retirarse de los escenarios, con casi setenta y seis años. Pero no penséis que se arrastraba bajo el micro. No. Little Richard siempre fue un tipo que lo daba todo y en esta versión podéis escuchar a alguien que seguía luciendo esa voz tan arrebatadoramente cristalina y perfecta. Su fuerza vital seguía intacta en cuanto abría la boca y resulta toda una delicia dejarse acariciar por su exquisito gusto a la hora de entonar cualquiera que sea la melodía que salga de su cabeza. Para disfrutarla y para dar gracias porque señores como este hayan compartido sus momentos vitales con el resto de nosotros, pobres mortales.

 

 




miércoles, 17 de mayo de 2023

Little Richard: "I Am Everything". Nuevo documental sobre la irrepetible vida del Arquitecto del Rock' n' Roll.

Han pasado ya tres años desde que Little Richard nos dejó. Tres largos años huérfanos de uno de los creadores definitivos del Rock' n' Roll. Y hace apenas unas pocas semanas se acaba de estrenar un documental sobre su vida. El creador de "Tutti Frutti", "Lucille", "Long Tall Sally" y otro buen puñado de clásicos definitivos ya tiene documental propio. Eso es bueno y le hace un poquito de justicia. Muchas de las canciones que forman parte de la banda sonora de millones de personas y que dieron forma a ese loco y apasionante fenómeno que todos conocemos como Rock' n' Roll salieron de la cabeza y de los testículos de este pequeño gran hombre. Que alguien de la importancia e influencia en el devenir musical como Little Richard todavía no tuviese un documental que narrase su intensa vida era algo sin perdón de Dios

De la mano de la directora Lisa Cortés y producido por Bungalow Media + Enterteinment para CNN Films y HBO Max en asociación con Rolling Stones Films ya tenemos la historia de uno de los músicos más influyentes de los últimos setenta y cinco años. 

Lisa nos cuenta la historia de los orígenes negros del Rock' n' Roll, suciamente blanqueado en esos años cincuenta por los artistas blancos que se llevaban todo el reconocimiento copiando el nuevo y salvaje lenguaje musical que salía del desbordante talento e hiperactividad de Richard. A través de un minucioso estudio de gran cantidad de archivos y documentos varios se nos invita a pasar al complicado mundo interior de Little Richard. La historia de un icono con todos sus altibajos y contradicciones. Richard creó un nuevo lenguaje musical para la máxima autoexpresión, pero lo que le regaló al mundo no se lo pudo ofrecer a sí mismo. Durante toda su vida se movió como un diamante roto entre Dios, el sexo y el Rock' n' Roll. Los convencionalismos sociales en los que tuvo que vivir intentaron encerrarle en una caja, pero él siempre fue una personalidad arrolladora, extravagante y fuera de toda norma, algo así como un prisma de múltiples caras. Era descaradamente todo.

El film se puede visionar en cines y teatros; imagino que en Spain, poco o nada. Pero no preocuparse, también puedes acceder al mismo a través de la web. Por lo que, ya sabes: ráscate un poco el bolsillo, enciende tu ordenador, prepárate la bebida que más te guste y disponte a recibir una lección magistral para entender de qué va esto del Rock' n' Roll.







sábado, 24 de julio de 2021

Little Richard: “Operator”.

 

Hace algo más de un año que tristemente nos dejó el más grande. Es un momento perfecto para recuperar una de sus canciones y de paso secundar el velado homenaje que le ofrecieron Deep Purple con Ian Gillan a la cabeza en la canción y en el disco que hemos comentado en la entrada anterior. El tema que nos ocupa en esta nueva entrada aparecía en el disco “Lifetime Friend”, que supuso la vuelta a lo grande de Little Richard a mediados de los años ochenta. Aunque su tema estrella era “Great ghost a’mighty”, que apareció en la banda sonora de la película “Down And Out In Beverly Hills” y entró en las listas de ventas Billboard de la época devolviéndole a Richard la popularidad que se había disipando desde finales de los setenta, el resto del disco era una joyita. Como muestra tenemos el tema titulado “Operator”, no en vano fue otro de los singles promocionales de dicho álbum. Como curiosidad decir que “Great ghost a’mighty” estuvo a punto de no publicarse ya que Little Richard había decidido volver de nuevo a sus raíces religiosas y no le parecía un tema adecuado para promocionarse. Todo se salvó en el último momento gracias a una magistral jugada del productor haciendo un juego de palabras con el título del tema... pero eso es otra historia que contaremos en cualquier otro momento. Dios bendiga a Richard Wayne Pennimann. Little Richard, Descanse en Paz.

 


 

martes, 20 de julio de 2021

Deep Purple: “Call of the wild”.

Deep Purple es un grupo universal, de eso no cabe duda y menos para nosotros que somos miembros de su club de fans oficial en España. Su música ayudó a cambiar el modo de entender el Rock n Roll en el mundo entero a finales de los años sesenta y a día de hoy, más de cincuenta años después, todavía siguen vigentes y sacando discos originales de estudio como el último “Whoosh!” en el que vuelven a dermostrar lo buenos que siguen siendo y la buena música que aún atesoran en sus entrañas. Sin embargo no vamos a hablar de su estupendo último álbum de estudio, nos vamos a retrotraer a finales de los ochenta para recordar una sus canciones tal vez más injustamente denostadas perteneciente a uno de sus discos más injustamente denostados. Por increíble que parezca, Deep Purple puede que sea uno de los grupos que cuente con los seguidores más inconformistas del planeta. Tampoco es algo demasiado extraño, cuando el nivel de tu música y de tus músicos es tan elevado los seguidores siempre te van a exigir la perfección. Por citar un ejemplo, cuando Joe Lynn Turner entró en la banda a principios de los noventa incluso desde el propio club de fans oficial inglés casi que repudiaron al que fuera cantante de la última reencarnación de los Rainbow de los ochenta. Así está el patio.

Purple sacaron en 1987 el álbum “The House Of Blue Light”. Un disco que, pese a ser uno de los más apreciados de su discografía por el que esto firma, recibió una tibia acogida por parte de los medios en su momento. Conviene comentar que fue publicado después del aclamado “Perfect Strangers”, el disco de reunión de la formación clásica que resultó un pelotazo en el mundo entero. Era muy difícil superar las amplias expectativas creadas tras su reunión del 84/85. Supongo que lo más sencillo hubiera sido sacar un siguiente disco en la onda del propio “Perfect Strangers” para volver a hacer caja. Pero no. Los Purple nunca han buscado el camino fácil. Se les puede criticar muchas cosas, pero lo que nadie les puede negar es que nunca han vendido su culo por ninguna moda o por salir en las radios y los programas punteros para vender un puñado de discos más; bien lo saben tanto sus compañías de discos como Bruce Payne, su mánager de siempre. Deep Purple siempre han sido íntegros con su propuesta musical y a día de hoy es uno de los poquísimos grupos –y digo poquísimos- que han conseguido tener un sonido propio identificable y nunca han grabado dos discos ni iguales ni parecidos. Este “The House Of Blue Light”, pese a ser uno de los que con el paso de los años más ha sido criticado tanto desde fuera como desde dentro del propio grupo –supongo que el propio grupo no guarda buen recuerdo del mismo ya que su formación estaba en fase de ruptura-, no deja de ser un pedazo de artefacto perfectamente diseñado que te vuela la cabeza desde su grandilocuente, contundente y elegante inicio con “Bad attitude” hasta su frenético final a toda caña con “Dead or alive”; pero esto es marginal. Otro día hablaremos de este disco en profundidad. Además de por la calidad que atesora, le tengo un cariño especial puesto que de la gira de presentación se grabó el doble directo “Nobody’s Perfect” que fue lo primero que escuché de Deep Purple cuando salió a mediados de 1988. Lo mismo, la gente criticó mucho el disco porque el repertorio era muy similar al clásico “Made In Japan”; ya ves tu qué gilipollez. Además, el directo contenía hasta cinco canciones distintas del directo mítico de Japón; pero estas cuestiones debían ser muy complicadas de entender para los periodistas de la época, que lo acribillaron sin compasión... igual la compañía de discos no les dio las prebendas necesarias. Recuerdo que me llamó la atención en un primer momento por el tema “Strange kind of woman” y el espeluznante interludio que incluían del “Jesus Christ Superstar” que interpretó el propio Gillan en el original de los setenta. Bueno, el caso es que llegué a Purple por Gillan en solitario. Sí, por increíble que parezca primero entró en mi adolescente habitación el “Mr. Universe” del grupo de Gillan. Mi cabeza se destrozó de inmediato y me vi abocado a descubrir toda la discografía de esta maravillosa familia musical, pero eso sí que es otra historia.

Ian Gillan & Ritchie Blackmore.

El caso es que hoy queremos recordar y reivindicar la canción “Call of the wild”. Este tema, perfecto para sonar en las emisoras de radio del mundo entero durante aquellos dorados años ochenta, fue la apuesta como single que el grupo realizó al publicar el disco. Incluso llegaron a publicar un vídeo clip cuyo argumento principal era una burla que el propio grupo hacía hacia los propios vídeo clips en general que tan de moda empezaban a estar en esos años. La realidad es que las ventas no acompañaron y eso, unido a la aparición de nuevo de sus míticas disputas internas, acabó por fragmentar al grupo con la expulsión de Ian Gillan bajo órdenes estrictas de Ritchie Blackmore tan solo un par de años después. Sin problema, nada de esto empaña una composición soberbia en la que una vez más Gillan demuestra que tiene la cabeza amueblada de una manera especial para crear melodías imperecederas. 

Como curiosidad podemos decir que en este disco aparecen referencias obvias al gran Little Richard, uno de los ídolos de siempre del propio Ian Gillan y de millones de nosotros. Sin ir más lejos, el título del disco está sacado de una estrofa del mítico “Good Golly Miss Molly” de Richard. Y si nos fijamos solo un poquito en el inicio de la letra del propio “Call of the wild”, podemos comprobar que se inicia con Gillan diciendo: Operator, I’m looking for a girl. Esto es sin duda alguna un guiño de nuestro querido Garganta de Plata al más grande vocalista que ha existido jamás. Tan solo un año antes de la publicación de “The House Of Blue Light” nuestro añorado Little Richard volvió a la vida musical activa por la puerta grande con el excepcional disco “Lifetime Friend”, que contenía entre sus canciones la titulada “Operator”. Que Ian Gillan siempre ha admirado a Little Richard no es ningún secreto y está bien así, no se me ocurren mejores referencias para alguien que se quiera dedicar a esto del Rock n Roll. Así que les invito a que, si pueden, le pregunten al propio Gillan si tenía en mente ese disco del maestro Richard cuando compuso la letra de “Call of the wild” y, si no pueden contactar con nuestro genuino Garganta de Plata, siempre pueden degustar este temazo de Deep Purple y descojonarse con su irreverente y punzante vídeo que volvemos a recuperar de nuevo.