Encuentros HUSH.
Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
Clube de Adictos a Deep Purple
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Púrpura Chess
This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.
King Of Balance fue un grupo/proyecto que se montó el guitarrista Alex De Rosso para realizar un disco homenaje con versiones de Toto. Acompañando a De Rosso tenemos al bajista Robby Galli, al batería Bob Parolin, Claudio Tarantola al piano, Carlo Santacatterina al Hammond y las estupendas voces de Roberto Tiranti. Estos músicos dieron forma a un cd de catorce canciones que recorren la sólida discografía del grupazo de Steve Lukather. Se nota que es un trabajo realizado desde el cariño y el mimo de un seguidor a muerte de Toto, nada de coger las cuatro canciones más clásicas del grupo y montar algo impersonal. No. De Rosso, Tiranti y compañía se sacaron de la manga un trabajo sólido como una roca y cuidado hasta sus últimos detalles, una labor de amor que se podría decir sin miedo al equívoco.
La repercusión fue nula, por supuesto, pero la calidad está ahí. El disco fue publicado el año 2008, uno de otros tantos proyecto de este interesantísimo guitarrista. Sirvan de muestra este par de temas que compartimos con todo el que nos quiera leer. Ahora que apenas quedan un par de meses para que nos vuelva a visitar el grupo de Lukather, es un buen momento para hacer este pequeño homenaje y, de paso, reivindicar la figura de Alex de Rosso.
Por increíble que parezca, este humilde blog ya tiene cuenta de instagram. Por si quieres echar un vistazo:
No es ningún secreto que Dokken es una de las debilidades del
que esto escribe. Un grupo tan aparentemente normal y que con total
probabilidad pocos escogerían de entre la excitante amalgama de bandas rockeras
americanas que explotaron en los dorados y excesivos años ochenta. Sin embargo Dokken
pasa por ser una agrupación que lleva en esto desde mediados de los setenta y
con una música de mucha calidad. Sus composiciones son fácilmente reconocibles,
lo que dice mucho y muy bueno de un grupo si además son brillantes. El grupo
comandado por el irreductible vocalista Don Dokken ha sufrido
innumerables vicisitudes en su dilatada trayectoria musical. Aunque un buen
número de músicos han sido de la partida al lado de Don, los seguidores
enseguida pensamos en su formación clásica que tantos buenos momentos, discos y
canciones nos reportaron. No solo el binomio Don Dokken a la voz y George
Lynch a la guitarra forman un tándem tan exquisito como peligroso; es que
su bajista clásico Jeff Pilson es de todo menos tonto: bajista,
guitarrista, teclista, cantante, arreglista, productor y compositor... casi ná.
Y el círculo lo cierra el batería Mick Brown, un tipo tan eficaz como
salvaje. No me extraña que cuando Wild Mick dejó Dokken el
elemento de Ted Nugent, que tampoco tiene nada de tonto en lo que a
música se refiere, se lo agenciase para su grupo.
Don Dokken, Jeff Pilson, Mick Brown y George Lynch.
Entre unas cosas y otras llevan cerca de cuarenta y cinco años
funcionando. Su primer single data del año 1979 y, aunque no lo parezca a
primera vista, su saga es bastante amplia. Un buen número de músicos han
aportado su impronta en cada una de las grabaciones de este grupo. Atesoran
cerca de las doscientas grabaciones. Bueno, a quién pretendo engañar. Conozco el
número exacto de obras oficiales -excluyendo recopilatorios y demás engendros
de dudosa enjundia con los que las compañías nos atosigan estos últimos años-
publicadas por esta gran familia musical: 226 discos. Justo ahora llevo un par
de semanas degustando todos y cada uno de estos discos -que están en las
estanterías de mi casa, por supuesto-, por lo que en estos momentos el universo
Dokken se ha apropiado del todo de mi saturado cerebro. Un ejercicio tan
saludable como excitante que cada año realizo por estas fechas.
La gente familiarizada con el grupo conoce sobre todo los discos
clásicos de los años ochenta, un ramillete de cuatro cds de estudio y un doble
en directo que les convirtió en platino. Por desgracia, las tensiones internas
y el choque de personalidades que siempre hubo entre Don Dokken y George
Lynch dinamitó la formación clásica por completo. Ambos siguieron
desarrollando sus carreras en solitario, se volvieron a juntar, se volvieron a
pelear y todo lo que suele ocurrir en los grupos famosos. En la actualidad Don
y George parece que han alcanzado un término medio estable en su
relación y, aunque dudo mucho de que vayan a quedar todos los viernes para
cenar con sus parejas y tomar algo, llevan un tiempo tocando juntos en dobles
carteles Dokken/Lynch Mob y/o subiendo Lynch al escenario con los
Dokken actuales para hacerse un par de temas en los bises con el grupo
madre.
Dokken 79: Steven Barry, Don Dokken y Greg Pecka.
Para justificar esta pequeña reflexión de fan irredento del universo Dokken
no nos hemos ido a ninguno de sus clásicos, que los tienen y en mayor medida
que otras bandas puede que con más reconocimiento. Una de las características
de esta saga es que para formar parte de la misma debes poseer un nivel elevado
con tu instrumento. En Dokken no toca cualquiera y uno no tiene más que revisar
las distintas formaciones para comprobar el nivel de cada uno de sus
integrantes. Les puede ir mejor o peor, pero Don y compañía parece que tienen
bastante claro el perfil de músico que buscan para hacer música cada vez que se
ven obligados a ello. Un grupo por el que, además de la formación clásica antes
citada, han pasado músicos como Reb Beach, Barry Sparks, Jon Levin, Alex de
Rosso o John Norum entre otros demuestra esta afirmación de manera
clara. Es precisamente Norum el protagonista junto al propio Don
Dokken de la canción de fondo que presenta este escrito.
Tras desmantelar el grupo a finales de los ochenta con el excelente
doble directo "Beast From The East", cada uno tiró por su
camino. Don montó un grupo para sacar un disco en solitario que en un
principio estaba pensado bajo la misma denominación de Dokken. Al final,
como Don Dokken salió a la venta "Up From The Ashes".
Un título muy apropiado con el que nuestro amigo Don buscaba renacer de
las cenizas de su extinta banda. Con John Norum como principal
lugarteniente, publicó un ramillete de canciones tan buenas como se espera de
alguien que haya formado parte de Dokken. Este "1000 Miles
away" tiene todos los ingredientes que hicieron famoso a Don:
bonitas melodías marca de la casa mezcladas de manera natural con una música
cañera y con gusto. Todo ello aderezado con la guitarra solista de John
Norum, de hecho el conocido guitarrista de Europe formaría parte de
una nueva encarnación de Dokken años después. Participó en el estupendo
disco titulado "Long Way Home" que el grupo publicó en el ya
lejano año 2002 y en su gira de presentación. Tengo una anécdota bastante
cachonda con respecto a esa gira. Por aquel entonces que Dokken se
acercase a tocar en España era poco menos que una quimera, por lo que un colega
y yours truly nos metimos en un avión para presenciar el concierto que
tenían programado en París y que suponía el final de la gira europea. Eran los
tiempos pre internet y tenía la descerebrada costumbre de no llevar reservado
ningún alojamiento cada vez que viajaba al extranjero para ver algún concierto,
siempre nos dedicábamos a encontrar un lugar donde dejar descansar nuestros
machacados huesos y alcoholizadas venas buscando por los alrededores al llegar
a la sala de turno de la actuación. Es por esto, estimados lectores, que os
podéis imaginar las calidades de los antros que acabábamos encontrando y las
esperpénticas peripecias que nos tocaba degustar. La de situaciones atómicas
que habremos vivido con ese modus operandi... que nostalgia de aquellos
años de jovencitos aventureros que acabábamos en los peores tugurios y pagando
un pastizal... aunque llenos de esa extraña excitación que te hace sentir vivo.
Don Dokken: John Norum, Don Dokken, Billy White. Mikkey Dee y Peter Baltes.
Pero prosigamos con el relato. El caso es que, tras unos cuantos
avatares de variada enjundia, al final nos encontrábamos dentro de la sala
minutos antes de comenzar la actuación. Nadie en escena, de pronto suena entre
bambalinas lo que debería ser la guitarra de John Norum.... pero que no
sonaba a John Norum. Instantes después salen a escena... y ni rastro de Norum.
En su lugar estaba un perfecto desconocido para nuestros ojos que resultó ser Alex
de Rosso. Un Don Dokken con cara de haber estado de fiesta toda la
noche anterior empieza a vacilar al respetable entre tema y tema, haciendo
estúpidas comparaciones entre las actuaciones que se realizaban en Europa
frente a las de Norteamérica. Todo con una pose arrogante entre entretenida e
insufrible. No parecía su mejor noche, desde luego. Realizaron su actuación y
al final de la misma incluso el batería destrozó parte de su kit, cosa
que casi nunca suele hacer en directo. Al final nos enteramos de que John
Norum les había dejado tras el concierto anterior y una fuerte bronca entre
los músicos. Joder, qué suerte tuvimos, me cago en mi puta vida. Nótese que
para nosotros contemplar en directo a Norum era un aliciente añadido al
show, por lo que la sorpresa y el palmo de narices que se nos quedó fue
mayúsculo. No podían haber discutido antes de comenzar la gira o tras el
concierto parisino. No, tenían que hacerlo justo antes de la actuación para la
que nos habíamos desplazado mil trescientos kilómetros. En fin, that's
Rock'n'Roll, baby. Esa noche aprendí un puñado de lecciones que me han
venido muy bien el resto de mi vida: nunca des nada por sentado hasta que de
verdad ocurra, piensa en el futuro pero vive y siente el presente, no te
desgastes demasiado cuando las cosas te vengan mal dadas y aprende a
relativizarlo todo... y, sobre todo, haber comprado un ticket para un concierto
nunca te garantizará que puedas llegar a verlo.
Don Dokken & Alex de Rosso.
Don Dokken, George Lynch, Jeff Pilson y Wild Mick Brown.
Cuatro forajidos curtidos en mil batallas que supongo jamás volverán a
recuperar esa magia de mediados de los ochenta, pero que nos han llenado de
felicidad a muchos de nosotros y lo siguen haciendo.
George Lynch, Jeff Pilson, Don Dokken & Wild Mick Brown.