Mira que llevo tiempo queriendo dedicarle un artículo a este
excepcional guitarrista. Le hemos mencionado por aquí en múltiples ocasiones,
pero todavía no había tenido una entrada propiamente dicha. Ahora vuelve a estar de actualidad porque parece que tiene preparado un nuevo disco en solitario bajo el posible nombre de "A Brand New Day", el primero desde el espectacular directo que sacó en 2004 titulado "Bad Boy Live" y el último álbum de estudio que publicó en el año 2000 bajo el nombre de "Nuclear Cowboy". Los tiempos con John Sykes siempre han sido de esta manera. No hay problema,
cualquier momento es bueno para recuperar al tipo que dio forma al álbum de la
saga Purple que más ventas ha tenido
de la historia. Porque sí, “1987”
ostenta el record de ser el disco que mas millones de copias ha despachado si
nos referimos al particular universo de Deep
Purple... y de otros grupos míticos también que nunca han alcanzado las
cotas de ventas del carismático álbum de la Serpiente Blanca. El
disco que dividió a muchos de los seguidores clásicos de Whitesnake y que supuso la entrada en el Olimpo de la popularidad
para su líder David Coverdale. Fue
la grabación que le abrió las puertas del codiciado mercado norteamericano y,
por extensión, el del resto del globo. De hecho el genuino vocalista se ha
venido apoyando en este disco que tiene más de treinta de vida para sus
repertorios de directo desde entonces y hasta el día de hoy.
Whitesnake: "1987".
Cualquier seguidor familiarizado con la música de Coverdale, Thin Lizzy o con el Hard
Rock de los años setenta/ochenta no tiene más que pegarle una escucha al
disco para caer en seguida en la cuenta de que esas composiciones son
responsabilidad directa de John Sykes.
Y mira que David Coverdale tiene
talento, capacidad para la melodía y una voz privilegiada, pero la inspirada
música que nos muestra dicho álbum no había sonado en ninguno de los surcos de
las anteriores obras de Whitesnake.
El combo de Coverdale no tenía en su
poder todavía ningún “Bad Boys”, con
esa entrada salvaje comandada con un riff
de guitarra asesino cortesía de Sykes,
ningún medio tiempo que destilase la elegancia de los arreglos de “Is This Love”, ningún tema con un deje tan marcado de la escuela de Lynott como “Straight for the heart” o ningún tema como “Dont turn away”, dotado de una majestuosidad idonea para cerrar
cualquier disco con clase. En definitiva, la herencia de Thin Lizzy que tan bien había mamado John Sykes dirigía y campaba a sus anchas por todos los rincones
del disco. Desde luego que el buen hacer de Coverdale también sumaba, pero el acicate definitivo se fraguó con
la explosión musical que Sykes aportó
a esta peculiar mezcla compositiva. El álbum tardó en salir, pero fue un éxito
superventas. Lamentablemente eso no hizo borrar el rosario de la aurora en el
que se convirtió el devenir de la formación que dio a luz semejante obra
musical. Por resumir un poco: David
Coverdale deshizo el grupo y contrato a músicos nuevos. Las malas lenguas
decían que la madre de Coverdale le
aconsejó expulsar a Sykes porque su
imagen le restaba protagonismo al propio David. Seguro que aquí hay muchos
matices y puntos de vista que se nos escapan y que solo conocen los propios
implicados, pero una cosa esta clara: está muy feo expulsar de tu grupo al
guitarrista que te ha compuesto tu disco y eso fue lo que Coverdale hizo con Sykes.
Blue Murder 89: Tony Franklin, John Sykes, Carmine Appice.
John Sykes no se durmió
en los laureles y puso en marcha Blue
Murder. Se trataba de un super grupo junto al batería Carmine Appice, el bajista Tony
Franklin y el propio Sykes en
guitarra y voces. Sacaron un soberbio primer disco denominado como el propio
grupo que sorprendentemente no obtuvo el éxito esperado y el grupo se desbandó.
No se volvió a saber nada de ellos hasta la publicación del segundo álbum
cuatro años después. Sin problema. En el universo de John Sykes nunca han existido las prisas y se mueve a un ritmo
distinto. Nada que objetar si la música que nos ofrece tiene los quilates
habituales. Siguió adelante con su idea y recluto al batería Tommy O’Steen y al bajista Marco Mendoza. Como curiosidad debemos
decir que el propio Coverdale se
apropió del bajista para sus Whitesnake
unos pocos años después. Esto de estar atento a la escena musical y ofrecerle
un puesto en su grupo a los músicos que despuntan con otros artistas es algo
que el bueno de David Coverdale
lleva haciendo desde siempre y que seguro tiene tanto de bueno como de malo. En
fin.
Pero volvamos a Blue Murder.
Ese segundo disco se titulo “Nothin’ But
Trouble” y, haciendo honor a un titulo tan acertado, mostraba una foto de un
niño pequeño, que juraría que es su propio hijo, reinando en el salón de una
casa en plan travieso salvaje. Nada más
que problemas es su traducción y conjuga el doble sentido de su reciente
paternidad de entonces con los numerosos problemas que seguro tuvo que afrontar
con la primera formación de Blue Murder.
Aunque la formación es otra, se usaron algunas cosas grabadas con Appice y Franklin, sin embargo no he sido capaz de averiguar en qué
canciones concretas tocan ambos, por lo que si alguien conoce este dato le
ruego lo comparta con nosotros. En los créditos del disco solo se especifica
que Appice y Franklin colaboran, pero nada más.
Lo que es seguro es que el disco es un cañón, Hard Rock de primera categoría, unas bases rítmicas sin concesiones
y las guitarras de Sykes comandándolo
todo con una clase desbordante. Nos hemos acordado de la canción “I’m on fire” pero podíamos haberlo
hecho de cualquiera del disco, puesto que todo el álbum es de diez. El problema
es que salió en 1993 y en esos años cualquier cosa que oliese mínimamente a Hard Rock era tratada casi con
desprecio. Aunque las labores vocales de Blue
Murder y de sus posteriores discos en solitario las ha asumido siempre John, para este tema invito a Kelly Keeling. A modo de curiosidad
podemos comentar que en una encarnación muy inicial de Blue Murder el rubio guitarrista contó con Ray Gillen, otro cantante como una catedral, pero al final la cosa
no llegó a buen puerto y finalmente fue Sykes
el que asumió las labores vocales. Circula por ahí alguna maqueta de esos
primeros Blue Murder con Gillen a la voz y que te pone firme,
pero la cosa no pasó de ahí.
Blue Murder 93: Tommy O'Steen, Kelly Keeling, John Sykes, Marco Mendoza.
En cuanto a Kelly Keeling
solo podemos comentar que puede que sea uno de los cantantes injustamente más
desconocidos para el gran público y no lo entiendo, tiene una voz descomunal,
un gusto cantando que tira de espaldas y puede alcanzar unos registros
estratosféricos… pero el gran público apenas le conoce. Para todos aquellos que
no hayan prestado atención a este vocalista que colabora y compone en los “Guitar Zeus” de Carmine Appice, les recomiendo encarecidamente la escucha de la
versión del tema “Speed King” de Deep Purple que apareció en uno de los
primeros discos tributo que solo unos pocos años después inundaron las tiendas
y descargas musicales. El disco se llama “Smoke
On The Water: A Tribute To Deep Purple”, salió en el año 1994 y se inicia
con este tema interpretado por Yngwie
Malmsteem y Kelly Keeling.
Aquello es una barbaridad que puede mirar de tú a tú al Gillan de los
setenta y que al de hoy día haría sonrojar.
Pues John Sykes invitó a Kelly para colaborar en “Nothin’ But Trouble” de Blue Murder. Hace coros y se canta
solista este “I’m on fire”. Y solo
podemos decir que hace honor a su título, empiezas a escuchar la canción y te
enciendes hasta quemarte, tu adrenalina se activa y el corazón se te sale de su
sitio en cada salvaje compás de la canción. Es una canción rápida, pero con una
interesantísima y muy currada batería; nada del cien por hora plano y lineal al
que parece que nos vemos abocados si queremos escuchar algo de tralla. Si la
totalidad del tema no tiene desperdicio, el puente y el estribillo te tiran de
espaldas; la agresiva guitarra de Sykes
adorna y comanda los interesantes cambios de la base rítmica, mientras que la
voz de Keeling se desgarra dándolo
todo. El solo de guitarra es marca de la
casa del rubio guitarrista y el final de la canción vuelve a recuperar el
potente estribillo mientras el vocalista se deja el alma intercalándose con los
brutales sostenidos de John Sykes. Puto Rock n’ Roll de la cabeza a los pies.
Blue Murder: "I'm on fire".