Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

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jueves, 28 de diciembre de 2017

Kiss: “Journey of 1000 years”.


Esta es una canción que pertenece al disco de reunión que sacaron en 1998 bajo el título de “Psycho Circus” y este momento es tan bueno como otro cualquiera para reivindicarla en estas páginas. El grupo de Simmons, Stanley y compañía puede que sea uno de los más conocidos y exitosos dentro del mundo del Hard Rock, han grabado un buen montón de discos y canciones que se han ganado por sí mismas su paso a la posteridad, han vendido otro buen montón de discos y, gracias a sus espectaculares y visuales puestas en escena, se tienen bien merecido un lugar importante dentro de la teatralidad en este mundo del Rock duro. Te pueden gustar mucho, poco o nada, pero merecen su respeto.


Ninguno de ellos se han caracterizado por ser grandes músicos, de hecho sus discos en estudio los han venido grabando músicos de sesión pese a que ellos figurasen como los intérpretes. Aunque por sus filas han pasado buenos instrumentistas como Bruce Kulick, Mark St John o Eric Singer, incluso actualmente cuentan con un guitarrista que no pasa de ser correctito tirando para mediocre y que responde al nombre de Tommy Thayer. Lo de Kiss siempre ha ido más de espectáculo acompañado de canciones-himnos de las que se quedan con facilidad en tu cabeza; supongo que eso también tiene su mérito.


Por eso resulta especialmente curioso que se hayan sacado de la manga un tema como el que titula este artículo. Recuerdo perfectamente la fiebre colectiva que nos azotó cuando anunciaron que se reunía la formación original para realizar una gira de comeback con el maquillaje clásico. También recuerdo lo que me gustó el disco en estudio que sacaron poco después, el anteriormente citado “Psycho Circus”, pero lo que realmente me descolocó fue el tema que cerraba dicho cd. Gene Simmons se descolgaba con una composición pletórica de clase, fuerza y estilo. Seamos realistas, del binomio Simmons/Stanley siempre fue el Starchild el que presentó las más inspiradas composiciones -al menos para este humilde escriba-, por lo que resultó doblemente sorpresiva la escucha de esta composición firmada por el God Of Thunder -o por cualquier compositor al que le comprasen los derechos, una práctica muy habitual de los Kiss y de muchos otros grupos-. La canción “Journey of 1000 years” es una composición sobria, intensa y llena de pasión; probablemente la mejor canción que haya sido capaz de componer esta gente en toda su vida. Incluso la letra es especial. Un grupo que, seamos serios, se han pasado todos estos años escribiendo letras tan ridículas como estúpidas -¿”Love gun”, “Christine sixteen”, “Let’s put the X in sex”, “Bang bang you”…? Y mi favorita para estos menesteres: “Uh all night”-. No hablo de la música, solo de la letra en sí; imposible su defensa. Se me hizo chocante hasta el extremo que se descolgasen con semejante muestra de estilo. Una letra con momentos como: “Did you sleep without dreams/did you fly without wings/did you touch without feel/where nothing is real” (podrías dormir sin soñar/podrías volar sin alas/podrías tocar sin sentir/donde nada es real). Esto tiene una calidad desconocida en un tipo como Gene Simmons que se vanagloria de representar muchas de las miserias del ser humano, nuestro adorable Gene siempre se ha mostrado preocupado de hacer dinero a costa de lo que sea, defiende unos valores individualistas y se ha pasado media vida vacilando de las groupies a las que se ha follado en las giras del grupo. Por lo que nuestro angelito nos descoloca sacándose de la manga una letra de este calibre.
Y como broche final la canción termina recuperando a modo de coda la melodía del tema que abre el disco, el propio “Psycho Circus”. Lo dicho: inevitable recuperar su escucha cada Navidad y sentir su estremecedor halo.



lunes, 18 de diciembre de 2017

Los Discos de Navidad. III.


Llega nuevamente la Navidad y, como cada año, se encienden las luces, se abren las puertas de los centros comerciales día y noche, se llenan todos los sitios de gentes de la más variada enjundia, las bocas de los propósitos más retóricos y la superficialidad más profunda toma el mando; en fin. Sepultado entre esta sarta de estupideces tan proclives cada año volvemos a encontrarnos un bonito y delicado mensaje de Esperanza, cada vez más aplastado por las mil y una capas de nuestra estupidez congénita. Solo hay que escarbar un poquito entre las luces de las calles o las ofertas de los escaparates y querer mirarla.
Acompañando a este momento del año tan especial nos encontramos con una nueva hornada de lanzamientos musicales representativos de estas fechas: los discos de villancicos y temas tradicionales navideños. Cada año un buen puñado de grupos se abandonan a la sugerente idea de publicar su disco navideño. Algunos llevan unos cuantos editados y otros realizan su primera inclusión en estos territorios, unos realmente interiorizan el espíritu navideño, a otros sencillamente les gustan las canciones aunque no comulguen con las cuestiones de fondo y para los demás no se trata más que de una especie de experimento o curiosidad. De cualquier modo, la Música es un ente tan poderoso que trasciende a las débiles inquietudes humanas y por sí sola sigue acompañando a la especie humana en su evolución, intentando hacernos ver lo maravilloso del mundo en el que vivimos y que seguimos estropeando cada día.
Cuestiones metafísicas aparte, nos apetece rescatar de nuevo una serie de discos que respiran ese halo positivo y regenerador que la Música como ente pone a nuestra disposición para convertirnos en una especie mejor. Esta vez nos vamos a detener en aquellos cds que no son específicamente navideños pero contienen entre sus surcos alguna versión, adaptación o composición típica navideña. No son discos de villancicos ni discos que respiran esa temática en su totalidad, sino obras que contienen alguna canción determinada que de manera inmediata te traslada a este especial momento del año.


Leonor Marchesi: “El tamborilero”. Del disco “Encrucijada”. 1992.


Nuestra vocalista preferida se dio a conocer en España a raíz de su participación en el grupo Santa que montó el guitarrista Jero a principios de los ochenta. Una gran banda que no tuvo suerte, se separaron en 1987 tras publicar tres discos de elevada calidad. El siguiente paso musical de Leonor fue la publicación de lo que sería su primer disco en solitario. Grabó en los populares Mediterráneo Estudios de Ibiza el recomendable “Encrucijada”. La versión en cassette de la época contenía un tema extra que no aparecía en la versión vinilo/cd. El tema al que nos referimos no es otro que esta adaptación del popular “Tamborilero”, un clásico navideño al que la vocalista le imprimió su particular carácter. Pese a que “Encrucijada” no es un disco con temas populares de estas fechas, la presencia de esta versión –que parece ser la incluyeron a última hora y un poco como algo experimental– tiñe esta obra con ese aire navideño tan peculiar. Es casi un ritual la escucha de este disco cada mes de Diciembre desde que cayó en mis manos, un domingo por la noche mientras conduces tu coche para entrar en tu ciudad puede ser el momento de escucha idóneo.


Stryper. “Winter wonderland”. Del Disco “7 Weeks: Live In America 2003”. 2003.


Los rockeros cristianos se pasaron los años ochenta hablando de Dios, pero curiosamente nunca incluyeron ninguna canción específicamente religiosa en sus discos clásicos. Hubo que esperar hasta su renacimientos allá por el año 2007 para que nos presentasen un concierto en directo que incluía el clásico villancico “Winter wonderland”. Este disco no es navideño ni lleva esa temática, pasa por ser el primer directo del grupo y presenta sus canciones más conocidas como las interpretaron en vivo durante esa gira de reunión. Sin embargo no puedo evitar rescatarlo cada Diciembre y pegarle una escucha entre adorno y adorno del árbol de la estrella. Pese a su malísima producción –de las peores que me he llevado a los oídos- no deja de ser un placer revisar los éxitos que fueron capaces de componer Michael Sweet y compañía. Y siempre es un placer escuchar la versión que aquí aparece de su conocido “To hell with the devil” con ese grito final estratosférico del señor Sweet. De matrícula. Aquí rescatamos la versión que apareció en el dvd "Live In Puerto Rico" del año 2007.



Blackmore’s Night: “Once in a million years”. Del disco “Beyond The Sunset”. 2004.


El proyecto tan interesante para unos como irritante para otros de nuestro querido/odiado Ritchie Blackmore ya publicó su propio disco de villancicos, incluso lo reseñamos el pasado año en un artículo de este tipo, pero prácticamente la totalidad de su discografía con Blackmore’s Night presenta versiones y adaptaciones de temas clásicos –unas veces reconocidos en los créditos de sus cds y otras no-; recuerdo que un antiguo amigo mío, gran seguidor de Blackmore, me comentaba hace bastantes años que empezó a trabajar en unos grandes almacenes y que se pasaba el día escuchando villancicos por el hilo musical del susodicho centro comercial durante las navidades… y aseguraba que casi todas las canciones de los primeros discos de Blackmore’s Night eran versiones de los villancicos que sonaban, afirmación que comparto; de hecho “Greensleeves” no deja de ser “What child is this”, por citar solo un ejemplo, aunque esto no es solo culpa de Ritchie y conviene reseñar que el primero es el original. Aquí nos vamos a detener en el disco recopilatorio que publicaron bajo el título de “Beyond The Sunset”; bueno, en realidad se titula “Beyond The Sunset: The Romantic Collection”. Un artefacto que, según el propio Blackmore, constituía la banda sonora ideal para una boda… ¿? Imposible seguir los razonamientos de nuestro trovador malhumorado por excelencia. Frivolidades aparte y con la incertidumbre de la validez de un recopilatorio tras solo cuatro cds de estudio publicados, debemos comentar que el disco se abre con la pequeña joya que encabeza este texto. “Once in a million years” es delicada y tierna, pero sin caer en la ñoñez, una canción que inmediatamente te arropa en su manto invernal y te protege del frío de Diciembre. El disco se completaba con un maxi de regalo de edición limitada bajo el título de "Christmas Songs" en el que aparecían tres adaptaciones de villancicos navideños y que me parece que ya no está disponible, aunque esto lo dejaremos para las próximas navidades.




Jethro Tull: “Ring out solstice bells”. Del disco “Songs From The Wood”. 1977.


Aquí entramos en palabras mayores. Ian Anderson es otro de esos escasos creadores que podemos catalogar como genio; uno de entre un millón. Su música es personal y perfeccionista hasta el extremo. Admirado por todos, copiado por muchos e influencia de varias generaciones de artistas de todos los rincones del mundo. El conocido flautista, que además toca la guitarra, teclado, bajo, saxo y casi cualquier cosa que se ponga en su camino y que pueda producir música, decidió un buen día formar un grupo musical hace ahora unos cincuenta años y ahí sigue, haciéndonos felices a muchos de nosotros.
La canción que nos ocupa no es más que otra de las maravillas que nos ha ofrecido a lo largo de estos años. Apareció en el imprescindible disco “Songs From The Wood” y, como bien indica el título de la canción que nos ocupa, trata sobre el solsticio de invierno. En apenas tres minutos y medio Anderson consigue evocarnos  la magia de estas fechas del año con todos los matices y connotaciones que el maestro sabe dibujar cuando empuña su paleta y trabaja sus gamas de colores. 


Ni que decir tiene que hasta el mismísimo Rirchie Blackmore es otro aprendiz más de Anderson. A cualquiera que se fije unos segundos no se le puede escapar que todo el entramado del proyecto Blackmore’s Night no deja de ser un intento de emular este universo tan especial de nuestro adorable flautista, con desiguales resultados, desde luego. Incluso uno de los discos e nuestro dúo renacentista preferido se parece sospechosamente al concepto de este disco de los Jethro Tull. Blackmore’s Night publicó en el año 2001 el cd “Fires At Midnight” y curiosamente el último tema del “Songs From The Wood” de los Tull se titula también “Fire at midnight”; pero es que las coincidencias no terminan ahí, la contraportada de Blackmore’s Night también presenta lo que sería una hoguera en el bosque al igual que la imagen que presenta el disco de Jethro con un Anderson al calor de una hoguera en pleno bosque.




Jeff Beck: “Corpus Christi carol”. Del disco “Emotion And Commotion”. 2010.


Seguimos con las palabras mayores. Otro de esos músicos con un toque tan personal como especial, en cuanto lo escuchas puedes reconocerlo por su toque, su sonido y su calidad compositiva. La mayoría de guitarristas importantes, incluidos sus propios coetáneos, se quitan el sombrero ante él y lo reconocen como una de sus influencias; volviendo a Blackmore, comentaba hace años que las notas que tocaba Jeff Beck no era capaz de encontrarla en su guitarra y eso viniendo de alguien como The Man In Black es todo un cumplido.
Beck no tiene ningún disco específico de villancicos, pero cualquiera de sus composiciones tiene ese toque místico que resulta cercano al espíritu del que hablamos en este artículo. Colaboró hace unos años en el estupendo disco dirigido por Steve Vai y titulado “Merry Axemas” aportando una revisión de “Amazing Grace”. De este proyecto hablamos las pasadas navidades, Vai reunió a un elenco de guitarristas y cada uno realizó una versión de algún clásico navideño. Ni que decir tiene que en cuanto empezaron los primeros acordes del tema de Jeff Beck aquello tomó un rumbo mágico. Hace poco sacó un disco con temas clásicos de distinta naturaleza entre los que se incluía este “Corpus Christi carol”, toda una delicia para unos oídos nuestros castigados con tanta mediocridad reinante.



Brian May & Kerry Ellis: “Amazing grace”. Del disco “Golden Days”. 2017.


Recientemente el bueno de Brian nos sorprendió a todos con un nuevo disco compuesto por versiones de clásicos y algunas nuevas canciones propias. Este disco del que ya hablamos hace tiempo en estas páginas nos presenta una sugerente revisión del clásico “Amazing grace” con la agraciada voz de Kerry Ellis, descubrimiento de Brian para los mil y un musicales y proyecto de dudosa enjundia que se han venido inventando durante todos estos años para intentar revivir el éxito de Queen. Otro disco que, sin ser navideño, resulta ideal para esta fechas.



Alcatrazz: “Suffer me”. Del Disco “No Parole From Rock n Roll”. 1983.


El siempre inquieto Graham nos ha venido regalando uno tras otro discos de calidad superior, bien bajo sus propios grupos o colaborando con artistas de renombre. Es un hecho que tiene una voz, un tono y una potencia únicos, por lo que prácticamente todos los grandes músicos le han buscado para que cantase sus canciones. Cierto es que debe ser un tipo bastante peculiar a muchos niveles, pero ¿qué artista no lo es? Ahora nos vamos a referir al primer disco de Alcatrazz, una joya que se encuentra en la mayoría de las estanterías de cualquier seguidor del Hard Rock en un lugar preferente; la trilogía de discos formada por “Down To earth” de Rainbow, “Assault Attack” de Michael Schenker Group y este “No Parole From Rock And Roll” de Alcatrazz no está al alcance de muchos; pues bien, estos discos tienen en común que todos están cantados por el amigo Graham y su torrente de voz.
El tema que nos ocupa no habla de Navidades, ni fiestas ni nada por el estilo y el disco no tiene ninguna relación con la Navidad en sí. Lo que ocurre es que la temática de la canción te sitúa en pleno invierno y la tristeza que desprende hace que inmediatamente me traslade a esta fecha del año tan especial. Un tema triste, especialmente indicado para todos aquellos que dudan de la capacidad compositiva de Bonnet.



Graham Bonnet: “Winter days”. Del disco “Underground”. 1997.


Más Graham Bonnet. Ahora toca su discografía en solitario. El disco “Underground” supuso su vuelta a los ruedos tras la pobre repercusión que tristemente obtuvo con el extraordinario proyecto de Blackthorne. En este disco solista recuperó a Danny Jonhson a la guitarra, de los últimos días de Alcatrazz, y se sacó de la manga un disco de alto octanaje musical. Desde luego que no es disco de Navidades ni nada por el estilo. Sin embargo, el tema que nos ocupa recrea sensaciones de estas fechas y amplía la gama de colores que presenta un cd que, siempre en clave del Rock, rezuma eclecticismo por todos sus poros.



Geoff Downes: “Ave Maria”. Del disco “Vox humana”. 1992.


El intrépido teclista de Asia y de Yes, curtido en mil y una batallas musicales, publicó su primer disco en solitario a mediados de los noventa. Jamás pensé que iba a presentar una obra tan completa e inspirada. Pese a no ser un disco de temas navideños consigue que el oyente respire ese aura en cuanto empieza a sonar. Contiene una espléndida revisión del clásico “Ave María”, aunque cualquiera de sus cortes merece atención. Increíble el tema “Moon under the water”, una de las canciones más emotivas que haya escuchado en mi vida y con una parte final de órdago; la sutileza de la sencillez.


Tarja: “Ave Maria”. Del disco “In Concert. Live At Sibelius Hall”. 2011.


La cantante escandinava tiene en su haber dos discos de temática navideña, de hecho el segundo de ellos lo ha publicado hace unas semanas. Ambos suenan francamente bien y demuestran que hubo vida después de Nightwish desde el minuto uno, incluso lo primero que publicó en solitario tras abandonar la nave del teclista Tuomas Holopainen fue su primer disco navideño titulado “Henkays Ikuisuudesta” e interpretado en finlandés casi en su totalidad. Sin embargo esta vez nos vamos a detener en el disco en directo “In Concert” que se publicó a finales del 2011 y que supuso el primer concierto en vivo que publicó nuestra intrépida vocalista. Este directo se grabó con arreglos clásicos y, aunque no es un disco de villancicos como tal, contiene algunas canciones de temática navideña. Además del pequeño y delicado “Ave Maria” aparecen otras piezas como “Varpunen joulaamuna”, “En etsi Valtaa loistoa” o “Jouluyo, juhlayo”, que no es otra cosa que “Silent night”. Junto a los dos cds citados anteriormente conforman la perfecta trilogía para acompañar las tardes noches navideñas, acompañados de una vela y una copa de buen vino.




Neal Schon: “Ave Maria”. Del Ep “Ave Maria”. 2017.


Una de las mejores noticias de este mes de Diciembre. El emblemático guitarrista de Journey ha decidido sumarse a la comunidad de artistas que han publicado algún trabajo musical de temática navideña. La obra que nos presenta es un Ep de cuatro canciones a cuál más interesante. Pese a aparecer en estas fechas no es exactamente un disco de canciones tradicionales de Navidad. Exceptuando “Ave Maria”, las otras tres canciones son versiones de temas clásicos aunque no villancicos. No pasa nada, el bueno de Neal ha escogido tres canciones que no desentonan en absoluto con el espíritu navideño. Dos de las versiones son temas de los propios Journey, hablamos de “Open arms” y “Fairhfully”, que llevan una temática paralela a estos menesteres. La cuarta versión es una clásico del inmortal “Can’t help falling in love”, del Rey. Con este póquer de ases un músico del calibre de Schon tiene la partida ganada. Claro.


The Brian Setzer Orquestra: “Stray Cat strut/You’re a mean one, Mr. Grinch”. Del disco “Christmas Comes Alive”. 2010.


Y para finalizar no se me ocurre mejor remate que esta canción aparecida en el disco en directo navideño que publicó Brian Setzer hace unos años. El disco en sí es de esta temática, por lo que el lector podría pensar que se escapa del hilo conductor de este artículo. Es cierto, no es un disco al uso con una canción o dos navideñas. Hemos escogido esta pieza precisamente por todo lo contrario: porque es una mezcla de un tema evidentemente navideño con un clásico de Stray Cats que no tiene nada que ver con estas fechas… ¿o sí? Juzguen y disfruten de un tipo que derrocha clase y estilo cada vez que crea música o se sube a un escenario. Feliz Navidad.

                                                  En directo. Gibson Amphitheater. 17.12.11.