Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

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jueves, 7 de marzo de 2024

Brian May: "Driven By You". Una declaración de amor II. Versión del Festival Leyendas de la guitarra.

En efecto, Brian May y Steve Vai juntos sobre el escenario. Ocurrió en el festival Leyendas de la Guitarra celebrado en el auditorio de La Cartuja de Sevilla el 15 de Octubre de 1991. Esa fue la primera vez que Brian May interpretó en directo su composición "Driven by you", publicada como single oficial apenas un mes después. La banda, de lujo: Cozy Powell tras los tambores, Neil Murray al bajo y Steve Vai haciéndote las rítmicas. ¿Qué más le puedes pedir a la vida?



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martes, 13 de febrero de 2024

G3. Satriani - Vai - Johnson + Nita Strauss: "Foxy lady".

Un poquito de Rock' n' Roll. Bis del concierto celebrado en el Orpheum de Los Ángeles, California, dentro de la gira aniversario del primer G3. Repiten cartel Joe Satriani, Steve Vai y Eric Johnson. Aquella novedosa gira formada por tres guitarras con una parte de actuación para cada uno de ellos como solista y un bis final con los tres juntos se presentó en directo por primera vez en el año 1996. Los mismos tres músicos que ahora vuelven a recorrer Norteamérica con el mismo proyecto. Mucho ha llovido desde entonces

En esta actuación invitaron a subir a escena a la guitarrista Nita Strauss para interpretar este clásico de Jimi Hendrix. Para disfrutar si sientes algo al escuchar una guitarra eléctrica.

 

 

 

 

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jueves, 8 de septiembre de 2022

“The temple of the king”. Concierto en Madrid de Alcatrazz con Doogie White a la voz.

Ayer miércoles la capital madrileña recibía al grupo que diese a conocer a Yngwie Malmsteen a nivel mundial. La sala Shoko, ubicada en una de las zonas más céntricas, bonitas y de más fácil acceso de Madrid, era la escogida para el show de la banda. Ante todo debo comentar que las líneas que vienen a continuación no son una crónica de dicha actuación, ni tienen la intención de serlo, ni nada por el estilo; simplemente son una serie de consideraciones y sensaciones que el que esto escribe experimentó durante el show y el considerable cruce de cables que supuso a todos los niveles, para bien y para no tanto.

Conviene que nos pongamos en situación. Alcatrazz es el grupo que montó Graham Bonnet a mediados de los años ochenta tras ser sumarísimamente expulsado del combo de Michael Schenker. Sacó tres discos en esos años que han pasado el test temporal con altísima nota, de hecho los dos primeros son considerados como clásicos para muchos de nosotros. Se separaron al no poder estabilizarse, los miembros salieron tarifando entre ellos y todas esas cosas que le han pasado a infinidad de grupos de música. Tras más de veinte años Bonnet decidió resucitar la mítica banda con otros componentes entre los que se encontraba el magnífico guitarrista Howie Simon para ofrecer algunas actuaciones de directo, por supuesto España no incluída. El grupo entró en una fase Guadiana de aparición/desaparición hasta que el milagro se obró y Graham consiguió encauzar su relacción con los miembros de la formación clásica Jimmy Waldo al teclado y Gary Shea al bajo, realmente con Waldo siguió manteniendo el contacto durante años anteriores llegando a formar parte este último del grupazo Blackthorne que puso en marchar Bob Kulick con el propio Bonnet a las voces.

Alcatrazz 84: G.Shea, J.Waldo, Y.Malmsteen, G.Bonnet y J.Uvena.

Alcatrazz 85: G.Shea, S.Vai, J.Waldo, G.Bonnet y J.Uvena.

Alcatrazz 86: J.Waldo, J.Uvena, G.Bonnet, D,Johnson y G.Shea.

Sacaron un disco de estudio, el interesante “Born Innocent” y el directo “Parole Denied”. Al trío original le acompañaba en esta nueva etapa el batería Mark Benquechea y el guitarra Conrado Pesinato. Éste fue sustituído un par de años después por Joe Stump; elección lógica, ya que Stump es un clon de Malmsteen. Poco duró la paz en el paraíso, ya que poco después tanto Graham por un lado como el resto del grupo por otro sacaban unos tristes y duros comunicados en los que venían a decir que la formación se rompía y que la culpa era del otro bando; lo de siempre. Por mi parte lo tuve claro en su momento y lo sigo teniendo claro a día de hoy: yo soy de Graham Bonnet, el grupo lo montó él y él debería tener la razón y el nombre. Discusión zanjada.

El resultado fue que Graham Bonnet ha seguido con su carrera en solitario y además ha anunciado a Jeff Loomis como guitarrista de lo que parece ser se llamará Graham Bonnet's Alcatrazz. Por su parte los otros Alcatrazz llamaron a Doogie White para el puesto de vocalista. El pasado año publicaron el disco “V”, un álbum muy bueno… pero que no es Alcatrazz. Las personalísimas e imposibles líneas vocales de Graham Bonnet ya no están; normal, nadie más puede cantarlas en su tono original. White y Bonnet son amigos y el bueno de Doogie poco menos que venera a Graham, como lo hace todo aquel que tenga orejas que le funcionen, por lo que no creo que haya habido tensiones entre ellos a la hora de ponerse el anterior al micro del grupo de este último; supongo que hasta Doogie le comentaría a Graham el ofreciemiento cuando lo recibió, de hecho no me extrañaría nada tratándose de un tipo tan íntegro y tan especial como Doogie White. Luego tendremos unas palabras para este cantante de la escuela clásica y con el coco perfectamente amueblado para dedicarse a esto de tocar Hard Rock.

Alcatrazz 07: H.Simon, G.Bonnet, G.Sobel y T.Luce.

Alcatrazz 17: J.Waldo, G.Shea, G.Bonnet, J.Stump y M.Benquechea.

Alcatrazz 22: L.Paterson, J.Stump, D.White. G.Shea y J.Waldo.

Con estas me presenté este pasado míercoles en la sala Shoko, dispuesto a presenciar un buen espectáculo por parte de unos tipos curtidos en mil batallas y que saben a la perfección de lo que va el asunto. Dicho asunto fue un cúmulo de situaciones descorcentantes casi desde el minuto uno. En la propia entrada especificaba claramente los horarios de actuación: Alcatrazz a las 20,00h y Girschool a las 21,30h. Me resultó curioso que en el fondo Alcatrazz fuesen los teloneros de las Girlschool, pero no viene con ellos Graham Bonnet y así está el patio hoy en día. Por mi parte, perfecto. Acaba antes el concierto que me interesa y luego tienes más tiempo para tomarte algo en el post concierto, parte de cualquier show casi tan importante como la actuación en sí misma.

En fin, que situamos nuestras orejas en el interior de la sala a las 19,55h, después del pre concierto en la barra de los bares de los aledaños, y comienza la fiesta. En la sala estábamos apenas una veintena de personas -sí, veintidós, me entretuve en contarlas- y el panorama lo cierto es que era bastante desesperanzador. Extraño retraso de más de diez minutos para una sala que se caracteriza por cumplir los horarios de los conciertos de Rock, para otras cuestiones no lo sé ya que jamás he pisado esta sala para cualquier otra cosa. Incluso Joe Stump se da una vuelta por el foso para que un par de fans, el resto no sé siquiera si le reconoció, se haga unas fotos con él. De pronto se enciende la máquina de humo del escenario y se para la música. Bien, va a comenzar el show. Sin embargo pasan los minutos y no sale nadie a escena, todo esto sin música sonando; raro, raro. Una chica supongo de producción de los grupos se acerca al técnico de sonido y le dice en inglés que salen en diez minutos; lo escuché porque estaba al lado y porque éramos cuatro gatos en esos momentos. Pasados algo más de cinco minutos suena un guitarrazo y sale a escena una de las Girlschool. No me jodas. Tardo poco en comprender que va a haber que esperar algo más para ver a Alcatrazz. Adelanta su actuación el clásico combo de chicas y dejan a más de uno con un palmo de narices, incluído este humilde escriba. No sé qué pasaría en el backstage, pero imagino que alguna tensión habría para que a última hora cambiase el orden de actuación y Alcatrazz cerrase la velada. El interés del que esto escribe por ver a Girlschool es inexistente y, pese a reconocer su impronta y enjundia como banda, no tengo el más mínimo interés en gastar una hora de mi vida en su actuación; para qué vamos a andar con buenismos y estúpidos velos. Lo de tantas veces en nuestro querido y a veces gris submundo musical. La falta de seriedad, incoherencia y hasta la más pura incompetencia campan a sus anchas más de lo deseado si hablamos de Rock duro. Compras una entrada, pagas el dinero que te piden por ella, te organizas para poder cuadrar el evento, llegas al garito de turno y te encuentras una chapuza tras otra.

Por supuesto trasladamos nuestras bocas a la entrada para explicarle a los de la sala el inesperado cambio en los horarios, que no hay intención alguna por nuestra parte de presenciar el show de Girlschool y que nos dejen salir para seguir con el pre concierto en el bar más próximo. Nos comentan amablemente que no se puede, que podemos salir a la zona de fumadores a esperar si queremos. Ya entonces nos vemos en la obligación de recordarles que son ellos los que están incumpliendo el acuerdo implícito que estableces al comprar la entrada, parvulario de Derecho, y es cuando el de seguridad nos dice que podemos salir pero que al volver a entrar le busquemos. Le comento que no se debe preocupar, puesto que poca gente más le va a solicitar lo que pedíamos nosotros. Una hora y un par de copas después volvemos a la entrada de la sala y, efectivamente, nuestro amigable seguridad cumple con su palabra y nos deja pasar por otro lado para que no nos vuelvan a pedir la entrada. Agradecimientos a este tipo tan amable, pero cuestionamiento de que, aunque ellos incumplan la oferta que has decidido comprar y que se especifica de modo claro en la entrada, parece como que te hagan el favor de permitirte salir en lugar de que puedas hacerlo por derecho propio. En fin.

Accedemos de nuevo al interior, pasando entre el personal que se encuentra fumando tras finalizar la actuación de Girlschool, mientras suena la invetable música de fondo para amenizar el lapsus entre los dos conciertos. Nada más ubicarnos, y todavía con la susodicha música de ambiente, irrumpe en escena Doogie White seguido del resto del grupo. Toma el micro central y, pisando el hilo musical y al despistado técnico de sonido de la sala que rápidamente reacciona cortándola de manera súbita, comienza el show de Alcatrazz. Lo primero que hace Doogie, antes de que el grupo haga sonar sus instrumentos, es agradecer nuestra presencia e indicar que se han despachado setenta y nueve entradas para este concierto. Se pregunta en voz alta el bueno de White si solo hay este número de gente en la capital que quiera disfrutar de una noche de Hard Rock en directo. Con todos ustedes el señor Doogie White, directo y frontal, sin contemplaciones ni medias tintas, genio y figura.

Acto seguido los músicos comienzan a sacar música de sus instrumentos. La primera en sonar es “Grace to God”. El sonido no es bueno, bastante saturado e impropio de una sala que tiene buena acústica y en la que hay poquita gente. Será una constante durante toda una actuación que nuestro hombre a los controles no supo arreglar en ningún momento, tampoco parecía que le preocupase mucho realizar su difícil trabajo con la calidad requerida por los músicos. Ya te puede estar saliendo el concierto de tu vida, que si suenas mal el resultado final será pobre y tapará tu interpretación, aunque sea sublime. De hecho el propio Doogie pasó del retorno al quitarse sus auriculares ya en la segunda canción.

                                                   Alcatrazz: "Grace of God". Vídeo oficial.

El repertorio fue otra de las sorpresas que nos tenía preparada la noche. Llevo escuchando los discos de Alcatrazz durante toda mi vida, por lo que estoy familiarizado de sobra con su catálogo. Esta noche, la formación que comandaba Doogie White tocó tan solo ¡tres! temas de la discografía del grupo. Tres. Hay que reconocer que también interpretó otros tres de su último disco. El resto del repertorio se completó con canciones de discos de Michael Schenker y Rainbow en los que participó Doogie. De este modo el set list quedaba con una mitad de temas de Alcatrazz y la otra con versiones de otros grupos. Esto es para cogerlo con alfileres. Si te llamas Alcatrazz lo suyo es que defiendas tu nuevo disco en vivo y completes con el resto de tu catálogo. Tocar solo tres temas de los discos clásicos resulta, como decirlo, de dudosa enjundia. Ahora bien, cantar canciones de Graham Bonnet resulta misión casi imposible para el resto de los mortales; seamos claros: el tono de Bonnet es un regalo divino que posee solo el propio Graham y que resulta imposible para el resto de sus semejantes. Solución: no te llames Alcatrazz. Pero imagino que esto es marginal.

Pese a lo suicida de la empresa, Doogie cantó bastante bien los tres temas de Graham y se lució en la mayoría de los suyos. Ha perdido ese timbre tan característico y especial con el que nos deslumbró hace veintisiete años cuando Ritchie Blackmore le reclutó para el disco de su regreso a Rainbow titulado “Stranger In Us All”, pero sigue teniendo una muy buena voz. Menuda joya de disco con el que Ritchie volvió a demostrar quién era el auténtico Boss y que al que esto suscribe le sigue resultando tan imprescindible, evocador y mágico como el primer día. Por lo tanto, otro cruce de cables más. Vas a ver Alcatrazz y casi no suena música de Alcatrazz… pero te tocan cosas del “Stranger In Us All” interpretadas por su cantante original. Las escogidas fueron “Ariel”, “Too late for tears” y “Wolf to the moon”; con esta última se abría el disco y Ritchie nunca la llegó a tocar en directo completa, siempre la unía antes del “Difficult to cure”, por lo que fue un completo placer escucharla en vivo en su totalidad. Solo se enturbió por el cutre sonido que nuestro entrañable técnico nos estaba regalando a todos los asistentes.

Doogie White no se amilanó ante una sala medio vacía. Se vino arriba y tiró del resto del grupo, volcándose en cada canción y sufriendo para sacar adelante las de Graham Bonnet, pero demostrando que está capacitado para hacerlo con aprobado. Es en estas salas y ante estas circunstancias donde un músico demuestra de qué pasta está hecho y ahí Doogie hizo que nos quitáramos el sombrero. Incluso se permitió el lujo de improvisar junto a un Joe Stump que hizo lo que pudo por acompañarle. Sabemos que tocar bien no es fácil, pero improvisar y que no acabes haciendo el ridículo solo está al alcance de unos pocos escogidos. Seguro que este fue uno de los motivos por los que Blackmore le seleccionó para sus reformados Rainbow allá por el lejano 1995. Recuerdo muy bien el concierto que ofrecieron en el mítico Hammersmith Odeon londinense durante su gira presentación. Era un frío tres de Noviembre del noventa y cinco. Era mi primera vez con Rainbow y era mi primera vez saliendo de España para asistir exclusivamente a un concierto en directo; por supuesto la posibilidad de que Rainbow actuase en España durante esa gira era inexistente. Con todos los miedos lógicos de un chaval que se lanza a esa aventura y con el añorado descerebramiento que uno se gasta cuando es muy joven decidí liarme la manta a la cabeza y meterme en uno de mis odiados aviones. La experiencia no pudo resultar mejor: un concierto de Rainbow que nos voló por completo la cabeza a los que decidimos asistir. Un Ritchie Blackmore y su grupo perfectamente engrasados e inspirados nos desarmaron por completo durante las dos horas y tres cuartos que estuvieron sobre las tablas; sí, eso duró exactamente, lo tengo registrado para el recuerdo. Ritchie y Doogie improvisaron como los ángeles durante temas como “Long live Rock n’ Roll” o “Man on the silver mountain” y por momentos a través de mi erizada piel y en mis humedecidos ojos aparecía la mítica secuencia del binomio Blackmore/Dio haciendo magia en el vídeo del directo de Alemania de la WDF del setenta y siete, pero esto es marginal. Y esta pasada noche de Septiembre 22 un Doogie White que muestra en sus facciones y en sus gestos lo dura que ha debido ser la vida con él en estos años, nos hacía testigos del homenaje que le estaba haciendo a la música que ama y a los tres años que tocó y compuso codo con codo junto al genio de las seis cuerdas que ha iluminado la vida de muchos de nosotros y que responde al nombre de Ritchie Blackmore. Demasiadas sensaciones encontradas para un único concierto.

Ya se acercaba el final de la actuación y para el último tema, allí no hubo bis ni nada que se le pareciese, Doogie dejó a un lado su micro y se puso a cantar a pecho descubierto ante un respetable merecidamente entregado al vocalista. La canción escogida no pudo ser más certera: “The temple of the king”. Sí, lo de antes, tampoco es de Alcatrazz, pero para esos momentos ni falta que hacía que lo fuese. La delicada balada que apareció en el primer disco de Rainbow, sin duda una de sus canciones más emblemáticas, y que nunca había sido interpretada en directo hasta aquella mágica gira del grupo del Arco Iris del noventa y cinco era la escogida para cerrar una noche de sentimientos tan encontrados. Doogie White consiguió sacar nuestras emociones a flor de piel y ni siquiera el dichoso técnico de sonido dedosdepalo pudo joder el momento. El final con un Doogie cantando a pelo y sin micro, demostrando la potencia de su voz y pidiendo a la gente que tararease el estribillo mientras recordaba la figura de Ronnie James Dio a voz en grito, demostraba una vez más que este tipo musicalmente y seguro que en los demás ámbitos de su vida se viste por los pies. Ese delicado final puede que ya me siga acompañando en un rinconcito de mi cabeza durante el resto de mis días.

 


 

 

                                                 Alcatrazz: "God blessed video". Vídeo oficial.
 

 

     Rainbow: "Man on the silver mountain". Hammersmith 3.11.95. Bootleg. Pura magia la improvisación de la parte final.

 

domingo, 14 de agosto de 2022

Eddie Van Halen. El imposible concierto homenaje II. Set list

Como bien comentaba con anterioridad, tengo muy claro en mi cabeza cómo daría forma a ese imposible concierto especial homenaje a la figura de Eddie Van Halen... y si de esta humilde pluma dependiera, seguro que sería todavía más imposible. Quiero que quede claro que el concierto ideal abarcaría los doce discos de estudio más los temas inéditos de los dos recopilatorios enteritos, eso que vaya por delante; sin embargo, en un esfuerzo por parecer medio normal hemos realizado una suerte de selección que recorre toda la carrera discográfica de nuestro grupo favorito. A lo largo de unas cincuenta canciones y durante unas cuatro horas hemos dado forma a esta especie de sueño de fan enfermizo. Tres partes diferenciadas con cada uno de los tres vocalistas que se pusieron frente al exigente micro de Van Halen, con el peso específico que este humilde escriba opina que debe tener cada uno según su paso e impronta en la banda, y una parte final dedicada a los bises. Se subirían al escenario el batería Alex Van Halen, Wolfgang Van Halen a la guitarra, los vocalistas David Lee Roth, Sammy Hagar y Gary Cherone y el bajista Michael Anthony; todos los miembros que han pasado por las diferentes encarnaciones de Van Halen. Además se invitaría al bajista Billy Sheehan y a los guitarras Joe Satriani y Steve Vai. Sheehan y Vai formaron parte del grupo de David Lee Roth en solitario y Satriani formó con Hagar en el grupo Chickenfoot. En cada sección del show especificamos a los músicos que participarían y darían forma al concierto que nunca verán nuestros ojos. Soñar es gratis. Dreams.

 

   -Parte I: 20 min.

    Gary Cherone: voz, Wofgang Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.

Intro: Loss of control

Fire in the hole

Ballot or the bullet

Once/Whitout you

 

   -Parte II: 75 min.

    Sammy Hagar: voz, Joe Satriani: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.

Hello baby/AFU

The seventh seal

Poundcake

Why can't this be love

When it's love

Learning to see

Don't tell me

Not enough

Can't stop loving you

Feels so good

Mexico (del disco “Livin' It Up” de Sammy Hagar).

Best of both worlds

Summer nights

Finish what you started

Source of infection

In and out

Big fat money

Feeling

 

   -Parte III: 90 min.

    David Lee Roth: voz, Steve Vai: guit, Billy Sheehan: bajo y Alex Van Halen: bat.

Unchained

I'm the one

You really got me

Running with the devil

Dance the night away

Tattoo

Mean street

Drop dead legs

So this is love

Little guitars

I'll wait

Can't get this stuff no more

Everybody wants some

Somebody get me a doctor

Romeo delight

Girl gone bad

Could this be magic

Stay frosty

California girls (del disco “Crazy From The Heat” de DLR).

Ice cream man

The full bug

 

   -Bis I: 10 min.

    Gary Cherone: voz, Wolfgang Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.

Distance

From afar

 

   -Bis II: 15 min.

    Sammy Hagar: voz, Wolfgang Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.

Right now

Dreams

 

    -Bis III: 15 min

    David Lee Roth: voz, Wolfgang Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.

Eruption

Ain't talkin' bout love

Panama

 

   -Bis IV: 15 min

    David Lee Roth: voz, Wolfgang Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.

1984

Jump

Hot for teacher (Todos los músicos).

 

Outro: Happy trails.

 



jueves, 21 de julio de 2022

Steve Vai: "Lotus feet". Un ser superior.

Que Steve Vai no solo es uno de los músicos más personales, reconocibles, influyentes y visionarios que ha pisado esta tierra, sino también uno de esos escasos genios que ha conseguido crear algo tan único y especial que le permite mostrar nuevos caminos al resto de los pobres mortales, es algo que tiene claro cualquiera que sienta algo cada vez que suena una guitarra. Sirva de ejemplo esta delicada maravilla que lleva por título "Lotus feet". Aparecida en el disco "Real Illusions: Reflections" de principios del año dos mil cinco y nominada a los premios Grammy como mejor interpretación instrumental de Rock. Exquisita, delicada, preciosista composición de compleja sencillez e inalcanzable técnica. Grabada para el disco a partir de tres tomas de directo con orquesta en Holanda en el año dos mil cuatro. Ahora que todavía está fresco su paso por nuestro país, es el momento perfecto para reivindicar una vez más el prodigioso talento de esta especie de ser extraterrestre. Para los paladares más exigentes y para todo aquel que sea capaz de emocionarse con lo que entra por la oreja en forma de música.

 

                                       "Lotus feet". Directo con la Metropole Orquesta de Holanda.


                                                       "Lotus feet". Versión original.


sábado, 7 de abril de 2018

G3: Joe Satriani, John Petrucci y Uli Jon Roth. Gira europea y conciertos en España.


Estos tres grandísimos músicos se encuentran embarcados en una gira por Europa y justamente en estos días actúan en territorio español, más concretamente en Bilbao, Barcelona y Madrid, por lo que todo aquel que sienta la más mínima pasión por el instrumento de seis cuerdas no debe dudar ni por un solo segundo en acercarse al concierto que le pille más cerca de su residencia para poder disfrutar de algo de lo que pocas veces podemos presenciar y disfrutar. Cada guitarrista está acompañado de los siguientes músicos: Uli Jon Roth viene con Niklas Turman a la guitarra y voz, David Klosinski a la guitarra, Corvin Bahn al teclado, Michael Ehre a la batería y Nico Deppisch al bajo. John  Petrucci se acompaña de Dave LaRue al bajo y Mike Mangini en la batería. Por su parte Joe Satriani toca con la base rítmica de John Travers y Bryan Beller en la batería y bajo respectivamente y Mike Keneally en el teclado y guitarra; atentos a Keneally que nos voló la cabeza con un pedazo de solo de guitarra en la última visita con Satriani a Madrid y que demuestra la enorme calidad que atesora.


La idea del G3 gira en torno a la figura de la guitarra, es una especie de concierto/festival en el que actúan tres guitarristas con sus respectivos músicos o con una base rítmica buscada para la ocasión –siempre según decida cada invitado–. Cada guitarrista toca por separado un set de unos cuarenta y cinco minutos de duración, a veces el segundo o el tercer acto pueden alargarse algo más en el tiempo, para finalizar todos juntos en escena interpretando tres o cuatro canciones más a modo de bis. Todo un orgasmo, no solo guitarrero sino musical en toda su esencia. El concepto del G3 salió de la privilegiada mente de Joe Satriani –como no podía ser de otro modo, un tipo de esos que ha marcado a su generación–. Alguien como Satriani –con una arrolladora personalidad, muy por encima de egos y demás superficialidades  estúpidas y con una capacidad de comunicación y transmisión de conocimientos casi tan grande como su talento–, decidió un buen día que sería perfecto ofrecer un espectáculo enfocado al universo conceptual de la guitarra en el Rock. Puso a sus mánagers a trabajar, contactó con unos cuantos amigos músicos tan fuera de lo común como él mismo –de hecho ha sido profesor de gente como Kirk Hammett o el mismísimo Steve Vai–, cuadraron agendas y salió como resultado el G3; que viene a querer significar tres guitarras.

                         Joe Satriani.                                 John Petrucci.                                Uli Jon Roth.

El primer G3 tuvo lugar en Norteamérica durante el otoño de 1996, recuerdo perfectamente cómo disfruté el verano siguiente con el primer documento sonoro que publicaron del evento: “G3: Live In Concert”. Esa primera encarnación del G3 contó, además de Satriani, con Eric Johnson y Steve Vai; casi . Pero es que de artistas invitados actuaron antes Kenny Wayne Shepperd y Adrian Legg, por lo que el asunto no fue cuestión baladí. El tour fue todo un éxito y se programó otro para el año siguiente. La gira G3 se presentó entonces en Europa, con un cartel de miedo: Joe Satriani, Michael Schenker y Uli Jon Roth; además estos shows suponían la vuelta a los escenarios de Uli Jon Roth, por lo que el aliciente era extra. Un elenco inmejorable y que de paso reivindicaba la importancia de Scorpions dentro del peculiar universo del Rock, no debemos olvidar que Schenker y Roth fueron los dos guitarras solistas que estuvieron en el grupo antes de la llegada de Matthias Jabs. Recuerdo como si fuese ayer el día que descubrí gracias a un incipiente –al menos en mi caso– internet el anuncio de este tour que me ilusionó como pocas cosas lo habían hecho antes, ¿juntos en un mismo concierto Schenker y Roth… y con Satriani?; vamos, lo más. Lamentablemente el concierto previsto para España se suspendió, como no, y de hecho en las citas francesas Uli Roth fue sustituido por Patrick Rondat. Imagino que lidiar con Schenker en aquellos años no debía ser tarea fácil, a nivel personal no atravesaba su mejor momento –de hecho ni físicamente mostraba su mejor forma, recuerdo además que se tiñó el pelo de oscuro–, estaba inmerso en sus idas y venidas de UFO e imagino que luchando contra los demonios personales que desgraciadamente le han acompañado durante prácticamente toda su carrera musical. Parece ser que Joe Satriani tuvo ciertas tensiones con Michael y, como amablemente comenta Uli, parece que no llegaron a establecer conexión entre los dos. Eso sí, en escena los conciertos resultaron brillantes.

                                                    G3 1998: Satriani, Schenker y Roth.

Permitidme que, en un ejercicio de parcialidad absoluta, nos sumerjamos de lleno en esa gira en particular tan particular. Los conciertos comenzaban con Uli Jon Roth, que iba secundado por la vocalista Liz Vandall, el teclista Don Airey, el bajista Francoise Garny y el batería Clive Bunker; vaya banda, por Dios. Disponían de unos cuarenta minutos para deleitar al personal, comenzaban con el tema “Sky overture”, una composición inédita que el propio Uli compuso especialmente para esta gira y que tiene una curiosa anécdota que esperamos compartir con vosotros en cuanto podamos publicar la entrevista en profundidad que finalmente hemos podido realizar con el propio Roth. Esta canción, perfecta simbiosis entre el Rock y la Música Clásica, de bellísima factura e inusitada sensibilidad, me tuvo obsesionado durante mucho tiempo y a día de hoy todavía es un placer encontrarme con ella. 

                                            Uli Jon Roth: "Sky overture". G3 1998. (Cortada).

                    Uli Jon Roth: "Sky overture" completa. Del disco "Legends: Live At Castle Donnington".

El set list de Roth era el siguiente: “Sky overture”, “Tuona e fulmina” que es la parte de “Las Cuatro Estaciones” de Vivaldi del Verano que todo el mundo conoce, “Earthquake”, “Hiroshima” cantada por Liz Vandall con una sensibilidad que te eriza la piel, “Polar nights” y el “Beethoven’s Fifth Symphony” de cierre; colosal. Una vez más no os fieis de lo que pone en según qué sitios de internet sobre el setlist de Roth para esta gira porque suele ser erróneo, como muchas veces suele ocurrir. Seguía la actuación de Michael Schenker Group con Gary Barden y David Van Landing a las voces, Shane Gaalaas en la batería y Seth Berstein en guitarra y teclado. Tocaban estos temas: “In search of the piece of mind” del primero de Scorpions, “Assault attack”, “Another piece of meat”, “Into the arena”, “Let it roll”, “Captain Nemo”, “Written in the sand” del disco del mismo título que presentaban por entonces, “Essence”, “Lost horizonts”, “Attack of the mad axeman”, “Bijou pleasurette”, “Positive forward” del primero instrumental acústico de Michael y el clásico “Armed and ready”. Toda una delicia para los oídos. En tercer lugar salía Joe Satriani acompañado de Stu Hamm al bajo y de Jeff Campitelli a la batería. Presentaban por entonces el estupendo disco “Crystal Planet”, uno de los que más me llegan de Joe y eso que los tengo todos en las estanterías de mi casa. Set list: “Up the sky”, “House full of bullets”, “Crystal planet”, “Time”, “Raspberry jam delta V”, “Lights of heaven”, “Ice nine”, “The mystical potato”, “Summer song”, “Always”, “Satch boogie” y “Surfing with the alien”; imaginación, técnica y belleza personificadas. Algunas canciones de los tres repertorios podían variar ligeramente, incluir o retirar algún tema según fueran los tiempos de cada actuación. La parte final del show era para que saliesen todos a tocar un par de canciones: “The thrill is gone” que en algunas de las actuaciones suena realmente embaucador, elevando el tema a la categoría de potente Blues Hard Rock de primerísima categoría, y la rendición al clásico de Hendrix titulado “Voodoo Chile”. Pese a que todos los conciertos de la gira seguro que rayaron a  gran nivel, me quedo particularmente con las actuaciones de Zurich, en la que Uli se marcó un “Polar nights” de órdago, y la de Londres en la que invitaron a subir a escena a Brian May para que les acompañase en el bis.

                                                     Satriani, Schenker, Roth y May.

Además de Steve Vai, que es el que más veces ha acompañado a Satriani en estos fenomenales G3, y Uli Jon Roth, que repite siendo esta ya su segunda participación en estos conciertos, también John Petrucci ha acompañado a Joe con anterioridad en otros de sus G3 además de este último que en estos días se celebra. En el año 2001 Joe Satriani, Steve Vai y el guitarra fundador de Dream Theater, John Petrucci, se embarcaron en otra configuración del G3 en Norteamérica, mientras que en el año 2005 repitieron line up actuando en EEUU y Japón. De esta gira salió el tercer y hasta la fecha último disco en directo editado por estos monstruos de la música. Curiosamente y según admite el propio Petrucci, la llamada de Satriani acabó desembocando en lo que sería el primer disco en solitario del afamado guitarra de Dream Theater bajo el nombre de “Suspended Animation”. El elenco de músicos que han participado en las distintas ediciones del G3 es amplio y rebosante de calidad, aunque ha habido cantidad de anécdotas y situaciones curiosas que, sin duda, darían para un extenso artículo que tal vez en un futuro retomemos. Recuerdo que la primera gira G3 que pasó por España recaló en la madrileña sala La Riviera para presentar a Joe Satriani, Steve Vai y a Robert Fripp sustituyendo a todo un Yngwie Malmsteen que había realizado el tramo Norteamericano del tour en el año anterior. La ¿actuación? de Fripp fue para mear y no echar gota. Escondido en un lateral del escenario se pasó más de media hora realizando sonidos inconexos con su guitarra; imagino que para eruditos pertenecientes a una raza superior serían la quintaesencia del arte, pero a mis pobres e incultos oídos no les parecieron más que ruidos. En fin.
De cualquier modo una nueva página de este interesantísimo concepto del G3 se escribe estos días y tenemos la oportunidad de vivirlo en primera persona durante los conciertos españoles.