Encuentros HUSH.
Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
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This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.
En efecto, Brian May y Steve Vai juntos sobre el escenario. Ocurrió en el festival Leyendas de la Guitarra celebrado en el auditorio de La Cartuja de Sevilla el 15 de Octubre de 1991. Esa fue la primera vez que Brian May interpretó en directo su composición "Driven by you", publicada como single oficial apenas un mes después. La banda, de lujo: Cozy Powell tras los tambores, Neil Murray al bajo y Steve Vai haciéndote las rítmicas. ¿Qué más le puedes pedir a la vida?
Por increíble que parezca, este humilde blog ya tiene cuenta de instagram. Por si quieres echar un vistazo:
Un poquito de Rock' n' Roll. Bis del concierto celebrado en el Orpheum de Los Ángeles, California, dentro de la gira aniversario del primer G3. Repiten cartel Joe Satriani, Steve Vai y Eric Johnson. Aquella novedosa gira formada por tres guitarras con una parte de actuación para cada uno de ellos como solista y un bis final con los tres juntos se presentó en directo por primera vez en el año 1996. Los mismos tres músicos que ahora vuelven a recorrer Norteamérica con el mismo proyecto. Mucho ha llovido desde entonces
En esta actuación invitaron a subir a escena a la guitarrista Nita Strauss para interpretar este clásico de Jimi Hendrix. Para disfrutar si sientes algo al escuchar una guitarra eléctrica.
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Ayer miércoles la capital madrileña recibía al grupo que diese
a conocer a Yngwie Malmsteen a nivel mundial. La sala Shoko,
ubicada en una de las zonas más céntricas, bonitas y de más fácil acceso de
Madrid, era la escogida para el show de la banda. Ante todo debo comentar que
las líneas que vienen a continuación no son una crónica de dicha actuación, ni
tienen la intención de serlo, ni nada por el estilo; simplemente son una serie
de consideraciones y sensaciones que el que esto escribe experimentó durante el
show y el considerable cruce de cables que supuso a todos los niveles, para
bien y para no tanto.
Conviene que nos pongamos en situación. Alcatrazz es el grupo
que montó Graham Bonnet a mediados de los años ochenta tras ser
sumarísimamente expulsado del combo de Michael Schenker. Sacó tres
discos en esos años que han pasado el test temporal con altísima nota, de hecho
los dos primeros son considerados como clásicos para muchos de nosotros. Se
separaron al no poder estabilizarse, los miembros salieron tarifando entre
ellos y todas esas cosas que le han pasado a infinidad de grupos de música.
Tras más de veinte años Bonnet decidió resucitar la mítica banda con otros
componentes entre los que se encontraba el magnífico guitarrista Howie Simon
para ofrecer algunas actuaciones de directo, por supuesto España no
incluída. El grupo entró en una fase Guadiana de aparición/desaparición hasta
que el milagro se obró y Graham consiguió encauzar su relacción con los
miembros de la formación clásica Jimmy Waldo al teclado y Gary Shea al
bajo, realmente con Waldo siguió manteniendo el contacto durante años
anteriores llegando a formar parte este último del grupazo Blackthorne que
puso en marchar Bob Kulick con el propio Bonnet a las voces.
Alcatrazz 84: G.Shea, J.Waldo, Y.Malmsteen, G.Bonnet y J.Uvena.
Alcatrazz 85: G.Shea, S.Vai, J.Waldo, G.Bonnet y J.Uvena.
Alcatrazz 86: J.Waldo, J.Uvena, G.Bonnet, D,Johnson y G.Shea.
Sacaron un disco de estudio, el interesante “Born Innocent” y
el directo “Parole Denied”. Al trío original le acompañaba en esta nueva
etapa el batería Mark Benquechea y el guitarra Conrado Pesinato. Éste
fue sustituído un par de años después por Joe Stump; elección lógica, ya
que Stump es un clon de Malmsteen. Poco duró la paz en el
paraíso, ya que poco después tanto Graham por un lado como el resto del
grupo por otro sacaban unos tristes y duros comunicados en los que venían a
decir que la formación se rompía y que la culpa era del otro bando; lo de
siempre. Por mi parte lo tuve claro en su momento y lo sigo teniendo claro a
día de hoy: yo soy de Graham Bonnet, el grupo lo montó él y él debería
tener la razón y el nombre. Discusión zanjada.
El resultado fue que Graham Bonnet ha seguido con su carrera en
solitario y además ha anunciado a Jeff Loomis como guitarrista de lo que parece ser se llamará Graham Bonnet's Alcatrazz. Por su parte los otros Alcatrazz llamaron a Doogie White para el puesto de
vocalista. El pasado año publicaron el disco “V”, un álbum muy bueno…
pero que no es Alcatrazz. Las personalísimas e imposibles líneas vocales
de Graham Bonnet ya no están; normal, nadie más puede cantarlas en su
tono original. White y Bonnet son amigos y el bueno de Doogie
poco menos que venera a Graham, como lo hace todo aquel que tenga orejas
que le funcionen, por lo que no creo que haya habido tensiones entre ellos a la
hora de ponerse el anterior al micro del grupo de este último; supongo que
hasta Doogie le comentaría a Graham el ofreciemiento cuando lo
recibió, de hecho no me extrañaría nada tratándose de un tipo tan íntegro y tan
especial como Doogie White. Luego tendremos unas palabras para este
cantante de la escuela clásica y con el coco perfectamente amueblado para
dedicarse a esto de tocar Hard Rock.
Alcatrazz 07: H.Simon, G.Bonnet, G.Sobel y T.Luce.
Alcatrazz 17: J.Waldo, G.Shea, G.Bonnet, J.Stump y M.Benquechea.
Alcatrazz 22: L.Paterson, J.Stump, D.White. G.Shea y J.Waldo.
Con estas me presenté este
pasado míercoles en la sala Shoko, dispuesto a presenciar un buen espectáculo
por parte de unos tipos curtidos en mil batallas y que saben a la perfección de
lo que va el asunto. Dicho asunto fue un cúmulo de situaciones descorcentantes
casi desde el minuto uno. En la propia entrada especificaba claramente los
horarios de actuación: Alcatrazz a las 20,00h y Girschool a las
21,30h. Me resultó curioso que en el fondo Alcatrazz fuesen los
teloneros de las Girlschool, pero no viene con ellos Graham Bonnet y
así está el patio hoy en día. Por mi parte, perfecto. Acaba antes el concierto
que me interesa y luego tienes más tiempo para tomarte algo en el post
concierto, parte de cualquier show casi tan importante como la actuación en sí
misma.
En fin, que situamos nuestras
orejas en el interior de la sala a las 19,55h, después del pre concierto en la
barra de los bares de los aledaños, y comienza la fiesta. En la sala estábamos
apenas una veintena de personas -sí, veintidós, me entretuve en contarlas- y el
panorama lo cierto es que era bastante desesperanzador. Extraño retraso de más
de diez minutos para una sala que se caracteriza por cumplir los horarios de
los conciertos de Rock, para otras cuestiones no lo sé ya que jamás he
pisado esta sala para cualquier otra cosa. Incluso Joe Stump se da una
vuelta por el foso para que un par de fans, el resto no sé siquiera si le
reconoció, se haga unas fotos con él. De pronto se enciende la máquina de humo
del escenario y se para la música. Bien, va a comenzar el show. Sin embargo
pasan los minutos y no sale nadie a escena, todo esto sin música sonando; raro,
raro. Una chica supongo de producción de los grupos se acerca al técnico de
sonido y le dice en inglés que salen en diez minutos; lo escuché porque estaba
al lado y porque éramos cuatro gatos en esos momentos. Pasados algo más de
cinco minutos suena un guitarrazo y sale a escena una de las Girlschool.
No me jodas. Tardo poco en comprender que va a haber que esperar algo más para
ver a Alcatrazz. Adelanta su actuación el clásico combo de chicas y
dejan a más de uno con un palmo de narices, incluído este humilde escriba. No
sé qué pasaría en el backstage, pero imagino que alguna tensión habría
para que a última hora cambiase el orden de actuación y Alcatrazz
cerrase la velada. El interés del que esto escribe por ver a Girlschool es
inexistente y, pese a reconocer su impronta y enjundia como banda, no tengo el
más mínimo interés en gastar una hora de mi vida en su actuación; para qué
vamos a andar con buenismos y estúpidos velos. Lo de tantas veces en nuestro
querido y a veces gris submundo musical. La falta de seriedad, incoherencia y
hasta la más pura incompetencia campan a sus anchas más de lo deseado si
hablamos de Rock duro. Compras una entrada, pagas el dinero que te piden
por ella, te organizas para poder cuadrar el evento, llegas al garito de turno
y te encuentras una chapuza tras otra.
Por supuesto trasladamos
nuestras bocas a la entrada para explicarle a los de la sala el inesperado
cambio en los horarios, que no hay intención alguna por nuestra parte de
presenciar el show de Girlschool y que nos dejen salir para seguir con
el pre concierto en el bar más próximo. Nos comentan amablemente que no se
puede, que podemos salir a la zona de fumadores a esperar si queremos. Ya entonces
nos vemos en la obligación de recordarles que son ellos los que están
incumpliendo el acuerdo implícito que estableces al comprar la entrada,
parvulario de Derecho, y es cuando el de seguridad nos dice que podemos
salir pero que al volver a entrar le busquemos. Le comento que no se debe
preocupar, puesto que poca gente más le va a solicitar lo que pedíamos
nosotros. Una hora y un par de copas después volvemos a la entrada de la sala
y, efectivamente, nuestro amigable seguridad cumple con su palabra y nos deja
pasar por otro lado para que no nos vuelvan a pedir la entrada. Agradecimientos
a este tipo tan amable, pero cuestionamiento de que, aunque ellos incumplan la
oferta que has decidido comprar y que se especifica de modo claro en la
entrada, parece como que te hagan el favor de permitirte salir en lugar de que
puedas hacerlo por derecho propio. En fin.
Accedemos de nuevo al
interior, pasando entre el personal que se encuentra fumando tras finalizar la
actuación de Girlschool, mientras suena la invetable música de fondo
para amenizar el lapsus entre los dos conciertos. Nada más ubicarnos, y todavía
con la susodicha música de ambiente, irrumpe en escena Doogie White
seguido del resto del grupo. Toma el micro central y, pisando el hilo musical y
al despistado técnico de sonido de la sala que rápidamente reacciona cortándola
de manera súbita, comienza el show de Alcatrazz. Lo primero que hace Doogie,
antes de que el grupo haga sonar sus instrumentos, es agradecer nuestra
presencia e indicar que se han despachado setenta y nueve entradas para este
concierto. Se pregunta en voz alta el bueno de White si solo hay este
número de gente en la capital que quiera disfrutar de una noche de Hard Rock
en directo. Con todos ustedes el señor Doogie White, directo y frontal,
sin contemplaciones ni medias tintas, genio y figura.
Acto seguido los músicos
comienzan a sacar música de sus instrumentos. La primera en sonar es “Grace
to God”. El sonido no es bueno, bastante saturado e impropio de una sala
que tiene buena acústica y en la que hay poquita gente. Será una constante
durante toda una actuación que nuestro hombre a los controles no supo arreglar
en ningún momento, tampoco parecía que le preocupase mucho realizar su difícil
trabajo con la calidad requerida por los músicos. Ya te puede estar saliendo el
concierto de tu vida, que si suenas mal el resultado final será pobre y tapará
tu interpretación, aunque sea sublime. De hecho el propio Doogie pasó
del retorno al quitarse sus auriculares ya en la segunda canción.
Alcatrazz: "Grace of God". Vídeo oficial.
El repertorio fue otra de
las sorpresas que nos tenía preparada la noche. Llevo escuchando los discos de Alcatrazz
durante toda mi vida, por lo que estoy familiarizado de sobra con su catálogo.
Esta noche, la formación que comandaba Doogie White tocó tan solo ¡tres!
temas de la discografía del grupo. Tres. Hay que reconocer que también
interpretó otros tres de su último disco. El resto del repertorio se completó
con canciones de discos de Michael Schenker y Rainbow en los que
participó Doogie. De este modo el set list quedaba con una mitad
de temas de Alcatrazz y la otra con versiones de otros grupos. Esto es
para cogerlo con alfileres. Si te llamas Alcatrazz lo suyo es que
defiendas tu nuevo disco en vivo y completes con el resto de tu catálogo. Tocar
solo tres temas de los discos clásicos resulta, como decirlo, de dudosa
enjundia. Ahora bien, cantar canciones de Graham Bonnet resulta misión
casi imposible para el resto de los mortales; seamos claros: el tono de Bonnet
es un regalo divino que posee solo el propio Graham y que resulta
imposible para el resto de sus semejantes. Solución: no te llames Alcatrazz.
Pero imagino que esto es marginal.
Pese a lo suicida de la
empresa, Doogie cantó bastante bien los tres temas de Graham y se
lució en la mayoría de los suyos. Ha perdido ese timbre tan característico y
especial con el que nos deslumbró hace veintisiete años cuando Ritchie
Blackmore le reclutó para el disco de su regreso a Rainbow titulado “Stranger
In Us All”, pero sigue teniendo una muy buena voz. Menuda joya de disco con
el que Ritchie volvió a demostrar quién era el auténtico Boss y
que al que esto suscribe le sigue resultando tan imprescindible, evocador y
mágico como el primer día. Por lo tanto, otro cruce de cables más. Vas a ver Alcatrazz
y casi no suena música de Alcatrazz… pero te tocan cosas del “Stranger
In Us All” interpretadas por su cantante original. Las escogidas fueron “Ariel”,
“Too late for tears” y “Wolf to the moon”; con esta última se abría
el disco y Ritchie nunca la llegó a tocar en directo completa, siempre
la unía antes del “Difficult to cure”, por lo que fue un completo placer
escucharla en vivo en su totalidad. Solo se enturbió por el cutre sonido que
nuestro entrañable técnico nos estaba regalando a todos los asistentes.
Doogie White no se amilanó
ante una sala medio vacía. Se vino arriba y tiró del resto del grupo,
volcándose en cada canción y sufriendo para sacar adelante las de Graham
Bonnet, pero demostrando que está capacitado para hacerlo con aprobado. Es
en estas salas y ante estas circunstancias donde un músico demuestra de qué
pasta está hecho y ahí Doogie hizo que nos quitáramos el sombrero.
Incluso se permitió el lujo de improvisar junto a un Joe Stump que hizo
lo que pudo por acompañarle. Sabemos que tocar bien no es fácil, pero
improvisar y que no acabes haciendo el ridículo solo está al alcance de unos
pocos escogidos. Seguro que este fue uno de los motivos por los que Blackmore
le seleccionó para sus reformados Rainbow allá por el lejano 1995.
Recuerdo muy bien el concierto que ofrecieron en el mítico Hammersmith
Odeon londinense durante su gira presentación. Era un frío tres de
Noviembre del noventa y cinco. Era mi primera vez con Rainbow yera
mi primera vez saliendo de España para asistir exclusivamente a un concierto en
directo; por supuesto la posibilidad de que Rainbow actuase en España
durante esa gira era inexistente. Con todos los miedos lógicos de un chaval que
se lanza a esa aventura y con el añorado descerebramiento que uno se gasta
cuando es muy joven decidí liarme la manta a la cabeza y meterme en uno de mis
odiados aviones. La experiencia no pudo resultar mejor: un concierto de Rainbow
que nos voló por completo la cabeza a los que decidimos asistir. Un Ritchie
Blackmore y su grupo perfectamente engrasados e inspirados nos desarmaron
por completo durante las dos horas y tres cuartos que estuvieron sobre las
tablas; sí, eso duró exactamente, lo tengo registrado para el recuerdo. Ritchie
y Doogie improvisaron como los ángeles durante temas como “Long live
Rock n’ Roll” o “Man on the silver mountain” y por momentos a través
de mi erizada piel y en mis humedecidos ojos aparecía la mítica secuencia del
binomio Blackmore/Dio haciendo magia en el vídeo del directo de Alemania
de la WDF del setenta y siete, pero esto es marginal. Y esta pasada
noche de Septiembre 22 un Doogie White que muestra en sus facciones y en
sus gestos lo dura que ha debido ser la vida con él en estos años, nos hacía
testigos del homenaje que le estaba haciendo a la música que ama y a los tres años
que tocó y compuso codo con codo junto al genio de las seis cuerdas que ha
iluminado la vida de muchos de nosotros y que responde al nombre de Ritchie
Blackmore. Demasiadas sensaciones encontradas para un único concierto.
Ya se acercaba el final de
la actuación y para el último tema, allí no hubo bis ni nada que se le
pareciese, Doogie dejó a un lado su micro y se puso a cantar a pecho
descubierto ante un respetable merecidamente entregado al vocalista. La canción
escogida no pudo ser más certera: “The temple of the king”. Sí, lo de
antes, tampoco es de Alcatrazz, pero para esos momentos ni falta que
hacía que lo fuese. La delicada balada que apareció en el primer disco de Rainbow,
sin duda una de sus canciones más emblemáticas, y que nunca había sido interpretada
en directo hasta aquella mágica gira del grupo del Arco Iris del noventa
y cinco era la escogida para cerrar una noche de sentimientos tan encontrados. Doogie
White consiguió sacar nuestras emociones a flor de piel y ni siquiera el
dichoso técnico de sonido dedosdepalo pudo joder el momento. El final
con un Doogie cantando a pelo y sin micro, demostrando la potencia de su
voz y pidiendo a la gente que tararease el estribillo mientras recordaba la figura de Ronnie James Dio a voz en grito, demostraba una vez más que este tipo musicalmente y seguro que en los demás ámbitos de su vida se viste por los pies. Ese delicado final puede que ya me siga
acompañando en un rinconcito de mi cabeza durante el resto de mis días.
Alcatrazz: "God blessed video". Vídeo oficial.
Rainbow: "Man on the silver mountain". Hammersmith 3.11.95. Bootleg. Pura magia la improvisación de la parte final.
Como bien comentaba con
anterioridad, tengo muy claro en mi cabeza cómo daría forma a ese imposible
concierto especial homenaje a la figura de Eddie Van Halen... y si de
esta humilde pluma dependiera, seguro que sería todavía más imposible. Quiero
que quede claro que el concierto ideal abarcaría los doce discos de estudio más
los temas inéditos de los dos recopilatorios enteritos, eso que vaya por
delante; sin embargo, en un esfuerzo por parecer medio normal hemos realizado
una suerte de selección que recorre toda la carrera discográfica de nuestro
grupo favorito. A lo largo de unas cincuenta canciones y durante unas cuatro
horas hemos dado forma a esta especie de sueño de fan enfermizo. Tres partes
diferenciadas con cada uno de los tres vocalistas que se pusieron frente al
exigente micro de Van Halen, con el peso específico que este humilde
escriba opina que debe tener cada uno según su paso e impronta en la banda, y
una parte final dedicada a los bises. Se subirían al escenario el batería Alex Van Halen, Wolfgang Van Halen a la guitarra, los vocalistas David Lee Roth, Sammy Hagar y Gary Cherone y el bajista Michael Anthony; todos los miembros que han pasado por las diferentes encarnaciones de Van Halen. Además se invitaría al bajista Billy Sheehan y a los guitarras Joe Satriani y Steve Vai. Sheehan y Vai formaron parte del grupo de David Lee Roth en solitario y Satriani formó con Hagar en el grupo Chickenfoot. En cada sección del show especificamos a
los músicos que participarían y darían forma al concierto que nunca verán
nuestros ojos. Soñar es gratis. Dreams.
-Parte
I: 20 min.
Gary Cherone: voz, Wofgang
Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.
Intro: Loss of control
Fire in the hole
Ballot or the bullet
Once/Whitout you
-Parte II: 75 min.
Sammy Hagar: voz, Joe
Satriani: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.
Hello baby/AFU
The seventh seal
Poundcake
Why can't this be love
When it's love
Learning to see
Don't tell me
Not enough
Can't stop loving you
Feels so good
Mexico (del disco “Livin' It Up” de Sammy Hagar).
Best of both worlds
Summer nights
Finish what you started
Source of infection
In and out
Big fat money
Feeling
-Parte III: 90 min.
David Lee Roth: voz, Steve Vai: guit, Billy Sheehan: bajo y Alex Van
Halen: bat.
Unchained
I'm the one
You really got me
Running with the devil
Dance the night away
Tattoo
Mean street
Drop dead legs
So this is love
Little guitars
I'll wait
Can't get this stuff no more
Everybody wants some
Somebody get me a doctor
Romeo delight
Girl gone bad
Could this be magic
Stay frosty
California girls (del disco “Crazy From The Heat” de DLR).
Ice cream man
The full bug
-Bis I: 10 min.
Gary Cherone: voz, Wolfgang Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y
Alex Van Halen: bat.
Distance
From afar
-Bis II: 15 min.
Sammy Hagar: voz, Wolfgang
Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.
Right now
Dreams
-Bis III: 15 min
David Lee Roth: voz,
Wolfgang Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.
Eruption
Ain't talkin' bout love
Panama
-Bis IV: 15 min
David Lee Roth: voz,
Wolfgang Van Halen: guit, Michael Anthony: bajo y Alex Van Halen: bat.
Que Steve Vai no solo es uno de los músicos más personales, reconocibles, influyentes y visionarios que ha pisado esta tierra, sino también uno de esos escasos genios que ha conseguido crear algo tan único y especial que le permite mostrar nuevos caminos al resto de los pobres mortales, es algo que tiene claro cualquiera que sienta algo cada vez que suena una guitarra. Sirva de ejemplo esta delicada maravilla que lleva por título "Lotus feet". Aparecida en el disco "Real Illusions: Reflections" de principios del año dos mil cinco y nominada a los premios Grammy como mejor interpretación instrumental de Rock. Exquisita, delicada, preciosista composición de compleja sencillez e inalcanzable técnica. Grabada para el disco a partir de tres tomas de directo con orquesta en Holanda en el año dos mil cuatro. Ahora que todavía está fresco su paso por nuestro país, es el momento perfecto para reivindicar una vez más el prodigioso talento de esta especie de ser extraterrestre. Para los paladares más exigentes y para todo aquel que sea capaz de emocionarse con lo que entra por la oreja en forma de música.
"Lotus feet". Directo con la Metropole Orquesta de Holanda.
Estos tres grandísimos músicos se encuentran embarcados en una gira
por Europa y justamente en estos días actúan en territorio español, más
concretamente en Bilbao, Barcelona y Madrid, por lo que todo aquel que sienta
la más mínima pasión por el instrumento de seis cuerdas no debe dudar ni por un
solo segundo en acercarse al concierto que le pille más cerca de su residencia
para poder disfrutar de algo de lo que pocas veces podemos presenciar y
disfrutar. Cada guitarrista está acompañado de los siguientes músicos: Uli Jon Roth viene con Niklas Turman a la guitarra y voz, David Klosinski a la guitarra, Corvin Bahn al teclado, Michael Ehre a la batería y Nico Deppisch al bajo. JohnPetrucci se acompaña de Dave
LaRue al bajo y Mike Mangini en
la batería. Por su parte Joe Satriani
toca con la base rítmica de John Travers
y Bryan Beller en la batería y bajo
respectivamente y Mike Keneally en
el teclado y guitarra; atentos a Keneally
que nos voló la cabeza con un pedazo de solo de guitarra en la última visita
con Satriani a Madrid y que
demuestra la enorme calidad que atesora.
La idea del G3 gira en
torno a la figura de la guitarra, es una especie de concierto/festival en el
que actúan tres guitarristas con sus respectivos músicos o con una base rítmica
buscada para la ocasión –siempre según decida cada invitado–. Cada guitarrista
toca por separado un set de unos cuarenta y cinco minutos de duración, a veces
el segundo o el tercer acto pueden alargarse algo más en el tiempo, para
finalizar todos juntos en escena interpretando tres o cuatro canciones más a
modo de bis. Todo un orgasmo, no solo guitarrero sino musical en toda su
esencia. El concepto del G3 salió de
la privilegiada mente de Joe Satriani
–como no podía ser de otro modo, un tipo de esos que ha marcado a su
generación–. Alguien como Satriani –con
una arrolladora personalidad, muy por encima de egos y demás
superficialidadesestúpidas y con una
capacidad de comunicación y transmisión de conocimientos casi tan grande como
su talento–, decidió un buen día que sería perfecto ofrecer un espectáculo
enfocado al universo conceptual de la guitarra en el Rock. Puso a sus mánagers a trabajar, contactó con unos cuantos
amigos músicos tan fuera de lo común como él mismo –de hecho ha sido profesor
de gente como Kirk Hammett o el
mismísimo Steve Vai–, cuadraron
agendas y salió como resultado el G3;
que viene a querer significar tres guitarras.
Joe Satriani. John Petrucci. Uli Jon Roth.
El primer G3 tuvo lugar en
Norteamérica durante el otoño de 1996, recuerdo perfectamente cómo disfruté el
verano siguiente con el primer documento sonoro que publicaron del evento: “G3: Live In Concert”. Esa primera
encarnación del G3 contó, además de Satriani, con Eric Johnson y Steve Vai;
casi ná. Pero es que de artistas
invitados actuaron antes Kenny Wayne
Shepperd y Adrian Legg, por lo
que el asunto no fue cuestión baladí. El tour fue todo un éxito y se programó
otro para el año siguiente. La gira G3
se presentó entonces en Europa, con un cartel de miedo: Joe Satriani, Michael Schenker y Uli Jon Roth; además estos shows suponían la vuelta a los
escenarios de Uli Jon Roth, por lo
que el aliciente era extra. Un elenco inmejorable y que de paso reivindicaba la
importancia de Scorpions dentro del
peculiar universo del Rock, no
debemos olvidar que Schenker y Roth fueron los dos guitarras solistas
que estuvieron en el grupo antes de la llegada de Matthias Jabs. Recuerdo como si fuese ayer el día que descubrí
gracias a un incipiente –al menos en mi caso– internet el anuncio de este tour
que me ilusionó como pocas cosas lo habían hecho antes, ¿juntos en un mismo
concierto Schenker y Roth… y con Satriani?; vamos, lo más. Lamentablemente el concierto previsto
para España se suspendió, como no, y de hecho en las citas francesas Uli Roth fue sustituido por Patrick Rondat. Imagino que lidiar con Schenker en aquellos años no debía ser
tarea fácil, a nivel personal no atravesaba su mejor momento –de hecho ni físicamente
mostraba su mejor forma, recuerdo además que se tiñó el pelo de oscuro–, estaba
inmerso en sus idas y venidas de UFO
e imagino que luchando contra los demonios personales que desgraciadamente le
han acompañado durante prácticamente toda su carrera musical. Parece ser que Joe Satriani tuvo ciertas tensiones con
Michael y, como amablemente comenta Uli, parece que no llegaron a
establecer conexión entre los dos. Eso sí, en escena los conciertos resultaron
brillantes.
G3 1998: Satriani, Schenker y Roth.
Permitidme que, en un ejercicio de parcialidad absoluta, nos
sumerjamos de lleno en esa gira en particular tan particular. Los conciertos
comenzaban con Uli Jon Roth, que iba
secundado por la vocalista Liz Vandall,
el teclista Don Airey, el bajista Francoise Garny y el batería Clive Bunker; vaya banda, por Dios.
Disponían de unos cuarenta minutos para deleitar al personal, comenzaban con el
tema “Sky overture”, una composición
inédita que el propio Uli compuso
especialmente para esta gira y que tiene una curiosa anécdota que esperamos
compartir con vosotros en cuanto podamos publicar la entrevista en profundidad
que finalmente hemos podido realizar con el propio Roth. Esta canción, perfecta simbiosis entre el Rock y la Música Clásica, de bellísima factura e inusitada sensibilidad, me
tuvo obsesionado durante mucho tiempo y a día de hoy todavía es un placer
encontrarme con ella.
Uli Jon Roth: "Sky overture". G3 1998. (Cortada).
Uli Jon Roth: "Sky overture" completa. Del disco "Legends: Live At Castle Donnington".
El set list de Roth
era el siguiente: “Sky overture”, “Tuona
e fulmina” que es la parte de “Las
Cuatro Estaciones” de Vivaldi
del Verano que todo el mundo conoce,
“Earthquake”, “Hiroshima” cantada
por Liz Vandall con una sensibilidad
que te eriza la piel, “Polar nights”
y el “Beethoven’s Fifth Symphony” de
cierre; colosal. Una vez más no os fieis de lo que pone en según qué sitios de
internet sobre el setlist de Roth para esta gira porque suele ser erróneo,
como muchas veces suele ocurrir. Seguía la actuación de Michael Schenker Group con Gary
Barden y David Van Landing a las
voces, Shane Gaalaas en la batería y
Seth Berstein en guitarra y teclado.
Tocaban
estos temas: “In search of the piece of
mind” del primero de Scorpions,
“Assault attack”, “Another piece of meat”, “Into the arena”, “Let it roll”,
“Captain Nemo”, “Written in the sand” del disco del mismo título que
presentaban por entonces, “Essence”,
“Lost horizonts”, “Attack of the mad axeman”, “Bijou pleasurette”, “Positive
forward” del primero instrumental acústico de Michael y el clásico “Armed
and ready”. Toda una delicia para los
oídos. En tercer lugar salía Joe
Satriani acompañado de Stu Hamm
al bajo y de Jeff Campitelli a la
batería. Presentaban por entonces el estupendo disco “Crystal Planet”, uno de los que más me llegan de Joe y eso que los tengo todos en las
estanterías de mi casa. Set list: “Up the sky”, “House full of bullets”,
“Crystal planet”, “Time”, “Raspberry jam delta V”, “Lights of heaven”, “Ice
nine”, “The mystical potato”, “Summer song”, “Always”, “Satch boogie” y “Surfing with the alien”; imaginación,
técnica y belleza personificadas. Algunas
canciones de los tres repertorios podían variar ligeramente, incluir o retirar
algún tema según fueran los tiempos de cada actuación. La parte final del show
era para que saliesen todos a tocar un par de canciones: “The thrill is gone” que en algunas de las actuaciones suena
realmente embaucador, elevando el tema a la categoría de potente Blues Hard Rock de primerísima
categoría, y la rendición al clásico de Hendrix
titulado “Voodoo Chile”. Pese a que
todos los conciertos de la gira seguro que rayaron agran nivel, me quedo particularmente con las
actuaciones de Zurich, en la que Uli
se marcó un “Polar nights” de
órdago, y la de Londres en la que invitaron a subir a escena a Brian May para que les acompañase en el
bis.
Satriani, Schenker, Roth y May.
Además de Steve Vai, que es el que más veces ha
acompañado a Satriani en estos
fenomenales G3, y Uli Jon Roth, que repite siendo esta ya
su segunda participación en estos conciertos, también John Petrucci ha acompañado a Joe
con anterioridad en otros de sus G3
además de este último que en estos días se celebra. En el año 2001 Joe Satriani, Steve Vai y el guitarra
fundador de Dream Theater, John Petrucci, se embarcaron en otra
configuración del G3 en
Norteamérica, mientras que en el año 2005 repitieron line up actuando en EEUU y Japón. De esta gira salió el tercer y
hasta la fecha último disco en directo editado por estos monstruos de la
música. Curiosamente y según admite el propio Petrucci, la llamada de Satriani
acabó desembocando en lo que sería el primer disco en solitario del afamado
guitarra de Dream Theater bajo el
nombre de “Suspended Animation”. El
elenco de músicos que han participado en las distintas ediciones del G3 es amplio y rebosante de calidad,
aunque ha habido cantidad de anécdotas y situaciones curiosas que, sin duda,
darían para un extenso artículo que tal vez en un futuro retomemos. Recuerdo
que la primera gira G3 que pasó por
España recaló en la madrileña sala La
Riviera para presentar a Joe
Satriani, Steve Vai y a Robert Fripp
sustituyendo a todo un Yngwie Malmsteen
que había realizado el tramo Norteamericano del tour en el año anterior. La
¿actuación? de Fripp fue para mear y
no echar gota. Escondido en un lateral del escenario se pasó más de media hora
realizando sonidos inconexos con su guitarra; imagino que para eruditos pertenecientes
a una raza superior serían la quintaesencia del arte, pero a mis pobres e incultos
oídos no les parecieron más que ruidos. En fin.
De cualquier modo una nueva
página de este interesantísimo concepto del G3 se escribe estos días y tenemos la oportunidad de vivirlo en
primera persona durante los conciertos españoles.