En
el Curro II de Carabanchel los parroquianos beben sus chatos de vino al
ritmo de Skid Row.
Pau Lino me ha permitido que utilice su blog para que pueda hablar de algo singular, que ha despertado mi interés, se trata de un bar diferente, de una tasca de barrio de toda la vida pero donde suena música Rock y Heavy sin parar. Un día cualquiera allí, mientras en la tele se escucha y se ve un video de Skid Row un parroquiano de más de 60 años apura su chato de vino y el camarero hace aspavientos simulando tocar una batería imaginaria. Es el bar Curro II de la carabanchelera calle de Arroyo de las Pavas, 4, y el camarero es su propietario, Rubén.
Mi gran curiosidad demandaba
ser saciada con una pequeña charla con él y así lo hice:
-Metaliko: ¿Cómo surgió la idea de poner música, heavy en concreto,
en un bar tasquero de barrio como este?
-Rubén: No fue una idea preconcebida, surgió como algo natural al
transcurrir los días. Cómo no podía estar sin música, y como me gusta el Heavy lo ponía...
-M: ¿Has percibido algún rechazo o te han hecho alguna crítica por
la música?
-R: En absoluto, si acaso preguntan.
-M: ¿Pero puede que haya a quien le moleste esta música?
-R: No, no dicen nada. La oyen, la miran en la tele y no dicen nada.
-M: Y por el contrario, ¿has recibido apoyos?
-R: Sí, muchos me dicen que cómo mola un bar que tiene música en
lugar de las noticias. Este aliento viene de clientes de todas las edades, no
sólo de jóvenes. De hecho, hay un cliente de mediana edad que se ha hecho fan
de Nigthwish por escucharlos aquí,
que incluso hemos estado a punto de ir a verles en directo cuando tocaron en La Riviera.
-M: Entonces, ¿la musicalidad del bar no te ha hecho perder
clientes?
-R: Al revés, me ha permitido ganarlos. Aquí la gente viene, se toma
algo y la música no le molesta. Y si repite es porque le gusta o al menos no le
disgusta.
-M: Lo que sí es posible es que haya originado cierto cambio de
clientela, ¿no?
-R: Tampoco. Ha cambiado la clientela respecto a la que venía aquí antes
de que cogiera el negocio. Pero no desde que yo estoy aquí hace siete años,
porque siempre he puesto música, antes en la cadena porque no tenía smart tv y
ahora en ella. Lo que sí es verdad es que la gente que viene se queda más
tiempo por la música y también funciona mucho el boca a boca.
-M: Ya, pero los que no son clientes: los que pasan por la puerta y
escuchan la música, ¿qué te dicen?
-R: Nada, no choca tanto. De todas maneras, la gente lleva sus
negocios a su forma, yo es verdad que me salgo un poco de lo clásico y soy
consciente de ello. Nadie me ha hecho ninguna crítica respecto a la música, no
sé lo que puedan decir por ahí.
El establecimiento poco a
poco va a adquiriendo cierta decoración rockera: póster de AC/DC, vidriera con el logo de Def
Leppard, etc, aunque sin dejar de ser eminentemente un bar tasquero con su
tragaperras y todo.
-M: ¿Y qué perspectivas de futuro tienes?
-R: Estoy esperando que me pinte el seguro por una humedad para
hacer algunas cositas como personalizar los taburetes con discos, decorar el
techo con algún vinilo y con la partitura de las notas para batería del Escaleras
al Cielo de Led Zeppelin.
-M: ¿Te has planteado cambiarte a un local mayor o incluso montar un
pub?
-R: Sí, he llegado a pensarlo, pero de momento no.
Puede ser un interesante
nuevo modelo de bar, donde en lugar de oír de fondo algún programa de la tele
tradicional, se puede escuchar a Aerosmith,
Iron Maiden o los Europe más
cañeros o simplemente un bar peculiar que responde a la manera de ser y gustos
de su dueño.
Metálico.