Hace apenas unos días se ha anunciado el lanzamiento del próximo nuevo disco de estudio en solitario de Tom Keifer bajo el título de "Rise". Su salida está programada para el próximo mes de Septiembre y como adelanto se acaba de publicar hace apenas unos pocos días el single de adelanto. La canción en cuestión se titula "The death of me" y es tan buena como cualquier conocedor de la discografía y de las capacidades de Keifer pueda esperar. Que el alma mater de los añorados Cinderella se decida a publicar nueva música siempre es motivo de enhorabuena, tanto para sus seguidores como para cualquier amante del buen Hard Rock. De hecho, nuestro amigo Tom se caracteriza por hacerse de rogar; su anterior obra y primer disco de su carrera en solitario data del año 2013, aunque lo volvió a reeditar con el añadido de tres tomas nuevas el pasado 2017. No hay problema con los tiempos siempre que el producto final atesore la calidad esperada y, en el caso de Keifer, eso suele ser así de manera habitual.
La canción es muy, pero que muy buena, siempre moviéndose dentro de los parámetros del Rock/Blues que tan bien interiorizados tiene Tom en lo más profundo de su ser. Además tiene un toque oscuro que recuerda al sabor de alguna de las piezas de esa obra de arte que es el primer disco de estudio de Cinderella. La densidad de cosas como "Night songs" o "Somebody save me" rezuma por los cuatro costados de este "The death of me", mezclándose con ese toque Blues y casi Country que tan bien supo explotar en su primer disco en solitario. El resultado es una canción cruda, directa y muy visceral, que se te mete en la cabeza y solo hace que dejarte con ganas de más; supongo que ese será el principal objetivo de un buen single.
El tema viene acompañado de un vídeo clip igual de directo que la propia canción. En el mismo aparece un televisor de esos antiguos en el que se reflejan en letras de esas antiguas también alusiones fugaces a los numerosos problemas con los que ha tenido que lidiar este artista, tanto en su vida profesional como personal, casi desde que Cinderella se hicieron famosos. Conviene no dejar de tener en cuenta que este tipo perdió la voz y llegó a pasar por siete cirugías vocales, todos los especialistas le dieron por defenestrado y le aseguraron que no podría volver a cantar jamás. No quiero ni imaginar si, cuando tan solo eres casi un estúpido jovenzuelo, te dicen que no puedes volver a dedicarte a lo que es tu gran pasión... pues eso fue con lo que tuvo que lidiar Tom Keifer en su singular travesía por el desierto durante unos cuantos años de incertidumbre y oscuridad, pero de la chunga. A esto se le sumaron los lógicos problemas con su grupo Cinderella, los problemas añadidos con los demonios personales de algunos de sus miembros y el rastrero trato que recibieron por parte de su compañía de discos, cortándole las alas artísticas en función del contrato de turno que tuviesen firmado durante unos cuantos años más. Supongo que para casi todo el mundo estos avatares hubieran supuesto el cierre del negocio por defunción. Pero no. Tom Keifer luchó, se levantó y resurgió cuál Ave Fenix con una gira de Cinderella en la que demostró que podía volver a cantar y posteriormente con un disco en solitario llamado "The Way Life Goes" y que seguro que pocos esperaban que atesorase semejante calidad y estilo. En mi retina sigue aquel concierto que ofreció milagrosamente en Madrid al poco de volver a poner en marcha a Cinderella, única fecha en Europa y que debemos agradecer hasta la muerte al promotor que arriesgó y creyó en Tom. Todavía se me saltan las lágrimas cuando le recuerdo empezar en La Riviera allá por el año 2010 a todo trapo con el "Second wind" o cuando se sentó al piano en el bis para tocar su clásico "Don`t know what you got (Till it's gone)". Tal fue el éxito que el grupo repitió y volvió al año siguiente. Vamos, que ya está tardando en llegar Septiembre y la nueva obra de Tom Keifer y su grupo en solitario.