Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

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martes, 26 de mayo de 2020

Ronnie James Dio: "My eyes".


Qué mejor momento que este para recuperar una de esas oscuras joyas del catálogo más profundo de Ronnie James Dio. Bajo un título tan directo y evocador como es "My eyes", Ronnie Dio nos regala una de sus más inspiradas composiciones. Una de esas canciones redondas en las que todo confluye casi sin darte cuenta mientras su delicado lirismo te seduce desde la suave desnudez que te desarma hasta conducirte a la tormenta. Pura magia que desestabiliza tu piel desde el mismo instante en el que Ronnie la declama como solo él es capaz. Y poseedora de una letra que pone de manifiesto una vez más la desbordante sensibilidad y el innato talento de una mente bendecida con el hecho artístico, por supuesto. Por desgracia el idioma de Cervantes no le hace justicia en este caso a la lengua de Shakespeare. Animo al lector a dejarse llevar por la preciosista sonoridad y sentido del original en inglés.
Dedicamos esta canción y su letra a aquellos seguidores suyos que, curiosamente, dicen no sentir nada por el disco en el que dicho tema está incluido, nos referimos al estupendo "Lock Up The Wolves". Un pedazo de álbum con un elegante e inquietante marchamo Sabbath que se publicó cuando esta música empezaba a no estar de moda y que no obtuvo el éxito que este humilde escriba opina que merecía. No sé si es que hay gente que necesita que un disco sea exitoso para prestarle atención. En fin.
Pero sobre todo dedicamos esta canción a todos los seguidores que llevan a Ronnie James Dio en su corazón, a los que se rigen por su propia intuición y a todos los que aman esa pequeña y loca cosa llamada Rock n' Roll.


 "My eyes"

My eyes can see inside tomorrow
My eyes can get next to you
Time flies on wings that just get stronger
My eyes are true

My eyes could see the body shakin'
My eyes were clear and bright
Goodbyes are easy to remember
You can see the hurt still there... in my eyes .

I've fallen off the edge of the world
I've fallen from the top of the mountain
Just to rise again

I've seen it from heaven and hell
I've seen it from the eyes of a stargazer

I want to be invisible
Just get me out of here
Could the dreamer be turning to stone

Rock and Roll eyes
The color of rainbows, believer of lies
Rock and Roll eyes.

Don't want to see the end of it all
Just get me outta here
Just get me outta here
Just get me outta here

Rock and roll eyes
The keeper of rainbows
Collector of lies
Rock and Roll eyes
My eyes.

Rock and Roll eyes
Tell Rock and Roll lies
And Rock and roll lies never end

Rock and Roll friends
With Rock and Roll trends
And Rock and Roll ends 
With my eyes.


"Mis ojos".

Mis ojos pueden ver dentro del mañana
Mis ojos pueden acercarse a ti
El tiempo vuela en alas que se vuelven más fuertes
Mis ojos son verdaderos.

Mis ojos podrían ver al cuerpo temblar
Mis ojos fueron claros y brillantes
Las despedidas son fáciles de recordar
Todavía puedes ver el dolor aquí... en mis ojos.

Me he caido del borde del mundo
Me he caido desde la cima de la montaña
Solo para levantarme de nuevo.

Lo he visto desde el cielo y el infierno
Lo he visto desde los ojos del que busca las estrellas.

Quiero ser invisible
Solo sácame de aquí
¿Puede convertirse el soñador en piedra?

Ojos del Rock n Roll
El color del Arcoiris, creyente de mentiras
Ojos del Rock n Roll.

No quiero presenciar el final
Solo sácame de aquí
Solo sácame de aquí
Solo sácame de aquí.

Ojos del Rock n Roll 
Guardián de los Arcoiris
Coleccionista de mentiras
Ojos del Rock n Roll
Mis ojos.

Los ojos del Rock n Roll
Cuentan mentiras del Rock n Roll
Y así las mentiras del Rock n Roll nunca terminan.

Los amigos del Rock n Roll
Con los caminos del Rock n Roll
Y el Rock n Roll termina
En mis ojos













Ronnie James Dio: Los ojos del Rock n Roll
Imposible dejar de echarte de menos.

D.E.P.


viernes, 22 de mayo de 2020

Ronnie James Dio. 10º Aniversario de su muerte y otras consideraciones.


Este escrito nace como deseo de contestación al comentario que ha colgado nuestro amigo Tony con motivo del décimo aniversario del triste fallecimiento de Ronnie James Dio. Lo que ocurre es que, según se iba escribiendo, me iba pareciendo adecuado colgarlo como una propia entrada del blog y aquí está. Es cierto que no escribí nada de Dio en el décimo aniversario de su fallecimiento. Eso no quiere decir que no lo tenga presente; en absoluto. En lo que a mí respecta, el tiempo muchas veces no fluye de manera lineal y ni siento ni deseo sentir la necesidad de escribir algo “porque hay que hacerlo”. El legado de Ronnie James Dio sigue vigente en la actualidad con más fuerza que nunca y todo lo relacionado con su música y su figura, tanto pública como humana o personal, está muy presente en mi rutina diaria. Ni sé lo que opinará el resto del personal ni me importa demasiado, pero pienso igual que tú, Tony: Ronnie Dio es el más grande y punto. Su legado sigue guiando mi vida en muchos aspectos, hace del dislate humano que soy una persona mejor y no aporta más que cosas buenas a mi existencia. Le siento como alguien cercano al que la vida me arrebató de modo desgarrador y todavía hay días que no puedo evitar sentirme triste porque se marchó -y esto es un sentimiento que va mucho más allá de lo puramente artístico... que también-. No solo es que ya nuestros ojos, orejas y alma jamás vayan a poder degustar cosas como su anunciada continuación en dos volúmenes del mágico disco "Magica", sino que ya nunca podremos escuchar su personalísima voz en vivo, sus opiniones o nuevos datos sobre su particular visión de la realidad. Y eso duele. Le quedaron muchas, muchas cosas por hacer en el terreno artístico -y supongo que en los otros también-, alguien con un talento y capacidad creadora tan desbordantes dejó demasiadas cosas sin cerrar. En medio de la cada vez más asfixiante mediocridad que nos rodea, infectada de insoportables wannabes con ínfulas de grandeza tan paupérrimas como inútiles, alguien como él aportaba luz en medio de tanta tiniebla. Y eso duele. Te puedes acostumbrar al dolor, aprender a convivir con él y seguir avanzando, aunque sabes que ya nada volverá a ser igual. Pero esto es marginal.


Dicho todo esto, me alegro de la repercusión mediática que ha tenido el décimo aniversario de su muerte. Merece todo esto y mucho más. Curiosamente casi ha coincidido su fecha con la de la pérdida de Little Richard. Hasta en estas estúpidas coincidencias se distinguen los más grandes.
Con respecto a los homenajes, pues hay de todo como en botica. Ha sido emocionante leer y escuchar a la gran familia del Rock brindando por él y bendiciendo su memoria. Aunque también se han podido percibir algunas intervenciones con un apestoso tufillo interesado, como no puede ser de otra manera ante alguien de repercusión mundial. Debo reconocer que me descolocó e irritó especialmente el anunciado “homenaje” de Vinnie y Carmine Appice a nuestro pequeño gran elfo. Resulta que han sacado el vídeo clip de un tema titulado “Monsters & heroes” dedicado a la figura de Dio. Eso puede ser algo que a priori esté bien, para todo aquel que desconozca la historia le parecerá una bonita dedicatoria. No obstante vamos a ponernos un poco en antecedentes. King Kobra sacaron un disco de título homónimo cuando se volvieron a juntar en el año 2011. En algunas ediciones de dicho álbum aparecía esta canción cuya letra había salido de la cabeza de su vocalista Paul Shortino. El tema vio la luz un año antes, precisamente con motivo del fallecimiento de Ronnie. Conviene recordar que Shortino fue uno de los descubrimientos y fichajes de Ronnie Dio y su mujer Wendy cuando este militaba en unos desconocidos Rough Cutt, de hecho Paul Shortino siempre mantuvo una gran relación de amistad, agradecimiento y respeto hacia Ronnie, por lo que era del todo natural que Shortino quisiese dedicarle una canción. Incluso el tema es buenísimo, por lo que se añaden más puntos al asunto.

                                                       Rough Cutt. Foto promocional.

La vida siguió hasta que en el año 2017 los hermanos Appice decidieron sacar un disco conjunto. Bajo el título de “Sinister” pusieron en circulación un potente cd que incluía una versión de este “Monsters & heroes”. Cualquiera que esté familiarizado con la discografía de Carmine Appice sabrá de sobra la capacidad de este tipo para volver a regrabar y publicar el mismo disco y las mismas canciones bajo diferentes formatos, portadas, ediciones y cualquier otra argucia con la que despistar al inexperto comprador; pero, bueno, esto ya es otro tema. El caso es que sacaron el disco con “Monsters & heroes” como single de cabecera, acompañado por su vídeo oficial y también por un vídeo lyric igualmente oficial. Sin problema, vuelves a grabar tu canción para otro disco y puesto que es muy buena la usas como single de presentación. El asunto más espinoso viene cuando pocos días antes del aniversario de la muerte de Ronnie Dio vuelven a anunciar que van a sacar un vídeo de un tema homenaje a Dio que resulta ser… “Monsters & heroes” de nuevo. Lo que presentan es una nueva regrabación de la canción acompañada con otro vídeo grabado para la ocasión bajo la perspectiva del confinamiento; y recordando bien clarito que la puedes encontrar en su disco “Sinister”, por supuesto. Todo con un tinte a interesado la mar de sospechoso.

                                                        Carmine y Vinnie Appice.

Admiro muchísimo las virtudes musicales de alguien como Vinnie Appice. Es uno de los baterías top de mi lista de todos los tiempos, alguien con un virtuosismo y un tempo a los tambores que quitan el hipo. El menor de los Appice tiene una pegada y contundencia que se salen de lo común, en el momento más insospechado te sorprende con un redoble asesino que te desarma. Imposible olvidar la primera vez que tuve la fortuna de verle tocar en directo, fue en la actuación que realizó Dio en Madrid el nueve de noviembre de mil novecientos noventa y tres, con motivo de la presentación del estupendo e incomprendido “Strange Highways”. Vinnie se marcó un pedazo de solo que me hizo perder el control por completo. Tuve la ocasión de conocerle fugazmente en persona años más tarde y debo decir que ya solo su mera presencia imponía respeto. En fin, que soy de los menos sospechosos a la hora de hablar sobre este tipo. Sin embargo tengo muy presente que a lo largo de gran parte de su carrera parece que las cuestiones monetarias han sido uno de sus grandes acicates a la hora de poner su batería al servicio del mejor postor. Esto en sí mismo no ofrece nada que objetar. Cada uno es libre de hacer con su vida y sus talentos lo que estime oportuno en cada momento. Incluso en medio de la encarnizada batalla verbal post Dio entre el campamento de Vivian Campbell versus el de Wendy Dio y la última banda que llevó Ronnie en solitario, que ahora se llama Dio Disciples, es capaz de llevarse bien con todos, no entrar al trapo y no pronunciar una palabra más alta que otra; al menos hasta el momento. La cuestión sin embargo se empaña cuando cambias de criterios de un día para otro y dejas en la estacada a tus compañeros. Para todo aquel que desconozca el dato conviene explicar de Vinnie Appice abandonó el grupo de Dio justo al comenzar una gira mundial con la banda de Ronnie. A finales de Mayo de 1998 el grupo de Dio se lanzó a la carretera para promocionar su doble directo en vivo con una gira americana. Con tan solo tres conciertos celebrados Appice dejó a sus compañeros, que tuvieron que continuar con Simon Wright a la batería. El 22 de Marzo Vinnie Appice tocó en el Maritime Hall de San Francisco su último show con Dio y al día siguiente ya estaba sentado a los tambores Simon Wright en la emblemática sala The Joint de Las Vegas. ¿El motivo? Una suculenta oferta económica para sentarse tras los pedales de la enésima reunión de Sabbath con Ozzy
 
La guerra fría Ozzy/Dio viene de lejos y esto no fue más que otro episodio de una ristra de desencuentros tan atómicos como surrealistas. No puedo evitar recordar el triste fin de la reunión Dio-Sabbath de principios de los noventa y la renuncia de Ronnie a actuar como telonero/artista invitado de los shows que ofrecía Ozzy en la americana localidad de Costa Mesa. El ofrecimiento de Osbourne era el de que Black Sabbath actuase como aperitivo de su concierto y que al final de la actuación de Ozzy los cuatro Sabbath originales se subiesen a escena para tocarse un bis final. Ronnie Dio lo interpretó como un ataque personal hacia la por entonces actual formación de Black Sabbath con él al micro y le comunicó al resto del grupo que no tenía intención de actuar en dicho show, dejando la pelota en el tejado de Iommi & Co. Por supuesto todos sabemos lo que hicieron el resto de los Sabbath. Un honrado Rob Halford fue el escogido para asumir las tareas vocales de unos Black Sabbath que actuaron como teloneros de Ozzy Osbourne. El órdago de Ronnie Dio acabó con su salida definitiva del grupo. Entendió que su dignidad estaba en juego y puso por delante sus principios ante los sucios dólares del campamento Osbourne. Ya ves, igualito que Vinnie Appice. A cada cual lo suyo. Por estas actitudes  y por muchas otras la figura de Ronnie James Dio es tan importante para algunos de nosotros. ¿De veras que no tuvo Ozzy, en todos los años que ha estado en solitario, momentos mejores que este para invitar a su ex grupo a actuar con semejante formato?; por favor, el que quiera entender que entienda.
 
El epílogo más cachondo del asunto es que Iommi/Butler accedieron a esta fantochada con la esperanza de volver a reunir a los Black Sabbath originales con Ozzy al frente, pero al final nuestro querido Madman se echó atrás y les dejó con tres palmos de narices; algo muy típico en Ozzy, por otro lado. Valga este vago resumen de uno de los múltiples episodios de esta confrontación como muestra del cariño que se han profesado Ronnie y Ozzy durante todos estos años. En fin, que en otro momento nos detendremos en profundidad con este apasionante affair.

                                                 Black Sabbath con Halford. Costa Mesa 92.

Pero recuperemos de nuevo la súbita marcha de Vinnie Appice de Dio al poco de comenzar la gira. Vinnie pudo escoger entre seguir con sus compañeros, aunque hubiera muchísima menos pasta de por medio, y dar el salto a Sabbath; lo que pasa es que dejar tirados a tus camaradas es de todo menos bonito y dice mucho de tu ética en el negocio musical. Business as usual. Seguro que el más dolido fue el propio Dio. Ronnie se pasó toda su vida alabando las cualidades a la batería de Vinnie Appice, no en vano le llegó a denominar con el apodo de The Rocket Machine –del todo merecido, desde luego-, y supongo que debió ser un duro golpe en la confianza y estabilidad de nuestro querido elfo. En fin, la vida siguió y así hasta hoy. Lo que pasa es que las personas acaban definiéndose cómo son más con sus propias decisiones que con lo que pretenden decir sobre ellas mismas. Cuando alguien es capaz de vestirse por los pies aunque vengan mal dadas, es de reconocer y agradecer. Por estos motivos, entre otros -y aunque siempre voy a adorar a un músico como Vinnie Appice-, no puedo por menos que sospechar de los posibles segundos motivos que le lleven a formar parte de este último homenaje a la figura del tipo al que dejó tirado a los tres conciertos de su gira hace ahora veintidós años. Ya ves, para algunos el tiempo a veces no es lineal y tienes presente como si hubiese sido ayer algo que pasó hace más de veinte años.

                                                   Ronnie James Dio y Vinnie Appice.










domingo, 21 de enero de 2018

Dio Returns y Dio Disciples: Ronnie Dio vuelve a los escenarios de la mano de la tecnología. Concierto en Escenario Santander. 15.12.17


Dio vuelve a actuar en directo; bueno, en realidad lo hace como una figura generada por ordenador. El asunto en cuestión recibe la denominación de holograma y, como os podéis imaginar, suscita un abultado número de opiniones y prejuicios. El estreno de esta peculiar idea se produjo hace poco más de un año en el famoso festival de Wacken. Ante la imponente presencia de unas ochenta mil almas en el fastuoso escenario alemán volvió a reinar la inmortal música de nuestro músico favorito. Parece ser que la descabellada idea ha seguido adelante y ahora se lanzan a la aventura de una gira que promete ser mundial. Veremos.

                                                Dio Disciples en el Wacken con el holograma.

Parir una ocurrencia de semejante calibre solo podía ser el resultado de las elucubraciones de una cabeza como la de Wendy Galaxiola -aka Wendy Dio-. La intrépida ex viuda del añorado Ronnie, en una nueva vuelta de rosca a la gallina de los huevos de oro, ha decidido ser la primera mánager que es capaz de resucitar a un artista fallecido y llevarle de gira por los escenarios de todo el mundo. Sobre esta mujer se pueden decir muchas cosas, pero lo que está claro es que en muchos aspectos otra mujer de armas tomar como es Sharon Osbourne se convierte en una dulce hermanita de la caridad a su lado. La figura de Wendy resulta controvertida en cuanto escarbas un poco en la superficie, no necesitas profundizar mucho. Fue esposa y mánager de Ronnie durante prácticamente toda su carrera, se separaron hace unos años aunque siguieron ligados profesionalmente y ahora es ella la encargada de hacer llegar el legado musical de Dio a todos los mortales, por deseo expreso de éste. Que Wendy es una mujer con las pelotas bien puestas no lo duda nadie en este negocio, hay muchas situaciones y anécdotas que acreditan sobradamente tal afirmación. Fue la que contestó públicamente al llorón de Vivian Campbell cuando este tuvo la nada elegante ocurrencia de quejarse treinta años después de que Dio no le quiso subir el sueldo cuando militaba en sus filas y que por eso acabó fuera del grupo, un gesto muy feo por parte de un tipo que le debe mucho a Ronnie y que se pasó esos treinta años poniéndole a parir –bueno, hemos documentado suficientemente bien todo este affair en reseñas anteriores–; nuestra querida heroína no tuvo problema alguno en asumir públicamente la responsabilidad del despido de este elemento, tranquilamente declaró a los medios que no fue Ronnie Dio quién despidió a Campbell sino ella misma y que el motivo principal fue que el propio Vivian exigió un aumento de sueldo. Con dos pelotas. Del triste e irritante perfil pesetero de Vivian Campbell no vamos a volver a hablar ahora –no hay más que echar un vistazo a su recorrido musical posterior a su estancia en Dio para darse cuenta por uno mismo–, pero hay algo que tengo muy claro: si no estás contento con las condiciones laborales que previamente acuerdas cuando te contratan, no tienes más que hablarlo con tu jefe y si éste no te sube el sueldo lo más digno es que dejes ese trabajo y te busques otro, en lugar de ir por ahí lloriqueando y echando mierda en cuanto te ponen un micrófono delante.


Aunque no todo es oscuro en el universo Wendy. Es de justicia tener presente que la gestión que está realizando hasta ahora del legado artístico de Ronnie James Dio se puede definir con una sola palabra: perfecta. Es de todos sabido que, cuando se muere un artista, el mercado se inunda con doscientos millones de recopilatorios y demás artefactos musicales de dudosísima enjundia. El caso de Dio está siendo una excepción hasta ahora, toda la música que ha salido al mercado desde que falleció hasta el día de hoy es de primerísima calidad e interés; los directos publicados abarcan distintas grabaciones y etapas del artista que no habían tenido representación en su discografía oficial, amén de haber sabido dosificar dichas publicaciones para no saturar el mercado. De este modo el resultado final es que todos los que apreciamos la música del difunto Ronnie James Dio y que hemos quemado de tanto escuchar los distintos piratas durante todos estos años ahora podemos disponer de algunas de estas grabaciones con una producción y sonido adecuados… y está por llegar la joya de la corona: las supuestas ideas que dejó pergeñadas Dio de lo que iba a ser la segunda y tercera parte de la trilogía “Magica”. Estas ya son palabras mayores y, en un alto porcentaje, se lo debemos a Wendy; sí, la misma que al mes del fallecimiento de su ex pareja ya estaba vendiendo camisetas conmemorativas de su muerte. De cualquier modo el tema Wendy da para una entrada que tarde o temprano abordaremos en estas páginas.

                                                                  Wendy Dio.

El caso es que nuestra encantadora dama ha sido la cabeza pensante que se esconde detrás del dichoso holograma. Con este invento se pone a la cabeza de todas las variadas y múltiples triquiñuelas que se les han ido ocurriendo a todas aquellas mentes pensantes del mundo del Rock que han dirigido sus esfuerzos a intentar llevárselo crudo. Ahí tenemos a nuestros queridísimos Kiss, que llevan varios años intentando colarles a los fans una nueva formación del grupo original formada por cuatro contratados que se vistan y pinten como ellos mientras la dupla Simmons/Stanley se queden al calor de las chimeneas de sus respectivos hogares contando los ceros que suman las ganancias de las giras de dichos contratados; todavía no han logrado convencer a sus seguidores para que acepten a unos Kiss formados por sustitutos, pero todo se andará. Curiosamente se les ha adelantado Rick Medlocke. El magnífico guitarrista y cantante de los Blackfoot y actualmente comandando Lynyrd Skynyrd, cansado de no obtener el reconocimiento y el éxito que en justicia le correspondería con su buenísimo grupo, tras años después de disolver a la formación, consiguió llevar esa idea a la práctica hace apenas unos pocos años: hizo un casting, escogió a cuatro tipos jóvenes que tocan que te cagas y volvió a reformar sus Blackfoot … sin estar él mismo en la nueva banda…y no le ha salido mal del todo. Pero esto es otro tema que habrá que abordar en otro momento. De cualquier modo, el caso es que con esta jugada del holograma nuestra angelical Wendy pasa a colocarse a la cabeza en esta peculiar clasificación del despropósito.

                                      Blackfoot 2017: Rick Medlocke en la foto, pero no toca con ellos.

La idea de una gira de Dio con una imagen animada suya programada por ordenador mientras suena su voz en playback acompañando a una banda con músicos reales que interpretan sus canciones en directo es, qué queréis que os diga, algo bizarro. Tras la lógica desazón inicial de semejante despropósito, si conseguimos hacer un ejercicio de abstracción propio de un monje tibetano cum laude podemos observar distintas consideraciones. Lo cierto es que todo lo demás está cuidado al detalle y orquestado con un evidente mimo y cariño hacia la figura de Ronnie. Se ha contado con tres de los miembros de la última formación original que acompañó al cantante en sus últimos años y que tras la muerte de éste prosiguieron con el grupo tributo llamado Dio Disciples –otro debate para otro momento–; el combo cuenta entre su filas con el batería Simon Wright, el teclista Scott Warren y el guitarra Craig Goldy, todos ellos ex miembros de Dio. Para cantar han tenido la consideración de buscar, además de la voz enlatada de Ronnie, a los vocalistas Ripper Owens y Oni Logan; un detalle muy importante y que dice mucho de la importancia de abarcar la abultada gama vocal de la que hacía gala nuestro pequeño y añorado elfo. En lo que respecta al repertorio se ha tenido especial cuidado a la hora de seleccionar el setlist, un músico con la dilatada carrera de Dio tiene en su haber un gran número de temas míticos y memorables, por lo que seleccionar entre todos ellos es una cuestión de naturaleza delicada. Podían haber cogido el camino fácil, lo que suelen hacer casi la totalidad de los grupos tributo y currarse todos los grandes éxitos; pero no, tanto Dio Disciples como la gira del holograma han sido capaces de confeccionar un repertorio en el que están la mayoría de los clásicos que todo el mundo quiere escuchar, mezclado con otros temas menos famosos aunque igual de buenos o más que los clásicos. Y si a todo esto le añadimos una puesta en escena cuidada con una pantalla proyectando imágenes alusivas a momentos y vivencias de cada una de las canciones, la cosa tiene su aquel. Debo decir que había algunas de las fotografías que se proyectaban que ni yo mismo conocía y, os lo puedo asegurar, he visto muchas, pero que muchas fotos de nuestro pequeño gran hombre. Todo este conglomerado de sensaciones te lo pone muy difícil a la hora de formarte una opinión final sobre este esperpento. Una cosa tenía clara: si tocaban en directo en España, no me lo perdía. Siempre conviene conocer al enemigo.


Con estas que un frío viernes del pasado Diciembre me monté en el coche y pusimos rumbo a Santander para ver esta gira en vivo, en directo y en primera persona –que mucha gente piensa que por ver una mierda de grabación en youtube ya se ha enterado del directo de cualquier grupo-. Por otro lado la actuación estaba programada en la sala Escenario Santander, probablemente la mejor sala de conciertos de España; probablemente. El cruce de cables fue total, como cabía imaginarse. Asistir a un show de estas características ya iba a ser algo poco habitual de por sí, por lo que había que estar preparado para lo peor. Lo primero que me llamó la atención es que, pese a ser una de las tres actuaciones programadas en nuestro país, había bastante público; la música de Dio sigue teniendo tirón, de lo que me alegro. Sonó la intro grabada que habían extraído para la ocasión de la etapa de “Sacred Heart”, uno de esos detalles cuidados con celo a los que me refería antes. Salieron los músicos ocupando la batería y el teclista los laterales del escenario, dejando al bajista Bjorm Englen y a Goldy en esos mismos laterales por delante y reservando el centro de la escena a una pantalla destinada a proyectar el holograma de Ronnie. Tras la intro sonó “King of Rock n’Roll” como un cañón bajo la voz omnipresente pero grabada de Dio. Acto seguido nos invadió otra intro, en este caso “E5150”, la misma que daba paso a ese temazo de Black Sabbath que se llama “The Mob Rules” y que cantó con su vozarrón habitual el vocalista Ripper Owens; normal que Judas Priest contratasen los servicios de este tipo para suplir a Rob Halford en los noventa, el amigo tiene una potencia y un chorro vocal excepcional. Recuerdo cuando asistí al concierto de Judas con Ripper en La Cubierta de Leganés hace ya un porrón de años, Owens nos dejó con la boca abierta y los tímpanos descolocados a los que allí asistimos mientras que todos sus detractores se quedaron en sus respectivas casas perdiéndose semejante barbaridad. Pero volvamos al show de Dio holograma, solo llevábamos unos escasos diez minutos de actuación y esta gente nos estaba dejando claro que sabían de qué iba el asunto que se traían entre manos. Comenzaron con el propio holograma interpretando “King of Rock n’Roll”, que hacía que no la tocaba el propio Dio mil años, y le siguió algo así como otro inicio con otra intro y “Mob rules” presentando a la voz a Ripper Owens. El holograma como tal apareció en tres de las canciones del repertorio; bueno, en realidad fueron cinco puesto que “The Last In Line” se presentó a modo de medley junto a “Holy diver” y “Heaven & Hell” incluyó en su parte intermedia el clásico “Man on the silver mountian”. Esto de mezclar canciones e intercalar fragmentos de las mismas era otra de las señas de identidad que solían tener los conciertos del propio Dio. Por otro lado el holograma en sí me resultó curioso, muy curioso. Todo lo que se ha hablado del susodicho, toda la polémica generada, todos los adelantos informáticos y virtuales que tenemos hoy en día…y el holograma en cuestión me pareció un poco chapucero. Vamos a ver, se notaba que se habían dejado la pasta en el invento, la pantalla era prácticamente a tamaño de persona normal, se movía y todo eso. El asunto es que la figura parecía como de juguete, como una especie de dibujo; no sé, uno está acostumbrado a ver en las pelis todas esas imágenes generadas de manera virtual y, después de tanta polémica generada por resucitar para los escenarios al artista, lo que te esperas es poder ver una imagen de máxima calidad de dicho músico. En fin, no iba a cambiar mucho mi opinión si hubiese aparecido un holograma de alguien que fuese como Dio en vida, pero es cierto que me esperaba más calidad o nitidez; algo así como los efectos de 3D o una cosa por el estilo.


Sigamos con el concierto. Tras “Mob rules” siguió Ripper en el escenario para volvernos locos con “Straight through the heart”, otra canción de diez y que se marcó el amigo Owens de manera sobrada. Al acabar el tema nos presentó a Oni Logan, el ya ex cantante de Lynch Mob –otra vez– en un casi perfecto castellano anunció otra canción de Sabbath, concretamente “I”. Los dos vocalistas demostraron sus perfectas facultades, cada uno en su terreno: Logan con un matiz más clásico y melódico, mientras que Ripper nos ponía los pelos de punta con el poderoso chorro de su afilada voz. Desaparecieron ambos cantantes y de nuevo apareció el cutre-holograma y la emotiva voz en off de Ronnie James Dio para interpretar “The last in line” mezclado con “Holy diver”. Aquí conviene reseñar otro punto a favor de la producción de este espectáculo, no penséis que extrajeron la voz de Dio de sus clásicos de estudio y a piñón fijo; nada de eso. No sé si la idea surgió de Wendy o del guitarra Craig Goldy –un tipo que siempre ha mostrado admiración y respeto hacia Ronnie, al que se suele referir como su maestro y del que jamás ha salido una crítica, ni cuando había vacas gordas o flacas–, pero el caso es que se trabajaron las líneas vocales pregrabadas de Dio para esta gira. La intro del concierto estaba tomada de la que el grupo usó en la gira de presentación de “Sacred Heart”, la toma de “King of Rock n’Roll” y del medley “Last in line”/”Holy diver” la extrajeron del directo “Live In Philly 1986”. Esta grabación corresponde al directo del Spectrum de Philadelphia que editaron en VHS por aquellos años y que no vio la luz en audio hasta que en 2013 Wendy la publicó en Cd. Recuerdo que en aquella gira del año 1985/86 presentaron el disco “Sacred Heart” y Dio estaba en un momento de popularidad álgido. Quisieron publicar el doble disco en directo que todos los grandes grupos tienen en su haber, pero parece ser que la compañía no lo acabó de ver claro y nos privaron de documentar esos años dorados de la trilogía “Holy Diver”, “The Last In Line” y “Sacred heart” con el doble en vivo que pedían a gritos. En su lugar publicaron el mini Lp “Intermission” que también es una pasada, pero nos perdimos toda la grandeza y majestuosidad de aquella gira y su repertorio con temas de hasta un cuarto de hora de duración. Esto lo solucionó Wendy Dio publicando de manera póstuma este doble cd en vivo. El caso es que de aquí tomaron las líneas vocales de estos dos clásicos imperecederos del queridísimo Ronnie, además respetando el interludio que une “Last in line” con “Holy diver” y que lleva una delicada e inspiradísima línea vocal del tema “Children of the sea”. En serio, pago gustoso para disfrutar en un concierto de este momento; incluso prefiero que no haya ninguna marioneta artificial y que simplemente el grupo interprete la música con la voz de Dio en primera persona.

                                                          Tim "Ripper" Owens.

                                                                  Oni Logan.

El concierto sigue con “Egypt”, otra pieza absolutamente única y especial. Lamentablemente solo Ronnie era capaz de imprimirle ese empaque cuando declamaba su melodía casi como si estuviese llorando. La versión de la gira fue algo más corta y en la interpretación de Oni Logan se perdió por completo la magia del final, hay cosas que no pueden ser y no pueden ser. Le siguió inmediatamente “Tarot woman” con un Ripper Owens que abrió la boca y nos volvió locos a todos, otra sorpresa con un intenso solo de Scott Warren. Cuando metes en un concierto canciones como ésta automáticamente te sales del establishment de los tributos y das un salto cualitativo. El solo de guitarra de Craig Goldy me gustó bastante, es un músico que ha mejorado en intensidad y en carácter musical mucho, en cuanto aparcó la moda ochentera de correr por el mástil con escalas interminables y le añadió más cuerpo e intensidad a su técnica también dio su propio salto de calidad. El solo desembocó en “Catch the rainbow”, la belleza personificada, que a su vez nos llevó a “Stargazer”, la intensidad personificada. Ambas canciones de Rainbow, la primera la interpretó Logan con solvencia, mientras que en “Stargazer” fue Ripper Owens el que dejó el pabellón una vez más bien alto cuando encaró las notas más difíciles dejando los coros y algún que otro fraseo a Oni Logan. Después de una bonita entrada de teclado ambos cantantes siguieron con “Mystery”, un tema pegadizo que probablemente sea lo más comercial que haya hecho Dio en su vida y que supuso otra agradable sorpresa en un repertorio elaborado con mucho criterio. Pienso que la voz de esa canción le pegaba más a Oni, así como la de “Stargazer” a Ripper, pero aun así no estuvo nada mal.


Tras esto nos empezamos a acercar a la parte final del concierto. Comenzaron a sonar los primeros acordes de “Heaven & Hell” y de nuevo volvió la voz grabada del maestro así como el cochambroso holograma. Esta versión incluyó el solo de batería de Simon Wright, que me pareció igual de simple e insulso que siempre pese a seguir incluyendo el “Overture 1812” que inmortalizó Cozy Powell (DEP), y el interludio de “Man on the silver mountain”. Dos de las canciones más significativas de toda la carrera de Dio que se juntaban y nos recordaban de nuevo lo grande que fue este hombre. Aquí le echas especialmente en falta cuando interpretaba en directo con sus evidentes dotes de actor la tentación del Bien y el Mal que se representaba en la parte casi final del tema, ese momento en el que la canción frenaba y te llevaba con delicadeza ante la duda titubeante, suavemente, constituyendo el clímax del propio tema antes de desembocar en el trepidante final. Pero esto es marginal. También se han estrujado la materia gris a la hora de seleccionar las líneas vocales y la estructura escogida para llevar este “Heaven & Hell” al directo. En Santander, y supongo que al igual que en el resto de la gira, el grupo montó una versión en la que encabezaba precisamente esa lucha interna con el Bien y el Mal que tan genuinamente llevaba al directo nuestro querido Ronnie; en este caso se decantaron por el fragmento del “evil”, para acto seguido comenzar con el estribillo y seguir con el inicio del tema original. Intercalaron “Man on the silver mountain”, una de las canciones que no debería faltar jamás en un homenaje a Dio o a Rainbow, y retomaron con la parte final de H&H suprimiendo la parte rápida que solían interpretar los Sabbath en los directos. Para seleccionar las voces de Ronnie en este medley no se limitaron a coger una sola toma de voz, se nota que se han tomado la molestia de seleccionar entre un compendio de discos y conciertos que dice mucho y bueno del deseo de presentar al respetable un producto final elaborado y que se salga de lo previsible. Lo dicho, más allá de que pongamos el grito en el cielo con la idea, hay que reconocer el esfuerzo por la ingente labor de realización musical que hay detrás.


La música cesa, los músicos se dirigen al centro del escenario y saludan al público. Vuelven de nuevo a asir sus instrumentos y finaliza el show con “Rainbow in the dark”. Los tres vocalistas y el dichoso holograma hacen acto de presencia y, cuando finaliza la canción, finaliza el concierto. Setenta y tres minutos de actuación. Craig Goldy abandona inmediatamente la escena y se marcha hacia los camerinos, mientras que Oni Logan y Ripper Owens se quedan unos minutos saludando al público en la propia platea del recinto. El público da por hecho que el grupo volverá a salir, pero la interpretación de “Rainbow in the dark” tiene visos de haber sido el último tema tocado. Se encienden las luces y el respetable empieza a quejarse por la corta duración del evento. Como tengo la costumbre de hacer todo lo posible por no conocer el repertorio del grupo que vaya a ver antes de la actuación, no puedo saber si es que han acortado el setlist; pero tiene pinta de que esto es lo que tienen preparado para la gira. En los días sucesivos confirmo estas sensaciones. Nunca he entendido esto de las quejas si un concierto dura menos de 80 o 90 minutos, ¿en qué parte de la entrada se especifica lo que va a durar el espectáculo? Está claro que la panacea es que un concierto sea muy bueno y muy largo, pero tengo muy claro que prefiero mil veces antes un concierto corto e intenso que otro largo aunque mediocre. Que un show sea algo memorable tiene que ver con muchos factores, pero la duración nunca está en los primeros lugares de esa lista; al menos así lo veo.

                                                             Craig Goldy y el holograma.

Le tengo mucho respeto a Craig Goldy, es un tipo que ha demostrado a lo largo de todos estos años ser un amigo fiel de Ronnie James Dio –de hecho le sigue reconociendo como su mentor y sus palabras siempre son de agradecimiento y respeto hacia el maestro- , es por eso que me sobraban las justificaciones que adujo en los días previos a la gira. En esas recientes declaraciones a los medios comentaba que hacían esto principalmente por y para los fans, como un homenaje a su figura, una celebración de su música para todos las fans que presenciaron en directo a Dio en su día y como un regalo para aquellos que nunca pudieron disfrutar de él en directo. Incluso se ofreció a responder personalmente a un enfurecido fan por todo este asunto del holograma vía facebook, le expuso sus razones con un talante tan sincero y conciliador que el propio fan iracundo supo reconocer el mérito de Goldy pese a afirmar que su opinión hacia el holograma no había variado. De cualquier modo seguro que las palabras de Craig Goldy son sinceras, pero no dejan de ser justificaciones para poder montar una gira mundial que de otro modo no creo que hubiesen podido hacer realidad. 


Me quedo con el final. Cuando bajó el telón de Santander y mientras el público mostraba su disgusto por la duración del concierto, sonaba por el equipo de ambiente la música enlatada de “This is your life”. Ese sí que fue el final perfecto para esta aventura.


                                                           Dio: "This is your life".