Encuentros HUSH.
Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
Clube de Adictos a Deep Purple
Clube de Adictos a Deep Purple
Púrpura Chess
This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.
¿Puede ser “Refugiados” el mejor tema de Ñu? Desde luego
que así resulta para este humilde escriba. El mítico grupo de Jose Carlos
Molina, una de las principales referencias dentro del Rock de
nuestro país, tiene en su haber una interesante y prolífica discografía. Seguro
que si le preguntas a cualquiera de sus seguidores te dirán otros temas más
conocidos antes que el que titula este pequeño artículo. En fin. En la variedad
está el gusto, supongo. Esta canción que aparecía en el disco “Requiem”
del año 2000, además de ser una inspirada composición, presenta sin duda una de
las letras más acertadas y con más enjundia de todas las que nos ha legado
nuestro querido flautista. La transcribimos para que ustedes mismos juzguen:
A veces,
hombres como tú y como yo
deben andar
varios caminos para encontrar su tierra.
Antiguos héroes
de taberna de pueblo o ciudad,
excombatientes
de muchos años de paz.
Sus ropas
húmedas entre la niebla
ocultan su
semblante cabizbajo.
Ellos son la
bandera de la vergüenza,
ellos hacen
quebrar tu conciencia.
Chimenea en un
bidón y la cama de cartón,
con un golpe en
el pecho yo les doy mi absolución.
A veces,
hombres como tú y como yo,
deben andar
varios caminos hasta encontrar su tierra.
Reunidos al
azar y en la miseria,
igual les da
matar por droga o por pan
Mendigos,
mutantes, yonquis y extranjeros,
se les niega el
hambre y eso es lo primero.
Si alguien
disparara en su lugar,
los hay que
acabarían con todos ellos.
Ellos son la
bandera de la vergüenza,
ellos hacen
quebrar tu conciencia.
Chimenea en un
bidón y la cama de cartón,
con un golpe en
el pecho yo te doy mi absolución.
Chimenea en un
bidón y la cama de cartón,
residencia en
un portal o ciudad residencial.
Con un golpe en
mi pecho yo le doy mi absolución.
Sin ponerme de
rodillas he conseguido el perdón.
Por increíble que parezca, este humilde blog ya tiene cuenta de instagram. Por si quieres echar un vistazo:
El pasado sábado tuvo lugar un acontecimiento excepcional para todos
aquellos que amamos el Rock duro
español en general y a los Ñu en particular;
en la madrileña localidad de Pinto y con motivo de la inauguración de la sala Universo Rock, el grupo de Jose Carlos Molina interpretaba en
directo por primera vez en su historia el mítico primer disco de la formación. “Cuentos De Ayer Y De Hoy” se publicó
en el lejano 1978 y cuarenta y un años después parece ser que este pasado fin
de semana era el momento adecuado para revisarlo en su totalidad sobre un
escenario. Como el propio Jose Carlos
Molina comentó en cuanto el grupo finalizó las últimas notas del tema “Paraíso de flautas”, parecía que nunca
se iba a llevar a cabo, pero al final se hizo. Este primer disco de Ñu representa una de esas joyas de la Música de nuestro país. Puede que no
sea el disco más famoso de Ñu, ni el
que más copias haya vendido, pero la elaborada propuesta musical que presentaba
esta primera obra, más allá de algunas pequeñas limitaciones en cuanto a
producción o sonido propias de un presupuesto muy ajustado, supuso una
agradable sorpresa dentro de nuestro panorama musical. La versatilidad y
variedad estilística de las composiciones, así como la complejidad e
inspiración de muchos de sus pasajes han hecho de este disco una referencia
imprescindible para muchos de nosotros. Esta obra está escrita en clave de Rock, pero rezuma eclecticismo y
escuela musical por sus cuatro costados. En su escucha se pueden apreciar
matices y detalles del Progresivo,
Blues, Celta o Folk entre otros
estilos, pasándolos por el particular tamiz del ingenio de Jose Carlos Molina para ensamblar un álbum original y que para
muchos fue precursor del Folk Metal
español.
El concierto comenzaba con la actuación del grupo invitado Manhattan Rock Band, un combo de
versiones al que tengo muchas ganas de ver y en el que curiosamente toca Cristian Molina, hijo del propio Jose Carlos. El asunto fue que entramos
en la sala justo cuando estaba acabando el set de Manhattan Rock Band, por lo que no dispongo de elementos de juicio
para comentar su actuación; no obstante debo decir que al entrar creo que
estaban acabando de interpretar “Separate
ways” de Journey y cualquier
grupo de versiones que decida meter en su repertorio algo del grupo de Steve Perry y Neal Schon tiene todos mis respetos. Para la siguiente.
Todo se empezó a ultimar para el inicio de la actuación de Ñu. La sala estaba abarrotada; no es un
recinto grande, pero desde luego que tiene su mérito llenarlo de público que
paga por asistir a tu concierto. También cuenta con el añadido de que la
ubicación no es la mejor, ni mucho menos, si te tienes que desplazar en coche
con todo lo que ello conlleva a la hora de decidir si tomarte unas
cervezas/copas y tentar a la suerte de los controles de tráfico. De cualquier
modo no se me ocurre mejor publicidad que este concierto, por lo que le
deseamos a Universo Rock todo lo
mejor en su recién iniciada andadura.
Jose Carlos Molina, Vesko Kountchev y Manolo Arias.
Pasados escasos minutos de las once y
media de la noche los músicos que acompañan a Jose Carlos Molina subieron al escenario, se colocaron sus aperos
respectivos, unas últimas afinaciones y aquello comenzó. Manolo Arias y Luís Calzada
a las guitarras, César Sánchez al
bajo, Vesko Kountchev a la viola, Óscar Pérez en la batería y Juan Miguel Rodríguez haciéndose cargo de
los teclados. Sonó primero una pequeña intro en plan tenebroso que desembocó en
las primeras notas de “Profecía”. El
público se volcó desde el primer momento mientras el propio Jose Carlos subía al escenario.
Milagrosamente encontramos una ubicación cojonuda que nos permitía observar con
total nitidez lo que allí estaba empezando a suceder. Todo el grupo se veía muy
entregado al asunto desde el primer momento y, salvo unos primeros acoples con
la viola, el sonido acompañó a este inicio tan inquietante a la vez que
intenso. Acto seguido comenzó la canción “Preparan”,
con el público volcado de pleno ante uno de los temas más significativos del
grupo y una de las canciones preferidas de la dicografía de Jose Carlos Molina para este humilde
escriba; no bromeo, la gente cantaba literalmente las distintas estrofas de la
canción tapando por momentos incluso la voz del líder. Un total subidón que te
trasladaba en un instante a aquel mítico inicio del directo “No Hay Ningún Loco”, otro de los
discos emblemáticos de nuestra cultura rockera. La canción sonó como un tiro,
ganando exponencialmente con la atmósfera que iba recreando el teclista Juan Miguel y sobre todo Vesko con su viola, otorgándole ese
aire siniestro y asfixiante que sin duda posee. Cabe comentar que además
presenta una de las letras más inspiradas y personales de Molina, una especie de sello para letras posteriores abordando esa
temática de los pobres y desheredados que con tanto tino ha sabido presentar
durante todos estos años. La parte final de “Preparan” y su jugueteo con guitarra/bajo dio pasoal buen Rock n’ Roll de “Algunos músicos fueron nosotros” junto a su letra no exenta del
vacile y el doble sentido del que muchas veces hace gala Jose Carlos Molina. Todo un lujo escuchar este tema en el contexto
de este concierto. Cabe reseñar que se reprodujo el disco y sus canciones en
orden idéntico al trabajo original, sin apenas comentarios ni parones entre los
temas. Esto permitió acentuar la particular atmósfera que se iba creando según
el grupo desgranaba las canciones; en definitiva: algo mágico. Los guitarristas
Luís Calzada y Manolo Árias se fueron repartiendo las labores rítmicas y solistas
durante los distintos temas, aportando su toque personal respectivo, ambos
haciendo gala de una fina ejecución en sus partes y con mucho criterio,
adornando las canciones y haciendo que sumase enteros el resultado final. El
espectáculo continuó con “Cuentos de
ayer y de hoy”. El tema título sonó especialmente bien y me llegó de un
modo especial. Es una canción que tiene una estructura en la composición
repleta de cambios y que nunca había tenido el gusto de escucharla en directo
al completo. Esta noche el sonido, que fue impecable durante toda la actuación
de Ñu, acompañó y permitió degustar
los diferentes matices e instrumentaciones que ofrecen tanto la canción como el
resto del disco. El incio sonó poderoso y reivindicativo, mientras que la parte
intermedia más suave resultó toda una delicia para los oídos del respetable. Jose Carlos Molina lideró, como durante
el resto del concierto, la interpetación. Me gustó mucho a la voz durante toda
la actuación, tanto en el delicado lirismo de las partes más lentas como
echando el resto en los momentos más altos. Comandaba a la perfección el
escenario, se nota que lleva en esto toda la vida y por momentos nos hizo
sentir como sus invitados bajo la chimenea de su casa mientras mostraba una
total complicidad con el resto del grupo.
Tocaba comenzar la cara b
del disco y comenzaron a sonar las primeras notas de “El juglar”. Uno de los dos temas más largos en minutaje del disco
y toda una delicatessen que degustar
de principio a fin. En la parte final del tema intercalaron unos fragmentos del
clásico “House of the rising sun”
que no hicieron más que resaltar un tema ya sobresaliente de por sí, se intercambiaban
momentos solistas las guitarras, teclados, viola y la flauta de Jose Carlos. Molina se acompañó de un par de flautas para esta primera parte del
espectáculo que fue intercambiando según estimaba oportuno en cada canción; la
música de Ñu está enraizada en el Rock, pero la flauta juega un papel
importante en sus composiciones y eso se notó a lo largo y ancho de la
interpretación de este primer disco en estudio del grupo. Esta parte del
concierto tocaba a su fin precisamente con el tema “Paraíso de flautas”, que comenzó con una bonita parte solista a
cargo del propio Jose Carlos y ese
instrumento tan característico en el grupo. Si hasta ahora todo el concierto
estaba resultando especial, la interpretación de esta última canción resultó
mágica. No sé si alguna vez Ñu ha
tocado esta canción en vivo, pero sospecho que esta era una de esas veces casi
únicas. El público estaba volcado con Molina
y su grupo, disfrutando de la puesta en escena de un tema por momentos sosegado
y por momentos furioso. Tras cerca de diez minutos la canción llegó a su final,
desapareciendo tan tenuemente como había comenzado. El colofón perfecto a una
interpretación me atrevería a decir histórica y que seguro guardaremos en
alguna recóndita parte de nuestro ser los afortunados asistentes que allí nos
congregamos. Tras finalizar, el propio Jose
Carlos nos agradeció a los presentes... por el silencio, silencio
ensimismado que le habíamos brindado al grupo para poder interpretar una
música, elaborada, compleja y tan llena de matices que en esa necesaria
sinergia entre los músicos y el público adquirió sin duda una dimensión
superior.
Foto del concierto. Por Juan Amores, del facebook de Universo Rock.
Finalizó la interpretación del primer disco de Ñu y comenzó la segunda parte del concierto. Jose Carlos Molina abandona el escenario durante unos minutos y el
grupo se embarca en la interpretación de un instrumental que sirve para enlazar
esa segunda parte de la actuación, la de los temas clásicos del grupo. Enlazan con
el conocido “No hay ningún loco” y
acto seguido suena “La granja del loco”,
dos canciones ideales para meterse en el bolsillo a un público que ya llevaba
casi una hora en las alforjas de nuestro trovador preferido. Después
presentaron “Cruz de hierro” en la
que creo que fue una de las mejores versiones que he escuchado de este tema en
los últimos años. Debo reconocer que, desde el concierto aniversario del grupo
en la conocida Joy Eslava en 2016,
he visto unas cuantas veces a Ñu y
siempre me han ofrecido algo especial más allá de lo que esperaba –que
normalmente suele ser bueno-. Guardo ese aniversario como uno de los mejores
conciertos que haya visto nunca de Ñu,
esa interpretación de “Hada” con su
instrumentación y puesta en escena fue algo sublime. La grabación del último
directo también fue algo fuera de lo normal; el directo de las pasadas
navidades, con su primera parte acústica y su segunda parte eléctrica, también
fue algo a recordar… Pero sigamos, que me pierdo. “Cruz de hierro” pudo ser de lo mejorcito de la segunda parte de la
actuación del pasado sábado en Universo
Rock, una introducción del tema muy bonita y sugerente, una parte
intermedia que me llegó especialmente y un final que sonó con matices distintos
a los de otras ocasiones. Bromeó después Molina
presentando “Más duro que nunca”
como una de esas canciones que tocan muy pocas veces, volvió a escoger esta
canción para jugar con el público, haciéndole cantar el estribillo. Siguieron, tras
una introducción que recordaba mucho al inicio de “A golpe de látigo”, con “Sé
quién” y las guitarras a piñón fijo liderando el tema. Tras esta canción
alguien del público pidió que tocasen “Fuego”,
con el gesto bromista y cómplice de Molina
hacia Manolo Arias. Sonó “Tocaba correr”, tan íntima y
entrañable como de costumbre, esta vez con un interesante arreglo que suprimía
la flauta solista tras el estribillo. Esa misma flauta comenzó en solitario a
simular el sonido de la marcha de un tren y, en efecto, la famosa canción que
lleva por título “El tren” fue la siguiente
en sonar. Otro tema que retumbó en la sala con una interpretación brillante.
Llegaba el concierto a su fin con el clásico “El flautista” y su melodía imbatible, una de las mejores melodías
y letra que haya escuchado nunca y que sirvió de cierre perfecto a la
actuación. Parecía que aquello ya había acabado, pero no. El grupo volvió a
subirse a escena para interpretar dos canciones más. Primero sonó “Manicomio” y acto seguido Jose Carlos Molina dejó el escenario
para que tomara las riendas de la actuación un Manolo Arias que parece que se encontró ante la situación de
entretener a la gente mientras Molina
estaba fuera de escena. No sé si estaba preparado o no, pero Manolo tiene las tablas suficientes
para ponerse a tocar aunque no esté en el guion y ofrecer algo de sobrada
calidad. Nos sorprendió a los allí presentes recreando un fragmento de “Strange kind of woman” en directo de Deep Purple, precisamente la parte del
mítico pique Gillan/Blackmore en la
que Arias invitó a cantar al público
y que quedó bastante chulo. Enlazaron con un pletórico “Imperio de paletos”, que supuso la finalización del concierto. El
fin de una fiesta que duró unos ciento diez minutos, algo menos de dos horas en
las que vibramos al son de uno de los genios que ha dado la música Rock en España.
Una sección de
nuestro colaborador Thomas Anderson.
Ñu. El Medievo y
la Épica.
Hablar deÑu es hablar
de su carismático fundador y líder perpetuo, Jose Carlos Molina. Si preguntáis a cualquier persona medianamente
cercana a la esfera del Rock duro de este país cuál es el músico más
controvertido y peculiar que ha dado el mundillo, con toda seguridad os
contestará que "el Molina".
Con más ya de sesenta
primaveras a sus espaldas, lleva más de cuarenta haciendo música de primera
calidad. Bien, vale, lo admito, Ñu
nunca ha sido un grupo que haya marcado tendencia como tampoco ha estado nunca
entre el elenco de los más valorados y reconocidos (a saber, Barón Rojo y Obús). Sin embargo, la perfecta combinación entre coherencia
compositiva y carisma interpretativo le conceden ese puesto de honor que tanto
se merece.
Pero no estoy aquí para
reescribir la biografía de un genio, ni para analizar taxativamente los
aciertos y errores de una carrera de un prolífico que asusta; mi objetivo es
haceros descubrir, a fondo, eso sí, de qué manera el mundo de la fantasía
medieval ha sido el hilo conductor más reconocible en la trayectoria de un
grupo que será recordado con letras de oro cuando llegue el triste momento en
que ya no pueda dar más de sí (esperemos que ese momento aún se demore alguna
que otra década).
Los primeros temas célebres
escritos por nuestro héroe del mes lo fueron junto a otro personaje conocido
por todos (en este caso, seguro que mucho más): Rosendo Mercado. De esta mezcla tan especial como breve surgieron
diversas canciones y un himno inolvidable: “El
Tren”. Eso sí, de momento, con textos poco relacionados con lo que nos
atañe.
Una vez que Ñu consiguió su primer contrato
discográfico, fue cuando Molina comenzó a dar rienda suelta a ese amor por la
juglaría y por los mundos feéricos.
Todavía no os he contado cuál
es el elemento que diferencia a este grupo de todos los de aquella época (que
no de esta): la utilización de la flauta travesera, tocada con gran maestría
por el propio Jose Carlos. Tal cuestión,
dentro de un grupo de Rock, no tenía
precedentes en España, aunque sí en Inglaterra, cuna de la explosión rockera de
esos años. Todo el mundo conocía a Ian
Anderson y su banda JethroTull,
y desde su nacimiento Ñu tuvo que
soportar la losa de las comparaciones, siendo acusado por muchos de ser una
vulgar copia de aquellos. Molina,
con el desparpajo del que siempre ha hecho gala, ya repuso en aquella época que
era el propio Anderson quien se
había inspirado en Ñu a la hora de
concebir sus composiciones.
Lo cierto es que un sonido
tan peculiar hace inevitable el establecimiento de comparaciones, pero no es
menos cierto que el estilo de Ñu
siempre fue mucho más duro, más consistente, menos Folk, para que nos entendamos. Eso sí, hay ciertos momentos
concretos, sobre todo en los dos primeros discos, en los que es innegable la
influencia ejercida por los ingleses en su sonido.
Que Jose Carlos Molina siempre ha disfrutado haciendo de su imagen la
de un trovador medieval es una verdad a gritos. Ya en su primer álbum de 1978, “Cuentos De Ayer Y De Hoy”, existe un
tema que lleva por nombre:
"El juglar"
Le dijeron
que era triste aquel lugar
y se puso en camino.
Se decía
que un mal duende descargó
su maldad en aquel sitio.
...
Recordaron con respeto
las palabras
de aquel señor mendigo.
Pues cantaba profecías
y hechizaba
a las gentes su sonido.
Le llamaron libertad
igual que a su canción.
¿Quién no advierte un absoluto tufo "hippiesco"? Resulta más que evidente en este disco en especial, aunque también en el segundo, "A Golpe De Látigo". Pero como no es en lo hippie en lo que se centra el artículo, no haré mayor hincapié en ello y os dejo otra pequeña joya.
"Paraíso de Flautas".
Las flautas de los duendes
dibujaban melodías.
Allí se deslizaban
serpientes plateadas,
damas que jugaban
con patos de cristal.
Las flautas de los duendes
dibujaban melodías.
La grandeza era el mar
y el poder el universo.
Pero un día hubo un error
y nació la evolución
...
Ahora hay un mago que
rompe el hechizo
con una canción que aprendió de un amigo.
Halló con su magia el poder sombre el tiempo
y vio la verdad en volver al principio
AHí lo tenéis: duendes, magia, magos... todo inmerso dentro de un mensaje más mundano: la evolución, el progreso tecnológico es la lacra del hombre. casi todo está impregnado de un toque apocalíptico, un fin del mundo que llegará si no apostamos por la ecología. Cabe destacar que ese compromiso, esa crítica social también ha estado siempre presenta en los mensajes del grupo, aunque más adelante, en ocasiones, se abandonan los mundos imaginarios como instrumento de exposición.
Es momento de advertir que el proceso evolutivo de Molina como letrista ha sufrido muchos altibajos a lo largo de su carrera. Estos primeros experimentos eran prometedores, pero su cenit estaba por llegar. No tardaría mucho, eso sí. Disfrutad de:
"La galería".
Estuve soñando con una galería,
en que los cuadros se movían hacia mi.
Y una pintura, de yo no sé qué duende,
me miraba y se reía con pasión.
Allí me encontré escenas del pasado.
mi miedo allí pintado para siempre.
Y un viejo espectro que pinté hace ya algún tiempo
no paraba de reirse sugiriendo.
Sencillamente maravillosa. aunque las joyas de la corona aún estén por aparecer.
Nos hallamos ya en "A Golpe De Látigo", año 1982. Un disco mucho más cañero, con unas letras más maduras con altas dosis de simboligía.
"El Expreso".
Hey, viajero, este no es tu tren,
no hagas preguntas,
nadie va a responder.
...
Monstruos y dragones te van a acometer
y brujas medievales se van a aparecer.
Dulces danzarinas verás contornearse,
duendes y demonios serán sus amantes.
¿Deseas tú ser su acompañante?
No las tendrás, si no eres comerciante.
Viajan en tu tren.
...
Si encuentras tu estación puedes bajarte,
yo debo conducir el tren, sigo adelante.
Puedo con su marcha llevarte donde quieres.
Si no te gusta el viaje me devuelves el billete.
Bravo por “el Moli”, todo un ejemplo de forma y contenido
en sus letras.
Aunque el
paradigma de canción medieval por antonomasia lo encontramos en uno de los
himnos más conocidos del grupo: “El
flautista”, una peculiar visión del famoso cuento infantil de “El flautista de Hamelin”.
El flautista
llegó por el horizonte,
dibujando su figura en el sol del Poniente.
Sólo os pedirá un poco de amistad
y a cambio limpiará de ratas tu ciudad.
Cruzaremos los ríos, lagos y montañas
y hallaremos un valle sin humos y sin ratas.
Él es el flautista de los cuentos de tu infancia,
matador de dragones gigantes y conquistador de damas.
En 1983 Ñu saca a la luz el que será sin duda
el mejor álbum de su carrera: “Fuego”.
Se trata de una joya muy cercana al Heavy
Metal más poderoso. El culmen creativo de J.C. Molina lo encontramos en este disco. Jamás nos volveremos a
encontrar con tales dosis de épica, fuerza y poesía. Una obra magistral, de
cabo a rabo:
"La dama de la carroza"
Tu vuelo hacia
el futuro es infernal,
montado en tu carroza medieval.
Los brujos del espacio te esperarán
sentados en planetas de cristal.
Larga galopada siempre sin final.
No hay hora en el espacio que dé igual.
En la carroza negra viaja tu dama,
con sus largos cabellos ella te arrastra.
Diosa del cosmos, ¿cuándo pararás?
Quiero contemplar tu cuerpo de metal.
…
Nessa, Nessa,
Nessa,
Cabalgando hacia tus labios,
robaré tu velo negro.
Donde Nessa coincide con el nombre de una de
los Ainur nombrados en “El Silmarillion”. De J.R.R. Tolkien. Molina siempre ha
negado haber leído siquiera “El Señor de
los Anillos”, pero, sinceramente…yo no me lo creo.
"El hombre de fuego"
Siluetas de vapor han
surgido entre mis sueños.
El baño de mi señor está dispuesto.
Mira la oscuridad detrás de tu puerta,
le oyes silbar.
El hombre de fuego.
He encontrado un viejo
libro en el desván.
Nadie sabe quién ha escrito tanta aberración.
Mira la llama como se esconde.
El ego de mi señor.
El hombre de fuego.
Fuera estúpido, te pueden
abrasar.
Tus cuentos de locura contigo acabarán.
Simbolismo,
magia, imaginación a raudales...Podría mostraros una canción tras otra, pero se
trata de no extendernos hasta el infinito.
Llegamos a 1984.
Por razones de industria, J.C. Molina
se ve obligado a grabar un disco en menos de quince días y entra en el estudio
con apenas unos pocos temas compuestos. Os hablo de “Acorralado Por Ti”, otra genialidad, sin duda, pero en él
podemos encontrar los primeros atisbos de una mediocridad que tendría su culmen
dentro de unos años. Algunas de las letras comienzan a tratar temas triviales,
sin ninguna trascendencia, típicas canciones de amor, cosa que no había
ocurrido hasta el momento. Un toque comercial, por qué no decirlo. Aún así, podemos
degustar perlas como ésta:
"Romance fantasma"
Distinguida
Dama, ¿dónde estás?
Perdiste tu guadaña, ¿cómo fue?
Tu mano te delata, ¿eres tú?
Te veo atormentada, ¿dónde vas?
Flotas en mi mente, no existes.
En mi corazón no te puedo ver.
Dulce veneno que me hace enloquecer.
Ninfa del infierno, muéstrate.
No, no existes
(Romance fantasma)
Maleficio de
tragedia y de placer
Inquisición del miedo, ¿cuál es tu poder?
Amor de las tinieblas, ámame.
Dónde está tu lecho, llévame
Con todo, en
general, el toque fantástico-medieval está bastante menos presente en este
disco.
En el año 1986 se
grabará “No hay ningún loco”, el mejor
directo de la historia del Rock en
español, donde presentará cuatro nuevos temas, cargados todos ellos, ahora sí,
de, posiblemente, el mayor toque trovadoresco hasta entonces.
"No hay ningún loco". Entre la intensa bruma del castillo se ve su figura aparecer. Puente, jinete y la luna con ojos atentos de mujer. Es el héroe de paz, triste y solitario que llega al atardecer. Castiga brujas, duendes y villanos que pagan con sangre su traición.
O, esta sí, una
de las joyas de la corona:
"Los ojos de la Zíngara"
Ojos de pasión
me hunden en tu magia,
casi sintiendo que mi vida es para ti.
Ahora estoy lejos de maldición,
haciendo de bufón, cantando tu canción.
Tengo en tus ojos todo lo que puedes dar.
...
Siempre contándome leyendas del pasado,
buhonera de los tiempos del horror.
Has oído el gong al atardecer,
tú serías capaz de darme terror.
Al año siguiente Ñu vuelve a
la carga con nueva formación. Se me olvidó comentar que un tercio de los
músicos de Rock españoles de la
época pasaron por la banda en alguna ocasión. Molina siempre ha sido su único dueño y señor, haciendo y
deshaciendo a su antojo. Si a ello le añadimos un carácter tan extravagante
como arisco, es normal entender el constante tráfico de músicos que han formado
parte del legendario grupo.
El nuevo Long Play se llama “El
Mensaje Del Mago”, retomando así el título de una canción compuesta en los
tiempos en que estuvo trabajando en un proyecto sinfónico, entre el segundo y
el tercer disco, y que no vio la luz hasta el recopilatorio de 1995. Aprovecho
para dejaros una muestra de la misma:
"El Mensaje del mago"
El mensaje del mago
sonó y nos enseñó su cueva,
para borrar el hechizo anterior.
Su sublime gesto
venció la irrealidad.
y descubrí que yo estaba soñando.
Había escenas de pajes y doncellas,
de temor, de belleza y de añor.
Había duendes, bufones y serpientes,
y juglares entonando esta canción.
damas que jugaban
con patos de cristal.
Las flautas de los duendes.
Desde luego se percibe algo así como si Molina se hubiese dado cuenta de que la cosa comenzaba a tomar
derroteros extraños y quisiera poner remedio. Es otro disco brutal, y aunque
mantiene a ratos el tinte “comercialote”, vuelve a dejarnos muestras magníficas
de imaginación compositiva a todos los niveles:
"Cautivos del placer".
Ciego por el sol, el cielo me oye gemir.
Medusas de sexo cruel esnifando mi aliento.
"Ninfómanos" del aferro me tenían a su merced
La danza de cada noche, un rito infernal,
cautivos del placer, decidimos entrar.
Destinado a enloquecer intenté escapar.
Dame tiempo, no es bastante para ti
Llegarás cautivo del placer y a su ídolo adorarás.
Beberás de su vino y naufragarás en un mar de satisfacción.
Amarás ese infierno y disfrutarás de ese fuego en tu corazón.
Matarás para poder recuperar tu alma de un paraíso de trampas
¡Huirás!
Pero por
desgracia tengo que afirmar que este es el último gran (escrito con mayúsculas)
disco de Ñu. A partir de este
momento, Molina da la sensación de
entrar en una especie de rutina, y comienza a componer letras que no sólo no
resultan de gran interés, sino que llevan en su interior un aspecto que solo
había dejado intuir muy débilmente hasta aquel instante: la comicidad. Sin
duda, J.C. Molina, mientras no ha
habido elementos que desataran su furor, siempre ha sido un gran bufón dentro
del escenario; en aquel entonces comenzó a serlo también en sus discos. Solo
tenéis que escuchar “La granja del loco”,
de su siguiente trabajo, “Vamos Al Lio!”
Los títulos lo dicen todo, ¿no os parece?
En todo caso,
como estamos hablando de un genio, no podemos afirmar que sean álbumes que no
merezcan la pena, porque en lo referido a lo musical siguen estando a un enorme
nivel. Otra de las bondades que se puede decir del grupo (cosa que no se puede
hacer con muchos de ellos), es que cada uno de los Lp´s que ha sacado al mercado es un ente en sí mismo, tanto en la
producción como en la composición. Siempre fiel a un estilo muy definido, el
buen hacer perenne de Molina ha
conseguido que cada trabajo suyo tenga ciertos toques que lo hacen único y
especial.
Pero no me
enrollo más y paso al siguiente disco, pues del anterior no puedo daros muestra
alguna que tenga relación con la fantasía.
"La Espada".
¿Dónde está la espada que tire el poder? Sus dioses y su ley de propio peso caerán. ¿Dónde está el mensajero que llegue hasta ti? Mi causa escudará y mi brazo estandarte será para ti
Estoy encarcelado y no te puedo ayudar. Sé que mis mensajes no llegaron hacia ti. Tu amarga agonía contemplo desde aquí, las sombras de la noche guiarán tu lucha. Señales del destino a la vitoria tuya.
Año 1988. El álbum se tituló “Dos Años De Destierro”, y aunque
podemos volver a reconocer ciertos toques imaginarios, lo cierto es que el
componente cómico adquiere aquí tintes que rayan lo grotesco. Por otro lado
tiene el don de, depende del momento, ser el trabajo más reivindicativo que
jamás haya sacado a la luz.
Pero no es la política lo que
ahora nos atañe, recordad.
Al poco tiempo vuelven a
grabar un directo (“Imperio De Paletos”)
que, aun siendo magnífico, no puede competir con el anterior. También hay
varios temas nuevos, alguno con mucha chicha:
"Conjuros"
Se han reunido para comenzar
una ceremonia que no puede esperar.
Sabios del tiempo cerca del fuego,
discuten un futuro incierto.
Joven iniciado de ojos exaltados,
¿qué esperas ver delante de tu cara?
Danzarina baila a la luz de la luna,
silueta sobre el fuego y magia nocturna.
Prohibido hacer conjuros
a espaldas del poder.
Te quemarán por brujo.
Inquisición de burros.
Frase esta última que sirve
de buen ejemplo para que entendáis esa otra manera tan distinta de concebir las
letras en la época en la que nos situamos.
A partir de entonces nos
adentramos en un periodo complejo para Ñu.
Son los años 90 y los vientos para el rock son enormemente desfavorables. Si
hablamos de los grupos españoles, mucho más aún. El grupo trata de asomar la
cabeza publicando un disco que pretende ser un regreso a sus orígenes. Es otra
obra maravillosa, más seria, la más medieval de todas, aunque no la más mágica.
Si el componente cómico no existiera (lo hay en menor escala, eso sí)
estaríamos hablando de uno de los mejores trabajos de Ñu de todos los tiempos. Se trata de “La Danza De Las Mil Tierras”.
"Hechiceros"
Hechiceros que roban el tiempo,
vigilantes de tu inconsciencia.
Ellos crean en ti la discordia,
te roban el alma y luego tu cuerpo.
Hechiceros, hechiceros.
Por el metal sagrado, devuélvemela.
Antiguo mago astuto,¿qué es lo que soy?
¿Qué nuevo dios me traes?¿cuál es su color?
Ofrezco en sacrificio tu maleficio.
Os recuerdo que este tipo de
letras no son gratuitas sino que están sujetas a posibles interpretaciones. En
este caso es más que probable que los citados hechiceros no sean otros que los
grandes mandamases de las religiones actuales.
"Campo yermo"
Tiempo de tregua, orgullo herido,
el campo está yermo, casi perdido.
Lágrimas sobre la tierra de promisión.
El cáliz sagrado se ha convertido
en sangre derramada y hierro
fundido.
Y los cantos de amor se han tornado
en falsas promesas.
Asaltando palacios me escucharán.
Teniendo cerca el metal,
al menos se asustarán.
Nos han engañado
y nos han vendido
El campo está yermo,
todo perdido.
La fe sa he ahogado
en el último vaso de vino.
Esta que acabáis de leer es probablemente la mejor letra escrita por Molina desde los tiempos de “Fuego”.
A partir de aquí, un tiempo presidido por las versiones acústicas de los
temas de toda la vida (se llevaba mucho por entonces), que en Ñu no hace sino dar un toque aún más
grandioso a algunas de sus obras. Su título, “La Taberna Encantada”. No os perdáisla portada, por cierto.
Más tarde, ya en el 2000, Molina
vuelve a sorprendernos con otra joya en la que trata de aunar acústica con
eléctrica, sacándose de la manga, ahora sí, el disco más serio desde “El Mensaje Del Mago”. Se llama “Cuatro Gatos”. Qué pena de título y de
canción que le da nombre. Todo lo demás, una maravilla. Qué pena también que a
nivel compositivo esté un poco por debajo del anterior. Os dejo algunas
pequeñas muestras de corrido:
"Batalla (amarga victoria)"
Llegando al límite del valor,
donde exaltamos códigos de honor,
hay alborada en el infierno:
es la leyenda del terror.
La Muerte cabalga y ella es la reina.
Tu sangre pintando una bandera,
haciendo historia, país sin fronteras.
Pactos oscuros y tú ni te enteras.
"La isla (noche de tormenta)"
Ves la isla y te llena de aprensión.
Visión retorcida y negra de temor.
Cae un trueno que parece iluminar
cuadros danzantes, sombras de la oscuridad.
Es noche de tormenta, en la isla te esperan.
Es noche de tormenta, en la isla están ellos.
Es noche de tormenta, en la isla te esperan.
Ninfas que danzan flotando sobre el mar
al son de un flautista, presagio de la tempestad.
Suenan lejos los cánticos del ritual,
te atraen con sus voces, su música, hasta el final.
Para terminar, os cuento lo
que han dado de sí los últimos años. Dos discos casi seguidos en su
publicación. El primero, “Réquiem”,
lo más cercano a un álbum conceptual que nunca hiciera Molina. Se trató de un proyecto en el que venía trabajando años
atrás y que hasta entonces, 2002, no pudo culminar por diversas razones. Su
portada es la mejor de toda la carrera del grupo. Su música, la más oscura. No
hay lugar para las coñas aquí. Las letras desprenden profundidad, poesía y
dolor. Aun así, la manera de rematarlas no acaba de convencerme, no me
preguntéis por qué.
"Aramundi" Viejo maleficio de terror antiguo Ecos del pasado, estás atrapado. Fuego sobre tumbas de secretos. Luves sobre el mundo de los ciegos. Resurrección te exigimos, los actores de esta función. Yo esoty en mi espectro y parezco tu ángel, y tu confías en mi, pero no soy nadie. Soy el suave susurro de tu pesadilla. "Dagas" Mira fuera, yo no te miento. Abre los ojos, convéncete, están ahí, los estoy oyendo. Gritan, cabalgan, se oye el acero. Vienen a vengar a sus muertos, saben que su voto siempre es eterno. ¿Te has dado cuenta cómo ruge el viento?
Tienes un fantasma negro en tu triste vida . La muerte reclama su suerte y esneña sus cartas. Siniestro sonido el que escuchas cerca de tu casa, aura de jinetes en la bruma espectral
Así, leídas, son fabulosas,
lo sé. Pero incrustadas dentro de la música pierden un tanto, os lo aseguro.
Llegamos a (a excepción del
disco en solitario del año 1994) la obra más floja de la banda en todo su
recorrido: “Títeres”. Después de una
joya como “Réquiem” la verdad es que
quedé bastante defraudado. Volvemos a las letras horteras encajadas con
calzador dentro de la música. Un trabajo muy poco trabajado, valga la
redundancia. También bastante reivindicativo, pero cualquier toque mágico
pareció quedar agotado con el anterior. No existe nada interesante que os pueda
ilustrar de este álbum.
En 2011 salió a la luz el
último trabajo de Ñu hasta la fecha.
“Viejos Himnos Para Nuevos Guerreros”,
un título de lo más elocuente, antesala de lo que será, esta vez sí, otra joya
discográfica sin parangón. Un disco carente por completo de desperdicio, otra
vez cargado de una identidad irrepetible. Letras interesantes sobre una música
repleta de melodías medievales pero sin abandonarla caña más rockera. En una palabra:
maravilloso.
Cantarás sin fe
Has vivido en la ciudad que van a saquear
La semilla de la piedad no la verás, no crecerá
La espada te indicará, será tu señal
Palabras que revelarán única salvación.
Antiguos himnos cantarás sin fe
Viejas banderas quemarás.
Duerme conmigo el sueño dulce, que el mal está lejos,
Vive conmigo esta tregua que siempre fue igual,
Buenos y malos tiempos.
Hay una leyenda en un templo,
Termina de soñar que pronto nos iremos,
Termina de soñar.
Terminaré este humilde
artículo, con la que sí considero la mejor letra de su historia.
Ánimo, nunca es tarde para
descubrir un grupo que sin duda os ofrecerá momentos inolvidables.
Saludos.
"Flor de metal" Es difícl rozar tu piel sin clavarme tus espinas. Flor de metal.
SOlo sufro de alguna forma si estoy muy cerca de ti. Flor de metal Solo en mi arca esperando la tempestad cada noche, el negro presagio me hace pensar lo que puede ocurrir. Si este es tu juego, amor es tu veneno. Fría como el hielo sufres un extraño fuego. Empapada en purpurina tu cinismo te marchita. Flor de metal. ...
Sonriendo te columpias en las cuerdas de tu guitarra. Flor de metal. Y un arpegio sobre mi piano son tus lágrimas...