Andy Taylor. Vida después de Duran Duran

El guitarrista de Duran Duran es hoy nuestro protagonista. Sí, los Duran Duran. El grupo Pop que triunfó en los ochenta en las listas de medio mundo resulta que tenía entre sus filas a un tipo que sabía tocar la guitarra y que además tenía un background de Rock más que interesante. Su aportación le dio a las composiciones del grupo un toque rockero y afilado que funcionaba junto con las melodías ganadoras que se gastaban estos tipos. Nada que ver con el tufillo baboso que destilaban otros nuevos románticos coetáneos como los insufribles Spandau Ballet o similares. En esos benditos años ochenta el Pop que copaba las listas contaba con artistas y grupos que practicaban unas músicas de mucha enjundia, nada que ver con la mierda insufrible, repetitiva y flamenquitoide con la que actualmente castigan nuestras sufridas orejas cada día.

Andy Taylor siempre fue el nexo de unión de Duran Duran con los sonidos más duros. Temas imperecederos del grupo como "Union of the snakes", "The reflex", "Wild boys", "Notorious", "View to kill" y un buen número más que certifican su habilidad y el talento para esto de componer canciones. Por supuesto en aquellos años que un rockero escuchase a gente como Duran Duran era poco menos que anatema, aunque seguro que muchos de los tipos duros de entonces disfrutasen en la intimidad de su habitación llena de pósters metaleros con las melodías de LeBon &Co.

Duran Duran, gente non grata entre los heavys 80'.

Andy se marchó a mediados de los ochenta y el grupo se separó poco tiempo después. Volvieron a juntarse en el 2000 y, aunque siguieron grabando buena música, nunca nada volvió a ser lo mismo. Publicaron "Astronaut" en 2004, otro buen disco de Pop maduro y bien hecho, pero tan solo un par de años después volvió a dejarlos, en plena grabación de su siguiente álbum "Reportage". Parece ser que había incompatibilidad de caracteres con el resto de miembros de la banda. Desde el grupo comentaron que cada vez era más complicado afrontar las inesperadas ausencias de Andy, en una clara alusión a otro tipo de problemas o demonios personales con los que tenía que lidiar el guitarrista. Pasaron diez largos años de inactividad dentro del negocio musical desde ese momento; una pena y una pérdida, desde luego. Un tipo que ha trabajado con gente como Luke Morley, Rod Stewart, Paul Rodgers, Robert Palmer o Belinda Carlise entre otros muchos seguro que de calidad va sobrado.

En 2019 volvió al ruedo musical publicando un single y al año siguiente anunció un nuevo disco en solitario, bajo el título de "Show Me Your Ace". Finalmente este disco se tradujo en una colaboración en la producción del disco de Reef con el mismo título y que se ha publicado este año. El primer single de adelanto fue la misma canción con la que se titula el cd y en ella también toca el bueno de Andy.

Hace poco más de un mes Duran Duran entró en el Rock and Roll Hall of Fame. La más genuina representación de toda la hipocresía del negocio musical según relatan un buen número de grupos y artistas, aunque luego la mayoría pierdan el culo y vendan a su madre si es preciso por ser nominados. En los discursos que realizan los músicos al recibir la nominación, Simon LeBon tuvo unas elegantes palabras hacia la figura Andy que seguro agradeció el propio músico. En una carta escrita por el propio Andy y leída en la ceremonia por LeBon hacía pública la batalla que está librando contra el cáncer, en un estadio alto y sin posibilidad de cura. Todas nuestras oraciones para él.

Disfrutemos ahora de su trabajo con Reef y de tal vez la canción Pop más potente de los años ochenta... tal vez.

 

                                                          Reef: "Show me your ace".

 

 

 

 

 

Duran Duran: Aniversario de “Is there something I should know?” y nuevo disco.

El pasado 19 de Marzo se celebró el 32 aniversario del conocido single de Duran Duran, la popular banda de Pop británica. Esta canción resultó ser el primer número uno que nuestros queridos románticos obtuvieron en Reino Unido, de hecho el tema escaló hasta el número cuatro de los charts norteamericanos, abriendo el camino a los posteriores éxitos del grupo.

                                             Duran Duran: "Is there something I should know?".

En estos momentos el grupo se encuentra inmerso en la grabación de su nuevo disco, que parece ser que está practicamente acabado. Bajo la producción nos encontramos con el afamado productor Nile Rodgers, que ha trabajado en discos como el “Filthy Little Mouth” de David Lee Roth, o con artistas como Madonna, Mick Jagger, David Bowie, Al Jarreau o la insufrible Marta Sánchez entre otros.

Aunque hoy en día Duran Duran parece más bien pasto de nostálgicos ochenteros incombustibles, conviene recordar que durante los ochenta presidieron el movimiento de los nuevos románticos junto con  otras bandas como Spandau Ballet. Mezclaron influencias del Glam, el desastroso Art-Pop y la música electrónica germana para crear, bajo el estigma de músicos como Bowie o los Roxy Music del siempre elegante Brian Ferry, una especie de híbrido musical con desigual fortuna. Mientras Spandau Ballet se revolcaba en su propia miseria con melodías edulcoradas hasta el vómito como “Gold”, “Only when you leave” o “True” y con aquellas pintas imposibles tanto hoy en día como hace treinta años, Duran Duran demostraron tener bastante más calidad y recursos.

                               Spandau Ballet. Difícil tomarse en serio a unos tipos con esta imagen.

La banda de Simon Le Bon, imposible encontrar un nombre artístico más ridículo, se caracterizó por crear un importante puñado de grandes canciones que representan en parte la esencia del Pop de los setenta y ochenta. Temas cortos de rápida impronta, melodías brillantes y fácilmente reconocibles, uso de sintetizadores sin olvidar la aportación fundamental de la guitara eléctrica, coros muy cuidados, arreglos interesantes y una producción cristalina generalmente algo saturada – como se esperaba de cualquier super producción de los ochenta -. Con estos elementos consiguieron cortes infalibles destinados a hacer enloquecer a los teenagers de esos años, enterrados bajo sus hombreras mega-cutres, gominas, tupés y demás accesorios.

Y es que Duran Duran tiene canciones grabadas a fuego en el subconsciente de toda una generación. Temas como “The Reflex”, “Save a prayer”, “Notorious”, “Wild boys”, “Too much information” o “A view to kill” forman parte de la banda sonora de mucha gente, de eso no hay duda alguna. “Notorious” o “Wild boys” tienen más gancho y rabia que la mayoría de sus lastrados coetaneos románticos. Desde luego que Duran Duran jugaban en otra liga.

                                                         Duran Duran: "Wild boys".

No podemos olvidarnos de “A view to kill”, una de las preferidas. La banda sonora de la infumable película de James Bond, “Panorama para matar” (en castellano), presentaba una serie de características claves para liderar una BSO dedicada al inmortal agente secreto; de hecho en los posteriores films de la saga los temas centrales llevaban unas líneas de composicón muy similares a la canción de Duran Duran.

                                                        Duran Duran: "A view to kill".

Pero había algo en Duran Duran que trascendía más allá de sus coetaneos poperos. En la guitarra nos encontrábamos con Andy Taylor, un músico de amplias inquietudes musicales y que aportó esa pimienta necesaria para que Duran Duran se saliesen del tiesto. Nuestro hombre a las seis cuerdas tenía inquietudes rockeras, algo inherente a cualquier músico que sienta pasión y deseos de explorar en su instrumento, no en vano ha colaborado con gente tan dispar como Rod Stewart, Thunder, Belinda Carlise, Gun, Almighty, CC Catch o Paul Rodgers. Andy abandonó la nave Duran en 1985, dedicándose a grabar con gente como el tristemente malogrado Robert Palmer y dejándonos joyas como aquel “Addicted to love”.

  

                                                                     Andy Taylor.

De cualquier modo, esperaremos una vez más al nuevo disco de Duran Duran para ver si consiguen sacarnos de nuevo ese guiño de complicidad a todos los amantes de la música de calidad.