Encuentros HUSH.
Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
Clube de Adictos a Deep Purple
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This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.
Aquel lejano 10 de Mayo de 1987 el ayuntamiento de Madrid decidió obsequiar a la juventud roquera con un concierto gratuito por las Fiestas de San Isidro, patrón de Madrid.
El evento tuvo lugar en el antiguo Rockódromo de la Casa de Campo -lugar en el que actualmente se ubica el recinto Madrid Arena-, con un cartel integrado por las bandas Shy, Barón Rojo y el irlandés Gary Moore como artista principal.
Tal vez el precio fue demasiado módico viendo como algunos impresentables en primera fila hicieron imposible la actuación de Shy, por entonces un prometedor grupo británico. Los músicos fueron bombardeados por todo tipo de objetos, cortesía de una "peña" ansiosa por ver a los héroes locales: Barón Rojo. Según cuenta Mariano Muniesa en su biografía sobre Barón Rojo y Juan Manuel Royo en su libro "Gary Moore, Imágenes del Rock", el ambiente detrás del escenario fue bastante tenso entre los equipos españoles y británicos.
Pero dejando estos malos rollos aparte, queda para el recuerdo un mágico momento musical por parte de Gary Moore. El músico irlandés, en la cumbre de su carrera y antes de su conversión al Blues, presentaba el álbum "Wild Frontier". En esta gira, al tocar el tema "Victims of the future", usaba en los primeros compases una guitarra acústica fijada al suelo con un soporte. Descolgándose la eléctrica a la espalda en bandolera, Gary solía hacer un pequeño solo antes de comenzar el tema propiamente dicho. En esta ocasión, en referencia al público español hizo un solo de raíz Flamenca. Existe una grabación del concierto, cogida de una emisión de radio llamada Discocross por parte del famoso locutor Mariano García.
El solo parece una improvisación entre "El Vito" y la pieza clásica de Albéniz titulada "Castilla". ¡Solicito la ayuda de nuestros lectores para identificar el solo de Gary! Recordar que Jon Lord, patrón de este blog, solía incluir el "Concierto De Aranjuez" en sus solos de Hammond en nuestro país. Que tengan estos peludos roqueros que recordarnos nuestro maravilloso patrimonio musical!
Sé que algunos dirán que no se puede tocar música española con púa y con 12 cuerdas. El genial Gary Moore demostró que sí.
Por increíble que parezca, este humilde blog ya tiene cuenta de instagram. Por si quieres echar un vistazo:
Un día seis como hoy, pero de Febrero de hace trece años, nos dejaba para siempre el irrepetible Gary Moore; solo tenía cincuenta y ocho años. Joven, demasiado joven nos dejó huérfanos de su insultante talento, de su insultante toque a las seis cuerdas, de su insultante gusto, de su insultante sentido de la melodía y de su insultante intuición a la hora de colorear con su guitarra cualquier canción que se cruzase por su inquieta cabeza.
Falleció en un hotel de Estepona mientras dormía con su novia de entonces presa de un ataque al corazón. Los niveles de alcohol en su sangre estaban rozando lo que los médicos consideran una dosis letal. No era un secreto que ese líquido que tanto nos gusta a muchos de nosotros era uno de sus principales demonios y por lo visto en los últimos años de su vida había tenido bastantes problemas al respecto. Recuerdo la única vez que tuve el placer de disfrutar de él actuando en directo. Fue en el mágico enclave de la ciudad de Córdoba dentro del ciclo de conciertos del Festival de la Guitarra que se celebró en el año 2008. A primeros de un Julio asfixiante en una Córdoba todavía más asfixiante el bueno de Gary nos volvió a dejar una muestra de su clase y talento para esto de tocar la guitarra eléctrica. Ya era evidente que estaba muy desmejorado, de esta gente que está como hinchada por los efectos del abuso de alcohol u otras sustancias. Disfruté cada segundo de esa noche mágica que para siempre quedó grabada a fuego en mi interior.
Gary Moore desde luego que debió ser un personaje muy particular, todos los genios ya se sabe que presentan una personalidad llena de aristas y Moore no iba a ser distinto en eso. Le tengo muy presente en mi rutina diaria, como muchísima gente; de hecho llevo toda esta semana revisando su discografía al completo. Como bien puedes imaginar, estimado lector, todos los discos que nos ha regalado Gary Moore se encuentran en un coqueto apartado de mis imposibles estanterías. Y está bien así.
Me sigue emocionando cada vez que daba rienda suelta a su innata capacidad para realizar solos de guitarra, aunque también fuera un rítmica excelente. Controlaba a la perfección la fuerza, la sensibilidad, los contrapuntos, el silencio, la velocidad... en fin, que es una delicia escucharle... y además de tocar que te cagas es que tiene una colección de composiciones brillantes que tira de espaldas.
Podríamos coger cualquier disco de esos que han marcado a generaciones de músicos como "Black Rose", "Victims Of The Future", "Corridors Of Power", "Run For Cover", "Wild Frontier", "Still Got The Blues" y así nos tiraríamos un buen rato, pero esta noche me quiero acordar de "Dark Days In Paradise". Esta magnífica obra presentaba a un inquieto Moore buscando nuevos sonidos y arreglos en la difícil década de los noventa. Por aquel entonces si hablabas de solos de guitarra eléctrica te miraban como si fueses marciano. Años duros para el Hard Rock del de toda la vida. Gary probó con sintetizadores, una producción pseudo electrónica y demás hierbas. Le llovieron palos por todos los lados, aunque supongo que no le pudo importar menos. Por aquel entonces Moore ya estaba de vuelta de muchas cosas.
Ni que decir tiene que el disco me encanta. Es de esas obras que necesitan ser escuchadas en su totalidad y con la tranquilidad necesaria. Me enganchó casi desde su primera escucha. Grandes composiciones y un interesante enfoque que se salía del Rock y del Blues, aunque seguía conservando guiños a ambos. Inolvidables viajes en coche en cualquier atardecer veraniego, escuchando la sucesión de canciones que te iban sumergiendo en una especie de Nirvana espiritual mientras los campos de ese verde pobre mágico tan propio de una determinada zona de la geografía de nuestro bendito país se fundían con el cielo rojizo que marcaba la victoria de la Luna frente al Sol. Pero esto es marginal.
Podría escoger cualquier tema del disco, pero me voy a mojar; claro. Os dejamos con esta delicia que responde al nombre de "Like angels". Interpretada en directo en una actuación en la ciudad germana Baden Baden para el programa de televisión Ohne Filter del año 1997. Gary acompañado de Guy Pratt al bajo, Gary Husband tras la batería y los teclados de Magnus Fiennes. Vamos, los músicos que grabaron este infravalorado "Dark Days In Paradise". Por favor, escuchen sin prejuicios y déjense llevar por esa guitarra tan inspirada como inalcanzable.
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Gary Moore falleció un triste 6 de Febrero de 2011. Tan solo trece días más tarde Europe, de la mano de John Norum, decidió hacerle un merecido homenaje interpretando el universal clásico instrumental titulado "The loner" y popularizado por el propio Gary Moore en su disco "Wild Frontier". Conviene recordar que el original apareció en el disco "Over The Top" de Cozy Powell allá por 1979 y estaba dedicado a Jeff Beck. El 19 de Febrero de 2011 los Europe se subieron al escenario de la sala Shepherd's Bush Empire en pleno corazón londinense para registrar en vivo esta versión tan especial del clásico atemporal que John Norum se sacó de la manga.
Que Gary Moore es uno de los ídolos y las principales influencias de John Norum es algo que no se preocupa por esconder ni el mismo Norum; normal, siendo tan bueno has debido aprender de los más grandes y eso se nota en cuanto le escuchas tanto tocar como crear música. Incluso el disco en solitario del propio John titulado "Another Destination" y publicado en 1995 está dedicado al genio irlandés de las seis cuerdas. Con semejante cumplido ya queda bastante claro el asunto de por sí.
Pese a no ser composición suya, "The loner" ha quedado como una de las muestras más desbordantes del talento, el gusto y la clase de Gary Moore a la guitarra solista. En el año de su fatídica muerte muchos guitarristas de todo el mundo interpretaron en algunos de sus directos una versión de dicha canción; con mejor y peor fortuna, por supuesto. En algunos shows pude escuchar a algún que otro guitarrista de esos reconocidísimos rendir merecido homenaje al maestro Gary ejecutando dicho solo... en algunos casos de una manera bastante desafortunada, por cierto. Pero esto es marginal.
Lo que es cierto es que de todas las versiones que he escuchado homenajeando a Moore -y han sido unas cuantas, os lo puedo asegurar- la mejor y con sobrada diferencia es la que aquí ejecuta nuestro admirado John Norum. Empuñando el modelo de Gibson Les Paul que el propio Gary tuvo la suerte de comprar a Peter Green -parece ser que el propio Green insistió en que un honrado Gary se quedase en propiedad su querido instrumento; otro día contamos la interesantísima historia completa- Norum se marca una interpretación que te pone la carne de gallina y hace que broten lágrimas de tus ojos mientras la escuchas. Todo ahí es correcto: la interpretación, cadencia, tempo, técnica, manejo de la intensidad... Si jamás has escuchado a John Norum y te ponen esta pieza, ves claro que sentía algo especial por la canción de Gary Moore. Para todos esos guitarristas come escalas que se creen algo y no salen del asunto de saber pulsar mucho y rápido pero solo eso; y para todos los amantes de la guitarra tocada con talento, técnica y pasión. Con todos ustedes: Mr John Norum.
Que Joey Tempest y John Norum son fanáticos de Thin Lizzy no es ningún secreto, ellos
mismos se han encargado de dejarlo claro siempre que han tenido la ocasión. La
música y la figura de Phil Lynott es
muy alargada, desde luego, por lo que es normal que cualquiera que sienta algo
por la guitarra eléctrica y las melodías imperecederas se fije en este mítico
grupo. Tampoco oculta Norum la
pasión que siente por el guitarrista Gary
Moore, otro de esos escasos elegidos tocados con el dedo divino. El genio
de las seis cuerdas irlandés puso su talento al servicio de Phil Lynott en discos tan imperecederos
como “Nightlife” o “Black Rose” además de otras conocidas
colaboraciones entre ambos. Cualquiera que esté familiarizado con la música de Moore puede observar en cuanto acerque
la oreja a John Norum influencias
obvias en cuanto a forma, estilo y técnica; nada de copia, pequeños detalles
aquí y allá dentro del propio estilo de Norum.
El camino natural que se supone debe seguir cualquier artista: haber crecido
amueblando tu coco con los grandes para luego desarrollar tu propio estilo si
posees el talento necesario para este fin. El homenaje que John Norum le dedicó a Gary
Moore cuando falleció este último interpretando el clásico “The Loner” de Moore y que quedó registrado en el directo de Europe titulado “Live At
Shepherd’s Bush. London” de 2011 sencillamente quita la respiración, pero
esto es marginal.
Phil Lynott & Gary Moore.
Pese a atesorar calidad y talento de sobra, la nave Europe dejó
de orbitar a principios de los duros años noventa, tiempos difíciles para el Hard
Rock clásico tras la irrupción del Grunge. Los músicos de Europe
siguieron diferentes caminos mientras dejaban descansar la marca que registró
el inmortal “The Final Countdown”. Nótese que, a diferencia de
practicamente todos los demás grupos que alcanzan el éxito, los componentes de Europe
nunca llegaron a llevarse mal. Tempest y Norum, el tándem
creativo que ha dirigido los designios del grupo desde sus inicios, decidieron
que el inicio del nuevo milenio era el momento idóneo para volver a trabajar
juntos y resolvieron resucitar al grupo invitando al resto de la formación
clásica; incluso Kee Marcello fue de la partida formando a dos guitarras
por primera y única vez en la historia de esta formación. Para el recuerdo
queda el único show que ofrecieron como sexteto, un estrambótico mini concierto
de fin de año del que ya hablamos aquí.
Pronto Marcello dejó de ser de la partida. Pasó un tiempo y en
2004 nos sorprendieron a todos con un pedazo de discazo de reunión bajo el
apropiado título de “Start From The Dark”. Un trallazo pleno de potencia
y melodía a partes iguales en el que eran capaces de redefinir su propio sonido
conservando sus señas de identidad de los ochenta y añadiendo nuevos matices.
Mucha gente dijo en su día que era un sonido distinto y que nada tenía que ver
con los teclados de “Final Countdown”, que si solo sonaban como John
Norum en solitario y cosas por el estilo… tonterías; no cabe duda de que el
sonido que le gusta a Norum está ahí, pero igual de reconocibles son las
melodías de Tempest comandando las canciones con su sello Europe
distintivo. A todo aquel que dude de esto le invito a que me diga qué canciones
de John Norum en solitario suenan como las de los discos de Europe
del siglo XXI… y si lo charlamos resguardados en cualquier barra de cualquier
tugurio bajo la luz de la Luna, pues tenemos para toda la noche.
Un ejemplo ilustrattivo lo tenemos en el tema “Hero”. Sentido
homenaje a Phil Lynott y sus Thin Lizzy. La música, figura y
genio del músico irlandés está presente en esta auténtica declaración de
principios del grupo. Joey Tempest nos presenta sin duda una de sus
mejores letras, de esas que se nota que te salen de lo más hondo de tu ser
cuando de verdad admiras algo o a alguien. Un pequeño ejemplo:
“No es que no
pudiera soñar de no ser
porque tú me
hayas enseñado a hacerlo.
No es que no
pudiera luchar
de no haber
sabido cómo ha sido tu vida.
No es que no
fuera capaz de aguantar
al pie del cañón
con mis amigos.
Nos trazaste un camino a todos
cuando nuestros días escaparon.
Porque tú eres
mi héroe
Mi viernes por
la noche.
Escribiste la
banda sonora de mi vida
Y me diste algo
en lo que creer mientras crecía
Fuieste y
todavía eres
el Rock en mi
vida.”
Cuando eres capaz de escribir versos como los anteriores, demuestras
tres cosas: que tienes talento para juntar letras, que sientes el Rock en tu
alma y que tienes muy claro a quien le tienes que estar agradecido por ser
capaz de experimentar esa sensación que muchos anhelan y solo unos pocos consiguen sentir.
Tanto la música como las líneas melódicas desprenden un regusto a la
música de Lynott que rebosa clase y sin hacer ni una sola concesión al
propio estilo de Europe. Una canción más grande que la vida. El vídeo clip oficial, pues con imágenes de un grupo de jóvenes que empieza en esto de la música alternadas con otras de Tempest & Norum en la actualidad... más autobiográfico, imposible; mas sincero y emotivo, tampoco.
Aquí seguimos, con BBM. Lo
que dijimos en la anterior entrada nos lo creemos a pie juntillas: puedes coger
cualquier canción de su disco "Around
The Next Dream" porque son todas unas maravillas. No vamos a redundar
más sobre las consideraciones de estos músicos, este grupo y este disco, puesto
que ya nos descubrimos en el post
anterior. Solo vamos a dejar que la música vuelva a expresarse una vez más. En
esta canción comparten las tareas vocales Gary
Moore y Jack Bruce. El momento
en el que entra a cantar Bruce es
mágico y demuestra en escasos segundos la belleza, la clase y el talento que
atesoraba este hombre. Ya no solo es la increíble melodía que nuestro querido
bajista se saca de la manga, sino la voz en sí, su tono y fraseo. Eso no lo
enseñan en ninguna escuela, con ese don se nace.
En 1994 los tristemente desaparecidos Jack Bruce y Ginger Baker
pusieron en marcha este grupo junto al también tristemente malogrado
guitarrista Gary Moore. Dios, qué
duro resulta que los tres nos hayan dejado ya. BBM no era otra cosa que las iniciales de los apellidos de estos
tres ilustres músicos. La primavera de ese año vio la luz del sol esa pequeña y
delicada maravilla que lleva por título "Around
The Next Dream". Un disco de esos que en cuanto los escuchas no puedes
evitar etiquetarlos dentro de tu cabeza como obra maestra. En este texto nos
significamos con el tema "Glory
days", pero podríamos haber escogido cualquiera del disco, ya que
todos son una delicia. Todo el rollo del buen Blues Rock a formato trío que abanderaron a finales de los sesenta
los Cream de un Eric Clapton que todavía sentía algo cuando sonaba una guitarra
eléctrica con distorsión mezclado con el guante rockero, electrizante y
melódico de Gary Moore. Si a esto le
sumas la particular voz y talento a las melodías de Jack Bruce el resultado solo puede ser brillante. Los ramalazos Blues de Gary están presentes por todo el disco, como no podía ser de otro
modo. No obstante, aunque este es uno de los temas que comanda a la voz el
propio Moore, aquí nos presentan una
inspiradísima canción de esas que van subiendo en intensidad hasta que explotan
en el estribillo. Pura poesía mezclada con el dinamismo que imprime en todo
momento el tempo del tema. Es una de esas composiciones que destila positividad
y buen rollo por todos sus poros, no tienen más que sonar sus primeros compases
y ya te arreglan cualquier día torcido. Ni recuerdo la de veces que la he
escuchado y todavía consigue hacer que se erice el vello de mi piel, es lo que
tienen las buenas canciones.
Las carreras de Jack Bruce
y Ginger Baker quedaron marcadas por
el éxito de Cream, como no podía ser
de otro modo. El trío que redefinió el concepto de Rock en su concepción primaria guitarra/bajo/batería ha dejado
escrito su nombre en letras doradas para la posteridad por derecho propio.
Aunque Clapton ha logrado un éxito
todavía mayor con su carrera posterior -que no superar la calidad del famoso
trío en opinión de este humilde escriba, aunque eso sea otro tema-, tanto Bruce como Baker han permanecido siempre a la sombra de esta gran banda. Jack Bruce se ha pasado prácticamente
el resto de su carrera musical buscando rememorar esa mítica formación,
buscando guitarristas que se calzasen las botas de Eric Clapton. El propio Uli
Jon Roth nos desveló en exclusiva que le ofrecieron el puesto a
mediados/finales de los ochenta en un proyecto que Bruce puso en marcha con el también malogrado Cozy Powell a las baquetas. Circulan por ahí unas maquetas de este
proyecto con versiones de Cream y
algún tema nuevo. Lo que no está claro es que sea Roth el guitarra, ya que ésta suena bajísima en la mezcla final y
no te permite emitir un juicio con claridad; de hecho ni siquiera en los
créditos de dicha grabación aclaran el nombre del guitarrista que toca con
ellos. El caso es que debió ser poco después de estas grabaciones que
contactaron con Gary Moore, un tipo
capaz de tocar en cualquier grupo del universo y hacerlo de fábula. Se
calzó sin problemas las botas de Clapton
añadiendo su propia impronta, como todo en lo que tocaba el bueno de Gary, y nos ofreció pura magia a todos
nosotros en uno de esos discos que te desborda en cuanto lo escuchas.
BBM: Gary Moore, Jack Bruce y Ginger Baker.
Uli Jon Roth, Cozy Powell y Jack Bruce. Dibujo cortesía de Paul Simon.
Durante ese verano lo presentaron en directo programando una selecta y exclusiva ronda de conciertos en varios recintos de gran aforo que tuvieron la suerte de contratarlos para deleite del respetable.
La gira recaló en España, ofreciendo en la capital un show que seguro debió ser memorable, y
lo digo así porque durante ese verano trabajaba y residía fuera del
amado/odiado Madrid. Recuerdo muy bien esos días de Junio en los que debido a
no tocar en fin de semana me encontré con el ridículo e irritante inconveniente
de encontrarme a más de trescientos kilómetros del Palacio de Deportes en el que por una sola y única vez Moore, Baker y Bruce decidieron reunirse para tocar en directo los temas de su
disco y unos cuantos clásicos imperecederos de Cream. Una sola vez. Yo, en mi supina estupidez, decidí que era un
tostón meterse la kilometrada y, ya ves, me quedé sin esa única oportunidad de
presenciar eso en directo. Uno de esos trenes que pasan por tu puerta una vez
en la vida y, si dudas, lo pierdes puede que para siempre. Tomé buena nota de
cara al futuro. En fin, siempre podemos darle al "play" de cualquiera
de nuestros reproductores y volver a escuchar esta preciosidad de canción.
Hoy hace una noche tan perfecta como otra cualquiera para recordar la figura de este gran músico. Revisando me he dado cuenta de que a lo largo de los siete años de andadura de este blog todavía no se ha escrito ninguna entrada con Gary Moore como protagonista... y eso es algo que no se puede tolerar; la figura de Gary, su impronta y su legado son tan grandes que había que subsanar esto de manera inmediata. Resulta curioso, puesto que tengo la música de Gary Moore en mi cabeza casi de manera habitual, por lo que el hecho de no haber plasmado en este sitio nada directamente sobre él quiere decir que todavía quedan muchas cosas importantes que contar. De hecho queda mucho que escribir sobre muchos grandes artistas y grupos, por lo que si el maldito virus este que nos atormenta borrase de la faz de la Tierra la posibilidad de escuchar nueva música -que sería un desastre biblico por otro lado-, algunos de nosotros podríamos llegar a viejos degustando mucho de lo que ya está escrito, compuesto, interpretado y grabado.
El personalísimo toque de Gary Moore ha servido de inspiración y aprendizaje a millones de guitarristas que pueblan el globo y su discografía es sólida como una roca, de cualquier obra musical suya puedes extraer grandes canciones. Por mi parte este "Thunder rising" es una de esas canciones que, sin ser de las más famosas y reconocidas, te vuela la cabeza cuando la escuchas; Dios, qué rítmicas asesinas mete el tristemente malogrado guitarrista. Además de la versión de estudio que aparecía en el famoso "Wild Frontier", hemos recuperado la versión en vivo que interpretaban en la gira de presentación de dicho álbum; igual de salvaje. Este tema es una composición compartida por el propio Moore y el teclista/guitarrista Neil Carter, otro pedazo de músico de esos que se ta caen los cojones al suelo. En esta versión dobla los agudos en el estribillo del tema. Es que uno empieza a visionar el vídeo y te sube un no sé qué que te pone a adrenalina a cien.
Recordemos que su controvertida vida tuvo fiel reflejo en su producción musical, a caballo entre el Blues, el Hard Rock setentas de ese tocado con pelotas que practicó con Thin Lizzy y el Heavy Metal que tan popular fue en los ochenta. Gary Moore volvió a recuperar esta canción para el directo en su última gira poco antes de su triste fallecimiento, pero eso es ya otra historia que habrá que abordar en otro momento.
El arte es un invento del hombre que nos permite expresar emociones
mediante distintos y variados lenguajes. Es deliciosamente subjetivo, por lo
que no existen unos límites clarosque
lo delimiten. Esto no deja de suponer un problema porque muchas veces resulta
complicado entender o apreciar el valor artístico de determinadas obras, se
puede llegar al extremo de que lo que para una persona sea arte resulte
incomprensible para otra; ahí tenemos al bueno de Piero Manzoni y su “peculiar” manera de entender este mundo tan
insondable como esperpéntico. Nuestro querido Piero crea a partir de sus propios excrementos; sí, como lo leéis, Manzoni introduce el fruto de sus intestinos
en potes, les pone nombre y los vende alcanzando cifras astronómicas en algunas
ocasiones. Lo más cachondo del asunto no es que haya personas interesadas en
adquirir estas obras, que las hay, sino que los botecitos en cuestión sean
opacos, por lo que es imposible observar su contenido. Supongo que si alguien paga
por poseer un pedazo de mierda, lo mínimo es que lo pueda ver. En fin, el
singular mundo del arte, capaz de trascender más allá del ser humano.
De cualquier modo, como indicamos en la entrada del blog, muchos de
nosotros valoramos las distintas formas de arte pero consideramos que la música
constituye su mayor expresión. A lomos de la música cabalgan las emociones del
ser humano y de esto trata la siguiente sucesión de letras. Nos vamos a detener
en las canciones que mejor reflejan la tristeza como estado de ánimo.
Bien sabido es que estilos como el Blues basan sus letras principalmente en las relaciones humanas que
se rompen, pero no es el único, ¿quién no ha escuchado alguna canción que hable
sobre el desamor o la pérdida de algún ser querido? Sin embargo la música no se
detiene ahí, por sí sola es capaz de llegar hasta los sentimientos más
difíciles y delicados de la propia naturaleza humana. Ahora vamos a señalar una
pequeña selección de canciones que reflejan perfectamente la tristeza. Los
parámetros para escoger los distintos temas son maravillosamente subjetivos,
por lo que no todos estarán de acuerdo con el resultado y siempre faltarán o
sobrarán canciones según cada lector; no importa, cualquiera puede realizar su
propia selección, incluso os animo a que la compartáis con los demás en este
foro. Para todos aquellos que no estén de acuerdo con estas apreciaciones, no
hay problema, siempre pueden obviarnos y comprar cualquiera de las obras de Piero Manzoni. Empezamos:
Zakk Wylde: “Too numb to cry”.
El guitarrista descubierto
por nuestro encantador Ozzy Osbourne,
o por sus mánagers, lleva un montón de años compaginando su grupo en solitario,
Black Label Society, con las idas y
venidas en la banda del Madman. La
música de Wylde es agresiva, directa
y tosca casi en su totalidad, pero, bajo esa imagen de bruto cervecero, nos
encontramos con un artista capaz de idear delicadas piezas para piano y
cuerdas. El tema que hemos escogido se encuentra en su único disco en
solitario. Bajo la denominación de Zakk
Wylde publicó en 1994 un álbum con el inspirado nombre de “Book of Shadows”. La canción en
cuestión es una pequeña delicadeza en la que demuestra el talento que atesora.
Por momentos me recuerda parte de la esencia del Rock Sureño, representada por todos esos tipos nobles y duros,
músicos con una marcada escala de valores vital que defienden a capa y espada
pero que tienen, a su vez, la habilidad necesaria para crear delicadas melodías
llenas de dulzura . La letrarefleja la
pérdida total de esperanza, es algo así como una oración en la que pides
explicaciones a un ser superior sobre la desgracia o pérdida que te atormenta.
Realmente interesante.
Aerosmith: “Dream on”.
La piedra de toque del grupo
de Steven Tyler y compañía. Apareció
en su primer disco, editado allá por 1974. Es una composición del propio Tyler anterior a la formación de la
banda. Parece ser que el guitarrista Joe
Perry no quería grabarla porque no le gustaba demasiado, afortunadamente ya
desde esos tiernos inicios se intuía quién iba a mandar en el grupo.
El tema es uno de los
clásicos de la cultura musical moderna. Es un medio tiempo denso y contenido,
la tensión va aumentando según avanza el minutaje hasta llegar al estribillo
final, para luego descender desapareciendo lentamente hasta el final. La letra
también resulta sorprendentemente madura para un jovencito Tyler; nos habla sobre el devenir de la vida y sus momentos, las
oportunidades perdidas y el camino recorrido que, con todos nuestros fallos y
aciertos, nos va otorgando conocimiento. Steven
Tallarico, nombre real del autor, realiza una impresionante demostración de
talento en su tarjeta de presentación. Parece mentira que el creador de obras
tan emblemáticas como “Janie’s got a
gun”, “You see me crying”, “Amazing”, “Lord of the things” o “Rag doll” sea la misma persona que
actualmente nos agobia con baratas composiciones sensibleras repletas de
manidos clichés y sin ninguna chispa creativa como la plastosa balada de Armageddon, “Girls of summer” o cosas
así. En fin, quedémonos con los Aerosmith
de toda la vida, esos que se acercaban a la tienda de instrumentos más cercana
al estudio de grabación y escogían los más raros para incluirlos en pasajes de
sus temas, y con sus impresionantes
directos.
Black Sabbath: “Over and over”.
La mítica banda de Tommy Iommi siempre se ha caracterizado
por retratar el lado oscuro de la vida, por lo que no podía faltar en este
artículo. La formación clásica con Ozzy
representó el ángulo más crudo de su música, pero con la inclusión de Ronnie James Dio en el grupo llegó el
lirismo y la melodía. La comunión de estos dos aspectos permitió alcanzar unas
nuevas cotas de creatividad que, en mi humilde opinión, suponen el punto álgido
de su producción artística.
La canción que nos ocupa
puede ser una de las joyas más escondidas del fondo de catálogo de los discos
de Sabbath con Dio, pero que no haya sido reivindicada por las siguientes
generaciones no solo no es un problema, sino que aumenta todavía más el
misticismo que la rodea. Es un tema denso, que se mueve poco a poco, pero que
te envuelve dentro de su quietud hasta que te atrapa por completo casi sin que
te des cuenta; puede que contenga una de las melodías más tristes e inspiradas
de toda la carrera discográfica de Ronnie
James Dio. Se produce una comunión perfecta entre la intensidad contenida
de la música y una letra acertadísima; referencias al débil y desvalido, a los
estados de ánimo y al final de las cosas. No encontrará aquí el oyente nada de:
“mi amor me dejó”, “te echo de menos,
baby”, ni nada por el estilo. Los paralelismos entre las emociones humanas
y metáforas referidas a la luz, la oscuridad o la lluvia nos demuestran una vez
más que estamos ante textos de primera categoría, compactados perfectamente en
la música con unas melodías que elevan el resultado final a la categoría de lo
sublime. Caviar del bueno.
Wofgang Amadeus Mozart: “Requiem en re menor”:
“Dies Irae” y “Lacrimosa Dies Illa”.
Se trata de la última obra
que escribió uno de los más grandes genios que seguro ha conocido el género
humano. Esta misa dividida en siete actos representa una de las grandes obras
de Mozart. Murió antes de acabar de
componerla, por lo que el encargado de completarla fue su discípulo Fraz Sussmayr.
La vida de Mozart fue dura y difícil. Genio
reconocido desde muy pequeño, se pasó gran parte de su corta vida viajando con
su padre en condiciones penosas la mayoría de las veces hasta que fue
contratado por la corte de Salzburgo. Un talento tan desbordante como el suyo
tuvo que vivir rodeado de la envidia e inquina del resto de los mortales,
infinitamente inferiores frente a su capacidad y a su don para la creación.
Murió a los treinta y cinco años fruto de su vida desordenada y sus continuos
problemas médicos.
Está documentado que el “Requiem” lo empezó a componer por
encargo tan solo unos meses antes de su prematura muerte. Un siniestro
personaje desconocido, vestido de negro, se presentó una noche en su casa con
el encargo de dicho “Requiem”.
Después se supo que este personaje había sido enviado por el conde Franz Von Walsegg, músico aficionado
que quería dedicar esa obra al funeral de su mujer y presentarla como una
composición propia. Ni que decir tiene que Mozart
interpretó este acontecimiento como una premonición de su propia muerte,
por lo que parece ser que compuso la pieza pensado en él mismo.
Toda la obra es pura poesía,
recomiendo al lector la escucha en su totalidad; sin embargo, se han seleccionado
dos fragmentos de la tercera parte del réquiem. Por un lado nos referimos a “Dies Irae”, que contiene la secuencia
del famoso poema de mismo nombre que aborda el Juicio Final. Además hemos
seleccionado “Lacrimosa Dies Illa”,
contenida también dentro de este tercer momento de la obra. Ambas piezas
representan el contrapunto entre el sufrimiento y la paz interna de aquel que
muere y va a ser juzgado. Sencillamente impresionante.
"Introitus", "Dies Irae", "Rex tremendae majestatis", "Confutatis" y "Lacrimosa".
Kingdom Come. “Friends”.
El grupo de Lenny Wolf pasará a la historia como un
plagio de Led Zeppelin y es bastante
injusto. Es cierto que sus dos primeros discos tomaban elementos de la banda de
Jimmy Page, pero toda su discografía
posterior ahondó en una línea musical y compositiva que se ha convertido en
algo personal y claramente reconocible; incluso esos dos primeros discos
contenían material de primera categoría –“Stargazer”,
“Living out of touch”, “Now forever after”, “Do you like it”, “Overrated” y
otras tantas– que no tenían absolutamente nada que ver con los Zeppelin, pero ya sabemos que como
algún iluminado te ponga la vitola ya no podrás quitártela jamás.
Nos vamos a detener en “Friends”, tema que apareció en su
cuarto disco “Bad Image”, aunque nos
vamos a centrar en la versión acústica que publicaron en su primer directo: “Live & Unplugged”. La canción
empieza con una guitarra acústica y la subyugante voz de Lenny que te lleva a su terreno inmediatamente. Toda una
preciosidad ideal para escuchar un día lluvioso de invierno con una taza de
café caliente en la mano mientras miras por la ventana de tu salón.
Extreme: “Last hour”.
Canción lenta con una
interesantísima cadencia que va entrando en tu cerebro poco a poco pero que
luego no eres capaz de sacar. Adornada con la inmejorable voz de Gary Cherone, uno de los cantantes más
ninguneados del panorama musical pese a poseer un gran registro. La letra
acompaña perfectamente, toda una oda al amor que va a desaparecer.
Pet Shop Boys: “Rent”.
Nada es sencillo ni gratuito
en el universo de Tennant y Lowe. Nuestros protagonistas llevan la
friolera de treinta años ofreciendo su Pop
electrónico a todo el que quiera escucharles y si aguantan tan bien el paso
de los años seguro que es porque algo están haciendo bien. Con este grupo casi
no hay término medio: los quieres o los detestas. Resulta cómico que desde
siempre hayan sido grupo non grato
para el público Rock cuando la
intensidad de su música está muy cercana a lo que ofrecen muchas de las bandas
rockeras que todos conocemos, sin ir más lejos grupos como Blind Guardian han hecho versiones de temas como “It’s a sin”, otra de esas canciones
que todo el mundo conoce.
El tema que nos ocupa
representa una perfecta muestra de su habilidad para desarrollar melodías
ganadoras adornadas con ese halo de tristeza e intensidad que acompaña a mucha
de su producción discográfica.
Dio: “Magica - Reprise”.
Aunque practicamente casi toda
la obra musical de Dio presenta
conexiones entre sí, podemos decir que “Magica”
fue el único disco conceptual que aparece en su discografía. Este corto pero
esencial tema supone el cierre de lo que iba a ser la primera parte de la
trilogía dedicada a la historia de Magica,
desgraciadamente la prematura muerte del artista nos privó de lo que seguro que
serían otras dos obras musicales de alta graduación. La canción vuelve a poner sobre la mesa la dualidad humana y divina entre el bien y el mal que
tanto y tan bien mostró Ronnie a
través de su faceta artística. De la mano de una de las melodías más simples,
emotivas y conmovedoras que haya escuchado jamás, nos refleja la condición
humana demostrando de paso que es un letrista como una catedral.
Scorpions: “A moment in a
million years”.
No podían faltar en esta
reunión. La habilidad de Schenker y Meine para componer canciones
imperecederas resulta obvia en cuanto las escuchas. Aquí Klaus Meine comparte con nosotros una lenta y delicada canción con
base de piano y voz de sencilla y elegante factura. También encontramos una
perfecta comunión entre letra y música. El tema nos habla de las despedidas
pero enfocadas en el propio grupo y su público, la idea de capturar un instante
en el tiempo para luego desaparecer y continuar cada uno por su camino.
Tristeza y nostalgia surcan el cielo de la mano sobre el piano y la especial
voz de Meine.
Joan Báez: “Diamonds and
rust”.
Una canción estremecedora. La
cantante Joan Báez puede incluirse
perfectamente en la categoría de cantautor, con la sutil diferencia de que este
tema es una preciosidad y se encuentra en una galaxia diferente a la mayor
parte de la producción musical de este estilo ligado a sesudos planteamientos
fabricados para que los deguste una estirada y selecta minoría que llega a
autoconvencerse de ello sin ser capaz de ver que muchas veces no se atreven ni
con la afinación de sus instrumentos musicales.
Este tema habla del amor
imposible o difícilmente correspondido. Joan
aseguró en su momento que la compuso para su marido aunque parece que estaba
dedicada a Bob Dylan. Es tan buena
que muchos artistas han realizado versiones de ella. Normal. Definitivamente
habrá que dedicarle una entrada en el futuro.
Saratoga: “Si amaneciera”.
Interesante la presencia de
composiciones patrias en esta lista. Saratoga
nos presentó, dentro del disco “El Clan
De La Lucha”, este sentido tema. Nos habla de la dura espera en el dolor y
desesperación ante la ausencia de un ser querido. No estamos hablando de que te
deja tu chico o tu chica, la letra aborda el delicado mundo de la enfermedad y
la angustiosa desesperación del que acompaña y aguarda.
La producción está cuidada al
máximo, cosa que se agradece, encontrándonos el contrapunto entre lo acústico y
lo eléctrico cuando rompe el tema; el estribillo con la entrada a pelo de la
guitarra eléctrica es sencillamente especial. Como anécdota podemos comentar
que el guitarrista Jerónimo Ramiro
al abandonar el grupo le permitió a Nico
del Hierro seguir usando las composiciones pero le pidió que no volvieran a
tocar este tema en sus directos por resultar especial. Completamente
comprensible; ante un tema especial es preciso una consideración especial.
Gary Moore: “Parisienne walkways”.
Uno de los guitarristas
bendecidos con la innata capacidad de tocar con una belleza y fluidez que los
distingue del resto. Una balada nostálgica que recuerda el encuentro fugaz de
los amantes. La dura vida y difícil personalidad de este genio de las seis
cuerdas supongo que explica en parte todos esos matices que impregnan su obra,
su actitud renegada hacia el Rock
duro que tanto reconocimiento le dio, su tempestuosa relación con otro mito que
también nos dejó y que responde al nombre de Phil Lynnot o sus problemas con la drogas, el alcohol y las relaciones
humanas no hacen más que agrandar el mito de su figura. La misma persona que
tuvo los cojones de adueñarse del concierto homenaje póstumo a Phil Lynnot, impidiendo a John Sykes su participación o colando
temas de su repertorio en solitario que no podían tener cabida en un homenaje
de esas características, es capaz de descolgarse con composiciones tan emotivas
y sensibles como la que nos ocupa o “The
Loner” entre otras.
“Parisienne walways” es una oda al desamor. Está compuesta por Moore y Phil Lynnot a
partir del “Blue Bossa” de Kenny Dorham y apareció en su disco en
solitario “Back On The Streets”. Sin
embargo, la versión que más me impacta es la que aparece en el disco en directo
“Blues Alive”, con un Gary Moore en estado de gracia que se
marca un pedazo de solo final de órdago. El sostenido de la guitarra como solista
antes del segundo estribillo es impresionante.
Goran Bregovic: “Wedding”.
Una delicada pieza en la que Goran Bregovíc se adentra en la cultura
de los Balcanes. Investiga en la tradición de los gitanos rumanos y sus
influencias orientales. Esta versión está tomada del concierto que ofreció en
la ciudad griega de Tesalónica en 1997, formando parte de los festejos que la
enmarcaban como capital europea de la cultura durante ese año. De extrema
sugerencia y sutileza.
Lacrimosa: “Halt mich”.
Lo de Lacrimosa resulta curioso. Es un grupo completamente anti
comercial, cantan en alemán y sus composiciones son extensas, difíciles, enrevesadas y con un marcado componente clásico; no obstante, el grupo se ha
consolidado como una de las principales referencias dentro del estilo Gótico. Presentan una personalísima
propuesta musical donde el dramatismo y la oscuridad constituyen los pilares
fundamentales. Esta mezcla de elementos roqueros y clásicos se acompaña de dos
voces, el tono grave del creador y compositor Tilo Wolf y la femenina voz de Anne
Nurmi. Y resulta. Podríamos haber escogido casi cualquier tema de su
discografía porque en todos aparece ese toque melancólico que llevan por
bandera.
Recuerdo que la primera vez
que me topé con Lacrimosa fue en una
tienda de discos a finales de los noventa, no sabía nada del grupo pero me
impactó muchísimo la portada. Tenía pasta en el bolsillo y me lo compré a la
aventura, algo así como un presentimiento. En cuanto lo puse me sorprendió y me
atrapó.Pero lo más gracioso ocurrió
cuando me enteré a los pocos meses después de que iban a tocar en directo en
una conocida sala madrileña. Supuse que lo conocerían cuatro gatos de los raros
y me acerqué esa misma tarde dando un paseo para comprar mi entrada. Cuál fue
mi sorpresa al comprobar que había una cola en los aledaños de la sala formada por cientos de seres ataviados con extraños ropajes negros y sus caras
maquilladas de color blanco, supongo que habían decidido salir de las
profundidades de sus respectivos avernos, arriesgándose a exponerse a la luz
solar, para asistir a ese cónclave musical que se iba a celebrar. No bromeo, la
cola daba la vuelta a la calle. Ni que decir tiene que me quedé sin la preciada
entrada. Tuve que esperar varios años para disfrutar de su propuesta artística
en directo pero mereció la pena.
Guns n’ Roses: “This I love”.
El universo de Axl Rose y, por extensión, el de Guns n’Roses nunca han sido sencillos.
Nuestro querido vocalista, en su búsqueda a tumba abierta de la correcta
inspiración artística para el grupo, ha ido acabando poco a poco con la paciencia
de todos los que le han rodeado. El caso de los Guns es realmente curioso. Lo tenían todo para haberse convertido
en el grupo más importante de la historia: cualidades, aptitud y actitud,
publicidad, gancho comercial y, sobre todo, grandes canciones. En 1992 el mundo
estaba rendido ante sus pies, eso es un hecho. Sin embargo, las decisiones tan
imposibles de un tipo como Axl Rose,
talento creador poseedor de un prisma artístico y personal con muchísimas caras
y aristas, fue dando, uno tras otro, pasos inexplicables para conseguir
destruir todo aquello por lo que había luchado. Imagino que a una personalidad
tan desbordante y peculiar como la suya no le vino nada bien todo el dinero,
éxito, fama y endiosamiento al que se vio sometido durante esos años dorados de
los gunners. Así como Izzy Stradlin, guitarrista original del
grupo, se desmarcó del entramado mastodóntico y caprichoso en el que se había
convertido el grupo, nuestro encantador W.A.R.
decidió meterse en él de cabeza.
En 1993 publicaron el disco “The Spaguetti Incident” y el siguiente
disco de estudio con nuevas composiciones se publicó… quince años después!... y
con otra formación completamente distinta excepto el cantante. Tela.
Hubo una época en la que
parecía imposible que Axl y su
compleja personalidad fuesen a ser capaces de publicar el dichoso disco. A la
poderosa multinacional Geffen Records
le costó la broma la friolera de 13 millones de dólares. Finalmente “Chinese democracy” se publicó en
Noviembre de 2008, exactamente quince años después del último disco de estudio.
Hay una anécdota bastante cachonda al respecto porque, durante esos años
anteriores a la publicación del famoso disco fantasma, este era objeto de mofas
y burlas por parte de determinados sectores de la industria musical de
Norteamérica. La marca de bebidas Dr
Pepper había prometido una lata gratis para cada estadounidense si Guns n’ Roses publicaban su disco en
2008 y, finalmente, el cachondo de Axl
Rose lo publicó ese mes de Noviembre. Por lo visto la empresa no cumplió su
promesa, lo que encolerizó a Rose;
incluso mandó a sus abogados a hablar con dicha empresa.En fin, el universo de anécdotas y excentricidades
de GNR daría para varios libros.
Obviamente el disco no
cumplió con las expectativas tan elevadas que se habían creado, aunque incluye
esta pequeña joya titulada “This I love”.
El inicio del tema con ese piano melancólico y la voz de Axl ya merecen por sí mismos la compra del cd. La canción rebosa
drama, dolor y ternura a partes iguales. Le pese a quién le pese Axl Rose lo volvió a hacer una vez más
y se salió con la suya.
Queen: “Don’t try so hard”.
El testamento de Freddy Mercury se encuentra en ese
maravilloso disco titulado “Innuendo”,
del que este tema forma parte. Un artista rebosante de talento enfrentándose a
una muerte lenta y anunciada ante la posibilidad de grabar un último disco con
su grupo mientras todavía le quedase energía. Las composiciones del disco
aparecen firmadas por todo el grupo, pero estoy seguro de que sus compañeros le
dejaron el timón a Freddy para que
dejase su impronta como mejor sabía hacerlo: con música. Toda la incertidumbre,
sufrimiento, desgaste mental, incredulidad, reconocimiento del dolor y otros
estados de ánimo por los que tuvo que pasar Mercury se reflejan a lo largo del disco. Aunque se debe escuchar
el disco en su totalidad, en esta canción aparece la resignación y el drama
latente cuando lo has intentado todo y no has conseguido nada. Tema que
entremezcla ese sabor amargo del desengaño con la tranquilidad de la espera
admirando todo aquello a lo que quizás nunca le diste importancia pero que
sigue estando presente ante tus ojos. Definitivamente habrá que detenerse por
aquí con “Innuendo” en otro momento.
Eddie Van Halen: “Catherine”.
El guitarrista más influyente
de la historia de la música junto con Jimi
Hendrix. Eddie Van Halen es un tipo de esos de uno entre un millón. Hijo de
un músico holandés, empezó de niño tocando la batería para pasarse al poco a la
guitarra; también toca el piano aunque reconoce que nunca ha aprendido solfeo,
por lo que encima resulta que toca de oído. Tócate.
Eddie
siempre ha tenido una relación difícil con los cantantes de su grupo. A finales
de los años noventa pasó una época dura debido a un cáncer de lengua y a sus
propios demonios personales. Conviene comentar que desde muy joven, debido a su
precocidad musical, acompañó a su padre en las actuaciones de directo. El
propio Eddie recuerda que empezó a
beber casi antes de llegar a la adolescencia porque siempre fue muy tímido y, a
la hora de actuar en directo, su padre le daba un chupito de alcohol para que
se relajase.
La canción que hemos escogido
es instrumental, Van Halen no
necesita texto para transmitir emociones. La guitarra de Eddie llega, literalmente, a ahogarse en su propio llanto. Este
tema no aparece en ningún disco del grupo. Pertenece a la ingente cantidad de
material musical que el propio Eddie
dice tener en sus estudios musicales, llamados 5150 (código que se les da a los
trastornados mentales en EEUU). Este tema se publicó como parte de la banda
sonora de una película porno en el año 2005. El vídeo se puso en circulación
por You tube y refleja a la perfección el drama y el desconcierto interno de un
artista roto por dentro. En aquella época Eddie
tenía problemas con la bebida, su mujer de toda la vida le había dejado,
prácticamente vivía encerrado en su estudio y casi no hacía apariciones
públicas -queda para la posteridad la triste aparición en un evento de una
conocida marca de guitarras a la que asistió en claro estado de embriaguez-. Su
grupo estaba parado y sin contrato discográfico ni management, imagino que por
su propio y autodestructivo estilo de vida. La canción destila dolor y drama
vital por todos sus surcos. El vídeo clip también. Afortunadamente encarriló su
vida de nuevo, se casó… con la publicista de la peli porno en cuestión y
actualmente hasta su propia imagen física desprende felicidad. Me alegro.
Rainbow: “Vielleicht das
Nachste Mal (Mayde next time)”.
Ritchie Blackmore es otro de esos músicos que han abanderado a toda una generación y que
siguen siendo referencia fundamental para muchos de nosotros. El tema que nos
ocupa es una delicada pieza instrumental que grabó para el disco “Difficult To Cure”, el primer álbum de
Rainbow con Joe Lynn Turner a la voz. La característica principal de la
canción, además de la excelente inspiración de la melodía principal, es el
personalísimo uso del slide con su
guitarra. La mayoría de guitarristas que usan esta técnica la desarrollan en el
contexto de solos de guitarra sobre temas de Blues; sin embargo, Blackmore
siempre se ha caracterizado por usarla para ofrecer un toque de sensibilidad
distintivo y personal en los temas más densos y melancólicos. Incluso agarra el
tubo para deslizarlo por el mástil de manera distinta al resto, la mayoría lo
introduce en uno de sus dedos mientras que Ritchie
directamente lo agarra con toda la mano. Una simple curiosidad.
Los arreglos corren a cargo
de Don Airey, otro de los músicos
más inspirados y prolíficos que nos podemos encontrar por estos andurriales
musicales. Adorna y orquesta un tema perfecto para convertirlo en inalcanzable.
El título está en alemán. No
es ningún secreto que Blackmore,
pese a ser inglés, se siente en Alemania como en su casa; de hecho piensa que
en una de sus reencarnaciones fue algo así como un trovador germano. Está
subtitulado en inglés con lo que viene a ser la traducción de la expresión
alemana. Lo gracioso del asunto es que la expresión alemana es incorrecta, no
sabemos si hechoa propósito o no; con Blackmore nunca se sabe. Lo que queda
claro es que en el universo de Ritchie
las oportunidades se producen solo una vez, si no es posible siempre queda el
consuelo de pensar que igual puede haber suerte la próxima vez que los caminos
se encuentren.
Seal: “Kiss from a rose”.
Una preciosidad de canción.
Parece ser que el tema llevaba rondando por la cabeza de Seal desde años atrás, incluso tenía maquetas del mismo, pero no se
publicó hasta que encajaron todas las piezas del puzle. Este tema apareció en
su segundo disco pero no obtuvo el éxito y reconocimiento hasta que no se
publicó dentro de la banda sonora de la película “Batman”, a partir de ese momento alcanzó los primeros puestos de
las listas de éxitos y llegó a vender millones de copias.
La canción destaca por una
aparente sencillez que esconde un laborioso trabajo de producción y unos
arreglos inmejorables. En el tema y en el disco colaboró el guitarrista Jeff Beck, lo que explica parte de esa
belleza tan singular como extraordinaria. Tengo muy presente la primera vez que
escuché esta canción. Era una mañana soleada de Julio de 1994 y me encontraba
en el interior de una tienda de souvenirs, estaba ojeando entre los mostradores
por pura inercia hasta que algo empezó a sonar por el hilo musical de la
tienda. Inmediatamente me quedé enganchado por la exquisitez de la voz y la
instrumentación. Además de los impresionantes arreglos en los juegos corales lo
que más me sigue impactando de esta canción es el interesante uso que hace de
los silencios, la mayoría de músicos se obcecan en interpretar la mayor
cantidad de notas musicales posibles por segundo mientras que solo unos pocos
saben jugar con la quietud y la intensidad de los silencios; en esto Jeff Beck es un maestro. En fin, todas
las rosas quedan redimidas gracias a esta composición musical de Seal tan especial.
Uli Jon Roth: “Until the end
of time”.
Estamos ante palabras
mayores. Nuestro especialísimo genio Uli
Roth lleva más de veinte años trabajando en un Requiem para honrar la memoria de Monika Danemann, su anterior compañera sentimental tristemente
fallecida. Nuestro hombre ha publicado varios fragmentos de esta obra
inconclusa hasta la fecha. Editó hace veinte años un prólogo de sus obras
clásicas que estaba formado por supuestos fragmento de esta obra y otras de su
producción dentro de este género musical. Una de ellas era este “Until the end of time” que, como su
propio nombre indica, es una declaración de amor. No penséis que Uli coge el camino fácil, nunca lo
hace. Roth presenta en esta
composición un sentido homenaje hacia el ser querido que ha desaparecido y se
ubica en el justo momento en que la otra parte siente la pérdida. Rememora sus
sentimientos puros y directos hacia el ser querido mientras tiene la seguridad
de que sus almas se volverán a encontrar para compartir el resto de sus
existencias juntos, toda la eternidad, aunque el momento que toca vivir en ese
instante es el del dolor y el velo por la pérdida. Usa un lenguaje poético
conciso, inspirado y sobrecogedor. En cuanto a la música solo podemos decir que
constituye un ejercicio perfecto entre la trágica intensidad de la pérdida y la
dolorosa ternura de la espera en la esperanza.
Monika Danemann
fue la última novia que tuvo Jimi
Hendrix en vida. Un espíritu libre que expresó su arte principalmente
mediante la pintura. Si juntamos eso a la admiración que siempre ha tenido Uli por Hendrix, era normal que Ulrich
Roth se acabase enamorando de ella. Recuerda Rudolf Schenker la noche en la que se conocieron Uli y Monika. Parece ser que se encontraban en plena gira inglesa con Scorpions, presentando “Virgin Killer”. Uli y él estaban en un pub, tras un concierto, tomando algo y de
repente Roth observó que Monika también estaba por ahí. Un
tímido y nervioso Uli fue animado
por el propio Rudi para que se
acercase a charlar con ella y el resto es historia. Monika se suicidó en 1996, acusada desde hacía años por otra ex
novia de Hendrix con respecto a la
muerte del guitarrista. Danemann no
pudo soportar esa presión y se quitó la vida dentro de su coche.
Annie Lennox: “Love song for a
vampire”.
La perfección hecha canción. Annie nos presentó a principios de 1993
este tema que apareció en la banda sonora de la película “Drácula’s Bram Stoker”. La canción está inspirada en la tormentosa
historia de amor entre el conde Drácula y Mina, la novia del abogado que viaja
hasta su castillo para verle. El tema refleja perfectamente la elegancia y
caballerosidad de un conde Drácula
enigmático e irresistible que intenta recuperar a su esposa, muerta hace
cuatrocientos años, conquistando a Mina,
que es exactamente igual a ella.
La canción se desarrolla a
través de un canon simple y agridulce, realizado con el teclado, que va
creciendo en intensidad con una maestría impecable. Sobre esta instrumentación Lennox desgrana una de las melodías más
enigmáticas y oscuras que he escuchado jamás. La letra trata sobre la pérdida
del ser amado y lo hace con una belleza desbordante; como el amante entregado e
indefenso ante sus sentimientos y la fatalidad del destino que, sin embargo,
tiene claro que su amor perdurará toda la eternidad. La canción más triste que
he escuchado en toda mi vida.