Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

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miércoles, 6 de agosto de 2025

Whitesnake: "Guilty Of Love", del disco "Slide It In". Canciones y discos para el verano.

La actualidad de nuestro querido vocalista David Coverdale, líder de los también queridos Whitesnake, no parece ser nada halagüeña si a términos musicales nos referimos. Los diferentes problemas físicos y de voz que no se han hecho públicos todavía y que lleva arrastrando desde el terrible Covid no hacen presagiar nada bueno. Una vez reanudada la actividad de directo tras la pandemia tuvo que cancelar toda la gira tras solo unos cuantos conciertos realizados en los que se notaban unos problemas de voz bastante obvios. Poco después anunció que dejaba de hacer giras y prácticamente actuaciones en directo a la vez que dejaba en estado de hibernación a nuestros adorados Whitesnake, no sabemos a ciencia cierta si de manera definitiva; bueno, con Coverdale todo es posible.

Pero no vamos a abordar ni aquí ni ahora los problemas de salud de David Coverdale. En estos días veraniegos de intenso calor vamos a recordar una vez más uno de los mejores discos de la Serpiente Blanca; sí, nos referimos a "Slide It In". Tras ese título tan deliciosamente adictivo, chabacano, irreverente, sugerente y que de inmediato te lleva a dobles significados, nos encontramos una obra maestra que resulta ideal para disfrutar durante la época estival.

Todo el disco tiene su enjundia, pero nos vamos a detener en "Guilty Of Love". Este tema pasa por ser de lo mejorcito del álbum junto con "Standing In The shadow", " Slow an' easy" -otro título con evidente carga sexual-, el propio tema título "Slide It In", "Love ain't no stranger", "Give me more time"...y voy a parar, porque entonces les enumero aquí, estimados lectores, la totalidad de canciones que conforman está obra que tanto disfrutamos algunos de nosotros.

"Guilty Of Love" es una de esas canciones que te engancha a la primera. Un tema vital, que contagia desde el inspirado riff de guitarra de inicio y que cabalga sobre una melodía que no te da respiro hasta llegar a un estribillo que una vez entra en tu cabeza sabes que te va a acompañar durante el resto de tu existencia.

Es una de esas composiciones tan positivas y tan de buen rollo que son capaces de alegrarte el día en cuanto la escuchas. La de mañanas que he ido caminando por la calle hacia mi puesto de trabajo -vocacional, pero no todos los días con las mismas ganas y ánimos- y su sola escucha -en los cascos y a toda pastilla, of course- ha girado mi ánimo, mi cabeza y mi corazón a ese lugar mejor que todos tenemos y en el que nos sentimos tan vitales y llenos de energía.

Pese a que este disco rezuma verano, fiesta, calor y efervescencia, esa sensación no ha estado ahí desde el principio. Conviene comentar que este disco tuvo dos ediciones, con diferentes añadidos y mezclas en ambas. La historia de este álbum está ya muy documentada, solo comentar que su primera edición se compuso y grabó con la formación de David Coverdale a las voces, Mel Galley y Micky Moody a las guitarras, Colín Hodgkinson al bajo, Cozy Powell tras la baterìa y Jon Lord en las teclas. Son las mismas canciones, pero tiene un ambiente algo más oscuro y menos festivo; más inglés, por decirlo de algún modo. Lo comenzó produciendo Eddie Kramer, aunque finalmente se hizo cargo de los controles Martín Birch y así salió al mercado.

Por aquel entonces la formación de Whitesnake, más inestable que nunca, sufrió varios cambios, algunos de ellos definitivos para el resto del devenir de la entidad. Jon Lord abandonó el barco para aceptar la suculenta oferta de volver a reunir a Deep Purple y también se dejó de contar con los servicios del bajista Hodgkinson y de los guitarras Mel Galley y Micky Moody. Les sustituyeron Neil Murray al bajo y John Sykes en la guitarra. Una progresiva transformación que mutó de sexteto a cuarteto en la que solo acabaron quedando Cozy Powell y el propio David Coverdale de la formación que grabó la primera versión del disco.

Whitesnake 83: Powell, Hodgkinson, Lord, Coverdale, Moody y Galley.

Whitesnake Dic 83: Galley, Sykes, Murray, Coverdale, Powell y Lord.

Whitesnake Mayo 84: Murray, Sykes, Coverdale y Powell.

Lo de Moody fue especialmente doloroso, recuerda en su propio libro autobiográfico -"Snakes And Ladders: My Autobiography", del todo recomendable aunque publicado solo en lengua inglesa- que Coverdale le echó por una cuestión de físico e imagen. Aconsejado por el gurú musical Jon Kalodner, David decidió buscar a un guitar hero con buena imagen y capaz de tocar. Por lo visto se barajaron los nombres de Michael Schenker y Adrian Vandenberg, este último acabaría en el grupo años después. Al final el puesto fue para un jovencito John Sykes, un guitarrista rubio y con una imagen sexy y rompedora. Coverdale ya tenía su guitar hero. Había decidió dar un pequeño giro a la música e imagen de Whitesnake, buscando triunfar en el todopoderoso mercado norteamericano, y en esos planes casaba más el sonido Hard Rock de Sykes que el Blues clásico y la imagen de Moody. Recuerda el bueno de Micky incluso una conversación que casualmente tuvieron en el backstage de un concierto en el que Coverdale y un Moody todavía con la banda coincidieron con Sykes y donde Coverdale hizo unos comentarios bastante incómodos y fuera de lugar comparando la imagen de guaperas y las maneras a la guitarra de Sykes con la de un pobre Moody que se sintió del todo infravalorado. Cuidado con esto: Micky Moody toca muy bien y el tristemente fallecido John Sykes también; pero, aunque sus estilos beben del Blues, son radicalmente distintos. Moody es un bluesman de la vieja escuela y Sykes es un Hard Rock más potente que era justo lo que se llevaba entonces;  más Heavy, por decirlo de algún modo. Poco después de la desagradable conversación, Micky Moody reunió al grupo en su habitación para comunicarles que abandonaba la nave. David Coverdale no quiso asistir a esa reunión.

Volvieron a regrabar el disco añadiendo tomas de la guitarra de Sykes aquí y allá, se pueden apreciar con meridiana claridad en cortes como "Slow an' easy", "Spit It out" o "Give me more time". Alteraron el orden de las canciones, unas sutiles revisiones a las mezclas y, de pronto, "Slide It In" estaba listo para petarlo en el mercado americano. Aunque sería el siguiente disco, el aclamado "1987", el que reventaría las listas las ventas tres años después, fue esta revisión americana de "Slide It In" la que abrió el camino para esa nueva versión de Whitesnake. Ni que decir tiene que este giro en la música y en la imagen del grupo generó muchísima controversia entre adeptos, seguidores, aficionados y toda la prensa musical de la época. Desde los que estaban encantados hasta los que jamás perdonaron a Coverdale que se vendiese al vil metal americano.

Por nuestra parte, posicionarse siempre es peligroso; pero lo vamos a hacer, claro. Este humilde escriba disfruta por igual cualquier disco de la exquisita discografía del grupo de la Serpiente Blanca; incluso si tuviese que quedarme con un par de canciones suyas me llevaría a la isla desierta "Walking In the shadow of the Blues" y "Crying in the rain" versión 87 sin dudarlo. Una de cada etapa. Ya ves, así está el patio.

A lo que de verás no me puede sustraer es a caminar por cualquier estación de ferrocarril, durante el calor del verano y con destino a cualquier lugar mientras suena en mis trasnochados walkman el "Slide It In" de principio a fin.

 

 


 

 

 


 


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