“Personalmente no sería nada sin Deep Purple. Jon lord
fue muy importante en mi formación musical. Ian Gillan también. Tampoco me puedo olvidar de Ronnie James Dio, lo que hizo en “Rising” está aún por superar, desarrolló
una nueva manera de cantar. La interpretación de “Stargazer” es de otra galaxia, es cantar Ópera con el Rock”.
“El siguiente disco de Uróboros se llama “Resurrección” y te
puedo decir que ya está prácticamente terminado”.
“Me alegra que hoy día, en las fiestas de los pueblos,
la gente le pida a la orquesta canciones como Fiesta Pagana o Highway Star.
Los trabajos de Mago de los que más
orgulloso estoy son: Jesús de Chamberí,
los arreglos de El Lago y Gaia I”.
Ahora que Jose Andrea se ha
recuperado plenamente de sus dolencias físicas y se encuentra en plena gira
americana, compartimos con vosotros esta entrevista que concedió a HUSH Magazine mientras estaba
promocionando por España el primer disco de su banda Uróboros. La entrevista se hizo antes de los problemas de salud que
tuvo hace unos meses y en ella nos cuenta sus actuales sensaciones con su nuevo
proyecto musical así como repasa su pasado musical, tanto en Mago de Oz como en otras formaciones
musicales.
- Cuál es tu primer recuerdo
musical. Cuando decidiste que te querías dedicar a la música.
Creo que estaba en el antiguo
tercero de EGB, tenía unos ocho o nueve años. Estábamos en clase y mi profesor,
Miguel se llamaba, nos ponía en fila
en la clase y nos hacía preguntas, si acertábamos nos adelantábamos hasta la
salida. Un día nos dijo que contestáramos cantando y conseguí hacerlo bastante
bien, incluso rimando. Habló con mi madre para que participara en el coro,
recuerdo que me daba mucha vergüenza. Cuando finalmente fui allí resultó que
estaban ensayando “Jesucristo Superstar”,
recuerdo que se hacía en play back. El caso es que cuando lo escuché y lo vi,
en play back y todo, decidí que quería ser cantante. Estamos hablando del año
1983. Se dio además la casualidad de que tenía unas facultades y no tenía nada
de ganas de trabajar en nada que no fuera la música.
- Que tipo de música te ha
marcado, ha tenido una impronta en tu descubrimiento e interés por la música.
¿Difiere mucho de la música que escuchas hoy en día?
Me acuerdo de pasar una nochevieja
escuchando sin parar “Made In Japan” de Deep Purple, era la primera nochevieja
que me dejaban salir por ahí, tenía unos once años. Recuerdo que a altas horas
de la madrugada, después de haber consumido cosas, estaba en casa de un amigo y
en mi cabeza seguía mi paranoia con el disco, me dejó totalmente cautivado.
Incluso me imaginaba a mí mismo cantando las canciones.
En cuanto a cantantes Gillan me marcó desde ese momento,
también a Blackmore o Jon Lord que en paz descanse, los he
seguido en la distancia. Te fijas en su forma de entender la música, de
componer, de saber rodearse de según qué músicos, y notas que tienes una
sintonía tanto musical como emocional.
Recuerdo, cuando Mago de Oz fuimos a México, una frase
que Jon Lord dijo de nosotros en general
y de mí en particular. Cuando le preguntaron por nosotros dijo que nos conocía
y seguía, que “Ronaldo Jaime” (Dio)
se lo había recomendado. Y de mí dijo que era uno de los cantantes más
carismáticos que había escuchado en habla hispana. Ese recuerdo lo llevaré
siempre con honor.
En cuanto a gustos musicales
de hoy día, para que me fije en algo tiene que ser radicalmente raro o
irreverente. Un grupo que me ha llamado la atención han sido los Black Kids, por su descaro y
desparpajo, además tienen una música y unos arreglos interesantes. Si nos vamos
más cerca te puedo decir que Kiskilla
y Chino tienen unos conocimientos
musicales que me asombran, no solo de Rock,
sino de Blues, Jazz o Fusión. Todo está inventado o no,
depende de la manera de abordar tu música. Es una cuestión de talento, ser
capaz de sonar, más allá de las posibles influencias que puedas tener. Es el
problema de los críticos, no solo se trata de buscar los parecidos con otros
grupos, sino de ser capaz de interpretar esa música. Hay grupos que hacen un
tipo de música que ya han hecho muchísimos grupos, pero le dan su propio toque
y originalidad; de eso se trata, ahí es donde está el talento, en dar la vuelta
de tuerca que solo tu banda sea capaz de interpretar.
-Estoy de acuerdo contigo,
aquí el importante es el artista.
Se trata de reconocer la
capacidad de crear e interpretar de cada músico, de cada artista, más allá del
estilo musical. Artista es aquel que te hace sentir tanto en su forma de tocar,
de trabajar, tiene algo especial que le hace único. De todos modos es muy
difícil quitarte de encima un estereotipo, una vez que el público te identifica
de una manera característica te dejan “marcado”. Aunque solo nos quejamos del
estereotipo cuando no nos va bien, ja ja.
- ¿Has cursado estudios
musicales? ¿Además de cantar tocas algún otro tipo de instrumento?
En un primer momento se trató
de lanzarse a tocar y punto, con toda la inocencia del asunto. Tuve profesores
y gente entendida que me asesoraron bien y me empujaron para ser cantante, me
dijeron que tenía lo necesario para ser buen cantante: voluntad, talento y
facultades. Estudié en el Conservatorio de Madrid, tengo el
título de profesor de canto profesional, me refiero a cantante clásico, no hay
en España una titulación de canto moderno. Era una carrera de diez años que
hice en seis, porque tuve profesores que me apoyaron y animaron. Me gusta mucho
también el lado didáctico del asunto. Hay muchas cosas subjetivas y maravillosas
en el canto, se trata de meterte en la mente del alumno, hacerle comprender y
degustar esos matices subjetivos. Cuando consigues que tu alumno lo note te
inunda una sensación de satisfacción. Me motiva mucho mi faceta de dar clases
de canto.
- ¿Cuál fue la primera banda
en la que formaste parte? ¿Qué nos puedes contar de esos inicios?
Recuerdos de mucha ilusión.
Todavía trabajo con la buena gente de aquella época. Con Uróboros he recuperado esa sensación de volver a ilusionarme
investigando, aunque pienso que esa ilusión inocente del que empieza ya no se
va a poder reproducir jamás.
-¿Recuerdas la primera vez
que actuaste en directo? ¿Cómo fue?
La primera vez fue en las
fiestas de Fuencarral. Estaba
estudiando canto en La Factoría,
míticos locales de ensayo madrileños, y uno de los temas que tocábamos era “Child in Time”. Recuerdo que cuando me
vi encima del escenario, no eran más de cien o doscientas personas pero para mí
eran como veinte mil, los nervios me hicieron interpretarla de un modo que no
me llenó demasiado. Sin embargo mi madre me dijo que lo había hecho fenomenal y
me animó mucho a seguir cantando. Luego hice mi primera Traviata en el conservatorio, me dieron matrícula de honor y pensé
que no iba por mal camino. Hasta hace muy poco pienso que no se me ha
reconocido mi trabajo en el mundo clásico, cuando interpreté la canción “El Lago” de Mago de Oz creo que se me empezó a ver como el primer músico de Rock que ha cantado dentro de la
perspectiva clásica. Otros cantantes del ámbito del Rock como Leo o Fortu me han agradecido los
conocimientos que introduje, como llevar elementos del Clásico al Rock y
viceversa.
En América, en cualquier
academia de canto se trabaja la interpretación. “Jesucristo Superstar” se debe cantar de una determinada manera, es
un musical, hay que entonarlo y darle un cuerpo característico. Si quieres
hacer musicales tienes que bailar, y esto es algo que todavía no se trabaja.
Desde la emisión del programa Operación
Triunfo se empezó a trabajar, recuerdo que por aquel entonces me ofrecieron
en Barcelona una cátedra para enseñar esos aspectos. No lo hice, en esos
momentos estaba al 100% con Mago de Oz
y me resultó imposible. Me hubiera gustado mucho hacerlo.
- ¿Cómo recuerdas tu primera
experiencia en un estudio de grabación?
Fue antes de Mago de Oz. Recuerdo que venía de
cantar de modo natural y me extrañó mucho cuando me pidieron que repitiera algo
que ya había cantado, el concepto de coger la toma adecuada, repetir solo un
fraseo, en definitiva, trabajar como si fuera un laboratorio de corta-pega.
Recuerdo que me chocó mucho que me hicieran repetir solo una parte de lo
cantado, hasta que me di cuenta que la grabación es un producto que debe quedar
perfecto de cara al fan que lo escucha. La voz se graba tres veces y se
superpone para que coja más cuerpo al escucharla, eso no es real, pero es lo
que se suele hacer en las grabaciones de estudio. Esa ha sido mi lucha
constante, eso no es real y no lo quiero, pero es lo que quiere la compañía. Lo
cierto es que así lo hace todo el mundo. Mi voz no suena igual en “Gaia II” que en “Jesús de Chamberí”, en “Gaia
II” grabé la voz veinte veces y suena distinto, tiene otro cuerpo, aunque a
mí me gusta más la grabación real, sin doblar tantas veces las voces.
-Piensas más en lo que se
lleva al directo.
Exacto, “Gaia II” “engañia” jaja,
cuantas más voces metas mejor sonará pero no es real. Estoy satisfecho de poder
volver con mis actuales compañeros a grabar unas voces más reales. Queremos
ofrecer con nuestro próximo disco las pistas para que las puedas trabajar tú
mismo en tu ordenador. Si tienes Pro Tools o algún programa parecido te vamos a
dar el disco y las pistas del single para que veas como se ha grabado. Eso sí,
si lo quieres te va a costar un poco más, pero creo que es algo único para el
fan. Está pensado como regalo para la gente que se lo quiera comprar, para que
haga su propia mezcla.
-¿Colaboraste con la banda
madrileña Grial? ¿Cómo se produjo tu
participación?
Te has documentado bien. Mi
amigo Miguel, Fernando y José Ángel,
muy buena gente. Participamos en un concurso en la antigua Sala Canciller, la primera, la de Alcalde López Casero, con Mariano García. Hablamos de hace más de
veinte años. Nosotros éramos clásicos de los bares de Vicálvaro, para acabar en
Canciller, algo afectados por el
alcohol, jaja.
Esa maqueta se grabó en unos
estudios en Malasaña. Ensayábamos en
unos locales en Arturo Soria, en nuestro local había ensayado Morís y Mari Trini. Son recuerdos del primer grupo semi profesional,
estaba en quinto curso de canto. Lo cierto es que iba un poco de “sobraete”, para que mentir, lo tenía un
poco creído porque cantaba Traviata y Ópera. Era muy joven, la verdad. Las
pruebas de sonido con Mago duraban
cinco minutos y para el hotel. Con Grial,
para los cuatro o cinco bolos que dimos, estábamos mil horas hasta que sonaba
lo mejor que podíamos.
-¿Qué tipo de música hacíais
en el grupo?
Lo cierto es que no me
acuerdo. Ensayábamos en los locales de La
Nave, por Pacífico, y hacíamos una versión de “Burn” que sonaba increíble.
-¿Por qué se terminó tu
colaboración en esta banda?
Me acuerdo ahora mismo de dos
bolos, uno en Malasaña y otro en el
que les dejé “tirados” porque también tocaba en una orquesta de pachanga.
Tocábamos de teloneros de Cristina Rosenvinge
y Rey Loriga y, como tenía el
bolo con la orquesta, al final les tuve que dejar tirados. No me siento
orgulloso de ello, son errores que se cometen.
-¿Qué hiciste después de Grial?
Me fui al extranjero a
estudiar, intenté abrirme un camino como contratenor, pero es difícil que una
persona como yo se abra camino dentro de un ambiente tan cuadriculado y
refinado. Cuando volví a España entré como profesor de canto en IMT, tenía veintidós años aunque un
buen currículum, con mucho pedigrí porque sus profesores estaban titulados en
el EMI de Los Ángeles, de todos
modos mi titulación se equiparaba mucho a la suya. Trabajaba tres días a la
semana, de nueve de mañana a diez de la noche dando voces. Me gustaba bastante.
-¿Cómo se produjo tu entrada
en Mago de Oz?
Daba las clases por la zona
de Prosperidad, en el cruce de Avda América con Cartagena, y recuerdo que les
fui a ver a un concierto que dieron por allí cerca. Me parecieron interesantes,
curiosos. Tras el concierto Txus se
acercó a mí para pedirme un alumno aventajado para su grupo, le dije que no
había problema y al final me presenté yo mismo.
-¿En algún momento pensaste
que la banda llegaría hasta el nivel que alcanzó contigo?
Para nada, el asunto fue
grabar el disco y ver qué pasaba. Un error mío fue pensar que iba a hacer todos
los arreglos que me diera la gana por mis conocimientos musicales. Es un error
pensar en uno mismo, hay que pensar siempre en el grupo. Me dijo Moha que se trataba de Rock duro. Por aquel entonces estaba
loco con Chick Corea o Alan Holdsworth y puede que mis miras
fueran demasiado altas. Al final decidimos hacer algo que la gente entendiera
pero que fuese rico musicalmente.
-¿Estaban los temas de “Jesús de Chamberí” compuestos cuando
llegaste a la banda? ¿Participaste en la composición de alguna manera?
Esta fue mi primera grabación
completa como disco, antes había hecho cosas con Rana DF y Grial, pero eran
demos y cosas así. “Jesús de Chamberí”
fue una eclosión total, hubo una especie de impás en el panorama del Rock duro español tras la edición de
este disco. Antes los cantantes de Rock
tenían unas maneras y creo que ayudé a que se produjera un cambio. En mis
estudios anteriores en el extranjero me había preparado bastante, había hecho
una tesis sobre Ian Gillan, otra sobre
Camilo Sesto. Sabía lo que tenía
entre manos. Pienso que he marcado un antes y un después dentro de los
cantantes de Rock en España, incluso
Leo fue alumno mío. No me avergüenzo
de lo que pude aportar al Rock duro
en España en esos años. Antes había unos cantantes y, después de mí llegada,
hubo otros.
Parte del disco estaba compuesto,
ellos tenían talento, pero no tenían los conocimientos musicales que yo había adquirido después de toda mi
experiencia y estudios. Cuando me pasaron la famosa maqueta de Auri con cuatro temas (“Jesús de Chamberí”, “La Canción de Pedro”,
“Almejandría” y otra más) para mí eso fue simplemente el punto de partida,
había que elaborar todo el disco, los arreglos… Yo tenía una carrera musical,
unos estudios y conocimientos amplios y certificados. El único que tenía algún
estudio, aunque de tipo más básico, era Mohamed;
podía leer una partitura, pero no hasta los niveles que estaba acostumbrado a
trabajar en mi formación académica. Los temas compuestos estaban bien, pero
había que trabajarlos mucho a todos los niveles. Otro problema es que para la
producción no había ni un duro. Aunque el resultado fue cojonudo sobre todo de
cara al público.
Los trabajos de Mago de los que más orgulloso estoy son:
“Jesús de Chamberí”, los arreglos de
“El Lago” y “Gaia I”. En los demás hubo muchas cosas personales. Pienso que les
enseñé mucho en cuanto a recursos musicales: doblar guitarras en tercera, usar teclados
para bases, mezclar pianos…se puede jugar con muchos elementos para embellecer
una canción y darle ese plus especial.
-Estás muy satisfechos de los
arreglos.
Estoy muy orgulloso de los
arreglos de “Jesús de Chamberí”, hay
cosas realmente trabajadas e interesantes, no pienso que estén al alcance de
cualquiera, se introdujeron algunos recursos técnicos y se trabajaron los
arreglos de una manera que me resulta muy acertada y que dieron un nuevo
empaque a las canciones.
Mago de Oz: "Hasta que tu muerte nos separe" ("Jesús de Chamberí")
-¿Alguna canción que te
llegue especialmente?
“La Última Cena”, el inicio de “Gerúndula”,
el principio de esta canción lo arreglé pensando en la parte central de “Gates of Babylon” de Rainbow, me gusta la belleza armónica
que conseguí en esa parte del tema. El inicio de “El Fin Del Camino”, que es un acorde dórico sobre Mi, también es interesante. Se trataba
de usar elementos técnicos que conoces para que aquello suene especial, aunque
luego la gente no lo note. Creo que el
legado que dejé en la banda es este, esos pequeños arreglos usando elementos
técnicos del lenguaje musical. Luego, cuando te olvidas de este vocabulario específico
y lo escuchas, te das cuenta de lo bonito que suena. Esa es la clave.
-¿Por qué regrabar los temas
para el disco “La Bruja”? ¿Para
adecuarlos a tu voz?
Fue idea de la compañía, se
dio cuenta de nuestro nuevo potencial. A Locomotive
se le encendió la luz de los beneficios económicos, tenían los masters en
analógico y pensaron en añadir mis voces al disco.
Teníamos nuestra mascota,
nuestro “Eddie”, con la imagen de la
Bruja. “Jesús de Chamberí” estaba
pegando fuerte, sacamos “La Bruja”
regrabando algunos arreglos y mi voz, ese verano estuvimos de plena actualidad.
Fueron grandes momentos para el grupo, junto con la edición posterior de “La Leyenda De La Mancha”, “Finisterra” y “Gaia I”, después llegaron los
problemas.
-¿Qué recuerdos tienes del disco
“La Leyenda de La Mancha”?
El disco tenía ese punto que
demostraba que éramos buenos e inocentes, esos primeros momentos del grupo. Con
el paso del tiempo te puedo decir que estoy muy satisfecho del resultado final.
Tal vez cambiaría algo aquí y allá, con las nuevas tecnologías todo puede sonar
mejor, pero si se toca acabas con el espíritu del disco. Seguro que si a Blackmore le das la posibilidad de
regrabar “Ritchie Blackmore’s Rainbow” lo
cambiaría de arriba a abajo, pero seguro que no lo haría por que desaparecería
esa magia que el disco original tiene. Este disco tiene ese no sé qué que qué sé yo, jeje.
-¿Te gustan los álbumes
conceptuales?
Se trataba de hacer algo que
llamara la atención. En realidad este disco no es conceptual, solo hicimos que
juntar las canciones. La idea era hacer algo original sin que lo sea: disco
conceptual. Hasta que no coges el libreto no ves la unión. La compañía nos
animó, como funcionó “Jesús de Chamberí”
había que seguir el filón.
-¿Hubieras cambiado el
sentido de estos discos?
No. Me vinieron muy bien,
compré varias casas, je je. Sinceramente la cosa fue mucho más simple, medio en
broma se nos ocurrían las ideas y tirábamos para adelante con ellas. Si había
que hablar de ciegos y musas se hacía. Salió bien.
-¿Cómo recuerdas los directos
de aquella época? Aún no erais tan famosos aunque sí muy conocidos.
Una locura, sobre todo la
gira de “La Bruja” y las
posteriores. Una auténtico desfase. Vivimos a tope el estilo de vida del Rock, te podría contar cosas que no te
creerías. Una vez recuerdo que, cuando despertamos en la habitación, había
pisadas en el techo. No voy ni a hacer el esfuerzo de intentar recordar porqué
ocurrió, piensa lo pasados que podíamos estar. Vivimos a tope todo el exceso.
Tampoco es que me enorgullezca, no es para presumir de ello, ni mucho menos. Ahora soy mucho más consciente
de lo que disfruto tocando música y en mi grupo. Con Mago, en los primeros años, lo pasé realmente bien, pero hay muchas
cosas que no recuerdo, je je.
-Fuisteis muy famosos y debe
ser complicado tener los pies en el suelo siendo famoso.
Para que nos vamos a engañar,
si obtuvimos éxito. A nosotros nos pilló cerca de nuestros treinta, si nos
llega a coger con dieciocho o veinte seguro que no estábamos aquí para
contarlo. Hablaba con Mohamed
diciendo que seguro que lo que teníamos se iba a romper. Fuimos muy grandes,
ahora lo que me toca es esto otro. Lo que me gusta es que la gente reconozca mi
labor didáctica. El otro día recibí un email de un alumno preguntándome como
había dado el do de pecho en “Astaroth”,
me llena de orgullo que se reconozcan algunos de mis logros.
-Con “Finisterra” se produjo vuestro despegue y éxito masivo ¿Qué
recuerdos tienes?
Dimos un salto cualitativo a
otro nivel. Recuerdo que fuimos los más malos y los más buenos a la vez.
Nuestro tema “Fiesta Pagana” de
pronto sonaba y era un éxito o sonaba y no gustaba porque nos radiaban en los 40 principales. Me alegra que hoy día,
en las fiestas de los pueblos, la gente le pida a la orquesta canciones como “Fiesta Pagana” o “Highway Star”.
“Finisterra”
fue algo así como el techo. Cuanto más alto llegues más fuerte vas a caer. La
grabación podía haberse hecho mejor, pero fue un disco doble cuando antes no se
había hecho, entró en listas de ventas comerciales cuando otros no lo habían
hecho, tuvimos nuestro festival propio en España cuando nadie lo tenía. Creo
que esto no lo ha hecho ningún grupo de Rock
español, Warcry está en camino,
en un momento muy grande, pero aún le queda algo.
-¿Qué me cuentas el proceso
compositivo?
Hubo muchas tensiones, cuando
se empezó a ver dinero aparecieron los problemas. Por ejemplo, Txus firma “La danza Del Fuego”, y no hay nada ilegal en ello, pero puede que
haya algo inmoral, pues es una melodía medieval, lo suyo hubiera sido aclararlo
en los créditos.
-Sobre la saga de “Gaia”. ¿Desde el principio teníais
claro que queríais hacer cuatro discos? ¿Cómo se fue madurando la idea?
“La Leyenda de La Mancha” resultó más directo. “Gaia I” era algo más rebuscado, y creo que con los siguientes el
grupo acabó por perder el norte. Todo se volvió complejo y recargado.
-Tenéis algunas versiones de
la saga Purple: “El templo del Adiós”
(Temple Of The King), “Somewhere Over The Rainbow”, “En Nombre De Dios” (Gates
Of Babilon), ¿Qué influencia ha
podido tener la saga Purple en Mago de Oz y en ti personalmente?
A nivel personal te puedo
decir que no sería nada sin Deep Purple. Jon lord fue muy importante en mi
formación musical. Un tema como “Child
In Time” y sus fraseos, su intermedio jazzistico, fue básico en mi manera
de entender y disfrutar la música. Ian
Gillan también fue esencial para mí. Tampoco me puedo olvidar de Ronnie James Dio, maestro entre los
maestros, Gillan tiene sus puntos y
sus agudos, pero cuando escuché “Rising”
con Dio descubrí otra cosa. Aquello
fue marcar un punto de inflexión. Para mí hay un antes y un después en el mundo
del Rock y de la música, “Bohemian Rhapsody” y Rising. A partir de ahí viene todo. Lo
que Dio hizo en el disco “Rising” está aún por superar, desarrolló
una nueva manera de interpretar. La interpretación de “Stargazer” es de otra galaxia, la emotividad y técnica, como “operizó” el Rock. “Stargazer” es
cantar Ópera con el Rock. Marcó el camino a seguir.
La versión de “Temple Of The King” la modifico muy
poco, se merece un respeto y no me atrevo a cambiar nada. Las versiones las
hacíamos cuando alguien llegaba con la idea de trabajarlas. Si te fijas verás que “Soldado de Fortuna” o “Rainbow
Eyes” son canciones que me gustan personalmente. También hacíamos en
directo “Guilty Of Love”, esos son
los cantantes que me han marcado desde siempre.
-¿Cuál de los cuatro te trae
mejores recuerdos o te sientes más orgullosos? ¿Y cuál fue más difícil?
Solo me gusta hablar de los
discos que grabé hasta “Gaia I”, los
demás “Gaias” y “La Ciudad De Los Árboles” no eran mi historia. Para mí, Mago de Oz se acabó en “Gaia I”. A partir de allí tomamos
otros derroteros, llegaron los trajes y toda la historia, se recargó mucho el
asunto. Hay que decir que la compañía apoyaba esta línea. Recuerdo que durante
la promoción de “Gaia II”, en una
firma de discos en Murcia, había unas cuatro mil personas, aquello parecía un
concierto. Pienso que el grupo se nos escapó de las manos, con los disfraces y
todo eso. No me sentía nada cómodo con las capas y la imagen, no me encontraba
en mi sitio. Ahora siguen con la misma línea y se están convirtiendo en una
parodia.
-¿Manifestaste directamente
en el grupo tu desacuerdo con esa dirección y estética que seguía la banda?
Claro. Con otros miembros lo
hablábamos y a nadie le gustaba, pero cuando llegaba la hora de hablar con todo
el grupo al completo el único que lo decía era yo. Sin querer se acabó convirtiendo
en un roce entre Txus y yo, pero la
verdad es que el resto del grupo tampoco veía esa nueva dirección. No debería
haber ningún problema para comentar libremente lo que nos parecían las cosas,
no había odios ni nada por el estilo, solo que cada uno ve las cosas de una
determinada manera.
-¿Se produjo un desgaste en
las relaciones del grupo?
Lo cierto es que así ocurrió,
en el fondo se trataba de seguir “arando
con ese buey”. Había la posibilidad de cambiar de buey, de arado, pero no
podíamos. Eran “lentejas”, ya sabes.
A mí me disgustaba mucho esta situación. Cada vez me disgustaba más observar
todas las neuras y tonterías del personal. Ojo, que yo mismo tuve mis neuras y
tonterías en las giras de “Jesús de
Chamberí” y “La Leyenda de la Mancha”,
lo reconozco. Pero seguir en esta dinámica quince años después no tiene
sentido. No tiene sentido montar una escena en el aeropuerto porque no te
quieras quitar un cinturón o una gorra de metal en los controles, no te puedes
cargar la gira de treinta personas porque vayas de “estrellita”.
-¿Por todo esto abandonaste Mago de Oz?
Abandoné por mi salud mental
y física, hubo un momento en que no aguantaba más todas las cosas que te he
comentado.
-¿Qué debería haber pasado
para que siguieras en la banda? ¿Hubieras cambiado algo?
Echarlos a todos, no, es
broma. La verdad es que ya estaba hablado, se trataba de no seguir adelante con
ese tipo de comportamientos por parte de Txus.
A mí no me importaba decírselo, pero quería que el resto del grupo me
respaldara, cosa que, a la hora de la verdad, no se producía. La gente quiere
pagar sus facturas y no quiere líos.
-¿Piensas que deberíais haber
tomado descansos entre los discos?
No creo que tuviera solución.
Txus había cambiado completamente,
no conectaba nada con esa pose y esa actitud. No tenía los pies en el suelo,
con veinte años estaba con él a muerte, pero actualmente ninguno estábamos en
su misma onda, lo que ocurre es que era yo el único que lo manifestaba
públicamente.
-Como resumirías tu estancia
en esta banda.
Mi vida, lo he pasado muy
bien y muy mal. He vivido muy bien y me he hecho conocido con el grupo. Me
siento muy orgulloso de mi estancia en el grupo, nunca lo voy a borrar de mi
vida.
-¿Te planteas volver a la
banda?
No, no quiero.
-Tú quieres ir donde el
corazón te lleve.
Exacto, tú lo has dicho.
-Tu disco en solitario “Donde El Corazón Te Lleve” salió en el
2004 ¿Qué te llevó a hacer un disco en solitario con versiones de temas lentos
de Rock?
Eso surgió como una idea de
la compañía de discos Locomotive,
para hacer caja. Se les ocurrió hacer un disco de versiones con un cantante de
moda, aprovechando también que Txus escribía.
No pidieron los permisos de la mayoría de las versiones de los temas
originales, este dato lo descubrimos cuando les demandamos posteriormente.
Todos sabemos cómo acabó esta compañía. Se vendieron unas 37.800 copias y yo cobré
solo por 4.000, este dato lo sé por una auditoria que nos hicieron los de la SGAE en la época de los Gaias. Ninguno vimos un duro con todo
aquello. Un desastre.
-Los músicos que te acompañan
lo hacen francamente bien: Jorge Salán,
Joaquín Arellano, Sergio Cisneros “Kiskilla”, Sergio Martínez, Patricia Tapia.
¿Por qué los escogiste? ¿Habías trabajado antes con ellos?
Ya había tocado con todos
ellos, nos conocíamos perfectamente. Hubo un para de músicos que no pudieron
colaborar porque tenían contrato con otra compañía. No llegaron a un acuerdo entre
compañías y me quedé sin su participación.
-¿Quién hizo la selección de
los temas?
Algunas mías, otras de Jorge Salán y otras de Txus. Fue complicado porque todos
teníamos una selección de doscientas canciones. Me quedé en el tintero una
versión del tema “We’ll Burn the Sky” de
Scorpions que me hubiera gustado
mucho incluir. En un principio se planteó hacer un disco doble, incluso dos
dobles. El álbum salió por san Valentín, se había pensado sacar uno primero
para el día de los enamorados, otro para Navidad y otro para el siguiente
febrero. Al final se sacó el sencillo.
-¿Se quedó grabada alguna
versión que no se editara? ¿Algún tema más que te hubiera gustado hacer?
No, solo grabé lo que está
editado. Si Locomotive tiene algo
más grabado lo desconozco. Como he dicho
me hubiera gustado hacer “We’ll Burn the
Sky” de Scorpions, “When A Blind Man
Cries” de Deep Purple…unas
cuantas. Teníamos “In Trance” en la
recámara, muchos temas.
-En particular te quería
preguntar por la versión de “Soldier of
Fortune”. ¿Algún recuerdo de este tema?
A ti te gusta y otros me
crucificaron por esa versión, sobre todo por haberla escogido. Hay gente que
quería que la cantara igual que David Coverdale
y eso ni puede ser ni tenía sentido. También hay gente que me dijo que gracias
al disco descubrió esa canción y, sin embargo, me preguntaron cómo me atreví a
grabarla. No lo entiendo.
Estoy muy orgulloso de todas
las versiones que hice. Otra cosa que haría sería regrabarlo, así como no
cambiaría nada de “La Leyenda De La
Mancha”, con este disco haría cosas distintas a nivel de arreglos y coros.
Cuando lo grabé era bastante joven y le tenía mucho respeto a los originales,
hoy día experimentaría más con ellos.
Jose Andrea: "Pregúntale a Dios" ("Donde el Corazón te Lleve")
-¿Tienes en mente hacer algún
otro disco en esta línea?
No, ahora lo que tengo en
mente es mi disco con Uróboros. No
está el panorama actual para grabar muchos discos.
-Asistí al concierto que
hicisteis los Uróboros en el Orange Café dentro del Festival Noise Off. Debo reconocer que
no me gustó mucho el sonido ¿Qué te pareció esa actuación?
A mí tampoco me gustó el
sonido. Tocamos versiones porque la compañía no nos permitió interpretar temas
del nuevo disco que habíamos grabado. No recibimos un gran apoyo de la
compañía, sobre todo para las actuaciones en directo. No es tanto descontento,
sino desconocimiento por no saber hasta donde te va a apoyar la compañía de
discos; ellos me dejaron muy claro que eran solo mi distribuidora, aunque se
permitían sugerir que pasos tomar y cuales no.
-Vuestro primer disco se
llama “Uróboros”, como el grupo. Reminiscencias
de Whitesnake o Dio, en el single “El Tren”.
¿Es un compendio de tus gustos musicales? ¿Cómo de personal es el disco?
Tiene las influencias de lo
que has mamado. Me buscaba a mí mismo. De hecho “El Tren” estaba compuesto antes de Mago, puede tener veinticinco años. Kiskilla y Chino le
dieron un lavado de cara perfecto. Si escuchas las grabaciones que tenía suena
a grupito de quinceañeros, Chino y Kiskilla la convirtieron en lo que
suena ahora.
Jose Andrea y Uróboros: "El Tren". Vídeo clip oficial ("Uróboros")
- ¿Usasteis canciones
compuestas de antes o es todo material nuevo?
Hay una mezcla de todo, se
compusieron canciones específicamente para este proyecto y recuperé alguna idea
del pasado. El disco tiene doce canciones más una y siete son temas de esa
época anterior a Mago, pero el
oyente lo escucha como un todo. Esta homogeneidad se consiguió gracias a Chino y Kiskilla, que son excelentes músicos y hacen suyas las canciones,
son como el sexto dedo que me hace falta en la mano.
-Me gusta el disco. Suena muy
fresco.
Es que eso era lo que
buscábamos. Desgraciadamente, hoy en día, estamos acostumbrados a grandes
superproducciones y se ha perdido ese elemento de espontaneidad. Buscamos hacer
algo que se pueda llevar al directo de manera fideligna, que cuando escuches el
disco y nos veas en directo no notes los cambios, sino que veas a una banda
interpretar música como suena en el disco. Se trata de volver a algo básico
pero que suene bien, que esté bien hecho.
-¿Por qué las versiones de Alarma y de Mago, “Frío” y “La Canción De Los Deseos”?
“La Canción de los Deseos” es porque tiene una firma, un sello. Ese “tiritití” o aire festivo que se le dio
en Mago nunca me acabó de gustar, la
letra tiene otro sentido más profundo, más ético, buscando mejorar algo en este
mundo cada vez más difícil. No me pegaba esa letra profunda con la música tan
festiva, por eso le di una musicalidad nueva, buscaba algo más melancólico y
profundo.
“Frío”
representa la música con la que he crecido, desde mi adolescencia me he rodeado
de Purple, Alarma, Leño, Mermelada y
grupos así. Esta canción es de mi época de los parques, los litros y los
casetes escuchando esas canciones. Esos domingos por la tarde en febrero
mientras escuchabas “Frío” y,
ciertamente, te estabas helando.
-¿Qué importancia le das a
las letras? ¿Cuánto hay de autobiográfico o personal en el disco y las letras?
Las letras, las que debo,
unas cuantas, ja ja. En serio, me importan todo y nada. Tengo un humor algo
raro y atípico, puedo hacer una letra profunda o dura, cuando un padre ve nacer
a su hijo, o hacer algo más desenfadado, como “Ni afilado ni medido”, que tiene que ver con una paranoia sobre no
tener ni un duro y que la hice en la época en que tenía problemas con la
compañía y muchas letras de las primeras que hemos hablado por pagar. Hay que
saber equilibrar entre el cachondeo y la seriedad. Es muy importante ser capaz
de reírte de ti mismo. “A Cubazos”
es un ejemplo de cómo reírme de mí mismo, para no ser un idiota es mejor mirarte
al espejo y ser capaz de reírte de ti mismo.
Claro que hay un matiz
autobiográfico, algunas letras están hechas en el periodo desde el 2011 al
2012, por lo que representan mucho como estaban mis emociones por aquel
entonces. Eran sensaciones muy encontradas, tenía mucha inquietud por saber si
las decisiones tomadas eran acertadas o erróneas. Había bastante de mis
vivencias personales que, por otro lado, es un recurso muy normal para escribir
letras y canciones. Todo lo que te pase en la vida forma parte de tu bagaje, y
es muy interesante usar todas estas experiencias para compartir transformadas
en canciones.
-El grupo: Kiskilla, Juan Flores “Chino”, Pedro Díaz
“Peri” y Juanjo Frontera. ¿Cómo
se fue gestando su presencia en tu banda?
Ellos fueron mí única elección,
lo tenía clarísimo. Aparte de ser excelentes personas son músicos
excepcionales, con una base y unos conocimientos de cultura musical
impresionantes. Son capaces de darle a cada canción, a cada ensayo, los toques
o matices que les comentes. Vamos, son extraordinarios, tenemos una especie de
conexión a la hora de culminar el sonido de las canciones.
-¿Cómo están resultando los
conciertos con Uróboros?
Es mucho más fuerte el
recuerdo de estos cuantos conciertos que he hecho con Uróboros que toda mi etapa en Mago
de Oz. Por fin vuelvo a disfrutar en el escenario, improvisar y mirar a mis
compañeros. Aparece ese elemento de espontaneidad que hace quince años que no
experimentaba en un escenario.
Cuidado con la comparación
que voy a hacer, estos bolos me recuerdan de algún modo a los directos de Deep Purple de la época del “Made In Japan”, esa posibilidad de
improvisar o arriesgar. Ahora busco pasarlo bien en los conciertos, disfrutar
de las canciones que tocamos y de cómo las interpretamos.
-¿Qué planes de futuro más
cercano tiene José Andrea, grupo y
persona?
El siguiente disco se llama “Resurrección”. Está prácticamente
mezclado y te invitamos el fin de semana que viene a que te pases por el
estudio para que escuches un tema en primicia del nuevo álbum. La letra, sin
quererlo a propósito, viene a cuento del video que sacó Mago (N. de r: “Hechizos,
pócimas y brujería”), incluso me lo comentó mi mujer.
-¿Qué nos puedes contar de
este nuevo disco?
Bueno, te puedo decir que ya
está hecho. Sin buscarlo, viene a cuento de lo que ha salido del último disco
de estudio de Mago de Oz.
-Danos una rápida impresión
de estos cantantes:
-
Ronnie James Dio: La técnica en grado sumo.
-
Ian Gillan:
Calidad y cualidades.
-
Paul Rodgers: Gusto y feeling
-
Glenn Hughes: Uff, una bestia.
-
Little Richard:
El principio de todo.
-
Joe Lynn Turner:
Grandes cualidades para absorber lo que escucha.
-
David Coverdale:
Perfecto discípulo de Paul Rodgers.
-
Steve Perry:
Me gusta pero no me acaba de llegar, prefiero a Brad Delph de Boston, al
primero de Survivor, o a Jon Anderson.
Jose Andrea y Uróboros: "A quien conmigo va" ("Uróboros")