El día diecisiete de Diciembre de mil novecientos noventa y cinco Klaus Meine y Uli Jon Roth se subían por primera y única vez juntos a un escenario sin el resto de componentes de Scorpions para interpretar una de las composiciones más bonitas y mágicas que haya parido el intelecto y la intuición humana. En la localidad alemana de Leipzig, acompañados por la Filarmónica de Praga y dentro del concierto benéfico anual que organizaba el afamado tenor José Carreras, estos dos colosos presentaban por primera vez en directo la majestuosa revisión del clásico inmortal de Giacomo Puccini bautizado como "Nessun Dorma". La adaptación compuesta por Uli Jon Roth fue incluida en el álbum que publicó justo al año siguiente titulado "Prologue To The Stmphonic Legends", un artefacto que mezcla de manera única y magistral los universos de Musica Clásica y Rock en un todo tan novedoso e inspirador que te desarma por completo en cuanto lo escuchas. Por supuesto en su día solo se pudo publicar en Japón; por increíble que parezca Uli no encontró una compañía de discos que se arriesgase a lanzar semejante producto a nivel mundial en un claro ejemplo más de la incompetencia supina de las compañías de discos y sus A&Rs para apreciar un diamante en estado puro. En la Tierra del Sol Naciente alcanzó el número uno sin problemas. Normal, los japos nos llevan siglos de ventaja en esto de la música y en todo lo demás.
Recuerdo muy bien la primera vez que llegó a mis manos este preciado cd. Estábamos en plena década de los noventa, sin duda la peor época para el Hard Rock de todos los tiempos. Mi ya por entonces incipiente obsesión por la música y la figura de Uli Jon Roth me llevó en el todavía mundo pre internet a rebuscar todo lo relacionado con su producción discográfica. Adquirí mi copia de dicho cd en cuanto salió -precio importación abusivo, of course-, pero mereció la pena. Eran esos perdidos tiempos en los que todo lo relacionado con la adquisición de música -sí, antes se pagaba por ella- resultaba mágico. Ibas a la tienda, rebuscabas, te encontrabas con cosas desconocidas y te las pillabas si el bolsillo lo permitía. Te ibas a tu casa en transporte público mientras desprecintabas tu nuevo tesoro, observabas con fruición la portada y el libreto interior mientras fantaseabas con el sonido que atesoraba ese pedazo de plástico policarbonatado en sus adentros. Cuando por fin llegabas a tu habitación se producía la Consagración en cuanto apretabas el botón del play. Me dio un vuelco el corazón a la vez que mi cabeza se desbordaba súbitamente por la extrema e insultante complejidad de lo que entraba por mi oreja. Pocas veces me ha impactado tanto algo cuando lo he escuchado. Todo era nuevo. Todo. Complejos arreglos orquestados sobre los que flotaban melodías tan pegadizas y dinámicas como sobrecogedoras y épicas, juegos de voces y coros doblados con una maestría e inspiración que te desarmaban por completo. Y las guitarras te quitaban la respiración; ni una sola nota al aire en la solista, todas colocadas y pulsadas sobre el mástil con una precisión y enjundia matemática. Notas sacadas de un modelo de guitarra que el propio Uli inventó, fabricó y posteriormente comercializó, con más trastes que cualquier guitarra convencional para poder alcanzar un mayor rango de agudos casi equiparables a los obtenidos por un violín. Un todo que te volaba la cabeza en apenas la escasa media hora de duración. No bromeo. Le pasé una copia a un par de amigas que tocaban piano y contrabajo en Clásica y también les impresionó. Normal.
La versión previa que Uli Roth y Klaus Meine interpretaron en la gala de José Carreras se publicó en un disco que publicó la filial de WEA en Alemania y que por supuesto se descatalogó casi de inmediato. Por circunstancias de la vida también accedí al mismo casi por casualidad. En uno de los viajes musicales que llevo bastantes años disfrutando acabamos mi por entonces buen amigo y yo -la vida da muchas vueltas y las insoportables gilipolleces que tiene nuestro comportamiento humano nos abocó a no volver a hablarnos en un claro ejemplo de comportamiento estúpido por parte de ambos- en la inspiradora Alemania. El motivo, fácil: ver a Scorpions actuar en directo con la Filarmónica de Berlín. Durante nuestro corto pero intenso periplo acabamos en un mercadillo callejero, paseando y hojeando entre sus puestos y cubetas me topé con este artilugio en forma de cd. Inmediatamente decidí poseerlo al comprobar en la contraportada que entre los títulos rezaba el tema "Bridge to heaven" interpretado por Klaus Meine. Cuál fue mi sorpresa cuando lo escuché y ahí se encontraba la guitarra de Uli Jon Roth que, por cierto, no aparece en los créditos de la trasera de dicho cd. Magia y sopresa para mis oídos a partes iguales.
Uli Jon Roth, Udo Jurgens, Kim Wilde, Klaus Meine, Hannelore Elsner. |
El original de "Prologue To The Stmphonic Legends" se abre con esta canción interpretada a la voz de manera magistral por Tommy Heart, vocalista de los buenísimos Fair Warning o Soul Doctor por citar un par de referencias. Ya lo he dicho antes, una de las cosas más bonitas que existen. Sin embargo, esta versión con la voz de Klaus Meine es superior. La personalísima voz del cantante de Scorpions añade ese toque que solo su voz y su talento natural para la melodía pueden aportar. No en vano es uno de los mejores vocalistas para el propio Uli Jon Roth, para este humilde escriba y para millones de personas repartidas por este mundo loco.
Puente hacia el cielo, el remedio necesario para avanzar como especie sin matarnos mutuamente. A ver si puede ser que el ser humano se libere en algún momento de sus necios demonios, se sacuda las irritantes limitaciones y egoismos de su propia condición y pueda atisbar mínimamente a lo lejos la entrada de ese puente que te lleva hacia la deseada luz.
"Bridge to heaven". Uli Jon Roth & Klaus Meine.
"Bridge to heaven". Uli Jon Roth & Tommy Heart.
Fotos cortesía de la web oficial de Uli Jon Roth.