Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

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miércoles, 18 de diciembre de 2024

Las canciones de Navidad. X.

Llega la Navidad. Vuelve cada vez con menos frío y nieve, pero vuelve… que no es poco. El ciclo de la vida; las Cuatro Estaciones, como diría el irrepetible maestro Antonio Vivaldi de una manera tan artística que resulta imposible igualar.

Y aquí volvemos nosotros, como cada año, para compartir con todo el que guste de leer estas sucesiones de letras que en el caso que nos ocupa tienen como protagonista la época del nacimiento de Jesús. Estas fechas tan señaladas, tan especiales, tan amadas y deseadas como odiadas y estigmatizadas para muchos de nosotros sirven de pretexto perfecto para abordar una nueva cuestión de naturaleza musical. En serio, pocos momentos del año generan sentimientos tan dispares y encontrados como el asunto navideño. Para hacérnoslo mirar, supongo.

Este Diciembre nos vamos a detener durante un ratito con canciones que sugieren la Navidad. En esta ocasión vamos a dejar de lado el lado más obvio del asunto, como casi siempre. A continuación vamos a proponer una serie de canciones que evocan este momento navideño, pero que no tienen relación directa con esta celebración pascual; vamos, que no son villancicos ni temas con letra navideña al uso… aunque, por el extraño motivo que sea, resulta que marinan a la perfección con el sentir de este momento del año. Como un buen Rioja con un jamón ibérico de esos bien cortado y sudado.

Por supuesto esta pequeña e imposible clasificación es tan subjetiva como cualquier otra que nuestros queridos lectores puedan esperar; para qué vamos a cambiar a estas alturas ¿no?. Habrá gente que no consiga establecer la conexión navideña, otros la experimentarán al instante y unos cuantos la criticarán… aunque incluso el propio músico compositor lo afirme, por supuesto; contamos con todo el abanico de posibilidades habituales de nuestro anónimo y putrefacto nuevo mundo virtual. De cualquier modo, con las siguientes letras solo buscamos que pasen un rato de lectura distinto, agradable y enriquecedor. Les proponemos la siguiente docena de canciones para tal efecto. Hemos dejado unos cuantos temas musicales más fuera del saco de este año, ya que han aparecido en los artículos de esta ¿sección? en años anteriores y no se trata de repetir.

Si quieren alzar su copa de vino con todos nosotros mientras suena alguna de esas canciones que nos hacen un poquito más felices, perfecto. Si no, también. Feliz Navidad.


Desmond Child: “Obsession”.

Preciosa y delicada pieza que estaba contenida en el primer álbum en solitario del artista “Discipline”, publicado en el año 1991. Desmond Child se descolgó ese año con un pedazo de discazo en solitario. Lo tenía todo para triunfar en las listas, pero no ocurrió. El hombre conocido como la máquina de generar hit singles para los artistas con los que colaboraba no logró esa repercusión en su propio álbum. No pasa nada, un día más en la vida de Desmond. La canción está cantada por el propio Child y Maria Vidal. La que fuese novia de Desmond Child acompaña con su bella y sugestiva voz haciendo que la canción adquiera una nueva dimensión. Desmond Child y Maria Vidal junto con otras dos vocalistas femeninas montaron el grupo Rouge a mediados de los setenta. Un combo que grabó dos discos de música comercial/disco setentas que tanto se llevaba por aquellos años. No llegaron a nada, aunque son dos obras recomendables si te gusta ese tipo de música. “Obsession” fue compuesta con la colaboración de Burt Bacharach. Lo dicho: toda una delicia para tus oídos.


 

Kiss: “We are one”.

Del disco de reunión de 1998 titulado “Psycho Circus”. Kiss y la Navidad, increíble pero cierto. Un binomio que sorprendentemente funciona. Es el tema ideal para escuchar antes de quedar con tus familiares/amigos/semejantes con intereses comunes a tomar algo antes de cenar en esos días típicamente navideños. La letra es lo más simple que te puedas echar a la cara y la melodía es tan dulce que se te atraganta; vamos, lo que en los ochenta cualquier heavy consideraba un pastel… pero, lo dicho: funciona.

  


Pink Floyd: “Learning to fly”.

Incluida en el disco “A Momentary Lapse Of Reason” de 1987. Fue el primer single del esperado disco de regreso de Pink Floyd. No habla de Navidad, no tiene nada que ver con ningún villancico ni nada por el estilo… pero en cuanto acaba Diciembre uno siente la imperiosa necesidad de revisar este bonito tema mientras pasea cualquier fría mañana por cualquier parque con las hojas de sus árboles adornando el suelo de arena sumergido en el peculiar y apasionante mundo paralelo que nos ofrece este grupo tan especial.


 

 

Eisley/Goldy: “Lies I can live with”.

Obra maestra de la joya que lleva por título “Blood Guts And Games” y que vio la luz del sol en 2017. Para los seguidores que pululen por ahí de un grupo tan especial como poco afortunado y que responde al nombre de Giuffria, si es que alguno queda, esto es lo más parecido al caviar del bueno. La formación que puso en marcha el teclista Gregg Giuffria y que grabó dos estupendos discos en los ochenta, contó con las voces de David Glen Eisley y las guitarras de Craig Goldy. Estos dos últimos volvieron a resucitar brevemente Giuffria, sin Gregg, hace unos años. La cosa no debió funcionar y acabaron publicando un disco bajo el epígrafe Eisley/Goldy. Este cd perfectamente lo podemos considerar, tanto por su música como por sus músicos, el genuino sucesor discográfico de Giuffria. Un trabajo de categoría y deleite que, por desgracia, se quedó en una publicación puntual. Cosas que pasan.

Dentro de este “Blood Guts And Bullets” nos encontramos joyas como este “Lies I can live with”. Esta pequeña delicadeza es la sutileza hecha canción. Un medio tiempo tan sutil como poderoso que a través de su inspirada melodía y unos arreglos exquisitos consigue emocionarte mientras te sumerge en un paisaje de melancolía y tristeza; además, por si fuera poco, la letra es buenísima. Habla de la desesperanza y se puede aplicar a cualquier relación humana, de pareja, amistad o familiar, cuando un desengaño descoloca tu mundo por completo. Literaria, con buen gusto y sin tirar de los chichés típicos y clasicazos del my baby left me o chorradas similares. 


 

 

Cinderella/Tom Keyfer: “Nobody’s fool”.

Tema original del primer disco de Cinderella, “Night Songs” del año 1986, que volvió a regrabar su líder Tom Keyfer para la reedición en 2017 de su primer disco en solitario titulado “The Way Life Goes” y que salió originalmente en el año 2013. Cinderella pasa por ser uno de esos grupos que vieron la luz y el éxito a finales de los ochenta en plena fiebre del Hard Rock angelino macarra y con toques glammys, pero que en realidad tiene poco que ver con ese estilo musical. Se les metió en el mismo saco por una cuestión de imagen y por coincidir en el tiempo, pero su propuesta musical bebe directamente del Blues y del Rock sesenta/setenta.  Triunfaron de la mano de su guitarra/cantante/líder Tom Keyfer gracias a su talento natural y a que eran muy buenos.

Esta canción es la balada de su primer disco. Un tema comercial, pero a la vez denso, triste y oscuro; poca gente tiene el talento para mezclar estos ingredientes de manera certera. “Nobody’s fool” posee la característica de que te traslada a un momento, situación y lugar determinados en cuanto escuchas sus primeras estrofas. Una delicia ideal para ser degustada en plena época navideña, entre el frío, la nieve, una chimenea con fuego, una copa de vino del bueno y la compañía adecuada.



 

WWIII: “When god turned away”.

Aparecida el año 2003 en el segundo disco del grupo WWIII bajo el mismo título. Aquí desde luego puede resultar casi imposible percibir la conexión del tema con la cuestión navideña. Si por algo se puede caracterizar la cortísima andadura de WWII, solo un par de discos y sin formación estable, es que tiene de todo menos ambientación de paz, amor, buenos deseos y todas esas características del espíritu navideño cristiano. De hecho, WWIII son las siglas de Tercera Guerra Mundial si lo traducimos al castellano. Incluso el título de la canción que nos ocupa sería algo así como: “Cuando Dios se dio la vuelta”. Resulta bastante evidente que Mandy Lion, vocalista y fundador del grupo, no busca con sus letras la llamada de Santa. Y si nos vamos a la música, la cosa no pinta mucho mejor; de corte áspero, crudo y bastante cañero. Incluso pese a que este tema tiene un inicio en acústico lento, nos lleva por un sendero siniestro y desafiante alejado por completo de los temas navideños más al uso... pero, qué puedo decir. Conecta. Su escucha encaja a la perfección con cualquier paseo nocturno por las luces, ruidos y bullicios navideños de la gran ciudad cualquier noche de Diciembre. Una afirmación que no tiene defensa objetiva posible por ningún lado y que no comprenderá la mayoría de la gente bien. No hay problema, estamos acostumbrados a esto.

Pero para todos aquellos que sean capaces de sentir la vida con la emoción de la que entre líneas llevamos hablando a lo largo de todo este epígrafe, esta canción te puede ofrecer la llave para esa puerta tras la cual se esconde ese lugar en el que nunca has estado, pero al que siempre has anhelado ir.


 

 

Poison: “Cry tough”.

Canción que abría el primer disco del grupo titulado “Look What The Cat Dragged In” en aquel lejano y especial año 1986. Ya hemos hablado por aquí de Poison varias veces, no son ni los más técnicos, ni los más innovadores, ni los más nada, pero tienen una estupenda discografía trufada de grandes composiciones de esas que de dan buen rollo inmediato y ponen una sonrisa en tu cara de felicidad tan ridícula como necesaria. Esta canción no tiene una letra navideña, ni una música navideña ni nada de eso; sin embargo, te traslada al frío, las pocas horas de luz, las luces y las celebraciones por excelencia. Llega a tal punto esta subjetiva e incomprensible cuestión que, por motivos que me resulta imposible explicar desde una perspectiva lógica, la Navidad no es del todo Navidad si no suena esta canción y este disco en algún momento de Diciembre.


 

 

Martika: “I feel the earth move”.

Versión del clásico de Carole King que alguien tuvo la brillante idea de versionar para el primer disco de esta cantante tan especial, titulado como su propio nombre y aparecido en 1988. Una mujer poseedora de una gran voz y que triunfó en todo el mundo a finales de los ochenta. Prince fue uno de los muchos que se enamoraron de la voz y el talento de esta mujer, de hecho colaboró en algunas de sus canciones. Sacó dos discos que fueron éxitos de ventas… y ya está. Por el motivo que fuese, su carrera musical no acabó de cuajar. Aquí os proponemos la escucha de este “I feel the earth move”, que en cuanto suena no puedes dejar de moverte a su ritmo. Te transporta de inmediato al espíritu festivo navideño, de juntarse a charlar, festejar, celebrar y compartir con tu gente.


 

 

Manowar: “Kingdom come”.

Del disco “Kings Of Metal”, del ochenta y ocho. El sucesor de “Fighting The World”, que pudo ser el que les puso en el mapa. Una formación como Manowar personaliza a la perfección la relación amor/odio que el público siente por determinados grupos musicales. Con Manowar no hay término medio posible: los amas o los detestas. Caracterizados por personificar muchos de los clichés más casposos e irreverentes del mundo del Heavy Metal, en estos días son muchas veces denostados y blanco de burlas pueriles por parte de estas nuevas generaciones de ofendiditos/as/es/xs por todo y por todos que no sean ellos mismos, enfangando bastantes veces un falso discurso feminista tras el que se encuentran hembristas recalcitrantes que no hacen más que desvirtuar el profundo significado de esta palabra tan en boga hoy en día. Pero esto es marginal.

De cualquier manera, y pese a que Manowar nunca fueron una de mis bandas de cabecera, ahí continúan, inasequibles al desaliento mientras proclaman sus trasnochadas proclamas de defensores del Metal verdadero… apoyados en buenos discos y buena música, que es de lo que se trata en el fondo. “Kingdom come” es una canción a medio tiempo característica de este grupo. Tiene una melodía entre épica, entrañable y sobrecogedora. Casa a la perfección con el hilo musical de carácter entrañable y acogedor de estas fechas navideñas; aunque de villancico, nada. Eso, en Manowar, jamás.


 

Kingdom Come: “What love can be”.

Uno de los principales éxitos de siempre de este grupo que se registró en el primer álbum homónimo de la banda y apareció en el año 1988. Es una canción lenta, densa, profunda, nostálgica y triste, muy triste. Una auténtica maravilla. Ideal para tomarse un buen café de esos negros, cargados, humeantes y espesos, cualquier tarde/noche de Diciembre en la intimidad del garito más oscuro, cutre y solitario que podamos encontrar.

Este primer disco del grupo del vocalista Lenny Wolf resultó un superventas que fue criticado por mucho purista de pacotilla que vio en el mismo una copia descarada de Led Zeppelin. Sigo esperando a que esos iluminados de turno me expliquen dónde se encuentran esas copias tan evidentes en la música. Se pueden apreciar detalles aquí y allá, como en cientos de grupos, pero de ahí a la anterior afirmación media un abismo. Lo dicho: a ver dónde están los “Now forever after”, “Shout it out” o “Living out of touch” que compusieron Zeppelin para compararlos con estos tres temazos de Kingdom Come. La peña, que raja y critica sin tener ni puta idea muchas veces.


 

 

Little Richard/The Beach Boys: “Happy endings”.

Una de las grandes canciones que grabó el más grande. Hemos pretendido no volver a traer composiciones que ya han aparecido en esta especie de sección años anteriores, pero es que resulta imposible sustraerse al toque mágico que desborda la interpretación de Little Richard a lo largo de toda esta canción. Este single apareció en 1987, interpretado a medias con los Beach Boys. Todas las características de la impresionante voz de Richard están presentes a lo largo de los pocos minutos de metraje de este tema. Su sentido de la melodía, del ritmo, su toque sensual, tierno y poderoso a la vez, sus innumerables matices y sobre todo ese tono y timbre sobrenaturales que han servido de referentes a millones de cantantes, músicos y aficionados a esta cosita llamada Música.


 

 

Gillan: “No more cane on the brazos”.

Aparecida en el disco “Naked Thunder” de 1990 y en el directo “Contractual Obligations” de 2019. Esta canción es un antiguo tradicional que por lo visto cantaban los presos de la América sureña profunda. Parece ser que los prisioneros destinados a trabajos forzados en las cárceles de Texas tenían la costumbre de entonar esta melodía mientras recolectaban caña de azúcar a las orillas del río Brazos. A lo largo de este río se ubicaban muchas de las granjas penitenciarias de dicho estado a finales del siglo XIX y principios del XX.

La composición de este tema se le suele atribuir al conocido cantante de Blues y Folk apodado Lead Belly. Sin embargo, la canción pasa por ser de esas oscuras o poco conocidas; de hecho no aparece en ninguna referencia discográfica de este gran cantante. Por supuesto, más músicos se han acordado de este tradicional y lo han interpretado dándole su propia visión; artistas desde Alan Lomax, Lonnie Donegan o el mismísimo Bob Dylan han revisado esta entrañable canción con mayor o menor fortuna.

Esta adaptación de Ian Gillan cerraba el disco en solitario que sacó tras ser expulsado sumarísimamente de Deep Purple a finales de los ochenta. Junto a la colaboración de Roger Glover, le añadieron unos interesantes arreglos a esta composición que le daba el broche de oro perfecto a esa maravilla en forma de disco que lleva por título “Naked Thunder”. Esta versión tiene un toque denso y solemne, un Blues lento, nostálgico, triste y evocador que explota en la parte final aderezado con una pizca de Folk aquí y allá. Una obra de arte.

Años más tarde Gillan la recuperó para la gira en directo con orquesta que ofreció en el año 2016 y de la que se publicaron oficialmente tres actuaciones en cd, dvd y vinilo respectivamente tres años más tarde. Bajo el cachondo título de “Contractual Obligations”, Ian Gillan, Don Airey, su grupo y una orquesta nos ofrecieron magia durante las casi dos horas de duración de cada una de las actuaciones. Aquí la orquesta añade unos arreglos grandilocuentes que ensalzan todavía más esta canción, creando un atmósfera que te lleva a cualquier día de invierno, sentado en la chimenea encendida mientras contemplas embelesado el árbol de Navidad y mojas tus labios con una copa de esa bebida para las ocasiones que tienes en casa y tanto te gusta. Ian Gillan te desea Feliz Navidad.


 

 

 

 


 

 

jueves, 8 de agosto de 2019

Tom Keifer: "The death of me", nuevo single de su próximo disco.


Hace apenas unos días se ha anunciado el lanzamiento del próximo nuevo disco de estudio en solitario de Tom Keifer bajo el título de "Rise". Su salida está programada para el próximo mes de Septiembre y como adelanto se acaba de publicar hace apenas unos pocos días el single de adelanto. La canción en cuestión se titula "The death of me" y es tan buena como cualquier conocedor de la discografía y de las capacidades de Keifer pueda esperar. Que el alma mater de los añorados Cinderella se decida a publicar nueva música siempre es motivo de enhorabuena, tanto para sus seguidores como para cualquier amante del buen Hard Rock. De hecho, nuestro amigo Tom se caracteriza por hacerse de rogar; su anterior obra y primer disco de su carrera en solitario data del año 2013, aunque lo volvió a reeditar con el añadido de tres tomas nuevas el pasado 2017. No hay problema con los tiempos siempre que el producto final atesore la calidad esperada y, en el caso de Keifer, eso suele ser así de manera habitual.


La canción es muy, pero que muy buena, siempre moviéndose dentro de los parámetros del Rock/Blues que tan bien interiorizados tiene Tom en lo más profundo de su ser. Además tiene un toque oscuro que recuerda al sabor de alguna de las piezas de esa obra de arte que es el primer disco de estudio de Cinderella. La densidad de cosas como "Night songs" o "Somebody save me" rezuma por los cuatro costados de este "The death of me", mezclándose con ese toque Blues y casi Country que tan bien supo explotar en su primer disco en solitario. El resultado es una canción cruda, directa y muy visceral, que se te mete en la cabeza y solo hace que dejarte con ganas de más; supongo que ese será el principal objetivo de un buen single.


El tema viene acompañado de un vídeo clip igual de directo que la propia canción. En el mismo aparece un televisor de esos antiguos en el que se reflejan en letras de esas antiguas también alusiones fugaces a los numerosos problemas con los que ha tenido que lidiar este artista, tanto en su vida profesional como personal, casi desde que Cinderella se hicieron famosos. Conviene no dejar de tener en cuenta que este tipo perdió la voz y llegó a pasar por siete cirugías vocales, todos los especialistas le dieron por defenestrado y le aseguraron que no podría volver a cantar jamás. No quiero ni imaginar si, cuando tan solo eres casi un estúpido jovenzuelo, te dicen que no puedes volver a dedicarte a lo que es tu gran pasión... pues eso fue con lo que tuvo que lidiar Tom Keifer en su singular travesía por el desierto durante unos cuantos años de incertidumbre y oscuridad, pero de la chunga. A esto se le sumaron los lógicos problemas con su grupo Cinderella, los problemas añadidos con los demonios personales de algunos de sus miembros y el rastrero trato que recibieron por parte de su compañía de discos, cortándole las alas artísticas en función del contrato de turno que tuviesen firmado durante unos cuantos años más. Supongo que para casi todo el mundo estos avatares hubieran supuesto el cierre del negocio por defunción. Pero no. Tom Keifer luchó, se levantó y resurgió cuál Ave Fenix con una gira de Cinderella en la que demostró que podía volver a cantar y posteriormente con un disco en solitario llamado "The Way Life Goes" y que seguro que pocos esperaban que atesorase semejante calidad y estilo. En mi retina sigue aquel concierto que ofreció milagrosamente en Madrid al poco de volver a poner en marcha a Cinderella, única fecha en Europa y que debemos agradecer hasta la muerte al promotor que arriesgó y creyó en Tom. Todavía se me saltan las lágrimas cuando le recuerdo empezar en La Riviera allá por el año 2010 a todo trapo con el "Second wind" o cuando se sentó al piano en el bis para tocar su clásico "Don`t know what you got (Till it's gone)". Tal fue el éxito que el grupo repitió y volvió al año siguiente. Vamos, que ya está tardando en llegar Septiembre y la nueva obra de Tom Keifer y su grupo en solitario.







miércoles, 14 de diciembre de 2016

Los discos de Navidad. II.


Fiel a la cita de cada final de año, llama a la puerta de nuestros hogares la querida Navidad. Nunca llega sola, se acompaña de un puñado de buenos deseos y de las tres o cuatro cuestiones básicas que necesitamos las personas para ser felices entendiendo la vida en su simple y desnuda totalidad. Desgraciadamente toda la asquerosa maraña de sanguijuelas y parásitos abanderados de un consumismo que ya ni se molesta en esconder sus verdaderas intenciones, viajan -como cada año- cuál polizontes adheridos a su espalda mientras le intentan chupar la sangre poco a poco con cada anuncio de ofertas o rebajas en esos antros de perdición que constituyen los distintos centros comerciales. Pero eso es otro tema; como siempre, supongo.


La música, como en cualquier otro ámbito de la vida, no permanece ajena a esta realidad. Para alegrarnos un poco estas fechas se inventaron los villancicos y las canciones navideñas. Pese a que cada mes de Diciembre resulta un gustoso ejercicio obligado hacer sonar los diversas publicaciones navideñas que cada año nos regalan los artistas, este año no nos vamos a detener en los discos de villancicos propiamente dichos. Para este ejercicio vamos a parar nuestra mirada en todas esas grabaciones que abordan esta temática tan especial pero sin que contengan necesariamente esas revisiones de las típicas melodías navideñas. El sentido divino de la Navidad es tan poderoso que es capaz de llegar hasta los discos de muchos músicos que, sin abordar directamente o en su totalidad las versiones de villancicos, consigue vestir con su manto invernal muchas de esas obras llevándolas a su terreno. De este modo nos encontramos con creaciones de artistas que evocan directamente ese inconfundible aroma navideño pese a estar conformado mayoritariamente por composiciones propias y obviando las versiones de temas característicos navideños o reduciéndolos a su mínima expresión dentro del metraje del cd. Una vez más, esta clasificación es adorablemente subjetiva; seguro que cada uno podrá realizar la suya propia, extremo al que os animo.  Cualquier connotación o referencia al invierno o a la Navidad puede servir para darle una nueva perspectiva a determinado disco y eso no deja de ser algo grande.



Lana Lane: “Winter Sessions”.  2003.


Comenzamos con un disco que representa perfectamente el espíritu de nuestra particular selección. La cantante Lana Lane, pareja del teclista Erik Norlander, se sacó de la manga un disco que, aunque no contenía ningún villancico ni canción tradicional navideña, estaba lleno de referencias a esta época del año tan especial. En este cd nos encontramos una selección de canciones que casan a la perfección con el invierno, la Navidad, la espiritualidad y el recogimiento propio de este tiempo. Imprescindibles las versiones de clásicos como “Whiter shade of pale” o “California dreaming”, interpretadas con gusto y calidad por Lana Lane a la voz y por músicos de primera fila como Gregg Bisonette, Neil Citron o el propio Norlander; de hecho se nota la mano de Eric a la producción. El disco es un compendio de temas compuestos por Lana, Eric y algunas versiones. Algunos títulos como “December moon” o “Winter song”, además de grandes temas, hacen referencia a los fríos navideños y demuestran la elevada calidad compositiva de esta pareja. La portada es una completa delicia, el exterior de una casa cubierta por un dulce manto nevado que nos deja ver su interior acogedor con el detalla de una ventana que evoca un paisaje evocador. Una obra de arte.



George Lynch: “The Lynch That Stole Riffness!”.   2002


Nuestro amigo George es todo un fichaje. Ahora que parece que la reunión de Dokken tiene algo de recorrido se encuentra de nuevo en el candelabro –Mazagatos dixit-; supongo que volverá a discutir con Don Dokken y lo echarán todo al traste, una vez más. Este gran guitarrista lleva a sus espaldas toda una producción de discos con Dokken, Lynch Mob, en solitario y con proyectos paralelos de variada enjundia; la mayoría de ellos de gran calidad. Una de las prácticas que acostumbra a realizar George es publicar de vez en cuando mini Lps –o mini cds- de tres o cuatro canciones; supongo que el hecho de que no se vendan discos obliga a muchos artistas a promocionarse de esa manera. El caso es que hace unos años publicó un maxi titulado “The Lynch That Stole Riffness”, el disco está compuesto por tres temas –en particular “Static reaction” es una pasada- que no tienen nada que ver con la Navidad. La gracioso del asunto es que Lynch lo publicó en navidades y realizó un juego de palabras con el título del cd: en la cultura estadounidense el Grinch es un personaje de ficción, malhumorado y gruñón, que representa el lado oscuro de la Navidad, relacionado con el consumismo y alejado del sentido espiritual que debería tener esta celebración. Pues bien, el simpático y cachondo George Lynch realizó un juego de palabras Lynch/Grynch publicando este cd con una portada en la que salía caracterizado como dicho personaje que venía para robar, en lugar del espíritu navideño, los riffs de guitarra. Genial e imprescindible para desengrasar durante el periplo navideño. Necesitamos a George Lynch en Navidad; está claro.




Trans Siberian Orchestra: “Beethoven’s last Night”.   2000


Este grupo comenzó como un proyecto paralelo del guitarrista de Savatage Jon Oliva. Bajo un formato de orquesta con instrumentos de Hard Rock comenzaron a desgranar canciones populares y tradicionales navideñas conjuntando arreglos de Orquesta para sonidos rockeros con matices sinfónicos y progresivos. La propuesta cuajó y se puede decir que resultó todo un éxito en Norteamérica. El nombre del proyecto es un homenaje al ferrocarril transiberiano, el cual, según su productor Robert Kinnel, sirve de conexión entre distintas culturas al igual que la música del grupo. Este proyecto lleva funcionando desde 1996 y han publicado seis discos hasta la fecha, amén de varios recopilatorios. Es tal la respuesta del público que varias de sus publicaciones han alcanzado el platino en ventas, asunto nada desdeñable en estos tiempos musicales tan convulsos que vivimos.
Aunque la mayor parte de su obra abarca composiciones de temática navideña, hemos escogido este disco homenaje a la figura del irrepetible Ludwig Van Beethoven. Cualquier referencia de su discografía es recomendable y se merecen todo el éxito que llevan cosechando durante estos años. Todas las referencias al periodo navideño se encuentran impregnadas en sus discos.



The Little House Band: “Christmas 2000”.   1999


Otro proyecto más del infatigable Bernie Marsden. Este trabajo está realizado por lo que era la Moody Marsden Band, The Snakes, The Majesticaires, The Company Of Snakes y M3; o lo que es lo mismo,  la asociación de Bernie con Micky Moody acompañados de músicos de primerísima línea como Don Airey, Neil Murray o John Lingwood entre otros y que ha pasada por diferentes denominaciones para ofrecernos lo que mejor saben hacer: Blues Rock de muchos quilates –otro día hablaremos de las diferentes encarnaciones del grupo de Moody/Marsden hasta que discutieron y dejaron de colaborar juntos-. El disco es un compendio de clásicos de Blues transformados para la ocasión por este dúo con su buen hacer característico. Las sesiones se realizaron en un estudio de Buckingham y desafortunadamente no se llegaron a publicar oficialmente, quedándose como una especie de promo para todos aquellos afortunados que hemos conseguido tener acceso a ellas.
 


Cinderella: “Long Cold Winter”.   1988


Una preciosidad de disco. El combo que montó Tom Keifer junto a Jeff LaBar, Eric Brittingham y Fred Coury a principios de los ochenta nos ha dejado una impronta musical de considerable calibre. Lograron contrato discográfico gracias a un Jon Bon Jovi que tuvo la suficiente visión para ver la calidad que atesoraba Keifer. El grupo alcanzó el éxito en la época dorada de las llamadas Hair bands americanas, aunque lo de Cinderella siempre fue algo más cercano al buen Blues y al Hard Rock clásico que pudo convivir sin problemas con esa moda gracias al talento del propio Tom Keifer.
“Long Cold Winter” fue su segundo disco, ese en el que muchos grupos fallan después de haber publicado un disco debut superventas. No fue este el caso de Cinderella, ya que cuando hay talento el arte fluye de manera natural. En este disco se encuentran los clásicos “Gypsy road” o “Don’t know what you got (Till it’s gone)”, dos de los temas más exitosos del grupo. Todo el álbum rebosa calidad por sus cuatro costados, acentuando esas raíces Bluesy que tan bien ha transmitido Keifer en toda su música. No encontraremos villancicos ni referencias explícitas a la Navidad entre sus surcos, de hecho el single “Gypsy road” es un pedazo de canción que evoca el verano y el calor; no hay problema, Cinderella son perfectamente capaces de generar sensaciones diferentes en su música. Todo el concepto de la obra gira en torno al invierno y a lo que conlleva, incluso la portada –sobria y perfecta, con solo verla ya necesitas poseer el disco- o las fotos interiores consiguen crear esa atmósfera tan propia de la tranquilidad y el recogimiento de esta época del año. 


Con la ayuda a las baquetas del inmortal Cozy Powell se sacaron de la manga un segundo disco como una catedral. Y la guinda del pastel la encontramos en el tema título, desde que comienzan los primeros compases del tema “Long cold winter” el grupo nos regala un Blues épico y rebosante de intensidad, de esos que te ponen firme. Recuerdo con especial cariño la sorpresa que supuso para mí su interpretación en directo la primera vez que vinieron a España allá por el año 2010, uno de esos momentos que no sabes muy bien por qué, pero que se te quedan grabados a fuego para siempre. Pero esto es marginal.

                                                       Cinderella: "Long cold winter".



Bon Jovi: “Please Come Home For Christmas”.   1992


Nuestro querido Jon Bon Jovi no podía faltar a este cita navideña y, por supuesto, debía revisarla saliéndose del uso de cualquier tema típico o estándar; se le puede dar cera al amigo Jon Bon en muchos aspectos – renegar de la imagen y el estilo de sus primeros discos con los que alcanzó el estrellato o fabricar música enfocada en una determinada dirección y para un público mayoritario por citar un par de ejemplos-, pero la calidad compositiva siempre ha estado ahí y nunca ha querido vivir de las rentas.
Este tema es una versión de una canción original de 1960 del pianista y cantante Charles Brown. Apareció en 1994 en formato cd single y venía acompañada por otros dos cortes de temática navideña: “I wish everyday could be like Christmas” y “Back door Santa”; ya sabemos y agradecemos el interés que desde siempre ha mostrado Jon Bon Jovi en dotar a todos sus singles y maxis de caras b llenas de material inédito, versiones o tomas de directo.
Conviene comentar que “I wish everyday could be like Christmas” apareció anteriormente como cara b del single “Keep The Faith”.  Curiosamente, desde entonces han lanzado dicha canción como single navideño durante los años 1993, 2002 y 2011.



Tony Martin: “Who Put The Devil In Santa”.   2008


Otro gran cantante que ha tenido que subsistir a la sombra del inútil de Ozzy Osbourne en Black Sabbath. Nos regaló hace unos años un delicado corte acústico en el que  demostraba una vez más sus habilidades en el difícil terreno de la composición. Ideal completar su escucha con el single que grabó con el desconocido pero genial guitarrista Mario Parga bajo el título “Spirit Of The Night”. Para paladares exquisitos.

                                                Tony Martin: "Who put the devil in Santa".



Doro: “Merry Metal Xmas”.   2011


No podía faltar la rubia germana alegrando la Navidad con un single conmemorativo. Referencia inevitable y single interesante para todos sus seguidores.

                                                         Doro: "Merry Metal Xmas".



Lita Ford & Cherie Currie: “Rock This Christmas Town”.   2013


The Runaways al cincuenta por ciento para nuestro disfrute. Lita Ford se reunió con Cherrie Currie para grabar este single navideño. Todo el mundo esperaba una reunión del clásico grupo de los setenta pero no pudo ser, imagino que Joan Jett no lo vería claro. Ni siquiera el biopic “The Runaways” que produjo el Hollywood más comercial pudo lograr el éxito comercial que pudiese remover una reunión forzada; me alegro, alguien debe explicarle a Kristen Stewart que hace falta algo más que ser una aprendiz de vampira adolescente a la que rechaza su noviete de instituto para interpretar papeles de calado.



David Lee Roth: “Ain’t No Christmas”.   2015


Nuestro querido cock rocker por excelencia se descolgó con una grabación imposible de agarrar por ningún lado. El cantante que ha enseñado el camino a la mayoría de cantantes que se reconocen como tales nos sorprendió con una grabación publicada por Youtube poco después de finalizar su última gira americana por recintos de gran aforo en EEUU. Fiel a su deseo de desconcertar a cualquier bicho viviente de este sistema solar, el entrañable DLR facturó un tema acústico con su sello personal destinado a desconcertar al público masivo que asiste a sus conciertos con Van Halen y que le hicieron uno de los tipos más ricos del pasado año según la prestigiosa revista Forbes. Alguien como él, que ha sufrido en sus propias carnes las mieles del éxito y los duros avatares del fracaso, seguro que está completamente de vuelta de lo que el personal pueda opinar sobre sus excentricidades. Seguro que disfruta de su actual posición, ganada a pulso después de más de treinta años dejándose los huevos en cada escenario y en cada plató para entretenernos.

                                                 David Lee Roth: "Ain't no Christmas".



Topo: “Hay Rock and Roll En Navidad”. 2014.


Parecía complicado que desde el panorama patrio pudiésemos incluir en esta lista a algún grupo de nuestras latitudes. Quitando a los superventas prefabricados con sus discos facturados en serie con inercia ramplona, poco se puede salvar; y si hablamos de Hard Rock, aún menos. Afortunadamente, una vez más, emergieron los queridos Topo para dejar su personal huella y regalarnos este presente navideño abonando lo que en otros países es un vergel y aquí resulta un árido desierto; una vez más.
Este grupo madrileño, nacido a finales de los setenta a partir de la escisión de los también casi imprescindibles Asfalto, ha mostrado el camino a seguir en muchos aspectos y nos ha alegrado la vida a muchos de nosotros desde que sacaron aquel imprescindible disco homónimo de debut conteniendo joyas definitivas como “El periódico”el crucigrama es lo mejor-, “Vallecas 1996” o “Mis amigos dónde estarán”. La pasadas navidades del año 2014 se descolgaron colgando de la red esta especie de villancico compuesto especialmente para estas fechas tan señaladas. Nada de coger “Run run Rudolph” y meterle un par de arreglos, el universo de Topo funciona distinto. Nuestros amigos compusieron un tema propio que poco tiene que ver con los tradicionales villancicos de Navidad pero que abordaba esa temática desde su personal punto de vista. Lo dicho, una agradable sorpresa. Solo nos queda esperar el milagro de un disco completo sobre estos menesteres… ya tengo el hueco para el cd en la estantería.



Blaze Bayley: “Crazy Christmas”.  2016


El encantador vocalista que tuvo la mala fortuna de sustituir a Bruce Dikinson en Iron Maiden, ganándose el desprecio de un amplio grupo de cenutrios seguidores de la Doncella de Hierro, gusta de obsequiarnos con algún tema navideño cuando se acerca Diciembre. Blaze lleva tres años seguidos publicando un tema navideño por estas fechas, anteriormente publicó y este año le toca el turno a “Crazy Christmas”. Lo interesante del asunto es que el bueno de Bayley no se limita a lavarle la cara a cualquier tonadilla típica navideña, en estos tres años nos ha ofrecido tres composiciones propias que respiran Navidad. Con su imposible sentido del humor y del ridículo, el entrañable Blaze se las apaña para dejarse grabar disfrazado de Santa Claus mientras va montado en una moto por cualquier calle británica –imagino la cara que se le quedaría a cualquier viandante que casualmente se encontrase paseando y presenciase la escena-. Impagable.
Denostado por parte de la prensa por motivos que muchas veces se antojan incomprensibles, nuestro vocalista preferido lleva a sus espaldas toda una carrera discográfica de mucha calidad desde que abandonase la nave que comanda Steve Harris a finales de siglo pasado –“Silicon Messiah” es un discazo y tiene poco que envidiar a cualquier cd de Iron Maiden-. Brindemos una vez más por la Navidad mientras suena su single de este año… o el acústico “Russian Holiday”, una delicia.

                                                   Blaze Bayley: "Crazy Christmas".



James Brown: “James Brown Sings Christmas Songs”.  1968.


Una personalidad y un talento tan excesivo como el de James Brown no podían pasar por esta vida que conocemos sin homenajear a la Navidad bajo su particular visión. The Grandfather Of Soul grabó un par de discos de temática navideña en los años sesenta y otro más en 1999 –el penúltimo de su discografía en vida- para alegrarnos un poquito más la vida a todos los que apreciamos su legado musical y su impronta definitiva en el mundo del arte. Todavía recuerdo con congoja el triste momento en el que escuché por el cutre-telediario nacional que fallecía a los 73 años el día de Navidad del año 2006, víctima de un resfriado mal curado –parece ser que no hizo mucho caso de unos fríos que cogió el mes anterior y la cosa se complicó hasta el extremo-. Su muerte supuso todo un shock para mí, estaba cómodamente sentado en el sofá de la casa de mis progenitores descansando de algún exceso provocado por el reencuentro con unos cuantos seres queridos cuando visioné el desgraciado suceso. No lo pude asimilar en ese momento, era el primero de mis héroes que fallecía teniendo plena conciencia y conocimiento adulto de causa y supuso, sin duda, un punto de inflexión en mi vida. Sigo rezando por él y agradeciendo haber tenido la posibilidad de haberle visto actuar en vivo. Ojala su familia se ponga algún día de acuerdo, deje de comportarse de manera rastrera y permitan que su alma descanse en paz y el resto de su arte pueda ser compartida con todos nosotros.
De cualquier modo sus discos de Navidad merecen aparecer en este artículo. No son versiones de clásicos navideños ni nada por el estilo, el universo de James Brown siempre giró de otra manera. Nuestro encantador maltratador de mujeres no se podía conformar con registrar unas cuantas versiones de clásicos invernales, el bueno de James decidió inmortalizar una serie de composiciones originales que rescataban el espíritu navideño bajo su particular concepción artística. De la mano de su personal toque Funk y Soul  nos regala composiciones como “Sweet little baby boy”, donde el amigo James nos deja claro que no está dispuesto a rebajar ni un ápice el compromiso con su música y con su causa. Alguien como Brown tenía la necesidad de presentar temas propios aunque hablase de la Navidad, cosa más que loable, sobre todo en los actuales tiempos tan pueriles en los que nos rebozamos. Celebremos una vez más haber compartido espacio vital con este presidiario que comenzó su carrera suplantando al mismísimo Little Richard en su grupo musical de negros en medio de la América profunda de los cincuenta, pero eso será otra historia a contar.



Stuart Smith: “Heaven And Earth”.   1999


El primer disco del guitarrista y amigo personal de Ritchie Blackmore, al menos hasta hace unos años, Stuart Smith apareció bajo el título de “Heaven And Earth” y sirvió para denominar el proyecto posterior de dicho músico. Heaven And Earth lleva publicados tres discos hasta la fecha, todos ellos de calidad manifiesta. Nos vamos a detener en el primero, por el que siento auténtica debilidad. El amigo Stuart presentó una colección de canciones de primera, composiciones variadas y de mucha calidad. Además Smith consiguió reunir un ramillete de músicos colaboradores que tiraba de espaldas, tocaron en este disco gente del calibre de Glenn Hughes, Joe Lynn Turner, Richie Sambora, Paul Shortino o Tony Hansen entre otros; vamos, una plantilla de categoría especial y difícilmente igualable. La variedad estilística es palpable a medida que trascurre el minutaje de la obra. Podemos quedarnos con ejemplos de calidad como “Keep my grave clean”, “Memories”, “Lose my number” o la delicada “Shadow of the Tyburn tree” para darnos cuenta de que estamos ante algo importante. Rock duro con cuidadas instrumentaciones y especial gusto por la melodía para los paladares más exigentes. Todo ello coronado por una portada que me enamoró desde el mismo instante en el que la visualicé: el amigo Stuart en medio de un bosque nevado, nevado. Definitivamente demostrando buen gusto.

                                                   Stuart Smith: "Heaven and earth".



David Glen Eisley: “Stranger From The Past”.   2000


Este es otro de esos discos que no contienen canciones de temática navideña explícita, ni villancicos, ni versiones de clásicos ni nada por el estilo; sin embargo son capaces de desprender un extraño halo relacionado directamente con Santa Claus, Los Reyes Magos o Papa Noel. Este primer disco en solitario propiamente dicho del que fuese cantante de Giuffria está compuesto por un ramillete de canciones de Hard Rock melódico de muchos quilates, ideal para los fríos invernales; incluso la foto de contraportada, con un David Glen Eisley atusando el fuego de la chimenea de su salón, nos invita a sumergirnos en ese ambiente navideño tan característico de estas latitudes. Impresionante la entrada con el tema título y otras canciones de bella factura como “Sing brother” o “Can’t wait forever”. Para degustar en la intimidad.




Richie Sambora: “Stranger In This Town”.   1991


Si el disco de Stuart Smith y el de David Glen Eisley nos sugieren una sensación de ambiente invernal, este trabajo de Richie Sambora lo recrea a la perfección; la trilogía perfecta para estas fechas tan especiales. El ex guitarrista de Bon Jovi facturó a principios de los años noventa un álbum de Blues Hard Rock de muchísima calidad. Nos presentó una colección de canciones inspiradísimas repletas de melodías ganadoras sabiamente interpretadas por su personal voz, llenas de matices blues, edulcoradas de Rock con toques AOR y embellecidas con unas guitarras que adornan y complementan en su punto exacto. Todo en este disco está planteado siguiendo una intencionalidad, consiguiendo Sambora sumergir al afortunado oyente que se acerca a degustarlo en su particular visión. El que fuera su primer disco como solista nació de un puñado de composiciones que se sacó de la manga aunando esfuerzos con Jon Bon Jovi y Desmond Child. Según recuerda el propio Desmond, el fruto compositivo de esas sesiones entre los tres artistas dio como fruto seis temas: dos los usó el propio grupo Bon Jovi, dos acabaron apareciendo en el disco en solitario del propio Child titulado “Discipline” y las otras dos fueron a parar al disco solista de Richie Sambora. Uno de esos temas es “Rosie”, una gran canción con unas dobles voces en el estribillo que hacen subir enteros a un tema ya de por sí de primera división; la otra canción es “Father time”, un bonito y triste Blues con unos arreglos ciertamente interesantes que te recuerda irremediablemente a la figura paterna que envejece aunque la letra en realidad tenga poco que ver con eso.


El disco está repleto de grandes composiciones, no vamos a encontrar ningún relleno por aquí, comandadas por el tema título. El genial “Stranger in this town” es toda una declaración de principios que demuestra perfectamente de dónde viene Sambora, además de contener uno de los mejores y más inspirados solos de toda su carrera. Más de un crítico estreñido ha tildado al disco de demasiado pretencioso, por aquello de las referencias al Blues, supongo; incluso contó con la colaboración de Eric Clapton en el tema “Mr Bluesmen”, dedicado al sobrevalorado Mano lenta. Está claro que el que opine así de una obra de esta categoría seguro que no ha entendido nada de lo que se escucha entre sus surcos.
Incluso la portada impresiona, un tipo en la oscuridad de la noche apoyado en un poste con su guitarra al lado y sin ningún tipo de enunciado o leyenda que nos indique el nombre del artista o el título del Lp. Sencillamente mágico. Lamentablemente, en ediciones posteriores a algún lumbrera de la discográfica se le ocurrió escribir el nombre del artísta y el título en la portada; no sea que dejen de vender un puñado de discos más. Afortunadamente sigo conservando como oro en paño el cassette original que se publicó en su primera tirada y que conserva la portada original.


Con “Stranger In This Town” se completa nuestra particular trilogía de discos no navideños imprescindibles durante la Navidad. Solo queda seguir las instrucciones que el propio Richie nos recomienda para su uso: apagar las luces, encender una vela… y bienvenidos.

                                                 Richie Sambora: "Stranger in this town".



Electric Sun: “Earthquake”.   1979


El genio alemán Uli Jon Roth publicó tres interesantísimos discos entre finales de los setenta y principios de los ochenta con su grupo Electric Sun. Este proyecto lo formó tras dejar a los Scorpions una vez registrados los conciertos de la gira japonesa que forjaron el emblemático directo “Tokyo Tapes” de los alemanes. Este fue uno de los poquísimos casos en los que un músico abandona a una banda con éxito por “diferencias musicales” y realmente el motivo son las “diferencias musicales” –otro de los contados casos que también tiene toda la pinta de ser verdad fue el abandono de John Norum de Europe cuando estos alcanzaron el estrellato con “The Final Countdown”-; no en vano tanto Uli Roth como Schenker/Meine siempre han demostrado un exquisito respeto mutuo cuando se han referido los unos a los otros respectivamente. Estamos cansados de escuchar a músicos que dejan proyectos musicales por la tan manida expresión de las diferencias musicales cuando en realidad lo que ocurre es que no se soportan entre ellos, no han alcanzado el éxito deseado, tienen otra oferta mejor o un sinfín de motivos más, muchos de ellos de dudosa enjundia.
Nuestro querido zíngaro discípulo de las enseñanzas de Hendrix montó el interesantísimo grupo Electric Sun para dar rienda suelta a todo su universo creativo, que sentía comprometido y limitado por el incipiente estilo e identidad que estaban buscando los Scorpions de Rudolph Schenker. El primer disco que el nuevo grupo de Uli publicó respondía al acertado título de “Earthquake” y era eso mismo: un terremoto musical en el que fluían todas sus influencias de Jimi Hendrix integradas dentro del virtuosismo y primigenia visión musical del propio Roth.
No es un disco navideño ni nada por el estilo. Aparece incluido dentro de este artículo principalmente por uno de los temas que contiene, hablamos de la canción “Winterdays”. Este corte, como su propio nombre indica, trata sobre los días de invierno. Lo curioso del asunto es que es una pieza de corta duración, apenas alcanza el par de minutos, e instrumental; sin embargo, en ese escaso espacio de tiempo es capaz de evocarnos toda una serie de sensaciones relacionadas con esta época del año. No hace falta ningún texto alusivo a los fríos o las chimeneas, la guitarra de Uli susurra y evoca con maestría la fotografía de los copos de nieve cayendo en mitad del bosque creando un suave manto blanco que parece que alcanzas a visualizar desde la ventana de una pequeña habitación calentada por el calor de una hoguera en la chimenea que se encuentra al lado del sofá. Delicioso.

                                                         Electric Sun: "Winterdays".