Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

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miércoles, 27 de septiembre de 2017

Graham Bonnet por partida doble en España. “I’ll go crazy”.


Siempre es un placer hablar de Graham Bonnet. Este vocalista tan singular está completamente de actualidad en estos días. Hace apenas unos meses que ha publicado su primer disco y vídeo en directo como solista en el que repasa su dilatada discografía, en solitario o formando parte de algunos de los importantes grupos en los que ha puesto a disposición su espectacular voz. Una carrera discográfica trufada de grandes canciones y éxitos con su propia banda y/o en compañía de músicos de la talla de Ritchie Blackmore, Michael Schenker, Yngwie Malmsteen, Steve Vai, Chris Impelliteri, Micky Moody o Cozy Powell, solo por citar unos cuantos ejemplos. Pocos, muy pocos –prácticamente ninguno diría yo- vocalistas pueden presumir del palmarés del amigo Graham; por algo será.


Este momento de actualidad de Bonnet se refleja en España todavía con más intensidad. Además de este nuevo y primer cd/dvd en directo con su grupo en solitario, el hombre con el chorro de voz más potente del planeta se presenta este otoño en los escenarios españoles por partida doble: primero con el Michael Schenker Fest a finales de Octubre y seguidamente con su grupo en solitario presentando un show especial de Alcatrazz a principios de Diciembre. Lo de Schenker es un asunto de importante catadura, el siempre imprevisible guitarrista alemán nos visita presentando un show homenaje a su recorrido musical acompañado por tres de sus cantantes más emblemáticos: Gary Barden, Robin McAuley y Graham Bonnet; casi na. En lo que respecta a la gira en solitario, a Bonnet y a su banda le acompañan para esta ocasión el miembro original de Alcatrazz Jimmy Waldo y el guitarrista Joey Tafolla, otro de esos músicos de calidad extraordinaria. Además de su habitual set list, la ocasión es especial porque cada noche interpretarán en directo un repertorio especial de Alcatrazz. Esta banda que montó Graham en los ochenta y en la que militaron tipos como Yngwie Malmsteen o Steve Vai nos legaron tres discos, siendo los dos primeros referencias básicas para siguientes generaciones de músicos; tanto “No Parole From Rock n’Roll” con Yngwie como “Disturbing The Peace” con Vai han ayudado a forjar las inquietudes artísticas de miles de guitarristas que no dudan en citarlos entre sus referencias.

                      Graham Bonnet Band: J.Waldo, G.Bonnet, B.A.Heavenstone, J.Tafolla y M Benquechea.

La carrera de Graham Bonnet ha sufrido muchos altibajos a lo largo de todos estos años. Un tipo que comenzó cantando canciones acarameladas en los sesenta y que fue descubierto para el Rock n’Roll por un Ritchie Blackmore que se quedó de piedra cuando escuchó por primera vez el poderoso manantial de voz que se gastaba ya por entonces Bonnet. Estamos en 1978. Ritchie había despedido a Ronnie Dio de sus Rainbow y necesitaba desesperadamente un sustituto de categoría, incluso llegó a presentarse una noche en la puerta de la casa de Ian Gillan para ofrecerle el puesto de vocalista de Rainbow. La historia es tan cachonda y delirante como casi todas las que tienen en su haber la dupla Blackmore/Gillan. Ritchie y su novia fueron una noche a ver a Gillan en su casa. Blackmore llamó al timbre y un sorprendido Ian le abrió la puerta, al preguntar Gillan por la novia de Blackmore, este le dijo que se había quedado una manzanas atrás… por si el propio Ian decidía pegarse con Ritchie nada más verle. Recordemos que Gillan abandonó Purple tan solo unos años antes cansado de discutir con Ritchie. Ian invitó a pasar a la pareja y estuvieron charlando. Blackmore le pidió a Gillan unirse a Rainbow para poder conquistar el mercado americano, a lo que nuestro querido Garganta de Plata respondió invitando al irascible The Man In Black a dejar Rainbow para unirse a su Gillan Band; para no echar gota. ¿Cómo no van a seguir tirándose puyas a través de la prensa aunque ya tengan más de setenta años? Estos dos tienen tanta bilis acumulada gracias al otro como para seguir durante varias vidas moviéndose en estos términos. Durante esos días el cortejo de Ritchie hacia Ian incluyó que el primero se subiera varias veces a tocar con la banda de Gillan en directo durante los bises, lo que tiene su punto si consideramos cómo odia Blackmore compartir escenario con otros guitarristas. Finalmente Gillan prefirió seguir con su grupo y dejó a Blackmore perdido en su búsqueda de cantante… hasta que llegó a sus oídos uno de los temas interpretados por un tal Graham Bonnet. Este cantante no tenía nada que ver con el circuito de Rock ni por asomo; es más, nunca había oído hablar de Rainbow y debió aprenderse los temas para la prueba con el grupo. Nada encajaba, Graham no cantaba Rock, apenas conocía la existencia de Deep Purple y su estética no tenía nada que ver con los pelos largos. Bonnet siempre ha lucido un look a lo James Dean y no llevar pelo largo si tocabas Rock en los primeros ochenta era considerado casi una afrenta. Sin embargo, la voz de este tipo nació para interpretar Hard Rock. Rainbow publicó el excelente disco “Down To Earth” con Bonnet a la voz y fue todo un éxito. Ritchie Blackmore volvió a acertar, contra viento y marea, como siempre. Desde ese momento Graham Bonnet abrazó el Rock y ahí sigue, mezclándolo con sus otras referencias musicales y haciéndonos felices a muchos de nosotros. Graham Bonnet solo permaneció junto a Ritchie durante un año y, como os podéis imaginar, se podrían utilizar ríos de tinta para comentar los mil y un avatares que vivieron a lo largo de ese año. Habrá que retomar este tema en otro momento. Para todo aquel lector ávido de conocimientos relativos a estos asuntos, os aconsejo manosear la reciente biografía que ha publicado el propio Bonnet. El artefacto responde al título de "The Story Behind The Shades" y solo puedo decir que va a ser la lectura perfecta para acompañarme durante este otoño mientras escucho cada uno de los discos de este señor entre actuación y actuación suya.


La irregularidad de su carrera artística parece que se ha quedado atrás afortunadamente. En los últimos años ha vuelto a reactivar su grupo en solitario, dotándolo de estabilidad en la formación, sacando discos y actuando en directo. Además, ha retomado su relación con Michael Schenker y le suele acompañar en algunas giras. Por otro lado su voz, sometida a todo tipo de excesos durante años, se encuentra en un estado de forma formidable. Graham también ha sido presa de sus propios demonios personales durante años, pero parece que en la actualidad ha encontrado un equilibrio que le hace disfrutar plenamente de esto de la música. En el pasado no logró encontrar continuidad con ninguno de los grupos en los que estuvo, pese a grabar auténticas joyas con ellos. Mucha gente le dio de lado y pintaron bastos en su vida muchas veces. El propio Blackmore se dedicó a hablar mal de él a todo el que pudo dentro de la industria discográfica una vez Bonnet dejó Rainbow, algo tristemente habitual en el Hombre de Negro. Los noventa y principios del nuevo siglo no fueron los mejores en términos musicales para nuestro hombre, no encontraba esa necesaria continuidad con los proyectos en los que participaba –y repito que calidad le sobraba-, grupos como Taz Taylor, Impelliteri o los Blackthorne y su pedazo de disco “Afterlife” merecieron mejor suerte, por citar solo unos ejemplos. Todavía recuerdo cuando le fui a ver en directo con Dario Mollo y Don Airey en un proyecto llamado Graham Bonnet & Don Airey Band. Por aquel entonces pocos promotores europeos apostaban por Bonnet y tuvimos que desplazarnos hasta Barcelona para ver su actuación en directo. Una vez más Barcelona. Me desplacé a la ciudad de Gaudí para ver en directo a la formación clásica de Deep Purple cuando se volvieron a reunir en 1993. Todo salió mal, todo. Suspendieron el concierto y me enteré al bajar de la estación. Eran otros tiempos y la información no volaba al instante como ahora. Más tarde me enteré de que el grupo de Blackmore llegó a pisar tierras hispanas, pero discutieron y no tocaron. Otro día relataré con detenimiento el tramo de la gira española de la reunión Purple 93 “The Battle Rages On”, que también da para unas cuantas letras. El caso es que le cogí tal aversión a Barcelona que decidí no volver a pisarla jamás… salvo para ver algún otro concierto de esos realmente importantes; cada uno tiene su lista particular, imagino. Pues resulta que no volví a tierras catalanas hasta ocho años después y fue con motivo del concierto de Graham Bonnet. El primer día de Diciembre de 2001, en la sala Bikini. Recuerdo que la afluencia de público fue escasa, que Graham y Don Airey salieron antes de su actuación para saludar al público y casi nadie sabía quién era Don. Esta es nuestra cultura musical. Ofrecieron un show soberbio y Graham cantó como solo él puede. Un consejo: cuando os topéis con la posibilidad de ver en directo a Bonnet, no lo dudéis ni un instante si este hombre significa algo para vosotros. Y nunca, nunca, os fieis de las críticas que salen publicadas a posteriori. No entiendo los porqués, pero generalmente no suelen hacer justicia a la voz de nuestro intrépido vocalista. Para muestra un botón: concierto de Madrid hace tres años, Graham Bonnet ofreció un recital de voz de primera categoría y cuál fue mi sorpresa cuando en los días sucesivos la gente con la que conversaba sobre el evento me decía que habían leído aquí o allá que el concierto no fue bueno, que la voz no fue esto o que el repertorio fue lo otro. Tonterías. Estuve en la sala Arena, Heíneken o como quieran llamarla, sé lo que entró por mi oreja y no tengo problema en discutirlo con todo el que quiera.


En el título del artículo aparece la canción “I’ll go crazy”. El motivo es que ha sido el tema que he tenido en mente mientras he estado escribiendo estas líneas sobre nuestro querido Graham. La versión de esta espectacular canción de James Brown apareció en el disco “Here Comes The Night” que Bonnet publicó a principios de los noventa, otro álbum que pasó completamente desapercibido pese a contener material de gran calidad. Rescatamos este tema como muestra de la capacidad vocal de nuestro hombre, además de su buen gusto a la hora de seleccionar la música a interpretar. Pese a abrazar el Rock duro Graham siempre tiene presente a gente como los Beatles o el propio James Brown. Un tipo con un background musical que ya lo quisieran otros que van por ahí colgándose medallas obtenidas de antemano.


                                               Graham Bonnet: "I'll go crazy".


martes, 20 de septiembre de 2016

Graham Bonnet. Una voz sobrenatural.


Hoy es un día perfecto para dedicarle unas cuantas líneas a ese irrepetible cantante que ha puesto su voz al servicio de algunas de las canciones más representativas de la música de los últimos cuarenta años y que responde al nombre de Graham Bonnet. Nuestro querido vocalista lleva un tiempo anunciando la publicación de su autobiografía y parece que finalmente va a ver la luz en breve. A su vez está a punto de publicar un nuevo disco en estudio con su actual grupo llamado “The Book”, un título que encaja perfectamente con su esperado manuscrito personal. Pocas personas tienen más cosas que contar que un Graham Bonnet que ha tenido la suerte de codearse con músicos del panorama artístico tan ilustres como Steve Vai, Michael Schenker, Yngwie Malmsteen, Bee Gees, Cozy Powell, Don Airey, Roger Glover, Ray Fenwick, Micky Moody, Jon Lord o Ritchie Blackmore; casi na. La lista de anécdotas y situaciones curiosas debe ser atómica. Y por si fuera poco en breve volverá a visitar nuestro país para promocionar el lanzamiento de este nuevo disco.


Graham Bonnet es un tipo con una voz privilegiada, de esas de una entre un millón. Empezó su carrera a finales de los sesenta grabando diversos singles de clásicos y otras canciones bajo el estilo propio que se llevaba en aquellos años; era la época de los grupos vocales con melodías edulcoradas que triunfaban en las listas de éxitos. El bueno de Graham incluso consiguió colocar la canción “Only one woman” en el número cinco de las listas inglesas en 1968 de la mano del grupo The Marbles, un combo vocal que lideraba junto a su primo Trevor Gordon. Dicho tema fue compuesto por los Bee Gees, con los que Graham siguió trabajando posteriormente. Por aquel entonces la relación de Bonnet con el Rock duro era nula. Todo esto cambió allá por 1978 cuando Ritchie Blackmore, que buscaba vocalista para sustituir a Ronnie Dio en su arcoíris, escuchó la portentosa voz de Graham en uno de los singles de The Marbles. Lo fichó para el grupo, grabaron “Down To Earth” y el resto es historia. Incluso nuestro querido Bonnet tuvo que escucharse los discos del grupo porque no había escuchado nada de Rainbow antes.

                                                  The Marbles: Graham Bonnet y Trevor Gordon.

                          Rainbow: Ritchie Blackmore, Cozy Powell, Roger Glover, Graham Bonnet y Don Airey.

Aunque Graham Bonnet había llevado el pelo algo largo años atrás, su imagen con pelo corto y chaqueta americana no casaba en absoluto con la estética tan agobiantemente marcada del Hard Rock y Heavy Metal de esos años. Sin problemas. En cuanto Bonnet abrió la boca para cantar se disiparon todas las dudas. El chorro de voz que Graham posee es algo muy poco común dentro del variado universo de la especie de los cantantes. Bonnet, además de disfrutar de un increíble torrente vocal, es capaz de cantar en unos tonos muy elevados sin apenas forzar el falsete; simplemente su voz empieza ahí arriba. El resultado es un rango vocal fuera de serie junto con una potencia que asemeja a un fuerte chorro de agua que sale a borbotones del manantial. En su día se comentó que Ronnie James Dio constituía el lirismo y la fuerza de Rainbow mientras que Graham Bonnet representaba la potencia desbocada. El propio Blackmore, cuando le preguntaron por qué habían fichado a alguien que no venía del mundo del Hard Rock como Bonnet, se limitó a responder que el motivo era que podía cantar en mi agudo. El problema de tener este rango vocal tan inhumano es que si pones el listón demasiado alto desde el principio siempre te van a exigir más que a nadie. De cantantes como Bob Dylan o Robert Plant seguro que nadie se queja especialmente en la actualidad por sus capacidades vocales, mientras que tenemos que estar aguantando siempre comparaciones y comentarios –a veces incluso despectivos- de vocalistas como Rob Halford, Ian Gillan o David Coverdale. Me gustaría que Plant o Dylan tuviesen que cantar cosas como “Assault attack”, “Hiroshima mon alour” o “Love’s no friend”, veríamos qué pasaba. Pero esto es marginal.


Pocos músicos pueden presumir de haber grabado una trilogía como la que atesora Bonnet. Nuestro querido Graham puso la voz en el disco “Down To Earth” de Rainbow, “Assault Attack” de MSG y “No Parole From Rock n Roll” de Alcatrazz. Hablamos de tres de los discos más importantes del Rock de los últimos cuarenta años y esto no es una cuestión baladí.


Actualmente ya se han superado muchos estereotipos rancios en cuanto a la imagen y la vestimenta de los músicos de Rock duro, pero hubo un tiempo pasado en el que este asunto era considerado casi como una religión y salirse de los cánones de las vestimentas heavys se podía considerar anatema. En este sentido el look de Graham Bonnet rompía completamente los moldes –como su voz-. Graham vestía camisas de botones con corbata y americana pero sobre todo… llevaba el pelo corto; esto ya eran palabras mayores para los heavys ochenteros, los auténticos y genuinos con sus pantalones ajustados, su chupa vaquera llena de parches y sus melenas al viento. Aquellos añorados años. La imagen de Bonnet tenía mucha relación con la de otro icono cinematográfico: el tristemente malogrado James Dean. Lo cierto es que Graham se identificaba bastante con esa imagen de espíritu libre y rebelde de Dean, de hecho le compuso la canción “Will you be home tonight”, del disco “Disturbing The Peace” de Alcatrazz, en su honor y memoria. 

                                              Graham Bonnet.                                         James Dean.

La cantidad de anécdotas que sufrió el bueno de Bonnet a este respecto seguro que tiene algún apartado en su esperada autobiografía. Comenta Blackmore que cuando le ficharon para Rainbow le comentaron que su público esperaba de ellos una imagen determinada y que el pelo largo era uno de los principales referentes. Parce ser que Graham rehusó dejarse crecer el pelo y siempre buscaba cualquier excusa peregrina para acudir al peluquero. Una vez, según cuenta el propio Ritchie, su personal intentó que Bonnet no se cortase el pelo, por lo que no le dejaban nunca solo. Ante esta situación nuestro querido Graham, en cualquier hotel en medio de la gira, se metió en un momento dado dentro del baño mientras sus compañeros le esperaban fuera. Al ver que no salía uno de ellos decidió ir a buscarle y su sorpresa fue mayúscula cuando comprobó que Bonnet se había escapado por la ventana para ir a cortarse el dichoso pelo que tanto debía agobiarle. Y lo más cachondo del asunto es que Graham Bonnet llevaba el pelo largo en sus inicios. Qué haríamos sin las estrafalarias historias de nuestro querido Ritchie Blackmore.


El anecdotario de Graham Bonnet al respecto de los grupos y músicos con los que ha compartido escenarios es bastante amplio. Son muy conocidos los problemas que tuvo en el pasado con el consumo de alcohol. Durante el primer concierto que hizo con el grupo de Michael Schenker en Sheffield parece ser que salió a escena en condiciones difíciles. El propio Bonnet recuerda que había estado bebiendo durante todo el día y tuvo una fuerte disputa con Michael antes del show. Por otro lado tenía unos apuntes de las letras de los temas en el escenario y desaparecieron tras la primera canción. Pero no fue ese el peor problema, en un momento determinado de la actuación se rompió la bragueta de su pantalón y el bueno de Graham –que comenta que no suele llevar ropa interior- le enseñó a las sorprendidas primeras filas del público de Sheffield una parte de su anatomía bastante íntima; difícil superar esto en tu primer día de trabajo frente a tu jefe. Tras estos incidentes tuvo otra fuerte discusión al finalizar el concierto con el propio Michael –otro angelito-  y fue expulsado del grupo, volviendo nuevamente a la banda Gary Barden para el concierto del Festival de Reading que tenían tan solo un par de días después. 

                                     MSG: Chris Glenn. Graham Bonnet, Michael Schenker y Ted McKenna.

                                                        Graham Bonnet y Michael Schenker. 2015

Roger Glover solía bromear con Blackmore comentando que Dios le había dado un gran don a Graham Bonnet –refiriéndose a su voz-, pero le había quitado todo lo demás. Muy cachondos estos Rainbow. El propio Bonnet recuerda que las relaciones personales dentro de Rainbow estaban salpicadas de constantes bromas a cuál más pesada. Siempre se llevó especialmente bien con Cozy Powell, otro espíritu indómito como el suyo. Recuerda Bonnet que Cozy solía correr mucho con los coches que conducía –desgraciadamente murió en un accidente de tráfico al salirse de la mediana por exceso de velocidad en un fatídico día de lluvia- y siempre que quería llegar pronto a un sitio sabía que había que montarse en el coche del bueno de Cozy. De hecho uno de los motivos de su marcha de Rainbow fue que se desbandó esa formación con la que estaba tan cómodo. El propio Ritchie, en uno de sus innumerables gestos angelicales, parece ser que les fue diciendo a su entorno musical y de la industria discográfica que Graham Bonnet no era más que un borracho y que no se podía trabajar con él. Imagino que Blackmore no fue capaz de asumir que se acababa de separar de un cantante irremplazable. 

                                                  Michael Schenker, Graham Bonnet y Cozy Powell.

Otras anécdotas de las que ha hablado en estos años le han ocurrido con Yngwie Malmsteen. Recordemos que Malmsteen fue reclutado por Alcatrazz, el nuevo grupo que había formado Bonnet tras su espantada de Michael Schenker, cuando Yngwie apenas era un tierno adolescente que se había mudado a América a probar fortuna como guitarrista. Malmsteen duró un año escaso en la banda, tiempo suficiente para grabar esa joya llamada “No Parole From Rock n Roll” y cimentar el propio legado de Alcatrazz. Lo cierto es que han pasado un montón de años sin que vuelvan a colaborar juntos, imagino que será complicado sobre todo por el tema de los egos con Malmsteen. Lo gracioso es que Bonnet ha comentado en alguna ocasión que Yngwie tiene el teléfono de Graham y le ha llamado alguna vez a altas horas de la madrugada para preguntarle qué estaba haciendo, a lo que nuestro querido Bonnet le respondió que dormir. Grande Graham Bonnet. Desde luego que va a resultar una lectura interesante todo lo que decida contarnos Graham sobre su dilatada carrera musical.

                       Alcatrazz: Yngwie Malmsteen, Jan Uvena, Jimmy Waldo, Graham Bonnet y Gary Shea.

El recorrido musical de Graham Bonnet ha sido de lo más variopinto durante todos estos largos años. Lo que está claro es que siempre se ha rodeado de músicos, colaboradores y proyectos que han asegurado un nivel de calidad muy elevado. Todavía recuerdo cuando se anunció el super grupo BlackthorneBob Kulick, Graham Bonnet, Frankie Banali, Chuck Wright y Jimmy Waldo- y salió al mercado ese pedazo de trallazo titulado “Afterlife”, capaz de sacar a un muerto de su tumba. Ese proyecto siempre me obsesionó: música con una base rítmica brutal, guitarras Hard Rock clásicas y poderosas, caña y rabia por los cuatro costados mezcladas con acertadísimas melodías… y la voz desgarrada de Graham Bonnet ofreciendo una lección tras otra. No entiendo qué demonios pintaba por ahí un teclista –que hasta salía en la foto promocional del grupo- porque no había ningún teclado en todo el disco, si me apuras los primeros segundos de la intro y final del tema “Afterlife”, un pedazo de canción que tiene ese sabor épico a lo “Stargazer” de Rainbow pero lleno de furia. Desgraciadamente este proyecto duró medio telediario en un ejemplo más de lo injusta que es la industria musical. El grupo parece ser que ofreció dos o tres conciertos solamente, aunque en estos días inesperadamente acaba de salir un doble cd que contiene las demos de lo que podría haber sido el segundo disco del grupo y que acabó en algunos de los cortes del disco “Murderer’s Row”, nuevo grupo que formó el incansable Bob Kulick junto con el vocalista David Glen Eisley tras la desbandada de Bonnet. Definitivamente habrá que volver a hablar de la historia de este grupo en otro momento.

                                                             Blackthorne: "Afterlife".

De cualquier modo siempre me quedaré con la interpretación que hizo del tema “Will you still love me tomorrow”, aparecido en su primer disco en solitario y en el que demuestra que tiene una voz única y bendecida por la gracia divina. De hecho a Blackmore le gustaba interpretar este tema en sus conciertos de Rainbow cuando Graham estaba a las voces. Una voz bonita, melódica, elevada, desgarrada e irrepetible, tocada directamente por el dedo de Dios.

                              Graham Bonnet: "Will you still love me tomorrow". Atentos al minuto 2,03-2,16