Dentro
de unas pocas horas la banda del rubio guitarrista Adrian Vandenberg, los Moonkings,
iniciará su primer y único concierto español en la madrileña sala Arena. Cita obligada.
Vandenberg's Moonkings
El
genial guitarrista holandés siempre va a estar ligado al grupo Whitesnake y a su singular cantante David Coverdale, con ellos disfrutó los
días de gloria y ventas de platino de finales de los ochenta. No en vano es
hasta ahora el guitarrista que más tiempo ha estado junto a Coverdale y a su Serpiente Blanca, catorce
años (1986-99) con algún que otro intervalo. Participó en el superventas “1987”, “Slip of the Tongue”, “Greatest
Hits”, “Restless Heart” y “Starkers in Tokyo”.
Lo cierto es que estos días no me los puedo quitar de la cabeza debido a la
maravillosa canción que ambos se sacaron de la manga: “Sailing Ships”. Pasó totalmente desapercibida dentro del disco “Slip of the Tongue” y de las
virguerías de Steve Vai (otro
genio). Aunque no me estoy refiriendo a la estupenda versión de estudio, hablo de
la interpretación que el dúo ofreció en el que constituye uno de los mejores
discos de toda la carrera de Whitesnake: el delicado directo acústico “Starkers
in Tokyo”. Lo grabaron en directo en un salón de la compañía de discos en
la capital japonesa. Aquí no hay trampa ni cartón, ni efectos ni dobles voces
ni ecos ni historias, solo una guitarra acústica y la increíble voz de Coverdale. A lo largo de los escasos
cuarenta minutos que dura esta joya, David
nos desnuda su alma demostrando que tiene la voz con más cuerpo y matices que
este humilde escriba haya escuchado jamás, mientras Vandenberg le acompaña creando una atmósfera única con su elegancia
y buen gusto a las seis cuerdas.
No me malinterpreteis, me encanta el David Coverdale de la furia desbocada y los agudos estratosféricos,
lo que pasa es que ni esa es su verdadera voz ni puede defender esos agudos
en directo. Sin embargo, cuando se deja de tonterías y baja el tono, sube la
emoción gracias a esa deliciosa gama de matices con la que fue bendecido su registro
vocal.
Este concierto acústico es una rara gema porque es único,
solo ha repetido esta delicatessen cuando hizo una gira promocional por Europa
para su directo “Still in the Night”.
Vino a tocar a la FNAC del madrileño
barrio de Callao. Concierto gratuito para unas afortunadas sesenta personas, yo
me quedé fuera en la cola, claro, como otros cientos más. Pude ver en un cutre
televisor casi sin sonido, cortesía de nuestro queridísimo centro comercial, algo
del concierto hasta que, por motivos que no vienen al caso, tuve que marchar a
una cita ineludible; recuerdo una interpretación acústica del tema “Ain’t gonna cry no more” que me puso
los pelos de punta.
Solo espero que en el futuro se haga justicia y estos dos
personajes vuelvan a juntarse en algún momento de sus vidas para ofrecer esa
actuación acústica que saben que me deben, a mí y a miles de personas más.