“Cuando era pequeña no decía
“quiero ser actriz”, decía “quiero ser artista”. Me gustaba mucho la música. Me
decanté por el teatro. La música pasó a ser una especie de asignatura
pendiente, como un sueño utópico que jamás pensé que acabase haciendo
realidad.”
“La sensación no solo de
cantar, sino de vivir y vibrar con un grupo de Rock encima de un escenario es una de las sensaciones de adrenalina
más fuertes que se pueden tener.”
“En Rico & Roll no tenemos un repertorio cerrado, nos gusta ir
cambiando cosas aquí y allá. Es interesante tener un punto de variedad, siempre
desde el enfoque del Rock.”
“Si tienes inquietud por Rico & Roll lo mejor es que asistas
a uno de nuestros shows. Si te gusta el Rock
no te va a defraudar. No sé exactamente qué se puede llevar el que venga a
vernos, lo que es seguro es que nosotros vamos a ofrecer diversión, adrenalina
y buen Rock n’Roll.”
“Es un espectáculo de
mujeres hecho para mujeres, aunque nos van a ver muchos hombres que también manifiestan
esa emoción. Para concienciar primero debes informar y debes hacerlo de tal
modo llegue por los ojos, los oídos y el corazón. Pienso que Ellas Dan La Nota hace bastante bien
esto.”
“Tener una cara conocida es
un privilegio que no me puede servir solo para mirarme al espejo. Si eres
conocida lo que dices puede tener algo más de repercusión. Me resultaría
inmoral no aprovechar esta posibilidad de ser un altavoz para toda esa gente que
no se puede hacer oír y lo necesita.”
“El hecho de poder ayudar te
hace valorar las cosas desde otra perspectiva. Dicen que no se puede
experimentar la felicidad y la gratuidad hasta que no haces algo por alguien
que no puede hacer nada por ti.”
Recientemente hemos tenido la posibilidad de entrevistar a la artista Beatriz Rico. Esta conocida actriz española
de cine y teatro mantiene desde siempre su pasión por el Rock. Hace algunos años se decidió a cumplir su deseo de subirse a
un escenario para cantar Rock n’Roll
y, desde entonces, lo compagina con los rodajes y representaciones teatrales. Es
la cantante del grupo Rico & Roll
y tuvo la gentileza de concedernos parte de su tiempo para realizar una
entrevista de las que nos gustan, analizando su carrera e inquietudes musicales,
artísticas y humanas. Una mujer íntegra, con un arraigado compromiso social con
los más desfavorecidos y contra las injusticias de nuestro tiempo, que
encuentra la clave para compaginar los diferentes mundos que la apasionan.
-¿Cuándo te interesaste por la música?
Tengo un recuerdo de cuando era muy pequeña, no sé la edad exacta,
pero me acuerdo de ver el bote de laca Nely de mi madre muy grande. Me
ponía frente al espejo para imitar a Pat
Benatar, concretamente mientras sonaba el tema “Fire and ice”; ese es mi primer recuerdo de Rock. Después me ha marcado mucho el Rock de los años ochenta, que me cogió en plena adolescencia. Mi
banda sonora de esos años era plenamente de Rock duro. Ahora me siento más cerca del Hard Rock, pero en mi adolescencia era muy metalera. Recuerdo esos años muy marcados por grupos como Barón Rojo o Judas Priest; quién me iba a decir por aquel entonces que acabaría
conociendo a gente como José Martos
u otros músicos de esta escena.
-¿Qué tipo de música o artistas te interesaron o te han marcado?
Mi infancia estuvo marcada por la buena música, fui muy afortunada en
ese sentido. Tengo un tío que era algo así como el hippy de la familia, era el tío de las melenas y las barbas que
viajaba mucho por el mundo. Solía traerme regalos de sus viajes y entre ellos
siempre había vinilos de los Beatles.
Desde el ámbito familiar tuve la fortuna de que me inculcaron la buena música;
yo misma intento hacer lo mismo ahora con mi hijo, pero me está costando mucho
jaja. Además de los Beatles he sido
mucho de los Rolling Stones. También
he seguido desde siempre a Tina Turner,
me gustaba su fuerza, su voz y sus temas. He ido evolucionando desde los cascos
del walkman de cassette hasta el
ipod, pero siempre escuchando a Tina
Turner. Rolling, Beatles o AC/DC,
que es otro de mis referentes; de hecho solemos hacer en directo su canción “You shook me all night long”.
-¿Han cambiado tus gustos con respecto a los grupos que escuchas
actualmente?
Que va, lo que me gustaba antes me sigue gustando ahora. En cuanto a
ir añadiendo nuevos artistas; no sé. Si te digo que escucho mucho a Rosendo me puedes comentar que no es
actual, pero si lo comparas con gente como la Credence o los Beatles
la diferencia en el tiempo es clara. Reconozco –y lo digo en los conciertos-
que soy de las antiguas: pienso que ya no se hace música como antes. Los años
setenta y ochenta supusieron una explosión de creatividad en el rock, fue una
época muy fructífera. Puede que me haya cerrado un poco, pero lo cierto es que
la música de esos años es la que más me motiva; es la música que siempre
escuché en el coche, en mis cascos y la que siempre quise cantar. Es cierto que
hoy en día escuchando a gente como Fito
o Foo Fighters también hay mucha
calidad. Puede que sea algo cómoda y vaya a lo que sé que me gusta seguro.
-¿En qué momento te decidiste a cantar
y a hacerlo profesionalmente?
Esa inquietud la tuve siempre. Cuando era pequeña no decía “quiero ser
actriz”, decía “quiero ser artista”. Me gustaba mucho la música. La cuestión
fue que cuando dejé Asturias para venir a Madrid las facetas artísticas estaban
mucho más compartimentadas y diferenciadas que ahora; de hecho tuve que dejar
los programas infantiles porque veía que enseguida te ponían la etiqueta de
presentadora infantil y eso podía cerrarme las puertas a ser actriz. Te
encasillaban rápidamente. Al venir a Madrid me tiraba la música y la
interpretación, pero es cierto que de cara a mi familia debía elegir entre las
dos cosas y centrarme en un objetivo específico. Aunque desde mi familia el
aspecto artístico estaba bien considerado, tenían los lógicos miedos y querían
que focalizase mis esfuerzos en una dirección. Si te digo la verdad me decanté
por la interpretación porque a priori parecía algo más serio, estudiar a los
clásicos y todo eso; incluso mi familia también lo veía de ese modo. En esos
momentos tenía claro que debía elegir entre estos dos mundos. Me decanté por el
teatro, centrando mis estudios y esfuerzos en esa dirección. La música pasó a
ser una especie de asignatura pendiente, como un sueño utópico que jamás pensé
que acabase haciendo realidad.
-¿Tuviste algún problema con tu familia cuando decidiste dedicarte al
mundo del arte de un modo profesional?
La verdad es que no especialmente. Cuando tienes cinco añitos y dices
que quieres ser artista a todo el mundo le hace mucha gracia, te ponen a imitar a
artistas en el salón de casa y todo eso. Cuando lo dices a una edad más adulta
surgen los lógicos miedos e inseguridades, sobre todo si no resides en Madrid.
Mis padres comprobaron que no se trataba de un hobby, sino que lo tenía muy
claro y dedicaba todos mis esfuerzos a ello. Siempre les decía que en cuanto
terminase BUP y COU me quería marchar a Madrid a perseguir mi sueño. No me
pusieron pegas pero sufrieron mucho –ahora me doy cuenta cuando me toca ser
madre–, mis padres me apoyaron desde siempre en todo.
-¿Cuándo te subiste por primera vez sobre un escenario para
cantar? ¿Qué sensaciones experimentaste?
Tenía amigos que tocaban en grupos, me acuerdo de Terapia Nacional cuando se disolvieron y Chuchi se metió en otra banda muy roquera. Estos amigos me dejaban
subirme al escenario con ellos de vez en cuando para hacer algún tema. Como
dice el título del Ep de Be Rock,
titulado “Sueños Que No Caducan”,
cuando tienes un sueño o una pasión y la persigues, puede que se acabe haciendo
realidad. La vida te da las cosas cuando decide que es el momento, no cuando tú
quieres. No se puede decir que forzase nada, daba clases de canto con gente
como Joaquín de Iguana Tango pero lo hacía porque me gustaba cantar. Nunca pensé
que pudiese cumplir mi sueño de tener una banda de Rock en la que cantase encima de un escenario. La sensación no solo
de cantar, sino de vivir y vibrar con un grupo de Rock encima de un escenario es una de las sensaciones de adrenalina
más fuertes que se pueden tener. No lo puedo explicar de otro modo, es como una
comunión entre todos los que reúnen en el concierto, es adrenalina pura.
-¿Diferencias y similitudes entre subirte a un escenario a cantar o a
actuar?
Con el rock soy mucho más libre, lo vivo desde el estómago. Cuando
hago teatro disfruto mucho el silencio del público, el respeto, esa energía que
te da el saber que estoy haciendo lo que me gusta, pero estoy más encorsetada.
Soy muy activa y a veces, cuando llevas mucho tiempo con la misma obra en
cartel, llega un punto en el que te agota un poco no poder cambiar el registro.
Si hablamos de Rock la perspectiva
es completamente distinta, cada concierto es totalmente diferente y eres libre.
Durante una representación teatral el actor tiene un componente de contención y
concentración total, mientras que en el Rock
desatas todo en el escenario. Es como una especie de terapia jaja.
-Son distintas emociones.
Me desahogo y lo vivo de manera más intensa e inmediata con el Rock. El teatro tiene otra serie de
recompensas, igual de válidas pero diferentes.
-No es fácil mantener preparada la voz para el directo ¿Cuidas tu voz
de alguna manera?
Tomé clases de canto con Miguel
Tubía y con Joaquín Padilla de Iguana Tango, actualmente lo hago con Bárbara Black. Me he cuidado la voz
desde siempre, llevo haciendo teatro y subida a un escenario desde muy pequeña.
Sufres mucho en un escenario si tienes afonía o cualquier problema relacionado
con la voz, todos los actores somos un poco paranoicos en ese sentido. Antes
daba clases por gusto y ahora lo hago porque quiero cantar lo mejor posible. No
me considero cantante profesional -aunque Bárbara
me diga que no es cierto, que soy cantante porque me subo a un escenario y me
sigo formando para adquirir nuevos conocimientos-. Antes lo veía desde fuera y
ahora lo hago desde dentro. Siempre me ha llegado más un cantante con actitud y
que me transmitiera emociones que otro que dé el tono perfecto o que no falle
en ninguna nota. Al principio me obsesionaba mucho, imagino que por la
disciplina del teatro, con poner todas las notas. Ahora pienso que mucha gente
que asiste a un concierto de Rock
busca las sensaciones o la adrenalina del directo más que estar pendiente de si
tu interpretación es perfecta desde un punto de vista técnico. Sufro mucho
cuando me veo en youtube y encuentro algo de mi actuación que no me gusta,
aunque luego la gente me dice que lo importante es que el público está
disfrutando y pasándolo bien. Se trata de encontrar un cierto equilibrio.
-Está por un lado el intérprete brillante y capaz de clavar toda la cuestión
técnica, y por otro lado el que no destaca por su faceta técnica pero presenta
otras virtudes.
Hay una faceta muy emocional que tiene mucho que ver con ser capaz de
transmitir una experiencia única y vital. Generalmente me encuentro tan metida
en la actuación, siento tanta interactuación con el público, que se me olvida
determinada cuestión técnica. Muchas veces prefiero pegarme una carrera hasta
acercarme a la guitarra de Martin y
vivir con él ese momento que estar pendiente de la nota que tengo que dar. Me
sale natural y de dentro, pienso que el público lo vive contigo y también lo
valora. Con esto no justifico en absoluto meter la pata, de hecho todos
intentamos fallar lo mínimo. Lo que pasa es que el directo no tiene nada que
ver con estar en un estudio, dónde puedes trabajar y repetir cualquier toma
hasta que salga la adecuada. En directo le pasa a todo el mundo que
determinadas cosas no salgan como en el estudio; bueno a todos menos a Scorpions o a los músicos del musical
de Symphonic Rhapsody of Queen,
jaja. Ví el musical de Queen el otro
día y salí impresionada.
-Cierto, también asistí a esa actuación y aquello fue mágico.
A nivel vocal era un grado de perfección como el de un estudio de
grabación.
-El primer grupo del que formaste parte fue Be Rock. ¿Cómo surgió todo?
Estaba viendo un festival de Rock
en Segovia que se llamaba Vete Al Fresco.
Aproximadamente entre los años 2012 y 2013. Estaba tocando un grupo llamado Rock Service, eran un tributo y resulta
que estaba cantando todos los temas porque me los sabía jaja. Los del propio
grupo se dieron cuenta y Gustavo Martín,
su guitarrista, cuando terminaron me lo comentó bromeando. Le dije que me
gustaba el Rock desde siempre y él
me propuso quedar en un estudio para tocar algo en acústico y ver qué salía.
Antes de acabar de hablar le dije que sí. Quedamos un día en el Pandora’s Vox, una sala de ensayo cerca
de Atocha, y se sorprendió mucho de que realmente conociese tantas canciones de
hacía tantos años. Empezamos a ensayar en acústico, así, sin planear nada.
Después se sumó otro miembro de su grupo y, casi sin darnos cuenta, se montó
todo. El problema es que llegó un momento en el que hacíamos muchos acústicos,
que funcionan bien en salas pequeñas, pero sentía que nos estábamos desviando
del concepto de Rock enchufado. Para
mí el acústico era algo coyuntural, lo que me tira es la esencia rockera y de
grupo. Al final parecía que caminábamos hacia ese formato solo de guitarra
acústica y voz.
-Ventajas e inconvenientes entre acústico y eléctrico.
El acústico tiene mucho encanto, se suele hacer en sitios pequeños y
tienes al público muy cerca. Es un formato más íntimo, lo que pasa es que a la
hora de hacer las cosas íntimas y controladas enseguida me sale la vena y me
desboco bastante; al final esos acústicos acababan desbocados y en eléctrico.
Acabé dándome cuenta de que disfrutaba mucho más los eléctricos.
-A ti te tira esa chispa y emoción del eléctrico.
Claro, sobre todo si nos movemos en el terreno del Rock. Hacer un tributo a “Maneras de vivir” y estar controlada
me parece difícil, el cuerpo me pide emoción. Actualmente con Martin seguimos haciendo algún
acústico, pero de modo más puntual y teniendo claro que somos un grupo de Rock. Prefiero una batería de fondo y
una guitarra con distorsión.
Be Rock.
-Es muy difícil montar y mantener un grupo de Rock en España ¿Qué expectativas teníais cuando formasteis Be Rock?
Te puedo hablar solo por mí. Yo solo quería tocar en directo esas
canciones que siempre amé. También teníamos temas propios, la gente me decía
que debíamos tener nuestras propias canciones porque eso era lo que le daba
empaque y prestigio a un grupo; yo siempre les decía que mi ilusión era subir a
un escenario, divertirme y tocar en vivo los temas que me emocionan y que han
marcado mi vida. A estas alturas de la vida no busco el prestigio sino tocar la
música que amo, que me sale de dentro y que me hace vibrar. Había que sacar
algún tema propio porque estaba bien o todo lo que quieras y lo sacamos, pero
yo no lo necesitaba.
-Publicasteis “Dámelo” del
Ep “Sueños Que No caducan”. ¿Cuándo
os sentisteis preparados para entrar en un estudio a grabar? ¿Cómo surgió la
posibilidad de llevarlo a cabo?
Fue un proceso natural, totalmente, cuando un grupo está bien
ensamblado y fluye las cosas van surgiendo sin necesidad de planes de antemano.
El Rock es música y es amistad,
compartir y compartir vivencias. Pasas muchas horas en la carretera junto a tus
compañeros. Los músicos que componen sienten la necesidad de plasmar en
canciones todas esas sensaciones y vivencias. La publicación de este Ep fue una
cuestión práctica. En un momento dado surgió una especie de urgencia por
publicar algo nuestro propio, decían que era muy importante. No teníamos
discográfica ni la buscamos, sabemos que firmar por una casa de discos implica
que van a meter sus narices en la faceta creativa: pueden escoger qué tipo de
tema publicar, cambiar cosas o hacer lo que ellos te pidan de cara al enfoque
final del producto. Decidimos sacar algo más pequeño, pero teniendo en nuestras
manos todo el proceso creativo, que fuese nuestro de verdad. Esto supone
acarrear con toda la organización y gastos de la grabación, maquetación,
promoción y demás. Cuando haces esto entre dos personas el esfuerzo es grande.
Decidimos registrar un par de temas y ver qué pasaba.
-Digamos que tu principal
prioridad no era la de publicar un disco de estudio.
Mi prioridad, lo que más me
sigue gustando y disfruto es el directo. Grabar un Ep puede estar bien para que
tengas algo que mostrar o enseñar. Sin embargo es muy difícil entrar en las
radios, sobre todo si hablamos de Rock.
Mi principal inquietud se manifiesta sobre un escenario. Grabar me hizo ilusión
en el sentido de que tienes algo que permanece en el tiempo. Por otro lado las
horas que tienes que pasar en el estudio de grabación siempre se me hicieron un
poco cuesta arriba puesto que soy una persona muy activa, muy culo inquieto.
-¿Fue tu primera experiencia
en un estudio de grabación?
No. Cuando estaba en Tele 5 presentaba el programa Hugolandia. Cantaba el tema de cabecera
y parece ser que empezó a llegar un aluvión de cartas de niños que querían
tener esa canción. El programa estaba teniendo bastante éxito y la cadena
decidió grabar dicho tema. Se publicó un disco con la canción de Hugo y otros versioneados con temática
infantil, incluso pude sugerir algunos de Rock
que acabaron incluyéndose en dicho disco; eso sí, adaptados a niños. Cosas como
“Twist & shout”, al que le hice
una letra adaptada, y dos o tres temas más de grupos que me gustan. Grabar en
estudio no estaba mal, pero cuando descubrí lo que se siente cantando en
directo tuve claro que era lo que de verdad me tiraba. Soy muy exigente conmigo
misma y con todo lo que hago, cuando algo no me sale como considero me genera
estrés y ansiedad. Un concierto en directo es un momento único y diferente, su
función no es la del permanecer en el tiempo sino la impronta del momento; si
algo sale regular no es significativo. En el estudio me puedo llegar a
obsesionar con una frase si no sale como deseo y te la puede llegar a repetir
cuarenta veces hasta que el técnico diga: basta.
-El otro tema del Ep es “Alguien
dudó”, con una letra muy interesante. ¿De qué trata esta canción?
En las letras sí metí algo de baza. “Alguien dudó” trata sobre el tema de las drogas. Por motivos que
no vienen al caso quería abordar esa temática en la letra de la canción, lo
hablé con Gus, le expliqué mi visión
y pienso que no lo pudo hacer mejor. “Alguien
dudó” va a ser siempre una de mis canciones favoritas y especiales. Me parece
un Rock muy garagero y poco comercial, por eso se sacó como segundo single –a
mí me daba igual, es una gran canción y ya está-. La letra es muy dura, cruda y
directa.
-¿Qué importancia le das a las letras dentro de la música? ¿Te parecen
un mero instrumento al servicio de la melodía o tienen más trasfondo?
Mucho, supongo que por mi bagaje en el mundo del teatro y la
interpretación le doy mucha importancia al texto. Es curioso porque las grandes
canciones en inglés que todos valoramos no tienen unas letras especialmente
brillantes y sin embargo han conseguido llegar y millones de personas. Cuando
canto en español cosas de gente como Fito
lo vivo mucho. Cuando estoy en el escenario y canto algo con una letra que me
llega, le meto mucha más fuerza y pasión.
-¿Por qué se rompió Be Rock?
Fue algo progresivo. Empezamos a tener muchos conciertos acústicos y
eso produjo una especie de desajuste en el grupo, viajábamos como banda menos
ya que a muchos acústicos íbamos Gus
y yo. Aunque una separación siempre es dolorosa no hubo malos rollos, de
repente empezaron a surgir objetivos y modos de ver las cosas diferentes. Si
sucede algo así lo más natural es acabar marchando cada uno por su lado. Ante
objetivos diferentes lo mejor es seguir por caminos diferentes. El Rock está para ser feliz, vivirlo y
disfrutarlo. Siempre le voy a estar agradecida a Gus por haberme metido en el mundo del Rock, gracias a él tuve una banda de Rock y me subí a cantar en serio encima de un escenario. Eso es
algo que no voy a olvidar nunca. Una separación siempre implica algo de dolor,
eso es inevitable, en un grupo se genera una relación personal debido al número
de horas y de vivencias que pasas junto a tus compañeros.
-Es inevitable que se forme un lazo afectivo cuando compartes tiempo,
ilusiones y vivencias con otros.
En nuestra profesión, te hablo de los actores, se crean lazos muy
fuertes pero muy breves. Ya me he acostumbrado a saber que cuando llega el
momento de la separación en el fondo no pasa nada. Siempre que acababa un rodaje
y llegaba el momento de separarse era muy triste pero no es malo, esos vínculos
fueron reales pero cada uno continúa su vida por su camino y es humano. Es una
situación que tengo bastante asumida debido a que por mi profesión llevo toda
la vida separándome de gente con la que hago unos vínculos muy estrechos. Son
etapas de la vida de las que te llevas algo. Pienso que todo lo que nos ocurre
en la vida forma parte de nuestro propio aprendizaje, todo lo que pasa te
enseña algo.
Rico & Roll.
-Si te parece ahora vamos a centrarnos en tu actual grupo. ¿Nos puedes
contar el proceso de formación de Rico
& Roll?
Cuando se acabó Be Rock tenía
claro que quería seguir en el mundo de la música y, aunque llevaba un pequeño
camino recorrido, tenía que volver a empezar casi desde cero. Pasé unos meses
de cierto bloqueo para ver en qué dirección seguir, lo que tuve claro en todo
momento es que quería seguir tocando Rock.
Santi Fernández, del programa Sentinel, me echó una mano
presentándome a Martin. Su grupo Danger se tomaba un descanso y nos
encontramos los dos, Martin buscando
cantante y yo buscando guitarra. Goyo,
bajista de Be Rock, me comentó que
si montábamos un grupo quería tocar y Orsi
–Orsiano Gallardo, batería de
algunos de acústicos– también se unió a nosotros. De repente la vida nos iba
volviendo a colocar, soy muy acelerada y lo quiero todo enseguida pero la vida
te hace entender que las cosas llevan un proceso. Una noche quedamos todos para
cenar y todo el mundo estuvo de acuerdo en montar el grupo, incluso hablamos de
set list y cosas así. En una banda cada uno tiene un perfil y asume un tipo de
responsabilidad.
-Cualquier grupo humano con un objetivo en común genera unas propias
relaciones y responsabilidades entre sus integrantes.
Orsi nos dio un
primer empujón a la hora de buscar actuaciones porque tiene varios contactos,
todos llamamos a salas en las que habíamos actuado y nos salieron unos cuantos
bolos para empezar a rodar.
-En ese primer momento nada de mánager.
Y ahora tampoco. No es que no lo queramos, es que parece que nos salen
casi más conciertos a nosotros que con un mánager, jaja.
-¿Por qué el nombre de Rico
& Roll?
Fue idea de ellos. Durante la cena comentaron que el grupo debía
llevar mi nombre, que había que aprovechar que era conocida y tal. La verdad es
que eso me daba mucha vergüenza. Al final llegamos al acuerdo de llevar mitad y
mitad en el nombre, así se quedó Rico
& Roll. Una parte con mi nombre y otra que haga alusión a nuestra
música. No quería que nos llamásemos Beatriz Rico y los tal o cuál, no quería eso de ninguna manera. Me vino a la
cabeza lo de Rico & Roll y nos
pareció bien.
Beatriz Rico y J.A. Martín.
-¿Qué sensación te produjo esos primeros conciertos? Una cosa es que
te caigas bien y otra es que la música funcione.
La sensación desde el primer momento fue muy buena. Son grandes
músicos y grandes personas, así es difícil que no salga bien. Es gracioso
porque somos muy diferentes. Orsi es
muy autodidacta y muy de improvisar en el momento, Martin es de los que se escucha mil veces los discos y disecciona
su música buscando la excelencia, Goyo
y yo que queremos tocar en directo y ponemos la nota de humor en los ensayos y
eso. Todo está resultando divertido y emocionante.
-¿Cómo os organizáis para elaborar el repertorio?
El mismo día del a cena surgieron ideas y posibles canciones a tocar
en vivo. Todo ha ido saliendo fluido y natural. A cada uno siempre le puede
llegar más un tema que otro, pero todos nos gustan.
-Uno de los temas que hacéis es “Traidor”
la adaptación al castellano de “Anytime
anywhere” de Gotthard.
Fue sugerencia de Martin,
nos pasó un directo de Gotthard y la
letra en español. Es una letra que me parece muy adecuada para el momento que
vivimos.
-¿Piensas que el background
más rockero de Martín puede haber
endurecido algo vuestro repertorio?
Fue surgiendo sin pensarlo mucho. Algunos temas ya los tocaba en Be Rock y otras cosas que vamos
añadiendo. No es un repertorio cerrado, nos gusta ir cambiando cosas aquí y
allá. Es interesante tener un punto de variedad, siempre desde el enfoque del Rock.
-En el concierto de reyes en la sala Piratas tocasteis cosas como “Jolene”
de Dolly Parton que es una
preciosidad.
En ese concierto nos plantearon tocar durante dos horas y media.
Incluimos cosas como “No dudaría”,
algo de Coque Malla o Jolene”. Esa canción de Dolly Parton me encanta, de hecho fue
idea mía tocarla en vivo. No nos cuesta nada llegar a consensos con las
canciones a tocar.
-¿Os habéis planteado componer temas propios? ¿Hay composiciones del
grupo en la recámara? ¿Cómo es el proceso compositivo en Rico & Roll?
Te puedo decir que hay algo por ahí. Martin tiene un tema con la música compuesta. Es una canción que
tiene fuertes reminiscencias del rock de los ochenta, que es algo que nos gusta
a ambos. Nos falta la letra y me gustaría que la escribiese una compositora y
escritora muy conocida pero que nunca se ha metido en el Rock. No te puedo decir más por si al final no sale pero por ahí
van los tiros.
-De todos modos pienso que no hay que obsesionarse demasiado con los
estilos distintos en la música. Si algo te gusta y te llega es bueno, venga de
donde venga.
Totalmente de acuerdo. La buena música es universal y está por encima
de cualquier otra consideración.
-Es interesante que el artista tenga esa inquietud por componer su
propio material.
La cabeza de Martin está
llena de música y tiene mucho talento. Le escuchas calentar en los ensayos y
hasta de ahí salen cosas interesantes. Respeto mucho a todo el que tiene ese
talento y capacidad. Para mí hacer un monólogo de dos horas me parece sencillo,
a cada uno lo suyo. Lo que me parece realmente digno de elogio es el cirujano
capaz de realizar una operación o el músico capaz de componer una canción, una
melodía. Para mí es magia y a él le sale solo, son personas que lo tienen en su
interior y tienen que sacarlo.
-Hay un componente mágico en la creación e música.
Es un don. Hay gente que tiene ese don y Martin es uno de ellos.
-¿Y registrar alguna versión de las que hacéis en los directos?
No, hay que respetar los originales. La Credence o Tina Turner
ya lo hicieron en su día perfectamente. Os podemos adelantar que tenemos alguna
pequeña sorpresilla en preparación. El otro día Martin nos puso una cosilla que había compuesto y le estamos dando
forma al asunto. Lo cierto es que todos
llevamos una vida muy ocupada y reconozco que el directo es lo que más me llega
por su inmediatez y singularidad, habrá que grabar algo propio nuestro; algo
que dejar para la posteridad.
-¿Qué les dirías a todo aquel que tenga la inquietud de veros en
directo pero todavía no lo haya hecho?
Que si tienes esa inquietud lo mejor es que asistas a uno de nuestros
shows. Si te gusta el Rock no te va
a defraudar. No sé exactamente qué se puede llevar el que venga a vernos, lo
que es seguro es que nosotros vamos a ofrecer diversión, adrenalina y buen Rock n’Roll.
-El componente visual y de espectáculo está presente en vuestras
actuaciones en directo ¿Qué importancia le dais a este componente teatral y de
espectáculo en vuestros directos?
Lo tengo presente. Antes no lo hacía y me regañaban, jaja. No se trata
de salir con la primera camiseta que te encuentres y ya está. Lo cierto es que
soy de las personas que abre el armario y se pone lo primero que coge, pero me
di cuenta de que el aspecto visual hay que cuidarlo cuando ofrecer una
actuación en directo, todo llega al público y es una manera de comunicarte; con
un corpiño de cuero me siento más fuerte encima del escenario y más metida en
lo que voy a hacer. El Rock es
música, amistad y espectáculo; todo le llega al público. La imagen y la actitud
también forman parte del Rock. Recuerdo
una anécdota cuando hace tiempo estuve cenando con Natalie Portman. Acababa de rodar la película “V de Vendetta” para la que se había cortado el pelo, curiosamente
le había dado tiempo de que le creciera pero se lo volvió a rapar. Le pregunté
por qué llevaba el pelo tan corto y ella me respondió que eso le daba más
fuerza. En ese momento no lo entendí, pero ahora sí. Para una mujer es
importante sentirse fuerte.
Ellas Dan La Nota: Cristina Del Valle, Beatriz Rico, Estela De María y Judith Mateo.
-También formas parte del proyecto musical Ellas Dan La Nota. ¿Nos puedes contar cómo se fraguó este proyecto?
Se formó hace muchos años a raíz de fundar la Plataforma de Mujeres Artistas Contra la Violencia de Género. Hace
muchos años estaba formado por las cantantes Cristina del Valle, Inma
Serrano, Mercedes Ferrer y Esperanza Grau; junto a ellas actuábamos cuatro
actrices que ofrecíamos monólogos basados en testimonios reales de mujeres
maltratadas. Realmente empecé en Ellas
Dan La Nota como actriz. Pasados los años me volvieron a llamar pero para
participar como cantante. Me hizo mucha ilusión. Siento mucho respeto y
admiración por Cristina del Valle y
el hecho de que contasen conmigo fue realmente importante, algo así como un
reconocimiento.
-Aunáis la música con un show visual lleno de mensajes y símbolos
contra la desigualdad y el abuso sexista. ¿Qué reacción piensas que provoca en
el público vuestra propuesta artística?
De emoción total. Incluso la primera vez que me subí al escenario con
ellas y visualicé el vídeo o la misma música de entrada se abren los
sentimientos y te llenas de emoción. Es un espectáculo muy cuidado y completo.
Recibo del público emoción. Aunque decimos que es un espectáculo de mujeres
hecho para mujeres, lo cierto es que nos van a ver muchos hombres que también
nos manifiestan esa emoción. No solo se habla de la violencia de género, sino
también del papel de la mujer en el mundo; la parte que trata sobre Ciudad
Juárez me parece brutal. Es una propuesta muy completa y hecha con mucha
implicación y cariño. Creo que estamos difundiendo un mensaje importante en los
tiempos que corren y que lo hacemos de una manera que realmente llega.
-El espectáculo tiene un componente de concienciación muy importante.
Exacto. Para concienciar primero debes informar y debes hacerlo de tal
modo que esa información llegue por los ojos, los oídos y el corazón. Pienso
que Ellas Dan La Nota hace bastante
bien esto.
-Os tenemos que felicitar por esta propuesta. A nivel musical resulta
muy variada y mantiene la expectación durante toda la actuación. ¿Teníais claro
la importancia de aunar distintos estilos musicales?
La jefa de todo el asunto es Cristina.
Me dijo que como era rockera lo que tenía que tocar era Rock. En Majadahonda, por ejemplo, actuó Esperanza Grau. Ella tiene un estilo totalmente diferente y es
normal que se desenvuelva en su terreno. Cristina
ha buscado aunar distintos estilos: la Copla,
el Rock o la música más melódica que
hace la propia Cristina.
-También colabora Judith Mateo
con el violín eléctrico.
Otra mujer que tiene magia. Entiendo que la gente que esté en el patio
de butacas no pueda apartar sus ojos de ella.
-Hicieron otro a finales del verano pasado Estela y Cristina con Mercedes Ferrer y Aurora Beltrán. ¿Os habéis planteado este tipo de actuaciones como
algo con continuidad o esporádico? ¿Cuál es el futuro de este proyecto?
Por supuesto, hace poco han tenido una actuación. Lamentablemente
tenía actuación en Melilla y no pude participar, en nuestra profesión hay veces
que se solapan las actuaciones. De cualquier modo, si no puedo ir la actuación
se realiza con otra compañera. El caso es que el proyecto sigue en marcha,
estamos en contacto por medio del wassap y la gira sigue. El asunto es que
nuestro espectáculo tiene música, actuaciones y proyecciones, es bastante
grande y no es sencillo ni barato de llevar, a veces resulta un poco complicado
de llevar desde el punto de vista logístico. Lo importante es que la idea
sigue, tiempo al tiempo.
-Por otro lado también has colaborado con otros grupos y músicos como The Val, Cuarto Oscuro o Bárbara Black y presentado festivales ¿Qué te mueve a hacer estas colaboraciones?
Depende de cada circunstancia. Actué con The Val a raíz de coincidir en el Festival del Rock Contra el Hambre Infantil, Gabi y yo conectamos muy bien y me invitaron a una de sus
actuaciones.
Cuarto Oscuro se pusieron en
contacto conmigo y me gustó la música que me pasaron, la voz de Luisja me pareció llena de personalidad
y ellos me cayeron muy bien. A estas alturas solo hago lo que realmente me
gusta.
-Colaboraste con Cuarto Oscuro
en la canción “Bajo cero” y en el
vídeo clip.
Me fui con ellos a León para rodar en vídeo clip. Fue todo muy rápido
ya que tenía una actuación. Cuando me quise dar cuenta ya estaba toda mi parte
grabada, jaja.
Cuarto Oscuro: "Bajo cero".
-¿Con qué artista te gustaría compartir escenario? Tanto en la música
como en la interpretación y vivo o muerto.
Con Luz Casal, la vi en
directo en el Teatro Español hace
algo más de un año. Me impresiona cómo ha evolucionado sin perder su esencia
rockera.
-De hecho tocáis “Loca” en
algunos de vuestros conciertos.
Eso fue idea mía. Me parece que mezcla su esencia del Rock con una elegancia propia que
engancha perfectamente con el público. Pude saludarla después de esa actuación
y para mí fue como si estuviese delante de Tina
Turner.
-Acaban de dar el Premio Fundal
2017 al Festival Rock Contra el
Hambre Infantil, celebrado el pasado año. ¿Qué ha supuesto para ti
participar y este reconocimiento?
Son estas cosas maravillosas que pasan de vez en cuando. Lo
organizaron entre José Martos, David
Collados, Santi Fernández y Justo
Urbano. Se dejaron la piel para poder organizar el evento, me alegro mucho
por ellos porque se lo merecen. Todo salió muy bien. La sala se llenó y la
recaudación fue para becas de comedor a niños bajo riesgo de exclusión social. Pasado
un año todavía sigue coleando esta idea y eso es grande.
-Te involucraste mucho, además de presentar el evento grabaste algún
vídeo de promoción y cosas así.
Lo mío fue lo sencillo, llegar y subirme al escenario. Sé de todo el
trabajo previo que llevaron los cuatro organizadores y suyo es el mérito. Lo
dije en la entrega de premio: estos cuatro chicos estuvieron meses y mese
dejándose la piel con todas las gestiones y detalles para que todo saliera redondo.
-Has colaborado en el musical “Gigantes
XXL”. ¿En qué consistió tu colaboración?
Cuando me preguntan digo que a nivel profesional mi sueño siempre fue
hacer un musical. En mi anterior monólogo “Mejor
Viuda que Mal Casada” metía un par de números musicales en plan cabaret
como homenaje a Liza Minelli –por
cierto, tuve la suerte de verla en concierto en Estambul hace unos años–. Mi
inquietud por los musicales siempre ha estado ahí y finalmente la vida me ha
dado esa oportunidad. Este musical se lleva realizando desde hace tiempo en
salas pequeñas de Madrid, aunque es una compañía asturiana con mucho talento.
Se llaman Saltantes Teatro y son
capaces de montarte un musical con cuatro cosas y un par que ya quisieran en Broadway.
Han ido avanzando desde abajo, pasando a salas de mayor aforo a fuerza de
buenas actuaciones y buenas críticas. Me propusieron colaborar y me lancé a por
ello. Se trata de un homenaje a las grandes divas, me mandaron tres o cuatro
temas y me decanté por uno de Celia
Gámez para hacer un estilo distinto a lo que hago normalmente. Llegó el
momento y ahí estaba, con las plumas y bajando la escalera del escenario;
disfruté mucho la experiencia.
-Me alegro de que se cumpliera tu sueño.
Bueno, en realidad fue un aperitivo. Mi sueño es hacer un musical
completo, me lo tomo como que la vida me va anunciando este camino. Recuerdo
que mi tía siempre me decía que al final todas las cosas me acaban saliendo,
pero que necesito algo más de tiempo que el resto del mundo. Es una señal para
que no me rinda por que el musical acabará llegando.
-Algunas de estas colaboraciones tienen un claro trasfondo social. Tú
misma has manifestado a través de las redes sociales la necesidad de implicarse
en transformar el mundo en el que vivimos. ¿Te parece importante aprovechar tu
faceta artística para expresar estas inquietudes sociales?
Tener una cara conocida es un privilegio que no me puede servir solo
para que me salgan actuaciones o para mirarme al espejo. Si eres conocida lo
que dices puede tener algo más de repercusión. Me resultaría inmoral no
aprovechar esta posibilidad, siempre en la medida de mi realidad y mis
posibilidades, de ser un altavoz para toda esa gente que no se puede hacer oír
y lo necesita. Una de las cosas de las que me siento especialmente satisfecha
es de haber podido ayudar a conseguir construir un parque infantil para la
asociación y colegio Aspace León,
que trabaja con niños con daños cerebrales. El hecho de que una cara pueda
tener una cierta repercusión mediática conlleva la responsabilidad de emplearla
no solo para una misma, sino para beneficiar a otras personas o colectivos que
lo necesiten. Realizar una función benéfica para una asociación de niños con
enfermedades raras y lograr una recaudación destinada a fisioterapeutas para
esos niños no supone más que un par de horas de mi trabajo y con ello puede
beneficiarse gente que está atravesando situaciones de dificultad. Si los
artistas hiper famosos se involucrasen con personas o colectivos que sufren
injusticias o se encuentran en situación de vulnerabilidad seguro que la
realidad sería distinta, piensa en el poder de convocatoria que tienen los
artistas de gran éxito. Cuidado, no estoy criticando a nada ni a nadie, es solo
un sentimiento y un deseo. Respeto y entiendo al que quiera vivir un poco ajeno
a este tipo de realidades, si te involucras mucho sufres porque vives cosas muy
de cerca; de cualquier modo es una elección personal y vital.
-Me parece muy encomiable llegar a esa conclusión.
Soy voluntaria en un hospital, realizo mi voluntariado desde Cáritas.
Conocer a Cristina del Valle me
ayudó a despertar algo que tenía dormido desde hacía mucho tiempo. Un buen día,
sin saber muy bien porqué, empecé a caer en la cuenta de que el sentido de la
vida puede que tuviera que ver con echar una mano a tu alrededor. Poder ayudar
hacía que me sintiese bien y plena; actuando y cantando me sentía muy bien,
pero el hecho de poder ayudar te hace valorar las cosas desde otra perspectiva.
Dicen que no se puede experimentar la felicidad y la gratuidad hasta que no
haces algo por alguien que no puede hacer nada por ti. Mi trabajo como
voluntaria llena un hueco que estaba vacío. Mi familia, trabajo y amigos me
colman de felicidad, pero faltaba ese algo
que queda perfectamente encajado con la necesidad y satisfacción que
experimento al poder ayudar.
-Es esencial descubrir la sensación de la gratuidad, hacer algo por
alguien que lo necesita.
Sobre todo si es con gente que no conoces, usando mi luna de miel para
ir a un campamento de refugiados y conseguir que salgan en la prensa. Esas
personas a las que nadie pone cara ni nombres son importantes para mí. Es una
satisfacción que engancha, aunque es duro porque tratas con personas y
situaciones muy duras. En el hospital muchas veces salgo cansada y con la mente
tocada, ves muchas cosas difíciles. Sin embargo todo lo que estoy aprendiendo
como persona gracias al trato con los pacientes, los ancianos, día tras día es
algo que no se puede explicar. Me hace sentir plena.
-Debe ser muy impactante trabajar como voluntario en un hospital.
Desde luego. Muchos ancianos se encuentran solos por diversos motivos,
los hijos o los nietos trabajan y solo pueden acercarse algún fin de semana.
Necesitan hablar, contar cosas y mantener conversaciones. Cuando me dan las gracias,
un abrazo o cualquier otra muestra de cariño siento que ya tengo el día hecho.
Siempre digo que cada uno debemos hacer nuestra parte. No se trata de
proponerse grandes empresas como acabar con el hambre en el mundo o cosas así
porque vas a acabar frustrándote. Un día me di cuenta de que se trata de hacer
tu parte, tener barrida tu parte de la acerca.
-La suma de los pequeños esfuerzos de cada uno es capaz de conseguir
cosas muy grandes.
Me gusta seguir siendo algo ingenua. Pienso que cada granito de arena,
cada pequeño gesto, puede despertar la inquietud de alguien para que se
recomponga su escala de valores. Hay que contar todas estas cosas que hacemos
para contagiar al que no se ha parado a pensar en cómo aportar un poquito de mi
tiempo y mis capacidades para mejorar este lugar en el que vivimos todos.
-Esto que dices suena muy interesante. Parece que en determinados
entornos no está del todo bien visto hablar de estos temas, enseguida te miran
como a un bicho raro.
Que cada uno piense lo que le parezca oportuno. Me gusta colaborar con
asociaciones u ONGs como Agua Pura, Médicos Sin fronteras o Greenpeace y siempre me ha dado mucha
vergüenza comentarlo –parece que es como si te las quisieras de algo, no sé–,
hasta que una ONG me pidió que lo
dijese públicamente; para ellos es publicidad en positivo y sirve como llamada
para llegar a más gente.
-¿Esta manera de posicionarte en temas sociales te ha acarreado algún
tipo de problema dentro de tu carrera artística?
Que yo sepa no. Pienso que puedes hablar prácticamente de todo y dar
tu opinión siempre que lo hagas desde la educación y el respeto. Y si además
hablas desde tu corazón y tu convencimiento sincero, no creo que nadie se lo
pueda tomar a mal. Yo me posiciono cuando veo una injusticia, algo doloroso, no
lo hago en función de tal o cuál tendencia política. De hecho hoy en día me
parece muy difícil decantarme entre cualquier partido político, les veo pegas a
todos y por eso no puedo posicionarme de manera tajante. Lo que quiero es que
se hagan las cosas bien, vengan desde el color que vengan. Nunca me he sentido
vetada ni nada por el estilo. No voy con ni contra ninguna tendencia política,
voy con las personas.
-El respeto y la educación son valores básicos en cualquier sociedad
que se precie de serlo.
Desde luego. Por ejemplo no estoy nada de acuerdo con los recortes en
Sanidad o contra la violencia de género porque lo he vivido de cerca. En este
sentido no me parece adecuada la gestión del gobierno porque es su
responsabilidad. Lo tengo que decir porque no estoy de acuerdo, pero lo digo
con educación. No protesto contra ningún partido, protesto ante las
injusticias. Cuando pones por delante tus principios y tus valores es muy
difícil que las cosas salgan mal, puesto que actúas desde una base firme y
sólida. Si te mueves desde tus convicciones la gente lo nota y es muy difícil
que salga algo malo de ahí. Si haces las cosas solo por intereses personales o
fútiles es más fácil que al final no salga nada válido. Con la música pasa lo
mismo, si te mueves desde tu corazón y tu convicción puede que el camino sea
más largo, pero seguro que el resultado va a merecer la pena.
-A todos nos gustan que nos adulen, que nos digan lo buenos que somos
en lo nuestro. ¿Es difícil vivir dentro del mundo del espectáculo y tener los
pies en el suelo?
Aquí hay como dos vertientes. Tuve la suerte de trabajar al lado de
gente como Fernando Fernán Gómez, Carmen
Maura, Agustín González o Antonio Resines. Eran personas con unas carreras
tan sólidas, con tanta experiencia, que habían vivido y pasado por tantas
cosas, que me enseñaron mucho. Imagino que lo complicado es que un chaval muy
joven alcance un éxito masivo, es difícil que una cabeza soporte todo eso con
serenidad si no has pasado por otro tipo de aprendizajes y experiencias. Mi caso se trata más de una carrera de fondo,
muy arropada y aconsejada por gente sabia y con experiencia. Cuando has tenido
una carrera longeva has debido pasar por diferentes etapas, con más y menos
éxito o reconocimiento, eso te ayuda a relativizar las cosas y modela tu
carácter; yo he tenido la suerte de compartir trabajo y vivencias con este tipo
de personas que me han aportado mucho. Se trata de gente muy sólida, con
vocación y que tiene muy claro lo que hace. Mi experiencia se acerca más a esto
y me ha condicionado a la hora de tener los pies en el suelo, de tener claras
mis motivaciones para hacer lo que hago. No he vivido nada parecido a Operación Triunfo ni nada por el
estilo, no me puedo ni imaginar cómo afecta esto al desarrollo personal y vital
de sus protagonistas. Son caminos distintos. Si tienes clara tu vocación y tu
pasión es difícil que se te vaya la cabeza.
-¿En qué estado crees que se encuentra el Rock duro en nuestro país? ¿Y qué tal es tratado por los medios de
comunicación?
Lo que escucho es que la cosa esta mal, aunque vas a las salas y se
siguen programando conciertos; otra cosa es el hecho de que muchas veces la
entrada deba ser gratuita, parece que a la gente a veces le cuesta pagar por ir
a ver un concierto. Me encanta ver una sala llena de gente para ir a escuchar Rock y ver a gente joven. No sé muy
bien qué decirte, también es cierto que desde siempre vengo escuchando que el
teatro está en crisis, que el cine está en crisis y que la música está en
crisis. También pasa algo que no es positivo, que es que muchas bandas tengan
que pagar por tocar, eso es muy duro. Pese a todo intento ver el lado romántico
del asunto, es cierto que estamos pasando una etapa mala pero día a día se
sigue demostrando que el Rock sigue
vivo. Lo cierto es que se cierran más teatros que salas de Rock. También hay un desfase entre los cuatro o cinco grupos que te
llenan grandes aforos y el resto. Afortunadamente sigue habiendo bandas que
continúan tocando en directo, puede que en salas más pequeñas, pero no dejan de
actuar y eso es bueno.
-¿Cuál es el papel que piensas que desempeña actualmente la mujer
dentro del Rock?
Cuando me metí en este mundo me daba un poco de respeto el hecho de
que el Rock parecía un terreno hecho
para los hombres, pero lo que he vivido es que me han acogido con los brazos
abiertos siendo mujer y siendo actriz. He sentido mucha cercanía y empatía en
líneas generales. Pese a que desde fuera pueda parecer un mundo más cercano a
los hombres mi experiencia ha sido totalmente la contraria. Creía también que
al venir del mundo de la interpretación la gente iba a tener ciertas reservas
conmigo y todo lo contrario, supongo que cuando eres sincera en tus
convicciones y no hay nada de pose todo surge más natural y sencillo.
-Actualmente hay bastantes mujeres tocando en grupos de Rock.
Parece ser que las mujeres vamos consiguiendo cosas después de mucha
lucha. Con respecto al pasado Día Internacional de la Mujer, alguien dijo: “no
me des un día, dame mis derechos”.
-Te vamos a pedir que te mojes. Dinos el nombre de algún vocalista,
tanto masculino como femenino, que te llegue especialmente.
Doro Pesch, aunque pueda
ser un poco más Heavy de lo que me
llega me gusta mucho, su voz y su presencia te llegan cuando la ves en directo.
También Tina Turner, que es el
referente sin ligar a dudas. Aerosmith o Bon Jovi son otros de los grupos que
me resultan especiales. Fuera del mundo del Rock me llega bastante Ana
Belén. Y últimamente me he hecho muy fan de Bárbara Black.
Beatriz Rico y Bárbara Black.
-Bárbara tiene una voz
espectacular.
Desde luego. Y si llegas a dar clases con ella y compruebas todos sus
conocimientos te sorprendes de todo lo que puede saber siendo tan joven. Se
nota que ama lo que hace, que tiene vocación.
-Ciñéndonos al terreno musical ¿Qué expectativas tienes Rico & Roll?
Lo cierto es que me gustar vivir al día y el momento presente. Lo que
tenemos ahora son unas cuantas actuaciones y a medio plazo hay que meterse en
el estudio para darle forma definitiva a ese tema que ha compuesto Martin. Antes planeaba todo y la mitad
de las cosas no salían o se desbarataban, ahora lo que me sale es vivir y
sentir cada día.
-¿Hay algún otro proyecto personal que tenga Beatriz, dentro o fuera de la música, aparte de los que hemos
comentado?
A nivel musical estoy volcada con mis chicos. Una banda de Rock lleva muchas horas de ensayo y
estoy al cien por cien con Rico &
Roll. Cuando salgan más actuaciones con Ellas Dan La Nota allí estaré y si sale alguna colaboración puntual
con algún grupo que me guste o me llegue saben que pueden contar conmigo.
-Nos gustaría que, con una idea rápida, nos dijeras lo que primero te
venga a la cabeza sobre estos cantantes:
-Tina Turner: Potencia.
-Luz Casal: Sentimiento.
-Ronnie James Dio: Actitud.
-Joan Jett: Pasión.
-Pat Benatar: Me vienen
tantas cosas a la cabeza desde que era pequeña… puñetazo.
-Bárbara Black: Talento
-Leonor Marchesi: Pionera.
-Liza Minelli: Cuando vi la película “Cabaret” siendo pequeña me marcó, esa mujer con sus pestañas, su
pelo tan corto, su presencia, la silla… la voz. Casualmente estaba rodando una
película en Estambul y ella daba un pequeño concierto en el mismo hotel. Te
puedes imaginar la cara que se me quedó cuando coincidí con ella en el ascensor
-como cuando coincidí en las escaleras con Joe
Cocker mientras trabajaba en el programa “El Precio Justo”, que se rodaba a la vez que el programa musical “Rockopop”-, me invitaron en el hotel a su concierto y tuve la suerte de estar
entre las ciento y poco personas que presenciaron el concierto de Liza Minelli con el Bósforo iluminado de fondo. Esas cosas
que te marcan para siempre.