Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

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martes, 29 de mayo de 2018

Danzig: “Mother”.


En apenas un par de meses Glenn Danzig y su grupo inician una nueva y corta gira por Europa para celebrar el treinta aniversario de su grupo Danzig. Recientemente actuó en el festival Psycho Las Vegas  tocando su exitoso disco “Danzig III: How The Gods Kill” al completo, además de otros clásicos de su interesante discografía; veremos qué hace en esta gira europea. Por supuesto, de España nada de nada.

                                 Danzig 88-94: Eerie Von, Glenn Danzig, Chuck Biscuits y John Christ.

Glenn Danzig hoy en día es poco menos que un icono para un importante sector de aficionados a la música. Alma máter del grupo de culto Misfits, formación pionera dentro de la seminal escena Punk Rock norteamericana que brotó con fuerza a finales de los setenta y principios de los ochenta ofreciendo una respuesta contracultural a una generación de jóvenes con sed de rebelión ante los convencionalismos e hipocresías que les rodeaban. No hay más que visionar algunos de los vídeos piratas de sus actuaciones en directo para darse cuenta de la energía y rabia que transmitía este singular grupo; nada impostado ni ensayado de antemano, todo real, sincero y puro. Años después Metallica grabó una versión de una de sus canciones y alcanzaron el reconocimiento.

                                                                     Misfits.

Pero un culo inquieto como el de Glenn hizo que poco después Misfits se rompiesen. El carácter imposible de nuestro encantador Evil Elvis se embarcó en una nueva andadura a la que bautizó con el nombre de Samhain, explorando su lado más siniestro y acercándose algo al Rock más oscuro en la ecuación. Tras tres discos y unas espeluznantes presentaciones en directo imposible olvidar la imagen de un Glenn con la cabeza llena de sangre mientras descendía a los infiernos con su música la mutación se hizo completa y derivó en otro grupo con su mismo nombre artístico: Danzig.


En el grupo, además del propio Glenn, permaneció el bajista Eerie Von. Curiosamente Eerie se introdujo en el universo Danzig como fotógrafo al hacerse amigo del cantante en tiempos de Misfits. Le llegaron a ofrecer un puesto en el grupo, pero él declinó la oferta pese a acabar llegando a realizar algunas grabaciones esporádicas con los mismos. Formó parte de Samhain como batería, aunque pronto se pasó al bajo. Su presencia fue la condición base para el nuevo grupo que el productor Rick Rubin le propuso montar a Glenn y que acabó convirtiéndose en Danzig. Cuando el Grunge primero y la Música Industrial después se cargaron cualquier atisbo de popularidad en el Rock duro/ Heavy y, en un incomprensible cruce de cables monumental,  Glenn despidió a toda su banda para abrazar el concepto industrial –como hicieron una gran cantidad de músicos rockeros, conviene recordar–, nuestro amigo Eerie publicó un par de discos realmente especiales; especialmente interesante resulta la escucha de “Uneasy Listening” que, haciendo honor a su título, representa un extrañísimo e inclasificable artefacto que te engancha sin remedio. Un tipo altamente peculiar este Eerie Von, con el que habrá que detenerse en otro momento.


Danzig –el grupo– tiene un importante ramillete de canciones imperecederas, pero tal vez sea “Mother” su composición más famosa y reconocida. Su clásico por excelencia. Aquí en España nunca llegó a tener una repercusión importante, desgraciadamente, pero en el resto del mundo Glenn Danzig tuvo su etapa de fama y gloria. La evolución de su estilo musical desde los primeros tiempos Punks de Misfits hasta el Rock/Heavy más clásico y oscuro evolucionado de Black Sabbath nos permite disfrutar de una serie de discos de primera categoría.  Es un placer escuchar a Danzig presentando su personalísimo híbrido de influencias Jim Morrison, Led Zeppelin, Elvis Prestley o Black Sabbath entre otros. Tiene de todos, pero no suena a ninguno de ellos; un mérito al alcance de unos pocos artistas.


Recuerdo muy bien la primera vez que topé con Danzig en mi vida. Fue hace un montón de años durante una visita casual a la conocida tienda de discos Sun Records, de hecho creo recordar que acababan de abrirla. Estaba ojeando cds y cassettes –sí, antes podían ir a las tiendas de discos a comprar cassettes y vinilos– y apareció ante mí un grupo del que no había oído hablar nunca que tenía un disco con una canción titulada “Mother” en su interior. Inmediatamente sentí la inexplicable certeza de que esa canción debía ser buena, un tema que se titule “Mother” no puede sonar mal, y me compré el cassette. En aquellos tiempos ya llegaba el dinero y todavía no habían entrado en escena las hipotecas y todas esas responsabilidades inherentes a la edad adulta. Era un Mini Lp en cuya primera cara me encontré con una versión Doom de “Trouble”, el clásico de Elvis. El disco no sonaba mal, pero en la segunda cara de repente explotaron en mi cara los primeros acordes de “Mother” en directo. Esa canción lo tenía todo. Glenn Danzig había conseguido condensar en apenas tres minutos y medio lo que otros muchos no consiguen alcanzar a lo largo de sus vidas completas. El cautivador riff de inicio, la desafiante voz de Glenn, la calma que conduce a la tempestad, un estribillo imbatible y destinado a ser coreado por hordas de fans enloquecidos… hasta las letras son inteligentes. Y todo esto conseguido sin hacer una sola concesión a la comercialidad, aunque era obvio que la canción tenía un gancho irresistible. Ni que decir tiene que al día siguiente volví a la tienda para comprar la edición en cd y en unas pocas semanas ya tenía la discografía de Danzig en mi casa.  Recuerdo también que enseguida sentí la necesidad de escuchar la versión en estudio. Curiosamente en la segunda escucha del Mini Lp dejé pasar la cinta hasta el final –algo que siempre tengo la costumbre de hacer para alargar la vida y calidad de reproducción de la misma- y, tras unos minutos de silencio, apareció ante mis oídos la versión en estudio de dicho tema… que resultó ser todavía mejor que en directo. Otra de las excentricidades del amigo Glenn y que, unido a su incuestionable talento, lo hacen tan especial. En la versión cd el lector reconoce la friolera de noventa y tantas pistas, pero están todas en blanco hasta llegar a la última que es “Mother” en estudio. Si será buena la canción que toda la gente ajena al Rock a la que se la he puesto, y ha sido mucha, se ha sentido atrapada por su potencial.


Esta canción apareció en el primer disco de Danzig, que lleva como título el propio nombre del grupo, pero no alcanzó el éxito hasta dicha versión en directo que el grupo publicó en el Mini Lp del que estamos hablando cinco años después, titulado “Thrall: Demosweatilive”. Comenta el propio Glenn que en el mismo instante en el que la compuso se dio cuenta de que estaba ante algo especial. Muy excitado, llamó al propio Rick Rubin para decirle que acababa de componer la mejor canción de su vida. Aquel verano del 93 la versión en vivo de “Mother” sonó en las emisoras estadounidenses, de hecho sigue siendo la entrada más alta de un single de Danzig en las listas de éxitos. El vídeo en directo se programó en la MTV hasta la saciedad por entonces. Este Mini Lp acabó siendo disco de oro y de platino posteriormente.


No se le despegaron los pies del suelo más de la cuenta a Glenn Danzig, de hecho siguió sin ofrecer la más mínima concesión a la comercialidad o al establishment. En esos momentos lo tenía todo para haber vendido su alma al diablo y haber buscado desesperadamente  el éxito global… pero no, nuestro hombre decidió sacar un siguiente vídeo clip con secuencias tan explícitas que fue censurado por la todopoderosa MTV. Todo un suicidio en términos comerciales que no podía importarle menos a un individuo con una visión tan clara de su recorrido artístico como el bueno de Glenn. Desde luego que ha demostrado a lo largo de todos estos años una personalidad tan controvertida como apasionante. Sus desplantes a los medios de comunicación, sus chocantes declaraciones en busca de la polémica, los coqueteos con lo prohibido, su interés por lo oscuro, el peculiar uso del sexo y la religión; en definitiva, todo el aura y misterio que rodea a su persona y a su personaje. Independientemente de que te puedan interesar o detestar algunas de sus declaraciones o las aristas del personaje que presenta al público, hay que reconocer que trabaja mucho por ofrecer una visión artística completa, cuidando al máximo desde la música hasta los más mínimos detalles. Con Glenn Danzig no hay término medio, le amas o le odias. Normal que tenga un abultado número de seguidores que veneran sus pasos en la música y a la vez toda una serie de detractores que le toman como una broma. 


Nuestro encantador amigo no ha tenido problemas para granjearse un importante número de enemistades dentro del mundo del espectáculo. Muy sonada fue su participación en la primera edición del OzzFest, allá por 1996. Nuestro inofensivo protagonista se las arregló para mosquear a todo Dios durante la celebración del festival, parece ser que sus exigencias a los organizadores cada vez fueron a más y se sucedieron situaciones tan ridículas como el desalojo de la zona de catering cuando nuestro hombre decidía comer algo y otras cosas por el estilo tan propias de superestrellas. Poco pareció importar que el cabeza de cartel fuese Ozzy, cuyos discos de Black Sabbath tiene en tan alta estima el propio Glenn, las tensiones con Sharon Osbourne –auténtica Boss de todo el tinglado OzzFest– fueron en aumento. Cuentan las malas lenguas que para devolverle las salidas de tono a Danzig, la angelical Sharon ordenó a los cámaras y al equipo de luces que enfocasen las entradas capilares que el Evil Elvis ya mostraba en su cabellera mientras estaba encima del escenario; qué demonios, ¿cómo no valorar a un tipo que consigue tocarle los cojones a Sharon Osbourne?
También recuerdo la primera vez que vino a España, concretamente al Bilbao Action Rock festival que se celebró en Bilbao en el verano de 2003. Danzig era el cabeza de cartel y por lo visto tuvo en vilo a toda la organización con su peculiar manera de entender su función en dicho festival. Tras preguntarle a uno de los miembros de la organización, me aseguró que Glenn estaba allí y que saldría al escenario aunque fuera a rastras. Uno de esos conciertos que guardo en mi retina de un modo especial. Genio y figura. 
Disfrutemos ahora de esta gran canción. El vídeo clip en directo pertenece al lanzamiento del disco "Thrall: Demonsweatilive" y supuso el éxito en las listas del grupo, es una remezcla de la canción con overdubs de directo. El vídeo clip promocional original se grabó en 1988 para el primer disco "Danzig" y fue en su día censurado en la MTV por la controvertida secuencia final del sacrificio de la protagonista. La tercera toma pertenece al concierto de Halloween de 1992 en el legendario Irvine Meadows Amphitheater de California y del que se tomaron las tomas de directo que aparecieron en "Thrall: Demonsweatilive". Un placer volver a cantar una vez más, voz en grito, aquello de "not about to see your light".

                                 
                                                Danzig: "Mother". Vídeo clip oficial 93 Live.


                                                Danzig: "Mother". Vídeo clip oficial 88.


                                                Danzig: "Mother". "Thrall: Demosweatilive".










martes, 22 de mayo de 2018

Entrevista a Bloodhunter.

“Let the storm come” es un tema se vende solo, no necesita vídeo clip. “All these souls shall serve forever” era un poco más accesible e igual un poco más difícil de descubrir en un primer momento para el oyente".

"En el fondo es música. Las melodías del segundo disco son más abiertas, todas se dejan querer. No creo que seamos exclusivamente Metal Extremo, Death o Black Metal. El que diga que somos Death Metal melódico es que igual no ha escuchado el disco completo. Supongo que se dice por la voz gutural, pero si quitas la voz ya me dices lo que escuchas".

"Puedes hablar ahora mismo con cualquiera y te dirá que quiere tener un grupo, tocar en directo en estadios y todo esto. Perfecto, pero para alcanzarlo tienes que trabajar y comprometerte. El nivel de compromiso es muy elevado."

"La escena está bien. Hay muchos grupos y muy buenos. El problema es que, pese a tener buena música, no la estamos exportando; las discográficas potentes de fuera lo que buscan son las ventas y no se arriesgan con los grupos de aquí". 



Uno de los grupos que están más de actualidad en estos momentos puede ser Bloodhunter. Fenris, Diva Satanica, Éadrom y compañía han sacado hace apenas unos meses su último trabajo, el interesante “The End Of Faith”, y acaban de iniciar hace unos pocos días la gira de conciertos de presentación de dicho disco. Hace unas semanas tuvimos el placer de charlar con los dos primeros para que nos contasen un poco sus impresiones e inquietudes con respecto al grupo, al disco y al panorama musical en general.



-Bloodhunter publicó en el pasado 2017 su segundo disco “The End Of Faith”, que es su segunda obra tras el primer cd con el mismo nombre del grupo editado en 2014. El grupo formado por el guitarrista Fenris lleva en activo desde el año 2008 aproximadamente. Los primeros años tuvieron algunos cambios en su formación. Fenris, ¿En qué estado se encontraba Bloodhunter cuando Rocío se metió en el grupo?

En ese momento había un batería y un medio bajista, aunque al final decidieron abandonar y nos quedamos Rocío y yo en el grupo. Cuando vino por primera vez a nuestro local lo primero que hizo fue echarnos a todos del local para quedarse ella sola cantando, luego nos volvió a llamar y se puso a cantar prácticamente mirando a la pared. Algo hicimos, por aquel entonces podíamos tocar “Dying sun” a alguna así, no recuerdo muy bien. Me parece mucho mejor una persona que no tenga todos los conocimientos necesarios, pero que quiera aprender, esforzarse y trabajar que un experto que luego no sea más que un vago. Nosotros teníamos claro que nuestra cantante necesitaba su propio tiempo para ir familiarizándose y en cuanto todos nos sentimos preparados nos lanzamos a grabar la demo. Poco a poco.

-La implicación es fundamental en cualquier empresa de un grupo de personas.

Resulta más importante el deseo de sacar algo adelante y tenerlo claro que ser un experto en algo y no querer trabajar. Eso no te lleva a nada.

-¿Desde el primer momento estaba clara la línea musical entre los miembros del grupo?

Al principio la idea no era la de hacer lo que estamos haciendo ahora, se trataba de mezclar un poco voz melódica y voz gutural haciendo una especie de Heavy Metal algo más contundente. Lo que pasa es que se marchó el cantante anterior y al final decidí volver a empezar desde cero. Como Rocío estaba interesada en el gutural nos enfocamos en esa dirección, aunque las canciones eran las mismas. Puede que la mitad del primer disco de Bloodhunter esté compuesto desde los años 2007/2008.

                                                                     Fenris.

-Antes del primer disco grabasteis la demo “The First Insurrection”. ¿Qué nos podéis contar de esto?

Estábamos buscando gente para tocar en el grupo y lo cierto es que casi se burlaban de nosotros cuando lo comentábamos. Buscábamos bajista y batería, pero no teníamos nada grabado que mostrar para que nos tomaran en serio. Rocío comentó que debíamos grabar algo para que los músicos supiesen a qué atenerse. Fuimos a un estudio, grabé los bajos y las guitarras, escribí las baterías  y Rocío grabó la voz. Nos costó mucho esfuerzo sacar esa demo adelante, desde el estudio estuvieron un año hasta que nos dieron las pistas, se las pedíamos y nos daban largas. Cuando finalmente las tuvimos comprobamos que algunas las habían editado mal y no servía para nada. Tuve que volver a regrabarlo todo, conseguí aprovechar algo de sus pistas de voz. También mezclé la demo y al final la conseguimos publicar. A raíz de su publicación acabamos encontrando al bajista que tenemos actualmente y a un batería que ya no sigue con nosotros.

-La demo entiendo que fue autoproducida por vosotros.

Completamente, no había el respaldo de ninguna compañía. Ni siquiera contamos con un productor, lo tuve que mezclar y masterizar yo mismo. Por aquel entonces no tenía ni idea de esto, por lo que me tuve que poner al día y estudiar sobre el asunto.

-Tiene que ser complicadísimo producir música, conseguir plasmar la idea que tienes en la cabeza.

Desde luego. Estudié sobre el tema y fui paso a paso aplicando lo que iba aprendiendo al proceso de la grabación. Una toma tras otra hasta que conseguimos que sonase mínimamente bien, en ese momento lo dimos por bueno porque no queríamos perder otro año con una demo.


-¿Resultó positivo todo el esfuerzo empleado en la demo?

Creo recordar que primero mezclamos “Saints of sand” y se la empezamos a enviar a otros músicos. A uno de los bajistas que se la mandé me dijo que él no era capaz de tocar eso, pero que conocía a otro músico que sí podía; de ahí surgió nuestro actual bajista. Al batería lo encontramos a raíz de comentarlo en mi trabajo, le pasé la canción y al final nos encontramos nuevamente con un grupo.

-Y de ahí a la grabación del primer disco: “Bloodhunter”. Teníais claro que queríais grabarlo.

Cuando tuvimos al grupo completo no ensayamos para los directos, sino para la grabación del disco. Una vez grabada la demo lo que queríamos era hacer un disco. De hecho no tocamos en directo con esta formación hasta después de haber sacado el disco.

-¿Las composiciones eran nuevas o usasteis también temas de la maqueta?

Los temas de la maqueta los volvimos a regrabar de una manera algo diferente y añadimos otras ocho canciones nuevas más. Igual cinco o seis estaban ya compuestas desde varios años atrás, tal vez 2008 o 2009, además añadimos otras dos o tres completamente nuevas.

-¿Cómo fue el proceso de grabación del disco?

Ya había grabado antes, pero no a este nivel tan profesional. No queríamos que nos pasase lo mismo que con la demo, invertir tiempo, esfuerzo y dinero para que luego no fuesen serios con nosotros. Esta vez nos aseguramos de buscar a gente profesional, prácticamente la totalidad del disco lo grabamos con Pedro Mendes y fue todo muy bien. Pedro es una persona super estricta y a ese nivel de seriedad todavía no había grabado nada, estuvo bien porque nosotros también somos muy estrictos y exigentes con nosotros mismos, fue muy provechoso. Al final creo que los que peor lo pasaron fueron el batería y Rocío, que estuvo enferma durante parte de la grabación.


-¿Recuerdas alguna anécdota?

Me acuerdo de que me dañé la uña de un dedo mientras grabábamos en Portugal. No podía tocar así y a Pedro no se le ocurrió otra cosa que darme de beber para que no sintiese el dolor, fuimos a por una botella de Jack Daniels y cuando ya no se me entendía bien lo que hablaba me llevaron a grabar. Salió perfecto, jaja.

-¿Estáis contentos con el resultado final de la grabación?

Se grabó en los estudios Ultrasound de Braga. En aquel momento nos encantó, nos abrió algunas puertas que no pensábamos que se fuesen a abrir y por todo eso estuvo bien. Ahora, con el paso del tiempo, el sonido nos parece algo antiguo, casi como si se hubiese grabado en los años noventa.

-¿Cómo fueron los directos en esa época del primer disco?

De hecho los directos llegaron después de publicar el disco. Estaba el cd en la calle y todavía no habíamos tocado en directo como banda. Al principio poco a poco, aunque te hayas trabajado muy bien las canciones en el directo todo cambia. Recuerdo que en los dos primeros shows en cuanto terminábamos nos poníamos a discutir sobre los fallos que habíamos tenido durante la actuación. Les eché unas buenas broncas a los demás para mejorar. Me acuerdo de uno de esos concierto ir a la contra en el tema “Come to me sorrow” o en “Crystal mountain” algunas entradas fuera del estribillo. Yo rezaba para que la gente no se diese cuenta. De cualquier modo lo que tienes que hacer siempre es seguir adelante.

-Es un comentario muy común entre los músicos que lleváis el repertorio bien trillado, pero pienso que la mayoría del público no se suele dar cuenta de esos pequeños errores. O son cagadas muy gordas o el grueso de la gente no se da cuenta, incluso se puede pensar que sea parte del show.

No sé quién me lo comentó, pero creo que fue en un concierto el año pasado que se acabó la pila del inalámbrico de la guitarra y dejó de sonar. Por lo visto hubo gente que pensó que esa parada en la guitarra era parte del concierto para generar tensión e intensidad.  Para mí lo peor que nos pasó  fue con uno de los baterías que estuvo en el grupo. Nosotros solemos tocar con claqueta, que te indica el momento para entrar. El caso es que tuvo que empezar hasta tres veces el mismo tema porque no era capaz de entrar. Todo esto en directo, no daba crédito a lo que estaba pasando.

-Vosotros ahora estáis afincados en Madrid, ¿por aquel entonces también o seguíais en Galicia?

Unos estábamos en Galicia y Rocío creo que ya estaba en Madrid. Fue una cuestión laboral, poco a poco nos fuimos viniendo. Se dio de esa manera.

                                                                   Diva Satanica.

-No hablamos de gente consagrada, con éxito y todo eso. ¿Os parece complicado establecer y mantener un grupo de Rock en España para alguien que empieza?

Es prácticamente imposible. Puedes hablar ahora mismo con cualquiera y te dirá que quiere tener un grupo, tocar en directo en estadios y todo esto. Perfecto, pero para alcanzarlo tienes que trabajar y comprometerte a todas estas cosas de las que estamos hablando… eso ya no le gusta tanto. El nivel de compromiso es muy elevado, se trata de estar disponible para cuando surja la oportunidad y esta puede llegar dentro de un año o ahora mismo. La verdad es que es muy complicado.

-Vosotros habéis conseguido estabilizar casi toda la formación menos el puesto de batería.

Ese parece un poco nuestro Talón de Aquiles, que bailamos de batería cada dos por tres, finalmente hemos optado por llevar a un batería específicamente para las actuaciones que tengamos. Le llamamos para las fechas que tengamos, se las reserva y, como es un profesional, se prepara perfectamente sus partes para tocar. La idea es conseguir el número de galas suficientes para poder costear todo esto y seguir invirtiendo en el grupo. Necesitas a alguien que esté ahí cuando haya que ensayar, trabajar y con un compromiso serio. Diva, Eadrom y yo estamos comprometidos a distintos niveles y el que quiera meterse debe hacerlo de manera seria. A nosotros nos gustaría tener un batería fijo, pero no hemos encontrado a la persona con el nivel y la implicación adecuados.
Es que llegados a un nivel no puede ser así, tienes que llevar perfectamente preparado todo lo que se vaya a ensayar; para el primer grupo que estuve me tuve que aprender diecisiete temas en una semana y lo hice porque quería tocar. Muchas veces no hay interés, solo ganas de juerga, tocar para los colegas, sentirte el rey de la noche un día y ya está. Nosotros no buscamos eso, queremos ser serios y hacerlo bien.
Con el batería que llevamos ahora para las actuaciones es que ni siquiera ensayamos, le decimos los temas que vamos a tocar y se los trae preparados para el concierto. Tomando una cerveza una hora antes de tocar le explicamos los cortes, finales y sale perfecto. Si aparece alguien así para el puesto, perfecto; como uno más en el grupo. Lo que pasa es que no aparece alguien con esta perspectiva, ni siquiera como guitarrista; también estamos pensando en buscar a un segundo guitarra, pero no damos con nadie que se quiera comprometer a ese nivel. Si quieres hacer las cosas bien tienes que ser serio y volcarte en lo que haces.


-Vuestro último disco titulado “The End Of Faith” salió hace apenas unos meses. ¿Cómo ha sido grabar con Álex Cappa?

Ha sido diferente al primer disco porque grabamos cada instrumento en un estudio diferente. La batería se grabó en Ultrasound, nos fuimos Álex Cappa, nuestro bajista Pedro Mendes y yo a Portugal para llevarlo a cabo. La voz la grabamos en Metal Factory con Álex, nos iba pidiendo determinadas cosas y detalles para cada toma y con todas las grabaciones poco a poco va montando el puzle en su cabeza. Guitarra y bajo los grabamos en los estudios Lights Out de nuestro bajista, con más calma y a nuestro ritmo; como teníamos claro lo que queríamos grabar consideramos que no necesitábamos acudir a ningún otro estudio. Finalmente se lo dimos todo a Álex para que lo mezclase, dándole un toque más moderno que a nuestro primer disco. Todos estuvimos aportando distintas ideas.

-¿Cómo es el proceso compositivo en Bloodhunter?

Normalmente yo escribo una canción, más o menos terminada, y se la mando a los demás. Ellos se suelen quejar y protestar, aunque suele quedarse el tema igual, jaja. Después le metemos la voz. También hubo dos canciones en el disco que las aportó nuestro bajista, una la compuso prácticamente él y la otra la hicimos entre los dos; en este caso él me puede mandar su idea y yo le puedo dar forma o aportar algún detalle, pero normalmente yo termino la idea y se la mando a ellos dos.

-Habéis escogido “All These Souls Shall Serve Forever” para promocionar el disco con la realización de un vídeo clip.  ¿Estuvisteis de acuerdo a la hora de escoger esta canción?

En realidad no, ellos querían otra: “Let the storm come”, pero es que este tema se vende solo, no necesita vídeo clip. “All these souls shall serve forever” era un poco más accesible e igual un poco más difícil de descubrir en un primer momento para el oyente.

                                   Bloodhunter: "All these souls shall serve forever". Vídeo oficial.

-Me gustaría que nos contases algo sobre “Possesed by myself”. Me llama especialmente la atención.

Es un milagro que esté en el disco, pasó de todo con este tema. Los demás no querían que la incluyésemos en el disco, que no tenía nada que ver con el grupo. Yo les dije que compusiesen otra para poder llegar al número total de temas que estimábamos necesario para el disco. De todos modos intenté modificar algunos matices para que el resto del grupo la viese más cercana a Bloodhunter. La verdad es que al principio estaban un poco reticentes, aunque es una de las canciones por la que más nos preguntan

-¿Diez temas propios y una versión era el número inamovible de temas a incluir?

Es que me gusta que el disco tenga un número amplio de temas, no me hubiera gustado sacar nueve temas y una versión. El número diez de temas propios me parece el adecuado, luego todo lo que venga.

-Otra cosa que me ha llamado la atención del disco es que no se puede encasillar en un estilo como tal, veo elementos desde el Metal Extremo hasta cosas del Heavy de toda la vida.

El asunto es que cuando hicimos el primer disco queríamos sonar con un rollo maligno, intentábamos hacer melodías más oscuras y todo eso. Nos rompíamos la cabeza para no repetirnos, porque intentar sonar maligno y no repetirte es un quebradero de cabeza horrible. Para el segundo decidí no romperme la cabeza y dejar salir a la composición de manera natural; si suena feliz no pasa nada, puedes cantar la línea vocal más bruta. En el fondo es música. Las melodías del segundo disco son mucho más abiertas, algunas son más felices y otras no. No pasa nada, todas se dejan querer. Al añadir la voz conseguimos ese toque más extremo. No creo que seamos exclusivamente Metal Extremo, Death Metal o Black Metal. El que diga que somos Death Metal melódico es que igual no se ha escuchado el disco al completo. Supongo que se afirma porque la voz es gutural, pero si quitas la voz ya me dices lo que escuchas.

-Las definiciones siempre son complicadas y peligrosas.

Cierto, pero muchas veces se puede tender hacia lo fácil. Escuchas una voz femenina cantando en gutural, haces algún black beat  y ya tiene que ser Death Metal melódico.

                                       Fenris.                                                     Diva Satanica.

-En estos últimos tiempos ha cambiado bastante la manera de escuchar música, coincido con vosotros en lo importante de promocionar una determinada canción. De alguna manera se está volviendo a algo parecido al formato single de los años cincuenta y sesenta.

También hay que tener en cuenta que han cambiado mucho las cosas en estos años. Antes, cuando querías escuchar un disco, tenías que ir a la tienda, comprarlo y tener un sitio en el que darle al play para empezar a escuchar; actualmente lo tenemos todo al instante en los teléfonos móviles. Igual es por eso que como lo tienes todo inmediatamente, aquí y ahora, en cuanto pasan veinte segundos del tema y no te ha enganchado te vas al siguiente o cambias de disco. Hoy en día lo tienes todo en plataformas digitales como Spotify. El problema es que en la actualidad no cuesta prácticamente nada acceder a la música. Antes tenías que seleccionar muy bien los discos en los que invertías tu dinero y los llegabas a quemar de tanto escucharlos.

-O el entrañable concepto de quedar con los amigos en un bar y charlar sobre los discos que estás escuchando.

Eso, quedar con los amigos e intercambiar música e impresiones. Y de esto nos damos cuenta los que vivimos la época de comprar música en formato físico, imagínate estas nuevas generaciones que ya han nacido sin conocer esto. Hasta cierto punto en comprensible, vivimos cada vez más rápido.

-No hay cultura del esfuerzo. Se tiene acceso a todo casi de manera inmediata.

Lo que no te ha costado algo parece que lo valoras menos. Incluso muchos grupos no consiguen durar puesto que lo quieren todo y ahora, ven que eso no pasa y abandonan.

-Actualmente contamos con festivales como Leyendas del Rock o Madrid Is The Dark y, además de vosotros, suenan los nombres de otros grupos como [In Mute] u Orion Child. ¿Puede ser ahora un momento interesante para la música extrema en este país? ¿Piensas que hay un mercado en España para este tipo de música?

La escena está bien. Hay muchos grupos y muy buenos. El primer problema es que, pese a tener buena música, no la estamos exportando; las discográficas potentes de fuera lo que buscan son las ventas y no se arriesgan con los grupos de aquí. Además, y puede que en parte me equivoque, tengo la sensación de que la afluencia de público a los conciertos en nuestro país en general es baja. Así es muy difícil mantener a flote un negocio. Tampoco soy quien para decir a los demás lo que deben de hacer, la gente asistirá a lo que le guste, pero se ve que no interesa lo suficiente para que sea algo rentable.

                                                             Éadrom, Diva y Fenris.

-¿Hay alguna canción de este disco a la que le tengas un especial aprecio?

Para escuchar, porque me gusta el resultado final y porque pienso que representa bastante lo que es Bloodhunter, sería “Let the storm come”. Para tocar la que más me gusta es “Ezequiel 25,17”, me lo paso en grande al interpretarla.

-¿Y alguna canción que pienses que gana cuando la interpretas en directo frente a su versión en estudio o al contrario?

“The bloody throne” es un tema que en disco es una canción más, pero en directo la gente se vuelve loca; en cuanto empieza el riff de guitarra se caldea el ambiente. Nos dimos cuenta según la tocamos, así que habrá que hacerla en directo aunque en el disco pase algo más desapercibida. Otro tema que gana en directo es “Embrace the dark light”, aunque salió en vídeo clip pienso que es en directo dónde cobra otra dimensión. Es el final apoteósico, fuerza y tralla sin parar.

-¿Hasta dónde queréis llegar con Bloodhunter?

Lo más importante es escuchar a la gente que sabe de esto y seguir sus consejos. Nosotros ahora trabajamos la música, la imagen; nos pueden aconsejar que invirtamos más en promoción o que saquemos alguna versión en algún recopilatorio e intentamos escuchar a la gente que creemos que sabe. En esto estamos, trabajamos todo lo que podemos y el tiempo dirá. Parece que poco a poco esto va dando sus frutos, de hecho ya estamos componiendo el siguiente disco.

-Muchas gracias por vuestro tiempo, colaboración y disponibilidad para esta entrevista, os deseamos la mejor de las suertes para vuestra inminente gira durante este 2018.

Muchas gracias a vosotros por la entrevista, esperamos veros en los conciertos de la gira.





                                                    Bloodhunter: "Let the storm come".
 


domingo, 20 de mayo de 2018

“Space station # 5”: George Lynch/Kelly Keeling.


Traemos aquí este clásico del grupo del tristemente fallecido guitarrista Ronnie Montrose y que apareció en el mítico primer disco da la banda, también titulado “Montrose”; buen Hard Rock norteamericano de principios de los setenta, esos años rebosantes de creatividad y que sentaron muchas de las bases de lo que tanto nos gusta a algunos de nosotros.


La revisión de la canción viene de la mano de George Lynch a la guitarra, Kelly Keeling a las voces, Jeff Martin a la batería y Gunter Nezhoda en el bajo; cuentan además con la colaboración en las rítmicas de Kevin Curry. Una formación de lujo para revivir de nuevo esta canción, ofreciendo una lectura en clave de Rock potente y sin concesiones; la base rítmica sonando a piñón, la guitarra solista incendiaria de Lynch explotando desde el riff del inicio y la brutal voz de Keeling liderando el asunto mientras hace gala de la amplia gama de recursos de la que es poseedor.

                                            George Lynch.                                  Kelly Keeling.

La mayoría de la gente conoce a George Lynch como el guitarrista de Dokken, grupo con el que grabó sus trabajos más reconocidos y que le otorgaron la fama y el éxito durante los años ochenta, pero es menos conocida toda su producción musical posterior, tanto en solitario, con su grupo Lynch Mob o en los innumerables proyectos en los que ha hecho sonar su guitarra. En cuanto a Kelly Keeling, pese a haber trabajado con muchos músicos de primer nivel y poseer uno de los registros vocales más interesantes de los últimos años, permanece prácticamente desconocido a los ojos del gran público. Uno no tiene más que escuchar la colaboración que hizo junto a Yngwie Malmsteen dentro del tributo a Deep Purple que apareció a mediados de los noventa para darse cuenta de que lo de este tipo es especial, pero esto es marginal.


Lynch llamó a Keeling para que metiese las voces en uno de los discos en solitario que grabó el guitarrista, concretamente el que salió en el año 2004 bajo el acertado título de “Furious George”. Dicha obra se trataba de una revisión de versiones de clásicos de Rock, escogidos con un buen gusto y un criterio que demuestran el amplio y asentado bagaje musical del que hace gala nuestro querido Mr. Scary. Huye de los architrillados temas que nos agobian en cada nuevo recopilatorio, acercándose a otras canciones igual de representativas de la cultura musical de los últimos cincuenta años. Alterna temas que cualquier seguidor del Rock conoce con otras gemas más escondidas, pero igual de efectivas. Consigue recrear ese sentimiento de obra musical completa con cuerpo propio, que tan en desuso se encuentra hoy en día,  más allá de una mera colección de grandes éxitos. Buen Rock, con un sonido potente y orgánico producido por el propio Lynch y por Mike Varney, otro de esos visionarios que entiende algo de cómo hacer sonar esta música que tanto nos apasiona.

                                                   George Lynch: "Space staion # 5".