Encuentros HUSH.
Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
Clube de Adictos a Deep Purple
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Púrpura Chess
This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.
Todo llega en esta vida y el final
del verano no iba a ser menos, esta época del año tan intensa y especial para
muchos de nosotros toca a su fin acompañada en muchos casos por el sabor de las
experiencias vividas y las fotografías que guarda nuestro bendito cerebro,
tanto buenas como malas. Estas diferentes gamas de sensibilidades también
tienen su pequeño reflejo en la música, como no podía ser de otro modo, lo que
nos permite llevar a cabo interesante asociaciones entre los efluvios de lo
vivido y las diferentes piezas musicales que se agarran a nuestra piel, siempre
usando conexiones que se escapan a la pobre lógica humana; una vez más, la
grandeza de la música.
Hablar del verano es hablar de Beach Boys, eso es un hecho. El
mítico grupo de los hermanos Wilson y el primo trepa que se acabó
quedando con el nombre y los dineros tenía que aparecer en estos especiales en
algún momento y aquí están. La verdad es que casi cualquier canción que haya
salido de la cabeza de Brian Wilson, uno de los grandes genios de la
Historia de la Humanidad, sería elegible para ilustrar este apartado; se podría
hacer un monográfico sobre esta estación del año y su grupo sin ningún problema
y daría para numerosas entregas, tal vez el año que viene emprendamos esa
empresa. Sin embargo, en el actual curso nos queremos detener justamente en el
punto y final del calor. La nostálgica y a veces triste conclusión de un
periodo del año íntimamente relacionado con las vacaciones, los viajes, el
ocio, la diversión, el reencuentro o las nuevas experiencias -aunque también
hay que tener presente que no todo tiene por qué estar teñido de estos
colores-; también en este contexto se puede mover con absoluta facilidad y
talento el alma creativa de los Beach Boys, como no podía ser de otro
modo.
Brian Wilson.
La primera de las canciones que hemos seleccionado para abordar la
temática del final del verano es el tema que lleva por título “Back home”.
Un alegre y desenfadado corte musical que nos lleva sin demasiadas
complicaciones al retorno a nuestras ocupaciones de todo el año, la vuelta al
hogar que marca el final de ese periodo en el que hemos experimentado,
disfrutado, reído/llorado y en definitiva nos ha hecho sentir vivos. Este tema
se enmarca dentro del álbum “15 Big Ones”, editado en 1976 y que
representa la vuelta al ruedo de un Brian Wilson que por aquel entonces
se encontraba inmerso del todo en la batalla contra sus demonios personales; un
tipo con tanto y tantos talentos debía tener unos infiernos personales fuera de
norma, alguien con una sensibilidad tan especial debía de encontrar
especialmente difícil lidiar con todo aquello que le atormentaba. Este disco
estaba formado por versiones de clásicos del Rock n’ Roll y algunas
composiciones nuevas, por lo visto el grupo no quedó satisfecho del todo porque
les pareció un disco publicado bajo difíciles circunstancias y a medio hacer;
curiosamente fue un éxito y alcanzó los primeros puestos en las listas. Este
álbum fue el predecesor de esa joya llamada “The Beach Boys Love You” y
que fue publicado justo un año después, toda una declaración de principios de
lo que el insondable talento de Brian era capaz de hacer.
Beach Boys: "Back home". 1976.
Si “Back Home” es una bonita canción que sin grandes pretensiones
recrea el final de la etapa estival, el otro tema seleccionado para este
artículo ya es otra cosa; hablamos de “Summer’s gone”. Esta canción
apareció en el disco de reunión que los cinco Beach Boys supervivientes
a la vida y excesos del Rock n’ Roll lanzaron al mercado en el año 2012,
durante la increíble e impensable reunión que llevaron a cabo y de la que
fuimos testigos en España todos los afortunados que asistimos al único
concierto que ofrecieron en el festival Músicos En La Naturaleza. Pocos
músicos se han enemistado, se han hecho tantas tropelías, se han puesto a parir
de cara y de espaldas a la prensa o se han llevado a los tribunales como los
integrantes de la formación californiana. Sin embargo, alguien fue capaz de
alinear a todos sus mánagers y de sentar a los protagonistas en una misma sala
para convencerles de que realizar una gira conjunta de reunión era una buena
idea; Dios le bendiga. Supongo que los dineros que se ponían en juego jugaron
un importante papel. El caso es que de pronto nos encontramos en las tiendas de
discos -las pocas que todavía quedan- con esa maravilla que responde al nombre
de “That’s Why God Made The Radio”. Se trata de un disco formado por
composiciones separadas de los distintos miembros, ya que pretender que se sentasen
juntos a crear música sería demasiado. Sin embargo el resultado es perfecto, es
un hecho que esta manera de componer lleva siendo su modus operandi desde
hace años y no les ha ido mal del todo, desde luego.
Todo el disco raya a gran nivel, pero justo cuando llegas al final del
mismo te sorprende esa última canción que comienza con un sonido de fondo de la
playa y el océano. A continuación una suave melodía te saluda de manera
sugerente y te invita a que pases. La canción rebosa emotividad por los cuatro
costados y, de la mano de una sutil sensación de nostalgia, te va paseando
mientras evoca de manera sobresaliente todas las sensaciones de las que estamos
hablando. Es que de veras consigue hacerte ver la puesta de sol y la incipiente
victoria de la noche sobre la luz mientras te sobrecoge con la ternura y
sencillez de su melodía. La canción está compuesta por Brian Wilson, Joe
Thomas y Jon Bon Jovi; sí, el amigo Jon Bon, un tipo que me
produce sentimientos contrapuestos. El ínclito líder del grupo multiplatino Bon
Jovi alterna una carrera llena de altibajos y renuncias, alguien debería
recordarle cómo salía a escena en 1987 y qué tipo de música ofrecía al público;
ojo, que es un gran compositor, eso no se pone en duda, pero mucho me temo que
hace años que anda perdido en un viaje sin retorno hacia Bruce Springsteen
y hacia un estilo mainstream bastante irritante. De cualquiera de las
maneras firma una composición al lado de Brian Wilson que dice mucho y
bueno de sus habilidades. La canción finaliza en un bonito fade out de
casi un minuto que se funde con el sonido de fondo de la lluvia. Perfecto. Te
transporta sin remedio a la arena del atardecer mientras la suave brisa pega en
tu cara y contemplas la inmensidad de un mar que vence y engulle al sol.
Los escoceses Nazareth celebran sus cincuenta años en el mundo de la música con la inminente publicación de un nuevo disco titulado "Tattoed On My Brain", que está previsto que esté en las tiendas a partir del próximo día doce de Octubre. En estos días lanzan el segundo tema de adelanto de dicha obra, este interesante "State of emergency", que se une a la otra canción que colgaron en internet durante el verano y que se llama "Pole to pole".
Esta entrañable banda lleva desde finales de los años sesenta alegrando los oídos de muchos de nosotros. Un grupo que, pese a lograr unas ventas que altualmente han alcanzado el platino con su emblemático "Hair Of The Dog", imagino que no acabó de superar nunca los primeros lugares de la honrosa segunda división en cuanto a popularidad y éxito se refiere. Nazareth ha sido uno de esos grupos importantes que siempre han estado ahí, aunque no acabaran de alcanzar el estrellato; poco debe importar a los creadores de auténticas obras de arte como "Razamanaz", "Rampant", "Loud n' Proud", "Close Enough To Rock n Roll", "2XS" o el disco platino citado anteriormente, por poner unos cuantos ejemplos a bote pronto.
El grupo de los emblemáticos Dan McCafferty a las voces y Manny Charlton a las guitarras se hacían acompañar del bajista Pete Agnew y el tristemente fallecido batería Darrell Sweet. Esta fue la formación original y clásica que, acompañados en los ochenta por el también guitarra Billy Rankin, facturaron uno tras otros todos estos discos. Charlton salió del grupo a principios de los noventa dejando a McCafferty al mando de la nave, lamentablemente el vocalista tuvo que dejar la música en activo por problemas de salud en 2013 y solo realiza alguna que otra actuación esporádica en solitario. Por las venas de Dan McCafferty ha corrido desde siempre la pasión por los grandes del Rock n Roll como Little Richard, Otis Redding o Elvis -aspecto que nunca ha ocultado y del que se siente orgulloso-, lo que combinado con el toque Blues de Manny Charlton dio como resultado una abultada cantidad de canciones de esas que tanto nos gustan y que pusieron definitivamente a Nazareth en el corazoncito de muchos seguidores del Rock duro.
Dan McCafferty.Manny Charlton.
En la actualidad el único miembro fundador que sigue en el grupo es el bajista Pete Agnew que, junto a su hijo Lee en la batería y Jimmy Murrison en la guitarra, sigue manteniendo viva la llama del grupo. Para sustituir a McCafferty primero contaron con Linton Osborne, pero por problemas de salud el puesto al micro lo ocupa finalmente Carl Sentance. Entiendo que a mucha gente le pueda chirriar unos Nazareth sin McCafferty, pero si el vocalista original tiene que dejar la música no se me ocurre mejor repuesto que Carl Sentance. Este estupendo vocalista es una de mis debilidades, un tipo que tampoco ha alcanzado nunca el estrelalto aunque le sobran cualidades para ello. Sentance ha puesto su voz al servicio de algunos de los discos en solitario de Don Airey, además de haber colaborado con Paul Champan en el proyecto Ghost, con Geezer Butler en unas demos que acabaron formando parte del disco "Dehumanizer" de Black Sabbath, o cantando en el estupendo disco de Dario Mollo's Crossbones que se publicó hace apenas un par de años; por citar algunos ejemplos. También formó parte de uno de esos super grupos que se montan con la misma rapidez que no vuelves a saber nunca más nada de ellos y que se llamaba Power Project. Este grupo formado además por el bajista Jeff Pilson, el batería Vinnie Appice y el guitarra Carlos Cavazo -vaya tela de formación- sacó a la venta un único disco titulado "Dinosaurs" y que es del todo recomendable.
Pero volvamos a Nazareth. El caso es que están de celebración y para ello sacan un disco cuyos adelantos no suenan pero que nada mal. El grupo que grabó una de las mejores versiones que nunca haya escuchado: el tema lento "Love hurts" grabado originalmente por los Everly Brothers en 1960. Resulta curioso que fuera Nazareth el que consiguiera convertir esta composición en un hit a mediados de los setenta, algo normal por otro lado ya que la grabación que publicó el grupo en el disco "Hair Of The Dog" es una preciosidad. Aunque aún más curioso resulta el hecho de que esta canción no fuese incluida originalmente en algunas de las primera ediciones; otro día nos tendremos que deneter en este tema. Resulta que a mucha gente le suena o conoce la canción, pero no sabe que lo que están escuchando es la versión de Nazareth. Ahora a esperar para escuchar el disco en su totalidad y disfrutar de la gira de aniversario... echando una lagrimita al ver que Manny Charlton no está encima del escenario con ellos.
Este mes de Septiembre se cumplen diez años de la celebración de la
primera Heepvention en territorio español, la granadina localidad de Huétor-Tájar
acogió durante un fin de semana de Septiembre del año 2008 la convención de
fans y seguidores de Uriah Heep. Este asunto de las convenciones y los
encuentros de seguidores de grupos musicales no es una cuestión baladí, si se
dan las circunstancias adecuadas te puedes encontrar en lo más parecido al
cielo al asistir a un encuentro temático de estas características sobre tu
grupo favorito. En estos días en los que la inmortal banda del guitarrista Mick
Box publica su nuevo disco, que atiende al sugerente título de “Living
The Dream” y que suena como un cañón desde su inicio con el primer tema “Grazed
by heaven”, resulta entretenido recordar esta primera convención de heepsters
-sí, nada que ver con la moda de estos tipos que se dejan barba y todo eso- que
se celebró en tierras andaluzas. Me resulta curioso que, pese a que Uriah Heep
es uno de esos grupos absolutamente especiales y uno de mis favoritos de
siempre, apenas haya escrito nada sobre ellos en este foro; asunto que vamos a
solucionar de inmediato.
La iniciativa de esta convención corrió a cargo del vocalista John
Lawton, músico que formó parte de Uriah Heep y que puso su
excepcional voz a los clásicos “Firefly”, “Innocent Victim” y “Fallen
Angel”; menuda trilogía, pocos músicos pueden presumir de tener en su haber
una triada de discos de esta categoría publicados de manera consecutiva. Lawton abandonó
la nave Heep, aunque participó en la mágica reunión del grupo con
algunos de sus antiguos componentes en aquel concierto que tuvo lugar en la
mítica sala Shepherd’s Bush Empire de Londres a finales del 2001 y que
se presentó como el “Magician’s Birthday Party”. Volver a ver juntos sobre un
mismo escenario a la formación del grupo compuesta en ese momento por Mick
Box a la guitarra, Lee Kerslake a la batería, Trevor Bolder (R.I.P.)
al bajo, Phil Lanzon al teclado y Bernie Shaw a la voz,
acompañados para ese exclusivo concierto por John Lawton, Thijs Van Leer y
Ken Hensley -teclista, guitarrista, cantante y principal compositor de las
canciones más emblemáticas del grupo que no había vuelto a tocar con su grupo
desde que los dejó en el año 1981- supuso uno de los momentos más mágicos e
intensos de mi vida, tanto a nivel musical como vital.
Uriah Heep Londres 2001: Mick Box, Bernie Shaw, Lee Kerslake, Phil Lanzon, Trevor Bolder y Ken Hensley.
Esto de las convenciones, reuniones y conciertos de caridad -no
confundir con el significado estricto del término- es algo muy habitual en
Reino Unido y nuestro querido John Lawton decidió organizar un encuentro
de estas características para fans del grupo. Realizó unas cuantas llamadas y
pudo contar para un fin de semana de finales de Septiembre con la presencia
como invitados de algunos ex miembros de Uriah Heep: el batería Lee
Kerslake, el bajista Paul Newton y el teclista/guitarra/cantante Ken
Hensley. Hace años que Lawton reside en la costa Mediterránea
española, al igual que Hensley, y supongo que no debió ser demasiado
difícil llegar a acuerdos y cuadrar agendas.El resultado es a todas luces espectacular: nos encontramos con la
inédita reunión de cuatro ex componentes de Uriah Heep que, ayudados por
el guitarrista Jan Dumée, interpretarían un show único y exclusivo con
el repertorio del grupo. Para cualquier lector que no esté familiarizado con el
universo Heep esto puede resultar un asunto trivial, pero para los
seguidores de esta particular familia -casi, casi tan importante y enjundiosa
como la saga Purple- la decisión de que Hensley/Lawton/Kerslake/Newton
se suban juntos a un escenario para interpretar en directo material
discográfico de su grupo madre es algo que solo pasa una vez en la vida. Y
encima en España.
Heepvention Huétor-Tájar 08.
Así pues nos liamos la manta a la cabeza, nos montamos en el coche y
pusimos rumbo a Huétor-Tájar aquel final de verano 08 con la idea fija en la
cabeza de ver en acción a estos cinco músicos. Una vez más lo que vimos allí
fue descolocante, resulta que en un pequeño pueblo de la Andalucía profunda habían
decidido reunirse un puñado de músicos acostumbrados a pisar los más
importantes escenarios mundiales. Así mismo, hasta allí se habían desplazado
seguidores del grupo desde todos los rincones del mundo, aportando un colorido
a todas luces diferente de lo que los lugareños tenían acostumbrado a ver.
Llegabas al pueblo, te acercabas a la puerta del garito de la convención y en
el momento en el que ponías tus pies dentro del edificio era como si
atravesases la puerta de otra galaxia. De repente nadie hablaba español, te
encontrabas referencias discográficas y fotográficas al universo Heep,
alternabas con fans venidos de cualquier parte del globo terráqueo o departías
con el propio John Lawton mientras te tomabas una cerveza con una tapa
que inmediatamente te volvía a recordar que estabas en suelo hispano; me
resultó muy gracioso que en la publicidad del evento -en inglés, por supuesto-
se especificara que con cada consumición te obsequiaban con un “snack”, que
sería algo así como la traducción a lo cutre del concepto de “tapa”, algo
característico de nuestro país y de las poquísimas cosas en las que le llevamos
ventaja al resto del mundo. Recuerdo quela convención se extendía a lo largo de todo el fin de semana, aunque
nosotros solo habíamos comprado la entrada del día del concierto; el caso es
que nos acercamos el primer día a la puerta del recinto, con la mera intención
de saber dónde se ubicaba para el día siguiente, y acabamos dentro de las
instalaciones charlando con un Lawton y su mujer que parecían encontrarse
en su salsa dentro de su papel de organizadores.
John Lawton.
El día siguiente era el importante: el de la actuación en directo.
Resultaba curioso que durante las horas previas te pudieras dar un paseo por
las instalaciones y encontrarte con Lee Kerslake, John Lawton o el
propio Ken Hensley charlando amablemente con la gente de su entorno y
los fans allí congregados. En el caso de Hensley se encontraba con su
gente de confianza en un rinconcito de la planta alta del edificio. Pese a ser
muy mitómano en algunos aspectos del asunto musical, nunca he sido de agobiar a
los músicos, de pedirles autógrafos ni de solicitarles fotografías conmigo; al
artista le pido que me haga feliz compartiendo con nosotros su creación y todo
lo demás me resulta superfluo y casi innecesario. Pero lo que está claro es que
si había un momento y lugar para hacer ese tipo de cuestiones tan de fans, era
ese. Recuerdo que aproveché para charlar con la pareja del propio Hensley,
española y también mánager del artista, comentándole que pertenecíamos al Club
Oficial Español de Deep Purple y que estaríamos interesados en una
entrevista con Ken. Por aquel entonces todavía no me había lanzado al
fascinante ruedo de entrevistar a artistas y mis procedimientos fueron tan torpes
como patéticos, aunque siempre con el respeto hacia la persona y al músico como
bandera. Su encantadora mujer imagino que no nos acabó de tomar en serio y nos
dijo aquello de que ya se pondría en contacto con nosotros, lo que en este
argot viene a ser lo mismo que decir que no están interesados; si es que ni
siquiera llevaba el carnet de socio, una revista o cualquier otra referencia
que atestiguase mi afirmación. De cualquier modo este fue el germen de lo que
poco más tarde se acabaría convirtiendo en otra de mis pasiones: hacer
entrevistas.
Lawton & Kerslake charlando con el personal.
Hace ya diez años de este evento y mi memoria flaquea a la hora de
recordar el orden cronológico de las distintas fases o momentos de esta
convención. Me resultó muy curiosa una especie de subasta que se encargó de
llevar a cabo el propio Lawton, encantado de su papel de anfitrión
encargado de subastar los diversos objetos que allí hacían su aparición. Te
podías encontrar desde pequeños fetiches relacionados con las grabaciones de
esa trilogía mágica de discos de los Heep con su voz hasta artilugios
que poco a nada tenían que ver con el universo de Uriah Heep, pero que
pertenecían a la colección personal de John Lawton. Reconozco que lo que
más me sorprendió fue que… la gente pujase por ellos. Imagino que todo tiene su
propia lógica. Si cruzas medio mundo para acercarte hasta el dichoso
Huétor-Tájar en búsqueda de una reunión de die hard fans de Uriah
Heep, lo mínimo que vas a hacer es comprar algún tipo de souvenir
que te sirva como recordatorio del momento, aunque sea una lámpara de la mesita
de noche de Lawton.
Finalmente llegó el momento que la mayoría de asistentes esperábamos:
el concierto en directo de reunión. Sobre un sobrio escenario aparecieron Paul
Newton, Lee Kerslake, John Lawton y Ken Hensley; o sea, cuatro
partes sobre cinco de la formación total de Uriah Heep -aunque, como
comentamos antes, esta era la primera vez que los cuatro coincidían tocando un
repertorio Heep-. Les acompañaba para la ocasión el guitarrista Jan
Dumée, un músico que ha tocado con Thijs Van Leer en algunos discos
de los recomendables Focus y con el propio Lawton en un proyecto
llamado On The Rocks. El show comenzó con “The hanging tree” y
aquello fue, no sé cómo explicarlo, inexplicable. Poder contemplar en el año
2008 un show de esos músicos comenzando con la canción que abre el maravilloso
disco “Firefly” hacía que te transportases súbitamente a un plano astral
distinto. Después sonó “Stealin”, un clásico de Uriah que nunca
me dijo demasiado. El grupo sonaba empastado y el sonido era más que correcto.
En especial me gustó poder escuchar a Lee Kerslake, que poco tiempo
antes había tenido que dejar al grupo por sus problemas de salud; fue un placer
volver a verle sentado tras sus tambores. La siguiente en sonar fue “Sympathy”
y aquello se vino abajo. Este tema es una de las canciones que más me han
llegado desde siempre cuando hablamos de este grupo y el torrente de emociones
que provocó su interpretación en vivo con un John Lawton comandando a lo
grande es algo que no se presencia todos los días. La voz de Lawton rayó
a gran nivel en todo momento, pero es que aquí echó el resto. Caviar del bueno.
Tras “The wizard” le tocó el turno a la preciosa y delicada “Come
back to me”, todo un regalo para nuestros rendidos oídos.
Uriah Heep: "Sympathy".
El show estaba siendo espectacular, nada que ver con los repertorios
típicos -aunque también excelentes, ojo- que puedan ofrecer los propios Uriah
Heep y esto era algo que el público agradecía sobremanera. El asunto
continuó con “Free me”, también de la época de Lawton en el
grupo. Después interpretaron “Paying my dues to the Blues”, una canción
en solitario de John Lawton y que no desmereció en absoluto con lo que
todos los asistentes estábamos escuchando. Este tema aparece en el disco en
solitario de Lawton titulado “Still Payin’ My Dyes...” y es del
todo recomendable.
Lee Kerslake y John Lawton.
Tras unos momentos de silencio Ken Hensley hace que suenen unas
notas de su teclado y todo el público irrumpe con un aplauso: se trata del
inicio de “July morning”, supongo que lo más conocido y famoso de Uriah
Heep junto a “Easy livin” y “Lady in black”. Estamos ante una
de las creaciones más intensas de Hensley, otra muestra más que
comprehende todas las explicaciones que le colocan en la categoría de genio. El
“Child in time” particular de Uriah Heep, como muchos dijeron en
su día. Una canción llena de contrastes, plena de belleza, de quietud, de
sensualidad y a la vez portadora de la tormenta, de la furia contenida.
Imposible que no venga a la cabeza el tristemente malogrado David Byron,
vocalista original e irrepetible de esos primeros y clásicos Uriah Heep,
cada vez que suena esta canción. Para esta versión Kerslake se volvió a
hacer cargo de los agudos del final del tema, como lo hacía en la época que
coincidió en los Heep con el propio Lawton. A partir de ahí a
piñón fijo con “Gypsy” y “Easy livin” para llegar al gran final
tocando el clásico “Lady in black”. Setenta y cinco minutos irrepetibles
de una formación inédita de Uriah Heep. Un único día y un único
concierto.
Paul Newton y Ken Hensley.
Tras acabar la actuación allí nos congregamos unos cuantos de nosotros
frente a un chaval que estaba en la mesa de sonido. Todos, cada uno en nuestra
lengua de origen, nos apresuramos a solicitar al improvisado jefe de la mesa de
mezclas una copia de lo que acababa de suceder en ese lugar. Nuestro
improvisado amigo lo debía estar flipando, mientras nosotros le ofrecíamos
direcciones de email, teléfonos y demás formas de contacto de manera
compulsiva. Llegó un momento en el que el ínclito nos dijo amablemente que en
cuanto tuviera una copia del máster nos la enviaría; igual que la mujer de Ken
Hensley. Todavía no habíamos llegado al punto de disparate con los
dispositivos móviles de hoy en día y el personal no disponía de los útiles
necesarios para registrar la actuación y guardarla para la posteridad. Fue en
ese mismo instante cuando resolví que necesitaba una buena grabadora de audio
casi como el respirar.
Tengo guardado en un rinconcito de mi memoria este
entrañable finde tan atípico como especial. Recuerdo que charlé de
manera amena con un seguidor de Uriah Heep que venía desde Finlandia,
mayor que yo y con bastantes experiencia musicales que contar, y del que,
debido a mi incapacidad y hastío para mantener relaciones humanas
exclusivamente por escrito, no volví a saber nada. Lo que no se paga con dinero
es la posibilidad de vivir la experiencia de sumergirte durante un fin de
semana en un enfermizo mundo paralelo rodeado de seres diferentes y unidos por
la desquiciada pasión hacia una familia musical, acompañados por algunos de sus
propios músicos.
Fotografías de Esa Ahola y Conny Dittrich donde se indica.
Después de la
temporada de estío en los que me he encontrado con vosotros en la segunda o
tercerasemana de cada mes vuelvo a
‘reflexionar’ durante la primera.
En
esta ocasión sobre ubicaciones... Pues de unosaños a esta parte se ha hecho norma que en los conciertos se distingan
varios tipos de localidades con distintos precios: se comenzó con la
diferenciación de pista o grada, y se continuó con varias zonas de pista o de
graderío (algo lógico esto último). Esta circunstancia ya ocurría con
anterioridad en otros países y ha terminado por extenderse a España.
A
pesar de las ventajas inherentes a tener una localidad reservada, hay veces en
las que parece que en lugar de acudir a un concierto de Rock, vamos a presenciar teatro u otro tipo de espectáculo, ¡Hay
hasta acomodadores! Y creo que esa es un poco la tendencia: acotar, controlar
o, incluso, ‘domesticar’ al Rock. Un
amigo me decía que era lógico la edad media de los asistentes ya no es tan joven
demandan unos directos de Rock más
tranquilos, al menos fuera del escenario.
Ya
queda para nostálgicos recordar cuando se empezaban los conciertos sentados en
la grada y al aumentar la potencia o el nivel se bajabaa la pista y, según los casos, se iba
acercando al escenario; la música le llevaba hacia dónde necesitaba escucharla.
En el fondo, como en otras facetas de la vida el dinero lo va dominando todo.
Así, según del dinero de que dispongas o decidas dedicar al concierto puedes
adquirir una localidad mejor o peor para ver el espectáculo.Antes, era el tiempo o la habilidad/experiencia
en este tipo de eventos lo que primaba. En fin.