Encuentros HUSH.
Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
Clube de Adictos a Deep Purple
Clube de Adictos a Deep Purple
Púrpura Chess
This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.
Una sección de “Cortadillo, el
encargado de la Renol”.
Chascarrillos sobre los
tiempos que corren a pie de obra… en la cadena de montaje… en los pensamientos
de una vaca, que al no saber qué hacer… con el rabo mata moscas.
Esta sección de collages responde a visiones,
percepciones y miradas muy personales acerca de lo que la vida expone a través
de sus diferentes canales de expresión.
Sin pretensiones… desde la humildad de quien no sabe y desde la
grandeza de lo que la vida nos ofrece… cada collage representa un
golpe de inspiración de quien se considera tan ciego en estas cosas del arte.
No hay títulos… no hay descripciones ni explicaciones por ese respeto
que siento por la libertad de expresión y por la mirada libre… sin colorantes
ni aditivos… de quienes su curiosidad les ha traído hasta estas imágenes.
Hoy volvemos a escuchar esta bonita canción que presentaron los
guitarristas Micky Moody y Bernie Marsden en el primer y a la
postre único disco de estudio de los Company
Of Snakes, que no era más que otra denominación que este imprescindible dúo
puso en marcha para seguir el sendero musical que dibujaron junto a David Coverdale en Whitesnake. Dicha canción apareció en el álbum de título Burst The Bubble, un estupendo disco
lleno de un Blues Rock de ese bueno
que está por encima de los manidos estandars que casi todo el mundo que no
tiene ni puta idea de Blues maneja y
mancilla sin rubor alguno. Con la colorida voz de fuerte regusto de Stefan Berggren, un cantante sueco que
descubrieron nuestro encantador par de guitarras, se marcan una interpretación
pletórica de garra y dinamismo que te engancha desde que la empiezas a
escuchar. Además cuenta con el sello personal de la slide de Micky Moody en
el puente tras el estribillo que hace que el tema gane más enteros de los que
ya de por sí atesora. Moody tiene un
toque especial de slide, personal y reconocible al instante; no en vano
se tiene bien ganado el reconocimiento dentro del mundillo por su inspirada
manera de tocar la guitarra con el tubo.
Ya lo demostró sobradamente durante sus años dorados con Whitesnake y lo sigue haciendo en cuanto le ponen una guitarra
eléctrica delante.
Tanto Micky Moody como Bernie Marsden se han pasado
muchos años haciendo música juntos, concretamente desde que compartieron
estancia en los mejores años de la etapa más clásica de Whitesnake. El
grupo que montó David Coverdale tras la separación de Deep Purple
a mediados de los años setenta pronto se engrasó con la entrada de este par de
guitarristas tan sin par. Ambos fueron los principales responsables del sello
musical de Blues Rock/Hard Rock que durante esos años abanderó la
también conocida como Serpiente Blanca. Los dos acabaron mal con David
Coverdale, pero durante los años posteriores siguieron interpretando en
directo esas canciones que les hicieron famosos; normal por otro lado, son sus
composiciones y tiene todo el derecho del mundo a hacer con ellas lo que
estimen oportuno.
Whitesnake 78: Neil Murray, Bernie Marsden, David Coverdale, Micky Moody, Jon Lord y Dave Dowle. Grupazo.
El caso es que durante los años noventa y principios del nuevo milenio
la Moody Marsden Band han seguido presentando sobre los escenarios de
medio mundo ese ramillete de temas ganadores. Lo han hecho bajo diversas
denominaciones, de hecho seguir las peripecias y avatares de estos años de
nuestra querida pareja de bluesmen supone un apasionante ejercicio de
investigación para conseguir completar el delicioso galimatías que no
tuvieron más remedio que construir forzados por los diversos acontecimientos de
variada enjundia que se veían obligado a protagonizar.Una de estas formaciones respondía al nombre de The Snakes y no
era más que un combo que recuperaba el espíritu musical de esos Whitesnake
clásicos; sin olvidar la bandera del Blues; pero con una mayor dosis de Hard
Rock. Vamos, la continuación perfecta de la línea que se amputó cuando se
vieron forzados a abandonar el grupo de Coverdale a principios de los
ochenta. Con este grupo publicaron un directo con repertorio completo de los Whitesnake
y un disco de estudio titulado "Once Bitten". Ambos discos
contaban a la voz con otro de los descubrimientos de este par de excepcionales
músicos: hablamos de Jorn Lande. Como curiosidad podemos comentar que en
el libreto interior del disco aparecía como Johnny Lande. El ahora conocido como Jorna secas
puso la voz a esta agrupación y asombró al mundo entero con su poderío vocal y
su timbre idéntico al de David Coverdale. Moody & Marsden
aprovecharon esta asombrosa circunstancia para facturar un pedazo de obra
maestra en estudio con la que demostraban a todo el que les quisiese escuchar
por donde deberían haber continuado los Whitesnake de entonces. Todo un
puñetazo sobre la mesa que seguro no dejó indiferente a nadie que lo escuchó,
estoy convencido que incluso llegó a las orejas de David Coverdale y
apuesto a que no daría crédito al escuchar a la voz a un clon suyo en un estado
de forma tan exuberante.
Por desgracia el disco solo se publicó en un principio en Japón, de este modo un elevado público potencial ni siquiera se enteró de que este grupo
existía -ya ves, cosas de nuestro querido mercado musical-, por lo que acabaron
pasando con más pena que gloria hasta que se disolvieron. Como anécdota
cachonda podemos decir que el nombre del grupo estaba registrado a favor de Jorn
Lande ¿?, por lo que cuando salieron tarifando nuestros queridos M&M
tuvieron que montar una nueva formación con un nuevo nombre. Aquí es donde
salen a escena estos Company Of Snakes de Stefan Berggren a la
voz que acabaron registrando el disco sobre cuya canción versan estas letras. Esta
nueva formación aprovechó una invitación del prestigioso WackenFestival
para publicar un doble disco en directo utilizando el grueso de esa actuación,
de nuevo con el repertorio clásico de Whitesnake; sin problemas. Poco
después se lanzaron de nuevo al ruedo con el disco de estudio "Burst
The Bubble" en el que se encuentra nuestra canción protagonista. Este
disco no deja de ser una nueva regrabación de las canciones del anterior "Once
Biten" con el añadido de algún que otro tema nuevo y la versión de
este "Run run run".
Esta canción es una revisión del tema que compuso Matt Andes y que grabó con su grupo Jo Jo Gunne a principios de los setenta, en el setenta y dos para
ser más preciso. Otro gran tema que pasó en su día sin pena ni gloria y que Moody
& Marsden recuperaron para su nuevo disco. La canción lleva el clásico slide
de Micky Moody, un tipo que será recordado entre otras cosas por su
personal, inspirado y acertado uso del tubo en el mástil a la hora de tocar la
guitarra. Ni que decir tiene que la canción, pese a ser muy buena de por sí,
gana muchos enteros con el uso del tubito solista marca de la casa. Todo
un temazo de Hard Rock Blues de los buenos, aderezado con la profunda y
elegante voz de Stefan Berggren. Lamentablemente el disco tuvo tan poca
repercusión mediática como "Once Bitten" de los Snakes
y, poco después, el combo se volvió a desintegrar.
Nuestros tenaces protagonistas lo siguieron intentando, inasequibles
al desaliento, con otras tantas reencarnaciones del mismo proyecto. No obstante
acabaron tirando la toalla definitivamente tras unos cuantos intentos nada
fructíferos y, no sabemos los entresijos de lo que pasó en profundidad al final
de todo, pero lo cierto es que la hasta entonces infranqueable relación entre Micky
Moody y Bernie Marsden parece que se resquebrajó hasta el punto de
que no se les ha vuelto a ver juntos. Incluso en el concierto homenaje al
tristemente fallecido Jon Lord, pese a ser invitados y asistir ambos al
eventos, no llegaron a compartir escenario; ni siquiera en un evento tan
significativo como ese. En fin. Ambos han publicado sus respectivas
autobiografías, de lectura obligada para todo aquel que sienta algo por el Blues
Rock, pero ninguno ha abordado el tema de la ruptura. Desde luego que es una
pregunta obligada si alguna vez nuestros caminos tienen la fortuna de cruzarse.
Pero hasta entonces disfrutemos una vez más de su buen hacer cuando de música
va el negocio. Tal vez la mejor pareja de músicos a la hora de hacer Blues
Rock de ese con caña; solo tal vez.
Company Of Snakes: "Ride ride ride / Run run run".
Damos la
bienvenida a un nuevo colaborador en este pequeño universo de amantes de la música
y de otras manifestaciones artísticas en forma blog. Dejamos que sea él mismo
quien nos comente alguna pincelada básica sobre esta nueva sección que no busca
más que el entretenimiento musical de la mano de nuestra querida palabra, un
bien muy preciado en estos tiempos que corren. Os dejamos en sus manos:
La idea de esta
sección es la de jugar, divertirse, provocar, sin más pretensiones, utilizando
material real y ficticio, poner la verdad y lo imaginado juntos, lo que podría
ser y no fue, lo que es posible que sucediera y no sucedió o tal vez sí, para
que caminen de la mano lo absurdo y lo evidente. Que el lector interesado
compruebe la veracidad de las fuentes o que simplemente disfrute sin más, o se
aburra, o enfade –no es esta mi intención, pero tampoco entra dentro de mis
posibilidades evitarlo; ya me gustaría-. Este artículo, con cierta sorna, nace
de mi incomprensión hacia ciertos críticos, de su uso exagerado del inglés; de
su excelso dominio del lenguaje, que admiro por un lado, pero por otro, a veces
y solo a veces, a uno le gustaría saber si el disco es bueno, malo o regular…
Los Experimentos con la Prosa.
Esta es la historia de mi vida, del Rock and Roll suicida, que nace para correr, que corre, corre,
corre, que es cerrado como la leche, da patadas adolescentes, que es siempre
joven, que va en cohete a Rusia, llamando a Londres, en las calles de Madrid y
en el muro de Berlín, de vuelta a la Unión Soviética, en el Blues de la lápida, desde mi atalaya,
estaba fumando en el agua, cuando una odisea en el espacio, trajo un bebé al gueto, donde a su manera, se convirtió en
luchador callejero y cayó en la heroína y la aguja y el daño hecho… ¡Quillo, aquí estoy de nuevo! Listo para
el Country, llamando a las puertas
del cielo, con mi hermana morfina, con la mística chica, con sus satánicas
majestades y el álbum de navidades de Phil
Spector, ¿y no sería maravilloso? Pero la gente no es buena, el hombre que
vendió al mundo (en un mercado de Wuhan), es un síntoma del Universo. No habrá
rendición y mira que lo intento, pero, por más que busco, no encuentro: la
satisfacción.
No se me ocurre mejor manera de comenzar el nuevo año que de la mano de la música de Asia. No hablo de la formación clásica compuesta por Geoff Downes, Carl Palmer, Steve Howe y John Wetton (D.E.P.), que también es muy buena; no. Me refiero a los Asia de Geoff Downes al teclado, John Payne al bajo y voces, Guthrie Govan a la guitarra y Chris Slade en la batería; casi ná. Recordemos que el grupo original surgió de la cabeza del todopoderoso John Kalodner, gurú de la también todopoderosa multinacional Geffen. De Kalodner no vamos a decir nada ahora porque ya nos hemos referido a su persona en otras ocasiones. El caso es que se le ocurrió montar un súper grupo que aunase la enrevesada complejidad de Rock Progresivo y la accesibilidad melódica de AOR de calidad... y lo logró... una vez más.
Asia es un grupo que lleva en activo desde el año 1981. Dentro de sus filas han militado un buen número de músicos, se han producido un montón de cambios, idas y venidas de distintos miembros y demás avatares imposibles de relatar sin sumergirse en profundidad dentro del asunto. La casuística de las distintas formaciones de Asia y todas las disfuncionalidades que han sufrido darían no solo para un blog, sino para una encliclopedia entera. Diremos solo que Geoff Downes sigue siendo el único miembro fundador que ha pasado por todas las encarnaciones del grupo, aunque hubo un tiempo en el que dos formaciones del grupo llevaban un nombre similar... Seguro que en otro momento nos lanzamos a tumba abierta a por ello.
Asia 2004: Chris Slade, John Payne, Geoff Downes y Guthrie Govan.
Este maravilloso disco se publicó en el año 2004, hace ya la friolera de diecisiete años, y su sonido sigue todavía vigente e intacto. Cuando la formación original abandonó el barco fue la mano, la clase y el buen hacer de John Payne el que mantuvo a flote al grupo, facturando una serie de trabajos discográficos a cuál mejor. Este "Silent Nation" fue el último que publicaron antes de que Downes consiguiese convencer a los miembros originales para hacer una gira de reunión que resultó un éxito, claro. En fin. Pese a que me gustan todos los discos del grupo, debo reconocer que siento predilección por la formación que grabó el redondo cuyo tema título nos ocupa. Ya sé que no es políticamente correcto decirlo, pero me parece que el guitarra Steve Howe es uno de los músicos más sobrevalorados que existen en el universo. Un tipo al que no se le puede negar una cierta visión musical vanguardista para su época, pero que como instrumentista me dice muy poco para la figura tan grande que tiene creada. Todavía estoy por escuchar un solo de esos finos que hacen los elegidos. Cuando escuchas al bueno de Steve nada suena natural, todo va muy forzado, y a la hora de digitar me parece de lo más simple; vamos, que para mí solo hay un Howe: Greg Howe. Pero esto es marginal. A su lado alguien como Guthrie Govan representa todo lo contrario. Un músico elegante, con mucho recorrido técnico, fluido y de esos pocos capaces de hacer que lo complicado e innacesible para el resto de los mortales suene natural y libre en sus dedos. Y de John Payne solo decir que tiene la voz y el coco amueblados con un criterio y elegancia exquisitos. Si a esta formación le sumas un batería de pegada y técnica como Chris Slade -imposible olvidar a Carl Palmer, uno de los mejores baterías de toda la Historia-, pues solo pueden salir de ahí cosas de esas que hacen que se te caigan los cojones al suelo.
Hemos escogido esta canción, pero podíamos haber seleccionado cualquier otra. En este disco y en esta canción consiguieron equilibrar el personal sonido de la marca Asia. Algo que resulte cómodo y accesible para la oreja, pero que lleva bastante trabajo y complejidad por detrás; desde las bases rítmicas hasta la propia estructura interna del tema, sin olvidarnos del finísimo solo que nos regala Govan. Tiene el toque melódico que Payne le da a todo lo que toca junto a los destellos progresivos que siempre han acompañado el grupo, por mucho que les pese a los puristas progresivos. Esos mismos puristas a los que nunca les llegó a dar la luz del sol, pero que se las apañan para hacernos saber al resto de la humanidad que toda la música es una mierda sin valor, salvo sus cuatro grupos de referencia. En fin, Asia siempre sobrevoló por encima de ellos. El grupo ideal para afrontar el frío pero especial mes de Enero. Por cierto, incluso la letra tiene su enjundia. Y hasta la portada es una delicia, con esas gentes pululando por las calles con la boca borrada de sus rostros... ¿una premonición de lo que estaría por llegar dieciseís años después?
Este mes los protagonistas de nuestra evocación metálica son los
toledanos Subterráneo. Esta banda es
un claro ejemplo de un grupo joven de la segunda mitad de los 80 que prometía
con un debut destacado, pero al que su época se les volvió en contra y les
impidió plasmar todo su potencial en el orbe rockero.
La historia de Subterráneo
comenzó en el barrio del Polígono de la capital de Castilla La Marcha cuando
por iniciativa de un profesor de inglés se formó el grupo. Él tocaba el bajo y
junto a Antonio Quintanilla como
guitarra y cantante, Fernando Martín
a la batería y César Mendoza también
a la guitarra se iniciaron tocando versiones, pero muy pronto el maestro dejó
la banda y su lugar lo ocupó Raúl Martín.
Ya con esta formación y siendo unos chavales, alguno menor de edad, se
fueron a Barcelona a grabar una maqueta de siete temas. La demo despertó el
interés de la discográfica Divucsa.
Así que unos meses después y también en la Ciudad Condal registraron su primer
lp titulado ‘Toledo’ de 1987 que
salió bajo el sello Tranvía. Era un
trabajo bastante bisoño, pero la inexperiencia de los músicos no impedía
vislumbrar la capacidad y la aptitud para el Heavy de este cuarteto toledano. Era un álbum de debut destacado,
con temas como ‘Dictador’ o el
homónimo del disco, que les sitúo dentro de la escena rockera del país. Como
curiosidad decir que el vinilo original de ‘Toledo’
se ha convertido en uno de los discos más cotizados para los coleccionistas del
género tanto por su nivel como por el reducido número de copias que se
fabricaron en su día.
A pesar de ese alentador disco, en seguida llegaron los poco propicios
años 90; cambios en la formación y el servicio militar obligatorio, la mili,
que desgajó a la banda. Sin embargo, Subterráneo
se rehízo. Hubo cambios en su line-up,
entrando Ángel Pérez a la voz y Javier González, que sustituyó a Fernando Vargas, en las baquetas. El
grupo incrementó su actividad en directo y registraron dos maquetas como
preludio de su segundo lp. De hecho llegaron a grabar ‘Siempre solo’, del año 1991, en los estudios M20 de Madrid, pero finalmente no encontraron compañía que
publicara el disco. Y eso que una canción suya, ‘Cientos de kilómetros’, apareció en el recopilatorio ‘Emisión Pirata. Vol. 1’ en el año
1991. Pero ni por esas. Ese revés y una situación donde el Heavy estaba un poco de capa caída, provocó que la banda se fuera
apagando poco a poco hasta que en 1993 nos dijese adiós.
Más de diez años tendríamos que esperar para volver a encontrar alguna
noticia de Subterráneo, fue la
inclusión de su tema ‘Toledo’ en la
compilación ‘Destrozando el olvido’
del sello Desobediencia en el año
2004.
Tiempo después, concretamente ya en 2010 y de la mano de Hispania Metal, se reeditó el primer
disco de Subterráneo. La compañía
discográfica decidió recuperar ‘Toledo’, añadiéndole cuatro temas extra.
Sin embargo, el que seguía todavía continuaba sin publicarse era su
segundo álbum, ‘Siempre solo’.
Tuvieron que pasar 25 años desde su grabación, en 2017, para que por fin viera
la luz y lo hizo a lo hizo a lo grande en una edición para coleccionistas en
formato digipack. Incluía las seis
canciones de las maquetas del 89 y del 91, un dvd con diferente material del grupo
-piezas históricas, anécdotas, comentarios y galería fotográfica- y el
concierto íntegro que ofreció la banda en el Recinto Ferial del Polígono de Toledo el 24 de junio de 1992.
Después de Subterráneo:
César Mendoza milita desde
1998 en el grupo Humo Sapiens con
los que ha grabado ‘Cromosoma 48’ en
1999, ‘II’ en 2008, ‘En los bolsillos’ en 2011 y ‘Canciones perdidas’ en 2019.
Raúl Martín Maestro formó la banda
Manos Amarillas donde cambió el bajo
por la guitarra. El grupo practicaba una especie de Rumba Rock y grabaron ‘Tiritando’ en 2003. Después formó
parte de Fitipaldix, un combo de
tributo de Fito y los Fitipaldis, y
de Hermanádos, que versionea a los
mexicanos Maná.