Clube de Adictos a Deep Purple

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Púrpura Chess

This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.

Púrpura Chess

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miércoles, 29 de junio de 2016

Para qué adquiere, compra, graba o descarga música la gente. III.




En estos inciertos tiempos que corren en los que resulta casi inaudito que alguien pague dinero por comprar un cd y en los que casi todo el mundo acumula o consume música como un subproducto inmediato, de esos de usar y tirar, resulta imposible sustraerse a las motivaciones que podemos tener las personas para acumular o adquirir  música en sus diferentes formatos y soportes. La era digital ha cambiado muchas costumbres relacionadas con el hecho musical y plataformas como Spotify, Itunes, Deezer , Amazon u otros sitios de streaming han irrumpido con fuerza para servirnos canciones al por mayor como si se tratase de comida de cualquier cadena de cutre-hamburguesas.


Con el deseo de cerrar la trilogía sobre inquietudes musicales se nos ha ocurrido una clasificación que explica distintos perfiles de público y sus motivaciones para adquirir música en cualquiera de sus posibles variantes. Vuelve a ser esta una distribución deliciosamente relativa, seguro que cada uno puede hacer la suya propia.


  1 - Para almacenarla.

El primer tipo de espécimen que vamos a abordar por aquí responde a un perfil que ha existido desde que la música es música. Se trata de ese sujeto que tiene como máxima recopilar la mayor cantidad de música posible. No está claro el hecho de que la vaya a disfrutar, puede que ni siquiera llegue a escucharla jamás; lo importante, sin duda, reside en el hecho de poseerla y almacenarla.
Hace años, en esa época pleistocénica en la que no existía internet ni descargas gratuitas y para adquirir música debías comprarla, esas personas tenían la sana costumbre de grabar todos los discos que caían en sus manos. Y, si no caían en sus manos, no tenían ningún reparo en pedirte que les pasases toda tu discografía; toda. Poco importaba el tipo o estilo de música, de lo que se trataba era de acumular.
En la actualidad, las nuevas tecnologías se lo han puesto mucho más fácil. Internet se ha erigido como ese nuevo amigo o conocido global al que pedirle toda suerte de discos. De nuevo la cuestión musical pasa a ser secundaria, se lo bajan todo y punto. Incluso ha aparecido toda una nueva generación que, no solo se lo descarga todo para probablemente no degustar nada, sino que además opina que esto debe ser así y que no se debe pagar por adquirir música. Inquietante.


  2 - Por inercia.

Aquí no hay un especial afán de recopilar porque sí. Las personas que se pueden incluir dentro de este perfil realmente llegar a disfrutar la música que poseen y les ayuda a ser felices. El asunto es que lo llevan haciendo toda la vida y forma parte de la costumbre. Muchas veces no hay un requisito especial para que determinado disco pase a formar parte de tu vida, simplemente te lo grabas y a la estantería o al disco duro.


  3 - Porque se lo pasan los amigos.

No podían faltar los amigos por aquí. Sin duda todos conocemos a alguien cuya vida no gira en torno a la música ni tiene una especial colección de discos, cds o carpetas de archivos en su ordenador. Lo curioso aparece cuando de pronto te sorprenden al informarte de que han adquirido algún nuevo cd, de esos poco conocidos o habituales. No es que se hayan convertido a la religión de aquellos obsesos que vivimos entre estrofas y estamos en un permanente estado de alerta buscando la nueva joya musical que siga iluminando nuestra existencia, simplemente es que se lo ha pasado un amigo. Incluso podemos encontrarnos a gente que solo tiene en su casa la música que le han ido pasando los amigos durante su vida. De cualquier manera la importancia de los amigos sigue siendo capital. Cuando cae en tus manos una joya musical, uno tiene la obligación moral de compartirla con la gente que te importa, aunque el destinatario tarde tiempo en comprender la grandeza de aquello que le regalas. Una vez más el asunto tiene esa connotación religiosa: siembra, que algo queda.



  4 - Para regalar o para recibir un regalo.

Un clásico. No se me ocurre mejor regalo que hacerle a alguien que sea importante en tu vida. ¿Ropa, colonias, corbatas, platos que ponen eso de “te quiero…” o similares? No; no hay nada como regalar música y, si aciertas, la satisfacción y el éxito resultan plenos. No es superable el hecho de obsequiar con un disco a alguien importante para ti y que le guste de verdad, puedes dar por seguro que los recuerdos de ese regalo y de ese momento van a acompañar durante el resto de la vida a la persona a la que se lo has regalado. Nada es comparable a esa experiencia mística; bueno, podemos considerar el regalo de un libro como algo que puede producir un efecto similar, pero no es lo mismo. Hay que tener en cuenta que el libro tiene las cualidades necesarias para producir ese efecto de recuerdo imperecedero. El asunto es que la música tiene una inmediatez mayor. Resulta muy complicado que te leas un mismo libro más de diez veces, mientras que hay discos que puedes llegar a escuchar cientos de veces a lo largo de tu vida. También hay que contar con que puede ser que escuches una determinada canción en cualquier contexto de tu devenir diario que inmediatamente active el recuerdo del regalo y sus sensaciones; imposible competir con eso.


  5 - Para coleccionar.

Uno de los principales motivos para acumular ingentes cantidades de material discográfico en los sufridos estantes de nuestras humildes moradas y librar nuestras sufridas conciencias de culpas que no dejan dormir es el coleccionismo. Bajo esta bandera enarbolamos esa extraña fijación por poseer todo el material musical existente de nuestros grupos preferidos. Esta panda de adorables frikis perdidos nos sentimos incapaces de explicar dentro de las coordenadas del razonamiento humano las motivaciones que nos llevan a abarrotar nuestras residencias, pequeñas y humildes en la mayoría de los casos, de ese número descomunal de vinilos, cds, cassettes y un sinfín inimaginable de memorabilia musical de variado pelaje. Es igual, nadie sabe explicar el por qué pero siempre hay un momento a lo largo de tu vida en el que necesitas escuchar tal o cuál disco mientras manoseas la portada, el libro, una foto o el artilugio más descabellado e inimaginable que se te pueda ocurrir. En este sentido el seguidor del grupo Kiss conforma una subespecie con características propias, puesto que el propio grupo, sabedor de esta debilidad humana, lleva años sacando al mercado un abanico de productos de merchandising que comprende desde soportes musicales, ropas o vasos hasta productos tan surrealistas como preservativos o… ataúdes; sí, en el caso de que fallezcas el adorable bajista Gene Simmons lo tiene todo preparado: te vende un ataúd personalizado por un pastizal y listos.


Dentro de esta peculiar raza humana nos podemos topar con diferentes especies. A la cabeza de la pirámide evolutiva se encuentran los coleccionistas de productos originales de los músicos. Es este un grupo selecto y selectivo que se caracteriza por la necesidad de poseer objetos únicos y originales, pudiendo pagar sumas de dinero verdaderamente astronómicas para poder adquirir la primera edición descatalogada del disco fantasma de un grupo o los pantalones desgastados con los que el artista de turno grabó su canción más famosa; todo vale y todo es coleccionable. En un rango menor se encuentran otros sujetos, poseedores también de una deliciosa pedrada musical, que prefieren almacenar discos originales, pero a los que les valen también las copias. Suelen ser mirados con desdén, suspicacia y, por qué no, un cierto grado de desprecio por parte de los coleccionistas originales de los que hemos hablado antes. En un mundo elitista y complejo, este del coleccionismo, regido por sus propias y singulares leyes.


  6 - Por publicidad o por aparentar.

Hay gente que nunca sabremos si se dedica a escuchar y recopilar material discográfico, lo que está claro es que demuestran un especial hincapié en hacérnoslo saber por activa y pasiva. No tenemos más que sumergirnos en alguna de esas deliciosas y apasionantes conversaciones sobre música al abrigo de la barra de cualquier bar y de nuestra bebida preferida. Si damos con el interlocutor adecuado tendremos la suerte de asistir a un master universitario en conocimientos musicales y vitales; también nos vale un entorno tan dado a ello como el final de cualquier concierto, con la posterior sesión en el primer tugurio que tenga a bien atender a esa sarta de melenudos que se pasan todo el día hablando de pamplinas. Los distintos actores que pueden participar en estas improvisadas sesiones conforman una fauna variada y propia en sí mismos, pero lo que no suele fallar casi nunca es el espécimen que posee nociones sobre todo tema a tratar y  deja caer con displicencia la colección musical que supuestamente atesora. Generalmente se les cala a la legua y, muchas veces, ellos mismos van corriendo de cabeza al fango de sus propias palabras. Nos podemos encontrar de todo: fans de primera fila, puretas ocasionales y hasta los propios músicos de otros grupos que han asistido al evento, la mayoría de las veces como un acto puramente social en el que el objetivo principal puede ser el de dejarse ver por el resto de la plebe. Conviene reseñar que normalmente el grado de conocimiento y volumen de la propia biblioteca musical de cada improvisado interlocutor suele ser inversamente proporcional a su deseo de notoriedad en la casual conversación; como en casi todos los demás ámbitos de la vida.


  7 - Porque se la regalan.

Aquí nos encontramos a todos aquellos que reciben música como regalo sin pagar por ella. No queremos referirnos a los destinatarios del apartado anterior de los regalos a la gente de tu entorno. Se trata fundamentalmente de la gente que trabaja en los distintos medios de comunicación, periodistas, locutores, gente dedicada a la promoción e informadores varios. Dentro de este grupo nos encontramos con sujetos de variado pelaje y la casuística puede ofrecer un abanico de perfiles tan abultado como sorprendente. Aquí habitan desde periodistas que disfrutan con prácticamente todo lo que llega a sus oídos, escuchando y manteniendo más o menos sus propios criterios musicales a la hora de comentar la música que reciben, hasta individuos que se rigen por otro tipo de criterios para evaluar cada cd que cae en sus manos y que suelen ser menos rigurosos… por decirlo de modo suave. En este segundo tipo de perfil nos podemos encontrar con que el informador de turno reciba una interesante cantidad de discos de actualidad de grupos importantes que tenga que comentar y desgraciadamente la valoración suela depender más de lo generosa que se muestre la compañía discográfica de turno que del valor intrínseco de la música del disco; qué coño, dudo incluso que lleguen a escuchar cada disco en su totalidad antes de emitir su crítica. Este tipo de individuo suele estar en una posición de cierto poder dentro del mundo de las comunicaciones y suele aparecer estrechamente relacionado con el mismo que realiza la crónica de un concierto cometiendo errores al comentar las canciones que ha interpretado la banda o incluso equivocando el nombre de los integrantes del grupo al que supuestamente ha ido -invitado, por supuesto- a ver actuar para cubrirlo informativamente hablando. La verdad es que hemos mejorado bastante en los últimos años. Ahora que está de moda nuevamente Rainbow con la vuelta de Ritchie Blackmore al Rock recuerdo la crónica del concierto que se publicó en la prensa española especializada allá por el año 1995 con motivo de la gira de presentación del hasta ahora último disco en estudio de la formación Arcoíris. El escriba de turno nos soltó media crónica con los manidos clichés de que si el grupo, que si Blackmore, que si el público de las primeras filas, que si el ambiente… y en cuanto empezó a comentar algo sobre las canciones lo primero que nos dijo fue que el grupo empezó tocando el tema “Burn”. Estuve en ese concierto y no daba crédito a lo que leía, puesto que empezó con “Spotlight kid”; equivocarse con el primer tema y con una canción tan emblemática como “Burn”. Pero es que el resto de la crónica mantuvo ese mismo nivel. En fin, el colmo del profesionalismo. Otro de los vicios de la prensa ha sido el de comentar los discos teniendo solo un adelanto de tres o cuatro temas. Repito, afortunadamente se ha avanzado mucho en estos últimos años.

                                                               Rainbow 2016.

Menos mal que todavía siguen quedando auténticos periodistas que son escrupulosamente profesionales y se toman su trabajo con la seriedad necesaria. Siempre me ha parecido tarea compleja la de evaluar o comentar un disco o un concierto en directo y valoro mucho cuando cae frente a mis ojos un escrito de alguien que desprende conocimiento y pasión por lo que escribe.


  8 - Tras ver al grupo en concierto.

Otro tipo de gente es la que no suele acercarse a las tiendas de música –que casi han desaparecido por completo- pero que puede adquirir el disco de un grupo en la propia zona de merchandising después de ver la actuación en directo. Este perfil puede estar directamente relacionado con el perfil de coleccionista, anteriormente comentado. Desde luego pocas cosas pueden hacerle más ilusión a un artista que alguien que no conozca especialmente tu música se decida a comprar tu disco tras verte tocar en directo.


  9 - Para colaborar con el mantenimientos de la propia música y de los grupos.

Este es un perfil muy curioso. Hay gente que, además de disfrutar la música y pagar por ella, tiene el sentimiento de cooperar con la causa de los grupos musicales. Nos encontramos con personas que adquieren un cd o dvd original a la semana, al mes o al trimestre con el motivo de aportar su pequeño granito de arena para subir las ventas de los artistas musicales. Hay que tener en cuenta que el tema de la piratería está haciendo mucho daño y que es una lástima que esté creciendo una nueva generación que considera que la música debe ser gratuita y que casi le haces tú el favor al grupo por escuchar su música; habría mucho que debatir al respecto, todos lo sabemos.
Lo que está claro es que en los últimos años el comprador de música original es una especie en peligro de extinción que debe sortear una serie de obstáculos a diario para seguir subsistiendo. La propia industria tiene una parte importante de culpa. En su afán recaudador nos impuso el formato cd, cuando ya teníamos el vinilo y el cassette, sin darse cuenta de que en realidad estaban poniendo a la venta el propio master de la grabación; antes, si hacías una copia del vinilo o del cassette, perdías calidad, pero con el cd puedes hacer una copia que quede exactamente igual de cara a la percepción del oído humano. Y no pensemos que sacaron este formato para ayudar al sufrido oyente mejorando la calidad de escucha –conviene recordar que el vinilo es el formato que mejor fidelidad sonora sigue ofreciendo- lo hicieron para poder seguir subiendo los precios. No puede ser que determinados discos de actualidad se encuentren en las tiendas a un precio de salida de 18 a 22 euros –casi cuatro mil pesetas de las de antes-. Un claro ejemplo de que la avaricia rompe el saco. En el lado contrario tenemos las series medias de discos clásicos que pueden salir de 3 a 6 euros. Es igual, esta nueva generación de la que hablamos no comprará ni unos ni otros.


  10 - Solo y siempre del mismo músico o grupo.

Un clásico. Seguidores que profesan fidelidad, y a veces exclusividad, al grupo o artista de turno. Puede pasar completamente de la actualidad musical, las nuevas tendencias, la octava maravilla musical de la que habla todo el mundo, pero seguirá al pie del cañón cada vez que su artista fetiche saque su nuevo disco y acudirá a comprarlo religiosamente a su tienda de toda la vida -si es que sigue abierta, claro-. Una vez más el ejemplo básico es Yngwie Malmsteen, uno de los músicos vivos que más pasiones y fanatismos puede despertar entre el público musical.

                                                        Yngwie Malmsteen.

  11 - Solo y siempre si cantan en español.

Variante del apartado anterior. Solo sigue la música interpretada en el idioma de Cervantes y del mismo modo solo se interesa por conseguir material bajo esta premisa.


  12 - Para colgarla de internet.

Este perfil ha aparecido en estos últimos años, con la irrupción de internet en nuestras vidas. Aquí podemos encontrarnos con dos variantes: los que obtienen beneficios al colgar música de la red o los que lo hacen de manera desinteresada y gratuita.
Tanto los que buscan un beneficio económico como los que desinteresadamente buscan compartir la música que les gusta con el resto de la humanidad conviven en una lucha diaria con los equipos de abogados e internautas de los grupos famosos que se pueden costear tener a sus sabuesos rastreando la red y los juzgados para intentar denunciar esa situación, con resultados desfavorables para estos segundos habitualmente. Todos recordamos la historia de Metallica contra Napster que no ha impedido que sigan apareciendo todos sus discos para descargarse por la red.
Otra vez la discusión moral subyace en todo este tinglado. En fin, que Dios bendiga a toda esta gente que comparte música y que ha convertido el hecho de que tu amigo te grabe en cassette el disco de su músico preferido en algo mundial y global. Cualquier músico tiene derecho a poner el grito en el cielo y quejarse ante esta situación terriblemente injusta, hasta Gene Simmons tiene derecho a despotricar, aunque me gustaría que tirase la primera piedra todo aquel que jamás –repito: JAMÁS- haya descargado nada de música de su ordenador.

                                                  Metallica: Lars Ulrich en los tribunales.

  13 - Para intercambiarla.

Este es un universo paralelo que colma de inesperada felicidad a todo aquel que se deja seducir pos sus premisas. Estamos hablando de las grabaciones piratas. Es cierto que en el pasado también podíamos incluir por aquí a aquellos que se dedicaban a piratear grabaciones originales –imposible olvidar aquellos maravillosos tiempos del rastro y las cassettes escondidas en el doble fondo del puesto de turno-, pero lo cierto es que actualmente esto está tan desfasado como el propio uso del cassette.
Sin embargo, el peculiar mundo de las grabaciones piratas en directo ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos de las descargas digitales y sigue manteniéndose tan vigente como hace treinta años. Curiosamente las nuevas tecnologías no han hecho más que ampliar su radio de acción. Hace unos años solo había un reducido grupo de descerebrados que necesitábamos escuchar cada uno de los conciertos en vivo que interpretaban nuestros artistas favoritos. Un nutrido grupo de iluminados que han dedicado parte de su vida a intercambiar grabaciones de conciertos en directo dentro de su selecta y exclusiva congregación. Aunque siempre se buscaba la mejor calidad de sonido, lo importante era poseer las grabaciones de la mayor cantidad posible de los conciertos de la gira de tal o cuál artista para poder comprobar aspectos tan deliciosamente peregrinos y vitales como el repertorio de temas y su colocación durante la actuación, cómo sonaba la batería, si introducían alguna variación o improvisación en algún tema –Dios bendiga a Ritchie Blackmore y a Ronnie James Dio-, y, por supuesto, cómo lo hacía el cantante. Entre otras muchas cuestiones. Actualmente el vertiginoso desarrollo de canales como Youtube no hacen más que profundizar en esas premisas que aquel elenco de visionarios ya tenían en cuenta años atrás. Todos tan contentos.


  14 - Para venderla.

Variante directa del apartado anterior. Aquí nos encontramos con todos aquellos miembros de esa élite selecta que tenía acceso a las grabaciones piratas y decidía venderlas a determinado público. Asunto siempre ilegal en cualquiera de los casos, puesto que ni se pueden grabar los conciertos en vivo ni tienes la propiedad intelectual de los mismos, pero que llenaba de satisfacción a todo aquel integrante menor de este mundillo que solo podía acceder a dichas grabaciones comprándolas.
Aquí hemos podido vivir todo tipo de situaciones, a cuál más surrealista y atómica. He llegado a encontrarme a gente que grababa el concierto de turno –siempre sin los permisos pertinentes, conviene recordar- y te pedía la exclusividad para que, en caso de comprárselo, no se lo grabases a nadie; el colmo, resulta que grabas una actuación que no permite la ley, la vendes sin haber pagado ningún registro y…pretendes que el que te la compra no se la deje a nadie más. Delirante y tan cierto como la vida misma.
De cualquier modo, la irrupción de internet ha herido de muerte a estos camellos musicales. Una gran cantidad de conciertos piratas aparecen a diario en la red, prestos a hacer las delicias de todo aquel que los quiera escuchar. Nuevos tiempos. Imagino que nuestro encantador amigo se lo pensará dos veces antes de pedir la exclusividad de sus grabaciones.


  15 - Los que se compran las novedades de la tienda de discos.

Pocos, muy pocos. Esta tribu, en seguro peligro de extinción, no se complicaba mucho la vida elucubrando sobre los distintos discos que salían al mercado. Se dirigían a su tienda de discos de confianza, preguntaban al dependiente las actualizaciones y  novedades pertinentes mientras sacaban su tarjeta de crédito y listo. En nuestra actual situación de crisis encontrar a estas personas puede ser tarea difícil; aunque haberlas, seguro. Yo mismo tuve el privilegio de pertenecer a esta distinguida aristocracia musical en un lejano tiempo lleno de inocencia y falto de cargas y compromisos…y con nómina, claro.


  16 - Para tener música que escuchar en el coche, equipo musical del salón de casa, ipod…

Esta puede ser una de las poblaciones más numerosas que habitan dentro de nuestro adorable mundo musical actual.  La constituyen todos esos oyentes que no experimentan una pasión especial por la música pero les gusta disponer de ella para sus quehaceres diarios, para tenerla como hilo de fondo mientras pasan por la vida. Lo cierto es que siempre han existido desde que la música se puede adquirir, lo que ocurre es que las nuevas tecnologías de estos últimos años han abonado su presencia.
A estas personas les gusta la música y la disfrutan, eso resulta obvio, por lo que también estiman oportuno el hecho de recopilar material discográfico para poder escucharlo en los diferentes momentos de su día a día. El asunto reside en que no tienen un deseo especial de profundizar en lo que escuchan, se trata más bien de disponer de hilo musical mientras conducen, se desplazan a distintos lugares, limpian, cocinan y un sin fin de diversas ocupaciones de la más variada enjundia. No necesitan reproducir discos específicos, ni orden de canciones, ni siquiera les complica demasiado el artista que vaya a sonar; la idea es la de disponer de música para que suene. En estos tiempos que corren la aparición de los distintos soportes para reproducir música, como el ipod, el iphone o el ipad, permiten hacer sonar la música sin orden ni concierto. Y es que, para más inri, están pensados para que las canciones suenen desordenadamente. Si pretendéis que un mismo disco se reproduzca en el orden adecuado dentro de un ipod os podéis volver casi locos, estos maravillosos cacharros están programados para generar una suerte de caos aleatorio a la hora de reproducir música. No obstante, existe una manera de conseguir mantener el orden de las canciones de cada disco y de cada artista en este universo del dislate, lo que ocurre es que hay que pasar por la travesía del desierto que supone grabar un nombre y un orden específico en la matriz de cada canción; de cada canción!... una por una. Todo esfuerzo es poco a la hora de alcanzar el anhelado fin de conseguir reproducir en tu ipod los discos de cada artista en su orden adecuado. Y luego resulta que los raros somos los que pretendemos mantener el orden de cada cd entendiéndolo como una obra de arte en sí mismo. Nos hemos vuelto locos.



  17 - Como necesario soporte para poder realizar otras actividades.

Variante del apartado anterior. Aquí nos encontramos con gente que acumula música para realizar distintas actividades relacionadas con la misma. La música es un bien de la humanidad y es necesaria para poder realizar programas de radio o televisión, exposiciones, proyecciones, charlas, mítines y, en definitiva, para llevar a cabo casi cualquier actividad en la que se reúnan un grupo de personas.  Así es la música, estrechamente relacionada con el poder y el arte de la palabra.


  18 - Para ponerla en sus distintos negocios.

Bares, pubs, salas de espectáculos, tiendas de ropa, supermercados, peluquerías... Nos parece lo más normal y natural acceder a cualquier establecimiento mientras escuchamos música de fondo –esa que probablemente haya recopilado cualquier persona perteneciente a uno de los anteriores apartados-, incluso hay determinadas tiendas de ropa que directamente parecen discotecas y en las que, cuando entras, el cuerpo te pide tomarte una copa antes que probarte un vestido. 
No podemos olvidar, dentro de este apartado, al fantasma del inspector de la SGAE. Ese personaje, mezcla explosiva entre cantautor estreñido y cobrador del frac, que vigila como espía contumaz cada peluquería de barrio para comprobar que los dueños han pagado el diezmo pertinente a su patrón.


  19 - Los que adquieren principalmente recopilatorios.

Personajes peculiares. Esa gente que se interesa por la música, desarrollando inquietudes y curiosidades por la misma, y que desea conocer algo más de aquellos artistas que le llaman la atención. Ante el abismo insondable que supone el hecho de investigar y bucear entre la producción discográfica del bendito e interminable abanico de propuestas musicales, opta por la vía rápida: adquiere recopilatorios. Esta puede ser una buena manera para conocer algo de la música de aquellos grupos por los que siente curiosidad. Esta especie es heredera directa de aquellos a los que les pasan música los amigos, una vez que has descubierto algo que te gusta sientes el deseo de seguir explorando. El problema de los recopilatorios es el de siempre: muchos grupos esconden verdaderas joyas en el fondo de su catálogo en forma de canciones que jamás aparecerán en un grandes éxitos. De cualquier modo, una noble forma de descubrir música. Además, hay recopilatorios que molan un montón –que se lo digan a los coleccionistas-.



  20 - Los que solo se compran ofertas.

Un interesante sub apartado del anterior. Obviamente se trata de personas a las que de verdad les interesa la música, lo que ocurre es que su premisa básica y casi exclusiva es que solo comprarán material discográfico que se encuentren en las tiendas de segunda mano a precios asequibles. Benditas cubetas de vinilos y estantes de cassettes, que tantas alegrías nos habéis brindado a muchos de nosotros a lo largo de todos estos años.
Una vez más hoy en día hemos sustituido las pilas de cds y dvds usados por las páginas de tiendas virtuales de internet. Y, aunque siguen subsistiendo como pueden las ferias de discos y otros tinglados similares, el resultado final sigue siendo el mismo: adquirir un determinado disco de segunda mano por parte de alguien que se quiere deshacer de él.


  21 - Los que adquieren varias veces el mismo disco.

Disfrutas de la música y tienes una interesante hemeroteca sonora entre las paredes de tus dominios pero, de repente, te encuentras de viaje y sientes la necesidad inmediata de escuchar en el coche un cd que has encontrado en la estantería del área de servicio en la que has parado a tomar un café; cuesta cuatro euros y, aunque lo tengas en tu casa, lo compras y listos. Como este supuesto, muchos otros.
También podemos relacionar este perfil con el del coleccionista que puede llegar a comprarse un mismo disco un número casi infinito de veces por el hecho de poseer las diferentes ediciones que hayan sido publicadas en el mundo.
Cosas que tiene este ilógico y deliciosamente inexplicable mundo de la música. Ni que decir tiene que este perfil resulta directamente opuesto a aquel que solo tiene la música que le regalan.


  22 - Los que nunca han comprado un cd - vinilo - cassette jamás.

Se lo descargan por la cara todo. También se quejan si un concierto en directo cuesta dinero. En estos tristes tiempos que corren es un perfil bastante habitual.
Aunque no conviene caer en la tentación de meter a todo el mundo dentro del mismo saco. Nos podemos topar con el subgrupo de los que se quejan porque nadie compra música hoy en día, en el que se puede meter a mucha gente que realiza este tipo de comentarios casi a diario. Sería interesante preguntarles por la música que compran ellos.


  23 - Los que solo adquieren en cd aquellos discos que escuchaban en su época.

Sobre todo personas con una cierta edad que ya no siguen la música de hoy en día y se quedaron estancados en sus queridos años setenta, ochenta o noventa… incluso te puedes topar con gente anclada en los primeros años del siglo veintiuno. Para ellos es el mundo de las series medias de las grandes cadenas comerciales. Allí podrán encontrar un elevado número de cds originales que marcaron esa parte tan importante de las experiencias y sensaciones que marcaron toda una vida.


  24 - Para escucharla y disfrutarla.

Tienen un poco de algunos de los perfiles reseñados anteriormente. Ese grupo de personas que necesitan la música para entender la vida como el aire que respiran o el agua que ingieren. Comprenden a la perfección el poder vital de una buena melodía o de una interpretación virtuosa y necesitan sus sonidos para caminar por el sinuoso pero apasionante recorrido de nuestra existencia. La necesitan para pintar momentos y colorear sensaciones que quedarán grabadas a fuego y les acompañaran durante todo el camino. Definitivamente convierte nuestro devenir en algo un poquito más delicado, loco  y hermoso.




miércoles, 15 de junio de 2016

Entrevista a Bárbara Black. Nuevo disco “Spiritual Rock”.


Una de las mejores voces que tenemos en el panorama nacional ha tenido la gentileza de charlar de nuevo con nosotros. Bárbara Black nos presenta su nuevo Ep titulado “Spiritual Rock”, el primero bajo su propio nombre. En esta entrevista repasamos toda la actualidad musical de su nuevo cd, además de hablar de otros proyectos como Vintage Jazz Cabaret, su programa de radio, sus clases de canto y otras cuestiones musicales y artísticas. Siempre es un placer escuchar sus opiniones y visiones sobre la música en particular y la vida en general. Os recordamos que Bárbara Black actúa en directo este próximo sábado 18 de Junio en la Sala Talismán de Alcorcón, presentando en acústico este nuevo cd “Spiritual rock”.


-Enhorabuena por vuestro nuevo Ep: “Spiritual Rock”. Muy buenas canciones, buen sonido y muy cuidado.  Grabado en los estudios de Anti y con Nitro a la producción ¿Estás satisfecha con el resultado final?

Muchísimo, el trabajo conjunto que han realizado Nitro y Anti a la producción no ha sido el habitual y el resultado final ha sido brillante. Normalmente se hace una producción general, pero en este caso ha sido muy variada. Dentro del disco han confluido una amplia variedad de estilos, por lo que ha realizado una producción distinta para cada tema. Según el aire que llevase cada canción -Gospel, Soul, Hard Rock Americano o lo que fuese- le han intentado dar los matices necesarios. El trabajo se ha realizado de una manera muy pormenorizada, pensando en lo que pedía cada tema. Cada uno de los dos aportaba un punto de vista personal, Anti es el técnico de sonido que se ha ocupado de muchos arreglos y Nitro es un músico con una amplia visión de la música de muchos grupos extranjeros  que ha sabido llevar esos matices e influencias a nuestro propio terreno. Se han fusionado los sonidos de grupos como Alter Bridge, Black Stone Cherry o Halestorm entre otros con los toques de Soul o Gospel que tanto me gustan. Estoy muy contenta con el resultado final.

-Te presentas por primera vez como artista en solitario, bajo tu propio nombre artístico. ¿A qué se debe esto?

Se trata de marcar distintas etapas. En su día monté Black Rock, durante casi ocho o nueve años. Pese a formarlo yo, éramos una banda y tomábamos las decisiones entre todos, sin que tuviese la última palabra. En su momento decidí parar el grupo por cuestiones de salud y de contaminación en el propio ambiente de la banda. Y cuando tuve la posibilidad de volver a retomar el asunto me encontré con que no sentía la misma ilusión, psicológicamente no tenía sensaciones positivas con ese nombre, pese a ser mío, y consideré que era el momento de abrir una nueva puerta.
Sentía que  era el momento de presentarme bajo mi propio nombre artístico. Aunque en este nuevo proyecto tengo en cuenta las opiniones de la gente que me rodea, la responsabilidad y la decisión final es mía.

-¿Consideras que has tomado el camino correcto?

Si porque creo que he conseguido encontrar el equilibrio que buscaba al fusionar distintos estilos. Para lo bueno y para lo malo llevo dieciséis años cantando y tengo muchísimas influencias: Clásico, Ópera, Orquestas, Rock o Jazz. Antes no acababa de encontrar la fusión adecuada de todos esos elementos y ahora pienso que lo he conseguido. He integrado elementos como el coro Gospel o los matices del Rock Sureño que tanto me gusta sin que parezca una locura de disco. Veo que el cd tiene un sentido por sí mismo.


-Incluso se ha radiado vuestro single en radios extranjeras. ¿Cómo está siendo el recibimiento y acogida del disco?

Estoy viendo que tiene una buena repercusión. Escogí Shiva como single porque me parece que tiene un punto de vista más comercial y accesible para un público más amplio. Se me acerca gente que escucha otro tipo de músicas y esto es algo positivo. Quedarnos exclusivamente en el ámbito del Rock me parece demasiado purista y no ayuda al objetivo final que tiene el músico y que no es otro que compartir su música y sus emociones con la gente.
Nos parece que el single está funcionando bien, las reproducciones del vídeo clip por internet son bastante altas. Nos resulta sorprendente que casi el ochenta por ciento de las visualizaciones vengan de México. Incluso hay gente de mi entorno que antes no escuchaba mis discos porque eran más Heavy y que ahora disfruta esta nueva canción.

-El tema de presentación es “Shiva”. ¿Qué nos puedes contar de esta canción? ¿La compusisteis específicamente pensando en que podría ser un single?

Hay veces que cuando empiezas a componer ya te parece que va a salir un buen tema. Esta canción la compuse en un momento en el que me encontraba sola con el piano y me llegó la inspiración de la melodía. En ese mismo instante me pareció que con unos buenos arreglos podríamos obtener una gran canción. El hecho de lograr introducir el coro Gospel también ha ayudado a construir un tema que me parece ideal como carta de presentación.
Por otro lado opino que la letra es muy bonita y también ayuda. Evoca muchas imágenes de naturaleza y armonía. Cuenta la historia del Dios hindú Shiva, se dice que bebió un veneno que le volvió azul. Mezclar ese componente histórico con mis propias emociones me parece muy sugerente. Hay aspectos en la letra que me recuerdan a la filosofía budista.

-¿Te consideras una persona religiosa?

No estoy bautizada y durante muchos años me he considerado una persona atea. Sin embargo, desde hace algún tiempo, he encontrado en mí una parte muy espiritual. No soy budista pero me identifico con muchos aspectos y matices como los ciclos y bucles de la energía o la idea de la reencarnación; todo eso aparece reflejado en la letra de “Shiva”. Si proyecto buenas energías y sentimientos a la gente que tenga cerca me los pueden devolver y se pueden generar ciclos o corrientes de energía positiva.

-También lleva un video de presentación, dirigido por Jorge Escobedo y Roberto Peromingo. Cuéntanos por qué pensasteis en ellos y cómo fue el proceso de grabación del clip.

Por casualidades o rebotes de la vida. Tenía un amigo del instituto que se dedicaba a hacer vídeo clips y nos iba a hacer el vídeo en un principio. Finalmente no pudo realizarlo y nos recomendó  a Roberto y a Jorge. Fue idea del propio Jorge traer un piano de cola desde Cuenca y lo logró, conseguimos poner un piano enorme al aire libre en medio del escenario que preparamos en una localización de Morata de Tajuña que nos gustó. En el clip también aparece la idea de reencarnación al transformarme en un halcón como se ve en el vídeo, para trasmitir la grandeza del tema. En un principio quisimos incluir al coro Gospel en el clip pero no pudo ser, por lo que tuvimos que pensar en otro modo de sugerir nuestra idea y lo del halcón nos pareció lo más elegante. Se grabó otra escena con un perro que simulaba ser un lobo pero no nos gustaba tanto a nivel estético.

                                                     Bárbara Black: "Shiva". Vídeo oficial.

-Desde luego que este nuevo trabajo transmite esa elegancia y esa preocupación por cuidar hasta el último detalle. El Ep es muy variado, resulta como una especie de escaparate de los distintos registros musicales en los que os podéis mover pero sin perder vuestra propia identidad, lo que no es nada fácil.  ¿Se buscó esto deliberadamente o es que surgieron así las composiciones?

En el momento que tuve clara la idea de publicar un disco uno de mis objetivos fue el de mostrar todas mis influencias y matices dentro del Rock Sureño. Aunque no solo se trata de Rock, También el Gospel o el Rock Americano tienen en sí una esencia muy sureña. Por otra parte nuestro guitarrista no tiene esas influencias sureñas, escucha una música más dura y eso se nota en el resultado final; un tema como “Black snakes” tiene ese aire más duro que aporta Javi a la guitarra, aunque me sigo identificando con el sonido final porque incluso este sonido que puedan llevar grupos como Alter Bridge también tiene raíces sureñas.
Mi objetivo era mostrar un espectro variado, además me gusta cantar en todo este abanico de estilos y posibilidades. No me interesa cantar de un modo lineal. Según mi estado anímico compongo fijándome en una u otra dirección, siempre lo que sale de mi interior. La ventaja de salir bajo tu propio nombre es que te puede permitir ampliar ese abanico de matices musicales. Lo que nunca voy a sacar es algo con lo que no me sienta identificada, de hecho opino que los cuatro temas que salieron consiguen representar el camino que he querido tomar.

-Tu voz en particular se muestra más diversa y con más matices que nunca, mezclas Rock, Soul, Jazz o Gospel ¿Ha tenido que ver tu trabajo en Vintage Jazz Cabaret o en la academia para ofrecer estas variantes?

Ahora es cuando noto que consigo volcar todas las influencias que me han marcado a lo largo de mi recorrido musical. El hecho de haber tenido que preparar un repertorio tan completo y variado como el de Vintage Jazz Cabaret, con sus voces negras, aterciopeladas y llenas de matices, me ha aportado mucho y se nota. También está claro que vengo del Rock y la influencia resulta obvia, meter unos agudos rasgados en según qué momento me llena mucho. He estudiado mucho los distintos tipos de rasgados porque me llaman mucho la atención. En “Shiva” meto muchos matices de voz: susurrada, melódica, rasgado o más nasal en el estribillo. Pienso que he conseguido incluir los distintos matices que me gustan de otros estilos.


-El segundo tema es “Southern Soul”. Suena potente y con un cierto gusto al Rock Sureño. ¿Cómo surgió la idea para la composición de este tema?

Nos apetecía que uno de los temas del Cd mostrase estas influencias sureñas. Un antiguo estudiante mío toca la guitarra y me presentó el riff de este tema. Me gustó mucho y le propuse componer con él, aunque no estuviese dentro del grupo como tal. Le gusta escuchar  a músicos como Bonamassa, con esos acordes potentes. Aquí he podido mostrar mi voz más desgarrada y salvaje.

-¿Este alumno ha colaborado en algún otro tema del disco?

No, él solo está en esta canción. Sin embargo queremos que esté en el próximo disco porque tiene mucho gusto componiendo y diseñando guitarras.

-También nos gustaría hablar de “Black snakes”, una pieza densa y con aires más alternativos y potentes, pero sin perder nunca el buen gusto por la melodía. ¿Estáis interesados en este tipo de sonidos más “actuales”?

La idea venía de Javi, el otro guitarrista. La canción pedía un sonido oscuro puesto que su propio mensaje es bastante oscuro. He utilizado este tema de modo terapéutico. Me ha servido para volcar todo aquello con lo que no estaba de acuerdo en mi anterior etapa, toda aquella filosofía que no iba conmigo. La canción lleva cosas duras detrás y los agudos rasgados muestran ese sentimiento.

-El Cd se cierra con el instrumental “Heaven’s paradise”, que perfectamente podría ser la continuación final de “Shiva” ¿Por qué incluir este pequeño instrumental para cerrar el disco?

De hecho es el final de ese tema. Lo hemos incluido por dos motivos. Primero porque el arreglo del coro Gospel en “Shiva” no se aprecia tanto como me hubiera gustado, puesto que en el tema mi voz está de modo principal y eclipsa un poco al coro, y le quería dar su protagonismo de esta manera; además la canción tenía una guitarra de Javi que me parecía preciosa y de este modo, colocándolo al final, daba la sensación de cerrar el círculo que supone en propio Cd.


-El disco está grabado por Nitro Destruction (batería), Javier Peláez (guitarra), Diego Jiménez (bajo), Gabriel Martínez (piano), Esther Mazzadonia (coros) y el coro de Gospel All4GospelChoir. ¿Cómo se sumaron estas colaboraciones?

Diego y Gabi tocan también con Nitro y conmigo en Vintage Jazz y tenemos muy buena conexión y sintonía. Son músicos polifacéticos y quisieron colaboran. Por otro lado Javi, Nitro y yo estamos muy unidos en la elaboración de este proyecto. Todos los demás han colaborado hasta donde han podido y querido, pero el peso de este proyecto lo llevamos principalmente entre nosotros tres.
Para los directos tenemos pensado que cambien algunos músicos, seguro que yo misma tocaré los teclados además de cantar, Esther hará coros y tocará la guitarra, el bajista va a ser Juli Martín, Javi a la guitarra y Nitro estará a la batería. Como el proyecto aparece bajo mi nombre no vemos ningún problema en contar con esa flexibilidad para estructurar la banda de directo.

-¿Y cómo conseguisteis la colaboración del coro?

Lo cierto es que ya tenía la idea desde antes. Primero llamé al coro de Gospel de Rivas, hablé con su directora para preguntarle por su posible participación y ella fue la que me recomendó a Ruth, directora del coro All4GospelChoir. Hablamos, fuimos a ver algún ensayo y la cosa tiró adelante. Al final les tuvimos en el estudio de Fuenlabrada grabando su colaboración. Lo cierto es que fue un momento muy emocionante para mí escuchando a todo un coro interpretando mi canción.


-“Alabama Rose” es un bonito y sueva medio tiempo. Ya colgaste una versión hace tiempo en las redes sociales. ¿Qué significa para ti esta canción?

Es una canción muy especial para mí; incluso la llevo tatuada en mi piel. La compuse saliendo del mal momento que atravesé al final de Black Rock, supone un punto y aparte, un punto de luz hacia el que mirar y dirigirme dejando cuestiones negativas atrás. La compuse inspirándome en una película titulada “Alabama Monroe”, es muy dura pero muy bonita a la vez. Hay un momento del film en el que los protagonistas tienen una hija y fallece, esto les supone un trago tan duro que la protagonista se refugia en un rito indio y se cambia de nombre para poder continuar con su vida. Su nuevo nombre pasa a ser Alabama y así consigue no sentir tanto dolor por la muerte de su hija. Yo sentía tanto dolor con todo lo que estaba pasando con Black Rock que decidí ilustrar el nuevo tema de este modo: como una nueva rosa que está naciendo y que se llama Alabama.

-La habéis vuelto a grabar para incluirla en el disco. ¿Cómo ha sido esta vez el proceso compositivo? ¿Las demás composiciones se realizaron para el disco o habéis recuperado alguna idea anterior?

Exacto, no es la misma versión. Las guitarras y la estructura están cambiadas, también los coros. Se trata de una nueva versión.
En cuanto a los otros temas, todas son composiciones específicas para este Ep. Antes estuvimos componiendo para otro proyecto que no acabó de fraguar, pero no usamos nada porque el estilo era distinto y más duro. Entre Nitro, Javi y yo fluye muy bien el aspecto compositivo y decidimos empezar a preparar los temas para este disco en solitario. Formamos un equipo compositivo que funciona y no hemos necesitado recuperar ideas de otros proyectos.


-De hecho este tema se iba a incluir dentro del proyecto Black Cross. Hace tiempo colgasteis un single, el tema “Love beyond”. ¿En qué situación se encuentra ahora este proyecto?

Alberto se tuvo que marchar a México y, como se quedó allí, no se pudo continuar con el proyecto. Las canciones están grabadas,  “Love beyond”, “Alabama Rose” y dos versiones de Johnny Cash y Mr. Big. Me resultó tan complicado que decidí dejarlo estar, si las cosas se complican tanto a veces es mejor dejarlo correr. Es una pena que canciones como “Love beyond” se hayan quedado en el limbo, como formaba parte de otra etapa no consideramos necesaria incluirla en este Ep. Puede que la rescatemos para los directos porque para mí es muy importante, es la única canción de amor que he escrito y está dedicada a mi pareja. La letra es muy bonita.

-¿Mantienes el contacto con Alberto?

La verdad es que hemos perdido el contacto. Son relaciones musicales puntuales que pueden generar a veces amistad y otras veces se pierden, siguiendo cada uno por su propio camino.

-¿Hay posibilidad de recuperar estas grabaciones y publicarlas?

Lo cierto es que no me lo planteo ahora estoy centrada en mi disco en solitario y estas canciones son de una etapa anterior.

-La portada me parece muy artística y classy ¿Qué buscáis expresar con ella?

Aquí hay varias cosas. Por un lado tenemos el piano, le doy mucha importancia porque lo utilizo habitualmente para componer, de ahí salen mis ideas de los temas. A su vez me parecía ideal fusionar la parte elegante del piano con el aspecto duro del amplificador Marshall. En lo que respecta al piano de la foto debo decir que es muy especial para mí, fue con el que tocamos en un programa de RNE llamado Noches De Verano y resultó una experiencia mágica y enriquecedora. Mantuve el contacto con Rosa, la persona que nos invitó al programa, y le pedí usar el piano para la foto del Cd. Me hizo mucha ilusión poder contar con ese mismo piano para realizar la portada del disco.
La calavera mejicana tiene un rollo sureño con tintes a lo Black Label que me gustan mucho. Quería un logo para el nombre del proyecto y me sentí muy identificada con este diseño y sus colores negros y rojos.


-Un Cd con cinco temas. ¿Por qué un Ep y no un disco? ¿Hay planes de grabar un disco completo como Bárbara Black?

Pues, para ser muy sincera con esto, en el fondo se trata de una cuestión principalmente económica. Estar más tiempo en el estudio supone una inversión mayor y se trataba de escoger entre sacarlo y no poder promocionarlo o sacar el Ep y poder ofrecerle una mejor promoción. El tema promocional supone un coste económico y apostamos por intentar mostrarnos al público y medios con nuestra propuesta, intentando ofrecer una promoción digna. En el caso de que alguna compañía discográfica se muestre interesada podemos sacar un disco completo y más.

-Resulta muy complicado hoy en día publicar un disco completo y ofrecer una adecuada promoción en los medios, sobre todo si tenemos en cuenta el ridículo nivel de ventas que hay actualmente.

Con las copias que hemos sacado ni siquiera nos planteamos recuperar la inversión, lo hemos hecho para darnos a conocer a prensa, productores o sellos discográficos.

-¿Y si alguna compañía de discos os ofreciese la posibilidad de grabar un disco completo? ¿Hay más temas preparados?

Tenemos más material, en estos momentos estamos en pleno proceso compositivo jaja. Me está gustando mucho lo que está surgiendo. Los tres o cuatro temas que tenemos prácticamente completos me parecen realmente interesantes. Cada canción tiene su propio carácter. Hay un tema muy potente pero siempre con ese toque melódico, otro que he compuesto lleva un punto muy Gospel aunque aún no está preparada la instrumentación, otra canción lleva ese toque Southern Soul que tanto me gusta; en definitiva, algunas cosas tenemos entre manos y que me gustan mucho.

-Hicisteis una presentación en acústico para los medios, allegados y público con invitación el pasado mes de Abril, en un ambiente íntimo y relajado ¿Cómo fue la experiencia?

Quería mantener ese toque de fusión, aunque sigamos haciendo Rock. Quería mantener ese aspecto elegante y presentarlo en el restaurante Basarri, que nos gusta mucho y nos parecía adecuado para nuestros propósitos. Se portaron genial con nosotros. Realizamos una proyección del vídeo clip invitando a allegados y familiares que son importantes para nosotros por motivos diversos. Conseguimos transmitir al directo en acústico la magia que tienen las canciones del disco, esto no resulta nada fácil y muchas veces no se consigue recrear ese sentimiento tan especial. En nuestra presentación, con las velas y la emoción de la gente que nos acompañaba, conseguimos generar un ambiente precioso que me llenó especialmente. Te puedo decir que tengo tres momentos encima de un escenario en el que he podido experimentar esa magia y ese fue uno de ellos.


-¿Y los otros dos?

El día de Radio Nacional, entre todos los músicos logramos un sonido tan bonito que hacía que  nos enamorásemos unos de otros, cada vez estábamos tocando mejor porque nos estábamos contagiando de los demás. El otro momento fue con Black Rock en la Fnac de la Gavia, estábamos tocando por la tarde en la sección de libros infantiles y en la sala se encontraban muchos padres con sus niños jugando. Nos pidieron un tema más y tocamos “Rock n Roll riders”. Se montó una unión entre todos los padres, los niños y los rockeros que también me llenó mucho. El estribillo lo transformamos en Rock n Roll babies.

-¿Alguna actuación más en directo prevista?

 Por ahora vamos a realizar dos tipos de shows. Uno queremos que sea eléctrico, vamos a intentar llevarlo a cabo en la Sala Caracol, con otros dos grupos más en Octubre y sería la presentación como tal del disco. Hasta entonces queremos realizar actuaciones acústicas, con un repertorio distinto y toques más sureños a lo ZZ Top o la Credence. Hemos cerrado una fecha en el Talisman, el 18 de  Junio, acompañados por el grupo de Rockabilly llamado High Voltage. Estamos trabajando en algunas fechas más que iremos comunicando en su momento.

-Me gustaría preguntarte por el proyecto que anunciaste hace un tiempo con Oriana Shadows, Black & Shadows. ¿Qué pasó finalmente con ello? ¿En qué punto se encuentra?

Ha quedado un poco en el limbo, ni siquiera nosotros tenemos muy claro lo que pasó. Teníamos tres o cuatro temas cerrados, a todos los niveles de composición, e incluso habíamos dado una señal para entrar a grabar en un estudio. De un día para otro Oriana nos comentó que no se encontraba con fuerzas para seguir. En ese momento decidí sacar mi propio disco en solitario, sin tener que depender de tanta gente. Sacar a delante un proyecto es mucho más sencillo de lo que muchas veces las propias personas lo plantean.

-¿Te desanimaste mucho con esta situación?

Mucho, en ese momento me sentía muy unida a Oriana. Estaba muy ilusionada con la idea y me parecía novedosa, no había en España una banda con dos chicas de ese registro de voces.

-Hace poco se colgó un mensaje en las redes sobre Black Rock (Something is coming). ¿Qué nos puedes contar de esto? ¿Actualmente Black Rock está disuelto o es algo circunstancial?

Black Rock ya está disuelto y ahora estamos centrados en Bárbara Black en solitario. Como bien sabes, Black Rock lleva y esto es una especie de continuación.

-Entonces ¿Se cierra la puerta de Black Rock?

Sí. Lo he meditado mucho y todos los malos rollos y frustraciones del final del grupo me perjudicaron bastante, a nivel de salud.

-¿Y recuperar alguna de las canciones de Black Rock para el directo?

Un gran porcentaje de la mayoría de las canciones de Black Rock las componía yo, algunas incluso en su totalidad. Hay temas muy importantes para mí en los discos que grabamos con el grupo por lo que seguro que alguna de esas canciones las recupere para el directo. Rescataré algo, tanto del primer disco como del segundo.


-Si te parece, vamos a hablar un poquito de Vintage Jazz Cabaret. Este interesantísimo proyecto lleva un tiempo en marcha. Con Nitro Destruction, Alberto Vilo, Diego Jimenez y Gabriel Martínez Teniendo en cuenta que se aleja bastante de los parámetros de Rock duro, sobre todo en un país como el nuestro en el que se encasilla todo rápidamente. 
 ¿Cómo está siendo la acogida de los que os ven en directo?

Me ha sorprendido muy gratamente. Con Black Rock o con mi actual proyecto me he movido muchísimo para darlo a conocer. Resulta curioso que en Vintage Jazz, realizando la mitad de esfuerzo, se está abriendo un abanico interesante y amplio dentro de otras músicas. Solo tenemos una web y un facebook muy humildes y nos han llamado de muchos sitios para tocar, agencias de eventos, hoteles, restaurantes, bodas o ferias… muchísimas fechas cerradas y todas remuneradas. Parece que el grupo gusta mucho estéticamente. Cuando nos llaman nos suelen comentar que les encanta nuestra estética, la música también les gusta pero comentan primero lo de la imagen.
Me está sorprendiendo mucho la respuesta que estamos obteniendo de una banda que montamos en un principio para pasárnoslo bien y porque nos apetecía probar este camino.

-Es otra posibilidad más de compartir vuestras inquietudes artísticas.

Todos hemos trabajado en orquestas y conocemos las posibilidades que pueden tener. En lugar de montar el típico repertorio de orquesta nos juntamos los cinco para montar temas de Jazz, que nos gustan a todos, y resulta que está funcionando.


-Tenéis fijada una especie de residencia en el céntrico restaurante Eccola. ¿Qué nos puedes contar sobre esto?

 Se trata de un restaurante italiano al que le pareció bien llevar a una banda como la nuestra en directo cada miércoles.. El concepto es que, mientras cenas o tomas algo, puedes escuchar a una banda interpretando clásicos de Jazz. No es un público de sala como tal, se trata más bien de amenizar a la gente que asiste.
 
¿Cómo surgió la posibilidad de llevar esto a cabo?

Nos llamaron e hicimos una prueba. Les gustamos y nos ofrecieron la contratación.

-¿Cómo están planteados los repertorios para tocar en el restaurante? ¿Hay un setlist fijo a variáis según cada situación?

Debemos ser bastante flexibles según los tiempos para actuar y lo que ellos nos pidan. Generalmente empezamos sobre las nueve y media, tocamos una hora y hacemos unos minutos de descanso, luego continuamos hasta las doce de la noche, más o menos. Otros días, sobre todo cuando hay partido de fútbol –ya sabes que es lo que realmente dirige a nuestro país-, nos piden que empecemos más tarde y hagamos el repertorio sin descansos. Depende de cada día y situación.

-También nos has hablado del programa Noches de Verano, de Radio Nacional. ¿Qué recuerdas de esa experiencia?

Fue realmente intensa y bonita. Recibimos un mensaje de la periodista Rosa Pérez. Parece ser que le encantó el grupo y quería conocernos e invitarnos a su programa de radio. Tocamos en directo y nos grabaron, por cierto, con una gran calidad de sonido. La entrevista fue muy agradable y tranquila. Fue todo muy bonito y emocionante. Lo recuerdo con mucho cariño y como algo especial.

-Cuéntanos algo del repertorio ¿Tenéis un setlist fijo o vais cambiado versiones? ¿Temas propios?

Ahora tenemos alrededor de treinta y tres canciones. Al principio sacamos veintitantas que nos gustaban y entendíamos que seguían la línea que buscábamos para Vintage Jazz. También buscamos temas de musicales o de cosas como el Cabaret de Chicago que queríamos trasladar a nuestro sonido. Posteriormente, cuando nos han pedido otros temas para actuar en bodas u otros eventos, los hemos ido añadiendo a nuestro repertorio. Nos han solicitado cosas como el Tango de “Roxanne”, del film “Moulin Rouge”. Todas estas peticiones han ido agrandando nuestro propio set.


-Habéis colgado en la red algún tema de los que interpretáis. ¿Hay música grabada?  ¿Planes de publicar algo?

Tenemos las cuatro canciones del programa de RNE. También hay colgado algún clip que nos sirve como presentación. Ahora nos estamos planteando grabar algún tema más con Anti, para seguir ampliando el material que hay colgado en internet.

-¿Y posibilidad de grabar disco?

Realmente no. Piensa que se trata de tocar versiones y es un grupo planteado para actuar y trabajar. No tenemos intención de publicar nada más allá de esto.

-¿No os habéis planteado componer vuestros propios temas en este estilo?

Lo cierto es que realizamos nuestras propias interpretaciones y revisiones de otros grandes temas. Canciones como “Feeling good”, que ha versioneado tanta gente importante como Nina Simone o Michael Bubble, las hemos  modificado realizando nuestros propios arreglos. En “Roxanne” también llevamos unos arreglos propios. Se trata de llevar estos temas a nuestro terreno, música y estética de los años veinte y sin guitarras.

-¿Piensas que el público de Rock puede entender y apreciar esta otra propuesta musical sin guitarras y en un tono más Soul, Jazz o Crooner? ¿Qué le dirías al público para que se acerque a veros en directo?

La música es música y es un lenguaje universal, da igual el género. Si dejas que una melodía te llegue y te transporte, lo que menos importa es de donde venga. Ahora estoy escuchando a una cantante de Blues llamada Beth Hart, realmente es una rockera pero que canta con una energía distinta. No se trata tanto de etiquetar como de tener libertad para usar los recursos necesarios para potenciar una canción. No hay que limitarse sino intentar aprovechar todos los recursos que las distintas músicas nos ofrecen para enriquecer la interpretación. Bastantes etiquetas y límites nos ponemos en un país en el ya de por sí vamos por detrás en el terreno musical y en el que incluso la música se enseña de manera distinta. Con esto de la limitación me refiero a que se imparten menos horas de música que en otros países europeos.

-Completamente de acuerdo. Nuestra educación y cultura musical deja bastante que desear. Es escasa, limitada y nada ecléctica. Un buen músico o una buena canción tienen que ser disfrutados vengan de donde vengan. Incluso los medios especializados marcan mucho los contenidos según el tipo de música o artista.

En mi opinión el Rock suena mejor en inglés, siempre pongo como ejemplo que el Flamenco me parece idóneo para ser cantado en castellano, no va a sonar igual en inglés, y el Rock nació en inglés. Determinadas inflexiones y entonaciones quedan mucho mejor en según qué idiomas. Siempre he dicho, y no me cansaré de repetir, que la música es un lenguaje universal y los idiomas van aparte. No hay que poner límites ni de estilos ni de idiomas, cada compositor compone como le nace de dentro. Ojo, el español me parece muy rico y con mucho vocabulario pero, para la música que compongo, me suena mucho mejor en inglés.


-También me gustaría hablar un poco de tu programa de radio Rock On Fire, en la emisora de Mariskal Rock. La última vez que te entrevistamos nos comentaste que era la primera vez que te ponías detrás de los controles para realizar algo así. ¿Cómo te encuentras llevando tu programa en estos momentos?

Es algo que no me esperaba, lo estoy disfrutando mucho. Nunca había tenido esa inquietud y nunca se me había pasado por la cabeza hasta que Vicente Romero me lo planteó. Al principio tenía mis dudas porque soy una persona muy meticulosa y me gusta prepararme al cien por cien todo lo que hago y, como no tenía ninguna experiencia en este mundo, me pudo plantear alguna inseguridad. Sin embargo me he dado cuenta de que me encanta. Le dedico todo el tiempo que puedo para prepararme cada programa y me sirve para profundizar en artistas, grupos y estilos. La gente con la que comparto estudio es muy profesional y estoy aprendiendo mucho de todos ellos. Se trata de un grupo de personas con las que me encuentro muy cómoda. Mariano Muniesa me ayuda a veces con el programa y me siento muy a gusto con él, tenemos mucha sintonía. Le admiro mucho, pienso que ha aportado mucho a nuestro panorama musical. Se trata de alguien que ha escrito la biografía oficial de gente como Janis Joplin o Jimmy Hendrix, por lo que me resulta un lujo poder realizar con él programas sobre algunos de estos músicos. Conoce muchas anécdotas sobre infinidad de artistas.

-Entonces tenemos a Bárbara como locutora de radio para rato.

Reconozco que no es algo que me haya planteado antes pero que ahora mismo me encanta y voy a intentar seguir realizando mientras pueda llevarlo a cabo. Lo disfruto mucho, incluso es otra forma de trabajar la voz.

-Dinos que es lo más complicado y lo que más te está gustando de tu experiencia en la radio.

Al principio lo más complicado era no saber para qué tipo o número de gente estabas hablando, me imponía mucho. Ahora ni siquiera me lo planteo, voy a la emisora, hago mi programa y lo disfruto. Otra cosa que también me resultó algo complicada al inicio fue entrevistar a otros músicos. Antes era yo la entrevistada y cambiar el rol me llamó la atención. A veces, si me sentía identificada con lo que se estaba hablando, sentía la tentación de empezar a dar mi opinión y se trata de que opine el entrevistado, no tanto el entrevistador.
Soy una persona muy dinámica y me gusta ir cambiando el formato, antes hacía muchas entrevistas y ahora estoy profundizando más en monográficos sobre determinados músicos y su evolución a la hora de componer o interpretar música. También pienso que ha gustado mucho mi trabajo sobre bandas del Metal japonés, que es otro mundo aparte. En general me encanta y me sirve para aprender mucho de las experiencias de otros músicos.

-¿Algún programa o invitado que te haya gustado especialmente llevar a la radio?

Pues recientemente me he sentido muy cómoda con el grupo High Voltage. Se trata de unos músicos de Rockabilly super humildes y con muy buena energía. Recuerdo que la entrevista fluyó tan bien que incluso vamos a realizar algunos conciertos juntos próximamente.
También me resultó especial invitar a mis dos maestros de canto, Natalia Martín y Narciso Tenorio. Los entrevisté por separado. Me sentí un poco nerviosa durante las entrevistas porque son gente muy importante para mí.


-¿Cómo te las arreglas para preparar los programas?

Dedicándole todo el tiempo que puedo. Me gusta disfrutar al máximo el momento del programa, no se trata de que parezca una carga o un impedimento para componer. Busco que tenga su propio espacio, la preparación a veces me lleva más o menos tiempo pero disfruto principalmente todo el proceso. Por poner un ejemplo, el especial sobre Janis Joplin lo tuve que preparar con bastante antelación, puesto que había mucha información que recabar. A veces me quito el tiempo hasta del propio sueño, pero merece la pena.

-¿Qué tal van tus clases y la academia de canto?

Es una faceta que me encanta pero que resulta bastante inestable. Al fin y al cabo la mayoría de la gente que se plantea estudiar canto lo realiza como un hobbie, por lo que hay una menor continuidad. Con la crisis se está notando la afluencia a las clases por que la gente se lo toma como ocio. De hecho no descarto explorar otras vías a nivel laboral.

-Igual que en notros sectores, se ha debido notar e efecto de la crisis en el volumen de alumnos.

Desde luego. Fíjate que hace unos años tuve que buscar a otro profesor por el elevado número de alumnos que tenía. Ahora la tendencia es contraria. De cualquier manera, enseñar música me sigue llenando.

-Organizáis talleres específicos, además de las clases. ¿Te lleva mucho tiempo todo el trabajo en la academia?

Los montamos de vez en cuando. Uno de los que más éxito tiene es el de rasgado de voces. He investigado mucho en este terreno, todo el material que he recopilado lo ha supervisado una logopeda con la que trabajo a menudo y que se llama Eva. A ella le parecieron adecuados mis enfoques y materiales, lo que para mí resulta muy importante puesto que no deja de ser una opinión profesional. Otros talleres que he sacado han sido sobre improvisación vocal, maquillaje para espectáculos y todo lo que se pueda ocurrir o me vayan solicitando. Me gusta llevarlos a cabo cada cierto tiempo.

-¿Cómo ves actualmente el panorama para vuestra propuesta musical y para el Rock en general en España?

Si antes ya estaba delicado, con la crisis lo está aún más. El actual gobierno se ha terminado de cargar muchas iniciativas culturales como el cierre de salas de conciertos, tener que pagar cantidades desorbitadas por poder tocar o incluso reducir el número de horas lectivas del área de música dentro del currículo educativo. Esta realidad no afecta solo al Rock sino a toda la música en general. También he notado ese bajón en las propias orquestas, de trabajar con quince músicos o más a quedarse en formatos de cinco o cosas así. Lo cierto es que no tengo ninguna ilusión dentro del panorama musical en este país. Lo único que se está potenciando es la aparición de programas musicales estilo La Voz y cosas así. El problema es que no creo que su enfoque sea el correcto, parece que te dicen que si trabajas durante un par de meses tu voz con este entrenador te haremos ultra famoso con una carrera musical y la realidad es totalmente distinta. Es una especie de mercado de fast food que no tiene nada que ver con la realidad. Practicamente la totalidad de artistas que ganan estos concursos graban un disco y luego desaparecen, además la mayoría de los músicos llevan años y años de formación con una carrera profesional que hay que cuidar y mimar, no es una flor de un día. Estos programas ligan la carrera musical exclusivamente con la inversión económica y sus beneficios, no tienen en cuenta la calidad musical. En este país el éxito está desgraciadamente ligado con la capacidad económica que tengas para promocionarte. Puedes cantar o tocar fatal y estar en todas las emisoras y programas, mientras que puede que hayas grabado un disco fabuloso y que se quede arrinconado en un cajón de tu casa. Cada día veo a gente con mucho talento que no puede salir adelante pese a atesorar mucha calidad. Hoy en día sufrimos un bombardeo continuo de mensajes que no hacen más que confundir a la gente.


-Me parece muy adecuada tu definición de fast food. Todo se adapta al formato televisivo de búsqueda de éxito inmediato.

Además suele asociarse al morbo de la vida personal del músico. Reconozco que veo este tipo de programa porque soy una especie de friki de la voz, me encanta ver a otros cantantes y seguir el desarrollo de sus capacidades. Lo que pasa es que el propio programa selecciona a músicos que puedan ofrecer ese juego televisivo con su vida personal, un perfil característico y muy determinado que les ofrezca ese juego televisivo que buscan más allá de sus dotes artísticas.

-Son malos tiempos para ganarse la vida como músico.

Es irreal intentar recuperar tu inversión en la música. Piensa que para sacar un disco debes invertir un dinero para su realización y para acercarlo al público y si quieres recuperar algo de lo invertido te tienes que mover en el terreno de las actuaciones en directo. La gente se descarga la música de manera gratuita y no paga por adquirirla. Hay que irse al directo para intentar recuperar algo de lo que has invertido antes, lo que resulta cada vez más difícil porque entre los costes cada vez más elevados para alquilar la sala en la que piensas tocar o lo que te ofrecen en cada sitio por actuar la realidad es que es muy difícil obtener un beneficio por tu trabajo. Hoy en día ser músico se asemeja más a ir cavando tu propio agujero o generar una deuda cada vez mayor.
Otra cosa que me llama la atención es que si tocas Jazz entras en otra especie de categoría. Si tocas con un grupo de Rock tienes que pagar por tocar porque entienden que por tocar  te están haciendo publicidad. En el Jazz las cosas no funcionan así. Todo esto lo estoy viviendo de forma paralela con mis dos proyectos musicales. Pueden contratar a Vintage Jazz para un pase de modelos en Valencia con un caché asequible y digno, mientras que si quiero tocar con mi disco en solitario en las fiestas de un barrio o pueblo debo hacerlo gratis.

-Una completa lástima. Con Vintage Jazz la experiencia es distinta a la hora contratar actuaciones.

El circuito de salas de directo está metido en el bucle de hacer pagar al músico por tocar. Con Vintage estamos trabajando en eventos como fiestas, bodas, ferias, festivales, hoteles o restaurantes y siempre está remunerado. El hecho de trasladarte para tocar, trasladar, montar y desmontar todo el material conlleva un trabajo y esfuerzo en sí mismo. Ni siquiera nadie contempla el riesgo al que expones tu equipo cada vez que lo sacas del local, son cosas en las que no piensa la gente pero que están ahí. Afortunadamente con Vintage cubrimos todo esto. Es alucinante el cambio de chip que se produce en el mundo del Rock. Desde aquí animo a todos los músicos para que nos hagamos respetar en este sentido.


-Muchos músicos, ya entrados en años, vienen de la cultura de que el artista tiene que recibir algún tipo de remuneración por actuar en directo. Actualmente parece que incluso los propios músicos más jóvenes tienen esa otra percepción más ligada a la posible promoción que justifica el actuar gratis.

Es un error de concepto. También hay que pensar que si te sale la posibilidad de telonear a algún artista en Las Ventas, por poner un ejemplo, ahí sí que parece claro que vas a obtener una promoción que justifique esa actuación. El problema es que en la mayoría de eventos que se plantean a pequeña escala se están intentando aprovechar del músico.

-¿Algún grupo que te haya llamado últimamente la atención?

Últimamente escucho mucho Blues y Gospel. Hay una banda extranjera que ya lleva un tiempo pero que no han obtenido ese reconocimiento masivo y que me gustan mucho, se trata de Stone Sour. Hace unos días realicé un programa sobre su cantante Corey Taylor. Es un músico que también toca en Slipknot y me llamó mucho la atención de su dualidad musical, te puede mostrar una faceta muy bruta con Slipknot por un lado y, por otro, te puede mostrar un enfoque más limpio y cercano al Hard Rock americano con Stone Sour.

-Si nos quieres comentar algo para finalizar.

Os agradezco mucho la entrevista. Espero y animo a la gente a que se acerque a escuchar “Spiritual Rock”. Es un disco que sale directamente de mi corazón, con unas letras muy bonitas en las que digo cosas muy importantes y que, si les gusta, sigan contribuyendo a mantener esto vivo.



                                                      Bárbara Black: "Alabama Rose".


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