Llegan los calores estivales y hablar de Van Halen resulta algo
natural; es más, diría que no es posible entender el verano sin el entrañable
combo comandado por el genial guitarrista Eddie y su carismático
vocalista David. Canciones como “Panama”, “Unchained”, “Drop dead
legs”, “Dreams” o “Summer nights” están indisolublemente ligadas a
la banda sonora ideal que se programa dentro de los cerebros de muchos de
nosotros cuando llega la subida de temperaturas. Hace ya muchos años -tal vez
demasiados- que Van Halen suele ser noticia por cuestiones que tocan el
asunto musical solo tangencialmente y eso nunca debería ser una buena noticia,
aunque no podemos negar que llega a tener su interés seguir las evoluciones de
la disfuncional familia que conforman Eddie, Sam, Dave &
Co. Hace apenas unas semanas, a raíz de unas declaraciones de Sammy
Hagar y Michael Anthony, saltó un nuevo rumor en el que se situaba
al grupo bajo la posibilidad de realizar una gira conjunta con los dos
cantantes: David Lee Roth y Sammy Hagar; parece que nos olvidamos
de Gary Cherone. El propio Sammy ha comentado que sería como un
regalo para los fans e incluso ha indicado cómo podría ser el doble set list
a representar por el grupo, cada uno con un vocalista. Por su parte Michael
Anthony ha dicho hace apenas un par de semanas que cada repertorio podría
durar una hora y que seguro que el público quedaría encantado con las dos
puestas en escena de cada vocalista.
David Lee Roth. Sammy Hagar.
Por supuesto, nadie desde el actual campamento de Van Halen se
ha pronunciado al respecto. Si por algo se está caracterizando últimamente David
Lee Roth -el otrora orador continuo que aprovechaba cualquier oportunidad
para regalarnos alguno de sus impagables speeches- es por su mutismo en
los medios y si hablamos de Eddie Van Halen debemos decir que siempre se
ha caracterizado por no soltar una sola palabra a una prensa que estoy seguro
que detesta... e imagino que con razón.
Eddie Van Halen.
Aunque hay elementos que nos hacen sospechar un ligero acercamiento
entre Dave Roth y Michael Anthony. En 2013 David comentó
que una de las marcas distintivas y características del sonido de Van Halen
eran los coros agudos de Michael Anthony, el propio Roth asumía
el problema que debía tener Eddie con Anthony aunque reconocía
esta aportación a la esencia del grupo. Sin embargo el hecho más relevante se
ha producido hace apenas un mes. Desgraciadamente nuestro sufrido bajista
perdió a su nieto de dos semanas Rex por una enfermedad cardiaca. El
propio Anthony acto seguido formó una fundación para investigar y
concienciar sobre este problema. A los pocos días Michael Anthony
informó a la prensa de que el mismísimo David Lee Roth había realizado
una donación a su fundación por valor de 10.000 dólares y que supone la mayor
donación recibida para dicha fundación, ante su sorpresa Michael se puso
en contacto vía email con la agencia que le comunicó la donación y acabó
confirmando que Diamond Dave había realizado dicho gesto a la vez que le
devolvía el correo electrónico deseándole lo mejor a Anthony y su familia. David Lee Roth: class
act.
Michael Anthony.
David Lee Roth.
Todos estos chismes y comentarios llevan siendo algo habitual dentro
de la dinámica de Van Halen en los
últimos años. Tras miles de rumores, dimes y diretes, comunicados y
desmentidos, el pasado año 2007 -Dios mío, cómo pasa el tiempo- se produjo el
milagro: Eddie Van Halen y David Lee Roth se presentaban de
manera conjunta ante la prensa para anunciar que ambos volvían a subirse a los
escenarios bajo la denominación de Van Halen. El grupo se completaba con
el batería Alex Van Halen, como no podía ser de otro modo, y con la
sorpresa de la presencia de Wolfgang Van Halen -hijo del propio Eddie-
al bajo sustituyendo al entrañable Michael Anthony. Esta formación nos
ha llenado de felicidad a muchos de nosotros a lo largo de esta década,
realizando tres giras por EEUU y publicando por fin un nuevo disco en estudio.
Conviene recordar que el último redondo de Van Halen con David Lee
Roth databa del año 1983, por lo que la expectación fue máxima y resultó un
placer comprobar cómo Van Halen y David Lee Roth volvían a reinar
en el colorido mundo musical. Poca gente en el mundo del espectáculo se merece
todo el éxito y reconocimiento como David Lee Roth, nuestro adorado Diamond
Dave ha pasado por muchas vicisitudes a lo largo de su dilatada carrera
artística; estos avatares merecen otra entrada en estas páginas, seguro. Si a
este nuevo disco en estudio se le suma la publicación del primer doble en
directo de esta formación, cosa que ocurrió el pasado 2015, la felicidad no
podía estar más justificada. Un doble en directo de los de toda la vida,
recogido de sus actuaciones japonesas. Resultaron muy cachondas las críticas
que el querido Sammy Hagar escupió
por su boca, que si no había feeling,
que si se detestaban y eso se notaba, que si la producción, que si tal y cuál;
lo de siempre. El dichoso directo levantó muchas ampollas, sobre todo en lo que
respecta a las voces de Roth, aunque
muchos músicos se posicionaron a favor de Diamond
Dave. Entre las opiniones más atómicas estaba la de Frank Hannon, el guitarrista de Tesla sentó cátedra cuando dijo que el directo de Van Halen titulado “Live At Tokyo Dome” era una pasada, un sueño para todos los que
como él crecieron con discos como “Van
Halen II”, “Women And Children first” o
“Fair Warning”, y que el que quisiera buscar un disco con perfectas voces
cristalinas debería comprarse el directo del grupo One Direction. No puedo estar más de acuerdo. Soy muy fan de Van Halen en cualquiera de sus
vertientes, pasé la etapa de exclusividad con David Lee Roth –es ridículo no vibrar con los discos y las voces de
la etapa de Sammy Hagar, de hecho
esas canciones me llevan acompañando desde la adolescencia-, incluso me quedé
en casa cuando Van Halen nos
visitaron en el 95 presentando el discazo “Balance”
con una banda en su plenitud y con un Sammy
Hagar pletórico. Creo que es una de las cosas que no he hecho en mi vida de
la que más me arrepiento. No obstante, pese a que la producción del directo de
Tokyo suena más cruda y en consonancia con esos primeros discos del grupo, uno
no tiene más que escuchar ese inicio asesino de “Unchained” para quedarse prendado del disco o la trepidante “I’m the one” para alcanzar a
comprender el porqué este grupo es tan especial y único.
Van Halen: "Unchained". "Live Tokyo Dome".
Van Halen: "I'm the one". "Live Tokyo Dome".
Pero volvamos a los últimos acontecimientos de esta familia tan
desconcertante. Mientras todo esto ocurría se producían los encontronazos,
acusaciones y zancadillas verbales entre el campamento de los hermanos Van
Halen y el de Sammy Hagar/Michael Anthony. Conviene comentar que David
Lee Roth y Sammy Hagar siempre han jugado un papel de rivales dentro
de esta peculiar familia y se han dedicado a lanzar mierda, con mayor o menor
clase, cuando se han encontrado fuera de la multimillonaria banda. Imagino que
este enfrentamiento obedece más a la posición artística y económica que les
confronta, lo que está claro es que las perlas que se han dedicado a lo largo
de todos estos años no tienen desperdicio. El colofón final a toda esta hilarante
historia acaeció cuando ambos vocalistas, pese a seguir detestándose, unieron
sus fuerzas para un doble cartel atómico que recorrió los States bajo el
acertado nombre de “Sam & Dave” -lo que no se le puede negar a esta
gente es que sabe de qué va esto del negocio del espectáculo y ambos tienen
mucha clase- y que supuso todo un éxito durante ese verano de 2002; impagables
horas de diversión las que nos ofrecieron, dentro y fuera de los escenarios.
Como os podéis imaginar, las anécdotas salvajes se cuentan por cientos: burlas
del campamento Hagar sobre la actitud de divo de David Lee Roth,
referencias por la parte de Diamond Dave sobre el sobrepeso de Sammy...;
un momento impagable se produjo cuando David Lee quiso entrar en la zona
de prensa del backstage de uno de los shows y tuvo que esperar
pacientemente en su camerino para no toparse con el bueno de Sammy. Ni
que decir tiene que, pese a actuar consecutivamente, en ningún concierto
llegaron a compartir escenario a la vez para cantar algún tema. Y todo esto
aderezado de grandes canciones que rebozan frescura, juventud y retratan con
letras de oro a toda una generación. Lo dicho: horas de diversión y espectáculo
con mayúsculas.
Durante estos últimos diez años la relación de Eddie Van Halen con el bueno de Michael Anthony ha sido bastante confusa. Nuestro querido bajista se ha comido unos cuantos marrones en la banda de los hermanos, fue él quien tuvo que explicarle a la prensa que David Lee Roth no era capaz de cantar adecuadamente durante el fallido intento de reunión en el año 1996 para el que publicaron el recopilatorio “Best Of Vol I” incluyendo un par de temas nuevos con Roth. De hecho continuó en el tour de reunión del grupo con Hagar que llevaron a cabo unos años más tarde, el propio Anthony tuvo que acceder a rebajarse el sueldo si quería seguir siendo de la partida... y todo ello gracias a la presión de Sammy Hagar para que siguiese en el grupo. Sammy Hagar y Michael Anthony han cimentado una verdadera relación de amistad a lo largo de los muchos años que hace que se conocen y no ha sido nada raro escuchar regularmente a Sammy salir en defensa de Michael cada vez que le han criticado desde el seno de Van Halen. En estos años Eddie Van Halen ha dicho unas cuantas cosas muy feas sobre su bajista original: que si no sabía tocar una sola nota, que si su voz en falsete no era importante o que si en la gira Anthony tenía que ir con una cámara grabando a Eddie cómo tocaba para aprender. Totalmente innecesario ese ensañamiento con el pobre Michael, que siempre ha sido el miembro menos problemático en cuestión de egos dentro del grupo. Una cosa es que le quiera echar del grupo, si tu jefe decide prescindir de tus servicios no te queda otra que coger tus bártulos y largarte con viento fresco -con tu consiguiente indemnización por despido, claro-. Te puede gustar más o menos, pero ahí no hay nada que objetar. A estas alturas pienso que todos tenemos claro que Van Halen es el grupo de Eddie y, pese a la importancia de Roth o Hagar, sin él nunca hubiera habido Van Halen; al César lo que es del César. Lo que está mal es largar mierda de la persona que te acompañó en la banda durante casi treinta años. Curiosamente hace unos meses el bueno de Anthony comentó a la prensa que había hablado por teléfono con Alex Van Halen, llevaba diez años sin saber nada del grupo y sorprendentemente Alex se puso en contacto con él para charlar y ver cómo iban sus respectivas vidas. Algo tan simple y trivial cobra un sentido especial si nos referimos al extraño y fascinante universo Van Halen. Respondiendo a la pregunta del periodista, el propio Michael comentó que no tenía intención de ponerse en contacto con los hermanos Halen, pero estaba abierto a cualquier tipo de colaboración en el futuro. No hay que olvidar que Wolfgang, el bajista de los últimos tours de reunión e hijo de Eddie, ha anunciado recientemente que tiene intención de lanzarse en solitario. Interesante.
Eddie Van Halen y Michael Anthony.
Más compleja resulta la relación entre Sammy Hagar y Eddie Van
Halen. Una amistad que comenzó a mediados de los ochenta y que duró hasta
el año 1995 regalándonos a los fans una segunda y nueva vida del grupo. Tras
echarse encima toda la mierda que pudieron, aparentemente hicieron las paces
para una gira americana en el verano de 2004. Aquello acabó como el rosario de
la aurora, desde el inicio la cosa se torció puesto que Eddie no quería a Michael
Anthony en el grupo y tuvo que aceptarlo debido a la insistencia de Hagar –aunque le bajó el sueldo y los
beneficios del merchandising-. Tras
aquella gira separaron definitivamente sus caminos. Los años siguientes hemos
asistido a numerosos episodios, a cuál más triste o cachondo, desde las mutuas
descalificaciones hasta la supuesta negativa de los hermanos a permitir
interpretar temas de Van Halen en
los conciertos en solitario de Sammy.
Tal vez el episodio más desagradable y ridículo se produjo el pasado año a raíz
de las innecesarias descalificaciones públicas de Eddie sobre Michael Anthony.
La respuesta pública de Hagar estuvo
a la altura del dislate general. Nuestro amigable Sammy se dedicó a lanzar mierda sobre la nueva unión de David Lee Roth y Eddie Van Halen comentando que se notaba que no había química allí
y que se notaba en los directos –no sé si nuestro adorable vocalista asistiría
a algunos de esos shows para formarse una opinión tan gratuita-, aunque lo
gordo llego cuando se refirió específicamente a esos descalificativos sobre Anthony. Nuestro cantante favorito
llamó a Eddie Van Halen mentiroso y
le mandó a la mierda –textualmente-; vamos, una entrañable reunión de colegas.
Sammy Hagar y Eddie Van Halen. Gira 2004.
Resulta altamente interesante el hecho de que Sammy Hagar se haya pasado todo este tiempo lanzando toda la mierda
que ha podido contra Eddie y ahora
nos cuente que añora la amistad y lo que consiguieron crear juntos durante los
años de su estancia en Van Halen.
Justo como Dave Roth cuando ha
estado fuera del grupo. Ninguno parece necesitar a Eddie, de ello se jactan en sus diferentes apariciones públicas,
pero luego resulta que todos pierden el culo por tocar en Van Halen. En fin. Recientemente Sammy Hagar ha hecho esfuerzos por recuperar la amistad con Eddie. Según el propio Sammy, a raíz de los fallecimientos de
importantes artistas como David Bowie o Glenn Frey, se dio cuente de que no
podía seguir enfadado con Eddie. La
vida era demasiado corta para esos resentimientos y decidió mandarle una
felicitación a Eddie Van Halen por
su cumpleaños, Eddie le contestó
cortésmente y ya está. El bueno de Hagar,
lleno de nobles sentimientos, encontró adecuado contarle esto a la prensa. Sammy no tiene interés en reunirse con
el grupo, solo era por acabar con las malas vibraciones; vaya, claro.
Sammy Hagar.
El asunto es que esto ocurrió el pasado año. Pues recientemente un desinteresado Hagar ha vuelto a rajar a la prensa comentando que esperaba que Eddie le devolviese la felicitación por su cumpleaños, cosa que parece no haber pasado y que le ha disgustado. No acabo de seguir al bueno de Sammy. Es evidente que no necesita dinero, nuestro hombre ha sido brillante con sus negocios y ahora está forrado; incluso apareció en la prestigiosa revista Forbes con motivo de la venta de las acciones de su Tequila patentado Cabo Wabo, solo por hablar de algunas de sus acertadas inversiones empresariales. Ni siquiera necesita grupo, tiene una espléndida discografía en solitario y las súper bandas Chickenfoot y The Circle; aunque está claro que en América no hay nada como Van Halen, supongo que no es lo mismo hacerse una gira de cuatro meses por estadios que tocar intermitentemente en recintos de mediano y pequeño aforo. Una cosa es obvia: está más interesado en volver a actuar con Van Halen que un político español en trincar de las arcas estatales . Es por esto que esta última perla que han lanzado de Van Halen con los dos vocalistas tiene su miga. Veremos qué pasa: Imagino que David Lee Roth, desde la actual posición de poder que ostenta y que nunca debió perder, no aceptará compartir escenario con Sammy Hagar ni en mil vidas; aunque cosas más raras se han visto. De cualquier modo el verano Van Halen se vuelve a presentar interesante. Y si por un casual se produce la alineación interestelar total y estos tipos son capaces de subirse juntos a un escenario, no me lo pierdo por nada del mundo.