Encuentros HUSH.
Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
Clube de Adictos a Deep Purple
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Púrpura Chess
This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.
Bernie Torme, el genial forajido que puso su guitarra en las canciones de Gillan, Ozzy o Dee Snider entre otros, además de comandar su propio grupo, falleció ayer domingo 17 de Marzo de 2019, a la temprana edad de sesenta y seis años. Joven... joven.
El músico que tenía uno de los sonidos de guitarra más personales, salvajes y reconocibles -sabías que era él desde el mismo instante en el que sonaba su Fender- ha abandonado nuestro plano. Su personal mezcla Hendrix/Blues ya no volverá a ser escuchada desde ningún escenario. Triste, muy triste.
Se ha muerto a raíz de unas complicaciones derivadas de la gripe. De un costipado mal curado. Igual que James Brown. El Padrino del Soul falleció un triste veinticinco de Diciembre del año 2006, no quiso ir al médico y cuando por fin lo hizo ya fue demasiado tarde. Torme llevaba desde las pasadas Navidades con molestías y tuvo que ser ingresado, incluso con pronóstico reservado. Se encontraba inmerso en unas disputas legales con la compañía de crowdfunding que no le pagó lo recaudado para la grabación de su último disco, titulado "Shadowland", poniendo el propio Bernie el dinero de su bolsillo para acabarlo y enviarlo a los fans que habían colaborado por adelantado. Otra más de nuestra queridísma indutria discográfica. Pero no enturbiemos este difícil y doloroso momento con el sucio dinero. Difícil entender la vida sin Bernie Torme entre nosotros.
Tuve la suerte de verle actuar en directo y de entrevistarle un par de veces. Todo un caballero con las ideas muy claras, los pies muy en el suelo, sin superficialidades ni estupideces y poseedor de un talento innato que nos ha hecho felices a muchos de nosotros. Desde aquí todo el apoyo, ánimo y los mejores deseos a sus seres queridos. Te veré al amanecer, te veré en la fría luz de la madrugada, mi amigo.
El conocido cantante de Judas
Priest ha hecho público recientemente su deseo de escribir su
autobiografía. Esto no pueden ser más que buenas noticias para todos los
aficionados a la música de Judas y
para todos los que sienten algo cuando suena una guitarra eléctrica acompañada
de una voz estratosférica.
Si alguien tiene una historia interesante que relatar a sus espaldas,
ese es Rob Halford. Pocas bandas han
sido tan herméticas en lo que respecta a sus cuestiones internas como Judas Priest y pocas han vivido tanto
como estos genuinos padres del Heavy
Metal. Tras la tan controvertida salida del grupo de Kenneth Downing y los severos problemas con la enfermedad de Parkinson que lleva arrastrando Glenn Typton y que le han forzado a
semi abandonar la nave, todo parece indicar que Halford se ha quedado al frente de los Judas.
Que Rob Halford es una de
esas personas que ha exprimido su vida al máximo es algo que muy pocos
seguidores de Judas Priest dudan. El
amigo Rob ha vivido diez vidas en
una y seguro que tiene un buen saco de historias que compartir con todos sus
seguidores, más todas las que opte por seguir manteniendo en su intimidad.
Pocos cantantes han sido pasados por la lupa de sus seguidores y, sobre todo,
de sus detractores como Halford. A
la hora de evaluar su capacidad vocal a casi todo el mundo le ha salido ese
juez de programas de televisión que muchos deben de llevar dentro, generalmente
para decir estupideces. Normal, una voz tan extraordinariamente especial
siempre va a estar sujeta a las más sesudas elucubraciones de todo el resto de
mortales, situados necesariamente en un plano inferior. Por fortuna, con el Metal
God no se bromea y en su última visita a nuestro territorio dejó las
cosas bien claras en las orejas de todo el personal que se acercó a ver a Judas de teloneros de Ozzy. Por cierto, curiosamente muy poca
gente se suele meter con voces como las de Ozzy,
Robert Plant o Mick Jagger
mientras que no dejan en paz a vocalistas como Halford, Gillan o Coverdale; muy curioso.
La vida de Rob Halford ha
debido ser tan apasionante como controvertida, él mismo comenta que el
recorrido de Judas Priest da para un
biopic de Hollywood al más puro
estilo del de la vida de Freddy Mercury y
Queen o el anunciado “The Dirt”de Motley Crue. Y apuesto que no se equivoca. Su sexualidad dentro
de un género tan machista en los años 70/80/90 como el Heavy Metal, la escalada a la fama de Judas Priest, su relación con los demás miembros del grupo
–incluido el affair de Dave Holland y su condena judicial por
abusos–, sus proyectos musicales en solitario, su relación con todo el star system musical tanto rockero como
de otros estilos –sus anécdotas con Madonna
y otros iconos artísticos- y un sinfín de vivencias más que, como tenga a bien
compartir con todos nosotros, van a hacer de este libro un manual de lectura
obligada para todo el que quiera saber de qué va eso de ser una Estrella del Rock de las de verdad, de esas hechas a
sí mismas. Que me digan dónde se encarga, que ya voy afilando mi discografía Priest para preparar el momento.
La
elección del nombre de un grupo de música no es cuestión baladí sobre todo en
los inicios de cualquier banda. Es cómo va a ser conocido durante toda su
trayectoria y seguramente la marque. En principio, se pretende buscar un nombre
compuesto por una o dos palabras con buena sonoridad y que sea fácil de
recordar por el potencial oyente. Además, también se puede perseguir, aunque en
un papel más secundario, que la nomenclatura sea brillante, original,
contundente y/o que defina o tenga alguna relación con el grupo.
Tener
un buen nombre sin duda ayuda en esto de hacerse un hueco en el mundo de la
música, pero sólo eso, porque sin un buen hacer musical no hay nada de nada. Y
también al revés, lógico, ¿cuántos grupos grandiosos conocemos con un nombre
ridículo? Seguramente lo tuvieran más complicado en los albores de la banda,
pero no creo que ninguno se haya quedado en el camino por llamarse de una determinada
forma, ¿o sí?
Con
todo hay una gran variedad de nombres de temática muy diferente. Pues muchas
bandas buscan una sonoridad recordable sin más. Y eligen una palabra al azar, a
través de caminos de lo más variopinto.
Sin
embargo, por otro lado también hay grupos que le otorgan cierto importancia a
cómo van a ser llamados y que consiguen el éxito al escoger determinados
nombres que se mimetizan con el grupo, que marcan al combo hasta tal extremo
que nos es imposible imaginarlos con otra denominación. Hay alguno de estos, me
vienen a la cabeza dos nombres: Metallica
y Barricada; que son también ideales
para ser coreados a pleno pulmón en cualquier concierto.
Una
sección de nuestro colaborador Thomas Anderson.
Barón
Rojo o la cultura hasta en el nombre
Son bastantes los grupos, tanto nacionales como extranjeros, que
utilizan su propio nombre para rendir tributo a algún
personaje/acontecimiento/lugar, real o imaginario, que mantiene correlación con
la cultura humana. En determinado momento trataremos de hacer un listado en el
que solicitaremos vuestra colaboración, pero eso será más adelante.
Hoy nos centraremos en hablar del que para much@s es el grupo más
paradigmático en lo que al Heavy Metal en
castellano se refiere: los grandísimos Barón
Rojo. Casualmente hace escasos días que la banda ha anunciado su disolución
tras cuarenta años de carrera. Sirva este artículo como humilde homenaje para
ellos.
¿Cuántos de vosotr@s habíais oído hablar del personaje histórico El
Barón Rojo antes de conocer al grupo que nos atañe? Apuesto a que la
mayoría no lo habíais hecho. Lo que no deja de ser una triste gracia, puesto
que de alguna manera la cuestión pone de manifiesto las limitaciones del sistema
educativo de este país. En fin, se trata de un tema que daría lugar a un más
que interesante debate, pero como bien sabéis no estamos ni el sitio ni el
momento más adecuado para ello.
El caso es que la banda tiene el detalle de dedicar una canción
(extraordinaria como pocas de su discografía, por cierto) para hablarnos del
personaje que nos ocupa, de nombre real Manfred von Richthofen. Degustémosla, por favor, el video que os adjunto
aporta un buen número de imágenes ilustrativas.
"Barón
Rojo"
Mítico Barón
Dónde quedó
El vuelo fugaz
De tu gran avión
Barón
Pionero audaz
El aire fue
Tu pasión
Y otro avión
Te destruyó
De héroe nacional
Pasaste a ser
Cómic en papel
No es un mal final
Barón
Y en tu rojo avión
Vas a volar
Sin cesar
Pues así
No morirás
Barón, héroe de cuento
Amo de las nubes,
Señor del viento
Barón, vives un sueño
Triste y solitario
Surcando el cielo
Barón, tu triste misión
No apagó tu gloria
Esa guerra cruel
Terminó
Pero sigue aún
El mundo en tensión
Barón
Si vivieras hoy
Podrías ser
Capitán
De una nave espacial
Barón, héroe de cuento
Amo de las nubes,
Señor del viento
Barón, vives un sueño
Triste y solitario
Surcando el cielo
Barón, tu triste misión
No apagó tu gloria
Seamos sincer@s, la letra, pese a su marcado componente emotivo, no
nos cuenta demasiado acerca de las hazañas del Barón (de hecho lo de “…y otro avión te destruyó” parece ser que no
se ajusta del todo a la realidad), aunque sí deja pinceladas que nos pueden
ayudar a entender de quién estamos hablando. Si habéis visionado el clip hasta
el final, habréis tenido la oportunidad de leer unas palabras que resumen
maravillosamente lo que fue la vida de este señor. Las reproduzco aquí de
manera literal.
Manfred Albrecht Freiherr von Richthofen, militar y
aviador alemán al que se conoce como “El
Barón Rojo”. Consiguió derribar ochenta aeroplanos enemigos durante la Primera Guerra Mundial antes de ser
abatido en la mañana del 21 de abril de 1918 a los 25 años de edad cerca del
río Somme, en el norte de Francia.
Héroe de los alemanes, fue igualmente respetado por sus enemigos. Se dice que
permitía incluso huir a sus víctimas malheridas. Su unidad fue responsable del
derribo de 88 aviones británicos del total de 155 que abatió la aviación
alemana. Fue enterrado con todos los honores militares por los propios
británicos, quienes salieron a rendirle tributo. En el momento del entierro,
soldados australianos presentaron armas y lanzaron tres salvas en su honor. En
su lápida, que se encuentra en el mismo lugar donde cayó, se puede leer en su
epitafio: “Aquí yace un valiente, un noble adversario y un verdadero hombre de
honor”.
Para aquell@s que queráis
ampliar la información al respecto, aquí os facilito algunos enlaces, aunque
seguro que podréis encontrar cientos de ellos si os animáis a hurgar por la
red.
No sé a vosotr@s, pero a mí
me parece fascinante el hecho de que unos músicos de rock quieran ayudar a
extender el conocimiento a través de su música. Los baronesson un buen
ejemplo de ello a través de su extensa discografía.