Me encuentro inmerso hasta las entrañas en plena fase Gillan, todos los años me ocurre
durante algunos días de Noviembre, por lo que es el mejor momento para retomar
la saga de los discos fantasma de nuestro vocalista preferido.
Pongámonos en antecedentes: Año 1980. El grupo se ha puesto
en el mapa tras la publicación el año anterior del excitante álbum “Mr. Universe”, uno de los discos de
cabecera del cantante Bruce Dickinson
(Iron Maiden), como ha reconocido en numerosas ocasiones. La siguiente
propuesta discográfica de la banda es “Glory
Road”, el disco favorito de Gillan
en solitario para muchos de sus fans. Lo que antes no sabía mucha gente es que
dicho disco salió a la venta en su día como un álbum doble, o con otro sencillo
de regalo, como prefiráis; el disco en cuestión llevaba el sugerente título de “For Gillan fans only” y era, como
todos podemos imaginar, una deliciosa salida de tiesto dentro del peculiar
universo del particular, excesivo y encantador combo de Ian Gillan y sus secuaces. Se sacó una tirada de 5.000 copias que
se regalaba junto con la edición normal del disco “Glory Road”, convirtiéndose desde ese mismo instante en preciado
objeto de coleccionismo.
"For Gillan Fans Only" "Glory Road". Pegatina con disco regalo.
Estas son las canciones que componen el álbum:
Higher & higher
Higher & higher
Your mother was right
Redwatch
Abbey of Thelema
Trying to get to you
Come tomorrow
Dragon’s tongue
Post fade brain damage
Egg timer
Harry Lime theme
El disco se inicia con unas pequeñas afirmaciones de Ian Gillan en las que explica la
necesidad de realizar un vinilo “solo
para los fans de Gillan”, como
os podéis imaginar, las explicaciones no tienen desperdicio y desvelan
rápidamente el corrosivo humor británico del que nuestro encantador vocalista
ha hecho gala durante toda su vida. Tras esta pequeña broma comienza la primera
canción, “Higher & higher”, un
tema que solamente había aparecido como la cara b del single “Sleeping on the job”; buen tema de Hard Rock potente y con el ADN de la
banda de Gillan respirando por todos
sus poros. Debemos comentar que la formación Gillan – Torme – McCoy – Underwood – Towns estaba en esos años en
un estado de gracia increíble en cuanto a nivel de inspiración, podemos
asegurar sin miedo a equivocarnos que todo lo que tocaban lo convertían en oro
del bueno. El nivel y volumen de canciones que crearon en el corto espacio de
menos de dos años resulta sencillamente espectacular. Conviene tener en cuenta
que se pasaron practicamente todo el año en la carretera, no en vano llegaron a
ofrecer más de ciento sesenta conciertos en los menos de dos años que la
formación permaneció unida, por lo que se demuestra el nivel de química
compositiva que llegaron a alcanzar.
"For Gillan Fans Only". Contraportada.
El disco sigue con “Your
mother was right” (“Tu madre estuvo
bien”, traducido al español) y, sí, la letra es todo lo ácida y corrosiva
que os estáis imaginando; estos tipos debieron ser unos destroyers realmente cachondos. Impagable la estrofa del
estribillo: “Get down your mother was
right / destroy me every night”. Por otro lado, la música raya a
gran nivel, demostrando lo buenos músicos que son.
Continúa el instrumental “Redwatch” con la banda tocando a piñón fijo y con la peculiaridad
de que el tema comienza con el grito de guerra que Ian empleaba en los directos para presentar al batería. Se enlaza
con “Abbey of Thelema”, una de las
mejores composiciones del excepcional teclista Colin Towns y que apareció en el casi desconocido pero salvaje
disco “Gillan” del año setenta y
ocho; como curiosidad conviene comentar que es una nueva versión interpretada
por el grupo. La cara A del álbum (qué recuerdos de caras As y Bs) se cierra
con la revisión de un clásico de Elvis,
el tema “Trying to get to you”, que
iba a aparecer en el frustrado disco “Shand
Grenade” del setenta y cuatro. En cualquier disco de Ian Gillan que se precie no puede dejar de haber un homenaje al Rey, uno de los grandes ídolos junto
con Little Richard de nuestro
querido Garganta de plata. Muchas veces ha comentado Ian que en realidad él quería ser actor
como Elvis y que solo decidió empezar
a cantar porque pensó que así le sería más fácil ser famoso para forjarse una
carrera en el mundo del cine. Dios
bendiga a Elvis por entregarle a la
música uno de los mejores vocalistas de todos los tiempos.
Gillan: "Abbey of Thelema".
La cara B comienza con la canción “Come tomorrow”, del grupo que formó Bernie Torme antes de acabar en Gillan y que a la postre se acabó convirtiendo en el popular grupo británico Samson; el propio Bernie nos cuenta en HUSH Magazine la divertida historia de la formación del mítico grupo del guitarrista Paul Samson. Después le toca el turno al teclista Colin Towns con una instrumental titulada “Dragon’s tongue”, en la que vuelve a demostrarnos su pericia e inspiración. Le sigue el tema “Post fade brain damage”, con otra nueva intro cachonda a cargo del propio Ian. Esta canción tiene toda la pinta de ser una instrumental sin terminar que, como curiosidad, acaban uniendo con el Blues del tema “Again & again” que aparece en el propio disco “Glory Road”.
Las dos últimas composiciones del álbum constituyen una
nueva e imposible vuelta de tuerca, con un final deliciosamente hilarante,
propio de estos tipos. “Egg timer”
es una especie de revisión del tema “Vice
versa” aparecido en el disco “Head
On” de Samson y grabado en los
estudios del propio Ian Gillan en el
año ochenta. La letra del tema original trata sobre una mujer y dice en una de
sus estrofas la frase “she was a real two
timer”, a partir de ahí el grupo se saca de la manga una genial adaptación
en la que, con una creatividad y despreocupación aplastante, bordan toda una
sátira musical sobre los bailes de salón y lo “políticamente correcto”; la
propia letra de la canción no tiene desperdicio, igual de desenfadada y de un
dudoso gusto a la altura del corrosivo humor del que hacen gala estos tipos.
Para empezar el grupo cambia sus instrumentos a la hora de interpretar el tema,
bajo el sobrenombre de Ernie Orme se
encuentra el guitarrista Bernie Torme
tocando el bajo, el productor Chas “Wah
wah” Watkins se encarga de las guitarras, Sticks McCoy es en realidad el bajista John McCoy que aquí toca la percusión, mientras que Cosmo Toons no es otro que el teclista Colin Towns a cargo del piano y la voz;
esta delirante banda se hace llamar Split
Knee Loons y grabaron por esa misma época también el maxi single "Special Collectors EP", vamos,
una excentricidad única y genial. Años después otros tantos grupos se han
cambiado los instrumentos en alguna ocasión para grabar o actuar en directo,
inmediatamente viene a mi memoria el caso de Mr. Big, un grupazo con un nivel artístico y musical fuera de toda
duda, que en los bises de sus conciertos se cambian los instrumentos para
interpretar algún clásico y demostrar una vez más que están entre el reducido
elenco de los músicos de naturaleza superior.
Pero volvamos al asunto, la canción
“Egg timer” está tocada en una
especie de banquete elitista, nos podemos imaginar un salón lleno de snobs
podridos de dinero y escasos de luces. El grupo empieza sonando muy
grandilocuente y refinado mientras algún acorde se desafina a propósito, el
cantante entona con un cierto regusto crooner
una melodía perfectamente olvidable con una letra llena de guiños cerdos y
chabacanos; todo rezuma ironía y doble sentido. Poco a poco nuestro querido
vocalista se viene arriba y al final acaba gritando como un poseso pasado de
vueltas mientras que los snobs estirados se vuelven locos y terminan gritando a
la par que el cantante, completamente entregados a la causa. Simplemente
genial.
Gillan: "Egg timer".
Samson: "Vice versa". Vídeo clip.
El tema que cierra definitivamente el disco se titula “Harry Lime theme” y consiste en un
señor roncando durante unos tres minutos. ¡Imposible mejorar eso! Luego
silencio, pensamos que el disco ha acabado… pero no; tras otros tres minutos en
blanco vuelve a sonar una pista escondida al final del minutaje, un ritmo
roquero con una línea vocal que se repite para cerrar definitivamente esta obra
absolutamente inclasificable y que solo pudo salir de las aventajadas y
excepcionalmente calenturientas mentes de los músicos que acompañaron a Ian Gillan en esos años locos e
irrepetibles.