Encuentros HUSH.
Este es un sitio musical, no nos engañemos, pero en el que nos vamos a acercar a la música que nos gusta desde distintos ángulos, cual prisma. Como ya dijo el añorado Jon Lord: la música es la forma de arte más elevada que existe; afirmación que, pese a disfrutar de otras manifestaciones artísticas, sostengo plenamente.
Clube de Adictos a Deep Purple
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Púrpura Chess
This blog is basically a musical site. Here we talk about the music we like, using different angles. As dear and missed Jon Lord once said: “Music is the highest kind of Art that exists”. I think the same way too.
En un suspiro
cerramos el año del cincuenta aniversario de Scorpions. Nuestros queridos
Rudolf Schenker y Klaus Meine, con la compañía de Matthias Jabs desde hace casi
cuarenta años y las últimas incorporaciones del bajista Pawel Maciwoda primero
junto al batería Mickey Dee hace apenas unos meses, llevan todo este tiempo
haciéndonos felices con su música.
No se me ocurre
mejor manera de cerrar este año 2016 que con una tercera entrega de la visita a
esos lugares perdidos en el tiempo que han sido, de un modo u otro, testigos
mudos del devenir de esta excepcional banda a lo largo de todos estos días de
nuestras vidas. Tras revisar recientemente ese entrañable documental que nos
regalaba en forma de película la directora Katja Von Garnier dedicado a la historia
del grupo germano mientras les acompañaba con su cámara durante gran parte
del recorrido de la gira de despedida –alguien se lo puede creer– que
realizaron, al igual que otros grandes grupos coetáneos que también anunciaron
en su día que se retiraban aunque finalmente no lo llevasen a cabo, no podía
evitar por menos que entristecerme y permitir que alguna que otra lágrima
furtiva fruto de la nostalgia viera la luz del sol mientras en la pantalla
aparecían esas imágenes del grupo de principios de los setenta en formato
Super-8 que mis ojos no habían contemplado nunca antes y que pertenecen a ese
período primigenio de la banda tan escasamente documentado y que tanto me
subyuga.
Dentro de este
pequeño pero acogedor rinconcito de la red cerramos el año con los mismos
protagonistas que lo abrieron. Sirvan las líneas de este fan descerebrado de la
Música Rock en general y de Scorpions en particular como homenaje a esos
cincuenta años de vida que ha cumplido la visión de Rudolph Schenker. Brindemos
en su honor deseando que le queden, tanto a él como a sus camaradas de viaje,
otros tantos más.
Klaus Meine, su mujer Gabi y Katja Von Garnier.
Sporthalle.
Hildesheim. Richthofenstrasse 37.
De la mano del
encantador batería Wolfgand Dziony encontramos datos sobre este concierto,
parece ser que fue el segundo show que ofreció el grupo en su por entonces
corto espacio de vida en el año 1965; desgraciadamente no se conoce la fecha
exacta de su celebración. Hildesheim es una pequeña localidad cercana a
Hannover y allí se acercaron nuestros queridos escorpiones para realizar una
actuación como teloneros que constó de tres canciones únicamente. Uno de esos
tres temas fue “Dizzy miss Lizzy”, un clásico de Chuck Berry que más tarde
versionearon los Beatles. Recuerda Dziony que tuvieron que parar y volver a
reanudar la canción hasta tres veces por un problema con sus platillos; qué más
se puede decir… the good ol’ days. Dios mío, lo que daría por escuchar alguna
grabación de esos primerísimos conciertos. Es una lata que casi todos los
grandes grupos de Hard Rock tengan bien documentados sus más tiernos inicios,
con grabaciones que suenan como el culo e incluso vídeos, mientras que en
Scorpions parece que nadie dispusiese de una miserable grabadora que registrase
esas actuaciones para la posteridad.
Río Leine.
Hannover.
La orilla del
río Leine, en las cercanías de Hannover, sirvió de marco para la celebración de
un festival musical durante el verano de 1971. Scorpions fue uno de los grupos
que actuaron en este festival del que tampoco se tiene clara la fecha exacta.
Recuerda una vez más el entrañable batería Wolfgang Dziony algunas curiosidades
de dicho show. En palabras del propio Dziony asistieron varios cientos de
personas repartidos de una manera peculiar. El escenario estaba ubicado en una
de las orillas del río por lo que, a excepción de un puñado de personas que
pudieron colocarse junto en frente del escenario, casi la totalidad del público
se encontraba situado en el otro margen de sus aguas. Curiosamente esa orilla
se encontraba a más altitud que la del escenario, así que el respetable
disfrutó de las actuaciones situado a unos quince metros por encima del propio
escenario y de los músicos; de ahí la perspectiva de la foto que ilustra la
actuación de Scorpions en ese marco tan curioso e inusual y que podemos observar
más abajo –cortesía del propio Dziony–.
Estadio de
Vallecas. Campo de Fútbol del Rayo Vallecano. Calle Payaso Fofó.
También es justo
recordar el concierto que ofreció el grupo alemán en Madrid el día 16 de Agosto
de 1986. En aquellos momentos el grupo atravesaba uno de los mayores de
popularidad en España y en el resto del mundo, por lo que esta mini gira del
verano del 86 les llevó a recintos con capacidadesde 20 a 40.000 personas. El concierto será
tristemente recordado porque durante la actuación del grupo de Michael Schenker
–MSG, que tocaba como telonero de su hermano– Miguel Ángel Rojas, un chico de
veintitrés años, fue asesinado de una puñalada tras una discusión. Ni que decir
tiene que este lamentable incidente sirvió a la mayoría de los medios de
comunicación de entonces –los mismos de ahora, solo que con más capas de
maquillaje– para demonizar una vez más al Rock duro en general y al movimiento
del Heavy Metal en particular. Desde aquí todas nuestras condolencias y
respetos a Miguel Ángel, familiares y seres queridos. D.E.P.
Pabellón de
Deportes de Madrid. Paseo de la Castellana 259.
El antiguo
recinto fue bautizado como Pabellón Raimundo Saporta en honor al fallecimiento
en 1997 del presidente del equipo de baloncesto de la capital y demolido en el
año 2004. En su lugar actualmente se encuentran ubicadas esas torres que tanto
permiten a algunos lugareños sacar pecho. Este edificio tiene el curioso honor
de ser el primer recinto español en el que actuó el grupo de Schenker y Meine.
Tras varios años en los que el grupo cimentó su popularidad en Europa, desde su
etapa con Uli Roth, finalmente Scorpions visitaron nuestro país en el año 1982.
Nuestro grupo preferido había publicado siete discos de estudio y un doble
disco en vivo antes de visitar nuestras soleadas tierras. Los germanos se
encontraban en plena gira de presentación de su inmortal álbum “Blackout”
cuando al fin un promotor los trajo en un excelente cartel que incluía a
Blackfoot de teloneros. Scorpions más la banda del incombustible Rick Medlocke;
eso es un cartel y lo demás son tonterías. Parece ser que la afluencia a esos
primeros shows del grupo en nuestro país registraron una escasa afluencia de
público, aunque afortunadamente ese aspecto se subsanó con creces en giras
posteriores y, desde entonces, los escorpiones suelen ser habituales de nuestro
país en sus giras mundiales.
Convento Do
Beato. Lisboa.
Este recogido
convento de la capital portuguesa fue el escogido por los alemanes para grabar
el que fuera primer directo en acústico de su carrera. Los muros del claustro
de esta construcción tan evocadora fueron testigos mudos de las actuaciones
exclusivas que ofrecieron Scorpions y que acabaron dando forma al disco
“Acoustica”.
La verdad es que
el convento se encuentra ubicado prácticamente a las afueras de la ciudad. Está
protegido por unos muros exteriores que difícilmente dejan adivinar la magia
que desprende el recinto en su interior. Conviene aclarar que para visitar
dicho convento hay que solicitar visita previa.
Palacio de
Deportes. Portimao.
En este recinto
se ha celebrado el único concierto con orquesta hasta la fecha dentro de toda
la Península Ibérica. A principios del nuevo milenio Scorpions anunciaron una
grabación conjunta con la prestigiosa Filarmónica de Berlín para conmemorar la
Expo de Hannover 2000, convirtiéndose así en otro grupo más que se sumó a esa
interesante moda de mezcla Hard Rock y Música Clásica. Lo curioso del asunto
fue que consiguieron sorprender a propios y extraños con el producto final, unos
impresionantes arreglos clásicos –cortesía del trabajo conjunto del director
Christian Kolonovits y el propio grupo– que engalanaron las composiciones
clásicas de los teutones para otorgarles una nueva perspectiva y una inusitada
intensidad; vamos, la mezcla perfecta entre la grandiosidad del clásico y las
melodías imbatibles Hard Rock de Scorpions. Debo reconocer que ha sido el disco
de grupo de Rock con Orquesta que más me ha impresionado de todos los que he
escuchado. La mayoría de ellos adolecen de arreglos de categoría, se enfoca la
presencia de la orquesta como un mero acompañamiento, como si de un añadido de
vientos se tratase, y ahí radica el error. Es fundamental desarrollar unos
arreglos originales que sean capaces de realzar la música hasta elevarla a una
categoría nueva y superior. No tenéis más que coger cualquiera de los discos de
estas características que han publicado la mayoría de los grandes grupos de
Rock o Pop en estos últimos años y escuchar con oídos imparciales para
comprobarlo.
Recuerdo a la
perfección mi primera escucha del disco “Moment Of Glory” que sacaron Scorpions
y la Berliner Philharmoniker. Me acerqué a la tienda de discos –sí, antes
existían tiendas de discos en las que podías adquirir la música que te
gustase–, compré el cassette original, lo introduje en el walkman mientras me
dirigía al metro y, desde los primeros compases, lo que empecé a escuchar me
voló la cabeza; las intros, melodías, los arreglos, la producción –ese sonido
de bajo tan contundente y tan integrado en la mezcla final de la versión de
“Dynamite”– o las composiciones específicas para el disco me hicieron
comprender que tenía entre mis manos algo especial… y cuando escuché más tarde
la canción nueva titulada “We don’t own the world” comprendí que debía ver en directo
ese concepto musical. El disco tiene una producción y un sonido de lujo, a la
altura de las dimensiones de un proyecto tan ambicioso como éste lo era; basta
con coger el tema “Deadly sting suite”, que no es más que una versión
instrumental del clásico “He's a woman she's a man”, para darte cuenta de ello.
Pocas veces me ha impresionado tanto una nueva adquisición musical, aunque
esperar que Schenker, Meine y compañía trajesen a España todo este montaje era
ridículo. La oportunidad llegó el verano del año siguiente: Scorpions actuaban
en la localidad portuguesa de Portimao a mediados de Agosto, en vacaciones y
relativamente cerca del hogar de mis progenitores; era perfecto. Lo organicé
todo y la tarde anterior me encontraba dispuesto a entrar en mi coche, con
cuatro cosas en la maleta y la discografía completa de Scorpions bajo el brazo
para escuchar durante el viaje. Me siento, ajusto el cinturón, introduzco la
llave en el contacto, la giro y… el coche no arranca. No me jodas. Tras
intentarlo todo resultó imposible solucionar el problema. No me lo puedo creer.
Así que, arrastrando esa cara de idiota que se te queda tras protagonizar un
incidente de semejante calibre, volví a casa, puse el disco “Lonesome Crow” en
el equipo del salón, bajé las luces, abrí una botella de vino de esas especiales y pasé las siguientes
horas asimilando todo el asunto sumergido en la más absoluta y necesaria
soledad. Finalmente el destino fue benévolo y justo un verano después me
encontré compartiendo asiento con la jet-set berlinesa más petulante, casposa e
irritante en la céntrica plaza de la capital alemana conocida como
Gendarmenmarkt mientras Scorpions ofrecían un show especial conmemorativo con
la Orquesta de los que no se olvidan. Brindemos por el nuevo año que se nos
viene mientras degustamos la versión para Clásica de “We'll burn the sky” que
se sacó de la manga el tándem Scorpions/Kolonovits; una gran canción que no tiene
nada pero que nació para ser interpretada con una orquesta y a la que esta
nueva revisión le otorgó esa dimensión tan especial.
Fiel a la cita de cada final de año, llama a la puerta de nuestros
hogares la querida Navidad. Nunca
llega sola, se acompaña de un puñado de buenos deseos y de las tres o cuatro
cuestiones básicas que necesitamos las personas para ser felices entendiendo la
vida en su simple y desnuda totalidad. Desgraciadamente toda la asquerosa
maraña de sanguijuelas y parásitos abanderados de un consumismo que ya ni se
molesta en esconder sus verdaderas intenciones, viajan -como cada año- cuál polizontes
adheridos a su espalda mientras le intentan chupar la sangre poco a poco con
cada anuncio de ofertas o rebajas en esos antros de perdición que constituyen los
distintos centros comerciales. Pero eso es otro tema; como siempre, supongo.
La música, como en cualquier otro ámbito de la vida, no permanece
ajena a esta realidad. Para alegrarnos un poco estas fechas se inventaron los
villancicos y las canciones navideñas. Pese a que cada mes de Diciembre resulta
un gustoso ejercicio obligado hacer sonar los diversas publicaciones navideñas que
cada año nos regalan los artistas, este año no nos vamos a detener en los
discos de villancicos propiamente dichos. Para este ejercicio vamos a parar
nuestra mirada en todas esas grabaciones que abordan esta temática tan especial pero sin que contengan necesariamente esas revisiones de las típicas melodías navideñas.
El sentido divino de la Navidad es
tan poderoso que es capaz de llegar hasta los discos de muchos músicos que, sin
abordar directamente o en su totalidad las versiones de villancicos, consigue
vestir con su manto invernal muchas de esas obras llevándolas a su terreno. De
este modo nos encontramos con creaciones de artistas que evocan directamente ese
inconfundible aroma navideño pese a estar conformado mayoritariamente por composiciones
propias y obviando las versiones de temas característicos navideños o
reduciéndolos a su mínima expresión dentro del metraje del cd. Una vez más, esta clasificación es adorablemente subjetiva; seguro que
cada uno podrá realizar la suya propia, extremo al que os animo.Cualquier connotación o referencia al
invierno o a la Navidad puede servir para darle una nueva perspectiva a
determinado disco y eso no deja de ser algo grande.
Lana Lane: “Winter Sessions”. 2003.
Comenzamos con un disco que
representa perfectamente el espíritu de nuestra particular selección. La
cantante Lana Lane, pareja del
teclista Erik Norlander, se sacó de
la manga un disco que, aunque no contenía ningún villancico ni canción
tradicional navideña, estaba lleno de referencias a esta época del año tan
especial. En este cd nos encontramos una selección de canciones que casan a la
perfección con el invierno, la Navidad, la espiritualidad y el recogimiento
propio de este tiempo. Imprescindibles las versiones de clásicos como “Whiter shade of pale” o “California dreaming”, interpretadas
con gusto y calidad por Lana Lane a
la voz y por músicos de primera fila como Gregg
Bisonette, Neil Citron o el propio Norlander;
de hecho se nota la mano de Eric a
la producción. El disco es un compendio de temas compuestos por Lana, Eric y algunas versiones. Algunos
títulos como “December moon” o “Winter song”, además de grandes
temas, hacen referencia a los fríos navideños y demuestran la elevada calidad
compositiva de esta pareja. La portada es una completa delicia, el exterior de
una casa cubierta por un dulce manto nevado que nos deja ver su interior
acogedor con el detalla de una ventana que evoca un paisaje evocador. Una obra de arte.
George Lynch: “The Lynch That
Stole Riffness!”.2002
Nuestro amigo George es todo un fichaje. Ahora que
parece que la reunión de Dokken
tiene algo de recorrido se encuentra de nuevo en el candelabro –Mazagatos dixit-; supongo que volverá a discutir con Don Dokken y lo echarán todo al traste,
una vez más. Este gran guitarrista lleva a sus espaldas toda una producción de
discos con Dokken, Lynch Mob, en
solitario y con proyectos paralelos de variada enjundia; la mayoría de ellos de
gran calidad. Una de las prácticas que acostumbra a realizar George es publicar de vez en cuando
mini Lps –o mini cds- de tres o cuatro canciones; supongo que el hecho de que
no se vendan discos obliga a muchos artistas a promocionarse de esa manera. El
caso es que hace unos años publicó un maxi titulado “The Lynch That Stole Riffness”, el disco está compuesto por tres
temas –en particular “Static reaction”
es una pasada- que no tienen nada que ver con la Navidad. La gracioso del
asunto es que Lynch lo publicó en
navidades y realizó un juego de palabras con el título del cd: en la cultura
estadounidense el Grinch es un
personaje de ficción, malhumorado y gruñón, que representa el lado oscuro de la
Navidad, relacionado con el consumismo y alejado del sentido espiritual que
debería tener esta celebración. Pues bien, el simpático y cachondo George Lynch realizó un juego de
palabras Lynch/Grynch publicando
este cd con una portada en la que salía caracterizado como dicho personaje que venía
para robar, en lugar del espíritu navideño, los riffs de guitarra. Genial e
imprescindible para desengrasar durante el periplo navideño. Necesitamos a George Lynch en Navidad; está claro.
Trans Siberian Orchestra: “Beethoven’s
last Night”.2000
Este grupo comenzó como un
proyecto paralelo del guitarrista de Savatage
Jon Oliva. Bajo un formato de orquesta con instrumentos de Hard Rock comenzaron a desgranar
canciones populares y tradicionales navideñas conjuntando arreglos de Orquesta para sonidos rockeros con
matices sinfónicos y progresivos. La propuesta cuajó y se puede decir que
resultó todo un éxito en Norteamérica. El nombre del proyecto es un homenaje al
ferrocarril transiberiano, el cual, según su productor Robert Kinnel, sirve de conexión entre distintas culturas al igual
que la música del grupo. Este proyecto lleva funcionando desde 1996 y han
publicado seis discos hasta la fecha, amén de varios recopilatorios. Es tal la
respuesta del público que varias de sus publicaciones han alcanzado el platino
en ventas, asunto nada desdeñable en estos tiempos musicales tan convulsos que
vivimos.
Aunque la mayor parte de su
obra abarca composiciones de temática navideña, hemos escogido este disco
homenaje a la figura del irrepetible Ludwig
Van Beethoven. Cualquier referencia de su discografía es recomendable y se
merecen todo el éxito que llevan cosechando durante estos años. Todas las
referencias al periodo navideño se encuentran impregnadas en sus discos.
The Little House Band:
“Christmas 2000”.1999
Otro proyecto más del
infatigable Bernie Marsden. Este
trabajo está realizado por lo que era la Moody
Marsden Band, The Snakes, The Majesticaires, The Company Of Snakes y M3; o lo que es lo mismo,la asociación de Bernie con Micky Moody
acompañados de músicos de primerísima línea como Don Airey, Neil Murray o John Lingwood entre otros y que ha pasada
por diferentes denominaciones para ofrecernos lo que mejor saben hacer: Blues Rock de muchos quilates –otro día
hablaremos de las diferentes encarnaciones del grupo de Moody/Marsden hasta que discutieron y dejaron de colaborar juntos-.
El disco es un compendio de clásicos de Blues
transformados para la ocasión por este dúo con su buen hacer característico.
Las sesiones se realizaron en un estudio de Buckingham y desafortunadamente no
se llegaron a publicar oficialmente, quedándose como una especie de promo para todos aquellos afortunados
que hemos conseguido tener acceso a ellas.
Cinderella: “Long Cold Winter”.1988
Una preciosidad de disco. El
combo que montó Tom Keifer junto a Jeff LaBar, Eric Brittingham y Fred Coury a principios de los ochenta
nos ha dejado una impronta musical de considerable calibre. Lograron contrato
discográfico gracias a un Jon Bon Jovi
que tuvo la suficiente visión para ver la calidad que atesoraba Keifer. El grupo alcanzó el éxito en la
época dorada de las llamadas Hair bands
americanas, aunque lo de Cinderella
siempre fue algo más cercano al buen Blues
y al Hard Rock clásico que pudo
convivir sin problemas con esa moda gracias al talento del propio Tom Keifer.
“Long Cold Winter” fue su segundo disco, ese en el que muchos grupos fallan después de
haber publicado un disco debut superventas. No fue este el caso de Cinderella, ya que cuando hay talento
el arte fluye de manera natural. En este disco se encuentran los clásicos “Gypsy road” o “Don’t know what you got (Till it’s gone)”, dos de los temas más
exitosos del grupo. Todo el álbum rebosa calidad por sus cuatro costados,
acentuando esas raíces Bluesy que tan bien ha transmitido Keifer en toda su música. No
encontraremos villancicos ni referencias explícitas a la Navidad entre sus surcos, de hecho el single “Gypsy road” es un pedazo de canción que evoca el verano y el
calor; no hay problema, Cinderella
son perfectamente capaces de generar sensaciones diferentes en su música. Todo
el concepto de la obra gira en torno al invierno y a lo que conlleva, incluso
la portada –sobria y perfecta, con solo verla ya necesitas poseer el disco- o
las fotos interiores consiguen crear esa atmósfera tan propia de la
tranquilidad y el recogimiento de esta época del año.
Con la ayuda a las
baquetas del inmortal Cozy Powell se
sacaron de la manga un segundo disco como una catedral. Y la guinda del pastel
la encontramos en el tema título, desde que comienzan los primeros compases del
tema “Long cold winter” el grupo nos
regala un Blues épico y rebosante de
intensidad, de esos que te ponen firme. Recuerdo con especial cariño la
sorpresa que supuso para mí su interpretación en directo la primera vez que
vinieron a España allá por el año 2010, uno de esos momentos que no sabes muy
bien por qué, pero que se te quedan grabados a fuego para siempre. Pero esto es
marginal.
Cinderella: "Long cold winter".
Bon Jovi: “Please Come Home
For Christmas”.1992
Nuestro querido Jon Bon Jovi no podía faltar a este
cita navideña y, por supuesto, debía revisarla saliéndose del uso de cualquier
tema típico o estándar; se le puede dar cera al amigo Jon Bon en muchos aspectos – renegar de la imagen y el estilo de
sus primeros discos con los que alcanzó el estrellato o fabricar música
enfocada en una determinada dirección y para un público mayoritario por citar
un par de ejemplos-, pero la calidad compositiva siempre ha estado ahí y nunca
ha querido vivir de las rentas.
Este tema es una versión de
una canción original de 1960 del pianista y cantante Charles Brown. Apareció en 1994 en formato cd single y venía
acompañada por otros dos cortes de temática navideña: “I wish everyday could be like Christmas” y “Back door Santa”; ya sabemos y agradecemos el interés que desde
siempre ha mostrado Jon Bon Jovi en
dotar a todos sus singles y maxis de caras
b llenas de material inédito, versiones o tomas de directo.
Conviene comentar que “I wish
everyday could be like Christmas” apareció anteriormente como cara b del single “Keep The Faith”. Curiosamente, desde entonces han lanzado dicha canción
como single navideño durante los años 1993, 2002 y 2011.
Tony Martin: “Who Put The
Devil In Santa”.2008
Otro gran cantante que ha
tenido que subsistir a la sombra del inútil de Ozzy Osbourne en Black
Sabbath. Nos regaló hace unos años un delicado corte acústico en el
quedemostraba una vez más sus
habilidades en el difícil terreno de la composición. Ideal completar su escucha
con el single que grabó con el desconocido pero genial guitarrista Mario Parga bajo el título “Spirit Of The Night”. Para paladares
exquisitos.
Tony Martin: "Who put the devil in Santa".
Doro: “Merry Metal Xmas”.2011
No podía faltar la rubia
germana alegrando la Navidad con un single conmemorativo. Referencia inevitable
y single interesante para todos sus seguidores.
Doro: "Merry Metal Xmas".
Lita Ford & Cherie Currie: “Rock This
Christmas Town”.2013
The Runaways
al cincuenta por ciento para nuestro disfrute. Lita Ford se reunió con Cherrie
Currie para grabar este single navideño. Todo el mundo esperaba una reunión
del clásico grupo de los setenta pero no pudo ser, imagino que Joan Jett no lo vería claro. Ni
siquiera el biopic “The Runaways”
que produjo el Hollywood más comercial pudo lograr el éxito comercial que
pudiese remover una reunión forzada; me alegro, alguien debe explicarle a Kristen Stewart que hace falta algo más
que ser una aprendiz de vampira adolescente a la que rechaza su noviete de instituto para interpretar
papeles de calado.
David Lee Roth: “Ain’t No
Christmas”.2015
Nuestro querido cock rocker por excelencia se descolgó
con una grabación imposible de agarrar por ningún lado. El cantante que ha
enseñado el camino a la mayoría de cantantes que se reconocen como tales nos
sorprendió con una grabación publicada por Youtube poco después de finalizar su
última gira americana por recintos de gran aforo en EEUU. Fiel a su deseo de
desconcertar a cualquier bicho viviente de este sistema solar, el entrañable DLR facturó un tema acústico con su
sello personal destinado a desconcertar al público masivo que asiste a sus
conciertos con Van Halen y que le
hicieron uno de los tipos más ricos del pasado año según la prestigiosa revista
Forbes. Alguien como él, que ha
sufrido en sus propias carnes las mieles del éxito y los duros avatares del
fracaso, seguro que está completamente de vuelta de lo que el personal pueda
opinar sobre sus excentricidades. Seguro que disfruta de su actual posición,
ganada a pulso después de más de treinta años dejándose los huevos en cada
escenario y en cada plató para entretenernos.
David Lee Roth: "Ain't no Christmas".
Topo: “Hay Rock and Roll En
Navidad”. 2014.
Parecía complicado que desde
el panorama patrio pudiésemos incluir en esta lista a algún grupo de nuestras
latitudes. Quitando a los superventas prefabricados con sus discos facturados
en serie con inercia ramplona, poco se puede salvar; y si hablamos de Hard Rock, aún menos. Afortunadamente,
una vez más, emergieron los queridos Topo
para dejar su personal huella y regalarnos este presente navideño abonando lo que
en otros países es un vergel y aquí resulta un árido desierto; una vez más.
Este grupo madrileño, nacido
a finales de los setenta a partir de la escisión de los también casi
imprescindibles Asfalto, ha mostrado
el camino a seguir en muchos aspectos y nos ha alegrado la vida a muchos de
nosotros desde que sacaron aquel imprescindible disco homónimo de debut
conteniendo joyas definitivas como “El
periódico” –el crucigrama es lo mejor-,
“Vallecas 1996” o “Mis amigos dónde estarán”. La pasadas
navidades del año 2014 se descolgaron colgando de la red esta especie de villancico
compuesto especialmente para estas fechas tan señaladas. Nada de coger “Run run Rudolph” y meterle un par de
arreglos, el universo de Topo
funciona distinto. Nuestros amigos compusieron un tema propio que poco tiene
que ver con los tradicionales villancicos de Navidad pero que abordaba esa
temática desde su personal punto de vista. Lo dicho, una agradable sorpresa.
Solo nos queda esperar el milagro de un disco completo sobre estos menesteres…
ya tengo el hueco para el cd en la estantería.
Blaze Bayley: “Crazy Christmas”.
2016
El encantador vocalista que
tuvo la mala fortuna de sustituir a Bruce
Dikinson en Iron Maiden,
ganándose el desprecio de un amplio grupo de cenutrios seguidores de la Doncella
de Hierro, gusta de obsequiarnos con algún tema navideño cuando se
acerca Diciembre. Blaze lleva tres
años seguidos publicando un tema navideño por estas fechas, anteriormente
publicó y este año le toca el turno a “Crazy
Christmas”. Lo interesante del asunto es que el bueno de Bayley no se limita a lavarle la cara a
cualquier tonadilla típica navideña, en estos tres años nos ha ofrecido tres
composiciones propias que respiran Navidad. Con su imposible sentido del humor
y del ridículo, el entrañable Blaze
se las apaña para dejarse grabar disfrazado de Santa Claus mientras va montado en una moto por cualquier calle
británica –imagino la cara que se le quedaría a cualquier viandante que
casualmente se encontrase paseando y presenciase la escena-. Impagable.
Denostado por parte de la
prensa por motivos que muchas veces se antojan incomprensibles, nuestro
vocalista preferido lleva a sus espaldas toda una carrera discográfica de mucha
calidad desde que abandonase la nave que comanda Steve Harris a finales de siglo pasado –“Silicon Messiah” es un discazo y tiene poco que envidiar a
cualquier cd de Iron Maiden-.
Brindemos una vez más por la Navidad mientras suena su single de este año… o el
acústico “Russian Holiday”, una
delicia.
Blaze Bayley: "Crazy Christmas".
James Brown: “James Brown
Sings Christmas Songs”.1968.
Una personalidad y un talento
tan excesivo como el de James Brown
no podían pasar por esta vida que conocemos sin homenajear a la Navidad bajo su
particular visión. The Grandfather Of Soul grabó un par de discos de temática
navideña en los años sesenta y otro más en 1999 –el penúltimo de su discografía
en vida- para alegrarnos un poquito más la vida a todos los que apreciamos su
legado musical y su impronta definitiva en el mundo del arte. Todavía recuerdo
con congoja el triste momento en el que escuché por el cutre-telediario
nacional que fallecía a los 73 años el día de Navidad del año 2006, víctima de
un resfriado mal curado –parece ser que no hizo mucho caso de unos fríos que
cogió el mes anterior y la cosa se complicó hasta el extremo-. Su muerte supuso
todo un shock para mí, estaba cómodamente sentado en el sofá de la casa de mis
progenitores descansando de algún exceso provocado por el reencuentro con unos
cuantos seres queridos cuando visioné el desgraciado suceso. No lo pude
asimilar en ese momento, era el primero de mis héroes que fallecía teniendo
plena conciencia y conocimiento adulto de causa y supuso, sin duda, un punto de
inflexión en mi vida. Sigo rezando por él y agradeciendo haber tenido la
posibilidad de haberle visto actuar en vivo. Ojala su familia se ponga algún
día de acuerdo, deje de comportarse de manera rastrera y permitan que su alma
descanse en paz y el resto de su arte pueda ser compartida con todos nosotros.
De cualquier modo sus discos
de Navidad merecen aparecer en este
artículo. No son versiones de clásicos navideños ni nada por el estilo, el
universo de James Brown siempre giró
de otra manera. Nuestro encantador maltratador de mujeres no se podía conformar
con registrar unas cuantas versiones de clásicos invernales, el bueno de James decidió inmortalizar una serie de
composiciones originales que rescataban el espíritu navideño bajo su particular
concepción artística. De la mano de su personal toque Funk y Soulnos regala composiciones como “Sweet little baby boy”, donde el amigo
James nos deja claro que no está
dispuesto a rebajar ni un ápice el compromiso con su música y con su causa.
Alguien como Brown tenía la
necesidad de presentar temas propios aunque hablase de la Navidad, cosa más que loable, sobre todo en los actuales tiempos
tan pueriles en los que nos rebozamos. Celebremos una vez más haber compartido
espacio vital con este presidiario que comenzó su carrera suplantando al
mismísimo Little Richard en su grupo
musical de negros en medio de la América profunda de los cincuenta, pero eso
será otra historia a contar.
Stuart Smith: “Heaven And
Earth”.1999
El primer disco del
guitarrista y amigo personal de Ritchie
Blackmore, al menos hasta hace unos años, Stuart Smith apareció bajo el título de “Heaven And Earth” y sirvió para denominar el proyecto posterior de
dicho músico. Heaven And Earth
lleva publicados tres discos hasta la fecha, todos ellos de calidad
manifiesta. Nos vamos a detener en el primero, por el que siento auténtica
debilidad. El amigo Stuart presentó
una colección de canciones de primera, composiciones variadas y de mucha
calidad. Además Smith consiguió
reunir un ramillete de músicos colaboradores que tiraba de espaldas, tocaron en
este disco gente del calibre de Glenn
Hughes, Joe Lynn Turner, Richie Sambora, Paul Shortino o Tony Hansen entre otros; vamos, una
plantilla de categoría especial y difícilmente igualable. La variedad estilística
es palpable a medida que trascurre el minutaje de la obra. Podemos quedarnos
con ejemplos de calidad como “Keep my
grave clean”, “Memories”, “Lose my number” o la delicada “Shadow of the Tyburn tree” para
darnos cuenta de que estamos ante algo importante. Rock duro con cuidadas instrumentaciones y especial gusto por la
melodía para los paladares más exigentes. Todo ello coronado por una portada
que me enamoró desde el mismo instante en el que la visualicé: el amigo Stuart en medio de un bosque nevado,
nevado. Definitivamente demostrando buen gusto.
Stuart Smith: "Heaven and earth".
David Glen Eisley: “Stranger
From The Past”.2000
Este es otro de esos discos
que no contienen canciones de temática navideña explícita, ni villancicos, ni
versiones de clásicos ni nada por el estilo; sin embargo son capaces de
desprender un extraño halo relacionado directamente con Santa Claus, Los Reyes Magos o
Papa Noel. Este primer disco en solitario propiamente dicho del que fuese
cantante de Giuffria está compuesto
por un ramillete de canciones de Hard
Rock melódico de muchos quilates, ideal para los fríos invernales; incluso
la foto de contraportada, con un David
Glen Eisley atusando el fuego de la chimenea de su salón, nos invita a
sumergirnos en ese ambiente navideño tan característico de estas latitudes.
Impresionante la entrada con el tema título y otras canciones de bella factura
como “Sing brother” o “Can’t wait forever”. Para degustar en
la intimidad.
Richie Sambora: “Stranger In
This Town”.1991
Si el disco de Stuart Smith y el de David Glen Eisley nos sugieren una
sensación de ambiente invernal, este trabajo de Richie Sambora lo recrea a la perfección; la trilogía perfecta para
estas fechas tan especiales. El ex guitarrista de Bon Jovi facturó a principios de los años noventa un álbum de Blues Hard Rock de muchísima calidad.
Nos presentó una colección de canciones inspiradísimas repletas de melodías
ganadoras sabiamente interpretadas por su personal voz, llenas de matices blues,
edulcoradas de Rock con toques AOR y embellecidas con unas guitarras
que adornan y complementan en su punto exacto. Todo en este disco está
planteado siguiendo una intencionalidad, consiguiendo Sambora sumergir al afortunado oyente que se acerca a degustarlo en
su particular visión. El que fuera su primer disco como solista nació de un
puñado de composiciones que se sacó de la manga aunando esfuerzos con Jon Bon Jovi y Desmond Child. Según recuerda el propio Desmond, el fruto compositivo de esas sesiones entre los tres
artistas dio como fruto seis temas: dos los usó el propio grupo Bon Jovi, dos acabaron apareciendo en
el disco en solitario del propio Child
titulado “Discipline” y las otras
dos fueron a parar al disco solista de Richie
Sambora. Uno de esos temas es “Rosie”,
una gran canción con unas dobles voces en el estribillo que hacen subir enteros
a un tema ya de por sí de primera división; la otra canción es “Father time”, un bonito y triste Blues con unos arreglos ciertamente
interesantes que te recuerda irremediablemente a la figura paterna que envejece
aunque la letra en realidad tenga poco que ver con eso.
El disco está repleto de
grandes composiciones, no vamos a encontrar ningún relleno por aquí, comandadas
por el tema título. El genial “Stranger
in this town” es toda una declaración de principios que demuestra
perfectamente de dónde viene Sambora,
además de contener uno de los mejores y más inspirados solos de toda su
carrera. Más de un crítico estreñido ha tildado al disco de demasiado
pretencioso, por aquello de las referencias al Blues, supongo; incluso contó con la colaboración de Eric Clapton en el tema “Mr Bluesmen”, dedicado al
sobrevalorado Mano lenta. Está claro
que el que opine así de una obra de esta categoría seguro que no ha entendido
nada de lo que se escucha entre sus surcos.
Incluso la portada
impresiona, un tipo en la oscuridad de la noche apoyado en un poste con su
guitarra al lado y sin ningún tipo de enunciado o leyenda que nos indique el
nombre del artista o el título del Lp. Sencillamente mágico. Lamentablemente, en ediciones posteriores a algún lumbrera de la discográfica se le ocurrió escribir el nombre del artísta y el título en la portada; no sea que dejen de vender un puñado de discos más. Afortunadamente sigo conservando como oro en paño el cassette original que se publicó en su primera tirada y que conserva la portada original.
Con “Stranger In This Town” se completa nuestra particular trilogía de
discos no navideños imprescindibles durante la Navidad. Solo queda seguir las instrucciones que el propio Richie nos recomienda para su uso: apagar las luces, encender una vela… y
bienvenidos.
Richie Sambora: "Stranger in this town".
Electric Sun: “Earthquake”.1979
El genio alemán Uli Jon Roth publicó tres
interesantísimos discos entre finales de los setenta y principios de los
ochenta con su grupo Electric Sun.
Este proyecto lo formó tras dejar a los Scorpions
una vez registrados los conciertos de la gira japonesa que forjaron el
emblemático directo “Tokyo Tapes” de
los alemanes. Este fue uno de los poquísimos casos en los que un músico abandona a una
banda con éxito por “diferencias musicales” y realmente el motivo son las
“diferencias musicales” –otro de los contados casos que también tiene toda la
pinta de ser verdad fue el abandono de John
Norum de Europe cuando estos
alcanzaron el estrellato con “The Final
Countdown”-; no en vano tanto Uli
Roth como Schenker/Meine siempre
han demostrado un exquisito respeto mutuo cuando se han referido los unos a los
otros respectivamente. Estamos cansados de escuchar a músicos que dejan
proyectos musicales por la tan manida expresión de las diferencias musicales cuando en realidad lo que ocurre es que no se
soportan entre ellos, no han alcanzado el éxito deseado, tienen otra oferta mejor o un sinfín de motivos más,
muchos de ellos de dudosa enjundia.
Nuestro querido zíngaro
discípulo de las enseñanzas de Hendrix
montó el interesantísimo grupo Electric
Sun para dar rienda suelta a todo su universo creativo, que sentía
comprometido y limitado por el incipiente estilo e identidad que estaban
buscando los Scorpions de Rudolph Schenker. El primer disco que
el nuevo grupo de Uli publicó
respondía al acertado título de “Earthquake”
y era eso mismo: un terremoto musical en el que fluían todas sus
influencias de Jimi Hendrix integradas
dentro del virtuosismo y primigenia visión musical del propio Roth.
No es un disco navideño ni
nada por el estilo. Aparece incluido dentro de este artículo principalmente por
uno de los temas que contiene, hablamos de la canción “Winterdays”. Este corte, como su propio nombre indica, trata sobre
los días de invierno. Lo curioso del asunto es que es una pieza de corta
duración, apenas alcanza el par de minutos, e instrumental; sin embargo, en ese escaso
espacio de tiempo es capaz de evocarnos toda una serie de sensaciones
relacionadas con esta época del año. No hace falta ningún texto alusivo a los
fríos o las chimeneas, la guitarra de Uli
susurra y evoca con maestría la fotografía de los copos de nieve cayendo en mitad
del bosque creando un suave manto blanco que parece que alcanzas a visualizar
desde la ventana de una pequeña habitación calentada por el calor de una
hoguera en la chimenea que se encuentra al lado del sofá. Delicioso.