Esta era la primera canción que abría el disco “Welcome 2 My Nightmare”, la curiosa e inesperada segunda parte de “Welcome To My Nightmare”. El disco se publicó en Septiembre de 2011, hace once añitos ya, mientras que “Welcome To My Nightmare” data de Marzo de 1975. Recordemos que este era el primer disco que publicaba Alice Cooper tras disolverse la formación clásica con Glen Buxton -tristemente fallecido en 1997- y Michael Bruce a las guitarras, Dennis Dunaway al bajo y Neal Smith a la batería; el combo del que salieron clásicos como “School’s out”, “Billion Dollar Babies”, “Love It To Death” o “Killer” entre otros. En aquellos locos años setenta el vocalista Alice Cooper, cuyo nombre real es Vincent Furnier, estaba pasadísimo de vueltas por sus adicciones; supongo que eran los años de ello y que si estabas en lo alto de la fama y el éxito sería difícil no sucumbir ante los excesos. Con el nombre de Alice Cooper siempre ha habido una ambigüedad que resulta bastante cachonda. Alice Cooper empezó siendo el nombre del grupo, no del vocalista, aunque por supuesto todo el mundo identificaba a Alice Cooper con el tipo pintado y excéntrico que aparecía tras el micro. Por lo que pronto pasó a ser también el nombre artístico del propio artista. Y si hablas de Vincent Furnier probáblemente solo los más interesados en su música sabrán que te refieres a Alice Cooper, el entertainer.
“Welcome To My Nightmare” consiguió mantener el nivel tan alto que ostentaban los anteriores discos de la formación original. Alice Cooper consiguió de la mano del ya por entonces afamado productor Bob Ezrin lanzar un discazo con todas las letras. Pasaron los años y Alice Coper recorrió una carrera musical llena de altibajos, subidas y bajadas a los infiernos. Se apuntó al Heavy Metal, al Hard Rock con toques melódicos tan propios de los ochenta e incluso a sonidos más brutos y toscos de décadas posteriores; sin embargo siguió manteniendo a la vez parte de su particular ADN musical, cosa que tiene su mérito.
Alice Cooper Band |
Fue pasada la primera década del nuevo milenio que sorprendió a propios y extraños publicando la segunda parte de su afamado "Welcome To My Nightmare". Una jugada en parte publicitaria para captar la atención de un público actual que está tan saturado de todo que hay que venderles reuniones varias, giras aniversario de las cuestiones más peregrinas, conciertos especiales y cualquier marcianada de dudosa enjundia que se le ocurra al lumbreras de turno que se crea el nuevo gurú musical del momento.
En este contexto se presentó Alice Cooper con "Welcome 2 My Nightmare" bajo el brazo. Una jugada así te puede salir muy bien o desastrosa, al final lo que importa es lo de siempre: la música. En el caso de este disco debemos decir que lo que suena en su interior es de primerísima categoría. El hecho de volverse a aliar con Bob Ezrin -el tipo que le ha otorgado una segunda juventud musical a grupos como Deep Purple- fue todo un acierto. En el disco te encuentras, además de calidad y buenas composiciones, guiños a todo el universo Alice Cooper. Imagino que todos sus seguidores habrán sabido apreciarlo.
Pero no pretende ser este escrito una crítica del disco. Recuerdo perfectamente el momento en el que lo escuché por primera vez. Era una mañana; temprano, muy temprano. Iba por la calle hacia mi lugar de trabajo mientras contemplaba ese mágico momento en el que conviven los últimos vestigios de la noche con la incipiente claridad del sol. Medio resacoso me metí los auriculares en las orejas, seleccioné la primera canción del disco y pulsé el play de mi ipod -no todo va a ser walkman, claro-. Un suave teclado atmosférico se abría paso delicadamente mientras Vincent susurraba los primeros fraseos. Me enganchó por completo. Bob Ezrin lo había vuelto a hacer, había conseguido captar de manera tan sutil como atrevida todo el universo de terror e inocencia infantil de Alice Cooper, el grupo/cantante que había alcanzado el éxito en América y en el mundo entero. Pero es que además la canción era tan buena, tan desafiante, tan misteriosa, tan épica, tan dulce, tan sencilla y compleja a la vez... vamos, que su sola presencia ya justifica la compra de todo el disco y del ticket para su presentación en directo. Un tema ideal para degustarlo cualquier fría mañana u oscura noche de Diciembre, lo que paso a hacer con todos ustedes.
Los dos cds son dos obras maestras, coincido en el papel que juega Bob Ezrin, no solo con Alice Cooper o con Deep Purple, sus discos con Kiss también tienen ese rollito que le da tan personal. El tipo desde luego que sabe hacer bien su trabajo.Alex
ResponderEliminarEs de los pocos que sigue en la brecha, publicando buenos discos y haciendo giras mundiales dignas. Una lástima que no cuajase lo de la reunión del grupo original. Fran
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